La Hoja del 23 de agosto

laHoja SEGORBE-CASTELLÓN

23 agosto 2015

Soñaba con ser militar y tener una moto roja.

Ahora es sacerdote Don Juan Carlos Vizoso se acercó a la Iglesia gracias a una fiesta de fin de año. Comenzó a ir por la parroquia, se bautizó, se confirmó y comenzó a dejar espacio a Dios en su vida.

“Dios golpeó mi vida.

Experimenté ese amor incondicional de Dios y ese fue el empujón para decir yo mi vida a Éste se la entrego” www.obsegorbecastellon.es

Punto de mira

No bautizado, soñaba con gran mo

AHORA ES S

S

u sueño era hacer carrera militar en el ejército, como su abuelo, casarse, formar una familia y tener una gran moto, a ser posible, roja. Hay un refrán que dice: “si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”. Y así fue. Sus planes

de Dios y tampoco había entrado nunca a ninguna Iglesia a rezar. Pero “llegó un momento en mi vida en el que me di cuenta de que iba por mal camino, estaba como muy roto por dentro y empecé a juntarme con gente poco aconsejable y ése fue el

“Llegó un momento en mi vida en el que me di cuenta de que iba por mal camino y ése fue el momento que aprovechó Dios para entrar en mi vida”

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cambiaron radicalmente con tan solo 15 años.

Ahora es un alegre y entusiasta sacerdote.

momento que aprovechó Dios para entrar en mi vida”, reconoce el joven sacerdote.

Juan Carlos no estaba bautizado, proviene de una familia no cristiana, donde no se rezaba, no había ninguna imagen en casa, en el colegio al que iba tampoco se hablaba

Llegó noche vieja y el joven de 15 años se quedó sin plan. Fue entonces cuando un amigo le propuso ir a la fiesta de fin de

año que celebraba con sus amigos en la parroquia.

Allí conoció un grupo de jóvenes cristianos, “no por casualidades de la vida, sino porque está la mano de Dios detrás”, asegura.

“Y viendo la vida de esos cristianos, Dios golpeó mi vida. Experimenté ese

amor incondicional de Dios y ése fue el empujón para decir yo mi vida a Este se la entrego. Me replanteé mi existencia y poco a poco empecé a conocer a Dios a través de esa experiencia de cariño de la Iglesia. Eso fue lo que me hizo plantearme quien era Jesucristo y comencé a ir a catequesis, sin estar bautizado. Comencé un itinerario para acercarme al Señor”. Y a los 4 meses, recibió el Bautismo, la primera Comunión y la Confirmación.

Juan Carlos comienza a vivir más la fe y poco a poco

on ser militar y tener una moto roja.

SACERDOTE va dejando espacio al Señor en su vida. Fue entonces cuando Dios le pidió algo que ni él quería, ni esperaba: ser sacerdote. “Fue una lucha entre Él y yo, y ganó Él”, reconoce. Desde entonces don Juan Carlos no ha dejado de dar gracias a Dios por su vocación: ¡Señor, gracias por haberme llamado a ser sacerdote!

El sacerdote explica en palabras del Papa Francis-

hay mucho prejuicio. Y el hecho de romper ese prejuicio también anima al joven sacerdote: “es algo que te empuja a acercarte a la gente, incluso a la gente que no está receptiva, para ser ese abrazo de la Iglesia”. ¿Y qué es lo que sostiene a don Juan Carlos Vizoso en su vocación, en su día a día? “Desde que empecé a ser cristiano mi

“Fue entonces cuando Dios me pidió algo que ni quería, ni esperaba: ser sacerdote.

Fue una lucha entre Él y yo, y ganó Él”

“Dios golpeó mi vida. Experimenté ese amor incondicional de Dios y ese fue el empujón para decir yo mi vida a Este se la entrego” fe ha sido algo del día a día. Me puse a mí mismo una serie de pilares: empiezo cada mañana delante del sagrario, que para mí es como un chute espiritual que necesito, donde yo le cuento y Él me cuenta; como sacerdote, celebro la misa cada día. Y esto es fundamentalmente lo que me da vida para luego encontrarme con el Señor en la gente de la parroquia, la gente que está rota, necesitada”.

co que “Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes”. Al preguntarle quién es para él Jesucristo, responde sin pensarlo: “¡Para mí Jesucristo es mi vida entera porque se la he entregado a Él! Él me ha pedido cosas en mi vida que yo nunca había esperado y nunca, nunca me ha defraudado”.

De cara a la sociedad, ser sacerdote en el siglo XXI es, cuanto menos, peculiar. La figura del sacerdote es poco atrayente, de entrada 3

Edita: Obispado de Segorbe-Castellón Coordinador: D. Yago Gallo Redacción: Guillem Farré (610 493 950) y Beatriz Sánchez-Camacho (610 493 675) hpsegorbecastellon@hotmail.com / www.obsegorbecastellon.es C/Gobernador Bermúdez de Castro, 8. 12003. Castellón de la Plana Impresión y reparto: Grupo Zona · Pol. Ind. Ronda Sur, C/ Sierra de Irta · Castellón / Teléfono 964 210 339 · www.grupozona.es

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Palabra de Dios

“Señor, ¿a quién vamos a acudir?

Tú tienes palabras de vida eterna” Domingo de la 21ª semana de Tiempo Ordinario 1ª lectura: Josué24,1-2a.15-17.18b En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: - «Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.» El pueblo respondió: - «¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»

Salmo: Sal 33,2-3.16-17.1819.20-21.22-23 R. Gustad y ved qué bueno es el Señor. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

2ª lectura: Efesios 5,21-32 Hermanos: Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es ca-

MAGDALENA

beza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo.

Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada.

Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues

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nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Evangelio: Juan 6,60-69 En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: -«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: -«¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.» Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: - «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce: - «¿También vosotros queréis marcharos?» Simón Pedro le contestó: - «Señor, ¿a quién vamos a acudir?

Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»