Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Willis Aracena SÁBADO 14.01.2017
ESCRIBE FERNANDO I.
Aristóteles y la ruptura de Federico Nietzsche /P2 EL GUSTO: ¿Es normativo o arbitrario?
La estética de la época moderna puede distinguirse de toda suerte de tentativas anteriores en que ella habrá de definirse como una doctrina del gusto. No obstante, a todo ello le falta aún una presuposición fundamental: la de un sujeto estético específico. Página 6
Una brevísima historia del arroz
Ya sabemos que el arroz llegó a América en el segundo viaje de Colón y que distintos cronistas dieron noticias de la presencia del grano como uno de los alimentos de la Isla. Hugo Tolentino presenta el origen del arroz en España anterior al descubrimiento y nos habla de que Colón lo conocía... Página 3
¡DIONISIO BLANCO
¿Fin de la HISTORIA? PÁGINA 4
Cifras y Tiempos del Dibujo Los dibujos más recientes (2016) que integran la muestra se constituyen en verdaderas revelaciones del diálogo lúdico y lúcido que Dionisio Blanco llega a ensayar a partir de su íntima exploración y celebración de los códigos visuales, el lenguaje abstracto-geométrico y los postulados estético-filosóficos del inmortal artista Paul Giudicelli. Página 8
HOY
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Sábado 14 de enero de 2017
Zona Areíto Areito
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Octavio Paz (Poeta y ensayista mexicano) El estratega desea alcanzar la victoria, el poeta componer un himno de insuperable belleza, el ceramista fabricar ánforas perfectas, el comerciante acumular bienes y dinero. ¿Y qué desea el amante? Busca la belleza, la hermosura humana.
Aristóteles y la ruptura de Federico Nietzsche
Fernando I. Ferrán
E
n otro momento he sostenido que la filosofía occidental, extendida hasta Schopenhauer, dista de ser algo más que una apostilla de Aristóteles. Pero de inmediato advertí que ser tal apostilla no significa que no haya contradicciones y hasta contrariedades. Es más, existe una ruptura radical, profunda, visceral y a mi entender irreversible del pensamiento occidental con el aristotélico y con sus múltiples variantes y reapariciones a lo largo de los últimos 24 siglos de historia en Occidente. Nietzsche. Esa ruptura no se la debemos ni a la Edad Media, ni a la Aufklärung y el yo consciente de sí mismo de la modernidad, ni al idealismo o algún otro ismo posterior. La ruptura irrumpe en este gran teatro del mundo con la expresión poética de Federico Nietzsche (1844-1900), verdadero heredero de la genial intuición volitiva de Schopenhauer. Según Nietzsche, para acabar con todo el engaño que entraña la vieja civilización judeocristiana del mundo occidental, basta filosofar con una mandarria. Lejos de reflexionar con una moral de esclavos, sumida en sus propias razones, soliloquios y genuflexiones, hay que apelar a la voluntad de un superhombre irreverente, entronizado por su imaginación y poder. En efecto, según él la cultura occidental está viciada desde su mismo origen, cuando intentó instaurar la racionalidad a toda costa. Los unos amparados por el “estatismo del ser” (Parménides), los otros por la idea del “bien en sí” (Platón) y todos los demás por el engendro de la “lógica” (Aristóteles). A esa conclusión llega el filósofo y gran maestro de la sospecha a través de la distinción de dos principios fundamentales,
el apolíneo y el dionisíaco. Los dos dioses griegos, Apolo y Dionisio, son los representantes de tan original visión. Apolo representa la serenidad, claridad, la medida y el racionalismo, es la imagen clásica de Grecia. Dionisio, sin embargo, es lo impulsivo, lo excesivo, lo desbordante y delirante, la afirmación de la vida, el erotismo y la orgía como culminación de este afán de vivir, es decir sí a la vida a pesar de todos sus dolores. La influencia de Schopenhauer cambia de signo y en lugar de la negación de la voluntad de vivir, Nietzsche pone esa voluntad en el centro de su pensamiento. Transpuesta esa intuición al mundo intelectual, el proceso de formación de un concepto supone para él que una sensación pasa a una imagen mediante una metáfora intuitiva, y de la imagen se pasa al concepto mediante la fijación de esta metáfora. Por tanto, el lenguaje tiene un valor metafórico. Resulta de un proceso creativo y estético, y su validez es relativa. No permite captar la verdad de una forma absoluta, sino tan solo dejar atrás el caos que produce en nuestra mente el intento de cernir aquello que es de por sí indefinidamente cambiante. A partir de esa contraposición radical entre concepto y metáfora, Nietzsche concluye que toda la filosofía occidental se limitó a reprimir los planteamientos dionisíacos para ofrecer una visión apolínea del mundo. Para asumir su discurso y exponer la perspectiva dionisíaca, Nietzsche adversa el principio de la individualización. Ese principio fue expresado en el platonismo por la idea del uno, posteriormente Aristóteles la pasó a la substancia individual y el cristianismo la condujo por obra y gracia de la transubstanciación a la idea de Dios. Si negamos a Dios, --que ha
muerto porque nosotros lo matamos, --paradójicamente--, a pesar de tanta sumisión servil de nuestra parte--, negamos los ideales apolíneos y afirmamos la infinita multiplicidad dionisíaca, de tal manera que cada quien pueda expresar su propia verdad y adorar sus propios dioses. Surge así, no la unidad del individuo sino una diversidad de ellos sin unidad ni sentido ni conexión ni orden preestablecido capaz de sojuzgar la voluntad y la imaginación. El nihilismo. La cultura europea se agota así en su propia decadencia monoteísta y uniforme. Y eso así por una sencilla razón: dicha civilización únicamente se sustenta en el monólogo de una empobrecida razón carente de vigor y dependiente de una moral teológica asentada en la presión que ejerce en las instituciones por su carácter normativo más que “aspiracional” (Bergson). Como remedio, Nietzsche propone extirparle su racionalismo y valores falsos y devolverle entonces el vigor perdido por medio de una transmutación de todos los valores. Es esa intuición la que conduce al nihilismo. Ese nihilismo que desvaloriza los más altos valores no consiste en una teoría filosófica o en una proposición teórica, o en el mero reemplazo de algún concepto de unidad por la incontenible fuerza de la vida, sino un movimiento propio de nuestra cultura que diluye la causalidad y la finalidad como fuentes de explicación y de sentido de cada deseo, de toda acción humana y de la misma historia. A todas luces, estamos en las antípodas del ser racional y social de Aristóteles y de todas y cada una de sus transmutaciones ulteriores en la historia de la civilización occidental.
LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado
1897
NACIÓ EL 16 DE ENERO. Carlos Pellicer, el poeta mexicano de más amplio registro y mayor intensidad de la primera mitad del siglo XX. Premio Nacional de Literatura, destaca su obra “Colores en el mar y otros poemas”.
