¿Qué educación para el pueblo, la chusma, la multitud, la masa? Material producido por Omar Ambrosino para el Taller de Educación Popular de la Licenciatura en Psicopedagogía Social. Facultad de Educación y Salud. Universidad Provincial de Córdoba.
Revisión y colaboración: Prof. Florencia Páez.
Diseño de tapa: Intervención de Omar Ambrosino sobre un afiche de Somos Kontrabando
1ª Edición, 2022
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POBRES HUBO SIEMPRE Les primerxs humanxs, aparecen con el homo sappiens hace tan solo 200.000 años. Lxs sappiens vivieron como cazadorxs recolectorxs, organizadxs en pequeños grupos nómades. No existían excedentes ni división de la sociedad en clases, ni quienes vivieran del trabajo de lxs demás.
Contrariamente a lo que cierto “sentido común” nos lleva a repetir como loros, “pobres no hubo siempre”. En realidad, ha sido todo lo opuesto; durante la mayor parte de su historia, casi 200.000 años, la humanidad vivió en comunidades donde no existía la pobreza. ¿De dónde sale, entonces, ese “sentido común” que falsea la historia de la humanidad? Con el desarrollo de la agricultura, hace unos 10.000 años se transforman las condiciones de vida. Se producen manantiales de riqueza desconocidas hasta entonces. Ello derivó en un conflicto por la apropiación de esos excedentes, del cual salieron triunfantes algunos grupos que se convirtieron en lxs poseedorxs, lxs ricxs. Había nacido la propiedad privada. La sociedad se dividió en clases y lxs ricxs aseguraron su dominación, recurriendo tanto a la violencia física como a la dominación ideológica. Desde aquel momento en que las sociedades se dividieron en dominantes y dominadxs, hemos vivido distintas formas económico-sociales: esclavismo, feudalismo y capitalismo, esta última hasta la actualidad. En todas ellas vienen existiendo grupos sociales dominantes, y conflictos por la distribución de la riqueza. La puja es permanente, es lo que C. Marx denomina “lucha de clases”. 3
En los últimos años podemos observar que ha preponderado un proceso de concentración de la riqueza o, mejor dicho, de “polarización del ingreso” que significa que cada vez menos personas tengan más riqueza mientras, al mismo tiempo, crece el número de personas que cada vez tienen menos recursos: 45,8% de la riqueza de todo el mundo está concentrada en una mínima porción de la población, que equivale a 1,1%.1 La cifra asombra todavía más, si se tiene en cuenta que 55% de la población mundial solo tiene acceso a US$5,5 billones, que a su vez representan 1,3% de la riqueza global.
Estos grupos (el 1,1% y algunos más), acumulan un gran poder que ejercen y retroalimentan a través de una variada gama de formas: violencia, manipulación y control social, propagación de un “sentido común” que ayude a preservar y reproducir las condiciones de dominación. Si observamos la historia de la humanidad podemos ver que estxs poderosxs, han tenido y tienen muy en claro la importancia de la educación para conservar su condición de privilegio. ¿Qué papel estarán jugando las formas educativas predominantes? ¿Estarán aportando a transformar o a perpetuar las condiciones para que, por ejemplo, esta concentración de la riqueza siga avanzando? ¿Qué tipo de educación podría servir para que el mundo avance hacia una distribución de la riqueza más justa? ¿Necesitamos de prácticas educativas que apunten a otra cosa? ¿Hacia dónde? ¿Qué tipo de educación necesitaríamos, las mayorías, para no caer en los engaños, las trampas y las distorsiones a las que nos someten lxs dominadorxs en forma permanente? ¿Debería ser una educación que desarrolle una mayor capacidad de comprensión, análisis e interpretación de la realidad? ¿Una educación crítica? ¿Una educación que nos haga dudar, por ejemplo, cuando se repite hasta el hartazgo que “la pandemia perjudicó a todxs”, cuando los datos dicen que “La riqueza mundial creció 7,4% en la pandemia y hay 5,2 millones de nuevos millonarios”?2 Si bien somos una mayoría contundente quienes vivimos en condiciones similares, no todxs 1
Informe de riqueza global 2021. Credit Suisse. https://www.cambio16.com/credit-suisse-riqueza-mundial-crecio-74-durante-lapandemia/#:~:text=El%20Informe%20de%20riqueza%20mundial,1%25%20de%20la%20poblaci%C3%B3n%20mundial. 2
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pensamos de manera similar. ¿Será necesaria una educación que nos permita comprender que esas condiciones de vida similares debieran ser la base de intereses grupales similares? ¿Qué rasgos tendría esa educación? Política: una educación que aporte para transformar las condiciones que hacen que subsistan las situaciones de dominación, debe tomar una posición explícita frente a la realidad que se vive. No existe educación neutra, la educación siempre es política. La educación que necesitamos debe formarnos para saber interpretar a qué proyecto político responde cada proyecto educativo, existente en nuestra realidad.
