Otra vida familiar es posible Los desahucios, en la agenda política Edita HOAC - Nº 142 - DICIEMBRE 2012 - III ª Época - 0,60 € - Suscripción anual: 6 €
«Me he fijado en sus sufrimientos y he bajado a liberarlos» (Ex 3, 7-8)
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así lo vemos
odemos hablar de desarrollo humano en nuestra sociedad cuando convivimos con seis millones de personas que no encuentran trabajo, más de dos millones de niños y niñas sin lo mínimo para desarrollar una vida normalizada, centenares de miles de familias amenazadas con quedarse endeudadas y sin hogar y 300.000 familias que dependen de los pensionistas que viven en sus hogares para llegar a fin de mes? Cáritas ya ha dicho que «la acumulación de desventajas en más de una cuarta parte de la población española conlleva un riesgo de dualización y de falta de cohesión social que se viene contrastando antes del inicio de la crisis». ¿Podemos seguir como si tal cosa? ¿Podemos seguir pensando que la situación va a cambiar cuando continuamos haciendo lo mismo que
hacíamos y aplicando las mismas políticas de siempre? ¿No vemos razones para el cambio personal y colectivo? Los cristianos celebramos la natividad del Señor este mes, y como dijo Benedicto XVI, la celebración de este acontecimiento «es más bien una invitación a dejarnos transformar totalmente por Aquel que ha entrado en nuestra carne». San León Magno exclamó: «el Hijo de Dios se ha unido a nosotros y nos ha unido a nosotros consigo de tal manera que el abajamiento de Dios hasta la condición humana se convirtiera en una elevación del hombre hasta las alturas de Dios». Por eso, esta Navidad, queremos compartir esta invitación a reconocer y acrecentar la divinidad de todos los hombres y mujeres, especialmente de los más castigados, camino de verdadera plenitud para todos los seres humanos.
la calle
Los desahucios se cuelan en la agenda política Aída Quinatoa, de origen ecuatoriano y con más de 14 años de estancia en nuestro país, hace las veces de portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid que ha sostenido la acampada frente a las oficinas centrales de Bankia en la céntrica plaza del Celenque.
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egún una emisora de radio, todo comenzó cuando Judith se encerró en estas oficinas para evitar su segundo desahucio: «Cuando vi que el director dejaba de negociar conmigo, me encerré en esta sucursal a las doce de la mañana y tras ocho horas aquí, sin salir, me paralizaron a mí y a cinco compañeros más el desahucio». Aída Quinatoa detalla que empezaron la movilización varias decenas de afectados, a los que pronto se unieron numerosos voluntarios. En momentos puntuales la concentración ha reunido a varios centenares de personas, aunque por las noches, la asistencia baja, debido al frío, la lluvia y la necesidad de descanso. Con todo, una docena de personas ha permanecido cada noche al raso frente a este símbolo de la codicia bancaria, asistidos por las donaciones de particulares y colectivos que les hacen llegar alimentos, bebida, mantas, plásticos... Su testimonio ha movido ya a más de 2.000 personas a estampar su firma en la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que promueve la Plataforma de Afectados por la Hipoteca para conseguir la dación en pago (el saldo de la deuda con la entrega del piso) y el fomento del alquiler social. Algunas incluso de policías encargados de mantener el orden en la plaza. Aída Quinatoa se considera una estafada más, en su caso
por un chiringuito financiero denominado Central Hipotecaria del Inmigrante que cerraba sus operaciones con entidades como Caja España, Caja Madrid, Caja de Ahorros del Mediterráneo o Caixa de Catalunya. «Vivíamos hacinados con nuestras familias en una sola habitación porque alquilar era casi imposible, buscábamos vivir con dignidad pero nos exigían avalistas españoles y seis meses de fianza por adelantado», recuerda. De pronto surgieron comerciales que les insistían en que «alquilar era tirar dinero cuando podíamos comprar una casa para traernos a toda la familia». A través de avales cruzados entre personas que no se conocían, de engaños –«me pidieron la señal para un piso y luego me vi obligada a quedarme con otro», denuncia y aclara que «la letra iba su-