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1982
FALLECIÓ EL 16 DE ENERO. Ramón J. Sender, escritor español, autor de obras tan conocidas como “Requiem por un campesino español” o “Crónica del Alba”.
1600
NACIÓ EL 17 DE ENERO. Pedro Calderón de la Barca, dramaturgo español, llamado el ingenio del siglo de oro, autor de “La vida es sueño”, por nombrar una sola de sus obras.
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1860
NACIÓ EL 17 DE ENERO. Antón Pávlovich Chéjov, dramaturgo ruso, uno de los más importantes escritores de cuentos de la historia de la literatura. “Tio Vania”, es su obra más popular.
2002
MURIÓ EL 17 DE ENERO. Camilo José Cela, prosista español, miembro de la Real Academia Española. Premio Nobel, premio Príncipe de Asturias, premio Cervantes. Autor de “La Colmena, “La Familia de Pascual Duarte” o “San Camilo”, entre otras muchas.
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1873
FALLECIÓ EL 18 DE ENERO. Edward G. Bulwer-Lytton, prosista británico, autor de la novela “Los últimos días de Pompeya”.
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HOY
Aporte
Una brevísima historia del arroz
y su consumo en Santo Domingo
Entender los procesos que dan origen a una cocina dominicana, a la manera de alimentarse del colectivo ubicado en esta isla, hace que apelemos, una vez más, a la historia y al panorama para, en línea diacrónica, llegar a los puntos de mayor presencia de los discursos gastronómicos. Buscamos establecer una o dos ideas que nos parecen sumamente firmes para esclarecer el asunto original, desde cuándo y en qué circunstancias ciertas prácticas fueron tan abundantes que nos dieron un discurso nacional sobre la comida dominicana.
MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN
Y
a sabemos que el arroz llegó a América en el segundo viaje de Colón y que distintos cronistas dieron noticias de la presencia del grano como uno de los alimentos de la Isla. Hugo Tolentino presenta el origen del arroz en España anterior al descubrimiento y nos habla de que Colón lo conocía por sus viajes costeros en el continente africano. Herrera da cuenta de que Magallanes en su periplo lo encuentra luego en Filipinas y que muchos pueblos recibían a los peninsulares con este cereal que era su bastimento. Luego de narrar la muerte de Magallanes, dice que la isla de Burney “es grande rica, i abundante de arroz” (Herrera, “Descripción”, 56). Sobre la Isla Española señala el cronista mayor: “no tiene trigo, ni vino, aunque en las partes más frías dicen que se ha comenzado á coger, i también cebada, i arroz” (Herrera, 1496). Nuestra primera tesis sobre el consumo de arroz es que su cultivo no estaba muy extendido en la isla y que por muchas razones no se había difundido hasta el extremo de constituir un plato nacional (entiéndase un plato que suma la predilección y el consenso de todas las regiones de la República) y que no había ascendido al discurso sobre lo nacional que construyen las principales voces del periodo republicano. Dice Sánchez Valverde: “Dentro del mismo distrito hay otros Molinos que llamamos Trapiches, los quales sólo trabajan mieles. Tenemos otras Posesiones a que se da el nombre de Estancias, ocupadas en sembrar maíz, arroz, yuca, de que se hace el pan de Cazave, y otras raíces, legumbres y menestras” (“Ideas”, 1947, 181). Anota Fray Cipriano de Utrera en “Ideas del valor de la Isla Española” de Sánchez Valverde que “careció de importancia, como antes se desatendió una disposición real de 11 de marzo de 1563, que impuso a los Oidores que asistiesen con su protección a los cultivadores del arroz y del algodón, porque se hacían muy caras las remesas a Sevilla. AGI, Santo Domingo 60; 868, Libro III: 899. (FCU)” (“Ideas”, 62). En el proceso de anexión encontramos que una de las motivaciones que tuvieron los españoles para comprar la oferta de Santana y sus acólitos fue la posibilidad de sembrar arroz en la zona aledaña de Samaná. Ya el texto español representa una ubicación histórica del cultivo del grano. Es Francisco Gregorio Billini, quien había dado voz al sancocho, quien en la década de 1880 habla de
la necesidad del cultivo del arroz: “Abogamos en nombre del agricultor, del pequeño propietario; éste es el que más necesita de que la ley lo proteja; porque en él está vinculada la solución de uno de los grandes problemas económicos de la República, el de los frutos menores y productos alimenticios que aún pedimos al extranjero...En este mismo periódico se ha llamado varias veces la atención acerca de esta anomalía: introducir con grandes sacrificios del exterior, legumbres y granos como arroz, habichuelas, garbanzos, cebollas, papas, etc. que podemos producir mejor y más barato en nuestra tierra. Y ¿sabéis por qué no puede el pequeño agricultor entregarse a esos cultivos remunerados?” (Billini 2, 218). Lo que plantea una carencia. En “Historia del Caribe” Moya Pons sostiene que en esa época la forma de alimentación tradicional estaba en tránsito hacia prácticas que incluyen el arroz. Todo parece indicar que el arroz comenzó a tener una mayor demanda en los últimos años del régimen de Lilís y que a la vez que crecía la producción esta no era suficiente para el consumo
El mismo autor escribe, tiempos después: “También el cultivo constante de los frutos menores sería una fuente de prosperidad no pequeña para la República. Si se poblaran esos campos muertos en que ha dejado impresa su huella, la mano del trabajo improductivo, por desgraciadas causas, o esos baldíos, o esas llanuras, o esas fertilísimas laderas, del pródigo plátano, como un tiempo, del rubio arroz, del maíz previsor, de la yuca, el ñame y el boniato, del rojo y común grano y de la blanca judía, del verde guandul, émulo del francés petitpois, y de igual manera, ahí con todos ellos compitieran los de extraños climas como son la patata, la cebolla, el repollo y otras legumbres y otros granos sabrosos; ¿habría necesidad de traer de otras tierras malos artículos alimenticios, y de que sufriéramos verdadera hambre, como hoy día, ni que tuviéramos que conformarnos
con un mal bocado, cuando tan variados y suculentos manjares podría darnos la tierra codiciosa en que habitamos, no más que con un leve esfuerzo nuestro?” (Billini 3, 43). Sabemos que los procesos de modernización que se iniciaron bajo la tiranía de Ulises Heureaux posibilitaron el desarrollo de una pequeña sociedad de consumo, que el tren comunicó las zonas arroceras y el arroz comenzó a difundirse por todas las regiones del país y el locrio o el arroz con guandules vino a ser un plato distinguido en la mesa dominicana. Esto se puede sostener con el hecho que dentro de la pobreza que encontró José Martí en Montecristi cuando firmó, junto a Máximo Gómez, los acuerdos de Montecristi, en esa ciudad se le brindó un rico locrio. Que no debía ser de gusto lejano del patriota cubano, pues en Cuba el arroz ha dado su famoso plato arroz con congrí. Ya en Cuba había varias provincias donde se producía el cereal (véase “Crónica general de España”, 1871). José Ramón Abad en “República Dominicana Reseña General Geográfico-Estadística”, 1889 dice que el arroz apenas se cultivaba en el país siendo un producto de mucha demanda. Añade que son las clases inferiores los que más lo consumen a pesar de los precios, pues si se depende del arroz importado. Aconseja su siembra extensiva, pero usando métodos modernos y más racionales. Pensaba que si dependíamos del mercado exterior íbamos a caer presa de las veleidades de otros países. De ahí que su discurso agropecuario resulte muy interesante (Abad, 1889, 330-331). Todo parece indicar que el arroz comenzó a tener una mayor demanda en los últimos años del régimen de Lilís y que a la vez que crecía la producción esta no era suficiente para el consumo. La cifra de las importaciones que nos da Emiliano Tejera muestran la base de su sorpresa, lógicamente parecía que comparábamos un producto que podíamos producir. Lo que no se plantea el historiador es que resultaba más barato comprar en el extranjero que transportar el nuestro o no teníamos la infraestructura para hacerlo entonces. Aunque hay que agregar que posiblemente un barco español vendiera entonces arroz de Valencia. Esta embarcación la hemos encontrado en los registros de Puerto Rico. Y como había barcos mercantes que tocaban las tres Antillas mayores, es posible que el aumento de la importación de arroz se debiera entre otras cosas a un aumento de la oferta en el muelle de Santo Domingo.
