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Movimientos Populares 2016
Gregorio Alonso, «Pro Ecclesia et Pontifice» HOAC.es • Nº 174 • diciembre 2016 • III Época • 0,80€
Esperanza en el futuro A
cabamos de conmemorar los 70 años de existencia de la HOAC. Ocasión para recordar la entrega ejemplar de tantos hombres y mujeres que han así lo creído en Jesús y su Evangelio, y los abundantes frutos que ha dado este movimiento especializado de Acción Católica. Un momento para actualizar, sin caer en la autocomplacencia ni la nostalgia, importantes enseñanzas válidas para el futuro. La HOAC nació por iniciativa de la Iglesia de posguerra, para responder a la necesidad pastoral de compartir el ideal cristiano también con las familias obreras. Dos grandes intuiciones guiaron sus primeros pasos: la necesidad de la especialización (vivir y hablar como las personas trabajadoras más pobres) y el acompañamiento entre iguales (quienes comparten los mismos gozos y las mismas penas). Muy pronto, la HOAC se situó en la frontera, en la periferia, en la encrucijada, hasta lograr ser fiel a la Iglesia y al mundo obrero, en medio de las dificultades. Nada de todo esto hubiera sido posible sin reconocer la presencia salvífica del Dios que engrandece la fragilidad humana y urge a la conversión permanente.
Hoy sigue siendo necesario multiplicar y compartir con quienes más lo necesitan las buenas obras que el Dios cristiano realiza en sus hijos e hijas. Hacen falta obreros vemos y obreras dispuestos a construir el proyecto de liberación y fraternidad revelado en la persona de Jesucristo. Es crucial recordar que «la actividad humana, así como procede del hombre, así también se ordena al hombre», para que se haga verdad que la persona «con su acción, no sólo transforma las cosas y la sociedad, sino que se perfecciona a sí misma (LE, JP II)». Ahora, cuando la dignidad humana se ve amenazada por el empobrecimiento, la precariedad y el desempleo que genera la cultura del descarte, más que nunca. Por eso, la HOAC, sus miembros, simpatizantes y allegados, junto a todas aquellas personas que apuestan por un mundo más humano, quiere hacer realidad las palabras del papa Francisco, cuando invita a los cristianos a «desarrollar su creatividad y su entusiasmo, para resolver los dramas del mundo, ofreciéndose a Dios ‘‘como un sacrificio vivo, santo y agradable’’(Rm 12,1)».