Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados (parte II)

Page 1

Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

En estudios realizados anteriormente en sectores aledaños a Monte Sinaí 23 se observa un alto porcentaje de analfabetismo en mayores de 15 años, los mismos que representan el 7% de la población, así como un 4% de analfabetismo en los menores de 15 años en edad escolar. En los años previos a esta investigación se ha experimentado un notorio incremento en los años de escolaridad, aunque sigue existiendo un déficit educativo considerable, el mismo que lamentablemente contribuye a potenciar ciertos problemas, pues se evidencia cómo las desventajas educacionales acaban reduciendo las oportunidades laborales, ya de por sí escasas y mal remuneradas. En el mismo estudio del SIGVOL se determinó que el 82% de los niños entre 6 y 11 años en el sector estudiado estaban escolarizados, en comparación al 90% en la Ciudad de Guayaquil. El 68,1% de la población que se estudió no asistía a ningún centro educativo, 69% de ellos por motivos económicos. Adicional a esto, según observaciones en terreno y entrevistas con coordinadores de asociaciones barriales, otra de las preocupaciones es la calidad educativa. En los sectores existe gran voluntad por avanzar en la labor educacional y cultural, aunque la cobertura educativa para paliar las desigualdades existentes es una tarea aun pendiente, quedando mucho por hacer al respecto. Las mejoras educativas a realizarse en los sectores vulnerados supondrán un fuerte potencial para el desarrollo en distintos ámbitos; sanitario, sexual, nutricional, económico, así como un incremento de las capacidades a la hora de afrontar nuevas e inciertas decisiones, tal como patrones básicos de diálogo y convivencia en seguridad intrafamiliar y comunitaria24. A ello se suma que el porcentaje de población joven en el sector estudiado reviste una importancia notoria, ya que como vimos en el estudio del SIGVOL la población menor de 18 años suponía un 50,5% de la población total. Esto significa que asumiendo el tiempo que ha transcurrido desde dicha investigación, existe una considerable población joven a la que brindar mejores oportunidades educativas, garantizándole el acceso a éste derecho básico. Aunque es cierto que en los últimos años las Administraciones han desplegado importantes esfuerzos a favor de la educación, éstos son aún

23. SIGVOL. (2005). 24. Amtmann, C. A. 2005, & Thompson, S. C. (2010).

insuficientes y no deben cesar, pues se trata de uno de los derechos que conforman la columna vertebral del desarrollo social. En cuanto a la deserción escolar, seguimos observando que aunque en rigor hayan aumentado los valores de personas con secundaria en los grupos de edad más jóvenes -gráfica 16-, sigue existiendo una alta población -43%- de personas que solo tienen primaria. De manera general el grupo predominante en todos los intervalos de edad es el de estudios primarios, que representa alrededor del 50% de las personas del análisis. La educación secundaria es mucho más frecuente conforme más joven es la población, dándose la relación inversa con el analfabetismo y el nivel “artesanal” práctico. El analfabetismo entre los menores de 20 años, llega tan solo al 1%, comparado con el 15% del grupo de 51 años y más. Estos datos demuestran una vez más que la educación ha experimentado mejoras, pero sin duda necesita tener un impacto más notorio en los sectores vulnerados; como resultado de ello se comprueba que el analfabetismo ha disminuido entre las nuevas generaciones, aunque no se encuentra erradicado como sería deseable. Al observar la relación entre el nivel de instrucción y la tasa de desempleo que se han analizado, es posible comprender, con mejores elementos de juicio, cómo dichos aspectos son aprovechados por ciertos empleadores inescrupulosos para cometer irregularidades salariales y precarizar los empleos, pues la población con bajos niveles educativos resulta ser la más vulnerada a la hora de exponerse a “contratos laborales”. Todo lo anterior corrobora una vez más que la educación es un factor clave para acceder a mejores opciones de trabajo, y que su escasa presencia acentúa además la vulnerabilidad en el grupo femenino. 4.3 Relación nivel educativo-Ingresos. Del mismo modo que se encuentra en el análisis por edades y nivel de instrucción de la muestra, el grupo educativo con menores ingresos se configura principalmente por socias con formación “artesanal” práctica, seguida de las que

29


30

Dimensión Económica

Relación de ingresos según el nivel educativo de la población

Gráfico 4: Relación de ingresos según el nivel educativo de la población. Fuente: EE.PP.

cuentan con educación primaria y la población analfabeta. Este último grupo se encuentra precisamente entre los $0 y los $65 de ingresos mensuales, situación que lo ubica en la extrema pobreza. Gráfico 4. Así mismo, vemos como a mayor nivel de estudios se incrementan los ingresos. Sólo el 2% de la población estudiada tiene ingresos superiores a los $600 mensuales; de estos el 47% son personas con más de 10 años de estudio, secundaria, educación superior, bachillerato e incluso secundaria sin terminar, y

el 53% de este mismo grupo está conformado por socias con estudios primarios. Entre las personas cuyo ingreso es $0, encontramos personas con formación “artesanal” práctica y en menor medida con educación primaria, así como ausencia de aquellas que cuentan con más de 10 años de instrucción. En los rangos de menores ingresos atisbamos un aumento en el porcentaje de personas con educación primaria. Obviamente, los grupos educativos de mayor cualificación no tienen presencia en este rango.


