La Hoja PARROQUIAL
25 de Agosto de 2019
SEGORBE·CASTELLÓN
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El hombre que no quiso vivir sin Dios Festividad de san Agustín de Hipona, obispo y doctor de la Iglesia El llamado «Doctor de la Gracia» fue uno de los más insignes pensadores del primer milenio del Cristianismo y uno de los grandes conversos de toda la historia. Este filósofo, teólogo, místico, poeta, orador, polemista, escritor y pastor, fijó —en palabras de Benedicto XVI— “su mirada en Jesucristo, el Verbo encarnado, el Cordero inmolado y resucitado, y en Él encontró la Verdad que tanto buscaba: la revelación del rostro de Dios Amor a todo ser humano en camino por las sendas del tiempo hacia la eternidad”. (Continúa en la página 2)
Entrevista a: Saverio Cannistrá, Agustí Borrell y Lukas Kansi
@segorbecastello
Diócesis Segorbe-Castellón
www.obsegorbecastellón.es
“El corazón de nuestra vocación consiste en vivir el encuentro de amistad entre el hombre y Dios”
Punto de mira (Viene de portada)
El Papa emérito distingue tres etapas en la conversión del santo nacido en Tagaste, en la provincia de Numidia, en el África romana, el 13 de noviembre del año 354. La primera etapa de este camino se realizó precisamente en el acercamiento progresivo al cristianismo. En realidad, había recibido de su madre, santa Mónica, a la que siempre estuvo muy unido, una educación cristiana y, a pesar de que en su juventud había llevado una vida desordenada, siempre sintió una profunda atracción por Cristo, como él mismo subraya (cf. Confesiones, III, 4, 8), el amor al nombre del Señor. La filosofía, sobre todo la platónica, había contribuido a acercarlo más a Cristo, manifestándole la existencia del Logos, la razón creadora; pero solo la lectura de las cartas de san Pablo le reveló plenamente la verdad. San Agustín sintetizó esta experiencia en una de las páginas más famosas de las Confesiones: cuenta que, en el tormento de sus reflexiones, escuchó una voz infantil que repetía una cantilena que nunca antes había escuchado: «tolle, lege; tolle, lege», «toma, lee; toma, lee» (VIII, 12, 29). Entonces se acordó de la conversión de san Antonio, padre del monaquismo, y volvió a tomar el códice de san Pablo: lo abrió y la mirada se fijó en el pasaje de la carta a los Romanos, donde el Apóstol exhorta a abandonar las obras de la carne y a revestirse de Cristo (Rm 13, 13-14). Esta fue la primera conversión.
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Pero, como hemos dicho, el camino de san Agustín no había concluido con aquella Vigilia pascual del año 387. Al regresar a África, fundó un pequeño monasterio y se retiró a él, junto a unos pocos amigos, para dedicarse a la vida contemplativa y
al estudio. Este era el sueño de su vida que apenas duró tres años, hasta que, contra su voluntad, fue consagrado sacerdote en Hipona y destinado a servir a los fieles. Así, renunciando a una vida consagrada sólo a la meditación, san Agustín aprendió, a menudo con dificultad, a poner a disposición el fruto de su inteligencia para beneficio de los demás. Aprendió a comunicar su fe a la gente sencilla y a vivir así para ella en aquella ciudad que se convirtió en su ciudad, desempeñando incansablemente una actividad generosa y pesada. Pero hay una última etapa en el camino de san Agustín, una tercera conversión: la que lo llevó a pedir perdón a Dios cada día de su vida. Al inicio, había pensado que una vez bautizado, en la vida de comunión con Cristo, en los sacramentos, en la celebración de la Eucaristía, iba a llegar a la vida propuesta en el Sermón de la montaña: a la perfección donada en el bautismo y reconfirmada en la Eucaristía. En la última parte de su vida comprendió que no era verdad lo que había dicho en sus primeras predicaciones sobre el Sermón de la montaña: es decir, que nosotros, como cristianos, vivimos ahora permanentemente este ideal. Sólo Cristo mismo realiza verdadera y completamente el Sermón de la montaña. Nosotros siempre tenemos necesidad de ser lavados por Cristo, que nos lava los pies, y de ser renovados por él. Tenemos necesidad de una conversión permanente. Hasta el final necesitamos esta humildad que reconoce que somos pecadores en camino, hasta que el Señor nos da la mano definitivamente y nos introduce en la vida eterna. San Agustín murió con esta última actitud de humildad, vivida día tras día.