biendo cada vez más, al contrario de lo que nos habían dicho»– y de una asombrosa facilidad para conseguir que las entidades bancarias ofrecieran las hipotecas, llegaron a involucrar a varias familias que han denunciado su caso en los juzgados. Quinatoa considera que están consiguiendo «visibilizar la estafa de las hipotecas, fomentar la solidaridad y dar a conocer a la sociedad nuestra propuesta». Cada vez llega más gente a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, tanto inmigrantes como nativos, cansados de «los engaños de los bancos, que mienten hasta cuando dicen que están dispuestos a re-negociar y rebajar las deudas». Por lo pronto, y después del tercer suicido relacionado con un caso de desahucio llevado a cabo, en Barakaldo (Bilbao), por una ex concejala
socialista –el tercero en tres semanas, junto al de Granada y Las Palmas de Gran Canaria–, PP y PSOE anunciaron una reunión para abordar el tema. También la patronal bancaria difundió su intención de paralizar temporalmente los desahucios en casos de «extrema necesidad». La Plataforma de Afectados por la Hipoteca comentó, no sin cierta desconfianza, que «después de cuatro años de crisis, después de más de 374.000 ejecuciones hipotecarias y más de 185.000 familias desahuciadas, después de que Naciones Unidas haya señalado a España como ejemplo de vulneración del derecho a la vivienda, los partidos responsables de la burbuja inmobiliaria han decidido tomar medidas para paliar los efectos de las ejecuciones hipotecarias». Igualmente insiste en que la ILP que promueve, y que está a punto de alcanzar las 500.000 adhesiones necesarias para su tramitación en el parlamento, reclama la paralización de desahucios; la dación en pago retroactiva (que salve de una deuda perpetua a las personas ya desahuciadas desde 2007); y el alquiler social en las viviendas embargadas por los bancos, a cambio de una renta mensual que no supere el 30% de los ingresos familiares, siguiendo las recomendaciones de Naciones Unidas sobre derecho a la vivienda. José Luis Palacios
Quiénes hacemos el ¡Tú! Coordina: Mª Dolores Medina
Colaboran: José Ignacio Gámez, A. Berges, Roger Torres, A. A. Maestre, Chipola, Francisco Porcar, José Luis Palacios, Cristina López, Gregorio Burgos y Antonio Hernández. El ¡Tú! se imprime en papel couché de 100 gr/m2, ecológico, 100% libre de cloro y de otros compuestos sulfurosos. Nuestra dirección: Periódico ¡Tú!, Alfonso XI, 4 -4º, 28014 Madrid, y nuestros teléfonos son: 91 701 40 80, y 91 522 74 03 (fax) Edita: Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Depósito legal: M.40919–1996 La tirada de este número ha sido de 12.000 ejemplares.
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política en zapatillas
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eguro que la Iglesia no quiere decir lo que yo entiendo que dice: «Los traficantes cuyas prácticas usurarias y mercantiles provocan el hambre y la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. Este les es imputable» (Catecismo 2269). Yo entiendo que los banqueros que han provocado el suicidio de las personas que iban a ser desahuciadas son culpables de su muerte. Pero si así fuera, el gobierno habría dado órdenes de detenerlos y la oposición le habría urgido a ello. Seguro que Basilio Magno, San Basilio, en su homilía sobre la usura no la condena cuando explica: «El pobre buscaba una ayuda y lo que ha encontrado es un enemigo. Buscaba una medicina y ha encontrado un veneno. En vez de socorrerle en su pobreza lo que has hecho
es enriquecerte con su miseria». Cobrar dos o tres veces el valor de la vivienda no es usura, ni lo es quitarle la vivienda y dejarle la deuda para toda la vida. También creo que he entendido mal cuando la Iglesia dice «La exigencia de justicia que tiene su origen en Dios, es anterior a la exigencia del beneficio. Más vale poco, con justicia, que mucha
renta sin equidad» (CDSI 257). ¿Estamos locos o qué? Y me he debido liar con el principio del uso común de los bienes que razona Juan Pablo II: «La obligación de prestar subsidio a los desocupados… para la subsistencia de ellos y sus familias es una obligación que brota del principio fundamental del orden moral en este campo, esto es, del principio del uso común de los bienes» (LE 18). Por lo menos en este principio no debe entrar la vivienda ni la mayoría de los parados. Como todo esto son cosas de Iglesia, y ya se sabe, me he ido a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a nuestra Constitución, y he quedado desconcertado: ¡defienden derechos y justicia para las personas! O yo no entiendo nada, o lo de la dignidad humana es un camelo. A.A. Maestre
cultura
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¿Quién debe a quién?