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do
Blanes. Cuna de los Pou Joan M. Ferrer Rodríguez
Encuentros
HOY
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ara fines de este ensayo, es igualmente importante aclarar que Joan Pou Bombi, el próximo de la lista, ejerció los oficios de bracero, trajinante y molinero y tomó por esposa, el 2 de septiembre de 1696, en el templo de referencia, a María Carlas, hija legítima del bracero Joan Carlas/Carles y de su esposa María Vieta. Fueron sus hijos: Francisco Joseph, Joan March Joseph, que continúa y María Rosa Margarida Pou Carlas. Por otra parte, Joan otorgó testamento ante el doctor Joan Mora y fue inhumado el veintinueve de abril 1754 (Referencia: Santa María de Blanes - OBITOS L. V 1753-1781 fol. 44) Su cónyuge, en cambio, murió ab intestato y fue enterrada el 25 de agosto de 1758. Pues bien, el segundo génito, Joan March Joseph Pou Carlas, cuyo bautismo se encuentra inscrito al folio 50 del libro correspondiente (1713-1746) recibió el sacramento primigenio a diecisiete días del mes de abril de 1715 y fue conocido por sus contemporáneos por el segundo de sus nombres de pila. Señalado indistintamente en los inventarios como trabajador y negociante, maridó, el 6 de febrero de 1738, con
María Anna Josepha Christina Ferrer, hija del molinero Ramón Ferrer y de María Giralt, siendo desposados por Joseph Alemany, beneficiado de la parroquia de Santa María, ante los testigos Salvador Pou, negociante y Dionis Pou, pescador, según se desprende de la lectura íntegra de la partida inserta en los folios 63 y 64 del libro de matrimonios marcado con el núm. 5 (1730-1771). Su testamento pasó ante el notario Joseph Rovira, falleció el 28 de mayo de 1785 y se enterró al día siguiente, en el camposanto adosado a la iglesia local. Su viuda, aquejada de una apoplejía, expiró dos años más tarde, el 28 de octubre de 1790. Por lo demás, fueron hijos suyos y sucesores: Joan March Joseph, Joseph Joan March, María Christina Magdalena, María Antonia Margarida, Margarida Geltrudis Rosa, Julia Sagimon Ramón y Francesch Joseph Julia Pou Ferrer, de quien se hablará en un próximo epígrafe. Por lo visto, Francesch Pou Ferrer nació el 20 de marzo de 1750 y recibió su bautismo de aguas tan solo dos días después. Celebró un primer matrimonio, en fecha desconocida, con María Rabassa, hija de Joan Rabassa, pagés, natural de Tordera y de su esposa Margarida Moré. Dicho esto, solo resta agregar que la coyunda procreó un hijo de nombre Joan Pou Rabassa, a quien suponemos unigénito, bautizado a veinticuatro de junio de 1773. Instituto Dominicano de Genealogía
MU-KIEN ADRIANA SANG
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¿Fin de la Historia?, 1 Pregunté al tiempo, ¿Dónde está el final del camino? no tengo la respuesta, yo solo sé caminar tu respuesta la tiene solamente el destino búscalo en tu alma, ahí lo podrás encontrar Muy oculto en un rincón triste y obscuro lo pude al fin hallar, y lo mismo preguntar ¿dónde está el final del camino? no tengo la respuesta, yo solo sé llevar si le preguntas a la vida, ella lo podría aclarar Y a la vida le hice también, la misma cuestión, no puedo decirte lo que tú quieres saber yo solo soy la energía que te permite mover ni el final ni el principio son de mi decisión el futuro, es el que tu duda puede resolver… Decidido a encontrar la respuesta real al futuro pregunté si sabía donde está el final Eso no lo hallarás dentro de una bola de cristal y la respuesta solo sería intención de adivinar intenta con la muerte para tus dudas despejar Como la última de las opciones le dirigí a la muerte la pregunta sin respuesta que me atormentaba para saberlo ahora mismo, no tienes tanta suerte solo te queda esperar, me dijo muy sonriente mientras con sus cuencas vacías me miraba… Solo espera un poco… un poco nada más, Autor: Mortaliss
A
principios del mes de diciembre del año pasado, mi esposo Rafael y yo nos pasamos 8 días en La Habana. Constatar los resultados del socialismo real, la penetración acelerada del capitalismo, el deseo del pueblo cubano de tener cosas, después de décadas de carencias y limitaciones, nos obligaron a pensar, re pensar, reflexionar sobre el devenir de la historia. Me costó ver cómo se desgarraba, destrozaba en pedazos la utopía revolucionaria del cambio. Constaté que la igualdad buscada y soñada se hizo hacia abajo, todo el mundo pobre; pero constaté también que los dueños de la situación se convirtieron en una privilegiada casta que disfrutaba de la abundancia, mientras el pueblo sufría, y buscaba la mejor salida a su situación: la huida hacia otros lares, en búsqueda de menor fortuna. Ese viaje a Cuba me retrotrajo a mi infancia y adolescencia. Mi padre había vuelto a China después que se casó con mi madre en el año 1947. Pensaba en formar su familia en su amada aldea, pero de repente se desató la guerra sin cuartel entre Mao Zedong y Chaing Kai She. Tuvieron que regresar en 1949. Se convirtió en un hombre apasionadamente anti comunista, pues decía que el pueblo chino sufría profundamente, que su signo era el hambre y la desesperación, por esta razón, partía, huía a cualquier parte para sobrevivir en cualquier tierra que lo acogiese. Recordé las charlas-monólogos de papá hablando sin descansar sobre el terrible peligro del comunismo. Unas palabras que eran escuchadas por sus hijos, algunos de los cuales éramos jóvenes rebeldes, soñadores, utópicos, que creíamos en las bondades de un mundo que afirmaba sería mejor. Él, papá, lo sabía, y ahora adulta, habiendo partido hace ya 29 años, entiendo que su insistencia era una manera sabia de persuadirnos. Después de una larga y dolorosa “Guerra Fría”, que en la realidad era muy caliente; del desarrollo de una economía armamentista que puso al mundo en vilo. Lo cierto es que el socialismo mundial se resquebrajó. La utopía revolucionaria en la antigua Unión Soviética y todos sus satélites se desintegró con la llamada Perestroika. Hoy Rusia, con Putín a la cabeza, intenta recuperar el poderío perdido. En China, aunque existe el control del partido, la economía de mercado se ha hecho dueña, y de pobreza, se ha convertido en poco tiempo en una verdadera potencia construida sobre el híbrido capitalismo en la economía y la dictadura del partido. Se unieron las dos Alemanias, el muro de Berlín fue destruido, que era el símbolo de la división. Y mientras el socialismo se resquebrajaba y desaparecía, Cuba se aferraba a su posición. Y comenzó lo que ellos denominan “la época e s p e c i a l” de finales de los 80 y toda la década del 90, que en realidad fue una crisis económica cuando le quitaron la inyección de sobrevivencia que provenía de la Unión Soviética.
