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BIOPOLÍMEROS LA REALIDAD DE LOS
Por: Dr Miguel “Mike” Barreto Mendez Cirujano Plastico. Director cientifico de Rejuvenates Medical Group. USA & Director Cientifico de Aesthetic Clinical Center. Colombia.
Hay una franja abismal que separa el mito de la leyenda. Al primero lo alimenta la fantasía y está marcado por la utopía como proyecto de la imaginación; mientras que la leyenda se sustenta en el optimismo de la aventura humana. Desde la antigua Grecia hasta Roma, el concepto de belleza se enfocó en encontrar el mayor grado de perfección posible de la figura humana.
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Puede advertirse en el culto rendido por la cultura grecorromana al perfil de mujeres y hombres. El mito griego elevó a Afrodita al modelo perfecto de belleza, mientras que Roma consideró a Venus como su modelo de perfección, delineada bellamente por Botticelli, en 1484, en su obra “El nacimiento de Venus”, conservada en la Galería de Arte de Uffici, en Florencia Italia.
Dominada por estas ideas y su fuerza moral, la modernidad no se conformó con llevar la belleza al arte pictórico o la escultura, sino que se interesó por plasmarla en la misma humanidad de hombres y mujeres. Prorrumpió así el esteticismo y en 1824 se descubrió la silicona y su utilización. En 1928 se aplicó, por primera vez, para cubrir un defecto craneal. En 1940 se consideró una sustancia inerte apta para aplicarla en humanos. Pero fue la Segunda Guerra Mundial la que catapultó el uso de los biopolímeros, de la misma manera que el bélico fenómeno dio inicio a la cirugía plástica, en sus modalidades de estética, cosmética o de embellecimiento, pero sobre todo como reparadora.
Estos procedimientos quirúrgicos tienen por objeto modificar el aspecto de una persona, mejorar su apariencia “sin efectos funcionales u orgánicos”.
Luego en los años 70’s los biopolímeros se aplicaron a pacientes del VIH para hacer rellenos faciales que mejoraban su aspecto desgarbado, y ya en los ochentas se les dio un uso abiertamente cosmético.
Los biopolímeros son sustancias sintéticas, no biodegradables, derivadas del petróleo, cuya presentación se hace en forma de gel o silicona, con diferentes pesos moleculares. Su nombre científico es polidimetil siloxano, y es utilizado para hacer rellenos que aumentan el volumen de algunas partes del cuerpo como cara, manos, vulva, piernas y su uso más extendido en glúteos. Dado que los biopolímeros producen consecuencias nefastas en el organismo humano, la comunidad médica no recomienda su uso, como quedó claro en el congreso de cirugía plástica realizado en Cartagena, Colombia, en el 2015.
Desde su aplicación, los biopolímeros pueden causar daños o estos pueden manifestarse mucho después. También pueden presentar síntomas como alteraciones del estado de ánimo, irritación, depresión y dolor articular entre otros. Otros síntomas específicos son el dolor en el área de aplicación, cambio de coloración en la piel, que va desde rojiza a rojizo ocre llamado alogenosis química o iatrogénica, nombre este que le fue dado por el Doctor Coiffman, cirujano plástico colombiano. También hay detección de masas circulares a la palpación y lesiones abiertas en la piel que pueden llegar a infectarse, así como granulomas y endurecimiento en el área. Generalmente tienden a migrar a diferentes partes del cuerpo. En mi experiencia personal tengo claro que con el paso de los años aumenta el volumen y el peso en el área de la aplicación. Adicionalmente, estas sustancias desencadenan una respuesta autoinmune con cambios histológicos inflamatorios.
El biopolímero no es la única sustancia que ha sido aplicada en el cuerpo; también se conocen otras sustancias como aceites de origen vegetal, de castor, aceites para vehículos, cemento para uso odontológico y se conocen casos en los que se ha aplicado parafina líquida. Cuando los biopolímeros se aplican en los glúteos pueden migrar a diferentes partes, como espalda, cadera, región lumbar, muslos, ingles y genitales. También pueden dirigirse hacia las piernas y producir en algunos casos taponamiento linfático.
TRATAMIENTO
Se recomienda siempre tener una valoración con médicos especialistas, y utilizar pruebas como el TAC 3D para detectar entre otros la cantidad y ubicación, y demás exámenes prequirúrgicos. Es importante decir que es imposible retirar la totalidad de esta sustancia. Su tratamiento es quirúrgico y puede realizarse de dos maneras: con la técnica abierta o la cerrada. En algunos casos los pacientes requieren más de una cirugía, complementándola con la parte estética. En la extracción se evidencia micro o macro esferas que se asemejan a una capsula de vitamina E donde la cubierta es de polímero y su contenido interno es la silicona.
Durante mi practica de 17 años en el retiro de biopolímeros, he tenido casos de todo tipo. En la actualidad, trabajo con la fundación para la mujer llamada “Beauty Sin Límites”, donde procuramos generar conciencia social y alertamos sobre el efecto del uso de sustancias. En conclusión, el uso de los biopolímeros es perjudicial para el cuerpo humano, por lo que no debe avalarse su práctica. En cambio, hay nuevos elementos por los que pueden reemplazarse, tales como el Ácido Hialurónico, fillers PRP, plasma rica en plaquetas, y grasa autógena o implantes, en área de glúteos.