Tu 175 by Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)

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El futuro de las pensiones

Julio Agredas, un cura para los demás HOAC.es • Nº 175 • febrero 2017 • III Época • 0,80€

«H

an empeorado las condiciones para que las personas y las familias puedan abrir un nuevo periodo de mejora, más allá de su así lo positividad y esperanza», afirma Cáritas en su último informe «Exclusión social y recuperación económica». Tras decretar el fin de la crisis económica, la familia sigue desabrigada. A lo que hay que añadir las presiones del resto de instituciones con lógicas que operan en dirección distinta al amor humano, en especial el mercado. La flexibilidad unilateral y la precariedad consagrada en las leyes que regulan las relaciones labores están provocando salarios insuficientes, dificultades para la conciliación y obstáculos para la realización de los

proyectos personales y familiares. La alimentación, la salud, la educación, el hogar y su habitabilidad se han convertido en mercancías, no en derechos. vemos La familia, en sus diversas formas, necesita reconocimiento y protección social, más aún cuando la crisis económica ha puesto en peligro el papel imprescindible de las familias como red de protección social frente a la pobreza y la exclusión. La HOAC reclama no solo el respeto a los derechos individuales, sino también el de las familias. Las instituciones públicas han de desarrollar políticas justas que permitan el desarrollo del trabajo digno, que fomenten una cultura colectiva basada en el bien común y una justa distribución de los bienes y servicios, respetando la naturaleza.

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con Dios en la vida obrera

la calle

Dios siempre Las abusivas cláusulas suelo atina de las hipotecas

s un hecho. Dios no da una puntada sin hilo. Aunque no siempre lo comprendamos. Y ese es nuestro problema. Todo lo queremos controlar. Pero ella sabe que solo desde la confianza en Él es como nos humanizamos y creamos comunión. Desde su ilógica lógica del amor. Desde ahí, a pesar de su rebeldía o precisamente por ella, ha intentado edificar su vida. Así, junto a su marido, han afrontado la construcción de su familia, su opción por vivir una vida buena en lugar de una buena vida, su ser parroquia, su compromiso en el comedor social de Cáritas, el descubrimiento de la implicación política de su fe... Ella sabe vivencialmente que ser cristiana no es hacer cosas sino ser para Cristo, para su Iglesia y para los pobres. Y eso no tiene horario. Pero sí necesita de la oración. Una oración a pie de obra. Unida a la vida de aquellas personas que acompaña. Ese diálogo con Dios, a veces tranquilo y a veces turbulento, es lo que la empuja y la sostiene. Y es que ella sabe que Él siempre atina.

Teresa Jiménez Zamorano

El 21 de diciembre de 2016, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) consideró abusivas las ÿcláusulas sueloŸ de los préstamos hipotecarios (o hipotecas), declarando su retroactividad total (es decir, el reconocimiento de que la banca debe devolver los importes que ha cobrado por esta cláusula, desde el momento que se firmó la hipoteca).

e trata de una condición impuesta por las entidades bancarias que les otorga el privilegio de cobrar un interés mínimo, cuando el interés de referencia se sitúa por debajo de esos topes o mínimos (existen también las cláusulas «techo» que dado el contexto económico no se han activado). Los intereses se calculan en referencia a un índice denominado euríbor (la tasa de interés media de los préstamos entre los bancos europeos). Varía constantemente en función de la evolución de la economía europea. En 2008 era del 5% y las hipotecas solían firmarse sumando 1 punto a ese interés: al 6%). A partir de 2009 el euríbor bajó constantemente, llegando a situarse en el 0% e incluso en valores negativos. Pero con las cláusulas suelo (en general situadas entre el 2 y 3%) no disminuía lo que las personas hipotecadas debían pagar. Las hipotecas constituyen la principal carga de endeudamiento para las familias. La denominada «cláusula suelo» supone un enorme desequilibrio entre los derechos y obligaciones de las entidades bancarias, y las personas o familias hipotecadas. Ahora la justicia reco-

Manos Unidas ha lanzado su nueva Campaña anual con el lema «El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida» (#ComprometeteconManosUnidas), para hacer hincapié en tres cuestiones esenciales y urgentes para acabar con la pobreza y el hambre en el mundo como son el desperdicio de alimentos, la lucha contra la especulación alimentaria y el compromiso con una agricultura respetuosa con el medio ambiente que asegure el consumo local.