a movilización social contra los desahucios está dando sus frutos y quienes hasta hace bien poco no querían saber nada, parece que comienzan a darse por enterados de este desastre social. Veremos en qué acaba todo. Los bancos ya han advertido que, en cualquier caso, «las deudas hay que pagarlas». Algunos hasta dicen que «las deudas son sagradas». Ni siquiera vamos a decir que perdonar las deudas tiene un hondo valor humano y social, porque eso queda muy lejos del entendimiento de los mercaderes. Solo vamos a hacer unas preguntas: ¿las deudas injustas también hay que pagarlas?, ¿qué ocurre cuando alguien no puede pagar las deudas porque se lo han robado todo, su empleo, sus ingresos, su casa, sus derechos…?; y sobre todo: en realidad, ¿quién debe a quién? La verdad es que la deuda de las entidades financieras con nuestra sociedad es enorme. Sus intereses, su codicia, sus negocios, han desviado durante años enormes recursos sociales a la especulación inmobiliaria y financiera. Han desangrado la
economía del país en su propio beneficio. Más aún: bancos, promotores inmobiliarios y los dos partidos gobernantes en España, PP y PSOE, han convertido un derecho fundamental de personas y familias, la vivienda, en un negocio. Así han robado ese derecho a personas y familias. Han convertido la hipoteca en un elemento de esclavitud social: hay que estar trabajando toda la vida para pagarla, en una deuda injusta por especulativa y abusiva. Para acceder a ese derecho básico muchas familias han sido forzadas a endeudarse de por vida. ¿Quién debe a quién? Son quienes han provocado esa situación los que tienen una deuda enorme con la sociedad. En particular con las personas y familias que han dejado en la calle y endeudadas. ¿Cuándo restituirán todo el daño que han hecho? ¿Cuándo restituirán el derecho a una vivienda digna para todos? ¿Cómo pagarán esa deuda? Porque esa deuda sí es sagrada, se refiere a algo necesario para que personas y familias tengan una vida decente. Porque sagrada solo hay una cosa: la persona. Francisco Porcar
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la ventana del mes
Otra vida familiar es posible
Vivir sencillamente de un solo s María Jesús Rodríguez respondió negativamente a la llamada que recibió, cuando su hija Lucía cumplió los cuatro meses, para volver a trabajar de cajera en un supermercado. Ella y su marido, Javier Casero, habían decidido vivir con un solo sueldo.
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a verdad es que el salario de Javier es decente, les da para «llegar bien a fin de mes, al menos la mayoría de ellos». Es funcionario en el Ayuntamiento de Carrión, una localidad próxima a Ciudad Real. El y su mujer forman parte del equipo de la HOAC «La Granja» en la diócesis manchega, aunque en la actualidad ya no se reúnen en la parroquia del barrio del que tomaron el nombre, sino en la de Los Ángeles. La realidad de un mercado laboral hostil a las familias obliga a muchas trabajadoras, especialmente madres con trabajo precario, a elegir entre familia y empleo. María Jesús lo expresa con naturalidad: «nadie me ha ofrecido un trabajo que no pudiera rechazar, que fuera a tiempo parcial compatible con el cuidado de mis hijos o sumamente interesante. La verdad es que tampoco lo he buscado. Lo que tenía claro era que no tenía sentido ponerme a trabajar fuera de casa y dejar a otras personas que se encargaran de mis hijos». La elección de esta familia no ha supuesto dramáticos sacrificios. «Es verdad que nuestras vacaciones son de lo más sencillas, no viajamos al extranjero, tenemos un coche viejo, no nos hemos cambiado de piso, ni vamos a cenar a
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grandes restaurantes», añade Javier, quien aclara que les encanta «ir con la tienda de campaña y dormir todos juntos en un camping o ir al pueblo con los abuelos». Es más, resulta gratificante, en palabras de su mujer: «poder estar más cerca de nuestros hijos (Lucía y Guillermo) dedicándoles un tiempo y una educación familiar y personal que en estos tiempos consideramos imprescindibles y que no se valora lo suficiente, pues se da más importancia al poder adquisitivo». Al no tener familia en Carrión de la que tirar para atender a sus hijos, la opción «fue de lo más natural». No niega esta antigua militante del Movimiento de Jóvenes de Acción Católica que al principio su exclusiva dedicación a la casa y la niña no fue del todo fácil: «costaba llevar la casa, estar con mi hija, había ratos de todo y sentía ciertas ganas de salir, pero el tiempo te va poniendo en tu sitio». Pero, reconoce, que según se han ido haciendo mayores sus hijos, ha ido sacando cada vez más momentos para hacer otras cosas. María Jesús, junto a su marido, tenían claro que querían construir una familia militante cristiana abierta también a la participación social. No todo se podía reducir al tra-
Los Cubero Rodríguez de excursión.