Como dije al inicio de este artículo, al visitar Cuba y constatar que su discurso identitario antiimperialista, ha perdido sentido, aunque se aferren hoy a una ideología desgastada y retomada con la muerte de Fidel. Entonces recordé el polémico libro publicado en la década de los 90, que nos dejó a todos boquiabiertos. Me refiero a Francis Fukuyama, el profesor universitario, influyente politólogo de los Estados Unidos, y de origen japonés, cuyo libro “El fin de la historia y el último hombre”, fue publicado por Free Press en 1992. Su impacto fue tan grande que casi de inmediato fue traducido a más de 20 idiomas. Su libro más reciente es “Los orígenes del orden político” –Theorigins of politicalorder-, publicado en abril de 2011. El segundo volumen fue publicado en noviembre del 2014, cuyo título es Political Order and PoliticalDecay. Cuando el libro salió a la luz pública, lo compré y devoré de inmediato. Incluso le pedí a los estudiantes que lo compraran y hasta lo asigné como lectura obligatoria en la clase de Historia de las Ideas Políticas. Las ideas tan críticas, generaron reacciones de un lado y otro. Hoy, 25 años después de su publicación todavía tienen vigencia muchas de sus ideas. Francis Fukuyama escribió el libro que lo llevó a la fama “El fin de la Historia y el último hombre” en 1992. Primero salió como artículo, y al ver el impacto, amplió su contenido y publicó en forma de libro. Plantea que en la historia humana concluyó la lucha entre las ideologías. Gracias al triunfo en la política y economía de libre mercado, que ganó la batalla tras el fin de la Guerra Fría. El autor demuestra una gran formación. Buscó en los clásicos para organizar sus ideas. Recurrió a la idea del Thymos socrático, en el idealismo alemán, en Hegel, idealista alemán, y en alguno de sus exégetas del siglo XX, como Alexandre Kojève. Su punto principal es que ante el fracaso del socialismo y el capitalismo, lo único que le queda a la humanidad es el capitalismo, la economía de mercado. Y el punto más interesante es que para Fukuyama las ideologías ya no eran necesarias, pues la economía es la guía de todo y han sido sustituidas por la Economía. En "El fin de la Historia y el último hombre", Fukuyama intenta enfrentar toda la teoría marxista, especialmente al materialismo histórico, y se regodea afirmando que tanto en Rusia como en China había triunfado la economía de mercado. Se agotó el tiempo. Sobre este tema intento desarrollar una serie. Hasta la próxima.
De Señal a Señal
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PARIS JE T´AIME
No se trata de expresar un sentimiento publicitado en una camiseta de recuerdos con un corazón rosado o una estampa de la Torre Eiffel. He caminado de nuevo durante tres semanas todo mi París, el que no cambio por ninguna otra ciudad, sin dejar de amar a muchas, porque las ciudades son el alma callada y confidencial de la Humanidad, y nos ofrecen siempre sus secretos, depende de nosotros saberlos encontrar...
DELIA BLANCO
P
or encima de los acontecimientos sucedidos el año pasado en la sala de fiestas y conciertos “El Bataclán”, y los demás actos terroristas como el recién sucedido en Berlín, París sigue perfumada de libertad ciudadana. Hemos caminado las avenidas a todas las horas del día y de la noche, tanto en los barrios chics, como en los populares y sentimos la fuerza de ser parisina de nuevo, de salir cerca de Belleville, y tomarnos un té con menta bien azucarado y deleitarnos con un lukum en una pastelería armenia y turca, para luego, entrar al cementerio de Pére Lachaise, y volver a recogernos míticamente ante la memoria de Edith Piaf, para deslizar sonrisas de invierno con los presentes portadores de una rosa roja, por supuesto, para la voz más dramática del cancionero francés contemporáneo. El frío nos animó los pasos y de café en café, de bistrot en bistrot, las horas se sucedían con el ánimo encendido por los planteamientos filosóficos del momento sobre la situación de la civilización humana...y los puntitos significan el pragmatismo de un amigo evocando cuánto le cuesta adjuntar el adjetivo al substantivo...Hablamos de civilización horas y horas y el recuento fue largo y celebrado por algunas y algunos con más de cinco cafés créme, exquisitos cortaditos franceses que se beben en el mostrador, mientras otros repiten en el ...balón de rouge...copa de tinto, Bordeaux, Bourgogne o, el que usted decida, porque en una barra parisina todos los vinos en copa son posibles. El hecho es que la necesidad de civilización se cuestiona permanentemente, y que Francia es todavía un país donde la filosofía es necesaria en los lugares abiertos. Pero es también un país donde el filósofo académico hace y provoca opinión pública, y si no has leído el último libro o por lo menos la prensa, sea cual sea su orientación de ideas, le ofrece espacio a los intelectuales. Esta semana se ha comentado una entrevista al filósofo Michel Onfray, que plantea de nuevo el concepto de la decadencia en la civilización occidental...substantivo que provoca reacciones de calle y de salón...Esta discusión se quedó abierta y alimenta muchos grupos de intelectuales de izquierda y conservadores, hasta lograr a veces que intercambien de mesa a mesa, con el principio de la retórica francesa de la argumentación sostenida. En otros momentos visitamos lugares emblemáticos del norte de París, por el Canal Saint Martin y disfrutamos con la comunidad armenia y turca del contexto tan fragilizado en Istanbul, compartiendo la idea de cómo una ciudad de convivencia multicultural y religiosa, estaba bajo estado de sitio, desarticulada, rota y dolorida, entonces en el restaurant Barak, el dueño turco, leyó poesías de Hazim Hamet y se emocionó sobre su querida Istanbul perdida en el exilio
