Tú! 187 junio by Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)

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El comercio justo busca consumidores responsables

HOAC.es • Nº 187 • junio 2018 • III Época • 0,80€

Ramir Pámpols y Nacho Román, militantes de la HOAC

Sabemos que las cosas pueden cambiar L

a crisis socioambiental «cuestiona la orientación general de la vida, su sentido», han dicho los obispos latinoamericanos. Así, «la crisis ecológica es un llaasí lo mado a una profunda conversión interior. Nada lograremos si el cambio de sistemas económicos y modelos de producción no es el reflejo de un cambio de mentalidad, conciencia, hábitos y corazón». De ahí que, señala la CELAM, «la evangelización auténtica se evidencia en una conversión ecológica integral». El Movimiento Católico Mundial por el Clima, con más de 650 organizaciones, está dando los primeros pasos hacia el cambio que necesita-

mos. Han pedido la desinversión en combustibles fósiles y promueven prácticas sostenibles en las diócesis y covemos munidades católicas. «Necesitamos parroquias, escuelas, universidades, cuyas prácticas den testimonio de una cultura ecológica que respeta, ama y defiende la vida, toda vida humana y toda la Creación», afirman. Hábitos y estilos de vida que han de llegar también a los centros de trabajo, las empresas, los barrios y los hogares. El Día Mundial del Medio Ambiente es también una ocasión para reforzar, con más fuerza si cabe, el compromiso de todo el Pueblo de Dios por el cuidado de la Creación.

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con Dios en la vida obrera

la calle

Rebosando humanidad

u espontaneidad nos habla de un mujer libre. La libertad que da el encuentro con Jesucristo. Ese que rompe ataduras y que nos libera para liberar. Ella, como el niño inocente del cuento, es capaz de señalar sin dudar que el rey va desnudo. ¡Cuántas puertas abiertas y muros derribados por su franqueza! Su búsqueda constante de intimidad con el Señor la ha llevado, junto a los suyos, a compartir tiempo y oración con la familia de Pueblo de Dios y con la comunidad de Taizé. Los que la conocen ya han comprobado que no es una fiebre de juventud sino una necesidad que lejos de amainar va creciendo con los años. ¿Cómo sujetar al Espíritu que silenciosamente va haciendo que nos encontremos con Él en lo más hondo de nosotros mismos? La HOAC ha ido encajando las piezas de su fe y de su búsqueda de justicia. Ahora no puede entender oración sin compromiso, celebración sin servicio a los demás, Eucaristía sin encarnación en las condiciones de vida y trabajo del mundo obrero empobrecido. Ese mundo del que ella por su trabajo conoce. Esa realidad social a la que intenta abrazar desde las Cáritas de su parroquia. Ese ambiente del que procede y del que junto a su familia forma parte. Sin la oración serena y profunda enraizada en la vida obrera no podría entenderse. No podría afrontar las alegrías y los sinsabores de su vida. No podría seguir rebosando humanidad. Teresa Jiménez Zamorano

Universidad de los mayores: la cultura como patrimonio común Mi asignatura pendiente siempre ha sido no haber podido estudiar, hasta que llegué a la prejubilación. No me sentía con base para hacer frente a estudios de grado superior. Descubrí la ÿuniversidad para mayores o de la experienciaŸ y decidí dar el paso. Si no terminaba, en casa no me iban a castigar. ací en una familia de origen modesto, mis padres abominaban la religión, «los curas viven del pueblo, de su trabajo y de su sudor», decían. Nos trasladamos de Ávila, donde mi padre no conseguía trabajo, a un piso de la «Obra sindical del hogar» en San Blas, Madrid, en 1961. Antes, al terminar el colegio nos ponían a trabajar. Había que ayudar en la economía familiar. Hice «artes y oficios» porque en casa decían que un buen oficio siempre me iba a permitir ganarme la vida honradamente. Se podían hacer cursos que te enseñaban a trabajar con ordenadores. Al fin del servicio militar, trabajé en una fábrica. Llegué a ser secretario de la sección sindical. He estado en comunidades de Iglesia de base, en el Pueblo de Vallecas y en la Cañada Real con Ángel Arrabal. Actualmente participo en la comunidad de San Eulogio. En Madrid hay tres universidades para mayores; la Rey Juan Carlos, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Alcalá de Henares. De las 24 personas de mi curso 20 era mujeres y 4 hombres. La dinámica con la que se desarrollan las clases es muy participativa. Las asignaturas son de lo más variadas e

