LA ABSTRACCIÓN EN LA COLECCIÓN DEL IVAM
INSTITUT VALENCIÀ D’ART MODERN
31 VII - 7 XII 2008
EXPOSICIÓN
IVAM INSTITUT VALENCIÀ D’ART MODERN
Comisarias Dore Ashton y Consuelo Císcar Coordinación Josep Salvador
CONSEJO RECTOR DEL IVAM Presidente de Honor Francisco Camps Ortiz Molt Honorable President de la Generalitat Presidenta Trinidad Miró Mira Consellera de Cultura y Deporte de la Generalitat Vicepresidenta Consuelo Císcar Casabán Directora Gerente del IVAM Secretario Carlos-Alberto Precioso Estiguín Vocales Ricardo Bellveser Francisco Calvo Serraller Felipe Garín Llombart Ángel Kalenberg Tomàs Llorens Luis Lobón Martín José Mª Lozano Velasco Rafael Jorge Miró Pascual Paz Olmos Peris Directores honorarios Tomàs Llorens Serra Carmen Alborch Bataller J. F. Yvars Juan Manuel Bonet Kosme de Barañano
Dirección Consuelo Císcar Casabán Área Técnico-Artística Raquel Gutiérrez Comunicación y Desarrollo Encarna Jiménez Gestión interna Joan Bria Económico-Administrativo Juan Carlos Lledó Publicaciones Francisca Aleixandre Jefe de Gabinete Guillermo Calvo Acción exterior Raquel Gutiérrez Montaje Exterior Jorge García Registro Cristina Mulinas Restauración Maite Martínez
Diseño Manuel Granell
PATROCINADORES DEL IVAM
Conservación Marta Arroyo Irene Bonilla Maita Cañamás J. Ramon Escrivà Mª Jesús Folch Teresa Millet Josep Vicent Monzó Josep Salvador
Coordinación técnica Vicky Menor
Patrocinador Principal Bancaja
Departamento de Publicaciones Manuel Granell
Patrocinadores Guillermo Caballero de Luján La Imprenta Comunicación Gráfica, S.L. Telefónica Blanco y Negro Profesional, S.L. Colegio Oficial de Arquitectos de la C.V. Ediciones Cybermonde, S.L. Grupo Fomento Urbano Pamesa Cerámica, S.L Medi Valencia, S.L. – Casas de San José, S.L. Ausbanc Empresas Keraben Pavycor, S.A. Iniciativas Inmobiliarias Ferrobús, S.A. La Gráfica, integral de servicios gráficos, S.L.
Biblioteca Mª Victoria Goberna
CATÁLOGO Producción IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Valencia 2008
Traducción Karel Clapshaw, Virginia Collera, Ricardo Lázaro Fotografías de las obras Juan García Rosell © IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Valencia 2008 © de los textos sus autores © VEGAP de las obras protegidas, Valencia 2008 Impresión La Gráfica ISG ISBN: 978-84-482-5010-2 DL: V-3346-2008 Está rigurosamente prohibido, bajo las sanciones establecidas por la ley, reproducir, registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de recuperación y por cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro tipo de soporte, sin la autorización expresa del IVAM Institut Valencià d’Art Modern y de los titulares del copyright.
Fotografía Juan García Rosell Montaje Julio Soriano
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PRESENTACIÓN FRANCISCO CAMPS ORTIZ Presidente de la Generalitat
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ABSTRACCIÓN el ascenso del individualismo CONSUELO CÍSCAR CASABÁN Directora del IVAM
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ABSTRACCIÓN la lengua franca de los artistas del siglo XX DORE ASHTON
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AQUEL GRAN SILENCIO DE LOS BOSQUES las aventuras de la abstracción XAVIER ANTICH
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CATÁLOGO
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ENGLISH TRANSLATION
José Sanleón Paisaje rojo, 2006 Aluminio pintado con incisiones, 60 cm de diámetro IVAM Institut Valencià d’Art Modern. Generalitat
Tranca, 2006 Aluminio pintado con incisiones, 60 cm de diámetro IVAM Institut Valencià d’Art Modern. Generalitat
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FRANCISCO CAMPS ORTIZ Presidente de la Generalitat
PRESENTACIÓN Las artes contemporáneas se manifiestan en la actualidad con una
cuenta el IVAM. Por eso desde la Generalitat apoyamos e impulsa-
fuerza inusitada y con una capacidad de atracción asombrosa
mos la gestión museística actual que tiene entre sus principales
para la sociedad. En su gran dinamismo existe un espíritu de con-
prioridades divulgar este patrimonio universal, propiedad de todos
vergencia entre disciplinas que nos llevan a un escenario de inter-
los valencianos.
secciones que avecina territorios culturales nuevos y originales,
En este caso cabe destacar que el elenco de creadores que par-
que desde la Generalitat impulsamos.
ticipan en esta muestra colectiva que ahora presenta el IVAM,
El IVAM, siempre atento a estos fenómenos socioculturales,
recurren a la abstracción como medio de expresión, aunque con
explora todas las manifestaciones del presente, pero teniendo
distintas técnicas y resultados en función de la época vivida, para
muy en cuenta los precedentes históricos de estas expresiones
demostrar la posibilidad de indagar en la esencia de la materia y
artísticas. De esta manera, se siente comprometido a investigar y
encontrar nuevos significados en ella.
difundir aquellas etapas pioneras de la contemporaneidad que
Gracias al compromiso y entusiasmo que derrocharon estos ico-
nos permiten afrontar la realidad artística con riguroso conoci-
nos artísticos de nuestro tiempo y sobre todo gracias a la capaci-
miento de causa.
dad que tuvieron al incorporar nuevos lenguajes en el arte, hoy
Esta nueva exposición de la colección recorre los puntales de la
participamos de una exposición en la que vemos reflejados los
abstracción pictórica del siglo
y lo hace desde los admirables
intereses de esta Comunidad que se enfrenta a su tiempo valoran-
fondos de su colección, representada por las más imponentes
do el pasado, trabajando por el presente y apoyando las investiga-
figuras artísticas de la historia del arte reciente. Este valorado y
ciones más innovadoras que nos deparará un futuro sostenible en
nutrido conjunto de obras son uno de los referentes con los que
todos los estadios de la vida.
XX
5
Alberto Corazón Conversación con Brancusi III, 2001 Aluminio y pintura al horno, 205 x 31 x 15 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern. Generalitat Donación del artista
José Mª Yturralde Movimiento espacio opuesto II, 1967 Esmalte sintético sobre madera, 66 x 81 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern. Generalitat Donación Juan Antonio Aguirre, Madrid
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CONSUELO CÍSCAR CASABÁN Directora del IVAM
ABSTRACCIÓN el ascenso del individualismo “El hombre crea la exteriorización de su pensamiento por medio de la palabra. ¿Por qué no habría de poder crear en pintura y en escultura con independencia de las formas y de los colores que lo rodean?” Frantisek Kupka (1871-1957)
Después de haber investigado la Colección del IVAM, cuando me
como cualquier otro, traduce la realidad desde su mundo interior,
hice cargo de la Dirección del Museo hace más de cuatro años,
pero en el momento de expresarla al exterior descubre que, en
decidí replantear la colección mediante ejes para ofrecer a la ciu-
muchas ocasiones, las palabras y las imágenes figurativas son
dadanía un mejor conocimiento de la misma a través de la catalo-
insuficientes para explicar lo que siente y lo que quiere decir. Por
gación de las obras que componen el acervo artístico.
razones de este tipo el artista decide que la abstracción, lo simbó-
En el año 2005 presenté la fotografía, después en 2006 las instala-
lico, lo alegórico, lo alusivo, lo figurado… es el mejor camino para
ciones y nuevos medios, proseguí en 2007 con el Pop en la
liberar sus sentimientos y dar salida a su interpretación del mundo.
Colección y ahora en este año 2008 exponemos la abstracción.
Se ha afirmado que el pensamiento abstracto se basa en esque-
En mi opinión, la abstracción representa el refugio de la concien-
mas formales, entendido como un proceso interno, no necesaria-
cia de los ciudadanos y supone una toma de posición indepen-
mente consciente y que descansa sobre la información ya almace-
diente y singular ante la homologación y unidireccionalidad del
nada en nuestra mente. En ese sentido, la abstracción es un con-
pensamiento universal. La reivindicación de esta libertad e indivi-
cepto unipersonal, pero que encuentra una fuerte vinculación en la
dualidad de pensamiento, como afirma el prof. García Montero,
formación y conducta social de cada persona. Es decir, que los
“no se limita a la exaltación del sujeto egoísta y posesivo [… sino
avatares personales, la tradición y educación que haya recibido
que] supone diálogo con el otro y con lo otro”.
cada uno van a ser las fuentes de donde nazca el pensamiento
Es cierto que la abstracción creativa se fomenta desde el indivi-
tanto abstracto como formal.
dualismo. Sin embargo, ese individualismo no tiene por qué regir-
No olvidemos que el concepto de abstracción deriva del latín abs-
se por un narcisismo, un encantamiento del yo y un ensimisma-
tractio que significa aislamiento, término que introdujo Boecio
miento reduccionista que dificulta finalmente el entendimiento con
como traducción de la expresión griega utilizada por Aristóteles.
el resto de la sociedad. Esa actitud de pensar y de actuar de modo
Esto quiere decir que los modelos narrativos lingüísticos históricos
diferente a la conducta establecida es un derecho del individuo
tradicionales y la experiencia vital son los que de una manera
que, bien potenciado, ofrece la posibilidad de expresar lo mejor de
aplastante condicionan el modus vivendi y la forma de pensar de
sí mismo.
los sujetos de las sociedades modernas. Pero, en el caso de las
Ya en el siglo XIX Alexis de Tocqueville, en su penetrante ensayo De
mentes más individualistas y creativas, existe la opción de abs-
la démocratie en Amérique definió que “El individualismo es un
traerse lo suficiente como para evitar estereotipos, prejuicios o
sentimiento reflexivo y apacible que induce a cada ciudadano a
aceptar mitos que impidan el desarrollo independiente de su modo
aislarse de la masa de sus semejantes y a mantenerse aparte con
de pensar.
su familia y sus amigos; de suerte que después de formar una
Por esta razón, parece claro que el arte abstracto, lejos de sepa-
pequeña sociedad para su uso particular, abandona a sí misma a
rarse de la realidad y de la historia, ofrece desde un nuevo ángu-
la grande.”
lo una traducción diferente, más sintética, del mundo visible. Toda
Aproximo aquí estos breves apuntes sobre el sentimiento indivi-
abstracción, en el sentido que ha sido “abstraída” –extraída– de la
dualista y la necesidad de preservarlo, porque me parece que
realidad y llevada, a través de un proceso intelectual y técnico, a
supone el germen de la abstracción en las artes contemporáneas.
otro medio (el artístico), representa la imagen del mundo interior
Siguiendo esta línea de pensamiento podemos ver la abstracción
del artista o al menos su proyección, declarados a través de un tra-
como una interpretación independiente, personal e interior de la
tamiento personalizado y original de sus valores expresivos, como
realidad por parte del artista en busca de su alteridad. El creador,
vengo señalando.
9
En este sentido vemos cómo una metafísica recorre transversal-
tante de los grandes maestros del siglo XX, gracias a la cual, pode-
mente la intención artística abstracta, ya que insiste en rescatar de
mos hoy contemplar trabajos tan singulares desde una concep-
lo más profundo del ser, de sus moradas, la pureza y la verdad del
ción del mundo insólita y divergente, una armonía paralela inter-
universo. El artista busca en su obra abstracta una esencia, espe-
pretada a través de sus propias leyes y normas derivadas del pen-
rando conseguir de ella su “idea” más perfecta en una lucha/diá-
samiento más experimental.
logo constante entre realidad/abstracción.
El arte abstracto, del que las vanguardias resultan un fenómeno
Según estas observaciones, parece oportuno indicar que todo
esencial, se resiste a ser copia servil o imitación de la naturaleza,
conocimiento se halla necesariamente unido a procesos de abs-
por lo que se convirtió a partir del postimpresionismo en un orga-
tracción. Sin ellos no sería posible descubrir la esencia del objeto,
nismo separado –que no ajeno– de la naturaleza, tratando de
penetrar en su profundidad. La división del objeto en partes y la
obtener su misma o parecida consistencia. Salirse del mundo
delimitación de las que son esenciales en él, y el análisis multilateempírico resulta incierto o directamente paródico: la otra realidad, ral de las mismas en su aspecto puro, son resultado de la activiel pretendido supermundo, al carecer de la necesaria consistendad abstractiva del pensar. cia, tuvo que reestablecer sus nexos con la realidad para no agoEl carácter de la abstracción, así como lo que puntualmente se tarse. Así, el arte jugó –y juega– un doble papel: por un lado, se delimita en cada caso concreto y también las partes del objeto de opuso a lo establecido; y, por otro, se reconcilió con lo que decía que procede la separación mental, están determinados por los combatir. Esta contradicción resulta inseparable de la idea de arte
objetivos a que responde la actividad práctica y cognoscitiva del
en el siglo
hombre y por la naturaleza del objeto que se investigue.
XX.
Como es sabido por todos, para que el arte del siglo
La abstracción, por tanto, como observamos, no es un fenómeno
XX
acabase
surgido de repente en la urgencia de algunos años clave del siglo
con una historia de miles de años tuvo que ocurrir una crisis pro-
pasado, sino que es el fruto de una maduración progresiva a lo
funda en el ser humano: una crisis de la razón porque ya no se
largo de los siglos de las mentes individualistas.
podían satisfacer nuevas demandas sociales e intelectuales.
Estos conceptos están presentes en la Colección del IVAM, que
Estas líneas expresan, por un lado, la crisis del saber tradicional,
contiene páginas de generosidad y bondad artística que repasan
de sus premisas, y la aparición de otro saber en el que el procedi-
XX.
miento lógico no ocupa un sitio de privilegio, sino que acompaña
Por tanto, a través de esta exposición asistimos al encuentro artís-
a otros factores de carácter intuitivo y pragmático, cuyo punto de
tico en el que participan artistas nacionales e internacionales, pro-
partida ya no está sino en los fenómenos, en hechos determina-
tagonistas de la historia más reciente; significa presenciar un
dos, en una masa de experiencias inmediatas a los que se debe
enfrentamiento espiritual con tiempos pasados y vivir horas de
buscar una legalidad que sea compatible con ellos.
experimentación, desaliento, combate, existencialismo…
El nuevo hombre, con el arte moderno, entrevió la salida inventán-
Este grupo de artistas que se adelanta a su tiempo y avanza hacia
dose una naturaleza propia, a medida. Parece claro que el espíri-
lo desconocido realiza una buena síntesis de sus propósitos.
tu abstracto provoca una ruptura con las convenciones y la aper-
Siendo así, en 1908, Worringer, al analizar el espíritu de su época,
tura de nuevas vías de creación inéditas. Por tanto, se puede decir
observa un componente esencial en el arte moderno, inseparable
que esta reforma de las “ideas” aportó grandes renovaciones en
de la idea de vanguardia: la autonomía. Ciertamente, no iba des-
todos los ámbitos –culturales, sociales–, e incluso, todavía hoy, nos
encaminado. El individualismo, ha sido una componenda impor-
sirve para luchar contra algunos convencionalismos caducos.
una de las etapas más creativas del arte abstracto en el siglo
10
La denominación “experimental”, una aportación del positivismo
Ciertamente podemos destacar corrientes muy influyentes dentro
del siglo XIX, junto con el individualismo ascendente, es clave para
de este género, pero bien es cierto que –como digo– los artistas
comprender la filosofía de esta época histórica y para concretar
tienen en común unos ideales, unas técnicas, aunque se superpo-
las razones por las que el arte abstracto se consolida y triunfa en
nen, en cambio, unas formas que se diferencian con claridad unas
el siglo
de otras. Por ejemplo, la abstracción geométrica destaca por usar
XX.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la “experimentación” cobra un
líneas horizontales y verticales que encierran colores primarios bri-
significado más profundo, referido sobre todo a los materiales y a
llantes y apacibles, tratando siempre de expresar la armonía sub-
los métodos. Así pues, nuevos movimientos, grupos y artistas en
yacente a la creación, pero existen diferencias claras entre artistas
solitario, continuaron las líneas más productivas de las primeras
de esa misma corriente como Malevich, Mondrian o Klee. El expre-
vanguardias: el letrismo, la música y la poesía concretas, la action
sionismo abstracto, ya en los años cuarenta, también conocido
painting, etc. Mediante planteamientos experimentales, y un rigor
con el nombre de Action Painting, es un movimiento norteamerica-
ético, varias generaciones de artistas desarrollaron nuevas formas
no liderado por Jackson Pollock, quien reduce su arte a la acción de pintar. Trata de expresar la angustia de la vida en la ciudad y
estéticas, que implicaban de forma determinante un nuevo con-
de reorganizar el manejo del espacio, dando además una gran
cepto del hecho estético, de su lugar en la sociedad, de sus com-
importancia a la espontaneidad del gesto del pintor. Por último, la
ponentes y de su significado.
abstracción pospictórica, a partir de los años sesenta, ofrece una
Hechos concretos que corroboran estas afirmaciones los encon-
pintura que camina sobre la ausencia de volumen en la que se tramos en la colección permanente del IVAM –compuesta por hace muy diverso el abánico de artistas y de formas de interpretar 10.522 obras, de las cuales 665 pertenecen a la línea de la abseste movimiento. tracción y 2.769 artistas, entre los que encontramos 70 artistas Lo que parece claro es que todos los artistas que se situaron en cuyas obras son abstractas– y particularmente en el caso de la estas corrientes tienen en común el hecho de haber soñado con exposición que ahora nos ocupa con obras tan dispares como las un arte de valor universal, válido en cualquier época o contexde los artistas Pierre Soulages, Sonia Delaunay-Terk, Torres-García to cultural. o Arshile Gorky, entre otros.
No sería justo dejar de hacer mención a la primera etapa de la
Al observar muchas de las obras abstractas llama la atención el
abstracción (1900-1914) representada por Kandinsky, mediante
hecho de que, por estar sujetas al proceso de individualización,
un código libre e intuitivo y asimilando e incorporando claves de
con el paso del tiempo visualizamos tendencias y líneas artísticas
otras disciplinas, como la música o las matemáticas. Este artista
tan variadas como la propia diversidad de artistas. Incluso ya en el XXI,
ruso es para muchos el artífice de la abstracción, pero, fue cla-
se hace muy compleja la categorización de las mismas
ramente en esta última etapa mencionada más arriba, la de los
debido a la creciente individualidad del hecho artístico, ya que en
años sesenta, donde la abstracción explotó con la aparición de
sus obras se proponen reflejar y liberar el misterioso mundo del
un sinfín de movimientos artísticos, distintas inquietudes, diferen-
inconsciente, y ser autores de su propia creación. De este modo,
tes puntos de vista y grandes compromisos a partir de premisas
existen enormes diferencias que hacen del trabajo de cada uno de
también diferentes. Hacia el final de los años sesenta, con la van-
ellos un mundo distinto, expresado con un lenguaje propio e incon-
guardia tecnológica y con la asimilación de la metodología cien-
fundible, pero aun así existen similitudes, ya que se mueven por
tífica por el arte, la utilización de las máquinas, ordenadores, las
idénticos ideales y preocupaciones.
matemáticas y el arte como experimentación de las cosas que se
siglo
11
Manuel Rey Fueyo Memoria del óxido, 1996 Óleo sobre lienzo, 250 x 185 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern. Generalitat
12
tienen a mano y que se utilizan para encontrar nuevos elementos
de haber agotado su impulso. Por el contrario, el trabajo de los
poéticos o nuevos lenguajes, se da un salto cualitativo y cuanti-
hombres y mujeres que han protagonizado las revoluciones artísti-
tativo en el arte moderno.
cas del pasado siglo, nos han ofrecido la potestad de inventar
Visto en perspectiva, este periodo queda, para el conjunto del
nuevos códigos que han pasado a ser un bien común. Con esto,
siglo, junto con los años veinte, como los dos momentos clave de
queda patente que el arte, como sistema de sistemas, no puede
la experimentación y de la abstracción plena. Los años sesenta
someterse a escalas de valores inamovibles.
son los que revisan las aportaciones, los cambios que han introdu-
Todo ello, en medio y alrededor de una auténtica fiesta de libertad,
cido en las cuestiones perceptivas, dan forma a la nueva valora-
la verdadera llama del arte del siglo XX. Y de una hoguera de creatividad: la forma pura del pensamiento artístico o estético, como
ción de lo estético, ya sea en el comportamiento personal o colec-
una de las productividades propia de los seres humanos, no dife-
tivo. Son los que realizan, por decirlo así, una puesta al día de las
rente en su comportamiento al pensamiento científico, al pensa-
primeras vanguardias, y a partir de eso dan un nuevo sentido a
miento mágico o al filosófico. determinados movimientos y figuras de los años veinte. Los artistas, poetas y músicos de todas las épocas, han sabido de Así pues, la historia del siglo
XX
está marcada, de principio a fin, forma intuitiva que no se podía poner límites a sus experiencias y
por muchos excesos sociales y, junto a ellos, una apreciada desse han abstraído de la realidad para inventar nuevos modelos de mesura del arte y los artistas que se condujeron mediante una
comunicar cada vez más conceptuales. De este modo, parece
próspera dialéctica entre grandes procesos de desmaterializa-
que la abstracción, lejos de diluirse o borrarse del panorama artís-
ción-abstracción, y su contrario de concreción-materialización,
tico, va a continuar prolongando su existencia y dando buena
dando lugar a la conceptualización de los componentes plásticos,
cuenta de su permanencia, entre otras cosas, porque es parte
y a materialización de los conceptos.
innata del pensamiento humano.
Viendo ahora, por tanto, la Colección del IVAM, descubrimos que
Por esta fundamental razón, seguiremos argumentando sobre este
el producto final ha sido la conquista de un campo artístico expan-
aspecto clave de la configuración de la modernidad donde el espí-
dido, en el que las distintas formas de arte han desarrollado nue-
ritu transgresor del artista, su afán de innovación, experimentación
vas formas de ver, oír, pensar, analizar. Esta revolución está lejos
e independencia ofrece cumbres insólitas para la historia el arte.
Olga Vladimirovna Rozanova Libro transracional, Moscú 1916 Cuaderno con 3 collages y 9 linóleos, 20 x 19 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
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DORE ASHTON
ABSTRACCIĂ“N la lengua franca de los artistas del siglo xx
fue
1913 Guillaume Apollinaire meditó sobre las innovaciones que
Heráclito, quien resumió sus ideas sobre el tiempo y el espacio en
subsumía el término “cubismo”, declaró: “La geometría es a las
una sola frase: “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Platón
artes plásticas lo que la gramática al arte del escritor”.2 Y el filóso-
tenía sus dudas sobre Heráclito y, en uno de sus diálogos,
fo del siglo
Sócrates le dice a Teeteto: “Los defensores de la doctrina todavía
época, Maurice Merleau-Ponty, sabiamente aconsejó a sus con-
no tienen palabras para expresarse y deben elaborar un nuevo
temporáneos: “Los escritores no deben subestimar el trabajo y el
lenguaje. No conozco ninguna palabra que les sirva”.
estudio de un pintor, su esfuerzo no es distinto al esfuerzo mental,
Deben elaborar un nuevo lenguaje… Eso es lo que los artistas visua-
por eso, podemos hablar de un lenguaje de la pintura”.3
les del siglo XX pensaban que poseían. Lo llamaron abstracción.
Las teorías del lenguaje en la segunda mitad del siglo XX fueron un
¿Pero son lenguajes la pintura y la escultura? La mayoría de los
gran apoyo, sobre todo las de Noam Chomsky, que planteó que el
pintores dan por hecho que están trabajando un lenguaje. A
lenguaje –cualquier lenguaje del mundo– tenía reglas universales
Matisse no le cabía ninguna duda al respecto: “Cuando los medios
e innatas. La lengua es, según Steven Pinker, seguidor de
se han sofisticado tanto, debilitado tanto que su poder de expre-
Chomsky, un instinto universal e innato. Tras estudiar la diversidad
sión se ha desvanecido, hemos de regresar a los principios funda-
lingüística, Pinker concluyó: “[…] el babel de lenguas ya no pare-
mentales sobre los que se formó el lenguaje humano”.1 Cuando en
ce variar de forma arbitraria e ilimitada. Ahora vemos un molde
Uno de los clásicos favoritos de los artistas del siglo
XX
XX
que mejor sintonizó con las artes visuales de su
1. Lynton, N.: Historia del arte moderno. Ediciones Destino, Barcelona 1988. 2. Apollinaire, G.: Los pintores cubistas. Antonio Machado Libros, Boadilla del Monte 1994. 3. Merleau-Ponty, M.: Signs. París 1946.