31


32

Dimensión Económica

4.4 Ingresos y Egresos Totales familiares Las variables de Ingresos y Egresos se analizarán en conjunto para facilitar la lectura comparativa y percibir las diferencias entre ambas.

el mismo porcentaje de familias (16%) con 0 miembros que trabajan, e ingresos $0. Obsérvese la gráfica 2 donde se apreciaba la cifra de familias con 0 trabajadores.

La mayoría de las socias, el 53%, posee ingresos de entre $ 141 y $ 340, y únicamente el 25% del total de las socias recibe más de $ 341. Así mismo observamos que el 16% ingresa $0, situación que otorga una profunda gravedad al estado socioeconómico de las familias de los sectores estudiados.

Por otro lado en cuanto a la diferencia de ingresos y egresos, observamos que el porcentaje de socias que gastan entre $ 141 y $ 340, un 55%, es similar al 53% de socias que poseen el mismo rango de ingresos.

En alusión a este último dato, se despeja una evidente coincidencia, pues existe

La diferencia principal es la cantidad de socias que gastan entre $1 y $ 240, un 70% de la muestra. Lo que nos llama la atención en esta población es que

Porcentajes de familias según rangos de ingresos/egresos totales

Gráfico 5: Distribución porcentual de los ingresos y egresos totales familiares en dólares $. Fuente: EE. PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

sus gastos superan a sus ingresos, diferencia que podemos apreciar en el gráfico 5 a través de la línea roja; la explicación a esta diferencia podría encontrarse al examinar el precio de la canasta básica familiar, que es superior a los ingresos de este sector de la población, para cuya obtención las familias incurren en arraigadas prácticas de endeudamiento. Así mismo, a partir de los $ 340 de ingresos vemos cómo hay más familias cuyas entradas superan a los egresos, -invirtiéndose la perniciosa tendencia anterior- lo que supone una cierta posibilidad de ahorro o simplemente un ligero balance positivo en estos rangos. Algunas socias, cuando se acercan a las oficinas del Hogar de Cristo, intentan mostrar una capacidad de pago superior a la que realmente tienen. A pesar que los datos entregados por ellas son sistemáticamente contrastados en terreno por el equipo de asistentes sociales de HdC, estos datos pueden tener cierto sesgo en lo referente a la capacidad de pago. De admitir esta posibilidad, habría que admitir también que la situación de pobreza de las socias es más grave de lo que se muestra. En otros estudios25 se dice que el 85%de la población estudiada se encuentra imposibilitada de lograr ahorros lo cual implica, junto a lo que mostramos en la gráfica 10, que a la hora de diseñar políticas y planes habitacionales donde participan las constructoras privadas, ha de actuarse con sumo cuidado y delicada supervisión por parte de los Gobiernos local y nacional, considerando que el ahorro y la capacidad de pago de estos sectores son extremamente bajos. 4.4.1 Distribución de los Ingresos-Egresos por zonas La situación de los ingresos totales familiares en las zonas es por lo general precaria, pues alrededor del 62% de la población de la muestra no alcanza a los $292 mensuales, que es lo que actualmente se acepta como salario mínimo.

Los bajos salarios representan el grosso de la zona de estudio al distribuirse uniformemente en el territorio analizado, lo cual invita a enfatizar el problema de la capacidad económica de pago. Esta población se revestirá de una vulnerabilidad aún mayor en las áreas cooperativas de Sergio Toral I-II y III, Voluntad de Dios y Regalo de Dios, sectores que como se seguirá viendo, protagonizan los más altos índices de vulnerabilidad del estudio. Mapa 4. Por lo general se aprecian gastos familiares mínimos, con lo que a simple vista podría concluirse que los gastos se emplean principalmente en necesidades básicas, dejando poco o nulo margen para generar ahorros o para que las familias puedan realizar actividades lúdicas26. Un ejemplo de ello es la realidad que se aprecia en los sectores de Sergio Toral I y Regalo de Dios donde se observa un gasto general ínfimo, el mismo que coincide totalmente con los bajos ingresos que las personas suelen percibir en dichas cooperativas. Mapa 5. Es importante reiterar que el propósito del presente documento no es comparar las diferencias que existen entre los distintos sectores de Monte Sinaí, sino presentar su alta vulnerabilidad y las diversas manifestaciones que ésta contiene, facilitando así una visión global de la zona. Pues es la visión del territorio en su conjunto la que debe guiar la intervención de las Administraciones a través de distintas políticas estatales, regionales o locales, al tiempo que se incluyan estos territorios de modo urgente en ciertos Planes Estratégicos claves para el desarrollo que, incomprensiblemente, no han definido a estas periferias como parte integrante de la ciudad. En realidad esta política de marginación afecta no sólo a los amplísimos sectores que han quedado fuera de ciertos planes oficiales, sino también a la metrópoli en sí misma, ya que desde una mirada holística es impensable evadir los problemas de la periferia sin terminar afectando a los centros de desarrollo en su conjunto.

25. Rada. R.E. (2011). 26. Las consideraciones de las y los coordinadores de los comités barriales dictan que las mayores necesidades que ellos tienen son la inseguridad legal del terreno, la ausencia de servicios básicos, inseguridad y problemas de pago que brinden otras oportunidades que la supervivencia.