noce la obligación de la banca de devolver las cantidades injustamente cobradas, gracias a una macrodemanda iniciada hace 10 años. El Gobierno, con apoyo de Ciudadanos y el PSOE ha elaborado un decreto ley para arbitrar la devolución de estas cantidades al millón y medio de afectados, según se estima. Los bancos podrán negarse cuando consideren que no hay opacidad en los contratos firmados, mientras que los hipotecados siempre podrán acudir a los tribunales. Continuar con «la lucha colectiva y organizada de los consumidores es la única manera de forzar a los bancos a que cumplan lo reconocido por la Justicia», dice la organización de consumidores ADICAE. Saúl Pérez @sauljoc

El equipo de Caridad-pobres, en el que participa la HOAC, de la diócesis de Ávila, ha organizado la jornada «Solidaridad, derechos y bien común» para de seguir concienciando de los problemas sociales que aquejan a nuestro mundo de hoy y la necesidad de que actuemos para solucionarlos. Al término de la charla, se celebró un «círculo de silencio» para defender el derecho a una vivienda digna, la atención las personas sin hogar y el derecho de los refugiados.

Convocado por la HOAC de Murcia, se ha celebrado en el Hospital Psiquiátrico «Román Alberca», en El Palmar (Murcia) un acto a favor de la acogida de personas refugiadas. La pancarta, que reza «Parar la guerra. Abrir las fronteras», será colocada en los próximos días en las parroquias de San Juan Bosco, en Cieza, y en la de Nuestra Señora de Loreto, en Algezares, por iniciativa de sus párrocos, que a su vez son consiliarios de la HOAC.

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política en zapatillas

El necesario debate político o sé si hemos caído en la cuenta de que estamos siendo arrastrados por un tsunami de inmoralidad que nos impide abordar con seriedad los gravísimos problemas que tenemos: la pobreza y la desigualdad; el desempleo y su relación con la ciencia y la técnica; la destrucción del planeta y la paz. Es verdad que la solución de estos problemas requiere un tratamiento científico-técnico, pero sobre todo precisa de un profundo equipamiento moral y ético para relacionarnos como seres humanos que buscan respuestas al sinsentido que estamos viviendo. La política debería ser uno de sus instrumentos más importantes, pero no lo es. Recientemente el economista Juan Torres abandonó el plató de la Sexta TV después de calificar como mentiras un conjunto de afirmaciones que se hicieron sobre él y sus planteamientos. Estas

cultura

Han convertido el debate político en un espectáculo rentable contaminándolo de este torbellino general que busca sacar dinero de todo, hasta del sufrimiento de los excluidos

fueron sus palabras: «España no se puede permitir lo que hacen aquí ustedes todas las semanas, porque España está ya harta de este tipo de debates que solamente ponen por delante la agresión,

¡Justicia en el salario!

l salario es vital para las personas y las familias trabajadoras. Por eso es tan importante que sea un salario justo. Sin embargo, cada vez más trabajadores están privados de esta justicia en el salario. Según el último Informe Mundial sobre Salarios de la Organización Internacional del Trabajo, se están produciendo en el mundo tres hechos muy negativos: el salario real está estancado o bajando, la participación salarial en el PIB hace tiempo que disminuye (es decir, cada vez los salarios reciben una parte menor de la riqueza social que genera el trabajo, porque se la quedan otros), y aumentan las desigualdades salariales, que son muy grandes. Lo mismo ocurre en España. Dice la Doctrina Social de la Iglesia que el salario justo es la verificación concreta de la justicia de todo el sistema económico y social; que un salario justo es aquel que permite vivir dignamente a la persona trabajadora; y subraya algo muy importante, la dimensión familiar: un salario justo para una persona adulta que tiene responsabilidades de

el insulto, y a veces la mentira… Yo soy una persona seria, un académico, y no participo de estas locuras». Pero «estas locuras» son un negocio. Han convertido el debate político en un espectáculo rentable contaminándolo de este torbellino general que busca sacar dinero de todo, hasta del sufrimiento de los excluidos. La imagen que dan invita a pensar que no se buscan respuestas, sí aparecer, quedar bien, dar buena imagen, que hablen de ti aunque sea mal, porque si no apareces no existes. Es necesario un cambio de mentalidad, que no consiste en que los demás nos den la razón, sino en que todos abandonemos el circo para encontrarnos unos con otros. El precio que hay que pagar es nadar contra corriente, aparecer como «raros» para que, algún día, todos seamos normales. A.A. Maestre

