13 Dias por Horacio Vega

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13 Días Por Horacio A. Vega Enríquez

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HORACIO A. VEGA ENRIQUEZ.

2006 Editorial La Prensa.

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“13 Días” Titulo Original. Todos los derechos reservados. © 2006. Horacio A. Vega Enríquez © Impresión Comercial / La Prensa. Primera Edición, 2007. Diseño Interior y Exterior: Horacio A. Vega Enríquez. Editorial La Prensa Km. 4 1/2 pista Dr. Pedro Joaquín Chamorro C. Apartado Postal No. 192 Managua, Nicaragua. ISBN: 99924902-1-7 Impreso por Impresión Comercial / La Prensa Impreso en Nicaragua | Printed in Nicaragua.

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A la memoria de mi abuelo Sebastián Vega Báez A mis Padres

A mis hermanos

A mis abuelos

A mis Familias

Alejandro Vega Sánchez Y Ana Clemencia Enríquez Lacayo Alejandro y Ana Valeria Juan Carlos Cerna Barrantes Abelardo Enríquez Mora Lastenia Lacayo de Enríquez Auxiliadora Sánchez de Vega Familia Vega Sánchez Familia Enríquez Lacayo

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Dedico estas líneas a:

A la musa en mis sueños, “Cuando salió el sol, lo primero que vi fueron tus ojos, entonces sucedió ahí, sentados ante la arena, el sol saliendo entre los destellos de la aurora, ante el oleaje que ya alcanzaba nuestros pies descalzos y el frío que abrazaba nuestro amanecer, y entonces sucedió ahí, ante todo el universo me enamoré de tí.” Horacio Vega Enríquez

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Para el lector: Fue durante una noche de verano la primera vez que ví esos ojos cafés, claros como el místico ámbar del que comentan los sueños. Su mirada era simple, humilde y sencilla, tenue y feroz al mismo tiempo, no existían espacios vacíos entre los cruces de las miradas, parecían siempre decir algo, aunque mis ojos no parecían descubrir la esencia de los mensajes, pero una simple mirada era vasta como para querer tenerlos de frente o en un solo cruce nuevamente. Es extraño querer hablar de algo que fue solamente una estrella fugaz entre miles de sentimientos y al mismo tiempo, es aun mas difícil tratar de describirlo cuando solamente lo único que conocí de ella fue un simple cruce de miradas que se convirtieron en un universo de luces por tan solo un momento. De un momento a otro los versos enteros de mi cabeza comenzaron a azotar los rincones de mi cerebro, buscando la manera de ser libres, provocando comezón en mis manos para que estas alcanzaran un lápiz y un pedazo de servilleta, para escribir en silencio que en sus ojos habitaba la misma belleza, no pude evitarlo, mis versos me habían vendido nuevamente, en un simple instante me había enamorado de una mujer, de la cual no sabia su nombre, ni su edad y de la cual solo existía un millón de preguntas dentro de mi cabeza. Siempre sucede así, todas las noches sin luna, en donde solamente las luces de las estrellas apartan la oscuridad de nuestros ojos, es cuando siempre aparece una chica que puede cambiar el rumbo de mi historia, pero al instante siguiente se vuelve solamente otro recuerdo más que quedara en el olvido en tan solo unos días. 13 Días por Horacio Vega Enriquez


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Según mis amigos el amor en mi es muy frágil y al parecer pesimista, la mayoría de las noches cuando caía rendido a mi cama a causa del cansancio de las fiestas y las cantidades de alcohol que recorrían mi cuerpo, le comentaba a mi almohada de chicas que jamás volvería a ver de la misma manera y que esa noche en unos versos les había inmortalizado, aunque sea en montones de servilletas enrolladas que a causa de la pereza jamás pude completar sus historias en mis libros. Y así sucedió esa misma noche, la chica de los ojos cafés, claros como el místico ámbar del que comentan los sueños, había desaparecido de mi vida. Una vez mas había quedado solo, las cosas no eran las mismas y tampoco me hubiese gustado que continuasen así. Así que esa misma noche fui a mi casa a dormir, le comente a mi almohada sobre ella, y le conté a las estrellas la historia del cruce de nuestras miradas. Fue simplemente aburrido nuevamente, los sueños continuaron siendo sueños, y las flores seguían siendo flores. Después de unos años la inspiración fue desapareciendo, ya no eran románticas, ahora hablaban de tristeza y melancolía, la melancolía parecía estar condenada a la tristeza de mis amores por el resto de la historia, no figuraba sin duda en mi vida un espacio en el que alcanzaran tan solo un ultimo suspiro de amor, o quizás un espacio que dejase amar el pasado por tan solo unos segundos mas y experimentar la ocasión de tenerla entre mis brazos a aquella que mas hubiese amado. El tiempo ya había marcado historia en sus vidas, ya no existía espacio para mí dentro de las de ellas, y el único rincón en el que pude haber estado, es en el rincón de los recuerdos. 13 Días por Horacio Vega Enriquez