de su vida y con fuerza del justo declamó por la libertad perdida...Entre errancia y errancia, el frío nos llevó a entrarnos en Museos como el Orsay, joya del impresionismo que nos ofrece en estos meses una exposición inédita de uno de los precursores del movimiento, Fréderique Bazille, que expone más de sesenta obras con un gran despliegue de estudios sobre el cuerpo masculino en situaciones campestres y de expresión amorosa, encontramos en esta exhibición la paz, el toque, el matiz de la línea y de la pincelada impresionista que encontramos en Monet y en Cézanne....No lejos, no pudimos resistir a entrar en el Grand Palais, para visitar la muestra razonada de los maestros mejicanos de principios de siglo XX. Una exhibición que permite una mirada comparatista entre Rivera, Orozco y Clemente, auténtica lección visual, en un montaje perfecto, porque París es tan intensa por dentro como por fuera, tiene la intimidad de sus museos, confidentes, excepcionales, con empeños y opciones exclusivas, brillantes como la exhibición dedicada a Oscar Wilde, donde intimidad, investigación y literatura se unen en nombre de la verdad de lo que es una escritura única. En todo esto, ni el invierno se pierde, ni la
HOY
Navidad, pues las iglesias se mantienen abiertas para todos y desde la más pequeña como es el caso de Saint Julien Le Pauvre donde asistimos a un maravilloso concierto de monjes ortodoxos maronitas del Líbano, también entramos en una iglesia de tradición ortodoxa rusa y el canto se hizo lágrima de emoción en el público. Estiramos nuestra felicidad callejera con la comunidad judía de la Bastille y de la Rue du Faubourg Saint Antoine, mi barrio, pues durante los días de la Hannuca, los niños y niñas israelitas corretearon por las calles con sus cintillos y luces, llenos de alegría y golosinas, mientras a dos pasos en el Marché de Aligre, el vendedor de vegetales, árabe, te agradece la compra con esta bellísima bendición...Laí sajél...que romanizo en la escritura y que significa ...que Dios te bendiga y provea... Hemos pasado muchos momentos comprando en el mercado donde se convive con la tolerancia y el espíritu de laicidad que marca la sociedad francesa, es decir de ese compartir de la diversidad cultural de todas las religiones, sin que ninguna se imponga ni anule a la otra. Fui al Mercado de Aligre, después de la tragedia de Berlín, como una manera de emblematizar la posibilidad de vivir juntos y de compartir las diferencias, había en el ambiente un dolor expresado por un gran recogimiento, de respeto y a la vez de sentir un duelo en la diversidad. París invita a asomarnos al balcón de las culturas del mundo y presenciar las diferencias con admiración, interés y respeto, porque la cultura es más que la política, es mucho más que los paradigmas de poder, y porque París se la juega en el sentido de la apuesta que hace crecer la humanidad en sus diferencias. Entre dos encuentros hemos caminado todas las orillas del Sena, buscando libros agotados por los “bouquinistes”....donde apareció una edición anotada de Michel Leiris, y la novela emblemática de Marguerite Duras “La Douleur”. Entre aperitivos con amigos, con sabor a ostras, quesos fuertes y buenos “Kir Royal”, pudimos disfrutar las futuras generaciones, “abueleando” con Miguel Eduardo y Francois de catorce años ambos, la adaptación de Romeo y Julieta de Shahespeare en el teatro de la Comédie Francaise, bajo la dirección atrevida de Eric Ruf que apasionó al público con una escenografía impresionante en una dirección dramática que permite llegar a la tragedia después de un salto tragicómico de la primera parte que apuesta por la noche la divertimento, a la frivolidad antes de encontrar la pasión, la sangre y la muerte en una ambientación contemporánea de los años cuarenta. Un decorado exquisito donde las luces intervienen con la misma intensidad de la tragedia. Un espectáculo que hará historia por su atrevimiento, su innovación y su juventud creativa. Salir a las once de la noche por París con dos adolescentes de catorce años, que disfrutaron de un decorado de un teatro del siglo XVII, mantuvieron concentración y atención durante tres horas, fue una vivencia intensa del poder del arte y de la cultura sobre las circunstancias...Nada está perdido, nada se perderá, siempre que seamos capaces de mantener el equilibrio con las nuevas generaciones y transmitirles el patrimonio con la libertad de las nuevas interpretaciones. El espectáculo de Eric Ruf abrió el día siguiente un diálogo sobre la pobreza, la riqueza, la belleza, la pasión, el amor de Romeo y Julieta con la visión renovada de un director dramático que supo unir lo clásico con lo actual y el futuro. París es la ciudad que lleva toda una experiencia combinando, asociando, invitando la diversidad en todos los aspectos, en todos los espacios, una ciudad que le dice al mundo que mientras el arte, la cultura y la creatividad se manifiesten, nada está ni estará perdido...perdido ...