Henri Matisse Océanie: le ciel, 1946-47. Pochoir y pantalla de seda sobre lienzo de lino natural, 171 x 360 cm. Ed. 30/30. IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
15
común a la maquinaria subyacente en el mundo de las lenguas,
Y es que a finales del siglo
una Gramática Universal”.4
analogía primaria de la pintura. Delacroix animó al espectador a
La idea de la abstracción en las artes tiene una larga historia y la
que se alejase de la pintura lo suficiente para no poder percibir su
mayoría de los pintores eran conscientes, aunque quizás sólo ins-
tema, sino sólo su musicalidad. Posteriormente, Gauguin insistió
tintivamente, de que su abstracción procedía de su experiencia
en que la “pintura, al igual que la música, debe buscar la insinua-
en el mundo. La lenta gestación del arte abstracto del siglo
XX
ción más que la descripción”; y Matisse habló en sus notas de las
cuando, por ejemplo, en los
lecciones que le había enseñado Gustave Moreau: “Cuando he
años veinte Fourier sugiere que el hombre debe interpretar el
encontrado la relación de todos los tonos, el resultado debe ser
“jeroglífico” de la naturaleza. Aunque poco después Victor Hugo
una viva armonía, que no debe distar mucho de la de una compo-
arremetería contra sus admiradores en el prólogo de Cromwell,
sición musical”.7
“Abajo con las teorías y los sistemas”, sus coetáneos siguieron
Al afirmar que la idea de la abstracción de las artes visuales tiene
intentando crearlos y empezaron a hablar de su arte en términos
una larga historia, debería haberme detenido a valorar la naturale-
de abstracción. El más sensible de todos ellos, Baudelaire, apun-
za de la historia. Piensen en lo siguiente: la historia es lineal por-
tó: “Tanto la línea como el color inspiran pensamientos y sueños;
que nosotros lo somos. O en esto otro: la historia no es lineal por-
los placeres que derivan de ellos son de naturaleza distinta, aun-
que nosotros no lo somos. Estas observaciones nos traen compli-
que perfectamente iguales y absolutamente independientes del
caciones. Y estas complicaciones o contradicciones hablan por
tema de la pintura”.5
artistas de todo el siglo
Su interés en los principios es evidente incluso en sus evocaciones
tiempo y conversaron con creadores de, por ejemplo, la Grecia
más líricas, como cuando habla del infinito y misterioso placer que
antigua; en cambio, otros artistas de su misma época, gracias a lo
le produce la contemplación de un barco: “sobre todo un barco en
que Baudelaire definió como “imaginación”, sintieron que estaban
movimiento, depende de su orden y simetría, que son necesida-
fuera de la historia e imaginaron que estaban modelando un len-
des primordiales del espíritu humano, tan importantes como la
guaje nuevo y sin precedentes.
intrincación y la armonía; y segundo, de la sucesiva multiplicación
A estos últimos les encantaba romper con las viejas ortodoxias
y generación de todas las curvas y figuras imaginarias descritas
(probablemente los artistas de todas las épocas experimentaron el
en el espacio por los elementos reales del objeto”.6
mismo placer si eran buenos en sus disciplinas) y se deleitaron en
Para Baudelaire esta descripción de una “línea en movimiento” era
la experimentación, especialmente con aspectos concretos de la
una idea poética y no es aventurado afirmar que anuncia tanto a
pintura como la línea, el color y la forma. En ciertos artistas del siglo
Kandinsky como a Klee. De hecho, Baudelaire había estudiado en
XX,
profundidad al pintor Delacroix y, creo, escuchó con mucha aten-
la abstracción, había un ansia de principios y leyes (Kandinsky,
ción sus enseñanzas, probablemente haciéndose eco de ellas
Malevich y otros reverenciaban a Cézanne), mientras que en otros
cuando declaraba que la línea y el color eran equivalentes a la
había un componente muy emocional que les convertía en proscri-
palabra y la frase, y planteaba que podían emplearse más por su
tos o infractores habituales. A veces ambas tendencias se daban
“musicalidad” que por su poder descriptivo.
cita en un solo artista, como en Delaunay, quien en una carta bas-
comienza a principios del siglo
4. 5. 6. 7.
XIX,
Pinker, S.: El instinto del lenguaje. Alianza Editorial, Madrid 2001. Baudelaire, Ch.: “Delacroix, The Painter of Modern Life”, en Breton, A.: Surrealism and Painting. Nueva York 1972. Ibíd. Matisse, H.: “Notes d’un Peintre”. La Grande Revue. París 1908.
16
XIX
XX.
la musicalidad se convirtió en una
Algunos artistas retrocedieron en el
sobre todo aquellos que han trascendido como los pioneros de
Paul Klee Festliche Fülle in P. (Abundancia festiva en P.), 1930 Plumilla y tinta azul sobre papel montado sobre cartón, 59 x 40 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
Paul Klee Libros de la Bauhaus. Núm. 2, 1925 IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
tante confusa dirigida en 1912 al pintor alemán Auguste Macke,
plazándose de arriba abajo. Incluso rechazaron las antiguas fun-
relataba que había encontrado las leyes de los colores complemen-
ciones de la ilustración y utilizaron alusiones puramente visuales
tarios y contrastes simultáneos, al tiempo que insistía en que su
basadas, por supuesto, en las ideas de Delaunay sobre el color y
descubrimiento “no surgía de un sistema o de una teoría a priori”
la luz. A Cendrars le encanta emplear la palabra tourbillon y, de
(aunque sí que se hace eco de las del científico decimonónico
hecho, sume a sus lectores en un verdadero torbellino de pensa-
Chevreul, cuya obra conocía muy bien8). Delaunay hace continuas
mientos discontinuos para recordarles, en varias ocasiones, je ne
referencias a las “leyes” pero, al mismo tiempo, se declara “contra-
sais pas aller jusqu’au bout [no sé llegar hasta el fondo]. Su viaje
rio a lo que es universal”. Podemos calificar de complicadas, con-
–una parodia del género de poesía de viaje del siglo
fusas o meridianas las posturas de los primeros abstraccionistas,
fue pionero Baudelaire y sucesor Rimbaud– es, en efecto, una
pero la verdad es que la abstracción armonizó las artes visuales del
abstracción, un montaje que resbala (por usar una de las locucio-
siglo XX. Se convirtió en una lingua franca.
nes de Roland Barthes) de arriba abajo y de dentro afuera en el
Las primeras obras de la exposición del IVAM reflejan la diversi-
tiempo y en el espacio. De hecho, posteriormente Cendrars escri-
dad de tendencias abstractas que prevalecerían durante todo el
biría sobre la sístole y la diástole, palabras que utilizó en inglés,
siglo. Sonia Delaunay y Blaise Cendrars colaboraron en un provo-
hablando de “los dos polos de la existencia”: “De fuera hacia den-
cador proyecto que desafió con extravagancia las definiciones
tro y de dentro hacia fuera: los dos tiempos del movimiento mecá-
del pasado. Ambos rebasaron los confines del libro tradicional al
nico. Contracción, dilatación, el respirar del universo, el principio
proponer una especie de rollo alargado que se consultaba des-
de la vida…”9
8. Delaunay, R.: Du cubismo à l’art abstrait. Ed. Pierre Francastel, París 1958. 9. Cendrars, B.: Don Yack.
17
XIX
del que
Kasimir Malevich Sobre los nuevos sistemas en el arte, 1919 Carpeta de 32 páginas de texto manuscrito y 5 litografías, 24,4 x 20,7 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
Theo van Doesburg Tarjeta postal para De Stijl, 1923 IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat Donación de Ad Petersen, Amsterdam
Así que incluso Cendrars, una personalidad notablemente anárqui-
como Cézanne escribió a Charles Camoin –quien a su vez se lo
ca en el panteón de la letras modernas, buscaba, a su manera, un
transmitiría a su amigo Matisse–: “Lo que debes hacer es esforzar-
“principio”, al igual que hicieran sus colegas los pintores. El simul-
te para lograr un buen método de construcción”.10
taneísmo de Delaunay y Apollinaire (este último acomodó bastan-
El amigo de Cendrars, Apollinaire, trató de no quedarse atrás y
te conscientemente la visión del pintor a su obra, especialmente al
reflexionó sobre las rápidas transformaciones de sus amigos, entre
poema “Zone”, publicado el mismo año que la peregrinación tran-
ellos, Picasso y Braque. En 1912 publicó en un periódico un ensa-
siberiana de Cendrars) era para Cendrars su lenguaje natural.
yo en el que decía: “El objetivo secreto de los jóvenes pintores de
Los primeros años del siglo XX dieron lugar a una serie de podero-
las escuelas extremas es producir una pintura pura. El suyo es un
sos mitos en torno al origen. Los pintores se afanaban por argu-
arte plástico completamente nuevo. Todavía está en sus comien-
mentar su abandono de los métodos interpretativos anteriores y
zos y todavía no es tan abstracto como quisiera”.11
varios, propensos a la explicación verbal, escribieron profusamen-
Pero en Rusia, donde los artistas seguían con atención los movi-
te sobre su nuevo lenguaje. Casi todos estos argumentos nacieron
mientos de la vanguardia parisina, y en Alemania, donde Vassily
en vísperas de la Primera Guerra Mundial y se fortalecieron con la
Kandinsky había desarrollado sus teorías, el arte empezaba a
exposición de obras de Cézanne en 1907. Los artistas también
alcanzar ese ideal de abstracción. El tratado de Kandinsky, De lo
pudieron acceder a algunas de las observaciones de Cézanne
espiritual en el arte, publicado en diciembre de 1911, intentaba
publicadas en la época y, me parece, les llamó particularmente la
describir lo que él ya había mostrado en su propia obra. En él recu-
atención lo que el maestro denominó “la condensación de la sen-
rre una y otra vez a la vieja idea decimonónica de la musicalidad.
sación”. La condensación, la reducción y también la construcción,
Su argumentación en torno a la “resonancia interna” acentúa el
10. Carta de Paul Cézanne a Charles Camoin, Aix 1904. 11. Apollinaire, G.: “Du sujet dans la peinture moderne”. Les Soirées de Paris, febrero de 1912.
18
Sonia Delaunay-Terk Detalles de La Prose du Transsibérien et de la petite Jehanne de France (La prosa del Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia), de Blaise Cendrars, 1913
elemento aural de la pintura abstracta y aborda el interés que sus-
con la música y se enzarzaba en vehementes debates con su
citó la sinestesia a finales del siglo XIX. Al mismo tiempo, Kandinsky
buen amigo Mikhail Matyushin, que era el primer violinista de la
manifiesta un gran interés por ciertas tendencias “espirituales”,
Orquesta Sinfónica de San Petersburgo. La visión de Malevich de
como las que propuso la pintoresca Madame Blavatsky y que res-
un mundo sin objetos parece haber sido el origen del término “no-
pondieron al nombre de “teosofía”. El misticismo y el materialismo
objetivo”, que junto con otras designaciones un tanto confusas
científico, aparentemente opuestos, alimentaron los argumentos
que, fundamentalmente, se referían al arte abstracto, proporciona-
de Kandinsky (al igual que los de muchos otros poetas y artistas
ron un vocabulario estético al siglo XX y dieron pie a muchos argu-
de la época, como William Butler Yeats).
mentos ineficaces.
Lo mismo puede decirse de su compatriota, Kasimir Malevich,
En los debates que proliferaron durante e inmediatamente des-
quien recurrió con frecuencia al misticismo en sus voluminosos
pués de la Primera Guerra Mundial, también destacó el maestro
escritos y cuyo uso del término “suprematismo” arrastraba una evi-
holandés Piet Mondrian. Al igual que los rusos, tenía una fuerte
dente intención polémica. En su nuevo mundo, como anunció
tendencia al misticismo y, de hecho, era miembro de la Sociedad
durante la Primera Guerra Mundial, no había objetos; un mundo
Teosófica. En 1917, él y Theo Van Doesburg fundaron el grupo De
–escribió– que transporta al artista a un desierto “en el que sólo
Stijl y pronto empezaron a publicar una revista en la que Mondrian
pueden percibirse los sentimientos”.12 El elemento del sentimiento
escribió sobre su convicción de que “la nueva idea plástica” des-
puro –dijo– era la abstracción. Al mismo tiempo, entre los grandes
terraría lo individual y se convertiría en una “expresión directa de
vuelos líricos del sentimiento, solía hablar de la búsqueda de las
lo universal”.13 Van Doesburg, sin embargo, parecía cansado de la
“leyes naturales”. Como Kandinsky, Malevich había experimentado
severidad de la regla del ángulo recto de Mondrian, e introdujo una
12. Malevich, K.: Die Gegenstandslose Welt. Alemania 1927. 13. Mondrian, P.: Realidad natural y realidad abstracta. Barral Editores, Barcelona 1973.
19
Hans Richter Horse Race Symphony, 1929 Fotografía de un fotograma perteneciente al film del mismo autor Rennsymphonie (Berlín 1928-29) Gelatina de plata sobre papel, 18,3 x 12,7 cm. Copia de época IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
Kurt Schwitters Kleine Dada Soirée (Pequeña velada dadá), 1922 Cartel, 29,9 x 29,9 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
diagonal que Mondrian amargamente condenó. Es interesante
modas, tanto a la colectividad (un grupo, después de todo, es
señalar que Van Doesburg, en un artículo de De Stijl en 1919, si
colectivo por naturaleza) como a los derechos del individuo. Lo
bien sigue la ortodoxia de Mondrian, añade el término “reconstruc-
que Van Doesburg denominó la “reconstrucción social” fue uno de
ción social” –un tema que cobraría cada vez más importancia
los propósitos de la Bauhaus, fundada por Walter Gropius, y
durante el periodo de entreguerras–. Además, fue precisamente
muchos de sus profesores y alumnos fueron fervientes idealistas.
Van Doesburg quien más influyó sobre los estudiantes de la
El manifiesto original de Gropius se refería a su escuela como a
Bauhaus y quien, curiosamente, más se interesó por el movimien-
una “catedral del socialismo” –una postura que tuvo que modificar
to Dadá, llegando incluso a adoptar el seudónimo de I. K. Bonset
cuando la tormenta del nacionalsocialismo sorprendió a su institu-
para escribir textos dadaístas.
ción–. Por la Bauhaus pasaron tanto Kandinsky como Paul Klee,
En los años veinte, la palabra “abstracción” estaba omnipresente
quien en 1920 escribió su Credo Creativo con una rotunda prime-
en los círculos vanguardistas, pero las ideologías estéticas –por
ra línea: “El arte no reproduce lo visible. Lo hace visible”.14 La afi-
utilizar un término antipático– se veían cada vez más afectadas por
nidad de Klee con Kandinsky puede apreciarse en su visión cós-
las manifiestas luchas que libraban las ideologías políticas. No sé
mica: “En el círculo más alto, un misterio fundamental se esconde
si es acertado simplificar lo que fue un momento político extrema-
tras el misterio y la desdichada luz del intelecto no sirve de nada”.
damente complejo en el curso de la historia que, además, inició un
El arte –dice– “entra en un juego inconsciente con cosas funda-
suceso clave: una auténtica revolución en la Rusia de 1917. Sin
mentales ¡y, a pesar de todo, sale vencedor!”
embargo, para trazar una definición certera de la “abstracción”,
Pero en la Bauhaus también había profesores que, por tempera-
hay que reconocer que los partisanos estaban divididos entre lo
mento y convicción, no compartían los misterios y las complicida-
que yo llamo principios de solidaridad social, es decir, ideales
des cósmicas de Klee y Kandinsky. Uno de los más destacados y
colectivos, y la defensa de lo individual. En los manifiestos de los
carismáticos fue László Moholy-Nagy, que ya en su Hungría natal
grupos artísticos de entreguerras siempre había referencias incó-
había formado un grupo radical, Today, y publicado, en 1922, un
14. Klee, P.: Shöpferische Konfession. Casimir Edschmied, Berlín 1920.
20
László Moholy-Nagy Cubierta de la revista Ma. Núm. 5/6. Budapest 1922 Ed. Lajos Kassak IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat Exposición Dadá Francis Picabia, París 1920 IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
ensayo El constructivismo y el proletariado, en el que reivindicaba
rencias en 1922. Incluso más perturbador fue el errático peregri-
un arte puramente abstracto de lo que llamaba los “fundamentos
naje de Francis Picabia, a quien se atribuye una de las primeras
visuales”. En la Bauhaus, este enérgico proselitista experimentó
composiciones no figurativas en 1909 y que junto con Marcel
incesantemente con la luz, el movimiento, la película, el fotomonta-
Duchamp creó una expresión que derivó en una categoría deno-
je, el diseño teatral y la tipografía, al tiempo que seguía en contac-
minada “arte máquina”. El gran vidrio de Duchamp, que éste
to con los rusos que había conocido, o cuyas obras había contem-
empezó en 1915, puede definirse como un icono del siglo XX en el
plado, entre ellos El Lissitzky, Malevich (cuyos escritos se había
que, con malicia, Duchamp presenta a una mujer como si fuera un
encargado de publicar en la Bauhaus) y Naum Gabo.
motor de combustión.
Sin embargo, nada era tan puro como reivindicaban estos enérgi-
Bajo muchos de estos experimentos subyace, como siempre, un
cos protagonistas y muchos de los artistas cambiaron sus alianzas
ansia de estabilidad, incluso de eternidad. Las geometrías de
en función de las circunstancias. Por ejemplo, Hans Richter fue a
Platón –aquellas figuras que representan las relaciones perma-
Zúrich tras terminar el servicio militar, en 1917, y allí se encontró
nentes en el espacio– todavía prevalecían en ciertos sectores del
rodeado de los jóvenes artistas que tumultuosamente rompieron
mundo del arte. Si la pintura y la escultura eran lenguajes, como
todas las reglas y se dieron a llamar dadaístas, a quienes se unió.
habían aceptado prácticamente todos los artistas de entregue-
Sin embargo, al año siguiente ya estaba ejecutando dibujos expe-
rras, y si, como más tarde plantearían los lingüistas, la gramática
rimentales basados en los principios musicales del contrapunto y,
era innata, ¿no podía el hombre también tener un sentido innato
alrededor de 1920, innovaba con películas abstractas sobre
de la forma? ¿O un vocabulario de supuestos permanentes? La
Viking Eggling. El dadaísta berlinés Raoul Hausmann tuvo una tra-
década de los veinte llegaba a su fin y varios grupos de artistas
yectoria similar, que le sirvió para madurar sus ideas sobre el foto-
consideraron necesaria una reafirmación de los principios abs-
montaje. Hausmann era amigo de Kurt Schwitters quien, a su vez,
tractos. Si la historia del arte es también una historia de tempera-
era amigo de Van Doesburg; éstos dos últimos –Van Doesburg
mentos, en el siglo
con su sombrero dadaísta– se embarcaron en una serie de confe-
materialistas. Los metafísicos no siempre eran como De Chirico,
21
XX
abundaron dos tipos: los metafísicos y los
Frantisek Kupka Composition géometrique (Composición geométrica), 1927-29 Gouache sobre papel pegado sobre cartón, 29,3 x 29,5 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
que se creía un sumo sacerdote de un culto metafísico y hablaba
do– se hablaba continuamente de “crisis”, de “quiebra moral” y de
de figuras geométricas en un lenguaje exaltado: “El triángulo ha
premoniciones de una guerra próxima. En este clima de malestar,
constituido ab antico… un símbolo místico y mágico y con cierta
ciertas espiritualidades recalaron en la ideología, era una respues-
frecuencia despierta en la persona que lo mira, tanto si es cono-
ta firme ante las enormes incertidumbres que habían acosado a
cedora de la tradición como si no, una sensación de intranquili-
Europa. En París, donde muchos artistas se refugiaron en los años
dad, casi de miedo”.15 En este sentido, por ejemplo, Georges
veinte, la abstracción empezaba a parecer una causa.
Vantongerloo, cuyas elaboradas teorías se basaban casi exclusi-
Y nadie promocionó esa causa con más energía que los artistas
vamente en fórmulas matemáticas y que rebatió las teorías de la
extranjeros. Entre ellos destacaron el joven Michel Seuphor, un
proporcionalidad de Mondrian, era tan metafísico en su práctica
belga todavía en la veintena, y el veterano uruguayo Joaquín
pictórica como De Chirico. O Frantisek Kupka, que se autodeno-
Torres-García, cuyas credenciales por esa época incluían forma-
minaba un “sinfonista cromático” y a partir de 1909 basó su traba-
ción en una Barcelona en la que Picasso todavía era un estudian-
jo en un elaborado esquema de valores procedente de las leyes
te, amistad con Gaudí, y una temporada en Nueva York entre 1920
de las escalas musicales. Si en 1913 Cendrars decía je ne sais
y 1922. Torres-García vivió en París entre 1924 y 1932, conoció a
pas aller au bout, tiempo después, muchos de sus conocidos en
Theo Van Doesburg y a Piet Mondrian, y rápidamente se sumó a
el mundo de la pintura y la escultura se propondrían llegar hasta
sus teorías y anunció la suya propia, el constructivismo universal.
el fondo de la abstracción.
Seuphor, que tenía alma de discípulo –y mantuvo su fervor incluso
Quizás había más en juego que meras convicciones estéticas. La
después de la Segunda Guerra Mundial– era infatigable a la hora
urgencia con la que muchos pintores y escultores esgrimían la
de captar adeptos y para 1929 ya había formado con Torres-
abstracción refleja la preocupación general que afligía a los inte-
García una asociación de pintores y escultores a la que llamaron
lectuales europeos tras la Primera Guerra Mundial. En el periodo
Cercle et Carré. Publicaban una revista y en 1930 celebraron una
de entreguerras –la paz, desafortunadamente, no duró demasia-
gran exposición internacional en la que participaron más de
15. De Chirico, G.: Sobre el arte metafísico y otros escritos. Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Murcia, Murcia 1990.
22
ochenta artistas abstractos de prestigio, varios de ellos presentes
ventajas del internacionalismo y que proponía un lenguaje –el de
en la exposición del IVAM.
la abstracción– que los nacionalismos políticos no pudieran mani-
El éxito de la exposición Cercle et Carré, al menos en aquellos
pular. En una ironía trágica, uno de los miembros más activos de
círculos que estaban orgullosos de su condición de vanguardistas,
Abstraction-Création, Otto Freundlich, salió en la portada del catá-
envalentonó a sus miembros para ampliar sus horizontes y en
logo de la infame exposición de arte degenerado Entartete Kunst,
febrero de 1931 formaron una nueva organización de título más
en 1937, y fallecería en un campo de concentración en 1943.
generoso: Abstraction-Création: Art Non-Figurative. Los artistas de
En Francia, en concreto en París, había muchos artistas y escrito-
este nuevo grupo no estaban tan interesados en configuraciones
res que, con regularidad, daban la voz de alarma. Los abstraccio-
fundamentales como el círculo y el cuadrado y, para los abstrac-
nistas alternaban con los artistas que siguieron a André Breton
cionistas más puristas, casi rozaban el sacrilegio. El nuevo grupo
hasta el surrealismo y, como él, eran apasionados internacionalis-
tenía vocación internacional y, en su época de mayor auge, se
tas. En ocasiones, artistas como Hans Arp se sentían a gusto en
contaban unos cuatrocientos miembros, incluyendo artistas de
ambas corrientes. Curiosamente, muy pocos artistas franceses
América del Sur y del Norte (John Ferren, por ejemplo, quien fue
apoyaron activamente los grupos que ejercían la abstracción, la
uno de sus fundadores). La heterogeneidad de sus miembros y su
excepción fue Jean Hélion. Era un artista joven, muy gregario, que
apego internacional queda patente en la inusual representación de
se cruzó con el carismático Torres-García cuando tenía veintidós
los artistas abstractos de los años treinta en la Colección del IVAM.
años y éste enseguida le presentó a Mondrian. A los veintisiete ya
De los veinte artistas seleccionados en esta exposición, sólo tres
había firmado un manifiesto, “Art Concret”, difundido por Van
de ellos participaron, en calidad de miembros, en las muestras de
Doesburg y participado en la primera exposición de Abstraction-
Abstraction-Création hasta su disolución alrededor de 1936.