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Sin duda alguna las energías positivas ya se habían agotado. No había razón por la cual seguir luchando. Maldije el día en que se me fue otorgado el don de escribir e incluso quise una tregua para el abandono, pero nunca me fue otorgado, los versos seguían brotando de mis manos, angustiados y sedientos de otros sentimientos que no fuesen oscuros, reclamaban la luz de una esperanza y volteaban a ver mis ojos con ojos lagrimosos y culposos. Me propuse entonces, decirle a Dios que arrancase de mi cuerpo el Don que me había otorgado y que si no lo hiciese, entonces que me mostrase la esperanza o la luz de la salida en la que se habían quedado arrinconados mis versos. Por algún motivo o razón, Dios esperó hasta el momento preciso, nuevamente en una encrucijada de mi vida, en que puso mis límites a prueba y ya me había dado por vencido. Entonces apareció ella. La mujer de la que habían comentado mis poemas aun sin conocerla, de la que sus manos parecían ser de seda, cuando cubrieron mis ojos. Si, era ella, lo supe desde el momento en que puso sus manos sobre mis ojos y pronuncio las palabras mágicas que cuestionaban si conocía su identidad. Pues al ver sus ojos que había supuesto olvidar, a través del iris se encontraba el recuerdo, y el cruce de las miradas fue el mismo, pero al contrario de la primera vez, esta vez si tuve la gracia de conocerle. Los momentos mágicos de 13 días y las horas de despedida que acontecieron en los días venideros serán declamados en las posteriores prosas que admito quise solamente escribir y este fue el resultado de lo que salió a través de mis manos hasta las líneas de este pequeño libro. 13 Días por Horacio Vega Enriquez


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I. Musa inmortal. Cuando el silencio busca Las palabras que amo, Me quedo solo Entre el tiempo perdido e incierto. Aunque busco los ojos sinceros Entre los caminos oscuros, No encuentro el detalle Del verso acaecido en las aguas calmas. Más no encuentro los labios Que hacen del verso La divina esencia Ni de la luz el silencio. Estoy buscando un amor Tan puro como el vacío, O como la divina esencia Que defina su mirada o sus labios. Entre las miradas el silencio puesto, Los labios suaves y delicados, Bellos como las nubes del cielo Y raros intocables del viento vagabundo. Más si algún día hablan mis labios, Mi corazón hablara a la luna Y mis palabras se transformaran en poesía Haciendo a mi musa volverse inmortal entre mis versos.

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II. Hoy escucho los versos del alma, no pienso en la esencia de las cosas, solo dejo viajar a mis manos tras los versos que dicta la aurora. Hoy, el verso triste ha dejado las aguas de la melancolía y ha dejado que el poder de las sonrisas se apodere de mi alma. Hoy abro los ojos del inmortal suspiro y encuentro a las princesas llenas de diamantes que el cielo viste por las noches, durante la ceremonia universal de las estrellas fugaces que traen consigo nuevos sueños. Hoy al fin, he podido suspirar en silencio sin tener que dejar a mis lágrimas correr por mi rostro, por fin hoy alma mía, los sueños de mis noches ha dejado de estar tristes. Hoy princesa, después de tantas lunas ausentes, he vuelto con mis manos llenas de diamantes, para que hoy adornemos el cielo, para que al fin dejemos atrás la melancolía y hagamos del arte el sueño inmortal de esos versos escondidos y solos en los rincones de mi cerebro.