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Aporte
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EL GUSTO: ¿es normativo o arbitrario? L
PLINIO CHAHÍN
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a estética de la época moderna puede distinguirse de toda suerte de tentativas anteriores en que ella habrá de definirse como una doctrina del gusto. No obstante, a todo ello le falta aún una presuposición fundamental: la de un sujeto estético específico. En efecto, la mera reflexión en torno a lo bello no es capaz de dar lugar por sí misma a la estética en su sentido moderno. Para que esta pueda aparecer en la escena occidental, se precisa que la vivencia y el concepto de gusto, relacionado a un patrón o principios de belleza, sea asumido desde el “sujeto del gusto”, al “sujeto estético” propiamente dicho. Es importante destacar en lo anteriormente señalado, que la reflexión en torno al “gusto”, muestra desde sus inicios, una significación que va más allá del ámbito estético, considerado en sentido estricto y en donde se entrelazan la sensación refinada del goce o placer, como norma estética, y un estado de espíritu y la formación cultural y social del hombre en diversos aspectos, y no solamente el lógico y el científico. Así, en el curso del siglo XVII la noción de gusto habrá de convertirse en un concepto central en la reflexión europea en torno a los problemas del arte sin, al mismo tiempo, perder sus connotaciones en el plano del conocimiento y especialmente en el plano moral. En este sentido, Kant sitúa la experiencia estética en el Renacimiento, como un imperativo que norma el placer. En su libro La Crítica del Juicio, Kant procede a delimitar el sentimiento de lo bello y lo sublime como sentidos sensibles de estímulos ideales y de inclinaciones acuñadas por el entendimiento. En este libro, Kant se ocupa de temas que tienen que ver con la estética y que giran en torno al “sentimiento estético”. Este aparece considerado no como una facultad humana, sino, más bien, como un componente específico de la naturaleza humana que posee el mismo origen que los sentimientos virtuosos, es decir, el imperativo categórico, o el concepto de verdad en arte. Ahora bien, en la determinación de un objeto bello, esta relación está ligada al sentimiento del placer o gusto, que es declarado a la vez, según Kant, “a través del juicio, válido para todos; en consecuencia, un agrado que acompañara a la representación no puede contener el fundamento de determinación del juicio, como tampoco puede contenerlo la representación de la perfección del objeto o el concepto de bien”. El gusto, como idea o impresión subjetiva, es un ente arbitrario, no tiene un “solo” criterio. El gusto está por encima de la moral y por debajo de lo real, de lo real fenoménico. Una misma obra, resulta diferente en su acontecer estético, para los contextos axiológicos distintos de la percepción, del sujeto que la disfruta o percibe. Lo que para “un” sujeto es excelente, para “otro” puede no serlo. Al igual que la idea de belleza, el gusto como tal, por ser un juicio universal subjetivo, no tiene un "solo" criterio, sino muchos, contradictorios y abiertos. En los juicios sobre la belleza no hay imperativos categóricos, sino percepciones subjetivas. En ellos predomina la expresión contenida en la frase: "eso me gusta". La esencia del gusto se define por su sentido negativo y trasgresor, pues el mismo altera los límites del sujeto de la percepción, a partir de un proceso de conmoción interna del lector. Hay una gran diferencia entre admiración y gusto. Lo sublime, que es la causa de la primera, siempre trata de objetos grandes y terribles; lo otro, de las cosas pequeñas y placenteras. Nos sometemos a lo que admiramos, pero amamos lo que nos somete; en un caso nos vemos obligados a condescender y en el otro se nos halaga por ello. En resumen, las ideas de lo sublime (admiración) y de lo
El gusto, como idea o impresión subjetiva, es un ente arbitrario, no tiene un “solo” criterio
bello (subjetividad del gusto) se apoyan en fundamentos tan diferentes, que es difícil, por no decir casi imposible, pensar en reconciliarlos en el mismo sujeto, sin disminuir considerablemente el efecto de uno u otro sobre las pasiones. Esta distinción va paralela a la que se hace entre el componente descriptivo ("impresiones fenoménicas") y las reacciones evaluativas de quienes afirman propiedades estéticas en un objeto de percepción subjetiva. Así, la sensibilidad perceptiva (el gusto) sería la disposición a registrar impresiones fenoménicas de cierta clase (apelación a la autoridad para descalificar el gusto del otro), a partir de rasgos no estéticos perceptibles, mientras que la actitud estética sería la disposición a reaccionar a impresiones fenoménicas de cierta clase, de manera favorable o desfavorable, con aprobación o desaprobación, según el criterio de autoridad establecido por un artista o poeta de nuestro gusto o agrado.
El gusto, como idea o impresión subjetiva, es un ente arbitrario, no tiene un “solo” criterio. El gusto está por encima de la moral y por debajo de lo real, de lo real fenoménico. En arte hay dos criterios que determinan nuestros gustos: resistencia y asimilación. O acepto lo que otros dicen, o me resisto a ello, estableciendo mis propios criterios, fuera o dentro del canon. Por lo tanto, mi subjetividad es soberana y libre, no apela a la autoridad, solo asimila lo que le gusta. Ergo, el gusto es arbitrario, responde al placer o gozo del espectador. Esta idea del gusto vinculada al placer de la subjetividad coincide con la conciencia de la imposibilidad de mantener despiertos -y hacer revivir- los cánones clásicos del arte; comprende el fin del modelo clásico y con él el fin de la función del arte en la realidad social, su subordinación a otras formas culturales, su marginalidad. Hay quienes viven este estado de cosas como un auténtico luto.
El gusto estético expresa esta conexión de la vida y la forma, nunca objetivable y siempre presente en el proceso; en la belleza la vida se convierte en forma y la forma en vida. El aspecto utópico de la función del arte no está en la función social que puede ser realizada por la función estética, sino en el ideal regulativo de la belleza, como ente de placer o gozo, del que se tiene experiencia a través del arte, desde el ámbito de nuestras “subjetividades y gustos” arbitrarios. A primera vista, puede parecer que nuestros razonamientos difieren mucho de los demás, al igual que nuestros placeres: pero pese a lo que puedan diferir, hecho que creo más aparente que real, es probable que la norma en lo concerniente a la razón y al gusto sea la misma en todas las criaturas humanas. De no haber algunos principios en lo relativo a nuestro juicio y sentimientos comunes a toda la humanidad, sería imposible aprehender su razón o sus pasiones lo suficiente para mantener la ordinaria correspondencia con la vida. En efecto, parece que, por lo general, se admite que con respecto a la verdad o falsedad hay algo fijado. Cuando se discute, vemos a la gente apelando a ciertos criterios y pautas que son válidas para todas las partes y se suponen inherentes a la naturaleza común. Pero, no hay la misma conformidad obvia acerca de ningún principio uniforme o establecido, relacionado con el gusto. Muy al contrario, de ordinario se cree que esta facultad delicada y aérea, que parece demasiado volátil para resistir siquiera la posibilidad de una definición, no se puede poner a prueba debidamente bajo ningún criterio, ni medirse por ninguna norma.
Literatura
AREÍTO
Sábado 14 de enero de 2017
HOY
Del lado de Denis Mota Álvarez Este es el libro de un librero. Curiosamente, Denis Mota Álvarez (1952), es propietario de la Editorial donde publica y no es muy asiduo haciéndolo, aunque escribe en los periódicos artículos y comentarios políticos y culturales. En casa del herrero, ya lo sabemos. Sin embargo, después de Eloise tentativa de un canto infinito, que fuera galardonado y la Antología de poetas yumeros, hizo mutis lírico consagrado a su empresa. Es una colección de poemas bajo un título vital y de por sí una provocación: Del lado de la vida.