Querían construir una familia militante cristiana abierta también a la participación social. Necesitaban desarrollar el trabajo del cuidado de los otros bajo asalariado o al trabajo en la familia, también necesitaban desarrollar el trabajo del cuidado de los otros. De este modo, María Jesús llegó a presidir la Asociación de Madres y Padres de Alumnos. También, acudir semanalmente a sus reuniones con los militantes que forman su grupo base en la HOAC. «Recuerdo que cuando tenía un trabajo de tarde, me costaba más seguir el ritmo. Si hubiera tenido un empleo remunerado seguramente no
estaría donde estoy ahora o no hubiera podido acompañar a una vecina que acaba de perder a su marido», añade María Jesús. Y por supuesto, mostrarse disponible para las necesidades más humanas de sus vecinos, como puede ser el acompañamiento ante momentos de infortunio. Como familia intentan inculcar a sus hijos la sobriedad en el consumo, lo que no siempre resulta fácil. Su hija, rodeada de familiares y amigos con móvil no para de insistir para
Equipo de «La Granja» de la HOAC de Ciudad Real.
sueldo que le compren uno. «Ahora que ha empezado en el instituto, parece bueno poder localizarla a través del teléfono en todo momento, pero nosotros crecimos sin él y cuando pasaba algo conseguían ponerse en contacto con nuestros padres», detalla Javier, quien no obstante, señala que «es una suerte tener una familia extensa de gente sencilla con un tren de vida no muy alto porque eso ayuda mucho». Otra cosa son los compañeros de trabajo, a los que año tras año les tiene que explicar que se ausentará de la opípara cena de Navidad, al considerar que no hay razones para incurrir en tal dispendio para «poder estar todos juntos». Javier, que colabora en Cáritas de la parroquia de Santiago Apóstol de Carrión, «donde aterrizamos cuando empezamos a llevar a Lucía a la catequesis», matiza sobre su particular estilo de vida que «no es algo que vayamos por ahí aireando», aunque es de la opinión de que «algunas decisiones supongo que
pueden cuestionar a otros». Con todo, no se consideran una «familia perfecta». Son conscientes de vivir en una sociedad materialista, individualista y consumista en la que vivir los valores del Evangelio e intentar transmitirlos a nuestros hijos representa «una gran dificultad». Saben que habrá otras familias en las que no hay más remedio que los dos trabajen fuera de casa, pero ellos pueden decir que llevan una vida tranquila y feliz, aunque, como dice María Jesús «nunca estás parada». Javier lo dice en pocas palabras de este modo: «nos sentimos bien así».