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III. Tu sonrisa, mis labios, los momentos a solas frente al mar, escuchando los versos que cantan las olas y detrás de los vacíos del tiempo, estrellas fugaces que adornan nuestros sueños. Esos ojos del místico ámbar del que hablan mis versos, cuando dejamos a un lado las pasiones y la contemplación de nuestras caricias se vuelven un verso hermoso, cuando dejamos de pensar y la armonía de nuestro escenario se vuelve la copla divina de nuestras historias. Escucho el misterio que cuenta tu corazón mientras mantienes fija tu mirada, y en las ocasiones inspiradas en inmortales roces de desconocido atributo, espero dejar que las rosas florezcan en los jardines de las sonrisas. Escucho tu voz, y el canto de las sirenas acompañando a los eternos silbidos del viento, que hace de la forma la idea y de los sueños el arte del suspirar de las auroras escondidas detrás de las rocas que cortan el horizonte.

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IV. Han pasado trece días y la alfombra roja aun sigue puesta, han pasado tan solo unas horas y ya extraño los minutos de tus besos, que a cada momento hacían de tus labios expirar la esencia que perfuma a los Dioses. Mi divina sinceridad que no podía fingir mientras miraba a tus ojos, hoy ha desaparecido luego que los versos de tus labios han expirado de su atavío humano. Ha desaparecido hoy, el problema de los placeres que se volvían adicciones entre los momentos que compartíamos hablando solamente tonterías. Trato de respirar el aire de la grandeza, mientras el silencio sucumbe la esencia de los momentos que compartimos sin escuchar las palabras que a lo lejos son sordas, sin dejar escapar el sol entre las bellas esencias, de las noches que paso a solas tratando de analizar los momento que comparten nuestras auroras, mientras nosotros despertamos en nuestros sueños contando nuestras historias, a los momentos que hacen de la divinidad de la vida los momentos, que mientras vivimos, soñamos por las noches aunque nuestras auroras boreales no sean los anillos que unan nuestras vidas. Busco que la vida sea cada vez mas corta y sentir que la he vivido y no que sea larga y despertar de un sueño y saber que el reloj se detuvo y aun no he hecho nada. Ver como los días pasan a través del tiempo, me deja muchas veces entre los lugares inciertos de mi memoria, busco algunas veces entre las hiedras de mi cabeza las piezas de mis poemas y hace al suspiro volverse melancolía entre las simples ideas de la realidad. 13 Días por Horacio Vega Enriquez


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Hoy como otras noches, busco el sueĂąo entre las hojas blancas de mis libros, encuentro entre versos el incierto pensamiento de las ilusiones perdidas, y aunque ambiguos, son sabios pensamientos atrapados entre las palabras de la hiedra y no la vida. Mis letras son ocasionalmente atrapadas por los sentimientos, y entre las noches de lluvia se deja caer el agua como en gotas de melancolĂ­a, y entre otras noches encuentro envestida en las estrellas, a los versos enamorados que trazan entre hilos imaginarios del oscuro cielo, las auroras y los ocasos y ocasionalmente las estrellas fugaces.

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V. ¿Como he llenado mi cabeza de recuerdos?, simples recuerdos, solamente recuerdos que recorren los lugares escondidos de los bosques de mi cerebro, buscando en los recuerdos la inspiración o un verso que en sus místicas palabras busque la razón del existir de un suspiro. La razón de los recuerdos son sencillos y humildes, sin buscar subir la palabra al altar de una oración, buscando como inspirar un suspiro o imitar el canto de un ruiseñor. En los recuerdos, las palabras de esos días se vuelven versos, y las ideas de los nuestros se vuelven coplas al viento buscando posarse en los labios de algún buen poeta que les ampare, y les cante a quienes abran los oídos de su corazón y les escuchen cantando nuevos recuerdos. Mis recuerdos han quedado extraviados en los lugares escondidos de mi cerebro, observando a la aurora traer nuevos versos y esperando a que pasen los días, mientras se escuche un suspiro a lo lejos, como esperando a que alguien les encuentre, les abra los ojos y les deje ver la luz del sol y la luna nuevamente, bajo ese azul inmenso o bajo ese espléndido manto de estrellas. Esperando el día tras cada aurora, que pasen las noches y que los momentos se vuelvan eternos, esperando que el silencio llegue y se aleje, que las lágrimas broten a través de mis ojos y desaparezcan, que suceda todo entre cada momento mientras no se acerque mas el olvido, pero aún así, mientras tanto, me quedaré aquí sentado frente a mi casa, esperando a que el viento me traiga el olor de las orquídeas y la caricia de tu alma. 13 Días por Horacio Vega Enriquez