Création en 1932 (Hélion también estuvo en un campo de concen-
De todas formas, hay que tener en cuenta las circunstancias en las
tración o, mejor dicho, fue prisionero alemán en un campo de gue-
que florecieron los grupos de entreguerras. El fin de la Primera
rra, pero a diferencia de Freundlich escapó en 1942). Hélion vivió
Guerra Mundial propició un movimiento de alejamiento de la locu-
un par de años en Nueva York a finales de la década de 1930 y su
ra, lo que los franceses bautizaron como le rappel à l’ordre. El
fuerte personalidad y magnífica oratoria causaron una gran impre-
ansia de orden se expresaba no sólo políticamente (dando lugar a
sión entre los artistas americanos, que se acababan de organizar
corrientes amenazadoras, tales como el fascismo italiano y el
en torno a American Abstract Artists, grupo que, como el de sus
nacionalsocialismo alemán), sino también artísticamente: surgió un
homólogos europeos, creía firmemente en el internacionalismo.
nuevo clasicismo que se manifestó, por ejemplo, con el “purismo”
A finales de los años treinta, la mayoría de los europeos aceptaba
de Le Corbusier y el “elementarismo” de Van Doesburg. En los
como inevitable el estallido de otra guerra de alcance mundial.
años treinta era evidente para casi todos los pensantes que un
París, meca de los artistas experimentales, dejó de ser un refugio
nacionalismo peligroso y, en última instancia, desastroso estaba
y muchos ciudadanos extranjeros abandonaron la ciudad. Las
ganando terreno y, con él, la perspectiva de otra guerra. Los artis-
actividades de Abstraction-Création ya no eran estrictamente abs-
tas pertenecientes a Abstraction-Création eran plenamente cons-
traccionistas y en ellas participaban artistas que jugaban con las
cientes de la inminente catástrofe y pasaron muchas horas en los
formas orgánicas –un tabú en años anteriores– y utilizaban todo
cafés hablando de la situación. Para ellos, la importancia del
tipo de materiales nuevos, desde el cemento hasta el acero, en
apoyo estaba sobrevalorada. Sobre todo, buscaban combatir el
obras llamadas pictóricas. El purismo ya no parecía un ideal dese-
siniestro nacionalismo con un espíritu abierto que insistía en las
able. Cuando comenzó la guerra, muchos artistas fueron condena-
23
dos al aislamiento o despojados de sus estudios. Las conversacio-
Sólo algunos hechos circunstanciales interrumpieron las conversa-
nes que siempre habían impulsado los avances de la abstracción
ciones entre artistas internacionales, que ni siquiera cesaron
desaparecieron. La penosa interrupción de la evolución de la abs-
durante la guerra, ya que muchos artistas encontraron refugio en
tracción ocasionó cambios que resultaron en una forma nueva de
Nueva York tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Si ya
pensar en ella, en la Europa de la posguerra se llamaría “informa-
se había empezado a hablar de la “escuela de Nueva York”, no
lismo” y en Norteamérica “expresionismo abstracto”. Se decía que
podía ignorarse la vital influencia que ejercieron sobre ella los artis-
el veloz desarrollo de los nuevos lenguajes de la abstracción se
tas europeos. El más importante fue Hans Hofmann, que había lle-
debía a que era una fusión de dos de las principales tendencias
gado a los Estados Unidos a principios de los años treinta, tras una
de entreguerras, el constructivismo y el surrealismo. Pero para los
larga carrera dedicada a la docencia en Europa, y para 1934 ya
artistas implicados todo era mucho más complejo y, de hecho,
había fundado una poderosa escuela de arte en Nueva York.
ellos, al igual que sus predecesores, pensaban que acababan de
Prácticamente todos los pintores de prestigio de Nueva York que
inventar un nuevo lenguaje. Al pulverizar el rigor de los lenguajes
militaban en el expresionismo abstracto habían pasado, en calidad
de preguerra, estos artistas sintieron que habían introducido un
de alumnos o visitantes, por la escuela de Hofmann. Su vitalidad
elemento nuevo que ellos y sus defensores fueron incapaces de
atrajo a jóvenes artistas a sus clases, que impartía en un inglés un
etiquetar. Cuando el crítico y entrepreneur francés Michel Tapié
tanto macarrónico (la verdad es que nunca consiguió dominar el
intentó definir este nuevo lenguaje, todo lo que pudo decir fue que
inglés y hablaba con un fuerte acento alemán). Hofmann era un
era autre; algo distinto de lo que le había precedido. Su héroe era
gran conocedor del arte y volcaba ideas de Matisse y Picasso, de
el americano Jackson Pollock, que estaba en las antípodas de la
los constructivistas y los surrealistas, y de otras curiosas proce-
geometría, y cuyos enormes arabescos y heterodoxa técnica de
dencias, en una especie de mosaico que servía de acicate a estu-
goteo de chorros parecían muy revolucionarios.
diantes de distintos temperamentos. La única doctrina artística
Hasta hoy muchas historias han intentado analizar y describir el
que Hofmann evitaba era la de los surrealistas, que intrigaron
estado de ánimo de los pintores y escultores tras la Segunda Guerra
mucho a los artistas neoyorquinos durante los años de la guerra y
Mundial, pero tras la contienda se dieron a conocer tal diversidad de
quienes tuvieron una influencia decisiva en Arshile Gorky, que
artistas que estos esfuerzos se quedaron cortos. Quizás la única
durante los años de la guerra ejecutó obras de patente inspiración
generalización posible es que estos creadores rechazaron por com-
surrealista, como es el caso de sus huesos dislocados (Gorky tam-
pleto las racionalizaciones anteriores a la guerra; de hecho, fueron
bién era heredero de los colores y las formas que había visto en la
muy escépticos con todo lo que había ocurrido en la primera mitad
obra de Kandinsky, a quien Hofmann admiraba). No es extraño
del siglo veinte, tanto en la política como en el arte. El estado de
que Pollock se sirviera del lenguaje de Hofmann, por ejemplo, de
ánimo general, asociado a la nueva tendencia filosófica del momen-
su idea de la composición como un push and pull, ya que su
to –el existencialismo–, incluía un renovado interés en el papel de la
amante era Lee Krasner, un aplicado alumno de las teorías de
contingencia en las artes y la propia vida humana. Los artistas de la
Hofmann. Había otras agrupaciones en Nueva York que se mantu-
posguerra se sentían muy vinculados a Heráclito, Duchamp,
vieron más cercanas a las tendencias europeas, que bebían en
Mallarmé y sus azares. Además, tantas atrocidades, desde la
gran medida de las teorías de Mondrian. Estos artistas se unieron
Guerra Civil Española hasta Hiroshima y Nagasaki, habían minado
en la organización American Abstract Artists a la que perteneció el
su capacidad para formar alianzas artísticas porque, además, con-
erudito y argumentativo pintor Ad Reinhardt entre 1937 y 1947. La
sideraban que el artista era un paradigma de libertad.
presencia del propio Mondrian en Nueva York durante los años de
24
la guerra atrajo a los artistas apegados a los principios del neo-
des a unirse en grupos similares a los que habían animado la
plasticismo aunque, como Reinhardt, éstos a menudo optaban por
Francia de la preguerra. Tàpies, junto con unos cuantos pintores y
adaptar las severas reglas de Mondrian.
escultores con ganas de aventura, fundó un grupo activo y articu-
El intercambio artístico adquirió dimensiones trasatlánticas. Las
lado en 1948, Dau al Set, en el que él y sus compañeros escribie-
noticias de la vibrante vida de la pintura (no tanto de la escultura)
ron artículos rebeldes y, en ocasiones, hasta esopianos.
en la Nueva York de la posguerra pronto llegaron a Europa, al prin-
Las influencias de Tàpies eran extraordinariamente diversas.
cipio, sobre todo, en forma de elaborados catálogos y revistas que
Siendo catalán, era natural que estuviera interesado en el gran
los neoyorquinos –que no habían experimentado la devastación de
Ramon Llull, un filósofo de extraordinaria originalidad cuya mente
Europa– bien podían permitirse y, poco después, a través de expo-
abierta había propiciado grandes viajes, inusuales teorías sobre el
siciones tales como la de Pollock en París en 1948 o de muestras
lenguaje y prodigiosos escritos (en algún sitio recuerdo haber leído
itinerantes como The New American Painting, que organizó el
que escribió más de un millón de páginas). Al mismo tiempo,
MoMA de Nueva York y viajó por Europa durante 1958 y 1959.
Tàpies estaba al tanto de las tendencias de la posguerra, resumi-
A pesar del innegable esplendor de Estados Unidos durante la déca-
das en la palabra “informal” y, en particular, de los experimentos
da posterior a la guerra, en Europa nacían nuevos lenguajes y artis-
previos a la guerra con heterodoxos materiales pictóricos. Las cor-
tas independientes, entre ellos, dos maestros que aún viven: Pierre
tezas, las grietas, las salpicaduras y las incisiones sintonizaban
Soulages y Antoni Tàpies. Soulages era un heredero natural de la
con su temperamento y en su larga evolución como pintor abstrac-
ahora ampliamente aceptada tradición de la abstracción. Éste adop-
to se hizo cada vez más osado, como puede observarse en el
tó unas técnicas poco ortodoxas, como el uso de zumo de nuez para
magnífico díptico de la Colección del IVAM.
sus pinturas, y desarrolló un vocabulario tonal muy sofisticado para
Si Mondrian habló de la “mente humana que cobra conciencia de sí
sus invasivas pinturas negras. Con guiños al gran legado zen de
misma” (lo que ya los griegos antiguos denominaron noesis, que
Japón y a la caligrafía china, Soulages fue capaz de enunciar sus
podemos traducir como “el pensamiento que piensa en sí mismo”),
intuiciones de una forma totalmente novedosa. “En torno a 1947
los artistas de la posguerra, entre ellos Saura, Chillida, Millares,
–escribió en Arts en 1957– descubrí la caligrafía china […] Hice com-
Kirkeby y Michaux, por nombrar a algunos de los que pueden verse
binaciones de líneas que se presentaban ante los ojos del especta-
en la exposición del IVAM, también se interesaron por hacer las emo-
dor como una forma de grandes dimensiones, un gran signo que uno
ciones visibles al yo. Sus visiones sobre la naturaleza de la abstrac-
podía ver de un solo golpe”. Más tarde, por medio de transparencias
ción eran mucho más eclécticas que las de sus predecesores y se
y masas más grandes, Soulages creó una poderosa imaginería que
abrieron a horizontes sensoriales de un orden completamente nuevo
siempre fue completamente fiel al principio de la abstracción.
(utilizo la palabra “orden” en su oposición natural a caos, recordan-
Por su parte, Tàpies se había inspirado originalmente tanto en las
do que cuando un crítico de la Biennale di Venezia describió la obra
extravagancias de los surrealistas como en las racionalizaciones
de Pollock como “caótica”, envió el siguiente mensaje: “Nada de
de los pintores abstractos. Quizás no sea ninguna sorpresa que un
caos, ¡carajo!”). Tal vez, al igual que Cendrars, la mayoría de los
artista nacido en Cataluña, el lugar donde primero Picasso y más
artistas que trabajan en la expresión de la abstracción en nuestros
tarde Miró encontraron su vocación pictórica, manifestase rasgos
días tampoco saben cómo llegar hasta el fondo o, al menos, hasta la
de ambos predecesores, llegando, a finales de la década de los
consecución de unos objetivos implícitos, pero buena parte de los
cincuenta, a lograr un estilo único. España, con una más que letár-
artistas abstractos de hoy nacieron con la lingua franca de la abs-
gica vida artística durante el franquismo, empujó a los más rebel-
tracción y la hablan como si fuera su lengua materna.
25
XAVIER ANTICH
AQUEL GRAN SILENCIO DE LOS BOSQUES Las aventuras de la abstracci贸n
Tal vez fue Marcel Proust, en Contra Sainte-Beuve, el primero en
va a una realidad ajena, será, así, la marca de esa nueva lengua
adivinarlo. Ahí, entre 1908 y 1909, hablando del problema del
tallada, como una lengua extranjera, en el seno de una lengua pre-
escribir, Proust reconoció que los grandes escritores son aquellos
existente, la de la representación. A partir de entonces, la catego-
que inventan, dentro de la lengua, una lengua nueva: casi podría
ría principal con la que, desde sus orígenes, se ha pensado lo
decirse, en cierto sentido, una lengua extranjera. Son aquellos
esencial del arte, se revela como insuficiente: el arte ya no expre-
capaces de sacar a la lengua de los caminos trillados, recorridos
sa nada diferente de lo que propiamente muestra. Ya no tiene sen-
por todos, hasta convertirla, así, en una lengua extraña para sí
tido la pregunta por su significado si con ello se pretende remitir a
misma, irreconocible.1 Y, siguiendo a Proust, Deleuze parafraseó:
algo diferente de la propia obra. La abstracción, así, en sus muy
“Lo que equivale a decir que un gran escritor se encuentra siem-
diversos dialectos y variaciones, se configura como una nueva len-
pre como un extranjero en la lengua en que se expresa, incluso
gua que será, con el tiempo, la aportación más esencial y radical
cuando es su lengua materna. Llevando las cosas al límite, toma
del arte moderno. Hasta tal extremo que, por una parte, ha modifi-
sus fuerzas en una minoría muda desconocida, que sólo le perte-
cado nuestra propia visión del arte y de las cosas, y, por otra, ha
nece a él. Es un extranjero en su propia lengua: no mezcla otra len-
marcado con su influjo incluso a las aventuras artísticas de nues-
gua con su lengua, talla en su lengua una lengua extranjera y que
tro tiempo, aparentemente más alejadas del impulso radical de la
no preexiste”.2 Y, tal vez, de eso se trate: de la inauguración de
abstracción. Por no recordar que incluso nuestra mirada, respecto
una extranjería en el seno de lo más propio. Un gesto de ruptura,
al arte del pasado, ha cambiado con ello: ¿nos fascinaría El perro
una transgresión, la emergencia de algo ilegible con los códigos
de Goya, como lo hace, si nuestra mirada no hubiera aprendido a
utilizados hasta entonces. Extranjería: extrañamiento. La apertura
descubrir, de la mano del arte moderno, la estremecedora expre-
de un horizonte y el riesgo de adentrarse en lo, por inexplorado,
sividad de todos los matices ocres de esa tela visionaria en la que
incierto. Y lo que vale para la escritura y para el escribir vale tam-
el hocico de un perro parece que, más que asomarse a ella, está
bién, sin duda, para el arte. Para el arte de todos los tiempos,
a punto de desvanecerse, dejando la pura pintura a solas consigo
claro, pero, de forma muy especial, para el arte moderno.
misma?
La historiografía ha intentado, por vías muy diversas, explicar la
Es cierto que, desde diferentes presupuestos historiográficos, se
XX,
han intentado señalar las raíces simbolistas de la vanguardia rusa
cuando diversos artistas, entre los que se cuentan, de forma emi-
más radicalmente abstracta, como la de Kandinsky o Malévich,
nente, Kandinsky, Braque y Picasso, Mondrian, Malévich y Joan
hasta vincularla al arte religioso ortodoxo y bizantino o a algunas
Miró, junto –bien pronto– a muchos otros, se adentran en una aven-
formas del arte popular y decorativo.3 O, desde otra perspectiva,
tura plástica y visual que acabará por hacer, de la superficie de la
sobre todo a partir de Robert Rosenblum, se abrió la línea para una
obra, su único sentido legítimo. Una obra que no reclamará más
lectura del expresionismo abstracto (y, a través de él, de buena
atención que hacia lo expresado en ella, independiente ya de cual-
parte del arte moderno) en clave romántica, a partir de una
quier otra referencia que le sea exterior. El poderoso impulso de la
supuesta actualización de la noción de lo sublime.4 Otros, en clave
abstracción, por el cual la obra se desliga de toda remisión objeti-
más bien fenomenológica, han acentuado el despojamiento y la
mutación que se produce en las primeras décadas del siglo
1. Proust, Marcel: Contra Sainte-Beuve. Tusquets, Barcelona 2005. 2. Deleuze, Gilles: Crítica y clínica. Anagrama, Barcelona 1996, p. 153. 3. Puede encontrarse un reciente estado de la cuestión en Faxedas, M. Lluïsa: Del simbolisme a l’abstracció. L’ideal de la unitat de les arts en l’obra de Kandinsky i Mondrian, 1886-1936. Universitat de Girona, Gerona 2007. 4. Cfr. Rosenblum, Robert: La pintura moderna y la tradición del romanticismo nórdico. Alianza, Madrid 1993. Rosenblum acabaría hablando de un “sector teológico” del expresionismo abstracto y de una tradición abstracta, de raíces románticas, calificada como “la abstracción trascendental”. Sobre la lectura de Rosenblum, cfr. Solana, Guillermo: “Rosenblum y los orígenes románticos de la abstracción”, en El arte abstracto. Los dominios de lo invisible. Fundación Mapfre, Madrid 2005.
27
esencialidad con la que el arte moderno irá abstrayendo las refe-
pia de nuestro tiempo y la que, en cierto sentido, convierte en
rencias objetivas de la obra hasta, al cabo de un larguísimo reco-
forma artística ese malestar que, no sólo según Freud, caracteriza
rrido, cuyo inicio podría señalarse en torno a los impresionistas,
a nuestra tormentosa época. Pues el arte abstracto, si bien se abs-
convertir a la propia lengua, surgida originariamente para referirse
trae, ciertamente, de toda referencia figurativa a la naturaleza y a
a las cosas y dotarlas de sentido, en una significación que ya no
los objetos físicos, no parece que también haga abstracción de lo
remite más que a sí
misma.5
Cada una de estas opciones historio-
que sucede en el mundo. Más bien todo lo contrario.
gráficas ha realizado, sin duda, valiosas aportaciones a la hora de
Por esta razón, con todas estas lecturas que acabamos de invo-
pensar el impulso de abstracción que caracteriza esencialmente al
car, se pierde algo, a nuestro juicio esencial, de la profunda cone-
arte moderno en sus aspectos más diversos. Y, en este sentido,
xión que las obras de arte radicalmente abstractas mantienen con
todas son fértiles cuando son asumidas sin dogmatismos, como
un tiempo atravesado por grandes utopías y por no menores sufri-
tentativas de pensar el fenómeno en toda su riqueza y diversidad.
mientos de todo tipo. Y se pierde, tal vez, esa extrañeza esencial
Entre las primeras lecturas que se hicieron del fenómeno abstrac-
que caracteriza a algunas de las más radicales aventuras de la
to, destacó desde el principio el trabajo con el que Wilhelm
abstracción en su esfuerzo, singularizado y a la vez colectivo, por
Wörringer obtuvo en 1907 su doctorado en la Universidad de
dar una respuesta al mundo, dialogando con él, a partir de la
Berna, un trabajo que, al cabo, resultaría tremendamente influyen-
necesidad de construir una nueva lengua que, a pesar de estar
te: Abstracción y empatía. Partiendo de la premisa de que la obra
arraigada en otros momentos del pasado, será ya, como Proust
de arte, como organismo autónomo, tiene el mismo valor que la
adivinó que sucedía con los grandes escritores, “una lengua
naturaleza y que, en su ser más interno y profundo, no guarda nin-
extranjera y que no preexiste”. Se trata, radicalmente, como seña-
guna relación con ella, Wörringer destacaba dos grandes impulsos
la Dore Ashton aquí mismo, de una auténtica “invención” de un
históricos en la configuración de la obra artística a lo largo de los
nuevo lenguaje formal, con toda su gramática y su sintaxis, desti-
siglos: el impulso empático, basado en el principio de imitación, y
nado a revelar nuevas verdades sobre la experiencia visual y que,
el impulso de abstracción, fruto, a su juicio, de una gran inquietud
con el tiempo, se convertirá, de hecho, en “una lingua franca”. Por
frente a los fenómenos del mundo que acaba por convertir nada
ello, tal vez sea más necesario que nunca continuar trazando
menos que a la vida en una perturbación del placer estético. De
mapas, pensando la ruptura que se introduce en la lengua visual,
ahí, pensaba Wörringer, la necesidad de crear, en el ámbito de la
hasta provocar una intermitencia dentro de la cual, en cierto senti-
plástica, una contemplación fundada en el descanso y en el repo-
do, todavía estamos. Mapas que multipliquen las perspectivas
so respecto al mundo exterior. Si el impulso de empatía nos lanza
para abordar la singularidad de esta ruptura y, también, tal vez
al mundo, el de abstracción, por el contrario, nos apartaría de él.
sobre todo, su profunda vinculación a la atmósfera de estos tiem-
Desde esta perspectiva, es fácil entender por qué el arte moderno
pos que alternaron las guerras más devastadoras y las revolucio-
arraigaría, según Wörringer, en un impulso histórico ya constituido
nes más utópicas, la experiencia de los totalitarismos y los anhe-
en el seno del arte. Paradójicamente, la lectura del arte abstracto
los de emancipación, las más radicales transformaciones de la
de Wörringer acaba por hacer de él un paréntesis respecto al
vida cotidiana y las más indescriptibles catástrofes. “Demasiado
mundo y lo que en él sucede, hasta el punto de que, desde esta
para una sola generación”, escribía el filósofo Emmanuel Lévinas
perspectiva, es difícil entender por qué el arte abstracto constitui-
en 1976, señalando que en ninguna otra época la experiencia his-
rá, a medida que avance el siglo
XX,
la gramática visual más pro-
tórica había pesado tanto en las ideas o que, al menos, los hom-
5. Nos hemos ocupado de esta lectura en diversos textos: Antich, Xavier: “Impressionisme i Fenomenologia”. D’humanitats, n.º 6 (1999), pp. 113-123, y “La pintura pura. La conquista de la pura visualidad” en ¿Qué es el arte moderno? 12 conceptos fundamentales. Fundación Mapfre, Madrid 2008.
28
Henri Michaux Dibujo de reagregación, 1965 Tinta de color sobre papel, 32,7 x 23 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
László Péri Proyecto mural, 1924 Arena, cartón y pintura, 36,8 x 27,4 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
bres de una generación nunca habían sido tan conscientes de
catacterizan a una época que es vivida, sin duda, como el adveni-
este peso.6
miento de unos tiempos nuevos. Formulado de una forma más
Algo muy esencial de las aventuras de la abstracción, durante el
expeditiva: pocas veces el arte ha estado tan cerca de la realidad
siglo
se pierde cuando se identifica el desalojo de la realidad
como cuando, por primera vez, con las vanguardias de principios
del cuadro con el aislamiento del arte respecto de las preocupa-
del siglo XX, la realidad ha sido, precisamente, expulsada del cua-
ciones por la realidad de su tiempo. Por otra parte, es sabido que
dro. Ésa, tal vez, y no otra, sea la lección de la abstracción con la
los movimientos europeos de las primeras vanguardias pueden ser
que se abre el siglo
definidos como un ataque a la separación del arte respecto de la
fascinantes del arte de nuestro tiempo.
praxis vital de los hombres.7 De ahí, su preocupación por devolver
Pues el ver, como supo ya señalar, hace siglos, Aristóteles, forma
al arte una función social que los academicismos del siglo
XIX
parte del sentir y del conocer, y por eso amamos la vista, decía,
habrían olvidado en aras de una autonomía mal entendida. La crí-
más que a cualquiera de los otros sentidos, pues más nos da a
tica de la forma se convierte, en muchos casos, en una crítica de
conocer. Y precisamente por eso, porque lo que vemos tiene que
la ideología o incluso en una crítica de una realidad que el arte
ver con nuestro sentir y con nuestro conocer, el arte, dirá John
vuelve a pretender modificar. El movimiento es realmente curioso y
Dewey, es una forma de experiencia: “para el que pretende escri-
paradójico, puesto que el impulso de abstracción, que lleva a des-
bir sobre la filosofía de las bellas artes […] esta tarea consiste en
alojar de la superficie pictórica cualquier referencia a los objetos
restaurar la continuidad entre las formas refinadas e intensas de la
físicos y naturales, estará alimentado, en la mayor parte de los
experiencia que son las obras de arte, y los acontecimientos,
casos, por una acentuadísima sensibilidad por los problemas que
hechos y sufrimientos diarios, que se reconocen universalmente
XX,
6. Lévinas, Emmanuel: Noms propres. Fata Morgana, París 1976, p. 8. 7. Cfr. Bürger, Peter: Teoría de la vanguardia. Península, Barcelona 1987.