33


34

Dimensi贸n Econ贸mica

Ingresos totales familiares

Ingreso en d贸lares $ 0 - 105 $ 106 - 192 $ 293 - 405 $ 406 - 615 $616 - 1460

Canal Asentamientos precarios

Dto. Nro.

Guayaquil Coop. Munic.

Kil贸metros

Mapa 4: Ingresos totales familiares por cantidades. Fuente: EE.PP.


Monte SinaĂ­: La herencia de los vulnerados

35

Egresos totales Familiares

Egresos totales $0 - $69 $70 - $174 $175 - $292 $293 - $1026 mĂĄs de $1027 Canal Asentamientos precarios

Dto. Nro.

Guayaquil Coop. Munic.

KilĂłmetros Mapa 5: Egresos mensuales familiares totales


36


Ingresos según actividad

Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

Gráfico 6: Salario promedio de las socias según empleos que se desarrollan. Fuente: EE.PP.

4.4.2 Ingresos según ocupación En cuanto a los ingresos según ocupación, rápidamente observamos los empleos que proporcionan mayores aportes familiares, tales como los de chofer, comerciante formal y profesional independiente, coincidiendo éstos según informes previos con población en su mayoría masculina27, -gráfico 6-.

27. SIGVOL. (2005). 28. HdC. Avilés, D. & Jaramillo, J. (2011), & SIGVOL (2005).

Entre las actividades peor remuneradas se encuentran el comercio informal y el empleo doméstico puertas afuera, siendo en su mayoría mujeres. En el caso femenino, entre ambas ocupaciones mencionadas tenemos el 55% de la población trabajadora -gráfico 7-, lo que nos lleva a concluir que los empleos más frecuentes en el área son aquellos que logran menores salarios, gráfico 6. Confirmamos esto último con investigaciones previas en el terreno que establecen tendencias similares28.

37


38

Dimensión Económica

El empleo doméstico puertas afuera -27% de la población trabajadora- se encuentra por debajo de los ingresos del salario mínimo fijado en $29229. Es necesario resaltar aquí que el promedio de ingresos según ocupación no supera los $415 si se toman en consideración los empleos mejor remunerados, aunque con ellos ni siquiera podría llegarse a cubrir el costo de la canasta básica para una familia nuclear promedio. Anexo 3.

los empleos tienden a ser irregulares e integran un círculo vicioso de perjuicios que desarrollan importantes flujos al margen de la legalidad, por carecer de impuestos ni registro alguno, con ausencia de representación legal frente a la Administración local y estatal, y terminando por excluir a la ciudadanía de la atención necesaria en cuanto a salud, seguridad, etc.

Porcentaje de las actividades laborales de las socias

En general se aprecia que los sueldos medios, incluso los que se consideran mejor remunerados como el de chofer, suelen ser ligeramente superiores al sueldo mínimo. Sin embargo asumiendo el sueldo mínimo establecido para el año 2012, la mayoría de los casos se encuentran por debajo de este, es decir, un dramático 62,6% de la población estudiada recibe un salario por debajo del mínimo fijado. Asumiendo un margen de error por el desfase con el IPC, este es un dato que no deja de ser extremamente preocupante. Los dos puestos de trabajo más presentes en el análisis son; empleada doméstica puertas afuera y comerciante informal; ambos ingresan $290,6 y $336,5 de salario promedio respectivamente, seguido de la empleada, con $340,6 y lavandera, $244,5. Entre los cuatro grupos suman el 82% de la población del análisis, lo que vuelve a evidenciar que las familias dependen de trabajos muy mal remunerados. Hay que recordar que de éste salario depende la familia por completo en la mayoría de los casos, lo que se expresa en el análisis del gráfico 2, donde se observa que casi el 50% de las familias cuentan con tan solo un trabajador. Mayoritariamente

29. Ministerio de Relaciones Laborales.

% de trabajadores Gráfico 7: Distribución porcentual de las actividades de las socia que sí trabajan. Fuente: EE.PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

4.5 Distribución per cápita de la renta El ingreso per cápita principal, que se encuentra entre $0 y los $120, suma el 85% de las familias estudiadas. Dentro de éste porcentaje, el grupo mayoritario se encuentra entre los 40 y los 80 dólares, agrupando al 37% de las socias. Gráfico 8. El segundo grupo mayoritario que muestra resultados altamente preocupantes es el casi 30% de la población que ingresa menos de $40 per cápita.

Distribución de ingresos mensuales percápita $

Éste último dato es profundamente interesante si lo relacionamos con el número de trabajadores por familia, arrojando que en casi el 50% de los casos solo trabaja una persona en el hogar. Este hecho irá íntimamente ligado a la existencia o no de niños y ancianos por hogar. Según el informe anterior del SIGVOL, existía un 51% de población con edades entre 1 y 18 años, lo que inicialmente demuestra que existe una gran cifra de menores por hogar. También es cierto que mientras en Ecuador el promedio de familias es de 3,8 miembros por Hogar, en el área de estudio el promedio es de 3,3 personas, lo que expresa que en la zona las familias son menos extensas. 4.6 Capacidad de Pago Pasemos ahora a revisar algunos resultados que sin duda son altamente representativos de la capacidad de las personas que habitan el sector estudiado, sea al momento de participar en planes habitacionales, o cuando se trate de incursionar en nuevas actividades económicas personales o en beneficio de la familia, que aumenten sus ingresos. El gráfico 9 arroja un resultado muy significativo, donde el grosso de la población (82%) no podría pagar en ningún caso más de $ 49 mensuales. Anexo 1. Este resultado se extrae de la diferencia entre ingresos y egresos declarados por las familias; esta cifra es relativa, puesto que no contempla gastos de emergencias o eventualidades del día a día.