familia es el que sea suficiente para formar y mantener dignamente una familia. Luego, lo que está ocurriendo significa que nuestro sistema económico y social es cada vez más injusto. Cada vez más trabajadores perciben salarios muy bajos. Se ha extendido lo que se denomina «trabajadores pobres», aquello que aún teniendo un empleo tienen salarios tan bajos que no pueden cubrir sus necesidades básicas. Con frecuencia se hacen contratos con bajos salarios por unas pocas horas de jornada laboral, pero después de forma fraudulenta esa jornada se alarga por muchas más horas; otras veces no se produce ese fraude pero lo salarios son también miserables. Es cada día más necesario defender y extender una cultura del salario justo como un derecho básico de toda persona trabajadora y un deber de justicia, frente al perverso discurso de que cualquier empleo vale. Muchas familias sufren las consecuencias de esta injusticia y muchos jóvenes no pueden formar una familia por la misma razón. Francisco Porcar

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la ventana del mes

Sin ingresos suficientes no hay vejez digna Este año, las pensiones han subido menos (0,25%) de lo que se espera que lo haga el coste de la vida (1,2%). Desde la reforma del 2013 los incrementos están ligados a la buena salud de la caja Seguridad Social donde van a parar las cotizaciones de los trabajadores y trabajadoras. ada vez, las pensiones serán más bajas y será más difícil tener derecho a un ingreso suficiente durante la jubilación. Es lo que se viene persiguiendo reforma a reforma, a cuenta de la supuesta incapacidad para financiar el sistema, entre otras cosas debido al envejecimiento de la población. Las dos últimas reformas del sistema de pensiones (en 2011 con Zapatero, y 2013 con Rajoy) podrían provocar, según algunos estudios, que las pensiones se reduzcan entre un 20% y un 40% en próximas décadas. El sistema de protección social no es precisamente espléndido con nuestros mayores. El 70% de los jubilados y jubiladas cobran menos de mil euros al mes, mientras que solo el 0,3% recibe la pensión máxima, poco más de 2.500 euros. Sin embargo, las cuentas, con los números que se hacen ahora, no terminan de cuadrar. Cada mes la Seguridad Social recauda unos 8.400 millones de euros. Cantidad muy similar a la que debe destinar al pago de las pensiones. El problema de liquidez se da a la hora de abonar las pagas extras. Hasta ahora, se ha ido tirando del llamado Fondo de Reserva (un colchón que se había ido acumulando con lo que no se gastaba y con apor-

La cuestión sigue siendo cómo asegurar una vejez digna. El sistema de pensiones actual, a pesar de las muchas y graves deficiencias, se ha revelado como un buen instrumento para organizar la solidaridad intergeneracional

taciones extraordinarias que se hicieron en otra época). Pero ese colchón arrojará en 2017, si nada cambia, una diferencia entre ingresos y gastos negativa. No deja de ser un apunte contable en las cuentas del Estado, un déficit a financiar como el resto de la

deuda del Estado, abismalmente mayor que el agujero de las pensiones (18.000 millones en pensiones frente a 250.000 millones de deuda total). Pero de seguir como hasta ahora, el agujero cada vez será más grande. La cuestión sigue siendo

cómo asegurar una vejez digna. El sistema de pensiones actual, a pesar de las muchas y graves deficiencias, se ha revelado como un buen instrumento para organizar la solidaridad intergeneracional, para compartir progresivamente la riqueza disponi-

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ble e incluso para combatir algo la pobreza de la población de más edad. Al menos, ha sido más eficaz que el aseguramiento privado. Unos servicios con grandes riesgos que la mayoría de la población no se puede permitir, pues la capacidad de ahorro cada vez es menor. Para los defensores del sistema público todavía hay margen para asegurar su sostenibilidad y viabilidad. Entre las soluciones que se proponen, está la reforma de la fiscalidad en general: crear o subir impuestos con los que sufragar las pensiones, si bien hay que reconocer que su diseño final puede suponer un lastre para la economía (si detrae recursos para la inversión) o un estímulo (asegurar o aumentar la demanda interna). Después de todo, España es el único país de su entorno que no complementa los ingresos del sistema de pensiones con impuestos finalistas y gasta en pensiones cuatro puntos menos que sus vecinos europeos (un 10% del PIB frente al 14% del PIB). Entre tanto, algunos defienden acabar con el tope máximo a las cotizaciones de los salarios más altos, eliminar las bonificaciones a la cuota empresarial de tantas modalidades contractuales y las desgravaciones de impuestos con que se premian los planes privados de jubilación. Dicen que la Seguridad Social ingresaría unos cuantos miles de millones de euros muy necesarios. La caja de las pensiones se vería muy beneficiada también si las nóminas se incrementan (aumentaría las cotizaciones) y se acaba con el fraude en el uso de las modalidades contractuales, al que se recurre precisamente para ahorrarse cotizaciones. Al fin y al cabo, la salud del sistema depende principalmente de la salud del empleo. No se entiende bien que el Estado se apresure a rescatar