“La educación es siempre un quehacer político” Paulo Freire. Liberadora y crítica: la educación que necesitamos debe contribuir para que seamos protagonistas de procesos de concienciación de nuestras condiciones sociales, mediante el análisis crítico y reflexivo del mundo que nos rodea. Esa concienciación nos permitirá “liberarnos” de situaciones que nos limitan, como la educación bancaria, y a partir de allí podremos desarrollar nuestro potencial creativo. Una educación que despierte y promueva una actitud crítica frente a la realidad, y así no demos por sentado la validez de sus creencias y prácticas, sin antes someterlas a una evaluación y análisis, en una primera instancia para determinar su grado de veracidad. Luego para precisar a qué intereses sirven esas creencias y prácticas, Dialéctica: nuestra educación deberá superar la separación de la teoría y la práctica y convertirlas en dos términos de una relación dinámica, de una totalidad donde mutuamente se exigen y se interpelen. La práctica ya no será un momento de ejercicio de la teoría, nos dice Oscar Jara, que se produce y se aprende independientemente de la práctica. La práctica social debe ser la fuente (el fundamento), el criterio de verdad y el fin último del conocimiento.
Adecuada metodológicamente: una educación a nuestro servicio, el de las mayorías populares, debe adoptar una metodología que dé coherencia a los objetivos a lograr con los métodos o procedimientos utilizados para ello y con las técnicas e instrumentos aplicados en relación al marco teórico que da origen a los objetivos buscados (Nuñez, 1986 ). No se puede lograr un objetivo con cualquier metodología. No se puede educar para la paz a los cachetazos. El método de nuestra educación pondrá a prueba nuestra coherencia con las ideas que pregonamos y será inseparable del marco teórico que lo sustente, por lo tanto, no tendrá sentido por sí mismo, siempre tendrá que ver con el modelo de sociedad y de educación que pretendemos construir. Nuestra práctica educativa será heterogénea y alcanzará características específicas en cada situación concreta, justamente porque como sujetxs populares también somos heterogénexs.
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Dialógica: servirá a nuestro cometido una educación que se base en el encuentro, en el diálogo de saberes y experiencias. En la escucha activa del otrx, derrumbando los prejuicios para aprender y comprender realidades que pueden ser inimaginables desde nuestra existencia y llegado ese punto, nos permita construir colectivamente un nuevo conocimiento. Lúdica: una educación ligada a los intereses populares deberá superar el aproximarse al conocimiento por la vía exclusiva de la racionalidad. Aprendemos con todo nuestro cuerpo, con todos nuestros sentidos, por lo tanto deberá incorporar en los procesos de enseñanza aprendizaje al conjunto de nuestro ser. Sabernos y re-conocernos como seres sentipensantes, nos permite asumir en la acción transformadora, sentires tan esenciales como la alegría, la rabia, la indignación, la sed y el hambre de justicia; y a través de sucesivas aproximaciones sensibles/racionales, el conocimiento y la acción transformadora pueden resultar y resultan más profundos, complejos, y más integrales. La incorporación de una dimensión lúdica y artística en nuestra educación será fundamental. (Korol, 2015).
