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Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 15.02.2014

Me monté en la guagua de Fornerín Pág 6

En Londres, Francis

solo pensaba en Cuba

Para cualquiera que no fuera del círculo íntimo de Francis Caamaño, el líder de abril llevaba una vida feliz y normal como agregado militar en Londres, pero esto era solo apariencia. Internamente se sentía amargado. Página 7

ALANNA LOCKWARD

Metáfora de dos pueblos gemelos

Como si bailara una pieza clásica, despacito, Alanna Lockward ha entrado al particular escenario que es el mundo de la novela. Lo hizo con su obra Marassá y la nada. Se asomó con la mirada quieta; abrió sus brazos lentamente de par en par y de entre ellos se expandió un papiro. Página 3

“CRÓNICAS URBANAS” de Magdiel W. Toledo

“DUARTE MELANCÓLICO” o el patricio como pretexto

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“Duarte melancólico” es un texto de ruptura en varias direcciones. Es a la vez poesía y drama, performance. Hay una reflexión sobre el sujeto a partir de lo que guarda la memoria. Hay una apertura al problema del ser y del existir desde la amarga experiencia histórica y personal. Página5


HOY

AREĂ?TO

SĂĄbado 15 de febrero de 2014

Zona AreĂ­to Areito

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Arthur Schopenhauer (FilĂłsofo y escritor alemĂĄn) Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposiciĂłn, y tercero, es aceptada como algo evidente LA GUĂ?A

Luis Scheker Ortiz

LIBROS

Tres poemas de Luis scheker Ortiz para el coronel de abril

H

ace 41 aùos, fue asesinado en Nizaito, el Jefe de la gesta guerrillera, el glorioso Coronel de Abril, defensor de la soberanía y la auto determinación de su pueblo, contra el funesto invasor. Tres poemas a su memoria fueron recogidos en unas Servilletas de Papel tiradas al viento para que el viento las libere de sus ataduras‌ con el favor de AREITO.

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PĂ GINAS REVUELTAS LAS MILICIAS EN SANTO DOMINGO (1779-2013) Este libro tiene como subtĂ­tulo “Espionaje e inteligencia militar a partir de 1822â€?. Esta es otra obra del periodista y diplomĂĄtico CĂĄndido GerĂłn, quien se ha convertido en uno de los escritores dominicanos de mayor producciĂłn. Este texto tiene 975 pĂĄginas. Hace un recorrido extenso sobre las guerras, el espionaje y los cuerpos armados. Comienza por Europa, sigue con la Era Colonial y concluye en el espionaje telefĂłnico en la era digital. De seguro que este libro serĂĄ de particular interĂŠs para militares y policĂ­as.

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RubĂŠn JimĂŠnez Bichara es ampliamente conocido como polĂ­tico, especĂ­ficamente como dirigente importante del PLD, ahora Vice presidente ejecutivo de la CDEEE. Pero Bichara es tambiĂŠn un aficionado a la literatura que escribe y publica. Esta ediciĂłn de “PĂĄginas Revueltasâ€? es la cuarta. Se trata de un libro sobre lecturas. Tiene 149 pĂĄginas.

MIGUEL ANGEL BĂ EZ DĂ?AZ Y SU ROL EN LA GESTA DEL 30 DE MAYO Este es el tercer libro que el periodista y diplomĂĄtico CĂĄndido GerĂłn acaba de poner a disposiciĂłn de los lectores. Esta obra tiene mucho de biogrĂĄfica de un verdadero hĂŠroe nacional, uno de los ajusticiadores del tirano Trujillo. Tiene 283 pĂĄginas. JOAQUĂ?N BALAGUER Esta es otra obra recientĂ­sima de CĂĄndido GerĂłn. Lleva como subtĂ­tulo “Cartas, entrevistas, conferencias, discursos y artĂ­culos de opiniĂłn (1961-1965)â€?. Gran parte del contenido de este texto aparece en varios libros del literato, escritor, orador y caudillo polĂ­tico que fue el doctor JoaquĂ­n Balaguer. En su presentaciĂłn o prĂłlogo, el autor observa que “desde el inicio de su carrera como escritor, periodista y polĂ­tico (y) hasta el final de su vida, Balaguer dejĂł una impronta imborrable en la historia dominicana, producto de sus facultades excepcionales como estadista ejemplar y organizado, cuestiĂłn que validĂł y acrecentĂł su personalidad a nivel nacionalâ€?. Los trabajos que GerĂłn presenta en “JoaquĂ­n Balaguerâ€? corresponden a una de las etapas mĂĄs convulsas de la historia contemporĂĄnea del paĂ­s, los aĂąos que siguieron al fin de la dictadura de Trujillo.

