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Las raíces colombianas de Laryssa Leone le ayudaron a forjar su carrera de reportera
Por Christina Fernández-Morrow, Hola Iowa
Hace veintitrés años, Laryssa Leone, de casi un año de edad, viajó 2,741 millas desde su ciudad natal en Medellín, Colombia, hasta Logan, Iowa, cuando fue adoptada junto con sus cuatro hermanas. No tiene recuerdos del orfanato y no ha vuelto a Colombia, pero sonríe cuando dice: “Soy latina y estoy orgullosa”.
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Leone tardó varios años en sentirse cómoda con sus raíces. Al ser tan joven cuando se mudó a Iowa, nunca aprendió español, pero eso no impidió que la llamaran “exótica” en el pueblo de 1,500 habitantes donde sólo había otro hogar no blanco. “No siempre sentí que encajaba”, dice. En una comunidad tan pequeña, la mayoría de los residentes conocían su historia de origen y, en un momento dado, dividió al pueblo.
La adopción de Leone fue inusual. Trasladar a cinco niñas menores de diez años por varios países no era la norma en el año 2000, y mucho menos para una familia que seguía criando a cinco hijos biológicos pequeños y a una adoptada de Guatemala. Fue abrumador para sus padres adoptivos iniciales, tanto que poco después de llegar, sus tres hermanas mayores fueron abandonadas en la guardería, y Leone y su hermana menor, una niña pequeña y ella una bebé en aquel momento, pasaron meses separadas de sus hermanas que las habían cuidado desde su nacimiento. “Recuerdo haber visto a mis hermanas mayores en un evento en la ciudad y haber llorado, intentando correr hacia ellas. Sabía que eran mis hermanas”. La gente del pueblo tenía opiniones encontradas sobre la separación. Algunos pensaban que se solucionaría con el tiempo, mientras que otros se horrorizaban de que se separara a niños tan pequeños. El orfanato de Colombia acabó interviniendo y exigió que las niñas estuvieran juntas, según el acuerdo de adopción, o que las devolvieran a Colombia. Por suerte, la familia que acogió temporalmente a sus hermanas mayores luchó por adoptarlas a las cinco. A día de hoy, Leone dice que son su familia, los padres que intervinieron cuando ella y sus hermanas necesi- taban adultos de confianza que las mantuvieran seguras y unidas. Pero eso no significaba que la vida fuera a ser fácil a partir de ese momento.
“La primera vez que me llamaron la palabra con N (N-word) estaba en la guardería”, cuenta Leone, que tuvo que preguntarle a su madre qué significaba y por qué la llamaban algo tan desagradable. No sabía cuál era su sitio. No era de Logan y toda la ciudad lo sabía, pero ésa era la única cultura que había conocido. “Sabía que no podía actuar de cierta manera, o me mirarían de otra forma”. En lugar de intentar minimizarse o rehuir a los demás, Leone se expresaba con valentía. “Ladré más fuerte de lo que podían morder”, dice riendo entre dientes. “Puedo hablar con cualquiera porque puedo amoldarme; adaptarme para ser lo que necesite”. Armada con esa habilidad de supervivencia, se ganó la reputación de ser franca, obstinada y desafiar las palabras y acciones de los demás. Desde el principio supo que hablar con los demás y conseguir que se abrieran a ella era una ventaja. Leone disfrutaba descubriendo los verdaderos pensamientos y sentimientos de la gente escuchando y compartiendo historias. Esa aptitud la ayudó a obtener un título de asociado en radio, televisión y comunicación digital en el Iowa Western Community College de Council Bluffs, Iowa, seguido de una licenciatura en periodismo por la Universidad de Nebraska en Omaha. Con sólo diecinueve años, consiguió su primer trabajo en periodismo televisivo como teleprompter en KETV, uno de los canales de noticias más antiguos y conocidos de Omaha. En los tres años siguientes, fue ascendida a operadora de cámara, fotógrafa nocturna y, por último, a periodista multimedia antes de incorporarse al equipo de noticias de WOI-TV en Des Moines como presentadora fin de semana y reportera de en 2021. “Me costó [aceptar el puesto]. Por mucho que me guste Iowa y sea precioso, hay mucho trauma por intentar sentir que pertenezco”. Pero no dejó que eso la detuviera y está contenta de haber aceptado el reto de volver a su estado natal. “Ha sido curativo establecer
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Continúa de la página anterior contactos con gente maravillosa de Iowa. Cuando ocurre algo, los habitantes de Iowa se esfuerzan diez veces más. Pero la falta de diversidad me resulta difícil”. Aunque Leone ha visto muchos cambios en Iowa, admite que son lentos y se inclinan más hacia lo tradicional. Consciente de ello, decidió ayudar a los demás a sentirse más integrados, por lo que se involucró como Defensora del programa de tutoría I am Enough de Big Brothers Big Sisters of Iowa. Le gusta trabajar como voluntaria con las niñas y con otros defensores. Se ha dado cuenta de que muchas de ellas tienen los mismos problemas de identidad que ella tuvo de joven. “Si yo hubiera tenido ese tipo de apoyo a esa edad, no puedo imaginar el impacto que habría tenido en mi corazón, en mi autoestima”. Viendo el valor de compartir espacio con mujeres jóvenes de color, también prestó su tiempo al campamento Many Shades of Color Lead-Her-Ship en el Y-Camp de Boone, donde pasó un fin de semana dirigiendo actividades y conociendo a quince chicas adolescentes. Poco después, se ofreció como maestra de ceremonias para la conferencia de mujeres jóvenes “Adjusting My Crown” de Hip Hope, donde compartió su historia con más de cincuenta mujeres jóvenes de todo el estado.
Su deseo de interactuar personalmente con todos los que puede la inspira a contar las historias que la conmueven tanto como conmueven al público. “Cuando cuento historias con profunda tristeza, tragedia y felicidad, me siento menos sola. Nunca olvidaré esas historias. Eso es lo que me conmueve”, dice sobre el amor que siente por su campo de trabajo. Le impacta contar historias porque encuentra muchos aspectos en común con sus propias experiencias. Cubrir acontecimientos y noticias en Des Moines le hace reflexionar sobre cómo su vida podría haber sido diferente. Ella reconoce que contar historias es un don que puede compartir con los demás, como muchos han hecho con ella. “Con la ayuda de otras personas, he conseguido estar aquí y hacer lo que me gusta. Había otros niños en el orfanato que también lo merecían pero nunca tuvieron los privilegios que yo tuve, y eso me da sentimiento de culpabilidad. Podría haber sido mucho más triste de lo que fue”. La pasión de Leone por contar historias impactantes que muestren el lado humano de sus protagonistas es evidente en la forma en que se ilumina, su tono cambia y su habla se acelera cuando habla con entusiasmo de historias que la han marcado. Está claro que entiende la importancia de compartir relatos que tienen el potencial de cambiar el mundo, como muchos hicieron por ella cuando más lo necesitaba. “Soy una mujer fuerte gracias a mujeres fuertes como mis hermanas, mi madre y otras mujeres de las noticias. Yo no sería yo sin las mujeres que me precedieron”. Puedes ver a Leone cubriendo las noticias los fines de semana en WOI-TV Local 5 en Des Moines, y online en www.weareiowa.com.