Gráfico 8: Porcentajes de distribución de ingresos per cápita. Fuente: EE.PP.

39


40

Dimensión Económica

Capacidad de pago de las socias a nivel mensual.

Gráfico 9: Distribución de frecuencias de la capacidad de pago mensual de Las socias. Fuente: EE.PP.

Dada la difícil situación que acabamos de presentar, es necesario que el otorgamiento de créditos sea un proceso responsable que tome en cuenta los distintos rasgos de vulnerabilidad de las familias del sector, a fin de evitar un sobreendeudamiento en esta población que lamentablemente se caracteriza por una capacidad de pago tan irregular. Así también las diferentes Administraciones deben de considerar esta real capacidad de pago de las familias a la hora de impulsar planes habitaciones, pues ellas precisan de subsidios para poder acceder a la vivienda.

30. Stloukal, L. (2001).

Cuanto más se involucre a la sociedad civil a través de sus organizaciones barriales en el espacio en que viven, mayores serán los niveles de conciencia y responsabilidad de los mismos. Incluso los grupos poblacionales más desafiantes suelen vincularse con aquellas organizaciones que perciben como más comprometidas e inmersas en el proceso de desarrollo del hábitat ocupado, potenciándose de esta manera las capacidades locales, pues las personas participantes adquieren responsabilidades que otorgan un auténtico valor añadido al proceso de apropiación y compromiso con el nuevo hábitat30.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

Es de conocimiento público el muy escaso interés de los habitantes del Área de Seguridad por reubicarse en los nuevos proyectos habitacionales. La llegada de estos grupos a los sectores que hoy terminan de desalojarse supuso una historia de esfuerzos y privaciones para conseguir sus lotes y edificar sus viviendas, que generaron en la población una fuerte identidad con el espacio que habitaban y que muchos, aún habitan. Es por ello que las acciones dirigidas a lograr que estos habitantes con tan baja capacidad de pago se interesen por ocupar los nuevos espacios, deben ser el fruto, en primerísimo lugar, de estrategias participativas que logren el involucramiento de la población afectada en las nuevas propuestas, con la finalidad de que ella misma oriente de modo consciente, voluntario y sostenido su deseo de cancelar las cuotas que requiere la adquisición su nueva vivienda. Puesto que esta tarea concentrará los esfuerzos económicos de la población, restándole en lo sucesivo capacidad de ahorro, es necesario diseñar acciones que permitan la ampliación de las fronteras económicas de esta población, mediante estrategias que hagan posible la construcción de circuitos económicos solidarios a partir de la potenciación de las capacidades locales y del nuevo territorio. Todo este esfuerzo constituirá la otra cara de la reubicación y del difícil proceso de reasentamiento, con lo que la idea de desarrollo y progreso barrial pasarán a primer plano, mientras el desarraigo y la desconfianza se irán eclipsando. En cuanto a la distribución de la capacidad de pago según sectores, hemos visto que éste problema se extrema una vez que llegamos a ciertas cooperativas como Sergio Toral, Ciudad de Dios o Regalo de Dios, mapa 6. Aunque la vulnerabilidad es del conjunto, sería interesante estudiar los motivos por los que este problema es más grave en unas cooperativas que en otras. El análisis de los efectos y consecuencias de las no tan pretéritas ventas ilegales de lotes por parte de los traficantes de tierra, puede esclarecer esta situación, ayudándonos a comprender la influencia que aún mantienen estos traficantes y sus grupos en el territorio en relación a los pagos y los distintos tipos de dominio que todavía ejercen.

31. Pozo. R. (2011).

Existen artículos y publicaciones que tratan la temática de las ventas informales de terrenos31, donde se muestra la estructura jerarquizada de los cobros a través de los “secretarios”. Es conocida la dificultad para afrontar esta cancelación y exigencias por parte de la población que decidió comprar un lote en las pasadas invasiones, si bien es cierto, los precios llegaban a ser más tolerables que algunos de los que se aceptan actualmente desde la plena legalidad. Las consecuencias que hoy se leen en el terreno son motivos más que suficientes para ayudarnos a comprender una vez más que la irregularidad y la permisividad por parte de los organismos e instituciones competentes, no hace más que agravar la situación.

41


42

Dimensi贸n Econ贸mica

Capacidad de pago de las socias

Capacidad de Pago $-810 - $0 $0,1 - $25 $25,1 - $50 $50,1 - $75 >$75

Canal Asentamientos precarios

Dto. Nro.

Guayaquil Coop. Munic.