«Es una suerte tener una familia extensa de gente sencilla con un tren de vida no muy alto porque eso ayuda mucho»
¿Qué dice la Doctrina Social de la Iglesia? La Doctrina Social de la Iglesia viene insistiendo, por una parte, en valorar y reconocer la trascendencia e importancia de las labores de cuidado tradicionalmente desempeñadas por mujeres y, por otra, apelando a los varones para que se comprometan cada vez más también en este campo. Incluso llega a plantear la posibilidad de retribuir económicamente unas tareas tan claves para el desarrollo de las sociedades y de las personas. «En la relación entre la familia y el trabajo, una atención especial se reserva al trabajo de la mujer en la familia, o labores de cuidado familiar, que implica también las responsabilidades del hombre como marido y padre. Las labores de cuidado familiar, comenzando por las de la madre, precisamente porque están orientadas y dedicadas al servicio de la calidad de la vida, constituyen un tipo de actividad laboral eminentemente personal y personalizante, que debe ser socialmente reconocida y valorada, incluso mediante una retribución económica al menos semejante a la de otras labores. Al mismo tiempo, es necesario que se eliminen todos los obstáculos que impiden a los esposos ejercer libremente su responsabilidad procreativa y, en especial, los que impiden a la mujer desarrollar plenamente sus funciones maternas» (Compendio de la DSI, 251).
Estampa de la familia Cubero Rodríguez.
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¿quién es? Ernesto Morales Contreras, Presidente de la JOC:
«Rezamos desde la vida, y ese diálogo con Dios nos devuelve a la vida» Este maestro en Educación Musical nacido en Ciudad Real hace 30 años, hijo de ex militantes de la HOAC, ejerce desde septiembre de 2012 la presidencia de la JOC. Transcurridas sus primeras semanas en Madrid y en pleno lanzamiento de la nueva campaña jocista sobre educación, nos ha parecido oportuno conversar con él. –¿En qué momento se encuentra la JOC hoy en día? –La identidad de la JOC como movimiento juvenil, con una militancia «con fecha de caducidad» nos hace estar en constante renovación. La JOC actual es muy joven y, por eso, tenemos que ir adaptando las estructuras que hemos heredado a la realidad de la nueva militancia. Estamos, a nivel estatal, en clave de «extensión», para hacer llegar el mensaje de la Iglesia, y de la JOC, al máximo número de jóvenes. Necesitamos transmitir la experiencia personal de lo que la JOC significa para los y las que la formamos. Hoy en día es muy difícil tratar de «convencer» a nadie de nada, esa no es nuestra función. –¿Qué le puede aportar hoy día la JOC a esta Iglesia nuestra tan volcada en encontrar las claves de la Nueva Evangelización, en este año dedicado a la fe y en el que se conmemora el 50 aniversario del Vaticano II? –Lo que la JOC aporta es el contacto directo con la realidad juvenil, y en concreto, de los y las jóvenes más precarios. Los y las militantes de la JOC profundizamos nuestra fe a través del trabajo diario, en el contacto con la realidad: reza-
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mos desde la vida, y ese diálogo con Dios nos devuelve a la vida. Somos muchos los que vivimos nuestra fe desde ese lado de la sociedad, y eso es lo que tenemos que transmitir, tanto dentro como fuera de la Iglesia. –¿Qué significa en la JOC lanzar una nueva campaña? –Es siempre un momento muy especial, tener a jóvenes por distintas ciudades y regiones reflexionando, trabajando y llevando acción sobre un mismo tema es muy emocionante. Es también un medio excelente para llegar a nuevas realidades. Además, con el tema de la educación, tan en el candelero en estos tiempos, esperamos contactar con mucha gente que está sufriendo en primera persona recortes, privatización, falta de becas, subida de tasas…, además es una buena manera de trabajar junto con otros movimientos que también están centrados en el tema. –¿Por qué os preguntáis «Educación. En qué? Pa´qué? Pa´quién?». –La educación tiene que ser el motor de cualquier sociedad que se considere «avanzada». Es la base para evitar desigualdades y la única herramienta que los últimos, los que no cuentan para el sistema, tienen para
escapar de esa situación. A través de la educación nos desarrollamos afectiva, personal, y socialmente, y, dependiendo de la educación que recibamos, seremos de una manera o de otra. Por eso todos los gobiernos la tienen muy en cuenta, para lo malo y para lo bueno. Vemos cómo se quiere reservar