No se entiende bien que el Estado se apresure a rescatar bancos, autopistas de peaje quebradas y pagar la factura del gasto militar, y no encuentre la manera de asegurar la suficiencia de las pensiones públicas que garantizan una vejez digna bancos, autopistas de peaje quebradas y pagar la factura del gasto militar, y no encuentre la manera de asegurar la suficiencia de las pensiones públicas que garantizan una vejez digna. «La realización de los derechos del hombre del trabajo no puede estar condenada a constituir solamente un derivado de los sistemas económicos, los cuales, a escala más amplia o más restringida, se dejen guiar sobre todo por el criterio del máximo beneficio», dejó escrito san Juan Pablo II en Laborem excersens 17. Sin embargo, más que la viabilidad del sistema que depende del ordenamiento de las prioridades políticas y de las medidas económicas que se tomen, lo que está en juego es promover la cohesión social y la existencia humana digna, libre y justa para

todas las personas, incluidas las de más edad. Para ello, es necesario reivindicar otra manera de conocer, de plantear y de resolver retos como el del aseguramiento público de la vejez. Lo cual demanda cambios importantes. En primer lugar, va a ser necesario un nuevo pacto, al estilo del que alumbró el Estado del bienestar, que contemple los derechos sociales como derechos universales, ligados a la dignidad de la persona y no únicamente al empleo. Con un empleo cada vez más escaso y precario, el empleo no puede ser el sostén y garantía de los derechos sociales (incluido el derecho a una pensión digna). En segundo lugar, la financiación de las prestaciones tampoco puede realizarse solo a partir de las cotizaciones de los trabajadores. Los beneficios de la economía es-

peculativa, por ejemplo, deben contribuir también a sostener las finanzas públicas. También los obtenidos a través de la automatización y digitalización de la producción, con efectos devastadores sobre los niveles de empleo, deberán ser considerados impositivamente de forma que contribuyan a mantener la protección social. Y por último, se impone una nueva concepción del empleo, más ligada a un contrato social que a uno individual, que se sufrague con los recursos obtenidos de la economía, a través de la responsabilidad social de las empresas de manera mancomunada. Lo que supone avanzar hacia una nueva economía centrada en el beneficio social y no en el individual. José Luis Palacios @jlpalas

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¿quién es? Julio Arguedas sigue en la brecha con 90 años:

«Hoy dominan el individualismo y la precariedad» Julio Arguedas, don Julio, nació el día 5 de diciembre del año 1926 en San Pedro de los Oteros (León). Ingresó en el seminario de León en el año 1939 y allí estudió hasta ordenarse sacerdote en 1951. Estuvo 18 años en un suburbio de León, en la parroquia de La Inmaculada donde impulsó la JOC. Desde entonces hasta hoy, colabora en la parroquia urbana de Santa Ana. Pertenece al equipo «Eugenio Merino» y colabora con la responsable de difusión.

Fue discípulo de D. Eugenio Merino en el seminario de León y de él le quedaron enseñanzas y actitudes. Asumió voluntariamente ser párroco en un barrio obrero y marginal, en las décadas años 50 y 60 del siglo pasado, donde no quería ir nadie. De ahí su preferencia por la promoción de los débiles, con niños en la escuela parroquial, ayudado por su hermana Nieves, acompañando a chicos y chicas en la JOC y animando y sosteniendo a nivel diocesano a la HOAC. Julio no ha sido nunca un cura obrero, si por tal se entiende el tener un trabajo en una empresa y así realizar su tarea evangelizadora. Más bien, ha sido un cura que ha priorizado la atención a las personas, ha apostado por la promoción de los trabajadores y trabajadoras para que descubran su dignidad como trabajadores y como hijos e hijas de Dios, a sabiendas de vivir en la incertidumbre, la angustia, expuesto a los comentarios maliciosos y amenazas. Alguien que ha favorecido fundamentalmente el encuentro y reunión de los trabajadores en las instalaciones de la parroquia, sentando así la iniciación de lo que fue el movimiento sindical en León en esos años 60 y posterior-