Kil贸metros

Mapa 6: Capacidad de pago de las socias seg煤n sea positiva o negativa. Fuente: EE.PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

4.6.1 Capacidad de pago según trabajo Analizando los resultados de la investigación se concluye que el problema referente a la capacidad de pago radica en el acceso al empleo. Así tenemos que de los que tienen capacidad de pago superior o igual a $ 74 –Gráfica 10-, se encuentran en su mayoría empleados (89%), mientras que en el grupo con capacidad de pago de $0 solo trabaja el 13,8%. Existe pues una relación inversa fácilmente perceptible entre carencia de trabajo y capacidad de pago.

elocuente un equilibrio positivo, casi total, de la capacidad de pago, aunque aún así existen situaciones puntuales donde esta es todavía negativa. Mapa 8. Al igual que lo que ocurre con el bono solidario -véase anexo 2-, no se aprecian diferencias zonales palpables, aunque sí se muestra que la capacidad de pago superior a $30 representa tan solo el 29%.

En relación a las socias que participan en programas con HdC, se evidencia que el peso familiar recae casi exclusivamente sobre la mujer, afectando así su % de población capacidad de pago. Esto hace necesario pensar el desarrollo socioeconómico 100% enfatizando el rol que cumple la mujer dentro del mismo, contrastándolo con las actuales dificultades del área de estudio y la carencia de programas efectivos, de modo que sea posible potenciar las oportunidades de las mujeres y hacer posible que ellas logren un mayor control sobre las condiciones que afectan sus vidas, sin 80% dejar de recordar que la no resolución de esta problemática puede convertirla en cíclica. La relación entre capacidad de pago y desempleo aparece muy clara en los mapas 7 y 8. En cuanto al grupo de mujeres desempleadas, la mayor densidad de esta población se encuentra en Sergio Toral I y, en segundo lugar, en las cooperativas Regalo de Dios y Voluntad de Dios. En trabajos elaborados recientemente32, se observan ingresos promedio de $288, superiores a la renta básica del periodo en el que se hizo el estudio. En el presente análisis y tomando en cuenta que el Índice de precios al consumidor IPC nos muestra un incremento de los precios del orden de un 8%, vemos cómo la situación se agrava, pues el ingreso promedio en nuestra investigación se encuentra en $248, casi $40 por debajo de los datos encontrados en el análisis citado. 4.6.2 Capacidad de pago de las personas que sí trabajan.

Relación del trabajo con la capacidad de pago mensual

60%

40%

20%

0%

En cuanto a la capacidad de pago de aquellos que trabajan, se aprecia de forma Gráfica 10: Porcentaje de socias que trabajan o no dentro de los distintos rangos de la capacidad de pago. 32. Rada, R. E. (2011).

43


44

Dimensi贸n Econ贸mica

Capacidad de pago de personas que no trabajan

No trabaja - Capacidad de Pago $-138 - $0 $0,1 - $25 $25,1 - $75 $75,1 - $289

Canal Asentamientos precarios

Dto. Nro.

Guayaquil Coop. Munic.

Kil贸metros

Mapa 7: Capacidad de pago de las personas desempleadas . Fuente: EE.PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

Capacidad de pago de personas que sí trabajan

Capacidad de Pago - Si trabaja <$0 $0 - $13 $14 - 35 $36 - $64 >$64 Canal

Dto. Nro.

Asentamientos precarios Guayaquil Coop. Munic.

Kilómetros Mapa 8: Capacidad de pago de la población que sí trabaja. Fuente: EE.PP.

45


46

Dimensión Económica

4.6.3 Capacidad de pago en relación a la recepción del bono solidario Si bien existe una gran cantidad de pobladores con capacidad de pago negativa, se da un notorio equilibrio en las diferencias zonales, vinculándose con un ligero aumento de la capacidad de pago por parte de los que reciben el bono, véase el mapa 9. A pesar de ello siguen existiendo situaciones puntuales con un gran déficit en la capacidad de Pago.

Un dato representativo queda expresado en el Área de Reserva de Seguridad, donde existen personas con capacidades de pago no muy elevadas pero sí positivas. Vemos tras compararse la capacidad de pago con estas distintas variables – bono solidario y si trabaja o no-, cómo van íntimamente ligadas, suponiendo el bono solidario una ayuda importante aunque con menor incidencia que la primera.


Monte Sina铆: La herencia de los vulnerados

Capacidad de pago de la poblaci贸n que recibe el Bono Solidario

Capacidad de Pago - Bono Solidario <$0 $0,1 - $25 $25,1 - $50

Dto. Nro.

$50,1 - $75 >$75,1 Canal Asentamientos precarios Guayaquil Coop. Munic.

Kil贸metros Mapa 9: Capacidad de pago mensual de la poblaci贸n que recibe el bono solidario. Fuente: EE.PP.

47



Monte SinaĂ­: La herencia de los vulnerados


50

Dimensión Social

5. Dimensión Social En el siguiente apartado se presentan los resultados del análisis social, recogiendo para su estudio los aspectos territoriales, estado civil, hogar, número de comidas diarias, bono solidario, educación, salud y pobreza. La variable edad será estudiada en relación a los aspectos mencionados, aunque se desestimará la pirámide poblacional por edad, debido a que en investigaciones previas y a partir de distintas muestras se ha ofrecido una idea general de la estructura etaria del sector33. En este sentido se estima que existe una estructura de forma piramidal con cierta disminución en la base, lo que revela la presencia de menor población joven. El grosso poblacional se encuentra en el conjunto menor de los 45 años, lo que reflejaría una esperanza de vida muy reducida. Los sectores estudiados son receptores de una importante población inmigrante, poseedora de una identidad cultural particular con características que podrían hacer de algunos grupos entidades sumamente reservadas y con cierta tendencia a desarrollar escaso contacto grupal. Estas características generan, en el proceso de acercamiento con la población residente, ciertos espacios culturales de carácter plural pero muchas veces independientes entre sí, lo que podría constituir una debilidad al momento de configurar las dinámicas al interior del territorio, tomando en cuenta que la cultura es la matriz sobre la que se construye el desarrollo. Principalmente, la procedencia de la población es de las provincias del Guayas, Manabí y los Ríos.