Grupal: los procesos de “enseñaje” (enseñanza/ aprendizaje) como les llama Korol, en especial aquellos que como los nuestros se realicen en la práctica social, producen dolores, angustias, alegrías, emociones, y el tránsito por estos estados es necesario compartirlo. Para nuestra educación el grupo será fundamental en los procesos pedagógicos para identificar los obstáculos, para intentar superarlos, y para que el diálogo desde diferentes perspectivas nos permita enriquecer el conocimiento, y nos sostenga en nuestras posibles caídas o dificultades para atravesar ese proceso. Decolonial: una educación vinculada a lo popular no puede dejar de criticar la racionalidad occidental, no puede abordar la realidad desde una mirada eurocentrista, sino que debe incorporar un posicionamiento de descolonización cultural.
Antipatriarcal: la educación popular que necesitamos debe estar imbuida de un espíritu liberador, cuyo objetivo debe ser la superación de toda situación de opresión y dominación, por lo que naturalmente estará empecinada en desterrar las formas de violencia contra las mujeres y las diversidades. Y también estará abierta y receptiva de los aportes del movimiento feminista, 6
interactuando con pedagogías emancipatorias que horizontalizan los diálogos, politizan lo personal, y establecen relaciones entre la crítica al sistema capitalista y el sistema heteropatriarcal. (Korol, 2015) Pachamámica: una educación a favor de quienes sufren la dominación y la explotación deberá estar comprometida con el entendimiento de que la humanidad es parte indivisible del planeta tierra, y que este es un solo ser vivo y con un solo destino, lo que dañe a la madre tierra nos daña a nosotrxs indefectiblemente. Amorosa y solidaria: una educación que aporte a un proceso transformador con miras a una realidad más igualitaria, sin opresiones ni dominaciones, deberá poner un fuerte acento en la defensa y reinvención de los lazos de amistad, de amor, de encuentro, como lazos políticos indispensables para la creación de un mundo nuevo. La actitud amorosa como ingrediente de un proceso educativo es esencial, como dijo Pablo Freire: “La educación es un acto de amor”. Para nosotrxs, mayorías populares, desnaturalizar las relaciones de agresión y de violencia, deshacer la insensibilidad y las distancias afectivas con lxs otrxs, es fundamental para poder avanzar en nuestra construcción como sujetx colectivx popular para la transformación. Autoeducación: técnica, metodología y principio Siguiendo a Ch. Chunga (s/f), asumimos la Autoeducación como Técnica, como un procedimiento sistemático que promueve el aprendizaje sin la intervención directa de quien educa. También definimos la autoeducación como Metodología, o sea, que lxs “educandxs” se apropian de todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje: de la planificación, la organización, la conducción, la ejecución y la evaluación. Y en tercer lugar, la autoeducación se constituye en Principio: cuando se afirma que la educación de un grupo o clase social cumple su cometido en concordancia con los intereses reales del grupo o clase, si ésta toma para sí la responsabilidad de hacerlo. Esto quiere decir que la educación del pueblo sólo será acorde con sus intereses inmediatos y objetivos históricos, si el mismo pueblo se hace cargo de su conducción.
Una educación del pueblo y para el pueblo, este es el principio, es lo importante, lo determinante, lo que guía y da sentido a la técnica y a la metodología. La transformación de la sociedad a favor del pueblo sólo podrá ser obra del propio pueblo. Ubicada en estos términos, la educación popular, por principio, debe ser vista como autoeducación. 7
Si nuestra educación nos va cambiando y como personas pertenecientes a los sectores populares queremos cambiar el mundo, la política es imprescindible. ¿Cómo hacer política en la realidad actual? ¿Nos puede ayudar la educación a enfrentar tal desafío? Si entendemos a la política como la herramienta para la reconstrucción de la vida social en sus diversas dimensiones, es evidente que es un asunto que nos concierne a todxs. Ahora constituido exclusivamente por los partidos políticos que sufren una crisis sin retorno, poco deja para hacer. Ahora bien, sabemos que el quehacer político sobrepasa en mucho a las acciones realizadas en el marco de los partidos y de las instituciones estatales. Los movimientos sociales hacen política y hoy por hoy no pueden prescindir de los partidos