MANUEL MORA SERRANO
S
i Denis llegara de pronto a su pueblo natal, a su Yuma, donde se desarrolla la atmósfera de esta obra en su mayor parte, y juntara a muchas gentes para presentarles un libro nuevo, llegarían esperando revelaciones pueblerinas con referencias de anécdotas de personas conocidas, historias de esas que se recrean en las conversaciones familiares, y aunque de eso hay en estas páginas, si de pronto le dijeran que se trata de poesía, en vez de ser como antes, que todo el mundo se embelesaba esperando que el poeta leyera, el rostro de aburrimiento mortal en la mayoría, es lo que encontraría. ¡Ah! ¡Es un libro de poesía! Como si dijeran que es algo que no tiene la mayor relevancia. De modo que hacer literatura, hacer poesía en estos tiempos, es realmente algo poco menos que inútil. Los periódicos y las revistas le tienen horror al poema. Los editores dicen, con justa razón, que la poesía no vende. Entonces por qué viene Denis, en vez de hacernos la novela de Rosa la Cumbanchera, con ese título dulzón de Alma de conejo y vellonera de la segunda parte del libro, con esas y otras preocupaciones relevantes de la primera y de la tercera parte. Señores, porque Denis Mota, aunque es esencialmente un rebelde, amador del pueblo en su verdadera esencia social y humana, de lo cual es testigo su lucha revolucionaria, ocurre que es poeta, y le importan los grandes temas humanos. En este libro hay de todo. Desde la oportunidad de mencionar a su esposa Norma, sin que nos demos cuenta, precisamente en el primer poema, al referir detalles pintorescos de su infancia yumera: y para entonces habré levantado mi morada del lado de la vida y desnudo de angustia retozando con mi norma con los hijos colgaré en la ventana que mira hacia la alegría mi viejo fusil (Del lado de la vida) En otras palabras, el hombre cuando se casa y tiene familia, adquiere otras obligaciones y debe colgar el fusil revolucionario. La ventaja indudable que tiene este volumen, es que nos permite hacer un viaje, no solo desde el paisaje marinero de Yuma y de sus gentes, como aquella pequeña novela trágica: a pesar de las crónicas rojas que rompe las amarras que unían a José Inirio con Amantina cuando el amor hambriento en la ruta ciega del deseo lo impulsó a liquidar aquel amor con tres tiros en el corazón (Por Fin) Y los primeros años de vida en la aldea: La niñez fue una algazara y un sonsonete
Denis Mota Alvarez
persiguiendo mariposas que volaban en islas formando un minúsculo universo de sombras sobre el huerto y los árboles del patio mientras las flores iluminaban con sus colores la mañana (Ajuste de cuentas) Aquí Denis llega a la confidencia y los viejos del pueblo deben recordarlo. Quizás ahora se estén interesando más en el asunto. Después de todo, no ha olvidado a las gentes, no ha olvidado a Yuma en su libro. Hay que tener coraje y también saber cantar alto, como veremos. La vida de la antigua aldea abandonada y remota, unida a su mar rugiente, a su ría caudalosa, a la casona de Ponce de León, a las tradiciones montaraces y marineras donde transcurrió su infancia y primera juventud, contrasta con la activa pequeña ciudad que es hoy. Aunque para él siga siendo su San Rafael del Yuma cuando observa los rostros de los parientes y los viejos amigos, todo ha cambiado y todo ha seguido igual, aunque nada será como entonces, salvo a veces, en sus versos: Cuando el cansancio me devuelve a mis raíces —sin arrepentirme de nada— me pongo las mudas antiguas de domingo y regreso exiliado en mí a la cocina de la vieja casona techada de luz de luna y de estrellas intermitentes —Cercana al río amado y de la cañada de doña Estervina— (Alma de conejo y vellonera) Hasta culminar con el personaje más interesante de su adolescencia: Rosa la Cumbanchera quedó atrapada en la memoria de la noche se marchó por los laberintos de la muerte dejando atrás los sudarios de su sexo animal ciego por donde ca-
balgamos en el insólito desfogue adolescente (Rosa la Cumbanchera) Podríamos mostrar más cosas. Sin embargo, he dejado para último lo que los literatos buscamos y encontramos, donde las hay. Y son estas cosas profundas y hermosas: nostalgia inasible del amor que termina ----instante del vértigo incierto del adiós He aquí el principio y el fin del viaje la despedida de la luz el fuego que se apaga ----Sólo entonces comprendo que despedirse no es más que iniciar el viaje que nos trae de vuelta a las sombras donde nos reunimos (Viaje circular) Así vemos que nuestro poeta no se encasilla en un solo tono ni en solo tema. Que en este libro transita por zonas de angustias existenciales; él, que ha conocido la muerte de seres queridos, que ha perdido amores y amontonado recuerdos, que ha estado más de una vez al borde del tránsito final, que ha sido aquejado de dolencias mortales, se ha aferrado a la vida, ha estado de ese lado con uñas y dientes y se ha labrado un nombre en la industria y en la literatura partiendo de cero; como hijo de zona marinera ha navegado con viento en contra y ha sabido sobrevivir. Por eso, canta como le viene en ganas y dice lo que piensa y siente, lo que recuerda y quiere que recordemos, dejando impresa la huella firme de un hombre total, sincero y lúcido. Para que el lector tome el libro y comience a disfrutarlo, me voy a permitir copiarle únicamente los siguientes versos. El espacio entre el cielo y la mar es atravesado por una corriente de viento una gaviota pasa graznando parece un pañuelo blanco batiendo el aire sobre una goleta saliendo del puerto que se me ocurre llamarlo Santa María de la Magdalena (Taumaturgos y dioses marinos) Y es que finalmente, queriendo que su sudario final sea marinero, nos canta y cuenta: En la noche cuando todos duermen navego en el mar de la añoranza y el vino y me alejo del puerto en dirección a la vieja Taberna del Diablo donde nos espera Dios en forma de mujeres presurosas (Inolvidable Puerto) Así lo dejamos en franca complicidad de lector y poeta. Si quienes lean este libro lo disfrutan como lo he disfrutado, creo que Denis Mota Álvarez no habrá cantado en vano.
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AREÍTO
Sábado 14 de enero de 2017
Arte Contemporáneo
HOY
¡Dionisio Blanco:
Cifras y Tiempos
del Dibujo! “Fue precisamente con la celebración del VI Salón de Dibujo de Santo Domingo, auspiciado por la Fundación Arawak, en el año 2007, que nació TINTA. Y desde ese entonces, la galería Mesa Fine Art y el Centro de Estudios del Arte Caribeño, siendo coherentes con nuestra misión y los compromisos que asumimos públicamente, decidimos llevar a cabo en el mes de noviembre de cada año un programa expositivo para promover la apreciación y la valoración del Dibujo”… (Juan José Mesa, 2016).