mente la asociación de vecinos. Los locales de su parroquia albergaron, con el respaldo del obispo Larrea, a los huelguistas de la construcción en el verano de 1976. El primer contacto con la HOAC lo tuvo, siendo seminarista, en el cursillo de obreros del que eran ponentes Eugenio Merino y Guillermo Rovirosa, en 1948 en León. Se incorporó a la HOAC en 1958 sustituyendo al consiliario diocesano. Su trabajo se ha desarrollado siempre en la parroquia, destacando su compromiso social durante los años en el suburbio, en la acogida… En-

tre sus muchas anécdotas cuenta que se negó a bendecir el edificio del Corte Inglés cuando se instaló en León porque era «una expresión del sistema».Vive con dos de sus hermanas, que le atienden con todo cariño y dedicación. –¿Qué le atrajo de la HOAC y por qué hoy en día sigue participando en su misión? Su plan de formación integral y su finalidad. –¿Cómo ha ido cambiando la HOAC? Lo esencial, las fidelidades, no ha cambiado. La maduración y actualización metodológica, sí.

–¿Qué echa de menos de entonces? La mística de D. Eugenio y los cursillos de D. Tomás. –¿Qué es lo que más valora del presente? La fidelidad de la HOAC a su ser Iglesia y misión. –¿Cómo ha cambiado el mundo del trabajo? Se ha pasado del sentido de clase al individualismo y del trabajo fijo a la precariedad. –¿Cómo ha cambiado la Iglesia?, ¿qué le alegra y que le apena de lo que ve hoy en la Iglesia? Viví con alegría la Renovación Conciliar, el pos-Concilio y ahora el pontificado del papa Francisco. Me apena la descristianización de muchos bautizados. –¿En qué le ha ayudado la HOAC y los militantes con los que convive en la actualidad? Me ha ayudado a dinamizar la vida y la pastoral de la parroquia y al conocimiento y difusión de la Doctrina Social de la Iglesia. –¿De dónde saca fuerzas y motivación para no perderse una reunión de su equipo? Pues de la actitud de comunión del equipo y de la Comisión Diocesana. Pilar Gallego y José Luis Gómez, HOAC León

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¿sabías que...?

la mirada justa

Comer o calentarse

legamos a situaciones casi inconcebibles, que pensábamos que no podían suceder. Quizás seamos unos ingenuos que no acabamos de conocer bien cómo es y funciona esta sociedad. Pienso en la llamada «pobreza energética», es decir, en los que carecen de dinero para poder alumbrar y calentar la vivienda, en los que no pueden mantenerla a una necesaria temperatura. Debido a la crisis económica actual, a la falta de trabajo, a los trabajos tan precarios, a los sueldos bajos…, muchas personas y familias se ven ante esta disyuntiva: comer o calentarse. O no enchufan la calefacción o se les corta la electricidad, al no poder pagarla. Ha llamado la atención la anciana de Reus que murió entre el humo y el fuego, al usar la vela como luz. ¿Son muchas las personas en estas situaciones? Unos dicen que el 9% de la población, unos 6,2 millones, y otros afirman que son muchas más quienes no logran la temperatura necesaria para preservar la salud. Es una realidad indignante a la que no hemos prestado la debida atención. Al mirarla, nos preguntamos: pero, ¿qué sociedad estamos construyendo? Vergonzante. Si miramos, por tanto, las causas, veremos cómo debe ser nuestra actuación. La mirada de la enseñanza social de la Iglesia exige mirar

por la vida digna de las personas, que es la persona lo primero, que todo debe estar al servicio de la dignidad de las personas. Si una causa es la pobreza que se impone con la falta de trabajo, con el trabajo precario, con los sueldos bajos, etc., hay que exigir y luchar por los derechos laborales. Si otra causa es la subida creciente de los precios de la electricidad, hay que exigir medidas para que esto no afecte a las personas necesitadas. La Unión Europea ha aprobado directivas que instaban a los Gobiernos a aprobar planes contra la pobreza energética. Pero solo 17 países han legislado algo. El nuestro no. Seamos todos sensibles y solidarios. Gregorio Burgos

