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Romanos
La palabra griega seibinología parece haber sido acuñada en esa época de la historia, para “el estudio y la ciencia del afeitado”. Un friso griego documenta a un hombre sentado en la silla del barbero mientras otros miran y esperan. Probablemente las primeras barberías hayan sido originadas en aquella poderosa cultura. Las barberías eran sitios de reunión matinal donde los ciudadanos se reunían para debatir, mientras a otros les afeitaban o realizaban manicuría. Con relativa frecuencia el barbero desarrollaba tratamientos médicos o curas menores, propagando así la idea de cirujano barbero que dominaría un amplio segmento de la historia europea medieval.
Los Romanos
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Durante el período imperial los romanos consideraban como rutina al rasurado completo de la barba. Lo realizaban por razones higiénicas y también sociales, ya que el afeitado simbolizaba un signo de madurez que se adquiría en la adolescencia, y se afirmaba a través de una ceremonia festiva conocida como deposito barbae. El joven romano era afeitado por primera vez, luego de lo que era autorizado a incorporarse al mundo de los adultos, de las discusiones y de la guerra. A los adultos sólo se les permitía usar barba en circunstancias especiales como durante batallas prolongadas o en momentos de duelos, en las que no había tiempo para rasurarse. Durante las largas jornadas en tiendas de campaña los legionarios mantenían su cara frotando piedra volcánica. Los esclavos “barbaros”, en cambio, eran obligados a usar barba, con la clara intención de ser diferenciados de los ciudadanos libres.
En la época de nacimiento de Jesús de Nazareth los territorios ocupados por los romanos mostraban los dos aspectos en los rostros masculinos: las caras afeitadas de los legionarios y las barbas de los semitas. Esto se interrumpió alrededor del año 130 por el emperador Adriano y por motivos curiosos. Adriano tenía la cara surcada por cicatrices de heridas sufridas durante batallas, además de una enorme verruga que deformaba su barbilla. Durante sus viajes por el imperio, Adriano decidió ofrecer una mejor imagen personal y se dejó crecer la barba intentando tapar esos defectos. Como en otras estructuras jerárquicas, los soldados optaron por imitarlo.
En los siglos siguientes al nacimiento de Jesús, la barba aparece y desaparece en la historia de los pueblos, siguiendo los impulsos de la moda y las costumbres signadas por los líderes. Los reyes y señores, dueños de las tierras y de quienes las ocupaban y trabajaban en ellas, determinaban el estilo de la barba a usar. Adriano
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Alarico I, Rey de los Visigodos, saqueó y ocupó Roma en el 410, provocando la caída definitiva del Imperio Romano. Comienzan a organizarse diferentes naciones independientes y empieza lo que los historiadores llaman “época Medieval” que se extiende aprox. desde el siglo V al XV. A partir de ese momento las costumbres de los pueblos germanicos comenzáron a popularizarse en toda Europa. Los cabellos de todos los Reyes eran largos y usaban barba.