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El futuro de las pensiones
Julio Agredas, un cura para los demás HOAC.es • Nº 175 • febrero 2017 • III Época • 0,80€
«H
an empeorado las condiciones para que las personas y las familias puedan abrir un nuevo periodo de mejora, más allá de su así lo positividad y esperanza», afirma Cáritas en su último informe «Exclusión social y recuperación económica». Tras decretar el fin de la crisis económica, la familia sigue desabrigada. A lo que hay que añadir las presiones del resto de instituciones con lógicas que operan en dirección distinta al amor humano, en especial el mercado. La flexibilidad unilateral y la precariedad consagrada en las leyes que regulan las relaciones labores están provocando salarios insuficientes, dificultades para la conciliación y obstáculos para la realización de los
proyectos personales y familiares. La alimentación, la salud, la educación, el hogar y su habitabilidad se han convertido en mercancías, no en derechos. vemos La familia, en sus diversas formas, necesita reconocimiento y protección social, más aún cuando la crisis económica ha puesto en peligro el papel imprescindible de las familias como red de protección social frente a la pobreza y la exclusión. La HOAC reclama no solo el respeto a los derechos individuales, sino también el de las familias. Las instituciones públicas han de desarrollar políticas justas que permitan el desarrollo del trabajo digno, que fomenten una cultura colectiva basada en el bien común y una justa distribución de los bienes y servicios, respetando la naturaleza.