23% del total que está separada, y en menor medida encontramos a solteras y viudas. En la gráfica se confirma que las tendencias continúan siendo similares a los resultados de la investigación mencionada.

Conjunto poblacional de las socias según estado civil

Casadas 3500 3000 2500 2424 2000 1500

Viudas

Divorciadas

1000

165

500 0

73

327

Unidas

3224

1798

Separadas

5.1 Estado civil En relación a la condición civil de las socias, es posible apreciar en la gráfica 11 que hay una gran presencia de personas comprometidas, formal o informalmente. Existe un predominio de las uniones informales, con un 40% del total analizado, aunque de forma menos representativa que en los anteriores análisis34, donde éstos casi llegaban al 52%. A este grupo mayoritario le sigue la población casada con un 30% del total de la muestra estudiada. Luego, es posible observar a un

33. SIGVOL;(2005). & HdC. Avilés, D., & Jaramillo, J. (2011). 34. -HdC. Avilés, D., & Jaramillo, J. (2011).

Estado Civil

Solteras

Gráfica 11: Conjunto poblacional de las socias según estado civil. Fuente: EE.PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

5.1.1 Estado civil en relación a la edad En una revisión global del estado civil de las socias, vemos cómo conforme aumenta la edad se van equilibrando los distintos grupos –casadas, separadas, unidas y viudas-. De esta manera, es posible encontrar patrones culturales tradicionales en estos resultados, ya que el número de personas casadas aumenta de forma casi gradual conforme aumenta la edad, ocurriendo lo contrario con las uniones libres, donde entre las personas menores de 30 años constituyen más del 50% (70% entre las menores de 20 años); en cambio entre las personas de más de 40 años la presencia de este tipo de uniones va disminuyendo considerablemente con cifras alrededor del 20% del total de estos grupos, como puede verse en la gráfica 12.

En las edades comprendidas entre los 31 y los 40 años, casi quedan equiparadas las mujeres unidas y las casadas, siendo ligeramente superior el número de uniones. Es en este grupo donde al parecer se produce la inversión de las tendencias entre casamientos y uniones, es decir, población que naciese en torno a los años 1970 - 1980, siendo además el grupo más numeroso de la población estudiada con un 35,6% de representación total –tabla 2-. La cifra de divorciadas y separadas es mayoritaria en edades superiores a los 41 años; entre 41 y 50 años, concretamente, suponen entre ambas un 31%, siendo el 30% de éste separadas, un porcentaje altamente representativo si lo ligamos al hecho de que en el grupo predominante las uniones alcanzaban un 40%.

Relación estado civil y edad

Gráfica 12: Situación civil en el que se encuentran las socias según grupo de edad. Fuente: EE.PP.

51


52

Distribución porcentual por grupo de edad de las socias

Dimensión Social

Edad

Porcentajes

<20

1,27%

De 21 a 30

32,48%

De 31 a 40

35,60%

De 41 a 50

18,42%

De 51 a más

12,23%

Como reflejo de la tendencia cultural tradicional que existe entre las mujeres de Monte Sinaí, frente al matrimonio y las uniones de pareja, tenemos que el conjunto de solteras en toda la serie de datos es minoritario, a diferencia de la realidad nacional donde el total de personas solteras es del 36,5%35. En la tabla 3 se muestra una relación de variables según los distintos estados civiles, arrojando algunos datos muy esclarecedores. Así se tiene por ejemplo que las mujeres unidas y separadas/divorciadas acogen los mayores valores en ingresos, comidas diarias por hogar, así como una mayor capacidad de pago. Tendremos también que quienes menor edad e índice de trabajo revelan, son las personas en unión y especialmente las casadas con un 25,5% de ocupación. Las

Tabla 2: Porcentaje según grupos de edad de la población del análisis -8012 socias-. Fuente: EE.PP.

que mayor tasa de trabajadores tienen son las separadas/divorciadas, y solteras con un 92% y 93% de ocupadas respectivamente. Las rentas per cápita más altas se observan en el caso de las solteras, mientras que la capacidad de pago más elevada la recogen las personas en unión. Curioso y desalentador es el dato en cuanto a ingresos y egresos de las mujeres casadas, donde se señala que tanto los datos de egresos como de ingresos son los más bajos de entre los distintos estados civiles. En cuanto al bono solidario, los grupos que en promedio lo reciben en mayor cantidad son en primer lugar las viudas, y las separadas/divorciadas en segundo lugar.