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VI. Una vez, que el día amaneció triste, sentía ganas de platicar con alguien, pero estaba solo, ya la edad en que hablaba con los árboles, las aves y la naturaleza ya había pasado, los sueños ahora se relacionaban con los sueños que tus padres tenían para ti, y de que muchas veces ni siquiera te dabas cuenta de qué era en realidad lo que te hacía feliz. Tengo ya cierto tiempo sin escribir nada, solo pilas y pilas de documentos que hago en mi escritorio, en donde trabajo, ya no recuerdo que es lo que se siente cuando pasa el amor, no se que olor, ni color tiene, no se como sabe, ni como se siente. La mayor parte de las cosas que hago tiene un sabor diferente, tiene sabor Éxito, pero no a Felicidad. Hay veces que solo quiero que me escuchen, ni siquiera pido ayuda, solo quiero decir lo que siento y de cómo me siento, pero no hay nadie, solo Dios, pero estoy tan ciego y sordo que no logro verlo ni escucharlo.

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VII. Durmiendo durante las noches estrelladas bajo hermoso suspiro de los sueños, he encontrado las partes ilusión que había perdido durante mi vida. Me he llenado esperanzas y sueños durante esta hermosa noche y se me llenado de amor el incienso.

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Cuantos momentos hermosos durante la vida, cuantos momentos de silencio había perdido, y cuantas canciones había dicho a mi corazón que se callasen en los momentos que hubiesen podido danzar junto al viento, conformándose en la maravillosa sinfonía que traspasen los corazones de los ruiseñores durante las mañanas. En los espacios de los sueños que se volvían como la dulce copla del silencio, en la melodía más triste aun escrita que ni los más grandes poetas la habían aun soñado, y yo ya la sentía. Alegría y tristeza sentía en mi corazón palpitando al mismo tiempo, una canción en forma de poesía delataba mi sentir, se escabullían entre las palabras las luciérnagas desnudas, y detrás de la colina, hermosa se ocultaba lo que nacía. Te amaba y por eso te extrañaba, al mismo tiempo la tenía a mi lado y al siguiente me dolía la piel por no sentirla, era una compleja verdad o una sencilla mentira, eran las mismas palabras que declamaba yo al viento o trataba de hablar en formas extrañas y rápidas, no se ni que decir o que sentir, son sueños en formas de vida o la esencia de una simple sonrisa, o la esencia, de un beso que desvela la aurora.

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VIII. Princesa. ¿Porque lloras Princesa? Tus ojos color ámbar lucen tristes esta noche, Tus labios rosas tiemblan cuando hablas Y tus suspiros son tenues e inseguros. ¿Porque lloras princesa? Si mis versos son tuyos, Si las auroras y los ocasos besan tus ojos, Si el silencio no abarca tu tristeza. ¿Porque lloras princesa? Toma mis sueños y seca tus lágrimas azules, Toma mis labios a que besen los tuyos, Vamos princesa, Toma mi corazón y enciérralo en tu pecho. ¿Porque lloras princesa? Será porque las rosas han perdido su color, ¿Es acaso por el silencio que ha dejado el mar? O ¿Será que las caracolas han dejado de cantar? Ah! Ya entiendo Princesa mía! Has perdido tu voz porque ha cesado tu canto, No puedes ver porque tus ojos verdes estén llenos de lágrimas, Ah! Princesa Mía! Ya entiendo.

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Entonces tomas mis versos y seca tus ojos, Deja que tus lagrimas azules Se esparzan por mis libros, Deja que tus ojos vean el cielo Y que las estrellas desvelen tus noches, Deja que tu alma vuele Y que el gran Dios te acaricie en un Sueño, Vamos Princesas tomas mis versos y seca tus lagrimas! Princesa Mía: Tu voz es del viento la divina esencia, Es para mí del mar La magia de mis noches de desvelo. Deja que Dios toque tu garganta Y ponga en tu vos La divina esencia del canto de las sirenas, Vamos princesa, Canta los versos que brotan de tu alma, Y deja a tu canto volverse inmortal Entre los versos del mar Y las coplas del tiempo.

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IX. El silencio de tu distancia desvela mis noches, los cuentos de las auroras boreales esconden los deseos de mis atardeceres, se han vuelto historias nuestros versos y se han quedado abandonados, los sonetos al viento. Siento que en silencio duelen mis labios, escucho muy dentro el lamento en las horas de tus recuerdos, mas el cantar incansable del mar trae en forma de versos cada un de nuestros besos, aunque estés mas allá de los gigantes silenciosos y después de la cortina de acero. Sin embargo, las estrellas aun brillan en mi hermoso cielo, y el viento cada noche me trae tu perfume, el silencio de tu distancia trae tu voz guardada en mi pecho y aun nuestro corazón late al mismo tiempo.