l 28,6% de la población española se encuentra en riesgo de exclusión social (hogares con carencias, bajos ingreso o poco empleo), según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada referida a 2015. Es un porcentaje algo menor que en 2014, cuando llegó al máximo histórico (29,2%). El 6,4% de los ciudadanos admite que sufren una carencia material severa. i se tienen en cuenta solo los ingresos, el 22,1% de la población residente en España se situó bajo el umbral de la pobreza, frente al 22,2% registrado el año anterior. a pobreza sigue afectando mayoritariamente a los menores de 16 años, siendo esta 6,7 puntos superior a la del conjunto de la población (28,8%). Pero la tasa de pobreza que afecta a la población de mayores de 65 años ha sufrido un repunte, al pasar del 11,4% al 12,3%. ara Cáritas, las ligeras mejoras en algunos indicadores no pueden esconder que «lo que sí han empeorado como consecuencia de la crisis son las condiciones de vida para que las personas y familias puedan abrir un nuevo periodo de mejora, porque su posición ya no es la misma y tampoco sus oportunidades». istóricamente, dado nuestro modelo social, la pobreza que se crea en épocas de recesión no desaparece posteriormente al llegar la recuperación económicamente, por lo que corremos el riesgo de invisibilizar a cada vez más sectores de la población. a fractura social se está ensanchado, las divergencias territoriales entre el norte y el sur crecen, mientras que la recuperación del empleo está siendo muy débil y, en algunos casos, muy alejada del ritmo necesario tener consecuencias importantes en los niveles de pobreza y desigualdad.

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evangelio en la calle

Así va el mundo

Te ofrecemos todo el día elante de mí tengo el librito: Te ofrecemos todo el día, editado por Ediciones HOAC y que escribí a petición de la Comisión Permanente de la misma HOAC. Yo ya he recibido el premio (o mejor, la bendición y gracia) a mi trabajo al ir desgranando y profundizando, una a una, las pequeñas oraciones que constituyen la Oración a Jesús obrero, que es parte de nuestra vida y de la vida de la JOC y de tantos cristianos. Como digo en la presentación, es una gran oración de acción de gracias, ofrecimiento y petición en el sentido más evangélico y en la línea de la mejor tradición de la Iglesia. Pero, bueno, no solo ya recibí la bendición al escribirlo, sino que volvió a descender sobre mí cuando leí el prólogo de nuestro amigo, hijo de militante de la HOAC y obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel. ¡Con qué unción explica él cómo reza nuestra oración! Merece la pena leerlo una y otra vez. La cosa no queda ahí sino que al final un grupo de militantes nos cuentan su experiencia al rezarla. ¡Qué riqueza y variedad! Muchos cristianos y cristianas la tenemos inseparablemente incorporada a nuestra vida. ¡Tú estás o puedes estar entre ellos, sin duda! El epílogo de nuestro amigo y teólogo Jesús va en la misma dirección. Ediciones HOAC con la presentación sencilla y esmerada ha hecho posible el texto. También me fueron muy útiles las aportaciones de Rafael D., Fernando D., Coqui y Serafín. Pero el agradecimiento mayor va dirigido especialmente a todos vosotros y vosotras que rezáis y lucháis gratuitamente sin esperar puestos de honor, ni dinero ni prestigio porque ya habéis recibido vuestra recompensa con creces, ya que el Señor Jesús os ha colmado de dignidad obrera y cristiana. ¿Qué más se os puede dar? Vuestra oración no es una cosa y la vida, otra, no. Cada reunión, pequeña lucha, oración, «cada día es para vosotros una nueva creación del universo» (Guillermo Rovirosa). Uno de nuestros milagros es la Oración a Jesús obrero. Pero nos faltan muchos más.

xfam Intermón ha publicado el informe Una economía para el 99% denunciando que tan solo ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial. Una minoría acumula más y más riqueza, mientras la mitad más pobre del mundo posee menos riqueza de lo que se pensaba. Con este ritmo de concentración de la riqueza, en 25 años se tendrá al primer «billonario» del mundo, alguien con tanta riqueza como toda la economía española actual. En España, la tendencia ha sido la misma en este último año y son ya solo tres personas las que acumulan la misma riqueza que el 30% más pobre del país, es decir, 14,2 millones de personas. Mientras tanto la brecha de la desigualdad sigue aumentando, lo que significa que el crecimiento económico solo está beneficiando a los más ricos. Es obsceno que la acumulación de riqueza esté en manos de tan pocos mientras que en el mundo, una de cada diez personas sobreviven con menos de dos dólares al día. Las mujeres se llevan la peor parte recibiendo menos salarios, sufriendo más discriminaciones en el ámbito laboral y asumiendo aún la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado. En el informe, Oxfam propone un modelo económico alternativo que ponga a las personas en el centro y una economía más humana.

Antonio Hernández-Carrillo Regala libros, regala cultura. Accede al catálogo de Ediciones HOAC y compra online.

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175 • febrero 2017

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