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AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ ARTOPIA01@GMAIL.COM
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esde hace más de dos décadas, el circuito artístico y cultural dominicano se acredita progresivamente gracias a la intensa actividad que logran desplegar dos destacados galeristas que, de manera lúcida y visionaria, han venido apostando con gran sensibilidad y resolución al reconocimiento y la promoción del dibujo como manifestación artística de primer orden. Ellos son Mildred Canahuate y Juan José Mesa. En este trayecto, cada uno con sus probados criterios profesionales, su propio estilo de trabajo y su admirable capacidad recursiva, estos dos hiperactivos y exitosos galeristas y gestores culturales se establecen como referencia básica para los principales coleccionistas y estudiosos de las artes plásticas y visuales dominicanas de la modernidad. Desde mediados de la década de los 80 hasta la actualidad, tanto desde la Galería Arawak como a través de la Fundación Arawak Inc., el Salón Nacional del Dibujo, el Salón Internacional del Dibujo de Santo Domingo, el Museo del Dibujo Contemporáneo y el Festival del Dibujo, Mildred Canahuate materializa su apuesta por la autonomía estética y significativa del dibujo con una pasión, unos niveles de compromiso y unos resultados definitivamente ejemplares y enriquecedores. Es más, como prueba extensiva de tales resultados, pueden considerarse algunos proyectos inspirados en su apuesta visionaria y ejemplar, tales como la titulada “El Dibujo en Colecciones Dominicanas”, organizada por Manuel Toribio, Alonso Cuevas y Miguel Valenzuela (05-06-2016) en la sala Jaime Colson de la Escuela Nacional de Artes Visuales. Esta muestra puso en evidencia cómo los maestros fundamentales de la plástica dominicana de la modernidad han dejado aportes trascendentales a través de la disciplina primordial del dibujo. Juan José Mesa ha proclamado que “noviembre es el mes del dibujo”. Yo diría que el 2016 fue el año del dibujo en Santo Domingo, ya que en octubre la Fundación Arawak Inc. ha celebrado el “IV Festival del Dibujo”. Y este festival no es más que la atractiva y reveladora modalidad organizativa con que Mildred Canahuate insiste y persiste de manera impecable; renovando su pasión, sus esfuerzos y sus sueños en su inefable propósito de garantizar el vital espacio de la apreciación, reconocimiento y valoración del dibujo artístico en nuestra sociedad. En la última década, a Juan José Mesa le ha tocado mantener encendida la chispa que designa impecable la misma trayectoria de Mildred Canahuate como galerista y como gestora cultural. Esta chispa revitalizadora del compromiso radical que profetiza las huellas, la creación de conciencia y el legado incontrastable, sin duda, es la misma que sigue signando el interés y la preocupación por el desarrollo de la práctica dibujística y por la consagración de un espacio especializado del dibujo en Santo Domingo. Desde el 2007, Juan José Mesa, a través de su galería y el Centro de Estudios del Arte Caribeño (CEAC), organiza de manera sostenida el evento expositivo denominado "TINTA" con la idea de propiciar una sólida plataforma para el estímulo, la reflexión, la promoción y la difusión del dibujo como una de las prácticas artísticas de mayor de-
Dionisio Blanco.Sembradores con la gramática secreta de Paul Giudecelli, tinta sobre papel
Homenaje a Paul Giudecelli, tinta sobre papel
Dionisio Blanco. Sembradores con trazo de Paul Giudecelli, tinta sobre papel.
En síntesis DIONISIO BLANCO
Dionisio Blanco nace en San Cristóbal, el 9 de octubre de 1953. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1970-1974). Ha sido profesor de Dibujo en la Escuela de Arte y en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En 1984, obtuvo el Primer Premio de Dibujo de la XVI Bienal de Artes Plásticas. En el 2012, la prestigiosa editora neoyorkina McGraw Hill Companies, Inc., escoge su obra pictórica titulada “De la Serie Sembradores” (1986), junto a otras de algunos artistas de distintas épocas y fama universal, para ilustrar el libro didáctico “Experience Spanish-Un mundo sin límites”, destinado a profesores, investigadores y estudiantes del idioma español y la cultura hispánica en los Estados Unidos. En el 2014, participa en la gran muestra “Colección Fernando Báez Guerrero/Un siglo de Arte Moderno en la República Dominicana”, en el Museo de Arte Moderno y el Centro Cultural Perelló. Su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de la República Dominicana; Museo Rally con sedes en Cesarea, Israel; París, Francia; Marbella, España y Punta del Este, Uruguay; Museo de la OEA; Casa de América Latina, París, Francia, Instituto Breda, Milán, Italia y General Electric, Atlanta, EE. UU. Dibujante, pintor, escultor, investigador, teórico del arte y la cultura visual, Dionisio Blanco es miembro del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos-CODAPy de la Asociación Internacional de Críticos de Arte-AICA-.
sarrollo y vitalidad expresiva en la actualidad. En el 2013, este proyecto fue organizado con precisión, óptimos resultados y mayores expectativas en la Galería Nacional de Bellas Artes como “Primera Bienal Internacional del Dibujo”. Desde mediados de noviembre, la galería Mesa Fine Art presenta la novena edición de “TINTA”, resumida al máximo mediante una exquisita muestra de dibujos, ejecutados a la tinta y el lápiz sobre papel por el consagrado Dionisio Blanco y seleccionados por Juan José Mesa a partir de una carpeta que este emblemático, prolífico y delirante fabulador del “trópico secular” había estado “silenciando” desde 1972. Los dibujos más recientes (2016) que integran la muestra se constituyen en verdaderas revelaciones del diálogo lúdico y lúcido que Dionisio Blanco llega a ensayar a partir de su íntima exploración y celebración de los códigos visuales, el lenguaje abstracto-geométrico y los postulados estético-filosóficos del inmortal artista dominicano Paul Giudicelli (1921-1965). Fusionando técnicas, estilos, temáticas y repertorios sígnicos, Dionisio Blanco logra suscitar un imprevisto y mixtificado cifrario visual capaz de remitirnos a la polisíntesis cultural identitaria de lo real maravilloso, el signo mágico ancestral y las mitologías cotidianas del absurdo. Así, el creador de las enigmáticas y emblemáticas imágenes de “sembradores de la memoria” se divierte, se recrea, medita, apropia, tararea y subvierte la “secreta” gramática plástica de Paul Giudicelli al mismo tiempo que bate palmas, sublima y glorifica el legado patrimonial que contiene su triunfo estético-espiritual. Otras deliciosas pruebas de la producción dibujística “dionisíaca” son avances y “pre-textos” radicales de una serie de obras pictóricas paradigmáticas realizadas por el artista a largo de su fructífera y exitosa trayectoria. Estos trabajos testimonian el especializado y magistral dominio de la naturaleza, las formas, las técnicas y los medios estéticos propios del dibujo que posee Dionisio Blanco. Así que la entrega de “TINTA 2016” trasluce efectivamente las profundas raíces de su formación y de su condición de pupilo excepcional de Jaime González Colson (1901-1975), quien, junto a Josep Gausachs (1889-1959), constituye el dúo de maestros académicos más influyentes en las artes plásticas dominicanas del siglo XX.