interesantes. En más de una ocasión he manifestado mi pertenencia a la HOAC y me he encontrado con una persona cuyo marido trabajó en la confección de libros de la editorial. He dado mi punto de vista como creyente en muchos de los temas Hemos ido evolucionando a lo largo de estos casi tres años en la universidad, nos hemos graduado con la diplomatura de Humanidades. Ha sido una época de nuestra vida que tendremos muy presente, las mujeres que en su mayoría son personas que viven solas por divorcios o por viudedad, forman grupos entre ellas y comparten viajes y ratos de divertimentos que les ha ayudado a descubrir muchas posibilidades. He superado mis miedos y me he puesto a estudiar en un medio donde la gran mayoría son jóvenes. La cultura nos humaniza cuando la percibimos como encuentro y conocimiento, cuando aprendemos juntos. La experiencia nos transforma, educa nuestra mirada. La cultura es patrimonio de todos, jóvenes y mayores, solamente hace falta ilusión y sentir esa necesidad que los seres humanos tenemos de conocer y saber. Alguien dijo que la cultura era la belleza de la inteligencia. Carlos B. de Quirós

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política en zapatillas

La corrupción del lenguaje l ministro de justicia ha declarado que el magistrado Ricardo González, del juicio de «La Manada», tenía «un problema singular». La mayoría de los ciudadanos nos hemos quedado sin saber qué se nos quiere decir ni cuál es el problema singular que tiene. La utilización política del lenguaje siempre ha sido un recurso utilizado para enmascarar las verdades más crudas, como cuando los nazis hablaban de la «solución final del problema judío» cuando querían matarlos. ¿Cuál es la verdad más cruda que oculta «el problema singular» del magistrado Ricardo González? Si el mismo magistrado hubiera juzgado a un delincuente común de los miles que pueblan las cárceles, ¿se hubiera manifestado en los mismos términos el ministro Catalá?

La señora Cifuentes ha sido destruida por la publicación de unas imágenes en las que aparece como «cleptómana», en lugar de ladrona. Imágenes proporcionadas por «fuego amigo», personas de su mismo partido. Nunca como ahora se ha utilizado el lenguaje para ocultar lo que se quiere hacer: se habla de «liberalizar» cuando

se quiere privatizar; de «incentivar la creación de empleo» cuando se abarata y facilita el despido; de «flexibilizar» cuando se quitan derechos a los trabajadores; de «regular la plantilla» cando se quiere despedir; de «ajustes», para recortar los servicios públicos; de «aflorar las rentas no declaradas», para hacer una amnistía fiscal; de «tráfico de influencias» en lugar de corrupción. Cuanto mayor es la contestación social que se espera más complicado es el lenguaje que se utiliza. Así, para justificar el recorte de las pensiones, se va a introducir un «factor de sostenibilidad», que está compuesto de un «factor de revalorización anual» y de un «factor de equidad intergeneracional». ¿Te ha quedado claro? A.A. Maestre

cultura

Fortalecer y renovar el sindicalismo

os sindicatos son imprescindibles. Como dice el papa Francisco, no hay una buena sociedad sin unos buenos sindicatos. Pero, añade, no hay unos buenos sindicatos que no busquen, ante todo, construir solidaridad y justicia con los trabajadores excluidos. Nuestros sindicatos están necesitados de un profundo fortalecimiento y renovación, para prestar el servicio que necesita el mundo obrero y del trabajo en una situación que es nueva. Ese fortalecimiento y renovación pasa, sobre todo, por poner en el centro de su vida y acción la situación de los desempleados, precarios, excluidos: en la denuncia, dándoles voz en la sociedad, y en la concienciación social sobre lo que está ocurriendo en el mundo del trabajo; en las formas organizativas, de manera que sea posible organizar a trabajadores y trabajadoras en una situación de gran vulnerabilidad y empobrecimiento, generando nuevas formas de solidaridad entre el conjunto de los trabajadores; en las formas de lucha, que necesitan ir más allá del marco de las empresas, implicando al conjunto de la sociedad, haciendo posible la participación de trabajadores y trabajadoras que no pueden utilizar las formas tradicionales de lucha.

