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Clamor por el Trabajo Digno
Cándido López y Encarna Méndez
HOAC.es • Nº 172 • octubre 2016 • III Época • 0,80€
Trabajo decente, expresión de dignidad
C
on motivo de la Jornada Mundial del Trabajo Decente, «Iglesia por el Trabajo Decente» convoca durante este mes y por segundo año consecutivo, en así lo las diócesis del país, gestos y actividades públicas para visibilizar la importancia de extender en la sociedad y en la Iglesia la defensa del trabajo decente. La iniciativa impulsada por Cáritas Española, la Confederación de Religiosas y Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC) se consolida como espacio de coordinación para favorecer dinámicas de sensibilización, visibilización y denuncia sobre una cuestión central en la sociedad y esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano decente. La exigencia de trabajo decente no es ajena en la Iglesia. Por citar tres ejemplos: 1) la encíclica Rerum novarum del papa León XIII: «a nadie le está permitido violar impunemente la dignidad humana, de la que Dios
mismo dispone con gran reverencia; ni ponerle trabas en la marcha hacia su perfeccionamiento» (n. 30). 2) Caritas in Veritate, de Benedicto XVI el trabajo decente es «exvemos presión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer» (n. 63). En Laudato si’ el papa Francisco insiste en la importancia de la dignidad del trabajo y del trabajo digno para la realización de la dignidad humana, la lucha contra la pobreza y la configuración de una sociedad que, con el trabajo de las personas, cuide la vida de todos y la casa común, realizando así la vocación humana (n. 128). Defender el trabajo decente significa poner en el centro a la persona en vez de la rentabilidad económica; ir más allá del empleo y distribuirlo justamente; reconocer los trabajos de cuidado necesarios para la vida; luchar por condiciones dignas y el cumplimiento de los derechos; conciliar trabajo y descanso; y desvincular derechos y empleo. Es una misión irrenunciable ante el aumento de las desigualdades y de la pobreza laboral. Y es esencial para una sociedad más decente.