Comparativa de variables en datos promedio según estado civil

Tabla 3: Comparativa de variables en datos promedios de variables según estado civil. Fuente: EE.PP. 35. Censo de Población y Vivienda 2010. INEC.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

5.1.2 Comparación de variables según estado civil. Los factores más concluyentes vienen de la mano del grupo de casadas, en donde encontramos los menores valores en variables como egresos totales, ingresos totales, número de comidas diarias, bono solidario, y desempleo, como puede apreciarse en la tabla 3. Todos estos aspectos esclarecedores se agravan cuando vemos que en la muestra suponen casi el 30% del total. Dentro del grupo de las mujeres casadas el ingreso per cápita promedio es de $46, lo que le sitúa como un estado civil propenso a incluirse en situación de pobreza, como veremos más adelante.

A partir de lo hasta aquí expuesto, se puede observar cómo los grupos con mayor independencia y mayor acceso al trabajo y educación son los grupos poblacionales menos expuestos a la vulnerabilidad económica, que en el presente estudio encontramos muy asociado a las unidas e incluso separadas/divorciadas. Lamentablemente, una situación muy diferente a la que muestra la población casada, que además de tener menor independencia económica y acceso al trabajo tiene mayores carencias y recibe una menor ayuda estatal.

La mayor cantidad de ingresos y egresos totales corresponde en primer lugar a las unidas, seguidas de las separadas/divorciadas. Ambos grupos son los que mayor cifra de comidas al día registran. Las separadas además cuentan con uno de los mayores promedios de ingresos por bono solidario junto a las viudas. Además, las separadas / divorciadas trabajan en un 92% mientras que entre las unidas solo lo hace el 47%. Pero la mayor distribución de ingresos considerando el número de miembros por familia, tiene lugar entre las solteras, seguida de las unidas, y de las divorciadas/separadas, lo que apunta a que dentro de los distintos estados civiles, la mayor solvencia económica corresponde a las solteras. Esto se explica con mayor claridad cuando observamos que el grupo que trabaja en mayor porcentaje es precisamente el de las solteras, que junto a las separadas/ divorciadas configuran los dos grupos dominantes en cuanto a empleo. Ahora bien, sería interesante estudiar las condiciones en las que lo hacen, considerando que según cifras del censo de Población y Vivienda del 2010 casi la totalidad de mujeres del 20% más pobre y que además poseen escaso nivel educativo, trabajan en sectores de baja productividad o en empleos informales, que a pesar de contar a veces con ingresos “elevados”, sufren inestabilidad laboral, limitada o nula seguridad social y ausencia de cualquier tipo de contrato regular. Pero sin duda el grupo que resulta más preocupante es el conformado por aquel porcentaje restante, que nos revela un grupo humano sin pareja, sin empleo y con hijos, que lo caracteriza sin duda como un sector altamente vulnerado. Según edades, los grupos de menor edad promedio36 son las casadas y las unidas, siendo las de mayor edad las separadas/divorciadas como ya vimos anteriormente. 36. Teniendo en cuenta otras medidas aritméticas como la mediana y la moda, comprobamos que el resultado que más se acercaba a la realidad en este caso era el de la media aritmética.

53


54

Dimensión Social

5.2 Hogar

Porcentaje de viviendas por tipología

5.2.1 Tipo de la vivienda El tipo de vivienda más numerosa es el de caña guadua, del mismo tipo de casas que entrega el Hogar de Cristo. En análisis anteriores llevados a cabo en el área de acción de la Perimetral Nor-Oeste de Guayaquil, se estimaba la cantidad de viviendas de caña en un 66%, mientras que actualmente se cifra un 47,5%37. Cabe destacar que la mayoría de las personas, alrededor de un 60%, habita en casas de caña, covachas y media agua -gráfica 13-, mientras que la casa o villa representa casi el 29% de los hogares estudiados, constituyendo además este tipo de vivienda el que en su mayoría se encuentra en buen estado. Gráfico 14.

37. HdC. Avilés, D. & Jaramillo, J. (2011).

Gráfico 13: Tipología de la vivienda de la población estudiada en datos porcentuales. Fuente: EE. PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

5.2.2 Estado de la vivienda Como acabamos de afirmar, los hogares en mejor estado son las casas o villas y los cuartos o departamentos, -gráfica 14-. En el otro extremo tenemos las viviendas cuya mayor representación se encuentra en estado malo y pésimo, tales como las covachas, chozas o ranchos. En cuanto a las viviendas en estado regular, están la casa mixta o media agua, junto a la casa de caña. Estado de vivienda según tipología

sector; como son los Planes Estratégicos o planes habitacionales de Mucho Lote, Socio Vivienda, o Ciudad Victoria, debe realizarse desde una visión integral del hábitat, diseñando proyectos en conjunto con otras organizaciones u entidades constructoras privadas, que hayan asumido con responsabilidad su compromiso en este sector y procedan con conocimiento, respeto y acervo moral en el área, con relación a la población con la que se va a trabajar. Como puede apreciarse en el gráfico contiguo, la durabilidad y el estado de la vivienda están íntimamente regidos por la calidad de los materiales que se emplean en su construcción, así como las técnicas y modos en los que estos se utilizan. La caña es conocida en el Oriente Asiático como “acero vegetal” y curada puede ofrecer tan buenos servicios como la mejor de las maderas. Así como no es posible, económicamente, atender a las necesidades específicas de cada familia en cuanto a la construcción de vivienda se refiere, desde la ética social tampoco es aceptable proporcionar viviendas con espacios y necesidades muy reducidas, con escasas posibilidades de progresión, dando origen además a conjuntos homogéneos cerrados que cuentan con todas las condiciones para detonar algunas graves e irreversibles consecuencias38. Por el contrario, se trata de ofrecer suficientes posibilidades de libertad y flexibilidad para el desarrollo de la vivienda, de modo que las mismas familias se empoderen de su propio espacio y sean partícipes de la evolución física y simbólica de su hogar.