29
XX,
y que marcará una de las aventuras más
Gustav Klucis Dinamicheskii Gorod (Ciudad dinámica), ca. 1919-20 Gelatina de plata sobre papel, 29,2 x 22,2 cm. Copia de época IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
Piet Zwart Cartel de la exposición Tentoonstelling bouwkunst en kunstnijverheid, 1922 Huecograbado y tipografía, 84 x 62,6 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
como constitutivos de la experiencia. Las cimas de las montañas
variantes de abstracción, sin embargo, están, de hecho, tejidas
no flotan sin apoyo, ni siquiera descansan sobre la tierra, sino que
con el mismo hilo que las vincula a la realidad, a los acontecimien-
son la tierra en una de sus operaciones manifiestas. Es asunto de
tos y a las ideas de los que se alimentaron, y que no sólo contribu-
los que están dedicados a la teoría de la tierra, geógrafos y geólo-
yeron a visibilizar, sino que, en cierto sentido, les dieron forma.
gos, hacer este hecho evidente con sus diferentes implicaciones. El teórico que quiere tratar filosóficamente las bellas artes tiene
La abstracción more geometrico
que cumplir una tarea semejante”.8 La espléndida colección abs-
El impulso abstracto irrumpe en el siglo XX, en cierto sentido, de la
tracta del IVAM, leída por Dore Ashton con su habitual sutileza y
mano de la geometría. Baste recordar el Cuadrado negro de
lucidez, invita a una evaluación de estas implicaciones que el arte
Malévich, expuesto en diciembre de 1915 en la Última exposición
de nuestro tiempo ha mantenido con la realidad, dándole forma.
futurista 0.10. Ya Cézanne había formulado algunas intuiciones
Ensayaremos, siguiendo a Dewey, un cierto mapa, una caracteri-
esenciales para esta dimensión geométrica del arte moderno: “La
zación de tres de los impulsos que, de forma predominante, ali-
naturaleza no se encuentra en la superficie, sino en la profundi-
mentan la aventura de la abstracción en el siglo
Cada uno de
dad”.9 Como el propio Cézanne confesó a su amigo Gasquet, era
los tres está ligado a tres momentos históricos concretos, aunque
sólo después de contemplar, repetidamente, el paisaje, cuando
sus manifestaciones artísticas los desbordan, cristalizando así, en
era capaz de verlo: y verlo, a su juicio, quería decir que podía ver
cierto sentido, como –casi podría decirse– tres formas de abstrac-
su estructura geológica, su composición en planos, hasta que todo
ción cuya especificidad deriva del momento histórico en el que
podía ser reducido a figuras geométricas y… color. La abstracción
surgen y de las ideas que contribuyen a materializar. Estas tres
geométrica, tal como aparecerá con fuerza en diversas tendencias
XX.
8. Dewey, John: El arte como experiencia. Paidós, Barcelona 2008, pp. 4-5. 9. Gasquet, J.: “Las cosas que me dijo… (fragmento de Paul Cézanne)”, en Doran, M. (ed.): Sobre Cézanne. Conversaciones y testimonios. Gustavo Gili, Barcelona 1980.
30
Vicente Huidobro Couchant, ca. 1920-22 Gouache sobre papel pegado sobre cartón, 60 x 48 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
Iliazd Zdanevich (Il’ia) Diseño del folleto “Soirée du coeur à barbe”, 1923 Huecograbado y tipografía, 26 x 20,3 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
tiene, sin embargo, un
otros interesa, apunta hacia una dimensión esencial de lo que, ya
alcance que va más allá de su pura dimensión óptica. No se trata
entre los griegos, constituye la pasión geométrica de las artes: la
de un mero despojamiento de la visión hasta su estructura esen-
fascinación por la forma como el sentido mismo de la realidad,
cial. Tampoco la geometría, en realidad, es simplemente eso. Tal
como su nervio más íntimo. La abstracción geométrica de princi-
vez haya que remontarse mucho más atrás, entre los griegos,
pios del siglo XX, una época que todavía no había salido de la geo-
dotados de un ojo plástico geométrico, como a veces se ha seña-
metría euclidea, la misma que la de la época de Platón, participa,
lado, para descubrir algo que, con el tiempo, tal vez corra peligro
a nuestro juicio, de la misma convicción. La geometría como el ner-
de que nos pase por alto. Para ello, tal vez sea suficiente con evo-
vio formal de lo real, como su lenguaje más propio. Nada hay aquí
car un pasaje del Fedro de Platón, cuyo alcance estético ha pasa-
de pura opticalidad, sino, más bien, todo lo contrario: un esfuerzo
do siempre desapercibido (por razones obvias: se halla incrusta-
por intelectualizar lo real, es decir, por pensarlo, en sus estructuras
do en medio de los celebérrimos “mitos” del alma). Dice así: “Es
esenciales.
preciso que el hombre preste atención a lo que es dicho según la
Volver desde este trasfondo histórico de veinticinco siglos a una
forma, yendo a partir de muchas sensaciones hacia algo uno reu-
obra como Relieve cuadrado (1937) de Naum Gabo, pieza real-
nido según cálculo”. La forma (eîdos es la palabra griega que
mente central de la abstracción geométrica de la colección del
emplea Platón) es aquello a lo que debe prestarse atención, des-
IVAM, arroja muchas luces. Y no sólo porque 1937 es precisamen-
cubriendo lo común entre lo conocido a través de las sensaciones;
te el año de la publicación de un documento extraordinario, firma-
pero ello sólo es posible a través del cálculo (logismô, un término
do por Gabo (junto a Ben Nicholson y Leslie Martin), Circle:
inequívoco que se refiere al cómputo numérico de la geometría). El
International Survey of Constructive Art. Pues ahí, Gabo escribe:
pasaje, por sí solo, permitiría una revisión completa de los tópicos
“Por muy lejos y por muy profundo que este proceso [se refiere a
habituales respecto al idealismo platónico, pero, por lo que a nos-
la época de las revoluciones] pueda llegar en su destrucción
de vanguardia de principios de siglo
XX,
31
material, no puede privarnos más de nuestro optimismo acerca del
Es significativo que la mayor parte de las obras abstractas de la
resultado final, pues vemos que en el reino de las ideas ahora
Colección del IVAM, en la lectura de Dore Ashton, hasta los años
entramos en el periodo de la reconstrucción”. El impulso abstrac-
treinta, participen de algún modo de la herencia constructivista
to y geométrico del constructivismo está, como es claro, vinculado
rusa, como sucede con Naum Gabo, Frantisek Kupka (Proportions
a una dimensión utópica y transformadora de lo real que surge
[Proporciones], 1934) o László Péri (Raumkonstruktion n. 7
como reacción y como posición frente a unos tiempos realmente
[Construcción espacial n.º 7], 1922); del contexto Bauhaus, como
convulsos, en los que, con ser necesaria la aniquilación de los vie-
László Moholy-Nagy (Construction AL6 [Construcción AL6], 1933-
jos órdenes, no es menos necesario el restablecimiento de una
34), o De Stijl, como Georges Vantongerloo (Composition dans le
nueva realidad social. Pocas veces, en nuestro tiempo, el impulso
cône avec couleur orange [Composición en el cono con color
estético ha sido tan radicalmente político. Y, en la configuración de
naranja], 1929) o Bart van der Leck (Drei Grazien [Las Tres
un nuevo lenguaje para expresarlo, la geometría ha constituido,
Gracias], 1933); o, en un número importante, del trasfondo dadá,
como lo fue para los griegos, la lengua de un ideal. Literalmente,
como Hans Richter (Dadá-Kopf, 1917), Raoul Hausmann, el
de un nuevo comienzo.
“Dadásofo” (Abstrakte Bildidee [Idea de imagen abstracta], 1919),
Cada uno de los diversos dialectos con los que se desplegará este
Kurt Schwitters (Stempelbild [Imagen con sello de goma], 1919;
primer impulso tiene sus características propias y sus matices sin-
Helden des Alltags [Héroes de lo cotidiano], 1930-31), Francis
gulares, hasta el punto de que es difícil, si no imposible, ensayar
Picabia (Hache-Paille [Cortadora], 1922), Sophie Taeuber-Arp
una generalización, que por fuerza habrá de resultar vaga y ambi-
(Composition Aubette [Composición Aubette], 1927), Otto
gua. Sin embargo, hay algo en esa nueva lengua de la que, en
Freundlich (Composition [Composición], 1932) o Jean Arp (pre-
cierto sentido, parecen participar todos: la búsqueda de una
sente aquí con una obra que participa, en cierto sentido, de la ima-
nueva visión a partir de un redescubrimiento de las formas. No es
ginería surrealista: Coquille Nuage I [Concha nube I], 1932). El
un azar que el formalismo ruso, a partir de los trabajos de Sklovski,
papel fundacional y realmente pionero de Robert Delaunay (Relief:
Tiniánov o Eichenbaum, por citar sólo algunos de los teóricos más
rythme [Relieve-Ritmo], 1930-32), cada vez mejor conocido, y el
influyentes, se defina en estos años, y alcance a reclamar para la
carácter militante de Jean Hélion (Equilibre, 1933), activista de los
forma el sentido total de la obra, independientemente de todo sim-
movimientos Art concret y Abstraction-Création (del que también
bolismo y, por supuesto, de toda posibilidad representativa. La
formó parte Arp), confieren al conjunto del primer tramo de la
forma (noción clave del impulso esencialmente geométrico: pues
colección una fuerza inusitada por su coherencia de fondo. Baste
eso, la forma es lo que define ontológicamente a la geometría) va
considerar, al lado de los citados, las muestras de Joaquín Torres-
a ser quien cargue sobre sí toda la posibilidad de sentido de la
García (Object plastique-composition [Objeto plástico-composi-
obra.Y es la forma la única capaz de desautomatizar la visión: la
ción], 1931-34) y de Julio González (La grande trompette [La gran
única capaz de permitirnos reconocer que sólo vemos cuando
trompeta], 1932-33), así como el extraordinario dibujo de
despojamos lo visto de aquello que, por su reiteración, acabamos
Alexander Calder (Ballet in Four Parts [Time of each part 1-100
por no mirar. Y desautomatizar es desnaturalizar, también. Al vio-
units] [Ballet en cuatro partes (Tiempo de cada parte 1-100 unida-
lentar la visión, reduciéndola a pura forma, redescubrimos el
des)], 1934-36) que parece prefigurar algo así como una versión
potencial del ver: la fuerza del arte para obligarnos a mirar de otro
escénica de sus móviles y estables.
modo. Y, pues mirar es sentir y, en cierto sentido, vivir, la nueva
La cartografía que dibujan estas obras ofrece una peculiar lectura
visión lleva consigo la esperanza de otra forma de vida.
del sentido de la abstracción hasta los años treinta: no la dibujada
32
Sonia Delaunay-Terk Sin título, 1925 Técnica mixta sobre papel, 47,5 x 27 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
por algunas corrientes de importancia, hoy lo sabemos, sobrevalorada, como el cubismo; tampoco la que describen algunas de las figuras tópicas en cualquier lectura escolar, como Malévich, Kandinsky o Mondrian. Más bien lo que se dibuja es una constelación. Y el aire de la constelación tiene que ver con el protagonismo de una forma (y, con ella, de la geometría, por irregular e incluso por dinámica que sea) que, habiendo desalojado la representación mimética del cuadro, se ha hecho portadora de un nuevo sentido que reclama para sí una dimensión auténticamente real: casi podría decirse transformadora de lo real. O, como entonces muchos dirían con una extrema ambición: emancipadora. El panorama, desde prácticamente el final de la Primera Guerra Mundial, a lo largo de los años veinte y principios de los treinta, es, sin duda, convulso. Alimentado por poderosos sueños utópicos y, también, por oscuros presagios, que la Guerra Civil Española y el acceso de Hitler a la cancillería del Reich acabarían por confirmar. Pero se trata de unos años en los que el arte siente que puede reescribirse su alianza con la vida cotidiana: ya no a través de la mera representación de las cosas en el lienzo, sino –y de ahí su carácter esencialmente revolucionario– por la capacidad de construir una nueva visión y, con ella, un nuevo mundo. Pocos han expresado con tanta lucidez como Siegfried Kracauer estos anhelos y esta confianza en los poderes de la lengua del arte, cuando, precisamente a propósito de lo que él ya considera el ocaso del expresionismo, escribe, en 1929: “Lo
33
que se espera es aquello de lo que se está privado, y, a la postre,
prestáramos atención. Pues, como ya Platón sugería, sin atención,
no es demasiado temerario prestar atención a tales esperanzas.
no podríamos ver nada.
Sobre todas ellas, hay una evidente: una nueva configuración de la realidad debe ser sinónima de un pleno dominio de la vida. Esa
La abstración en la tierra baldía
vida está ahí revolcándose en todo momento en un ancho río; en
El extraordinario pastel de Paul Klee (Tisch mit Gaben [Mesa con
esencia, es más que una secuencia de sacudidas, de estallidos
ofrendas], 1933) bien podría considerarse el emblema de un nuevo
volcánicos y convulsiones espasmódicas. De modo inadvertido,
dialecto que, en el seno de la abstracción, va a marcar las décadas
un suceso se adhiere al otro, y unos movimientos apenas percep-
que siguen. La abstracción geométrica seguirá, más allá de aquí,
tibles en la profundidad conducen paulatinamente a unas en ade-
su camino, pero ahora se cuela, en la lengua de la abstracción, otra
lante visibles transformaciones en la superficie. Los destinos
lengua extranjera, en el sentido de Proust. Y es que, a pesar del
humanos se encadenan lentamente y por doquier se entremezclan
tono azulado, la obra no consigue desprenderse de un tono som-
en silencio las cosas muertas de la tierra. Que, sin embargo, ese
brío, de una inmensa soledad. Los objetos están todavía ahí, en la
precipitado presto prestissimo, este ruidoso retumbar del expresio-
mesa que Cézanne había conquistado (visión aérea en representa-
nismo se modere, y surja un arte que intente de nuevo captar el
ción frontal), pero ya no dicen lo que son ni lo que los une. Solos
inconcebible reino de la vida juntamente con sus escurridizas tran-
todos, uno al lado del otro, en silencio, en ese equilibrio precario
siciones, que penetre amorosa y universalmente lo existente, /…/
que sólo el arte puede impedir que se quiebre. Pero que, ya ahora,
un arte que sepa a la vez producir como por encanto aquel gran
hablan con elocuencia de su inequívoco destino. El año 1933 es
silencio de los bosques y de las calurosas tardes de verano, por
difícil para Klee: dos días después de que Hitler sea nombrado
cuyos secretos sentimos –¡y por cuánto tiempo ya!– doloroso
Canciller, la revista nacionalsocialista Die Rote Erde le difama a él y
anhelo. Y, por otra parte, ¿no habría que esperar también de los
a la Academia de Düsseldorf, donde todavía da clases; su casa
creadores de una nueva realidad la configuración expresa del
será registrada por la policía, aprovechando una ausencia suya; se
hombre individual?”10
promulga la ley que prevé la exclusión de todos los no arios de los
Kurt Schwitters, en una carta, precisamente a Raoul Hausmann
puestos estatales y, sin previo aviso, es despedido; y, en diciembre,
(fechada el 2 de septiembre de 1947), escribirá Dichterei und
abandona Alemania con destino a Berna. Durante este año, sin
Malung, que podría traducirse, más o menos, como Poesura y pin-
embargo, Klee pinta 482 obras. Y todas, en cierto sentido, mues-
tía, extraño híbrido intercambiado de “poesía” y “pintura”. Y algo
tran su estado de ánimo. Pura desolación. La abstracción se tiñe de
de eso hay durante estos años. Una pintura que ha abandonado
esos “tiempos de oscuridad” de los que, más tarde, hablará
los dominios de la mímesis y de la representación figurativa, ocu-
Hannah Arendt. La ilusión de que el arte, a través de la forma,
pados durante siglos, pero que, con este desalojo, no renuncia a
pueda promover una nueva visión y, con ella, una nueva realidad,
su voluntad de decir y de mostrar visiblemente lo que dice, rein-
se desvanece. Klee escribirá en una carta a principios de año: “Yo
ventando, con ello, si es preciso, como de hecho hará, su lengua
ya no creo que pueda prestarse ayuda a la totalidad. El pueblo no
propia. Redescubriendo en el poder de la forma aquel nervio
es apto para las cosas reales, es estúpido en este aspecto”.11
auténticamente real al que ya Platón, visionario en esto como en
Los objetos de Klee, encima de la mesa, como una ofrenda, son
tantas otras cosas, ya reclamaba, veinticinco siglos antes, que
como aquellos otros objetos que Antoine Roquentin, el protagonis-
10. Kracauer, Siegfried: Estética sin territorio. Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de la Región de Murcia, Murcia 2006, pp. 57-58. 11. Klee, Felix (ed.): Paul Klee - Briefe an die Familie, 1893-1940. DuMont, Colonia 1979, p. 1225.
34
ta de La náusea de Jean-Paul Sartre, coge entre las manos sin
Los versos de Eliot, aquí, tienen casi valor de manifiesto: “queda
capacidad, ya, para reconocerlos. No importa que sean tan coti-
frío el sentido y perdido el motivo de la acción”. La forma geomé-
dianos y anecdóticos como una pipa, un tenedor o un vaso de cer-
trica de la abstracción no tiene un mundo nuevo delante. Delante,
veza: tienen en ellos algo nuevo que los hace completamente
por el contrario, sólo tiene ruinas. Y el arte abstracto en manos de
extraños. El mundo ha cambiado. Todo ha dejado de significar lo
los artistas más lúcidos construirá una nueva lengua para decir
que, hasta hace muy poco, todavía significaba. Roquentin no los
eso que debe decirse cuando, se sabe, la utopía ya no es posible.
entiende. Como no entiende, tampoco, las caras con las que se
El esfuerzo de la reconstrucción (del mundo, de la vida, del len-
cruza por la calle. Ni siquiera su propia cara entiende: le parece,
guaje) es inmenso.
más bien, algo “muy por debajo del mono, en los límites del mundo
Y ahí, en esta nueva aventura, trágica por cargar a las espaldas
vegetal, al nivel de los pólipos”. El personaje confiesa: “Vivo solo,
con un dolor inconmensurable (“el tiempo del estupor” lo ha llama-
completamente solo. No hablo con nadie, nunca; no recibo nada,
do acertadamente Valeriano Bozal12), estarán muchos, cada uno a
no doy nada”. Ya no queda ni la posibilidad de la ofrenda. Estamos
su modo. Como Arshile Gorky, con un gouache y lápiz sobre papel
en 1938. Tal vez la ofrenda de Paul Klee es la última que haga,
(Sin título, 1945) del año antes de caer en el abismo, pero llevan-
antes de “borrarse de la lista” en un papel encerado, estremece-
do todavía consigo el abismo particular de cuando huyó del geno-
dor, también de 1933. Las palabras de Roquentin podrían haber
cidio armenio: My art is my salvation, diría poco después, aunque,
sido firmadas, entonces, por Klee: “mi lugar no está en ningún
por lo que luego sabremos, con poco convencimiento. Como Lee
sitio; estoy de sobras”. La abstracción, así, ya no lucha por el futu-
Krasner, con ese óleo que empezó a pintar al año después de
ro. Pronto, los ángeles de Klee, el ángel apocalíptico de Messiaen,
casarse con Pollock (Abstract n. 2 [Abstracto n.º 2], 1946-48), y
el ángel de Benjamin, decretarán el fin del tiempo. El arte sólo
que nos trae, entre texturas-red que son una prisión para los colo-
puede pasearse por una tierra baldía, mucho más desolada que la
res, un grito sordo. No es difícil ver ahí también a Lucio Fontana,
que había imaginado T. S. Eliot en 1922.
con sus diversas formas de destrucción del cuadro, desde Il rilie-
Por otra parte, pueden ser los Cuatro cuartetos de Eliot, publica-
vo (El relieve), 1934, hasta Cro cefissione. Concetto spaziale
dos entre 1936 y 1942, donde se lea algo de lo que a partir de Klee
(Crucifixión. Concepto espacial), 1959.
empezamos a adivinar: “Sólo puedo decir, ahí hemos estado; pero
Y ahí están, también, Esteban Vicente desde el exilio (Número 4,
no puedo decir dónde”. O incluso: “Todos entran a la tiniebla, / los
1949), Antonio Saura (Anna, 1956), Eduardo Chillida (Yunque de
vacíos espacios interestelares, lo vacío en lo vacío, / los capitanes,
sueños III, 1954-58), Antoni Tàpies (Gris amb cinc perforacions
mercaderes, banqueros, eminentes hombres de letras, / los gene-
[Gris con cinco perforaciones], 1958) o Manuel Millares (Cuadro
rosos protectores de las artes, los estadistas y gobernantes, / fun-
65, 1959). Cada uno, a su modo también, tomando esa lengua
cionarios distinguidos, presidentes de muchas comisiones, / seño-
abstracta como un arma contra la dictadura y contra la falta de
res de la industria y mezquinos contratistas, todos van a la tiniebla,
libertades. Restaurando la libertad a través de una lengua que se
/ y en tinieblas el Sol y la Luna, y el Almanaque de Gotha / y la
quiere rasgada y agujereada, violenta, revulsiva, apedazada.
Gaceta de la Bolsa, el Directorio de Directores, / y queda frío el
Contra esa “paz” aparente de la que el régimen del general, den-
sentido y perdido el motivo de la acción. / Y todos vamos con ellos,
tro de poco, celebrará “veinticinco años”. Ahí aparece todo lo que,
al silencioso funeral, / al funeral de nadie, pues no hay nadie que
por no poder ser, ha quedado convertido en ruido. En la tierra bal-
enterrar”.
día peninsular, las ruinas todavía se declinan, entonces, en presen-
12. Cfr. Bozal, Valeriano: El tiempo del estupor. La pintura europea tras la Segunda Guerra Mundial. Siruela, Madrid 2004.
35
Joaquín Torres-García Hoy, ca. 1921 Témpera y collage sobre cartón, 52,5 x 37,5 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
Joan Miró Aviat l’instant, 1919 Óleo sobre cartón, 107 x 76 cm IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat
te. Y, en ese presente, la abstracción libra su peculiar combate,
lenguaje. También la abstracción se vuelve hacia sí misma como
más allá, incluso de los (entonces) difíciles posicionamientos polí-
lenguaje, sin por ello olvidar que, en cada gesto, se está rehacien-
ticos. Pero no importa: la lengua del arte sí toma posición. Y los
do el mundo.
artistas también, cuando pueden: “Yo he venido como un repre-
Blas de Otero escribía en 1955, en el libro Pido la paz y la palabra,
sentante de lo otro”, dirá Tàpies, en 1955, en su primera conferen-
unos versos que se convertirían en bandera: “Si he perdido la
cia en público, en Santander.13
vida, el tiempo, todo / lo que tiré, como un anillo, al agua / si he
También ellos, como Vladimir y Estragón, de Esperando a Godot
perdido la voz en la maleza, / me queda la palabra. / Si he sufrido
(1955) de Samuel Beckett, no sabrán muy bien si deben presen-
la sed, el hambre, todo / lo que era mío y resultó ser nada, / si he
tarse, el día después, con una cuerda, para ahorcarse, o si, en el
segado las sombras en silencio, / me queda la palabra”. La pala-
caso de que finalmente llegue Godot, podrán salvarse. La espera
bra que queda es, ya, lo único con lo que nos las tenemos. Que
todavía duraría algunos años. Dos décadas.
todo, ahora, sea ya cuestión de lenguaje, quiere decir mucho. Tal vez, todo.
La abstracción y la palabra que queda
Ahí hay que leer, al mirar, a Henri Michaux (Sin título, 1961), a Hans
El tercer tramo de la colección marca otro tiempo, otra variación en
Hofmann (Scintillating Red [Rojo brillante], 1962), a Pierre
el seno de la misma lengua. Otra intención para la abstracción. Y,
Soulages (Peinture, 11 juillet 1965 [Pintura 11 julio 1965], 1965), a
a nuestro juicio, ésta vendría a ser coincidente con el denominado
Richard Serra (Prop [Puntal], 1968), a Sean Scully (Passenger
“giro lingüístico” en el ámbito del pensamiento teórico, con su con-
brown white [Pasajero marrón blanco], 1998). También, a Carmen
ciencia de los “actos de habla” y de la naturaleza performativa del
Calvo (Serie Paisajes, 1977), Albert Ràfols-Casamada (Camí de nit
13. Tàpies, Antoni: “La otra pintura”. Cuadernos Hispano-Americanos, n.º 70, 1955, p. 15.
36
[Camino de noche], 1990-91), a José María Sicilia (Sin título I,
vida”. Y por ello, en la obra aparece toda la simultaneidad prismá-
1990). En todos ellos, como para los pensadores que les son
tica de la vida moderna.
estrictamente contemporáneos, el lenguaje ya no es un mero ins-
Entre los versos leemos: “mon adolescence était si ardente et si
trumento para denominar algo exterior al lenguaje, sino que éste
folle / Que mon coeur tour à tour brûlait comme le temple d’Ephèse
tiene un papel constitutivo en nuestra relación con el mundo, pues
ou comme la Place Rouge / de Moscou quand le soleil se couche.
en cierto modo lo constituye en lo que, para nosotros, es. Somos a
/ Et mes yeux éclairaient des vois anciennes. / Et j’étais déjà si
través de lo que decimos y el tejido de lo que decimos nos cons-
mauvais poète / Que je ne savais pas aller jusqu’au bout”.15
tituye en lo que somos y en lo que, con los demás, podemos ser.