LasAgustinasdeBenicÀsSim celebranaSanAgustínySantaMónica Nuestra Diócesis cuenta con la Comunidad de Agustinas de Benicàssim que celebran las festividades de Santa Mónica y San Agustín. El día 27, con motivo de la conmemoración de la santa, celebran las vísperas en la iglesia conventual a las 19:30 horas y una Eucaristía Solemne a las 20:00 horas. El día 28, solemnidad de san Agustín, organizan una solemne Eucaristía a las 12:30, a la que asistirán varios religiosos Agustinos, PP. Blancos y sacerdotes diocesanos y amigos. Después compartirán
una comida fraterna y celebrarán las vísperas del santo, a las 19:30 horas. Esta comunidad contemplativa aporta, como tantas otras con diversos carismas diseminados por nuestro territorio, el poder de la oración, pilar central de toda la vida cristiana; la fuerza del hombre y la debilidad de Dios, como decía san Agustín. La oración es la que puede mover montañas desde la raíz y, aunque realizan otras actividades, esta es su aportación esencial.
Entrevista
“El corazón de nuestra vocación consiste en vivir el encuentro de amistad entre el hombre y Dios” Saverio Cannistrá, Agustí Borrell y Lukas Kansi Prepósito general, Vicario general y Segundo definidor de la Orden del Carmelo Descalzo
El Padre Saverio Cannistrá, prepósito general de los Carmelitas Descalzos, que lleva diez años al frente de la orden; el Padre Agustí Borrell, vicario general de la orden desde hace cuatro años, y el Padre Lukas Kansi, nacido en Opole (Polonia), Segundo Definidor y superior de la Casa General y coordinador de la Curia, estuvieron el pasado mes de julio en el Desierto de Las Palmas elaborando un documento sobre lo que supone ser carmelita descalzo en el siglo XXI. Su principal propósito ha consistido en encontrar formas nuevas para seguir manteniendo los elementos esenciales de su identidad espiritual.
¿Cuál es el motivo que les ha traído al Desierto de las Palmas durante estos días? Dos motivos. El primero es una iniciativa nueva, que consiste en un periodo de tres meses de preparación a la profesión solemne, a los votos definitivos para todos los estudiantes carmelitas europeos que nosotros llamamos el segundo noviciado. El segundo supone iniciar la elaboración de lo que llamamos una declaración carismática, es decir; un documento que quiere expresar con un lenguaje actual, comprensible, cómo vemos nuestra identidad, qué es hoy ser carmelita descalzo, para no repetir formas del pasado ni tampoco adoptar acríticamente formas nuevas que no correspondan a nuestro carisma. ¿Qué formas del pasado hay que actualizar? Las formas del pasado ya se han abandonado bastante. Hemos vivido durante siglos con una estructura rígida, muy detallada en todos los aspectos, que se actualizó con la renovación conciliar de los años 60 del pasado siglo. Más bien lo que sentimos es que no hemos encontrado formas nuevas, no digo para sustituir a las antiguas, pero sí para seguir manteniendo los elementos fundamentales de nuestra identidad. ¿Cuáles son las características fundamentales de la espiritualidad carmelitana que no deben cambiar? Como orden fundada por santa Teresa de Jesús, con la ayuda de san Juan de la Cruz, somos un movimiento contemplativo. Teresa y Juan renovaron la idea y la práctica de esta vida porque viven un espíritu moderno, centrado más en la persona humana y divina, en el encuentro de amistad entre el hombre y Dios. Este es el corazón de nuestra vocación y el don que podemos aportar a la Iglesia y al mundo de hoy; pero para vivirlo de
manera auténtica y específica se necesitan también algunas condiciones. Algunas prácticas del pasado mantienen su sentido, pero hoy vemos como una exigencia vivir como hermanos o hermanas en una comunidad. La dimensión comunitaria es muy importante para que la persona pueda desarrollarse, madurar, crecer en una dimensión relacional con el hombre y con Dios. Ambos aspectos van en paralelo. Por tanto, hay que reforzar el aspecto comunitario, que supone mantener relaciones fraternas. Este espíritu secular e individualista propio del tiempo presente, ¿de qué manera influye a la hora de tomar decisiones de discernimiento de un carisma concreto como puede ser el carmelitano? El estilo de vida carmelitano puede ser muy útil a la humanidad del siglo XXI en estos dos aspectos: el individualismo y la falta de referencia trascendente de la sociedad actual. Dos de los elementos esenciales que están intrínsecamente unidos en la visión teresiana son la relación de amor y amistad con Dios, así como la relación fraterna. Ante la pérdida del sentido de trascendencia, queremos ofrecer una imagen de un Dios vivo, cercano, que ama y que pide una respuesta de amor. Es muy atractivo para una sociedad que sigue manteniendo un deseo de paz interior que intenta resolver de maneras muy limitadas; en cambio, la respuesta cristiana tal como la vivió santa Teresa puede dar respuesta a los deseos del corazón humano. Por otra parte, esto vivido en comunidad, que no es simplemente uno al lado del otro, sino ayudándose mutuamente a mantener, a profundizar, a alimentar esta relación de amistad con Dios, viviendo también la amistad con los amigos de Dios. Esto responde muy bien al individualismo que caracteriza a la sociedad actual, tan globalizada.