Junto a lo anterior, la renovación del sindicalismo pasa también por hacer de los sindicatos generadores de una nueva manera de sentir, pensar y actuar, de una nueva cultura, de una nueva mentalidad que cuestione en su raíz el individualismo, productivismo y consumismo que nos destruye; que recupere la centralidad de lo humano y extienda entre los trabajadores una nueva visión de la realidad, de cómo se construye nuestra humanidad, del sentido y valor del trabajo humano… El sindicalismo necesita extender una nueva lógica presidida por la fraternidad y el cuidado de la vida. Nada de esto se producirá por arte de magia. Solo será posible avanzar en esa dirección si hay personas que nos empeñamos en fortalecer y renovar los sindicatos, desde dentro y desde fuera de ellos: combatiendo el constante ataque de los más poderosos a los sindicatos, que tanto ha calado en muchos trabajadores; defendiendo la necesidad de los sindicatos y valorando lo que hacen; promoviendo nuevas formas de solidaridad entre los trabajadores; implicándonos en las luchas de los trabajadores; compartiendo la vida de los empobrecidos… Francisco Porcar

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la ventana del mes

El comercio justo busca consumidores responsables ÿAntes nos decían que no podíamos, que no servíamos para nada y ahora hemos demostrado que podemos participar y liderar, que sabemos cultivar, cosechar y comercializarŸ, afirma Gloria Sagñay, campesina productora de quinoa de comercio justo. Ella junto con otras 31 mujeres trabajan 8 hectáreas en el cantón de Guacamote en la provincia de Chimborazo en Ecuador. En el comercio justo nuestro producto es valorado, el precio y peso son justos. Con ello logramos ingresos para nuestra familia», explica esta indígena que lidera la organización comunitaria de la comunidad de Cumandá el Molino que lleva 10 años exportando su producción a través de la fundación Maquita Cushunchic. Desde entonces muchas cosas han cambiado en su comunidad: «Los comerciantes se quedaban los beneficios de lo que producían nuestros abuelos, no había un peso y había que aceptar lo que les querían pagar. Ahora tenemos un centro de acopio, balanzas, tiendas y punto donde vender y donde exportar el producto lavadito y empaquetado desde el puerto de Río Bamba». Los ingresos han servido, entre otras cosas, para «poder mandar a nuestros hijos, como madres responsables que somos, a la escuela para tener la educación que nosotros no tuvimos», pero también para avanzar en igualdad: «hombres y mujeres trabajamos juntos, hacemos los mismos trabajos. Nosotras ahora sabemos que tenemos los mismos derechos que los hombres».

Gloria Sagñay: «En el comercio justo nuestro producto es valorado, el precio y peso son justos. Con ello logramos ingresos para nuestra familia» En la actualidad existen más de 2.000 organizaciones productoras de comercio justo repartidas en 75 países de África, Asia, América Latina y el Caribe, en las que trabajan más de 2 millones de personas. El comercio justo se ha convertido en una alternativa real en un mundo donde dos tercios de los trabajadores en situación de pobreza extrema son emplea-

dos en la agricultura, a pesar de que el 70% de los alimentos que consume la población mundial son producidos por pequeñas organizaciones agricultoras con explotaciones de menos de dos hectáreas. También es clave para asegurar la soberanía alimentaria, cuando las industrias contaminantes, incluida la llamada «agroindustria», han provocado que en los úl-

timos 30 años debido la producción de maíz, trigo y otros cultivos importantes es esté reduciendo significativamente. La propia ONU reconoce que «si se hace correctamente, la agricultura puede suministrar comida para todos y generar ingresos decentes, a la vez que se apoya el desarrollo de las gentes del campo y la protección del

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medio ambiente». Para ello es necesario que el comercio justo deje de ser un comportamiento excepcional restringido a fechas determinadas, a productos concretos para convertirse en un hábito generalizado de consumo responsable. Como afirma Jaime Manteca, de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, «ya no hay excusas en España» para practicar la responsabilidad y la justicia en nuestro consumo. Hay 150 tiendas y puntos de venta gestionados por dicha organización y los productos de comercio justo están presentes en establecimientos minoristas, grandes superficies y cadenas de hostelería. Más de 2.600 personas voluntarias y 135 profesionales integran este movimiento alternativo que lleva décadas demostrando que es posible garantizar una vida digna para todos los habitantes del planeta y frenar la degradación medioambiental. Sin embargo, nuestro país sigue muy lejos de la media europea de consumo de este tipo de productos. A pesar del avance registrado, en 2016 la facturación de comercio justo ascendió a 40,05 millones de euros, cinco millones más que en 2015, todavía queda mucho camino por recorrer. «Nos hemos incorporado tarde a este movimiento, aunque hay productos disponibles en casi cualquier sitio», razona el portavoz de estas organizaciones en nuestro país. «Pedimos apoyo a las instituciones públicas para que nos ayuden a difundir y fomentar el comercio justo, también en las licitaciones públicas», reitera. Pero la sociedad tiene mucho que decir. De ahí que Jaime Manteca llame a la ciu-