Estamos en 1913, al principio de todo. “Je pressentais la venue du
De ahí de la importancia del lenguaje para hacer posible el espa-
grand Christ rouge de la révolution russe… / Et le soleil était une
cio común. En un texto de 1983, Hans-Georg Gadamer escribía:
mauvaise plaie / Qui s’ouvrait comme un brasier”.16 Todas las
“me sigue pareciendo cierto que la lengua no es sólo la casa del
esperanzas con las que se abre la aventura de la abstracción
ser, sino también la casa del ser humano, en la que vive, se insta-
están aquí. Y también todos los presagios.
la, se encuentra consigo mismo, se encuentra en el Otro, y que la
Por otra parte, igual que algunos poetas aspiraban entonces a que
estancia más acogedora de esta casa es la estancia de la poesía,
sus poemas se miraran como se mira un cuadro (el propio
del arte. En escuchar lo que nos dice algo, y en dejar que se nos
Cendras y, por supuesto, Apollinaire, que escribiría Et moi aussi je
diga, reside la exigencia más elevada que se propone al ser huma-
suis peintre) también Sonia y Robert Delaunay aspiraban, como
no. Recordarlo para uno mismo es la cuestión más íntima de cada
tantos otros artistas, a que sus cuadros fueran leídos como se lee
uno. Hacerlo para todos, y de manera convincente, es la misión de
un poema. También Schwitters, ya lo hemos dicho: Dichterei und
la filosofía”.14 La misión del arte, también, me atrevería a sugerir.
Malung. La abstracción llama la atención para la pintura pura como el poema lo hace con la lengua. Para descubrir que todo
Pasajeros con bultos
está ahí. A la vista. Esperándonos. La Prosa del Transiberiano nos
Quiero acabar estas reflexiones con la obra que, precisamente,
lleva por este viaje. Un viaje en tren.
abre la selección de Dore Ashton de la Colección del IVAM desde
Y con otro viaje en tren quiero emparentarlo. En marzo de 1923,
el punto de vista cronológico. Es una obra de 1913, firmada por la
Joseph Roth publicó en el Berliner Börsen-Courier un artículo bellí-
rusa Sonia Terk, ya entonces casada con Delaunay y, por tanto,
simo y terrible. Empezaba así: “Los pasajeros con bultos van sen-
apellidada también con este nombre. Se trata de un poème affiche
tados en los últimos vagones de los interminables trenes, justo al
o de un libro-cuadro, tal vez el “primer libro simultáneo de la histo-
lado de los ‘pasajeros con perros’ y de los ‘mutilados de guerra’. El
ria”, como dirá Robert Delaunay. Se trata de La Prose du
último vagón es el que más se balancea; las puertas cierran mal,
Transsibérien et de la Petite Jehanne de France (La prosa del
las ventanillas dejan siempre una ranura por la que entra aire, a
Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia) una obra de
veces están rotas y cubiertas con papel marrón. No es el azar, sino
Sonia Delaunay Terk a partir de los versos de Blaise Cendrars.
el destino, lo que hace de alguien un pasajero con bultos. Los
Incontestablemente, uno de los más célebres libros ilustrados del
mutilados de guerra lo son por culpa de una granada cuyo efecto
siglo
El poeta confesaba algo que Sonia Delaunay Terk habría
devastador no fue un capricho, sino una insensatez tan enorme
podido suscribir: “No mojo mi pluma en la tinta, sino en el río de la
que no pudo ser sino brutal. Llevar un perro consigo es una deci-
XX.
14. Gadamer, Hans-Georg La herencia de Europa. Ensayos. Península, Barcelona 1990, p. 156. 15. “mi adolescencia era tan ardiente y loca / que mi corazón, alternativamente, ardía como el templo de Éfeso o como la Plaza Roja / de Moscú cuando se pone el sol. / Y mis ojos iluminaban antiguos senderos. / Y yo era tan mal poeta / que no sabía llegar hasta el fondo de las cosas”. 16. “Presentía la llegada del gran Cristo rojo de la revolución rusa… / Y el sol era una inmensa herida / que se abría como un brasero”.
37
sión estrictamente personal. Un viajero con bultos, sin embargo,
para lo que les sirvieron a los que empezaron a llevarlos, cuando
debe el equipaje a su destino. También sin equipaje sería un pasa-
el tren se puso en marcha. Pero nuestro destino está con ellos.
jero con bultos. Forma parte de una raza singular: el letrero que
Forman ya parte de nosotros. Somos, en cierto sentido, lo que
hay en la ventana del compartimento no es una disposición esta-
dicen.
blecida por la autoridad ferroviaria competente, sino una definición
Tal vez, mirando hacia atrás y rastreando entre la aventura del arte
filosófica”.17
abstracto de nuestro tiempo, seamos capaces de descubrirnos,
Tal vez todos seamos, ya, pasajeros con bultos. Y de todos los que
también nosotros, todos, como pasajeros con bultos, portadores
llevamos con nosotros, el del arte abstracto es uno de los que
de un equipaje que se debe al destino de nuestro tiempo. No es
mejor nos define. Tal vez, en ocasiones, no sepamos muy bien qué
una cuestión de gusto. Ni siquiera de estética. Es, como decía
hacer con ellos. Tal vez, en ocasiones, alguien no sepa muy bien
Roth, “una definición filosófica”. La lengua que hablamos. Nuestra
qué hacer con ellos. Acaso ya no nos sirvan, a nosotros, a alguien,
extranjería más propia.
17. Roth, Joseph: Crónicas berlinesas. Minúscula, Barcelona 2006, pp. 93-94.
38
LA ABSTRACCIÓN EN LA COLECCIÓN DEL IVAM
Sonia Delaunay-Terk La Prose du Transsibérien et de la petite Jehanne de France (La prosa del Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia), de Blaise Cendrars, 1913 Gouache, óleo y tipografía sobre papel, 52,5 x 37,7 cm
41
Hans Richter Dadรก-Kopf, 1917 Temple sobre lienzo, 46 x 37,4 cm
42
Raoul Hausmann Abstrakte Bildidee (Idea de imagen abstracta), 1919 Gouache sobre papel (anverso y reverso), 31,4 x 19,6 cm
43
Kurt Schwitters Stempelbild (Imagen con sello de goma), 1919 Collage, sello de goma y l谩piz sobre papel montado sobre cart贸n negro, 18,7 x 16 cm
44
Francis Picabia Hache-Paille (Cortadora), 1922 Acuarela, gouache y lรกpiz sobre papel, 55,9 x 76,2 cm
45
László Péri Raumkonstruktion n.º 7 (Construcción espacial n.º 7), 1922 Cemento pintado, 62 x 86 cm
46
Sophie Taeuber-Arp Composition Aubette (Composición Aubette), 1927 Óleo sobre pavatex y marco de madera, 111 x 44 x 2,7 cm
47
Georges Vantongerloo Composition dans le cône avec couleur orange (Composición en el cono con color naranja), 1929 Óleo sobre tabla, 60,8 x 61,6 cm
48
Kurt Schwitters Helden des Alltags (HĂŠroes de lo cotidiano), 1930-31 Collage sobre papel, 34 x 27,4 cm
49
Robert Delaunay Relief: Rythme (Relieve: Ritmo), 1930-32 CaseĂna, corcho y arena, 60 x 60 x 5 cm
50
Joaquín Torres-García Objet plastique-composition (Objeto plástico-composición), 1931-34 Madera pintada y ensamblada, 52 x 42 x 9 cm
51
Julio Gonzรกlez La grande trompette (La gran trompeta), 1932-33 Bronce, 93 x 62 x 45 cm
52
Otto Freundlich Composition (Composición), 1932 Óleo sobre lienzo, 65 x 54 cm
53
Jean Arp Coquille Nuage I (Concha nube I), 1932 Madera pintada, 40,5 x 51 cm
54
Bart Van der Leck Drei Grazien (Las Tres Gracias), 1933 Ă“leo sobre lienzo, 68 x 51 cm
55
Paul Klee Tisch mit Gaben (Mesa con ofrendas), 1933 Pastel sobre papel montado sobre tabla, 32,7 x 20,8 cm
56
Jean Hélion Équilibre (Equilibrio), 1933 Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm
57
László Moholy-Nagy Construction Al 6 (Construcción Al 6), 1933-34 Óleo sobre aluminio, 60 x 50 cm
58
Frantisek Kupka Proportions (Proporciones), 1934 Ă“leo sobre lienzo, 65 x 65 cm
59
Alexander Calder Ballet in Four Parts (Time of each part 1-100 units) (Ballet en cuatro partes [Tiempo de cada parte 1-100 unidades]) 1934-36 Lรกpiz sobre papel, 60 x 80 cm
60
Joaquín Torres-García Ritmos curvos en blanco y negro, 1937 Técnica mixta sobre cartón, 80,6 x 47,5 cm
61
Lucio Fontana Il rilievo (El relieve), 1934 Yeso policromado, 27 x 28 cm
62
Naum Gabo Square Relief (Relieve cuadrado), 1937 Plexiglรกs sobre aluminio con base de aluminio anodizado, 44,5 x 44,5 x 16 cm
63
John Ferren Sin tĂtulo, 1937 Escayola, 21,9 x 17,1 cm
64
Cesar Domela Relief n.ยบ 15 (Relieve n.ยบ 15), 1938 Cobre, hojalata, palisandro sobre madera, 50,5 x 50 x 10 cm
65
Friedrich Vordemberge-Gildewart Composition n.ยบ 83 (Composiciรณn n.ยบ 83), 1934 ร leo sobre lienzo, 60 x 60 cm
66
Arshile Gorky Sin título, 1945 Gouache y lápiz sobre papel, 75,5 x 55 cm
67
Lee Krasner Abstract n.ยบ 2 (Abstracto n.ยบ 2), 1946-48 ร leo sobre lienzo, 52 x 59 cm
68
Esteban Vicente NĂşmero 4, 1949 Collage de papel, carboncillo, gouache y lĂĄpices de color sobre tabla, 64,5 x 51 cm
69
Ad Reinhardt Brick Painting (Pintura de ladrillos), 1950 Ă“leo sobre lienzo, 152,5 x 102 cm
70
71
Antonio Saura Anna, 1956 Ă“leo sobre lienzo, 130 x 97 cm
72
73
MartĂn Chirino Ă rbol de luz y sombra, 2005 Hierro, 345 x 440 x 450 cm
75
Eduardo Chillida Yunque de sueños III, 1954-58 Hierro y madera, 71 x 28 x 19 cm IVAM Institut Valencià d´Art Modern, Generalitat
76
Richard Serra Prop (Puntal), 1968 Acero, 156 x 156 cm (la plancha), 12 x 250 cm (el tubo)
Manuel Millares Cuadro 65, 1959 Temple sobre arpillera, 162 x 130 cm
78
79
Eusebio Sempere Gouache, 1953 Gouache sobre papel, 65,3 x 50,5 cm
80
Vicente Castellano Estructuras, 1957 Collage sobre papel, 34 x 44 cm
81
Lucio Fontana Crocefissione. Concetto spaziale (Crucifixión. Concepto espacial), 1959 Óleo sobre lienzo, 165,5 x 125,5 cm
82
83
Henri Michaux Sin tĂtulo, 1961 Acuarela y tinta china sobre papel, 75 x 108 cm
84
Carmen Calvo Serie Paisajes (Recopilaci贸n), 1977 T茅cnica mixta y barro cocido, 85 x 118 cm
85
Hans Hofmann Scintillating Red (Rojo brillante), 1962 Ă“leo sobre lienzo, 183,5 x 152,5 cm
86
87
Pierre Soulages Peinture, 11 juillet 1965 (Pintura, 11 julio 1965), 1965 Ă“leo sobre lienzo, 190 x 300 cm
88
89
Antoni TĂ pies Gris amb cinc perforacions (Gris con cinco perforaciones), 1958 TĂŠcnica mixta sobre lienzo y madera, 200 x 175 cm
90
91
Antoni Tàpies Gran díptic roig i negre (Gran díptico rojo y negro), 1980 Técnica mixta sobre madera, 270 x 440 cm
92
93
Per Kirkeby Nature morte II (Naturaleza muerta II), 1987 Ă“leo y lĂĄpiz de cera sobre lienzo, 200 x 110 cm
94
95
Helmut Federle Panthera nigra (Pantera negra), 1997 AcrĂlico sobre lienzo, 350 x 525 cm
96
97
Albert Ràfols-Casamada Camí de nit (Camino de noche) 1990-91 Acrílico y carbón sobre lienzo, 200 x 300 cm
98
99
Pierre Soulages Peinture 222 x 411 cm. 12 Nov. 1984 (Pintura 222 x 411 cm. 12 Nov. 1984), 1984 Ă“leo sobre lienzo (tres partes), 222 x 411cm / 222 x 137 cm cada una
100
101
José María Sicilia Sin título I, 1990 Técnica mixta sobre lienzo, 220 x 220 cm
102
103
Andreu Alfaro Byron, 1989 Hierro, 128 x 56 x 40 cm
104
105
Gerardo Rueda Klee en Sevilla I, 1991 Bronce, 48,5 x 27 cm
106
Mompó Están lejos, 1965 Técnica mixta sobre papel, 54 x 75 cm
107
Jordi Teixidor Albertine retrouvĂŠe (Albertine reencontrada), 2003 Ă“leo sobre lienzo, 190 x 380 cm
108
109
Sean Scully Passenger brown white (Pasajero marrón blanco), 1998 Óleo sobre lienzo, 203,4 x 190,5 cm
110
111
Andreu Alfaro
Helmut Federle
Byron, 1989
Panthera nigra (Pantera negra), 1997
Hierro, 128 x 56 x 40 cm
Acrílico sobre lienzo, 350 x 525 cm
Rep. pág. 105
Rep. pág. 96-97
Jean Arp
John Ferren
Coquille Nuage I (Concha nube I), 1932
Sin título, 1937
Madera pintada, 40,5 x 51 cm
Escayola, 21,9 x 17,1 cm
Rep. pág. 54
Rep. pág. 64
Alexander Calder
Lucio Fontana
Ballet in Four Parts (Time of each part 1-100 units)
Il rilievo (El relieve), 1934
(Ballet en cuatro partes [Tiempo de cada parte 1-100 unidades]) 1934-36
Yeso policromado, 27 x 28 cm
Lápiz sobre papel, 60 x 80 cm
Rep. pág. 62
Rep. pág. 60 Crocefissione. Concetto spaziale (Crucifixión. Concepto espacial), 1959
Carmen Calvo
Óleo sobre lienzo, 165,5 x 125,5 cm
Serie Paisajes (Recopilación), 1977
Rep. pág. 83
Técnica mixta y barro cocido, 85 x 118 cm
Otto Freundlich
Rep. pág. 85
Composition (Composición), 1932
Vicente Castellano
Óleo sobre lienzo, 65 x 54 cm
Estructuras, 1957
Rep. pág. 53
Collage sobre papel, 34 x 44 cm
Naum Gabo
Rep. pág. 81
Square Relief (Relieve cuadrado), 1937
Eduardo Chillida
Plexiglás sobre aluminio con base de aluminio anodizado, 44,5 x 44,5 x 16 cm
Yunque de sueños III, 1954-58
Rep. pág. 63
Hierro y madera, 71 x 28 x 19 cm
Julio González
Rep. pág. 76
La grande trompette (La gran trompeta), 1932-33
Martín Chirino
Bronce, 93 x 62 x 45 cm
Árbol de luz y sombra, 2005
Rep. pág. 52
Hierro, 345 x 440 x 450 cm
Arshile Gorky
Rep. págs. 74-75
Sin título, 1945
Robert Delaunay
Gouache y lápiz sobre papel, 75,5 x 55 cm
Relief: Rythme (Relieve: Ritmo), 1930-32
Rep. pág. 67
Caseína, corcho y arena, 60 x 60 x 5 cm Rep. pág. 50
Raoul Hausmann
Sonia Delaunay-Terk
Gouache sobre papel, 31,4 x 19,6 cm
La Prose du Transsibérien et de la petite Jehanne de France (La prosa del Transiberiano y de la pequeña
Rep. pág. 43
Abstrakte Bildidee (Idea de imagen abstracta), 1919
Jehanne de Francia), de Blaise Cendrars, 1913 Gouache, óleo y tipografía sobre papel, 52,5 x 37,7 cm
Jean Hélion
Rep. pág. 41
Équilibre (Equilibrio), 1933 Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm
Cesar Domela
Rep. pág. 57
Relief n.º 15 (Relieve n.º 15), 1938 Cobre, hojalata, palisandro sobre madera, 50,5 x 50 x 10 cm
Hans Hofmann
Rep. pág. 65
Scintillating Red (Rojo brillante), 1962
112
Óleo sobre lienzo, 183,5 x 152,5 cm
Acuarela, gouache y lápiz sobre papel, 55,9 x 76,2 cm
Rep. pág. 87
Rep. pág. 45
Per Kirkeby
Albert Ràfols-Casamada
Nature morte II (Naturaleza muerta II), 1987Óleo y lápiz de cera sobre lienzo, 200 x 110 cm
Camí de nit (Camino de noche) 1990-91
Rep. pág. 95
Acrílico y carbón sobre lienzo, 200 x 300 cm Rep. págs. 98-99
Paul Klee Ad Reinhardt
Tisch mit Gaben (Mesa con ofrendas), 1933
Brick Painting (Pintura de ladrillos), 1950
Pastel sobre papel montado sobre tabla, 32,7 x 20,8 cm
Óleo sobre lienzo, 152,5 x 102 cm
Rep. pág. 56
Rep. pág. 71
Lee Krasner
Hans Richter
Abstract n.º 2 (Abstracto n.º 2), 1946-48 Dadá-Kopf, 1917 Óleo sobre lienzo, 52 x 59 cm
Temple sobre lienzo, 46 x 37,4 cm
Rep. pág. 68
Rep. pág. 42
Frantisek Kupka
Gerardo Rueda
Proportions (Proporciones), 1934
Klee en Sevilla I, 1991
Óleo sobre lienzo, 65 x 65 cm
Bronce, 48,5 x 27 cm
Rep. pág. 59
Rep. pág. 106
Henri Michaux
Antonio Saura
Sin título, 1961
Anna, 1956
Acuarela y tinta china sobre papel, 75 x 108 cm
Óleo sobre lienzo, 130 x 97 cm
Rep. pág. 84
Rep. pág. 73
Manuel Millares
Sean Scully
Cuadro 65, 1959
Passenger brown white (Pasajero marrón blanco), 1998
Temple sobre arpillera, 162 x 130 cm
Óleo sobre lienzo, 203,4 x 190,5 cm
Rep. pág. 79
Rep. pág. 111
Kurt Schwitters
László Moholy-Nagy
Stempelbild (Imagen con sello de goma), 1919
Construction Al 6 (Construcción Al 6), 1933-34
Collage, sello de goma y lápiz sobre papel montado sobre cartón negro, 18,7 x 16 cm
Óleo sobre aluminio, 60 x 50 cm
Rep. pág. 44
Rep. pág. 58
Helden des Alltags (Héroes de lo cotidiano), 1930-31
Mompó
Collage sobre papel, 34 x 27,4 cm
Están lejos, 1965
Rep. pág. 49
Técnica mixta sobre papel, 54 x 75 cm Rep. pág. 107
Eusebio Sempere Gouache, 1953
László Péri
Gouache sobre papel, 65,3 x 50,5 cm
Raumkonstruktion n.º 7 (Construcción espacial n.º 7), 1922
Rep. pág. 80
Cemento pintado, 62 x 86 cm Rep. pág. 46
Richard Serra
Francis Picabia
Acero, 156 x 156 cm (la plancha), 12 x 250 cm (el tubo)
Hache-Paille (Cortadora), 1922
Rep. pág. 77
Prop (Puntal), 1968
113
José María Sicilia
Óleo sobre lienzo, 190 x 380 cm
Sin título I, 1990
Rep. págs. 108-109
Técnica mixta sobre lienzo, 220 x 220 cm Rep. pág. 103
Joaquín Torres-García
Pierre Soulages
Madera pintada y ensamblada, 52 x 42 x 9 cm
Peinture, 11 juillet 1965 (Pintura, 11 julio 1965), 1965
Rep. pág. 51
Objet plastique-composition (Objeto plástico-composición), 1931-34
Óleo sobre lienzo, 190 x 300 cm Rep. págs. 88-89
Ritmos curvos en blanco y negro, 1937 Técnica mixta sobre cartón, 80,6 x 47,5 cm
Peinture 222 x 411 cm. 12 Nov. 1984
Rep. pág. 61
(Pintura 222 x 411 cm. 12 Nov. 1984), 1984 Óleo sobre lienzo (tres partes),
Bart Van der Leck
222 x 411cm / 222 x 137 cm cada una
Drei Grazien (Las Tres Gracias), 1933
Rep. págs. 100-101
Óleo sobre lienzo, 68 x 51 cm Rep. pág. 55
Sophie Taeuber-Arp Composition Aubette (Composición Aubette), 1927
Georges Vantongerloo
Óleo sobre pavatex y marco de madera, 111 x 44 x 2,7 cm Composition dans le cône avec couleur orange (Composición en el cono con color naranja), 1929
Rep. pág. 47
Óleo sobre tabla, 60,8 x 61,6 cm Rep. pág. 48
Antoni Tàpies Gris amb cinc perforacions (Gris con cinco perforaciones), 1958 Técnica mixta sobre lienzo y madera, 200 x 175 cm
Esteban Vicente
Rep. pág. 91
Número 4, 1949 Collage de papel, carboncillo, gouache y lápices de color sobre tabla, 64,5 x 51 cm Rep. pág. 69
Gran díptic roig i negre (Gran díptico rojo y negro), 1980 Técnica mixta sobre madera, 270 x 440 cm
Friedrich Vordemberge-Gildewart
Rep. págs. 92-93
Composition n.º 83 (Composición n.º 83), 1934
Jordi Teixidor
Óleo sobre lienzo, 60 x 60 cm
Albertine retrouvée (Albertine reencontrada), 2003
Rep. pág. 66
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ENGLISH TRANSLATION
ENGLISH TRANSLATION
FOREWORD
ABSTRACTION: THE RISE OF INDIVIDUALISM
FRANCISCO CAMPS ORTIZ
CONSUELO CÍSCAR CASABÁN
President of the Generalitat
Director of the IVAM
The contemporary arts are currently displaying unusual power and an
“Man exteriorises his thoughts in words … why should he not be able to do the same in painting and sculpture, independent of the forms and colours that surround him?”
amazing ability to attract society. In their great dynamism there is a spirit of
FRANTISEK KUPKA (1871–1957)
convergence between disciplines, leading us to a place of intersections where relations are created between original, new territories, something After investigating the IVAM Collection when I took over as Director of the fostered by the Generalitat.
Museum over four years ago, I decided to rethink the collection in terms of
Always attentive to these sociocultural phenomena, the IVAM explores all
basic focuses in order to provide the public with a better knowledge of it,
manifestations of the present while bearing very much in mind the histori-
based on cataloguing the works that make up our wealth of art.
cal precedents of these expressions of art. It feels committed to the inves-
I presented photography in 2005 and installations and new media in 2006.
tigation and communication of knowledge about the pioneering periods of
In 2007 I continued with Pop Art in the IVAM Collection, and now in 2008
our contemporary age, enabling us to face the reality of art with proper
we are showing abstraction.
understanding.
In my opinion, abstraction is the refuge of the public’s consciousness, rep-
This new exhibition of the IVAM Collection covers the key points of pictori-
resenting a particular, independent attitude to the standardization and sin-
al abstraction in the twentieth century with the aid of the admirable materi-
gle-mindedness of universal thinking. The championing of this freedom and
al in the collection, representing the most striking figures in the recent his-
individuality of thought, as Professor García Montero says, “is not restricted
tory of art. This shrewdly selected, substantial group of works is one of the
to the exaltation of the egoistic, possessive individual [… but rather] it
key areas of reference which the IVAM possesses. In the Generalitat, we
implies a dialogue with the other and with otherness”.
support and promote the current management of the museum which makes
It is true that creative abstraction is fostered by individualism. Yet that indi-
a priority of conveying knowledge of this universal heritage which belongs
vidualism does not have to be governed by narcissism, an enchantment
to all Valencians.
with the self and a reductionist self-absorption which ultimately impede
We must emphasize here that the various artists who feature in the group
understanding with other parts of society. This attitude of thinking and act-
show now presented by the IVAM use abstraction as a means of expression
ing in a way that differs from established behaviour is a right of the individ-
– although with techniques and results differing according to the times in
ual which, properly empowered, offers the possibility of expressing the best
which they lived – to demonstrate the possibility of delving into the essence
of what lies within oneself.
of matter and finding new meanings in it.