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Edita: Obispado de Segorbe-Castellón Coordinador: Héctor Gozalbo Redacción: Guillem Farré (610 493 950) - Nacho García (682 27 91 23) medios@obsegorbecastellon.org / www.obsegorbecastellon.es C/Gobernador Bermúdez de Castro, 8. 12003. Castellón de la Plana Impresión y reparto: Grupo Zona · Pol. Ind. Ronda Sur, C/ Sierra de Irta · Castellón / Teléfono 964 210 339 · www.grupozona.es
PRIMERA LECTURA Isaías 66, 18-21 SALMO RESPONSORIAL Sal 116, 1. 2 SEGUNDA LECTURA Hebreos 12, 5-7. 11-13
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EVANGELIO Lucas 13, 22-30 En aquel tiempo, Jesús, pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: - «Señor, ¿son pocos los que se salven?». Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir. “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad.” Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a lsaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha» Domingo XXI del Tiempo Ordinario (1ª Semana del Salterio)
ÉVANGILE (Lc 13, 22-30) En ce temps-là, tandis qu’il faisait route vers Jérusalem, Jésus traversait villes et villages en enseignant. Quelqu’un lui demanda : « Seigneur, n’y a-t-il que peu de gens qui soient sauvés ? » Jésus leur dit : « Efforcez-vous d’entrer par la porte étroite, car, je vous le déclare, beaucoup chercheront à entrer et n’y
parviendront pas. Lorsque le maître de maison se sera levé pour fermer la porte, si vous, du dehors, vous vous mettez à frapper à la porte, en disant : ‘Seigneur, ouvre-nous’, il vous répondra : ‘Je ne sais pas d’où vous êtes.’ Alors vous vous mettrez à dire : ‘Nous avons mangé et bu en ta présence, et tu as enseigné sur nos places.’ Il vous répondra : ‘Je ne sais pas d’où vous êtes. Éloignez-vous de moi, vous tous qui commettez l’injustice.’ Là, il y
Suplemento del B.O. del Obispado Dep. Legal: CS 971960 Nº 2995
aura des leurs et des grincements de dents, quand vous verrez Abraham, Isaac et Jacob, et tous les prophètes dans le royaume de Dieu, et que vous-mêmes, vous serez jetés dehors. Alors on viendra de l’orient et de l’occident, du nord et du midi, prendre place au festin dans le royaume de Dieu. Oui, il y a des derniers qui seront premiers, et des premiers qui seront derniers.»
GOSPEL (Lk 13, 22-30) Jesus went through one town and village after another, teaching as he made his way to Jerusalem. Someone asked him, “Lord, will only a few be saved?” He said to them, “Strive to enter through the narrow door; for many, I tell you, will try to enter and will not be able. When once the owner of the house has got up and shut the door, and you begin to stand outside and to knock at the door, saying, ‘Lord, open to us,’ then in reply he will say to you, ‘I do not know where you come from.’ Then you will begin to say, ‘We ate and drank with you, and you taught in our streets.’ But he will say, ‘I do not know where you come from; go away from me, all you evildoers!’ There will be weeping and gnashing of teeth when you see Abraham and Isaac and Jacob and all the prophets in the kingdom of God, and you yourselves thrown out. Then people will come from east and west, from north and south, and will eat in the kingdom of God. Indeed, some are last who will be first, and some are first who will be last.”