políticos y mucho menos del aparato estatal. ¿Sería posible crear el partido que sea la herramienta de los sectores populares en su camino a la transformación de la sociedad? Es obvio que estamos pensando en un tipo de organización política que nada tiene que ver con los partidos existentes. Ahora bien, ¿qué caracterizaría a una organización de ese tipo? Otra idea de lo que es la política. ¿Acaso la política debe limitarse a lograr una representación en el Estado o incluso a llegar a ser gobierno? ¿El tipo de cambio al que aspiramos como sectores populares no abarca mucho más que eso? ¿No necesitaríamos transformaciones que abarquen todos los planos de la realidad (político, económico, social, cultural, ambiental, etc.)? ¿Puede una tarea como construir una sociedad justa y solidaria, sin opresiones, sin dominio ni explotación de unxs sobre otrxs, pensarse en el corto plazo? Otras formas de relación, ¿Qué pasaría si pusiéramos en primer plano a la cooperación, la solidaridad, la amorosidad, la amistad? ¿No son esos, rasgos que nos planteamos debe tener una educación liberadora? ¿Cómo sería esa organización política del pueblo, que se relaciona de esta manera, entre sus miembrxs, con lxs miembrxs de otras organizaciones y movimientos populares y con toda la población? - Otra concepción del poder, ¿Cómo sería una organización que supere y deseche todas las relaciones y ejercicios de poder que están determinadas por una idea de dominación? ¿Nuestra educación despojada de las influencias de una racionalidad eurocentrista y occidental nos permitiría recurrir a otras fuentes de conocimiento que nos permitan echar luz sobre el asunto? Es que existen otras formas de entender el poder, de origen tan variado como el cristianismo 8
primitivo (el poder como servicio)3 el zapatismo (mandar obedeciendo). Ellxs, al igual que el MAS boliviano (el poder obedencial) (Dussel, 2016), han sido alimentados por cosmovisiones de nuestros pueblos originarios. ¿Y no es acaso del diálogo de saberes desde donde podemos construir nuevos conocimientos? Para enfrentar un desafío de tales dimensiones necesitamos de esa educación política, liberadora y crítica, dialéctica, adecuada metodológicamente, dialógica, lúdica, grupal, decolonial, antipatriarcal, pachamámica, amorosa y solidaria, necesitamos de la educación popular. “Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica” Paulo Freire (1) Carl Sandburg, es uno de los poetas norteamericanos mis vigorosos de todos los tiempos. Hijo de inmigrantes suecos, antes de ir a la escuela a los 20 años, cumplió los más variados oficios: mozo de cuerda, ayudante de peluquero, aprendiz de alfarero y obrero en industria, La fama universal de Sandburg arranca de sus “Chicago Poems" de 1914 que al aliento mesiánico de Walt Whitman, añaden un amor por las grandes masas ciudadanas que Sandburg conocía tan bien. A partir de ese momento hasta su muerte, en años recientes, se convirtió en un Juglar de la ciudad moderna, recitaba sus poemas en calles y plazas, en auditorios obreros y en los barrios pobres.
BIBLIOGRAFÍA Autoeducación popular: alcances y deslindes. Sigfredo Chiroque Chunga. s/f. Aplicación del método dialéctico a la pedagogía de masas. Oscar Jara. Alforja. Educar para transformar, transformar para educar: una perspectiva dialéctica y libertadora de la educación y comunicación popular. Carlos Nuñez Hurtado. Mexico: Humanitas, 1986. La educación popular como creación colectiva de saberes y haceres. Claudia Korol. www.lafogataeditorial.com – Edición digital – Serie #Libros Libres. 2015. - Informe de riqueza global 2021, publicado por Credit Suisse. - El poder popular. Rubén Dri en Reflexiones sobre el poder popular. Varios. Colección Realismo y Utopía. Editorial El Colectivo. Buenos Aires, 2007. - E. Dussel: El Poder. Primera sesión de la Escuela de Formación política. 2016. Córdoba. Abril de 2022
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“Como ustedes saben -es Jesús quien habla a sus discípulos- los que son tenidos por jefes de las naciones, se enseñorean de ellas; y los grandes de entre ellos, ejercen potestad sobre ellas. No así, pues, será entre ustedes; sino el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, será su -de ustedes- servidor; y el que quiera ser el primero entre ustedes, será el siervo de todos: porque aun el hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir ” (Mc 10, 42-45).
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