Writing in the nineteenth century, Alexis de Tocqueville said, in his penetrat-
Because of the commitment and enthusiasm evinced by these iconic artists
ing essay De la démocratie en Amérique, that “Individualism is a mature
of our time, and especially as a result of their ability to introduce new lan-
and calm feeling, which disposes each member of the community to sever
guages in art, we are now able to experience an exhibition in which we see
himself from the mass of his fellows and to draw apart with his family and
a reflection of the interests of this Community, which faces the challenges
his friends, so that after he has thus formed a little circle of his own, he will-
of the present time by giving due value to the past, working for the present
ingly leaves society at large to itself.”
and supporting the most innovative activities of research which will provide
I include these brief reflections on the feeling of individualism and the need
us with a sustainable future in all walks of life.
to preserve it because I think it is the seed from which abstraction has developed in contemporary art. Pursuing this line of thought, we can see abstraction as a personal, independent, inner interpretation of reality by the artist in search of otherness. Like any other individual, the artist translates reality in terms of his inner world, but when it comes to expressing it externally he often finds that figurative words and images are insufficient to explain the things he feels and wants to say. On the basis of reasons such as these the artist decides that abstraction, symbolism, allegory, allusion or figuration is the best way of releasing his feelings and giving voice to his interpretation of the world. It has been said that abstract thinking is based on formal patterns, understood as an internal process, not necessarily conscious, depending on the
116
information already stored in our mind. Abstraction is thus an individual
Spain and other countries who featured in its most recent history; we can
concept, but strongly linked to the upbringing and social conduct of each
witness a mental confrontation with periods of the past and experience
person. This means that personal experiences, the tradition and education
hours of experimentation, discouragement, struggle and existentialism.
that each person receives, are the sources from which abstract or formal
This group of artists was ahead of its time, advancing towards the unknown
thinking arise.
and making a good synthesis of its objectives. In 1908, in his analysis of the
We must not forget that the concept of abstraction comes from the Latin
spirit of the age, Worringer observed a special ingredient in modern art
abstractio, meaning isolation, a term introduced by Boethius as a transla-
which was inseparable from the idea of the avant-garde: autonomy. And he
tion of the Greek expression used by Aristotle. This means that traditional
was certainly not mistaken. Individualism was an important component of
historical linguistic narrative models and personal experience overwhelm-
the great masters of the twentieth century, and as a result of it we can now
ingly condition the modus vivendi and way of thinking of people in modern
see works that are extraordinary because of their conception of a new
societies. However, in the case of more individualist creative minds there is
divergent world, a parallel harmony interpreted in terms of its own laws and
the possibility of abstracting oneself sufficiently to steer clear of stereotypes
rules derived from the most experimental thinking.
and prejudices or the acceptance of myths that might prevent the inde-
The avant-garde was an essential phenomenon of abstract art, which resis-
pendent development of one’s way of thinking.
ted being a servile copy or an imitation of nature. Developing from Post-
It seems clear, then, that, far from separating itself from reality and history,
Impressionism, it became an organism that was separate from – but not
abstract art offers a different, more succinct translation of the visible world
indifferent to – nature, seeking to obtain equal or similar consistency. The
viewed from a new angle. All abstraction, insofar as it has been “abstract-
departure from the empirical world proved uncertain or directly parodistic:
ed” – taken – from reality and transferred to another medium (art) by means
as it lacked the consistency that was required, that other reality, the would-
of an intellectual and technical process, represents an image of the artist’s
be superworld, had to re-establish its connections with reality to avoid
inner world, or at least a projection of it, declared, as I have said, in terms
reaching a point of exhaustion. As a result, art played two parts – and still
of an original, personalized treatment of its expressive values.
does. On the one hand, it opposed what was established; and, on the other,
Thus we see that a form of metaphysics pervades the aim of abstract art,
it managed to reconcile itself to what it said it was fighting. This contradic-
which persists in fetching forth the purity and truth of the world from the
tion is inseparable from the idea of art in the twentieth century.
places where it dwells in the deepest levels of the human being. The artist
As we all know, for twentieth-century art to put a halt to the history of thou-
seeks some essence in his abstract work, hoping to obtain his most per-
sands of years a profound crisis had to take place in the human being: a
fect “idea” from it, in a constant dialogue and duel between reality and
crisis of reason, because it was no longer possible to satisfy new social and
abstraction.
intellectual demands.
In line with these reflections, it is worth noting that all knowledge is neces-
These paths expressed the crisis of traditional knowledge and suppositions
sarily bound up with processes of abstraction. Without them it would not be
and the appearance of a different knowledge in which logical procedure
possible to discover the essence of the object and penetrate its profundity.
did not occupy a privileged place but instead accompanied other factors
The division of the object into parts, the delimitation of those parts that are
of an intuitive and pragmatic nature. Its starting point lay simply in phenom-
essential in it, and the multilateral analysis of them in their pure aspect are
ena, in specific acts, in a mass of immediate experiences for which it was
the result of the abstracting activity of thinking.
necessary to seek a legitimacy that was compatible with them.
The nature of abstraction and what is specifically defined in each particu-
The new man glimpsed a solution in modern art, by inventing a nature of
lar case, the parts of the object from which mental separation proceeds, are
his own, one made to measure. It seems clear that the abstract attitude
determined by the objectives to which the practical and cognitive activity
brings about a breakdown of conventions and the opening up of new and
of the human being corresponds and by the nature of the object that is
unknown paths of creation. It can be said, therefore, that this reform of
investigated.
“ideas” produced great transformations in all areas – in culture and socie-
As we see, therefore, abstraction is not a phenomenon that has suddenly
ty – and even now it still helps us to fight against outdated conventionalism.
emerged in the urgency of certain key years in the twentieth century;
The term “experimental” is a contribution that was provided by nineteenth-
rather, it is the result of a gradual maturing of individualist minds over the
century positivism, and I think that, together with the rise of individualism, it
centuries.
is a key that helps us to understand the philosophy of this era of history and
These concepts are present in the IVAM Collection, which contains exam-
to set out the reasons why abstract art became established and was so
ples of artistic generosity and excellence which reveal one of the most cre-
successful in the twentieth century.
ative periods of abstract art in the twentieth century. Through this exhibition,
After the Second World War, “experimentation” acquired a deeper mean-
we find ourselves caught up in a creative encounter involving artists from
ing, referring primarily to materials and methods. Thus new movements,
117
groups and individual artists pursued the most productive lines of the early
earlier, in the sixties, that abstraction burst apart with the appearance of
avant-garde: Lettrism, Concrete Music and Poetry, Action Painting, and so
innumerable art movements, with different concerns and different view-
on. Through experimental attitudes and ethical strictness, various genera-
points and great commitments based on premises that also differed. In the
tions of artists developed new aesthetic forms which decisively involved a
late sixties there was a qualitative and quantitative leap in modern art, with
new concept of the aesthetic act, its place in society, its components and
the technological avant-garde and with art’s assimilation of scientific
its meaning.
methodology, the use of machines, computers, mathematics and art as
Specific facts which corroborate these assertions can be found in the
ways of experimenting with the things around one, used to find new ele-
IVAM’s permanent collection – which consists of 10,522 works, 665 belong-
ments of poetry or new languages.
ing to the category of abstraction, and 2,769 artists, including 70 whose
Seen in the perspective of the century as a whole, that period and the
works are abstract – and particularly in the present exhibition, in works by
twenties remain as the two key moments of experimentation and pure
such different artists as Pierre Soulages, Sonia Terk Delaunay, Joaquín
abstraction. It was the sixties that reviewed the new contributions, the
Torres-García or Arshile Gorky, among others.
changes that had been introduced in matters of perception, and gave
When one looks at many abstract works one’s attention is caught by the fact
shape to a new evaluation of aesthetics in terms of personal and collective
that, being subject to the process of individualization, with the passing of
behaviour. It was the sixties, which, as it were, brought the early avant-
time they reveal lines and trends in art as varied as the diversity of the
garde up to date, and thus gave new meaning to certain movements and
artists themselves. Even within the twentieth century the classification of
figures of the twenties.
these works is very complex because of the increasing individuality of the
From beginning to end, the history of the twentieth century is marked by
activity of art, for in their work these artists set out to reflect and release the
many social excesses and, alongside them, a highly appreciated excess in
mysterious world of the unconscious and become the authors of their own
art and artists, who proceeded by way of a profitable dialectic between
creation. Thus there are enormous differences which make the work of each
great processes of dematerialization/abstraction and their opposite, con-
one a different world, expressed with an unmistakable personal language;
cretion/materialization, giving rise to a conceptualization of the material
yet there are also similarities, because they are moved by identical ideals
components of art and a materialization of concepts.
and concerns.
As we look at the IVAM Collection now, therefore, we find that the final result
We can certainly single out very influential trends within this genre, but it is
was the conquest of an expanded field of art in which the different forms of
also true that, as I said, these artists share certain ideals and techniques,
art developed new ways of seeing, hearing, thinking and analysing. This
even though the forms superimposed on them may be clearly differentiated
revolution is far from having exhausted its impulse. On the contrary, the
from each other. For example, an outstanding feature of Geometrical
work of the men and women who featured in the art revolutions of the twen-
Abstraction is the use of horizontal and vertical lines enclosing bright, sooth-
tieth century gave us the power to invent new codes which have become a
ing primary colours, always seeking to express the harmony that underlies
common asset. It has thus become clear that art, as a system of systems,
creation, but there are clear differences between artists who pursue the
cannot be subjected to immovable scales of values.
same tendency, such as Malevich, Mondrian or Klee. In the forties, Abstract
All this, amidst and around a veritable feast of freedom, the true flame of art
Expressionism, also known as Action Painting, was an American movement
in the twentieth century. And a great blaze of creativity: the pure form of
led by Jackson Pollock, who reduced his art to the act of painting. He sought
artistic and aesthetic thinking, as one of the forms of productivity charac-
to express the anguish of life in the city and reorganize the handling of
teristic of human beings, no different in terms of behaviour from scientific
space, also giving great importance to the spontaneity of the artist’s ges-
thinking, or from magical or philosophical thought.
tures. And, in the sixties, Post-painterly Abstraction provided painting which
Artists, poets and musicians of all ages realized intuitively that it was not
proceeded from an absence of volume, producing a very varied range of
possible to put limits to their experiments and they abstracted themselves
artists and ways of interpreting the movement to which they belonged.
from reality to invent increasingly conceptual new models of communica-
What seems clear is that all the artists belonging to these tendencies share
tion. Thus it seems that, far from becoming diluted or deleted from the
the trait of dreaming of an art of universal value, valid in any age or cultur-
panorama of art, abstraction will continue to exist and give a good account
al context.
of its continuance, because, among other things, it is an innate part of
It would not be right to overlook the early period of abstraction
human thinking.
(1900–1914) represented by Kandinsky, who used a free, intuitive code
For this fundamental reason we shall continue to argue about this key
and assimilated and incorporated key features from other disciplines,
aspect of the shaping of modernity, in which the transgressing spirit of the
such as music or mathematics. For many, this Russian artist was the orig-
artist and the urge for innovation, experimentation and independence pro-
inator of abstraction, but it was clearly in the last period that I mentioned
vide new pinnacles for the history of art.
118
Above all, a ship in motion depends upon its order and symmetry,
ABSTRACTION
which are primordial needs of the human spirit as great as those of
DORE ASHTON
intricacy and harmony, and second, upon the successive multiplication and generation of all curves and imaginary figures described in
A favorite ancient for 20th-century artists was Heraclitus, who epitomized
space by the real elements of the object.6
their views of time and space in a single declaration: you can’t step in the
He called this description of a “line in motion” a poetic idea, and it is not
same stream twice. Plato had his doubts about Heraclitus, and in
hard to see that it prefigures both Kandinsky and Klee. In fact, Baudelaire
Theaetetus had Socrates say:
had studied the painter Delacroix in depth, and, I think, listened very care-
The maintainers of the doctrine have as yet no words to express
fully to what Delacroix said, probably echoing him when he declared line
themselves, and must get a new language. I know of no word that
and color equivalent to word and phrase, suggesting they could be
will suit them. “must get a new language” … Visual artists in the 20th century thought
employed for their “musicality” rather than their descriptive powers.
they had, and it was called abstraction.
Musicality, in fact, became, as the 19th century drew to a close, a primary
But are painting and sculpture languages? Most painters take it for granted
analogy to painting. Delacroix had suggested that the viewer move back
that they are wielding a language. Matisse had no doubt about it: “When
from the painting far enough that the subject was no longer discernable
means have become so refined, so weakened that their power of expression
and only the painting’s musicality would be perceived. Later Gauguin insist-
has gone, we have to return to the essential principles on which human lan-
ed that a “painting should seek suggestion more than description, as
guage was formed.”1 When Guillaume Apollinaire had to confront the inno-
indeed music does”, and Matisse, in “Notes of a Painter”, revealed the les-
vations subsumed under the term “cubism”, he declared in 1913: “Geometry
sons he had learned from Gustave Moreau, declaring:
is to the plastic arts what grammar is to the art of the writer.”2 And the 20th-
When I have found the relationship of all the tones the results must
century philosopher most attuned to the visual arts of his time, Maurice
be a living harmony of tones, a harmony not unlike those of a musi-
Merleau-Ponty, wisely counseled his contemporaries: “Writers must not
cal composition.7
underestimate a painter’s labor and study, that effort that is so like an effort
In suggesting that the idea of abstraction in the visual arts has a long histo-
of thought and which allows us to speak of a language of painting.”3
ry, I would have to consider the nature of history. Think of this: history is lin-
Theories of language in the second half of the 20th century could not have
ear, because we are. Or this: history is non-linear because we are. These
been more supportive, above all Noam Chomsky’s belief that languages – any
observations complicate matters. And these complications, or contradic-
language in the world – has rules that are universal and innate. Language, as
tions, speak through artists throughout the 20th century. On the one hand,
Chomsky’s admirer Steven Pinker declares in the title of his book, is in fact an
certain artists had long conversations with other artists dating back to the
instinct, universal and innate. Examining the diversity of languages, he says:
ancient Greeks. On the other hand, thanks to what Baudelaire defined as
… the babel of languages no longer appear to vary in arbitrary ways
“Imagination”, there were artists who felt they were outside of history, and
and without limit. One now sees a common design to the machinery
imagined they were crafting a new and unprecedented language. They
underlying the world’s languages, a Universal Grammar.4
delighted in breaking with old orthodoxies (probably artists in every period
The very idea of abstraction in the arts has a long history, and most painters
found the same pleasures if they were any good) and they reveled in exper-
were aware, if only instinctively, that they were abstracting from their expe-
imentation, especially with isolated aspects of painting: line, color, and form.
rience of the world. The long gestation of 20th-century abstract art com-
In certain 20th-century artists, above all those habitually called the pioneers
mences in the early 19th century, when, for example, Fourier suggested in
of abstraction, there was a craving for principles and laws (Kandinsky,
the 1820s that man must interpret the “hieroglyphs” of nature. Although
Malevich and others, bowing to Cézanne) while in others there were eruptive
Victor Hugo would blast his admirers soon after, in the preface to Cromwell,
emotions that thrust them into positions of outlaws, or habitual lawbreakers.
“Down with theories and systems”, his fellow artists kept trying to produce
Sometimes both tendencies existed in a single artist, such as Delaunay, who,
them and began to talk about their art in terms of abstraction. The most
in a rather confused letter to the German painter August Macke in 1912, said
sensitive of them all, Baudelaire, noted:
that he had found the laws of complementary and simultaneous colors, while
Both line and color inspire thoughts and dreams; the pleasures
insisting that his discovery “does not arise from a system, or an a priori the-
derived from them are each of different nature, yet perfectly equal
ory” (although he parrots the 19th-century scientist Chevreul, whom he had
and absolutely independent of the subject of a picture.5
obviously closely studied).8 Delaunay keeps referring to “laws” while at the
His interest in principles is evident even in his most lyrical evocation, as
same time declaring himself “opposed to that which is universal”.
when he talks of the infinite and mysterious charm that lies in the contem-
However complicated, confused, or crystalline the judgments of early prac-
plation of a ship,
titioners of 20th-century abstraction were, the idea of abstraction tempered
119
the 20th century’s visual arts. It was, in fact, a lingua franca. The earliest
attempt to describe what had already appeared in his own work. In it, he
work in IVAM’s exhibition vividly reflects the bouillabaisse of abstract ten-
has recourse to the old 19th-century idea of musicality again and again. His
dencies that would prevail throughout the century. Sonia Delaunay and
discussion of “inner resonance” stresses the aural element in abstract
Blaise Cendrars collaborate in a defiant project that flamboyantly defies
painting, and draws upon the late 19th-century interest in synesthesia. At
past definitions. They destroy the confines of the traditional book by mak-
the same time, Kandinsky evinces a lively interest in certain “spiritual” ten-
ing theirs in a long, scroll-like object. They deny the old functions of illustra-
dencies, such as those propounded by the colorful Mme. Blavatsky that
tion by using purely abstract visual allusions, based of course on
were labeled “theosophy”. Mysticism and scientific materialism, seemingly
Delaunay’s ideas of color and light. Cendrars, in his diction, loves the world
contraries, nonetheless fueled Kandinsky’s arguments (as they did many
“tourbillon”, and produces a whirlwind of discontinuous thoughts, remind-
other poets and artists at the time, including William Butler Yeats).
ing his readers several times that “je ne sais pas aller jusqu’au bout”. His
The same can be said of his countryman, Kazimir Malevich, whose
voyage – a parody of the 19th-century genre of voyage poem pioneered by
recourse to mysticism was frequent in his voluminous writings, and whose
Baudelaire and continued by Rimbaud – is in effect an abstraction, a mon-
use of the term “Suprematism” obviously carried a polemic intention. His
tage that skids (to use one of Roland Barthes’ locutions of language) up,
new world, as he announced during the First World War, was objectless; a
and down, and in, and out of time and space. In fact, later Cendrars would
world, as he wrote, that brings the artist to a desert “in which nothing can
write about systole and diastole, words he used in English, calling them
be perceived but feeling”.12 The element of pure feeling, he said, was
“the two times of existence”:
abstraction. At the same time, amidst grand lyrical flights of feelings, he
Outside-in, inside out: the two times of mechanical movement.
used to speak of the search for “natural laws”. Like Kandinsky, Malevich
Contraction, dilation, breathing of the universe, the principle of life
had first-hand experience with music, and carried on spirited discussions
…9
with his close friend Mikhail Matyushin, who played first violin in the St.
So even Cendrars, a notably anarchic personality in the pantheon of mod-
Petersburg Symphony. Malevich’s vision of an objectless world may have
ern letters, sought, in his way, a “principle”, as did his painting confrères.
been the source of the term “non-objective”, that together with other, often
Delaunay’s and Apollinaire’s “simultanéisme” (Apollinaire quite consciously
confusing designations of essentially abstract art, infused 20th-century
adapted the painter’s view, especially in his poem published the same year
aesthetic diction, and led to many futile arguments.
as Cendrars’ transiberian peregrination, Zone) was, to Cendrars, his natu-
Another major contributor to discussions that proliferated during and imme-
ral idiom.
diately after the First World War was the Dutch master Piet Mondrian. Like
The first years of the 20th century gave rise to a number of powerful origin
the Russians, he had a strong tendency toward mysticism and was in fact
myths. Painters struggled to give rationales for their abandonment of previ-
a member of the Theosophical Society. In 1917, he and Theo van Doesburg
ous interpretive modes, and several who were given to verbal explanation
founded the group De Stijl, and soon began publication of a magazine in
wrote profusely about their new language. Almost all of these 20th-century
which Mondrian wrote of his conviction that the “new plastic idea” would
statements were born on the eve of the First World War, and were invigor-
banish the particular, and become a “direct expression of the universal”.13
ated by the 1907 exhibition of works of Cézanne. Artists could also read
Doesburg, however, seemed to tire of the strictness of Mondrian’s rule of
some of Cézanne’s remarks published at the time, and, it seems to me,
the right angle, and introduced a diagonal which Mondrian bitterly con-
were particularly interested in what the master had called “the condensa-
demned. It is interesting to note that Doesburg, in a 1919 article in De Stijl,
tion of sensation”. Condensation, reduction and, as he wrote to Charles
followed Mondrian’s orthodoxy but added the term “social reconstruction”
Camoin, who would pass it on to his comrade Matisse, “What you must
– a theme that would become more and more prominent between the wars.
strive to attain is a good method of construction”.10
Furthermore, it was Doesburg who visited and influenced students at the
Cendrars’ friend, Apollinaire, struggled to keep up with the rapid transfigu-
Bauhaus, and who, oddly, took a strong interest in the Dada movement,
rations of his friends, among them Picasso and Braque, and in 1912 pub-
even adopting a pseudonym, I.K. Bonset, to write Dada texts.
lished a newspaper essay in which he said:
By the 1920s, the word “abstraction” was ubiquitous in vanguard circles,
The secret aim of the young painters of the extremist schools is to
but the aesthetic ideologies, to use that unpleasant term, were increasing-
produce pure painting. Theirs is an entirely new plastic art. It is still
ly faced with challenges from a visible struggle amongst political ideolo-
in its beginnings, and is not yet as abstract as it would like to be.11
gies. I hesitate to simplify what was, in fact, an extremely complicated polit-
But in Russia, where artists were attentive to the Parisian avant-garde, and
ical moment in history, initiated by a signal event: a genuine revolution in
in Germany, where Wassily Kandinsky had evolved his theories, art was
Russia in 1917. Yet, for an account of “abstraction”, I would have to recog-
rapidly becoming “as abstract as it would like to be”. Kandinsky’s treatise
nize that the partisans were torn between what I would call principles of
Über das Geistige in der Kunst, published in December 1911, was an
social solidarity, i.e. collective ideals, and defense of the individual. In the
120
statements of each artistic group between the wars there are always
the wars assumed, and if, as later linguists suggested, grammar is innate,
uncomfortable references both to collectivity (a group, after all, is collective
couldn’t man also have an innate sense of form? Or a vocabulary of perma-
by its nature) and to the artistic rights of the individual. What Doesburg
nent givens? As the 1920s drew to a close, a reaffirmation of abstract prin-
called “social reconstruction” was, above all, one of Walter Gropius’ pri-
ciples began to seem urgent to large groups of artists. If art history could
mary goals in establishing the Bauhaus, and many of the teachers and stu-
be seen as a history of temperaments, we could see that the 20th century
dents were fervent idealists. Gropius’ original statement referred to his
was amply endowed with artists with metaphysical inclinations as well as
school as a “cathedral of socialism” – a stance he had to modify as the
artists with stern materialistic points of view. The metaphysicians were not
gathering storm of National Socialism overtook his institution. The faculty
always like De Chirico, who thought of himself as high priest of a metaphys-
included both Kandinsky and Paul Klee, who in 1920 wrote his “Creative
ical cult (and talked of geometrical figures in heightened language such as:
Credo” with its ringing first line: “Art does not reproduce the visible; rather,
“The triangle has served ab antico … as a mystic and magical symbol and
it makes visible.”14 Klee’s affinity with Kandinsky can be felt in this cosmic
certainly often awakens in a person who looks at it, whether he knows the
vision: “In the highest circle an ultimate mystery lurks behind the mystery,
tradition or not, a sense of uneasiness and almost fear”).15 In his way, for
and the wretched light of the intellect is to no avail.” Art, he says, “plays an
example, Georges Vantongerloo, whose elaborate theories were based
unknowing game with ultimate things, and yet achieves them!”
entirely on mathematical formulae, and who argued visibly with Mondrian’s
But the Bauhaus faculty also included teachers who by temperament and
theories of proportional forms, was just as metaphysical in his pictorial
conviction were far from the mysteries and cosmic implications discussed
practice as De Chirico. Or Frantisek Kupka, who called himself a “chromat-
by Klee and Kandinsky. One of the most vocal and charismatic was László
ic symphonist” and based his work from 1909 onwards on an elaborate
Moholy-Nagy, who while still in his native Hungary had formed a radical
schema of values drawn from the laws of musical scales.
group, “Today”, and in 1922 published an essay, “Constructivism and the
If Cendrars could say, in 1913, “je ne sais pas aller au bout”, many of his
Proletariat”, in which he called for a purely abstract art of what he called
acquaintances amongst painters and sculptors were determined in later
“visual fundamentals”. At the Bauhaus, this energetic proselytizer experi-
years to “aller au bout” in the great tide of abstraction.
mented unceasingly with light, motion, film, photomontage, theater design
Perhaps more was at stake than aesthetic convictions. The urgency with
and typography, all the while keeping in touch with Russians he had met, or
which many painters and sculptors propounded abstraction may well have
whose works he had seen, among them El Lissitzky, Malevich (whose writ-
reflected the widespread uneasiness that had descended upon intellectu-
ings he had arranged to be published by the Bauhaus) and Naum Gabo.
als in Europe not long after the end of the First World War. Throughout the
Nothing was as pure as these energetic protagonists proclaimed, and
interim years – not many, unfortunately – there was perpetual talk of “crisis”;
many of the artists shifted allegiances as circumstance demanded. For
of “moral bankruptcy”, and of forebodings of the next war. In this climate of
instance, Hans Richter went to Zurich after military service in 1917 and
malaise, certain spirits were drawn to ideology, a firm response to the enor-
found himself amongst young artists who riotously broke all the rules and
mous uncertainties that had beset Europe. In Paris, where a great many
called themselves Dadaists, whereupon he became one also. Yet, within a
artists had congregated in the 1920s, abstraction took on the lineaments of
year he was undertaking experimental drawings based on musical princi-
a cause.
ples of counterpoint, and by 1920 was innovating abstract films with Viking
No one was more energetic in promoting the cause than artists harking
Eggeling. The Berlin Dadaist Raoul Hausmann moved along the same
from other countries, among them the young Michel Seuphor, a Belgian, still
lines, developing his ideas of photomontage. He was a friend of Kurt
in his twenties, and the much older Uruguayan, Joaquín Torres-García,
Schwitters, who in turn was a friend of Doesburg, who, wearing his Dada
whose experiences by that time had included training in Barcelona while
hat, went on a lecture tour with Schwitters in 1922. Even more giddy was
Picasso had still been a student there, acquaintance with Gaudí, and a stint
the erratic course of Francis Picabia, who is said to have painted one of the
in New York from 1920 to 1922. Torres-García settled in Paris from 1924 to
first non-figurative compositions in 1909, and who, along with Marcel
1932, met Theo van Doesburg and Mondrian, quickly adopted their theo-
Duchamp, launched an ironic idiom that led to a category labeled “machine
ries and announced his own theory: Universal Constructivism. Seuphor,
art”. Duchamp’s Large Glass, begun in 1915, can accurately be called a
who had the temperament of a disciple (and maintained his fervor even
20th-century icon, that, with Duchamp’s insidious humor, presented woman
after the Second World War), was indefatigable in rounding up cohorts, and
as a combustion engine.
by 1929 had formed an association of painters and sculptors with Torres-
Beneath many of these experiments lay, as always, a longing for something
García which they named Cercle et Carré. They published a periodical, and
stable, even eternal. Plato’s geometries – those figures representing perma-
in 1930 staged a large international exhibition in which more than eighty
nent relations in space – still prevailed in certain quarters in the art world.
notable abstract artists participated, several of whom are represented in
If painting and sculpture were languages, as almost every artist between
the IVAM exhibition.