la educación de calidad para aquellos que puedan pagársela y condenar a los de abajo a la ignorancia, para hacerlos más manejables. La educación es un «lujo» del que la sociedad no puede permitirse prescindir si quiere seguir avanzando. José Luis Palacios
Aparato crítico Los pobres no tienen quien les escriba
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i uno escribe «Huracán Sandy Haití» en Google, el buscador le devuelve 18.600 resultados, pero si pone «Huracán Sandy Estados Unidos» la cifra llega a los 208.000 resultados. Es verdad que el daño causado en la nación presidida, de nuevo, por Obama fue mayor que en otras áreas y que este país, después de todo, es más grande y más poblado. Sandy segó la vida a 115 personas en América del Norte, a 54 en Haití y a 11 en Cuba. Pero hay también otro factor que ayuda a explicar el distinto tratamiento de la catástrofe causada: en Estados Unidos hay más administraciones públicas y entes privados que hacen de fuentes informativas y más medios de comunicación que difunden las noticias. Dos semanas después de su paso por la costa este de Estados Unidos, fuimos informados puntualmente de que había cerca de 165.000 hogares sin servicio eléctrico, mientras que en Haití, tras el terremoto del 2010, sigue habiendo 400.000 personas desplazadas que carecen de un verdadero hogar. Por los grandes medios de comunicación supimos también de la desesperación de muchos ciudadanos estadounidenses que intentaban re-
cuperar su vidas. Pero hay que rebuscar mucho más para enterarse de que en Nueva York, había, antes del paso de este último huracán, más de 50.000 personas que dormían en las calles y más de 45.000 (de los que 20.000 son niños) que viven habitualmente en albergues municipales, a los que poco importa si las eléctricas restablecen o no el suministro doméstico de energía. El relato de la actualidad, el presente convertido en historia en el mismo instante en que acontece, también está escrito por los vencedores, o al menos, por quienes tienen más influencia o poseen directamente las herramientas para escribirlo. ¿No tienen los pobres quienes les escriban? Cristina López
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Hay que mirar por la persona
¿Qué habría que hacer? Ante todo hay que mirar por la persona, las personas. Mirar y defender la dignidad de cada persona. Y dignidad quiere decir que todo hombre y mujer se merecen, son dignos, de ser muy queridos, muy atendidos y no dejados en la cuneta y a su suerte, muy respetados en sus derechos. Mirar y defender la dignidad del trabajador, que es una persona que trabaja, y su dignidad se mide por sus derechos. Todos debemos tener esta mirada: todo hombre y mujer, los po-
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egún un estudio de la Universidad de Zurich 147 grandes corporaciones trasnacionales, principalmente financieras y minero-extractivas, controlan la economía global. ras analizar 43.060 multinacionales, los investigadores descubrieron las redes tejidas entre sus propietarios –unas tienen acciones en las otras y viceversa– hasta llegar a la «super entidad» que forman estas compañías. stas poco menos de 150 empresas, el 1% de las empresas existentes en el mundo, que operan en varios países del mundo controlan conjuntamente el 40% de la riqueza de la economía global. as estrechas conexiones entre las corporaciones más grandes del mundo las hacen especialmente influyentes pero también provocan que las relaciones económicas sean muy vulnerables, ya que las dificultades de una se propagan al resto, como hemos visto con el colapso financiero de 2008. egún el libro de David Rothkopf «Súper-clase: la Elite de Poder Mundial y el Mundo que Está Creando», la súper elite abarcaría aproximadamente al 0,0001 por ciento (1 millonésima parte) de la población del mundo y comprendería a unas 6.000 ó 7.000 personas. Entre ese grupo habría que buscar a los dueños de las 147 corporaciones del estudio de los investigadores de Zurich.
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La mirada justa levamos muchos meses duros. Recortes por todos los lados. Aumento del número de parados. No digamos con los desahucios de las viviendas; es tremendo y asombroso que puedan ocurrir tales cosas. Hemos vivido la huelga y enormes manifestaciones. La gente está harta, descontenta, tiene miedo, no sabe qué va a pasar en el futuro.