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X. He dicho: Bienvenida sea la Aurora!, las horas pasan y las olas del mar siguen llegando lentamente a las costas, los momentos se han llenado solamente de silencio, en los amaneceres y los atardeceres mientras continúo viviendo las horas y los momentos, en que tu recuerdo se vuelve un presente inolvidable lleno de momentos vividos, y de sueños que en las noches desvelan a las estrellas, quienes escuchan silenciosamente los versos que te he escrito desde que tu te has ido. He dedicado Odas enteras a tu ausencia que tanto me pesa entre los hilos del tiempo, he escrito miles de versos fugaces entre el espacio de cada estrella que vimos aquella dulce noche, cuando estábamos acostados en la costa discutiendo de estrellas fugaces, de sueños y de cosas triviales de nuestras vidas. He pensado en los momentos solos de mi existencia, en que el vacío se transforma en el amigo ausente, en el que tanto recae el olvido mientras veo tus ojos o simplemente rozo tu mano o tu rostro, en el momento en que todo silencio se transforma en palabras, en el que toda melancolía se vuelve alegría y en el que toda lágrima se vuelve sonrisa. OH! Bienvenida sea la aurora nuevamente!, tus recuerdos y tus llamadas han hecho que la sonrisa se transforme en un Universal suspiro, que devuelve alegría y que hace que la gracia divina se vuelva emotiva, para saber que la distancia no existe, que las fronteras son imaginarias y para darnos cuenta que ante el amor, todo el universo está conspirando para que nuestros ojos se cierren mientras nuestros labios se estrechen, y termine este verso en ese beso que parece magia y milagro lleno de gracia al mismo tiempo. 13 Días por Horacio Vega Enriquez


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XI. Soy capaz de inspirar a las estrellas, Puedo tejer versos más hermosos en noches de Silencio como estas, Soy capaz de hacer llorar a las rosas Al terminar un poema, Puedo inspirar el canto de los ruiseñores cada Mañana, Soy capaz de hacer del triste invierno Las dulces sonrisas de las auroras boreales, Pero soy incapaz de sacar una sonrisa de tu rostro O un simple beso de tus labios.

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XII. Los versos una vez mas dejaron de estar solos, y las auroras boreales cobraron vida, los nuevos colores del campo tomaron identidad y las formas de las nubes tomaron sentido Una vez mas haz vuelto a mi, has venido a mi corazón, una vez mas Dios escucho nuestras oraciones, y nos volvió a poner en la misma playa, nos volvió ha hacer conversar en las mismas peñas y nuestras manos estuvieron estrechas al igual que nuestros labios. Las estrellas volvieron a cubrir nuestro cielo, y la arena volvió a acariciar nuestros pies. Cuando paso la noche y nos encontró el amanecer, sucedió en el mismo lugar y en el mismo instante, me enamore de ti, y fue cuando supe que jamás te habías ido, si no que por mi propia duda, fui yo el que me perdí.

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XIII. Detrás de la cortina del silencio que esconden las nubes, quedaran a unos momentos guardados nuestros versos, no despedirán las horas a las líneas que esperan por nosotros en la estación de la esperanza y no se borraran los recuerdos que han pronunciado nuestros besos. Cuando la noche este triste, dejare brillar a las estrellas del cielo, dejando a la voz del silencio correr con el viento ante las olas del mar. Retumban las olas ante las rocas haciendo cánticos bruscos de voz hueca y pesada, abrazando la idea y los sueños mientras deja a sus besos acaecer en las costas, El tiempo se esconde entre la espuma y la luz de la luna destella colores azules entre las aguas danzantes, el amor se vuelve loco y las estrellas fugaces corren a buscar la aurora. La ilusión ha vuelto a mi pluma, la belleza del silencio se ha vuelto hermosa mientras veo tus ojos claros, y en ellos el umbral ámbar en donde descansan los sueños, La mirada de mis ojos ha perdido entre ellos la tristeza, y la sonrisa de mis labios se desvanecen mientras se acercan los tuyos y estalla el beso. Los labios chocan y los párpados se estrechan, el tocar tu rostro se vuelve verso y el besar tus labios se vuelve copla.

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Fin


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