121
The success of the Cercle et Carré exhibition, at least in those circles that
an exception. He was a very gregarious young artist who encountered the
were proud to be considered avant-garde, emboldened its members to
charismatic Torres-García when he was twenty-two years old, and was
broaden their premises, and in February 1931 a new organization was
quickly introduced by him to Mondrian. By the time he was twenty-seven,
founded with a more generous title: Abstraction-Création: Art Non-Figuratif.
he had signed a manifesto, “Art Concret”, issued by Doesburg, and exhib-
Stretching the boundaries, the artists in the new configuration were often
ited in the first Abstraction-Création show in 1932. (He also experienced a
less interested in such fundamental configurations as the circle and square,
concentration camp, or rather, a German prisoner of war camp, but, unlike
and at times came close to being what stricter abstractionists would have
Freundlich, escaped in 1942.) Hélion spent a couple of years in New York
considered sacrilegious. The character of the new group was pronounced-
in the late 1930s where his strong personality and his verbal skills made a
ly international. At its peak, there were some four hundred artist members,
strong impression on American artists who had recently organized their
including both South and North Americans (John Ferren, for instance, who
own very active group, the American Abstract Artists, and who, like their
was one of the founding members). The heterogeneity of the membership,
counterparts in Europe, emphasized their belief in internationalism.
its international character, is evident in the unusually rich representation of
By the late 1930s most Europeans accepted as inevitable another world
abstract artists of the 1930s in IVAM’s collection. It includes an exception-
conflagration. Paris as a mecca for experimental artists ceased to be a
ally large group of works by Spain’s native son Julio González, who
haven, and many foreign nationals decamped. The activities of
emerges as a great innovative sculptor in his mature years. His work of the
Abstraction-Création had loosened up visions of abstraction, admitting
1930s evolved from an initial collaboration with Picasso, from which both
artists who played with organic forms – a taboo in earlier years – and intro-
artists benefited, and from the Parisian milieu he frequented, first in Cercle
duced all manner of new materials, ranging from cement to steel, in works
et Carré, and then in Abstraction-Création, which he joined in 1934. Among
called paintings. Purism no longer seemed a necessary, desirable ideal.
the twenty artists selected for this exhibition, all but three participated, as
Once the war got under way, many artists were forced into isolation, or
members, in Abstraction-Création exhibitions until the organization was dis-
wrenched from their studios. The conversations that had always accompa-
solved around 1936.
nied developments in the notion of abstraction ceased. The grievous inter-
Again, the circumstances for the flourishing groups between the wars
ruption of the flow of abstraction brought about mutations that instituted a
must be considered. Immediately after the First World War, there had been
wholly new way of thinking about the nature of abstraction. In post war
a move away from the madness, a move that the French called “le rappel
Europe it would be called “informalism”, and in America, “abstract expres-
à l’ordre”. The longing for order expressed itself not only politically (giving
sionism”. To most commentators, the swift development of new idioms of
rise to menacing movements such as Italian Fascism and German
abstraction seemed a fusion of the two major between-the-wars tenden-
National Socialism) but in the arts with a new classicism, such as Le
cies, on the one hand Constructivism, and on the other Surrealism. But to
Corbusier’s “purism” and Doesburg’s “elementarism”. By the 1930s, it was
the artists concerned there were far more complex issues, and in fact they,
apparent to almost anyone given to thought that a dangerous, and ulti-
like their predecessors, thought they were inventing a new language. By
mately disastrous nationalism was gaining ground, and, with it, the
destroying the rigor of the prewar languages, these artists felt they had
prospect of another war. The artists adhering to Abstraction-Création were
added a new element that they and their commentators found very difficult
keenly aware of impending catastrophe, and spent many hours in cafés
to name. When the French critic and entrepreneur Michel Tapié tried to
discussing the situation. For them, the importance of advocacy was
define the new idiom, all he could find to say was that it was “autre”; some-
heightened. Above all, they sought to combat sinister nationalism with an
thing other than that which had preceded it. His hero was the American,
open spirit that stressed the advantages of internationalism, and that pro-
Jackson Pollock, who was as far from the geometric certainties as any
posed an idiom – abstraction – that could never be manipulated by politi-
painter ever was, and whose huge arabesques and unorthodox technique
cal nationalists. In a tragic irony, one of Abstraction-Création’s most active
of dripping seemed revolutionary.
members, Otto Freundlich, was featured on the cover of the infamous
Many histories have by now attempted to analyze and describe the mood
Entartete Kunst catalogue in 1937, and would perish in a concentration
of painters and sculptors after the Second World War. Given the huge diver-
camp in 1943.
sity of artists who made their debut after the war, these efforts often fall
In France itself, and particularly in Paris, there were many artists and writ-
short. Perhaps the only generalization possible is to state that these artists
ers regularly sounding alarms. The abstract artists were often friendly with
completely rejected prewar rationalizations, and in fact were deeply scep-
artists who followed André Breton into Surrealism, and, like him, were pas-
tical about everything that had occurred in the first half of the 20th century,
sionately internationalist. Sometimes artists such as Hans Arp felt at home
whether in politics or art. The general mood associated with the widely
in both camps. Oddly, there were very few artists born in France who
broadcast new philosophic attitude – Existentialism – included a renewed
actively supported the groups broadcasting abstraction. Jean Hélion was
interest in the role of contingency in the arts and human life itself.
122
Heraclitus, Duchamp, Mallarmé, with his throw of the dice, all seemed com-
Despite America’s undeniable luster during the decade after the war,
panionable to postwar artists. Moreover, their awareness of the immense
Europeans were developing their own idioms, and independent artists,
atrocity, beginning with the Spanish Civil War, and finishing with Hiroshima
among them two living masters: Pierre Soulages and Antoni Tàpies.
and Nagasaki, had badly shaken their ability to form an allegiance to any
Soulages was a natural heir to the now widely accepted tradition of
artistic theory other than the vague notion that the artist is somehow an
abstraction. He easily adopted unorthodox techniques, such as the use of
exemplar of the notion of freedom.
walnut juice for his paintings, and he developed a highly sophisticated
But the conversations amongst artists on an international scale had only
tonal vocabulary for his thrusting black forms. With sidelong glances at the
been interrupted by circumstantial events, and, in fact, were sustained
great Zen legacy in Japan and Chinese calligraphy, Soulages was able to
even during the war years to some degree, since so many artists had con-
enunciate his intuitions in an entirely fresh way. “Toward 1947”, he wrote in
verged in New York at the outbreak of the Second World War. If commenta-
Arts in 1957, “I discovered Chinese calligraphy … I made combinations of
tors had begun to speak of the “New York School”, they could not ignore
lines that presented themselves to the eyes of the spectator as a large form,
the vital influence refugee artists from Europe exercised. First among them
a large sign which one could see at one stroke.” Later, by means of trans-
was Hans Hofmann, who had come to the United States in the early 1930s,
parencies and larger masses, Soulages created powerful imagery that
after a long career as a teacher in Europe, and by 1934 had set up an
nonetheless remained entirely faithful to the principle of abstraction.
extremely influential art school in New York. Almost every painter of note in
Tàpies, on the other hand, had been inspired originally by the vagaries of
New York in the Abstract Expressionist configuration had either passed
the Surrealists, as well as the rationalizations of the abstract painters. It is
through Hofmann’s school, or visited. Hofmann’s ebullient personality drew
perhaps not so surprising that an artist born in Catalonia, where first
young artists to his oddly-phrased teachings (he never quite mastered
Picasso had found his painterly voice, and later Miró, would develop pro-
English and spoke with a heavy German accent). He was a great consol-
clivities from both predecessors, arriving, during the late 1950s, at a unique
idator, bringing ideas from Matisse and Picasso, from the Constructivists
style. Spain, with its torpid artistic life during Franco, goaded its more rebel-
and the Surrealists, and from other curious sources into a patchwork that
lious spirits into the kind of group spirit that had animated prewar France.
allowed students of various temperaments to find a way forward. The only
Tàpies, along with a few other adventurous painters and sculptors, found-
artistic doctrine that Hofmann avoided derived from the Surrealists, who
ed an active and articulate group in 1948, Dau Al Set, in which he and his
greatly intrigued New York artists during the war years and who had a defin-
fellow artists wrote rebellious and sometimes Aesopian articles.
itive influence on Arshile Gorky, whose work during the war years often
Tàpies had cast extremely wide nets. Being a Catalonian, he was naturally
drew upon Surrealist imagery, such as disjointed bones (but he was also
interested in the great and extraordinarily original Majorcan philosopher
indebted to the colors and forms he had seen in the work of Kandinsky,
Ramon Llull, whose capacious mind had instigated grand travels, unusual
whom Hofmann also admired). It is not impossible that Pollock had picked
theories of language, and prodigious writings. (Somewhere I remember
up some of Hofmann’s language, such as his idea of composition as “push
reading that they amounted to more than a million pages.) At the same time,
and pull”, since he had become the lover of Lee Krasner, an attentive stu-
Tàpies was alert to postwar tendencies, summed up in the word “informal”,
dent of Hofmann’s theories.
and particularly to the prewar experiments with unorthodox painting mate-
There were other groupings in New York that remained closer to European
rials. The crusting and tearing and spattering and incising were congenial
tendencies drawn largely from the theories of Mondrian. These artists
to his temperament, and, in his long evolution as an abstract painter, he
banded together in the American Abstract Artists organization to which the
became increasingly daring, as can be seen in the magnificent large dip-
erudite and argumentative painter Ad Reinhardt adhered from 1937 to
tych in the IVAM collection.
1947. The presence of Mondrian himself in New York during the war years
If Mondrian could speak of the “human mind becoming conscious of itself”
encouraged artists drawn to the principles of neo-plasticism, although, like
(which already the ancient Greeks had conceived of, in their word noesis,
Reinhardt, they often bent Mondrian’s stern rules.
which we can translate roughly as “thought thinking itself”), the postwar
The winds of exchange became transatlantic. News of the pulsating life of
artists, among them Saura, Chillida, Millares, Kirkeby and Michaux, to name
painting (not so much sculpture, however) in postwar New York quickly
a few in this exhibition, were equally interested in making the emotions
arrived in Europe, at first largely through elaborate catalogues and maga-
apparent to the self. Their views of the nature of abstraction were far more
zines that New Yorkers, who had not experienced the devastation in
eclectic than the views of their predecessors, opening to sensory horizons
Europe, could well afford, and, shortly after, through exhibitions, such as
of an entirely new order. (I use the word “order” in its natural opposition to
that of Pollock in Paris in 1948, and traveling exhibitions such as The New
chaos, remembering that when a critic of the Biennale di Venezia wrote of
American Painting, organized by New York’s Museum of Modern Art, and
Pollock’s work as “chaotic”, he shot back a telegram: “No chaos, dammit!”)
circulating throughout Europe during 1958–59.
Perhaps, like Cendrars, most artists working in an abstract idiom nowadays
123
do not know any better than he how to arrive at the end, or at implicit goals,
“This amounts to saying that a great writer is always like a foreigner in the
but the majority of abstract artists today were born to the lingua franca of
language in which he expresses himself, even when it is his mother tongue.
abstraction, and speak it as a native tongue.
Taking things to the limit, drawing strength from a silent, unknown minority which only belongs to him. He is a foreigner in his own language: he does not mix a different language with his own language, within his language he
1 Henri Matisse, 1936, cited by Lynton, Norbert: The Story of Modern Art. London
hollows out a foreign language that did not exist before.”2 Perhaps that is
1980.
the point: the inauguration of a foreignness within what is most profoundly
2 Apollinaire, Guillaume: “Les Peintres Cubistes”. Le Temps, 14 October 1912,
part of oneself. A gesture of breaking, of transgression, the emergence of
reprinted in Breunig, L.C. (ed.): Guillaume Apollinaire: Chroniques d’Art. Paris 1960.
something which cannot be read with the codes that have been used pre-
3 Merleau-Ponty, Maurice: Signes. Paris 1960.
viously. Foreignness: estrangement. Opening up a horizon, with the atten-
4 Pinker, Steven: The Language Instinct. New York 1994.
dant risk of entering a realm of uncertainty, because it is unexplored. And
5 Baudelaire, Charles: “Delacroix, The Painter of Modern Life”, cited by Breton,
what is true for writing and what is written is also undoubtedly true for art.
André: Surrealism and Painting. New York 1972.
For art of all ages, of course, but especially for modern art.
6 Ibid.
Historiography has made many different attempts to explain the mutation
7 Matisse, Henri: “Notes d’un peintre”. La Grande Revue, Paris, 25 September 1908.
that took place in the early decades of the twentieth century, when various
8 Delaunay, Robert: Du cubisme à l’art abstrait (ed. Pierre Francastel). Paris 1958.
artists – including, pre-eminently, Kandinsky, Braque and Picasso,
9 Cendrars, Blaise: Dan Yack.
Mondrian, Malevich and Joan Miró, very soon joined by many others –
10 Paul Cézanne, letter to Charles Camoin, Aix 1904.
embarked on a visual and sculptural adventure which ultimately made the
11 Apollinaire, Guillaume: “Du sujet dans la peinture moderne”. Les Soirées de Paris,
surface of the work of art its only legitimate meaning. Art which thereafter
Feb. 1912.
only asked for attention to be directed to what was expressed in it, inde-
12 Malewitsch, Kasimir: “Die gegenstandslose Welt”. Munich 1927.
pendent of any other external reference. Thus the powerful impulse of
13 Mondrian, Piet: “Natural Reality and Abstract Reality”, 1919, cited in Michel
abstraction, by which the work of art detached itself from any objective ref-
Seuphor, Piet Mondrian. New York, n.d.
erence to a different reality, became the framework of this new language
14 Paul Klee, in Edschmid, Kasimir (ed.): Schöpferische Konfession. Berlin 1920.
hollowed out, like a foreign language, from a pre-existing language, the lan-
15 De Chirico, Giorgio: “Sull’arte metafisica”. Valori Plastici, Rome, April–May, 1919.
guage of representation. From that moment, the main category with which the essential in art had been conceived since its beginnings was revealed to be insufficient: art no longer expressed anything other than what it actually showed. There was no longer any point in asking about its meaning if that meant referring to something other than the work of art itself. Thus, in its very diverse dialects and variations, abstraction took shape as a new language which, with time, would prove to be the most radical and essential contribution of modern art. With the result that our very way of seeing art and things has changed; and its influence has even marked the artistic adventures of our age that seem furthest removed from the radical impulse of abstraction. Quite apart from the way in which even our way of looking at
THAT GREAT SILENCE IN THE FORESTS THE ADVENTURES OF ABSTRACTION
the art of the past has changed: would Goya’s El perro (The Dog) fascinate
XAVIER ANTICH
tling expressiveness of all the shades of ochre in that visionary painting,
us as it does if our eyes had not learnt from modern art to discover the starwhere the dog’s muzzle seems to be not so much appearing as on the point
Perhaps Marcel Proust was the first to sense it, in Contre Sainte-Beuve. In
of disappearing, leaving pure painting all alone?
that essay, in 1908/1909, speaking of the problem of writing, Proust recog-
It is true that, setting out from various historiographic assumptions,
nized that great writers are those who invent a new language within lan-
attempts have been made to indicate the symbolist origins of the work of
guage: almost one might say, a foreign language. They are the ones who
the most radically abstract Russian avant-garde artists, such as Kandinsky
are able to draw language away from the well-worn paths trodden by all
or Malevich, even associating it with Orthodox Byzantine religious art or
and transform it into a language that language itself finds strange and
certain kinds of popular decorative art.3 Alternatively, looking from a differ-
unrecognizable.1 And Deleuze, following Proust, provided a paraphrase:
ent perspective, particularly along the lines suggested by Robert
124
Rosenblum, a path was opened up for a reading of Abstract Expressionism
logue with it, on the basis of the need to construct a new language which,
(and thus much of modern art) in a Romantic vein, on the basis of a sup-
though rooted in other periods of the past, was to become, like Proust’s
posed updating of the notion of the sublime.4 Others, in a more phenome-
intuition of what happened with great writers, “a foreign language which did
nological vein, have emphasized the bareness and essentiality with which
not exist before”. In a radical sense, as Dore Ashton points out, it is a ques-
modern art has abstracted objective references from the work of art and,
tion of a genuine “invention” of a new language of form, with all its grammar
after a lengthy process, the beginning of which might be located some-
and syntax, which sought to reveal new truths about visual experience and
where around the time of the Impressionists, converted language itself,
which, in time, was to become a “lingua franca”. Perhaps, therefore, it may
which originally arose to refer to things and endow them with meaning, into
be more than ever necessary to go on drawing maps, to think about the
a signification that now refers only to itself.5 Each of these historiographic
break that was made in visual language, which produced a discontinuity in
options has undoubtedly made valuable contributions to thinking about the
which, in a way, we still remain. Maps that multiply the prospects for tack-
impulse of abstraction, which essentially characterizes modern art in its
ling the singularity of that break and also, perhaps especially, its profound
most diverse aspects. In fact, all of these options are fruitful when they are
connection with the atmosphere of the times, in which there was an alterna-
accepted without dogmatism, as attempts to think of the phenomenon in all
tion of the most devastating wars and the most utopian revolutions, experi-
its richness and diversity.
ences of totalitarianism and longings for emancipation, the most radical
Outstanding among the first readings of the abstract phenomenon was the
transformations of everyday life and the most indescribable catastrophes.
work with which Wilhelm Worringer obtained his doctorate at Berne
“Too much for a single generation”, as the philosopher Emmanuel Lévinas
University in 1907, Abstraction and Empathy, which was to be tremendous-
wrote in 1976, pointing out that in no other age had historical experience
ly influential. Setting out from the premise that the work of art, as an
weighed so heavily on ideas, or, at least, that the members of a single gen-
autonomous organism, has the same value as nature and has no relation-
eration had never been so conscious of that weight.6
ship with it at the deepest, most intrinsic level, Worringer highlighted the
A most essential aspect of the adventures of abstraction in the twentieth cen-
two great historical impulses in the shaping of the work of art over the cen-
tury is lost when one identifies the ousting of reality from the picture with the
turies: the impulse of empathy, based on the principle of imitation, and the
isolation of art from concern about the reality of the age. Moreover, it is well
impulse of abstraction, which in his view resulted from a great anxiety about
known that the European movements of the early avant-garde can be defined
the phenomena of the world, ultimately making even life itself a perturba-
as an attack on the separation of art from the vital praxis of human beings.7
tion of aesthetic pleasure. Hence, Worringer thought, the need to create in
Hence the anxiety to restore to art a social function which the nineteenth-cen-
the realm of art a way of seeing based on rest and repose with regard to
tury academicism had forgotten for the sake of a misunderstood autonomy.
the external world. Where the impulse of empathy drives us towards the
In many cases, criticism of form became criticism of an ideology or even crit-
world, the impulse of abstraction draws us away from it. From this perspec-
icism of a reality which art once again sought to change. The movement is
tive, it is easy to understand why, according to Worringer, the origin of mod-
quite curious and paradoxical, for in most cases the impulse of abstraction
ern art lay in a historical impulse which already existed in art. Paradoxically,
that led to the ousting from the picture surface of any reference to natural,
Worringer’s reading of abstract art ultimately made it a parenthesis with
physical objects was nourished by an acutely heightened sensitivity to the
regard to the world and all that goes on in it, so that, from this viewpoint, it
problems that characterized an age which was probably experienced as the
is hard to understand why, as the twentieth century advanced, abstract art
advent of new times. To put it more succinctly: art has seldom been so close
became the most characteristic visual grammar of our age, the one which,
to reality as when, with the early twentieth-century avant-garde, for the first
in a way, converted into artistic form the malaise that Freud was not alone
time reality was ejected from the picture. Perhaps that is really the lesson of
in seeing as characteristic of our turbulent times. For, although abstract art
the abstraction with which the twentieth century began and which marked
certainly abstracts itself from any figurative reference to nature and physi-
one of the most fascinating adventures in the art of our age.
cal objects, it does not seem that it also makes an abstraction of what hap-
For, as Aristotle pointed out centuries ago, seeing forms part of feeling and
pens in the world. Quite the contrary, in fact.
knowing, and that, he said, is why we love sight more than any of the other
That is why, with all these readings to which we have just referred, one loses
senses, because it gives us knowledge of more things. And precisely for
something – essential, in our view – of the profound connection that still
that reason, because what we see has to do with our feeling and knowing,
remains between radically abstract works of art and an age pervaded by
John Dewey said that art is a form of experience: “A primary task is thus
great utopias and sufferings no less great of every kind. And perhaps one
imposed upon one who undertakes to write upon the philosophy of the fine
loses the essential feeling of strangeness which characterizes some of the
arts. This task is to restore continuity between the refined and intensified
most radical adventures of abstraction in its singularized and at the same
forms of experience that are works of art and the everyday events, doings,
time collective effort to provide a response to the world, engaging in dia-
and sufferings that are universally recognized to constitute experience.