Ya no hay excusas en España para practicar un consumo responsable. Hay 150 tiendas y los productos de comercio justo están presentes en establecimientos minoristas, grandes superficies y cadenas de hostelería dadanía a realizar «un consumo más ajustado a sus necesidades reales» y a favorecer «aquellas formas de producción respetuosas con los derechos humanos y laborales y con el medio ambiente».

Hay una alternativa más justa y responsable de consumir que cambia vidas, cuida el medio ambiente y construye redes de solidaridad. Simplemente hay que ejercerla en nuestras decisiones de compra y emitir nuestro

voto particular en favor de reglas más justas en los intercambios comerciales de los que participamos. José Luis Palacios @jlpalas

Teatro para cambiar nuestros hábitos Desde sus orígenes el teatro ha servido, no solo para indagar en la realidad de cada época, sino también para provocar cambios. Mediante la inmersión en la representación, se perciben con claridad detalles y matices insospechados, se llega a la emoción y hasta a la empatía, lo que puede llevar a una toma de conciencia con más intensidad que el discurso racional o la mera información. «Mexplico?» es una obra de teatro escrita y dirigida por Marina Castiñeira, profesora

de Estética, que enfrenta la ambición comercial con el comercio justo. Está inspirada en Lucila Blandón, de Aldea Global, productora del café Tierra Madre Marina, convertida en el alter ego de la protagonista, Elena Porras, una joven emprendedora que tras una ruptura sentimental quiere lanzar una revolucionaria píldora artificial de café. La obra puede verse en tiendas de comercio justo y pequeños café teatro dejando un muy buen sabor de boca.

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¿quién es?

Por Pilar Gallego

El recorrido vital de estos dos militantes de la HOAC es muy distinto. Uno en Barcelona, otro en Valladolid; uno presbítero, otro padre de familia; uno de edad avanzada, otro con mucho que avanzar.

«Quise “restituir” a los obreros una imagen de Iglesia y de fe que habían perdido» Ramir Pámpols tiene 82 años, es sacerdote jesuita, consiliario y misionero en Nicaragua, Haití, El Salvador, República Dominicana y Honduras. Siendo un joven profesor contactó con la HOAC, entonces le pidieron que trabajara en una fábrica. Ha sido cura obrero hasta su jubilación y muy implicado sindicalmente. ¿Qué te decidió a iniciarte en la militancia cristiana? El drama de la Guerra Civil y muy especialmente la actitud cómplice de la Iglesia en guardar un silencio tan prolongado. Quise «restituir» a los obreros una imagen de Iglesia y de fe que habían perdido. En estos momentos tu compromiso está en la cárcel acompañando a las personas internas, ¿cómo es tu trabajo en ese lugar? Como simple voluntario. Desconocen mi condición de sacerdote. Procuro escucharlos y hacer los pequeños servicios que a veces te piden. Me impacta mucho conocer hombres de 12 o 20 años de reclusión. Alguno prefiere no salir de la cárcel por miedo al mundo exterior… ¿Te sientes acompañado por la Iglesia en esa tarea? Con el paso del tiempo sí. La misma Compañía de Jesús inicialmente miraba con reticencia nuestros compromisos sindicales. También cometimos algunos errores en aquel clima tan especial que casi obligaba a ser radical. Tal vez ahora padecemos todo lo contrario: no es fácil encontrar a jóvenes con vocación que se

sientan llamados a lo que fue nuestra vida durante 30 años. ¿Cómo te ayuda la formación hoacista en tu compromiso? En el rigor y seriedad de nuestros debates y puntos de vista, a veces parecidos, a veces distintos. Me impresiona la calidad humana y espiritual de nuestros militantes, hombres y mujeres. A veces me resulta pesado el tener que atender a una documentación que puede ser excesiva. ¿Qué te lleva a seguir en la lucha? Tanto mi fe en Jesucristo como la belleza misma y la seriedad de estar haciendo lo posible porque la gente viva en plenitud su propia vida, sea creyente o no. Pienso que si vamos perdiendo el sentido de esta doble utopía que para nosotros es una sola, deja de tener sentido nuestra vida.