Gráfica 14: Estado de la vivienda según tipología. Fuente: EE. PP.

Teniendo en cuenta que la vivienda con mayor representación es la casa de caña, toda mejora que se realice utilizando materiales tradicionales que optimicen las capacidades estructurales y funcionales, será sumamente importante para las mejoras habitacionales de este grosso poblacional. No obstante, las mejoras como venimos apuntando deben ser integrales, con lo que toda medida a adoptar en el

38. Rodríguez, C. I. (2006).

5.2.3 Estado vivienda-Ingreso Total familiar Vinculando aspectos económicos con los sociales, se cruzarán ahora los ingresos totales familiares y el estado de la vivienda; para ello se brinda el gráfico 15, que liga dos aspectos representativos que introducirán al problema de la vivienda y el déficit habitacional.

55


56

Dimensión Social

Relación del estado de la vivienda con el ingreso mensual familiar A primera vista se estima que existe una relación directa entre los ingresos familiares y el estado de la vivienda, aumentando la calidad de la misma conforme crecen los ingresos familiares. Otra relación palpable es la disminución de aquellas en estado pésimo conforme aumentan los ingresos familiares. Poco representativa es la relación a establecer con las casas en estado regular, más numerosas dentro del rango de ingresos de $140 a $340. En éste grupo de vivienda, las casas en mal estado de igual manera descienden conforme aumentan los ingresos, aunque no de manera tan significativa como la que se encuentra en estado pésimo.

60

50

40

30

5.2.4 Estado de la vivienda según personas por familia. Existe un ligero aumento de las viviendas en mal y pésimo estado, conforme incrementa el núcleo familiar. El grupo mayoritario en el análisis general según la situación de habitabilidad es el de buen estado, con el 31%, mientras que con familias superiores a 3 personas el estado regular muestra una mayor representación. A pesar de ello, este hecho no parece causar cambios significativos según incrementa el número de integrantes por hogar, en contra de lo que se pudiese augurar.

20

10

0

Gráfico 15: Porcentaje de viviendas según su estado dentro de cada rango de ingresos mensuales. Fuente EE.PP.


Monte Sinaí: La herencia de los vulnerados

Estado de la vivienda según miembros en la familia

Tabla 4: Estado de la vivienda en porcentajes según miembros familiares. Fuente EE.PP.

En cuanto a la distribución zonal de las viviendas según su estado en familias mayores de tres y cinco integrantes, no se aprecia una relación directa relevante, sin que parezca ser la causa principal del mal estado de la vivienda. Aún así, se observan los agravantes ya conocidos en Sergio Toral I y II, donde encontramos un mayor porcentaje de viviendas en estado pésimo. Mapa 10. Podrían existir no obstante otras causas más vinculadas al terreno, vulnerabilidades naturales como ya veremos, tales como cercanía a cauces o quebradas, laderas con suelos inestables, terrenos pantanosos, canales deficitarios o en mal estado, etc. Los factores intrínsecos al terreno serán decisivos para el estado de la vivienda. Existe un alto cuestionamiento respecto a la calidad de la vivienda de caña guadua. Se suele dar un rechazo cualitativo genérico al hablar de este tipo de hogares de madera y caña, a pesar de que existen diversas variedades de viviendas construidas con estos materiales que nada tienen que envidiar a otro tipo de hogares construidos con materiales “nobles”. Se han realizado diversos trabajos y proyectos sobre dicha cuestión, así como nuevas alternativas de construcción utilizando materiales reciclables que distan mucho de ser una vivienda indigna, y que se vinculan además con nuevas actividades productivas. La aparición de posibilidades y propuestas integradoras de viviendas de caña de alta viabilidad ya existen, aunque lamentablemente subsiste una falta de aceptación por parte de ciertas organizaciones y Administraciones ligadas al espacio que tratamos.39 39. Ramos, G. J., Peña, R. I. & Rodríguez, J. P. R. (2010). 40. Plan Nacional del Buen Vivir, Capítulo 7. Objetivo 3, Política 3.6.

Paradójicamente el Plan Nacional de Desarrollo, más conocido como Plan Nacional para el Buen Vivir, dispone políticas nacionales sobre la vivienda que al parecer han sido ignoradas en estos últimos años por importantes personas encargadas de la toma de decisiones. En efecto, el Plan dispone la promoción de “programas públicos de vivienda adecuados a las condiciones climáticas, ambientales y culturales”, “que privilegien sistemas, materiales y tecnologías ecológicas e interculturales”, fortaleciendo “las capacidades locales para la producción de materiales de construcción y de vivienda, promoviendo encadenamientos productivos que beneficien a los territorios y las comunidades”, así como “la recuperación de técnicas ancestrales de construcción”40. Lamentablemente, la gran mayoría de planes habitacionales llevados a cabo se encuentran bastante lejos de haber respondido a estas orientaciones.

57


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.