¿Sabías que.. ?
líticos, los empresarios y financieros, la Iglesia, etc. Y para respetar la dignidad de la personas, todos éstos debemos sacrificarnos y, lógicamente, los que mejor están, más. Hay que seguir mirando. Mirar a los pobres, a los que sufren las consecuencias de la crisis sin ser causantes de ella, las víctimas que sufren el paro, la falta de ingresos, el sufrimiento de las familias. Y una mirada justa exige esto: justicia social y solidaridad. Crezcamos en esta conciencia. Hay que gritarlo, hay que exigirlo. Hagamos una sociedad digna. Los cristianos que en Navidad celebramos el nacimiento de Jesús en una familia pobre, con toda seguridad, por amor y solidaridad, sabemos que hoy nacería en una familia que sufre la crisis. Gregorio Burgos
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evangelio en la calle
Así va el mundo
No acepto ningún premio
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n estos días pasados ha aparecido en los medios de comunicación el rechazo de un literato a un premio con su dotación correspondiente de unos cuantos miles de euros. Sé que a mucha gente le ha resultado ejemplar una decisión de tan gran calibre. No todos los días se produce una noticia así. La que se da es justamente la contraria: la concesión de distinciones, honores, medallas, premios, reconocimientos…, a distinguidas personalidades que, por lo general, se pirran por ser homenajeados por cualquier motivo. Situarse en el podio, tarima y escenario es muy deseado en la sociedad de la imagen. Por eso, la noticia del rechazo es una raya en el agua y produce choque. He querido saber las razones de la renuncia al premio pero, la verdad es que, pensándolo bien, al final no me han importado demasiado. ¿Por qué? Porque lo que interesa ahora es la no aceptación frente a una sociedad tan complaciente ante los reconocimientos, a veces, tan huecos y tan poco merecidos. La postura del escritor nos lleva de la mano a aquél que rechazó de plano toda clase de honores: «Cuando la gente vio aquel signo exclamó: Este hombre tiene que ser el profeta que debe venir al mundo. Jesús de Nazaret se dio cuenta de que pretendían proclamarlo rey. Entonces se retiró de nuevo al monte, él solo» (Juan 6, 14-15). «Pilato preguntó: ¿Eres rey? Jesús respondió: Soy rey, tú lo dices. Pero mi reino consiste en ser testigo de la verdad» (Juan 18, 37). En otra ocasión dice que cuando seas invitado te pongas en el sitio menos importante (Lucas 14, 10). El comportamiento contracorriente del novelista y del Evangelio coincide. Sin duda, el mejor reconocimiento que el ser humano puede recibir es el esfuerzo sencillo y humilde de cada día en la lucha por la existencia personal y comunitaria. «Ven, Señor Jesús» (Apocalipsis 22, 20) era la petición de los primeros cristianos y es hoy la nuestra: que Cristo nos dé fuerza para cambiar honores por servicios. Antonio Hernández-Carrillo
2ª Edición
El informe de Human Right Watch «Curtidurías tóxicas: Las repercusiones para la salud del cuero en Hazaribagh, Bangladesh» detalla los riesgos para la salud y la seguridad que sufren los trabajadores de las curtidurías y las comunidades locales expuestos a productos químicos utilizados en unas 150 instalaciones de Hazaribagh, la antigua zona industrial de Dhaka, una de las mayores zonas de producción de cuero de Bangladesh. Los trabajadores corren el riesgo de sufrir enfermedades de la piel y trastornos respiratorios causados por la exposición a los productos químicos de curtido, pero también amputaciones de extremidades causadas por accidentes en las peligrosas máquinas utilizadas. La investigación ha revelado, además, la presencia de niños que trabajan muchas horas sin equipo de protección personal. Los residentes de barrios pobres de Hazaribagh se quejan de la extrema contaminación del aire, el agua y el suelo. Según estimaciones del Gobierno, unos 21.000 metros cúbicos de vertidos sin tratar se liberan cada día en Hazaribagh.
Conocer la realidad es el primer paso para disponerse a cambiarla Pedidos: Ediciones HOAC. Calle Alfonso XI, 4, 4º 28014 Madrid 2ª Edición 91 701 40 83 www.hoac.es - www.edicioneshoac.org
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