«¿Qué mundo estás dejando a tus hijos? y… ¿qué hijos a este mundo?» Nacho Román está casado y tiene tres hijos. Es una persona bondadosa, paciente, dispuesta a echar una mano en cualquier momento, comprometido en el camino hacia una vida diferente. Trabaja en una cooperativa impartiendo cursos de formación. Está haciendo una experiencia de vuelta al pueblo junto con otras familias. ¿Qué te atrajo de la HOAC? Su plan de formación me pareció un tesoro y también la vida entregada de muchos militantes en el mundo obrero. ¿Qué te aporta tu equipo de vida? El equipo es fundamental para vivir con coherencia mi fe. Poder compartir con mis compañeros de equipo, celebrar, escuchar y transmitir, construir juntos…, me ayuda a descubrir la dimensión comunitaria de la fe y de la vida. ¿Cómo trabajáis en la diócesis la tarea del cuidado de la casa común? Participando activamente en proyectos que tienen un impacto social y medioambiental positivo: huertos ecológicos vecinales y escolares, cooperativa de consumo ecológico, red de economía alternativa y solidaria, banco ético y ciudadano, etc. Esta participación se materializa en dedicación y en ir dando pequeños cambios en nuestros hábitos de consumo. ¿Por qué te implicaste en este ámbito? Descubro que el Padre sale a nuestro encuentro en la naturaleza. Actualmente estoy compartiendo un proyecto de vida comunitaria junto con otras familias que se llama In Agrum (en camino

hacia el campo). Creemos que otro mundo mejor es posible en el que la persona pueda vivir en armonía con la naturaleza y de forma solidaria con la humanidad, recuperando su vínculo con la tierra y con su dimensión espiritual. ¿Qué sigue motivando hoy tu compromiso? Quiero tener presente estas dos preguntas en mi vida: ¿qué mundo estás dejando a tus hijos? y… ¿qué hijos estás dejando a este mundo? A nivel ambiental vivimos peor de lo que vivían nuestros abuelos y estoy dispuesto a hacer todo lo que esté en mi mano para que no siga siendo así. También intentaré con mi familia seguir viviendo con pasión esta sensibilidad ecológica en defensa y cuidado del medio ambiente.

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¿sabías que...?

la mirada justa

Defender el medio ambiente odos estamos preocupados, poco o mucho, por lo que pasa con el llamado cambio climático. Por eso, el 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Oímos y a veces sufrimos lluvias torrenciales, sequías más intensas, aguas más sucias, aire muy contaminado, calentamiento de la atmósfera, deshielo rápido de los polos terrestres, etc. Empezamos a sufrir los efectos negativos, tememos que va a venir un deterioro de la calidad de vida y una degradación social. Pero, ¿qué pasa y por qué? El papa Francisco que tiene un buen ojo perceptor de la realidad, porque mira desde el Evangelio, nos ha regalado una exhortación Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común. El Papa constata que «nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los dos últimos siglos» (LS 53). Está bien que los ciudadanos reciclemos vidrio, papel, plásticos, que no malgastemos agua, etc. ¡Qué menos! Es mejor que no nos dejemos atrapar por el voraz consumismo de tantas cosas innecesarias y superfluas, no desperdiciemos tantos alimentos y cosas, llevados por las modas y la propaganda. Y algo mejor: debemos tomar conciencia de que el medio ambiente contiene el ambiente natural y el ambiente humano que no podemos separar. «No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola socioam-