125
Mountain peaks do not float unsupported; they do not even just rest upon
sage on its own could be used to carry out a complete revision of the cus-
the earth. They are the earth in one of its manifest operations. It is the busi-
tomary clichés about Platonic idealism, but for our present purposes it
ness of those who are concerned with the theory of the earth, geographers
points towards an essential dimension of what already constituted the geo-
and geologists, to make this fact evident in its various implications. The the-
metrical passion of the arts among the Greeks: the fascination of form as
orist who would deal philosophically with fine art has a like task to accom-
the very sense of reality, as its most personal strength-giving character. In
plish.”8 The IVAM’s splendid abstract collection, read by Dore Ashton with
our view, in the early twentieth century, a period which had not yet gone
her customary subtlety and lucidity, invites us to evaluate the involvement
beyond Euclidean geometry, the geometry of Plato’s time, Geometrical
that the art of our age has maintained with reality, giving form to it. We shall
Abstraction shared the same conviction. Geometry as the formal nature of
follow Dewey in drawing up a kind of map, a characterization of three of the
reality, as its most characteristic language. There is nothing of pure optical-
main impulses which fuelled the adventure of abstraction in the twentieth
ity in this; on the contrary, there is an effort to intellectualize reality, that is,
century. Each of the three was connected with a specific moment in histo-
to think of it in terms of its essential structures.
ry, though the expression of them in art went further, so that they crystal-
That historical background of twenty-five centuries casts a good deal of
lized as what one might almost call three forms of abstraction, the specifici-
light when we turn out attention back to a work such as Naum Gabo’s
ty of which came from the point in history when they arose and the ideas
Square Relief (1937), a really central example of Geometrical Abstraction in
that they helped to materialize. Yet these three variants of abstraction were,
the IVAM Collection. And not only because 1937 was the very year of the
in fact, woven with the same thread that attached them to reality, to the
publication of an extraordinary document signed by Gabo (and also Ben
events and ideas from which they drew nourishment, which they helped to
Nicholson and Leslie Martin), Circle: International Survey of Constructive
make visible and to which they also, in a way, gave form.
Art. In it, Gabo wrote: “But, however long and however deep this process [referring to the period of revolutions] may go in its material destruction, it
Abstraction more geometrico
cannot deprive us any more of our optimism about the final outcome, since
The abstract impulse burst in upon the twentieth century by way of geom-
we see that in the realm of ideas we are now entering on the period of
etry, as it were. One has only to think of Malevich’s Black Square, exhibited
reconstruction.” Clearly, the geometrical abstract impulse of Constructivism
at The Last Futurist Exhibition: 0, 10 in December 1915. Cézanne had
was connected with a utopian dimension that transformed reality, which
already formulated some essential intuitions about this geometrical dimen-
arose as a reaction and an attitude towards times that were truly convulsed,
sion of modern art: “nature for us men is more depth than surface”.9 As
in which, accompanying the need to do away with the old orders, there was
Cézanne himself confessed to his friend Gasquet, it was only after he had
an equal need to establish a new social reality. Seldom in our time has the
looked at the landscape repeatedly that he was able to see it; and, in his
aesthetic impulse been so radically political. And, in the shaping of a new
view, seeing it meant being able to see its geological structure, its compo-
language to express it, geometry constituted the language of an ideal, as it
sition in planes, so that everything could be reduced to geometrical figures
did for the Greeks. Literally, the language of a new beginning.
and … colour. But Geometrical Abstraction, in the powerful form in which it
Each of the various dialects in which this first impulse was displayed had
appeared in various avant-garde movements in the early twentieth century,
its own characteristics and individual nuances, so that it is hard, if not
had an impact that went beyond its purely optical dimension. It was not
impossible, to attempt a generalization, which would inevitably prove
simply a question of stripping what was seen down to its essential structure.
vague and ambiguous. Nevertheless, in that new language there was
Nor is that really what geometry is. Perhaps we have to go much further
something that they all seem to share in some way: the search for a new
back, to the Greeks, who, it has sometimes been said, were endowed with
way of seeing based on a rediscovery of form. It was no accident that
a geometrical artistic eye, to discover something which, after all this time,
Russian Formalism was defined in those years, based on the work of
we may run the risk of overlooking. For this purpose it may be sufficient to
Shklovsky, Tynyanov and Eichenbaum, to mention only a few of the most
recall a passage in Plato’s Phaedrus, the aesthetic impact of which has
influential theorists, and that it went so far as to attribute the entire meaning
gone unnoticed (for obvious reasons: it is embedded in the middle of the
of the work of art to form, independent from any symbolism and, of course,
famous “myths” of the soul). This is what he says: “A human being must
any possibility of representation. Form (a key notion in the essential geo-
attend to what is said in accordance with its form, proceeding from many
metrical impulse: because, of course, form is what defines geometry onto-
perceptions of the senses towards a unity gathered by means of calcula-
logically) assumed for itself all possibility of meaning in the work of art. And
tion.” He must pay attention to form (eîdos is the Greek word with Plato
only form was capable of removing the automatic aspect of seeing: only
uses), discovering what is common in what has been learned by means of
form was capable of enabling us to recognize that we only see when we
sensations; but that is only possible by calculation (logismô, an unequivo-
strip sight of what we ultimately do not look at because of its reiteration. And
cal term which refers to the numerical reckoning of geometry). This pas-
removing that automatic quality also meant denaturalizing. By forcing sight
126
and reducing it to pure form, we rediscover the potential of seeing: the
utopian dreams and also by dark forebodings, which the Spanish Civil War
power of art to make us look in a different way. And, as looking is feeling
and Hitler’s ascent to power as Reichskanzler were later to confirm. But they
and, in a way, living, the new way of seeing brought with it the hope of a dif-
were years when art felt it could rewrite its alliance with everyday life: not by
ferent kind of life.
mere representation of things on canvas but rather – and hence its essen-
It is significant that, in Dore Ashton’s reading, most of the abstract works in
tially revolutionary nature – by the ability to construct a new way of seeing
the IVAM Collection up to the thirties in some way share in the legacy of
and with it a new world. Few have matched the lucidity of Siegfried Kracauer
Russian Constructivism, as is the case with Naum Gabo, Frantisek Kupka
in expressing those longings and that confidence in the powers of the lan-
(Proportions, 1934) or László Péri (Raumkonstruktion Nr. 7 [Spatial
guage of art, when he wrote in 1929, in connection with what he saw as the
Construction no. 7], 1922); or the context of the Bauhaus, such as László
downfall of Expressionism: “One hopes for what one is deprived of, and ulti-
Moholy-Nagy (Construction AI 6, 1933–34); or De Stijl, such as Georges
mately it is not too rash to pay attention to such hopes. One stands out clear-
Vantongerloo (Composition dans le cône avec couleur orange
ly above all the rest: a new shaping of reality must be synonymous with com-
[Composition in the Cone with Orange Colour], 1929) or Bart van der Leck
plete mastery of life. Life is there all the time, wallowing in a great river; in its
(Drei Grazien [Three Graces], 1933); or, in many cases, the Dada back-
essence it is more than a series of jolts, volcanic outbursts and spasmodic
ground, such as Hans Richter (Dada-Kopf [Dada Head], 1917), Raoul
convulsions. One event attaches itself, unnoticed, to another, and some
Hausmann, the “Dadasoph” (Abstrakte Bildidee [Idea for Abstract Picture],
barely perceptible movements in the depths gradually lead to transforma-
1919), Kurt Schwitters (Stempelbild [Stamp Picture], 1919; Helden des
tions which then become visible on the surface. Human destinies slowly link
Alltags [Everyday Heroes], 1930–31), Francis Picabia (Hache-Paille [Chaff-
together and everywhere the dead things of the earth silently mingle. But let
cutter], 1922), Sophie Taeuber-Arp (Composition Aubette [Aubette
there be an alteration of that precipitate presto prestissimo, the noisy rever-
Composition], 1927), Otto Freundlich (Composition, 1932) or Jean Arp
beration of Expressionism, and let an art emerge that once again attempts
(who appears here with a work which has an element of something like
to grasp the inconceivable realm of life with its elusive transitions, lovingly
Surrealist imagery: Coquille Nuage I [Shell Cloud I], 1932). The foundation-
and universally penetrating all that exists, […] an art capable of producing
al and really pioneering part played by Robert Delaunay (Relief: Rythme
that great silence of the forests and warm summer afternoons, for whose
[Relief: Rhythm], 1930–32), understanding of which is gradually increasing,
secrets we have felt – for so long already! – such painful yearning. And
and the militant quality of Jean Hélion (Équilibre [Balance], 1933), an
should we not also hope for the express shaping of the individual human
activist in the Art Concret and Abstraction-Création movements (in which
being from the creators of a new reality?”10
Arp also took part), give the works in this first section of the collection
In a letter to Raoul Hausmann (dated 2 September 1947), Kurt Schwitters
unusual power as a result of their underlying consistency. In addition to the
referred to Dichterei und Malung, which might be translated, approximate-
works already mentioned, one has only to think of the examples by Joaquín
ly, as “poeting and paintry”, a strange hybrid formed from “poetry” and
Torres-García (Objet plastique-composition [Plastic Object – Composition],
“painting”. And there was something of that in those years. Painting which
1931–34) and Julio González (La grande trompette [The Large Trumpet],
had abandoned the realms of mimesis and figurative representation that it
1932–33), and the extraordinary drawing by Alexander Calder (Ballet in
had occupied for centuries; but with that removal it did not renounce its
Four Parts [Time of each part 1–100 units], 1934–36), which seems to fore-
determination to speak and visibly show what it said, thereby reinventing its
shadow something like a stage version of his mobiles and stabiles.
own language if necessary, which is what in fact it did. Rediscovering the
The map drawn by these works offers a particular reading of the meaning
truly real quality in the power of form, to which Plato – a visionary in this as
of abstraction until the 1930s: not the map drawn by certain trends whose
in many other things – had said that we should pay attention. For, as Plato
importance we now know to have been overvalued, such as Cubism; nor
said, without attention we could not see anything.
the map described by some of the stock figures in any schoolbook, such as Malevich, Kandinsky or Mondrian. Instead, what is delineated is a con-
Abstraction in the waste land
stellation. And the appearance of the constellation has to do with the impor-
Paul Klee’s extraordinary pastel (Tisch mit Gaben [Table with Gifts], 1933)
tance of form (and, with it, geometry, however irregular and even dynamic
might well be considered the emblem of a new dialect within abstraction
it may be), which, having evicted mimetic representation from the picture,
which was to mark the decades that followed. Geometric Abstraction went
became the bearer of a new meaning which claimed a genuinely real
on its way, but at this point another foreign language – in Proust’s sense –
dimension for itself: we might almost say a transforming dimension. Or, as
crept into the language of abstraction. For, despite the bluish colouring, this
many very ambitiously said at the time, an emancipating dimension.
painting does not succeed in shaking off a sombre tone, one of immense
The panorama, from virtually the end of the First World War to the twenties
solitariness. The objects are still there, on the table which Cézanne had
and the early thirties, was undoubtedly convulsed. It was fed by powerful
conquered (an overhead view, seen from the front), but they no longer say
127
what they are or what unites them. They are all alone, beside each other, in
the sense and lost the motive of action. / And we all go with them, into the
silence, in a precarious balance that only art can prevent from being bro-
silent funeral, / Nobody’s funeral, for there is no one to bury.”
ken. But now they speak eloquently of their unequivocal destiny. Nineteen
Eliot’s lines here almost have the value of a manifesto: “cold the sense and
thirty-three was a hard year for Klee: two days after Hitler was appointed as
lost the motive of action”. The geometrical form of abstraction no longer
Chancellor, the National Socialist paper Die Rote Erde published defama-
had a new world before it. Before it there were only ruins. And in the hands
tory remarks about him and about the Düsseldorf Academy, where he was
of the most clear-sighted artists abstract art constructed a new language to
still giving classes; his home was searched by the police during his
say what has to be said when one knows that utopia is no longer possible.
absence; a law was promulgated authorizing the exclusion of all non-
The effort of reconstruction (of the world, of life, of language) was immense.
Aryans from state employment, and he was dismissed without notice; in
And in that new adventure, a tragic one because of the weight of immeas-
December he left Germany and made his way to Berne. Yet that year Klee
urable grief that it bore (Valeriano Bozal has aptly called it “the time of
painted 482 pictures. And they all show his state of mind in some way. Pure
bewilderment”),12 many participated, each in his own way. Such as Arshile
desolation. Abstraction became tinged with those “times of darkness” of
Gorky, with a gouache and pencil drawing on paper (Untitled, 1945), done
which Hannah Arendt was to speak later. The hope that, through form, art
the year before he fell into the abyss, yet still bearing with him the person-
might bring about a new way of seeing and thereby a new reality vanished.
al abyss of the time when he had fled from the genocide in Armenia: “My
In a letter at the beginning of the year, Klee wrote: “I no longer believe
art is my salvation”, he said shortly afterwards, though with little sense of
there’s anything we can do to alter things. The masses are not suited to real
conviction, as we learned later. Or Lee Krasner, with this oil painting start-
things, stupid in this respect.”11
ed the year after she married Pollock (Abstract no. 2, 1946–48), bringing us
Klee’s objects on the table, like an offering, resemble those other objects
a dull scream caught up in netlike textures which form a prison for the
which Antoine Roquentin, the central character in Jean-Paul Sartre’s
colours. It would also not be hard to see Lucio Fontana among them, with
Nausea, picked up in his hands and was no longer able to recognize. It
his various ways of destroying the picture, from Il rilievo (The Relief), 1934,
made no difference that they were ordinary, everyday items, such as a pipe,
to Crocefissione. Concetto spaziale (Crucifixion. Spatial Concept), 1959.
a fork or a glass of beer: in all of them there was something new that made
And here, too, are Esteban Vicente, in exile (Número 4 [No. 4], 1949), Antonio
them completely strange. The world had changed. Everything had ceased
Saura (Anna, 1956), Eduardo Chillida (Yunque de sueños III [Anvil of Dreams
to signify what it still signified only a short time before. Roquentin no longer
III], 1954–58), Antoni Tàpies (Gris amb cinc perforacions [Grey with Five
understood them. As he also did not understand the faces he came across
Perforations], 1958) and Manuel Millares (Cuadro 65 [Picture 65], 1959).
in the street. He did not even understand his own face: rather, it seemed to
Each, in his own way, using that abstract language as a weapon against the
him something “well below the monkey, on the fringe of the vegetable world,
dictatorship and against lack of liberty. Restoring liberty by means of a lan-
at the level of jellyfish”. As he confessed, “I live alone, entirely alone. I never
guage that was deliberately torn and full of holes, violent, shocking, fragment-
speak to anyone, never; I receive nothing, I give nothing.” There was no
ed. Against the apparent “peace” whose “twenty-five years” the General’s
longer even the possibility of an offering. It was 1938. Perhaps Paul Klee’s
regime was soon to celebrate. In it we find everything that could not be and
offering was the last one he made before “striking himself from the list”, in a
so was converted into noise. In Spain’s waste land, the ruins were still
moving painting on waxed paper, also done in 1933. At that point, Klee
declined in the present tense at that time. And abstraction fought its person-
might have subscribed to what Roquentin said later: “my place is nowhere;
al battle in that present, at a point even beyond the (then) difficult political
I am unwanted, de trop”. Abstraction was no longer fighting for the future.
positions. But it did not matter: the language of art did adopt a position. And
Klee’s angels, Messiaen’s apocalyptic angel and Benjamin’s angel would
so did artists, when they could. “I have come as a representative of other-
soon decree the end of time. Art could only wander around in a waste land,
ness,” Tàpies said in 1955, in his first public address in Santander.13
much more desolate than the one that T.S. Eliot had imagined in 1922.
Like Vladimir and Estragon in Samuel Beckett’s Waiting for Godot (1955),
And in Eliot’s Four Quartets, published between 1936 and 1942, perhaps
none of them really knew whether to turn up the next day with a rope with
we can read something of what we begin to discern with Klee: “I can only
which to hang themselves; or whether they could be saved if Godot finally
say, there we have been: but I cannot say where”. Or even: “They all go into
arrived. The waiting went on for years. For two whole decades.
the dark, / The vacant interstellar spaces, the vacant into the vacant, / The captains, merchant bankers, eminent men of letters, / The generous
Abstraction and the words which still remained
patrons of art, the statesmen and the rulers, / Distinguished civil servants,
The third section of the collection marks a different time, a further variation
chairmen of many committees, / Industrial lords and petty contractors, all
within the same language. Another aim for abstraction. And, in our view, that
go into the dark, / And dark the Sun and Moon, and the Almanach de Gotha
aim ultimately coincided with the so-called “linguistic turn” in the realm of
/ And the Stock Exchange Gazette, the Directory of Directors, / And cold
theoretical thinking, with its awareness of “speech acts” and the performa-
128
tive nature of language. Abstraction also turned towards itself as language,
In the poem we read: mon adolescence était si ardente et si folle / Que mon
while not forgetting that with every gesture it was remaking the world.
coeur tour à tour brûlait comme le temple d’Éphèse ou comme la Place
In the book Pido la paz y la palabra, in 1955, Blas de Otero wrote some
Rouge / de Moscou quand le soleil se couche. / Et mes yeux éclairaient des
lines which became a banner: “Though I lost life and time and everything,
voies anciennes. / Et j’étais déjà si mauvais poète / Que je ne savais pas
/ which I tossed away like a ring into the water, / though I lost my voice in
aller jusqu’au bout.15 This was in 1913, at the beginning of everything. Je
the thickets, words still remain. / Though I suffered hunger and thirst, all /
pressentais la venue du grand Christ rouge de la révolution russe… / Et le
that was mine and that turned out to be nothing, / though I reaped shadows
soleil était une mauvaise plaie / Qui s’ouvrait comme un brasier.16 All the
in silence, / words still remain.” The words that remained were all that we
hopes with which the adventure of abstraction began are here. And all the
still had. The fact that everything had now become a question of language
forebodings, too.
meant a great deal. Perhaps everything.
Also, in the same way that some poets then cherished the aspiration that
At this point, when we look we have to read, in the work of Henri Michaux
their poems would be looked at as one looks at a painting (Cendrars him-
(Untitled, 1961), Hans Hofmann (Scintillating Red, 1962), Pierre Soulages
self and, of course, Apollinaire, who wrote Et moi aussi je suis peintre),
(Peinture, 11 juillet 1965 [Painting, 11 July 1965], 1965), Richard Serra (Prop,
Sonia and Robert Delaunay also aspired, like many other artists, to paint
1968) and Sean Scully (Passenger Brown White, 1998). And also Carmen
pictures that would be read as one reads a poem. Schwitters, too, as we
Calvo (Serie Paisajes (Recopilación) [Landscape Series (Compilation)],
have already said: Dichterei und Malung. Abstraction draws attention
1977), Albert Ràfols-Casamada (Camí de nit [Path by Night], 1990–91) and
towards pure painting as poetry does with language. To discover that
José María Sicilia (Sin título I [Untitled I], 1990). In all of them, and for the
everything is there. In sight. Awaiting us. La Prose du Transsibérien takes
thinkers who are strictly contemporary with them, language is no longer a
us on that journey. A train journey.
mere instrument for naming something outside language; it has a constitu-
And I want to connect it with another train journey. In March 1923, Joseph
tive role in our relationship with the world, for in a way it makes it what it is
Roth published a beautiful and terrifying article in the Berliner Börsen-
for us. We are through what we say, and the mesh of what we say makes us
Courier. This is how it began: “Passengers with heavy loads take their place
what we are and what we can become with others. Hence the importance of
in the very last cars of our endless trains, alongside ‘Passengers with Dogs’
language for making a common space possible. In an essay in 1983 Hans-
and ‘War Invalids’. The last car is the one that rattles around the most; its
Georg Gadamer wrote: “It still seems to me to be true that language is not
doors close badly, and its windows are not sealed, and are sometimes bro-
only the home of being but also the home of the human being, and in it he
ken and stuffed with brown paper. It’s not chance but destiny that makes a
lives and settles and finds himself in himself, and finds himself in otherness,
person into a passenger with heavy baggage. War invalids were made by
and the most welcoming room in that house is the room of poetry and art. It
exploding shells, whose destructive effect was not calculation but such infi-
is in listening to what something says to us, and in letting it speak to us, that
nite randomness that it was bound to be destructive. To take a dog with us
we find the highest challenge that the human being sets out to accomplish.
or not is an expression of personal freedom. But being a passenger with
Remembering this for oneself is the most intimate concern of each individ-
heavy baggage is a full-time occupation. Even without a load, he would still
ual. Doing so convincingly for everyone is the mission of philosophy.”14 The
be a passenger with heavy baggage. He belongs to a particular type of
mission of art, too, I venture to suggest.
human being – and the sign on the car window is less a piece of railway terminology than a philosophical definition.”17
Passengers with heavy baggage
Perhaps we are all passengers with heavy baggage. And of all the items that
I wish to end these reflections with the work which, chronologically, comes
we carry with us, abstract art is one of the ones that define us best.
at the beginning of Dore Ashton’s selection from the IVAM Collection. It is a
Sometimes, perhaps, we are not very sure what to do with them. Sometimes,
work dated 1913, by the Russian artist Sonia Terk, by then married to
perhaps, nobody is sure what to do with them. Maybe they are no longer
Delaunay and therefore also bearing that surname. It is a poème affiche or
useful to us, to anyone, for the purpose for which they were useful to those
picture book, perhaps the “first simultaneous book in history”, as Robert
who set out with them when the train started moving. But our destiny lies with
Delaunay said. It is La Prose du Transsibérien et de la Petite Jehanne de
them. They now form part of us. We are, in a way, what they say.
France (The Prose of the Trans-Siberian and of Little Jeanne of France), by
Perhaps, as we look back and retrace the adventure of abstract art in our
Sonia Delaunay Terk, based on the poem by Blaise Cendrars. It is undeni-
time, we may be able to discover that we, too, all of us, are passengers with
ably one of the most famous illustrated books of the twentieth century. The
luggage, carrying baggage which is due to the destiny of our age. It is not
poet confesses something to which Sonia Delaunay Terk might also have
a matter of personal taste. Or even of aesthetics. It is, as Roth said, “a philo-
subscribed: “I do not dip my pen into ink but into the river of life”. And there-
sophical definition”. The language that we speak. Our most personal for-
fore all the prismatic simultaneity of modern life appears in this work.
eignness.
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1 Proust, Marcel: Contra Sainte-Beuve. Tusquets, Barcelona 2005.
(ed.): Sobre Cézanne. Conversaciones y testimonios. Gustavo Gili, Barcelona 1980.
2 Deleuze, Gilles: Crítica y clínica. Anagrama, Barcelona 1996, p. 153.
10 Kracauer, Siegfried: Estética sin territorio. Colegio Oficial de Aparejadores y
3 A recent examination of this area can be found in Faxedas, M. Lluïsa: Del sim-
Arquitectos Técnicos de la Región de Murcia, Murcia 2006, pp. 57–58. 11 Klee, Felix (ed.): Paul Klee – Briefe an die Familie, 1893–1940. DuMont, Cologne
bolisme a l’abstracció. L’ideal de la unitat de les arts en l’obra de Kandinsky i Mondrian, 1886–1936. Universitat de Girona, Girona 2007.
1979, p. 1225. 12 See Bozal, Valeriano: El tiempo del estupor. La pintura europea tras la Segunda
4 See Rosenblum, Robert: La pintura moderna y la tradición del romanticismo nórdi-
co. Alianza, Madrid 1993. Rosenblum concludes by speaking of a “theological sec-
Guerra Mundial. Siruela, Madrid 2004.
tor” of Abstract Expressionism and of an abstract tradition with Romantic origins,
13 Tàpies, Antoni: “La otra pintura”. Cuadernos Hispano-Americanos, no. 70, 1955,
described as “transcendental abstraction”. On Rosenblum’s reading, see Solana,
p. 15.
Guillermo: “Rosenblum y los orígenes románticos de la abstracción”, in El arte
14 Gadamer, Hans-Georg: La herencia de Europa. Ensayos. Península, Barcelona
abstracto. Los dominios de lo invisible. Fundación Mapfre, Madrid 2005.
1990, p. 156.
5 We have discussed this reading in various texts: Antich, Xavier: “Impressionisme i
15 “my adolescence was so ardent and insane that my heart blazed alternately like
Fenomenologia”. D’humanitats, no. 6, 1999, pp. 113–123, and “La pintura pura. La
the temple of Ephesus or like the Red Square in Moscow when the sun is setting. And
conquista de la pura visualidad” in ¿Qué es el arte moderno? 12 conceptos funda-
my eyes shone on old pathways. And I was such a bad poet that I was unable to fol-
mentales. Fundación Mapfre, Madrid 2008.
low things through to the end.”
6 Lévinas, Emmanuel: Noms propres. Fata Morgana, Paris 1976, p. 8.
16 “I sensed the coming of the great red Christ of the Russian Revolution … and the
7 See Bürger, Peter: Teoría de la vanguardia. Península, Barcelona 1987.
sun was a huge wound gaping like an inferno”.
8 Dewey, John: Art as Experience. Perigee, New York 1959, pp. 1–2.
17 Roth, Joseph: What I Saw: Reports from Berlin 1920–1933. W.W. Norton, New York
9 Gasquet, J.: “Las cosas que me dijo… (fragmento de Paul Cézanne)”, in Doran, M.
2002, p. 93.
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