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ndia alberga las celebraciones globales del Día del Medio Ambiente, el 5 de junio de 2018, bajo el lema «Un planeta #SinContaminación por plásticos». Es un evento global liderado por la ONU. ada año, el mundo usa 500 mil millones de bolsas de plástico. El plástico constituye el 10% de todos los residuos que generan los humanos y solo un 50 % del producto sintético es de un solo uso o desechable. l año se vierten en los mares del mundo hasta 13 millones de toneladas de plástico, la mitad corresponde plásticos desechables, que pueden permanecer en el ambiente hasta 500 años. n 2015, el embalaje representó el 42% del plástico producido. Ese año, los envases también constituyeron el 54% de los plásticos desechados. En 2011, más de 690.000 toneladas de envases de plástico se pusieron en el mercado solo en España, donde se recicla menos de un 35% de esos envases cada año. ueve de cada 10 aves marinas, una de cada tres tortugas marinas y más de la mitad de especies de ballenas y delfines han ingerido plástico en alguna ocasión. n la última década, producimos más plástico que en todo el siglo pasado. Si el ciclo de producción de plástico sigue incrementándose al ritmo actual, en 2050 se habrán cuadruplicado las cifras actuales, con más plásticos que peces en el mar.

A biental» (LS 139). «El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podemos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta» (LS 48). Por eso, debemos escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres, introduciendo la justicia en las discusiones sobre el ambiente (Cf. LS 49). ¡Qué necesidad tenemos de la formación de una conciencia social completa e integral! Pero hace falta dar un salto todavía mejor y necesario: hacer política. Sin leyes, sin normativas que favorezcan un medio ambiente natural y social positivos y no se dejen llevar por los intereses de los poderosos que perjudican a los pobres y la tierra. Que defendamos y cuidemos nuestra casa común que es un regalo de Dios. Gregorio Burgos

N E

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Las cuatro claves evangélicas compañados por estas claves (etimológicamente: llaves), vamos del Evangelio a la calle y viceversa. Veámoslas una a una con el Nuevo Testamento en la mano: 1ª Acompañar la vida de las personas. Dos textos: el conocido del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37). Es el primero que salta a la vista como referencia al acompañamiento al tirado al borde del camino (descartado, diríamos). Pablo habla de hacerse todo a todos (esclavos, judíos, sin ley) (1Cor 9, 19-23). Acompañar es hacerse cargo de la situación del otro, compartir con él, encargarse de… 2ª Colaborar a un cambio de mentalidad. La encontramos en la llamada urgente y constante de Cristo a convertirnos, a cambiar de vida, a creer en el Reino (Mc 1, 14-20). Se trata de ir desde el individualismo al «comunitarismo», desde el miedo a la confianza, en definitiva, desde la idolatría a la fe. 3ª Colaborar al cambio de las instituciones. Hay momentos en el Evangelio en el que el Profeta de Nazaret aparece indignado ante los mercaderes del templo (Jn 2, 13-21) y ante los fariseos con su cumplimiento escrupuloso de la norma (Mc 2, 23-28), haciendo ver que la casa de su Padre no se puede convertir en un mercado y que el ser humano está por encima de la ley. En la base de cualquier institución ha de estar la persona y no el mercado o la norma. 4ª Visibilizar experiencias alternativas. El surgimiento de las primeras comunidades cristianas lleva a una forma de ser y de vivir diferentes. Se expresa de mil maneras pero una de ellas es la vida en común (Hch 4, 32-35) de tal manera que quedaban «todos impresionados porque eran muchos los prodigios y señales realizados por los apóstoles» (Hch 2, 43). Cuidar lo comunitario, vivir desde la gratuidad, no esperar nada a cambio, olvidarse del mérito y, por fin, «amar como yo os he amado» (Jn 15, 9) eran sus señas de identidad, el camino para que dijeran de los cristianos: «mirad cómo se aman» (Tertuliano S. II). La «llave» está en las cuatro claves. Dejemos que Dios abra nuestra puerta. Antonio Hernández-Carrillo

Así va el mundo

evangelio en la calle

e cumplen 20 años de la marcha de 7 millones de personas de los cinco continentes exigiendo el cumplimiento del Convenio 182 de la OIT sobre la prohibición del trabajo infantil. Todavía hay unos 200 millones de niños trabajadores en el mundo, 73 millones realizando trabajos peligrosos. El 12 de junio, día mundial contra el trabajo infantil, el mundo volverá a clamar por que se cumplan las normas sobre la edad mínima de acceso al empleo, especialmente en aquellos puestos con riesgo para su salud e integridad, de tal manera que todos los niños y niñas puedan completar su educación y crecer en ambientes sanos.

www.bit.ly/CampanaTrabajoInfantil2018

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187 • junio 2018

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