DESAFIOS DEL PRESENTE. UNA OPCIĂ“N DE VIDA El doctor MĂĄximo Castillo Salas es un abogado que ha compartido su profesiĂłn con el ejercicio polĂ­tico y labores ciudadanas. En este libro ofrece parte de sus ideas, de sus pensamientos y de sus deseos para el paĂ­s. La obra estĂĄ dividida en 17 capĂ­tulos a travĂŠs de los cuales presenta breves ensayos sobre temas diversos. Tiene 131 pĂĄginas.

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LA HISTORIA/Fuente: Portal de BibliĂłfilo Enmascarado

1811

NACIĂ“ EL 15 DE FEBRERO. Domingo Faustino Sarmiento, polĂ­tico, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista y militar argentino. Autor de obras como “Facundo o CivilizaciĂłn y Barbarieâ€?.

1905

FALLECIĂ“ EL 15 DE FEBRERO. Lewis Wallace, escritor estadounidense conocido por su novela “Ben-Hur: Una historia de Cristoâ€?.

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1850

NACIĂ“ EL 16 DE FEBRERO. Octave Mirbeau, periodista y literato francĂŠs, crĂ­tico de arte, autor de novelas, obras teatrales y cuentos. Sus obras mĂĄs exitosas son “Los malos pastoresâ€? y “Los negocios son los negociosâ€?.

1756

NACIĂ“ EL 17 DE FEBRERO. Juan Pablo Forner, escritor espaĂąol. Cuando era aĂşn estudiante, compuso la “SĂĄtira contra los abusos introducidos en la poesĂ­a castellanaâ€?, premiada por la Real Academia EspaĂąola. su obra maestra es “Exequias de la lengua castellanaâ€?. _

1836

NACIĂ“ EL 17 DE FEBRERO. Gustavo Adolfo BĂŠcquer, escritor y poeta espaĂąol perteneciente al periodo conocido como romĂĄntico tardĂ­o. Sus “Rimas y Leyendas â€? Son muy populares y conocidas


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Aporte

Sábado 15 de febrero de 2014

Metáfora de dos pueblos gemelos en la novela de

AVELINO STANLEY

Alanna Lockward C omo si bailara una pieza clásica, despacito, Alanna Lockward ha entrado al particular escenario que es el mundo de la novela. Lo hizo con su obra Marassá y la nada. Editorial Santuario, Santo Domingo, 2013. Se asomó con la mirada quieta; abrió sus brazos lentamente de par en par y de entre ellos se expandió un papiro. “No pasa nada”, decía magistralmente al comenzar. Una sonrisa leve se le asomó al rostro y de inmediato se sintió el fluir de una historia armada pieza a pieza. La novela de Alanna es un rompecabezas armado ante nuestra vista. Va trayendo las piezas indistintamente desde un rincón del escenario. Poco a poco surge la imagen agreste de la isla. En el fondo está la hilera de montañas con un paisaje sutilmente étnico. Hay piezas claves procedentes de otras latitudes. Las de África fueron traídas en circunstancias especialmente difíciles. De nuestra variopinta América y de Europa llegaron las otras. Así surge la presencia del Caribe que nos hermana ancestralmente. El mundo de la novela dominicana al cual Alanna acaba de entrar tiene unas características particulares. De 1844 al 2013 se han publicado alrededor de 750 novelas. Con esa totalidad es preciso comparar a Marassá y la nada. Hasta 1979 la generalidad de esas novelas publicadas fue escrita en base al canon del siglo XIX. Solo a partir de 1980 algunos autores comenzaron a emplear el canon vigesimonónico usado en otros países desde 1901. (Ver: Avelino Stanley. La novela dominicana 1980-2009, perfil de su desarrollo. Banco Central de la República Dominicana, 2010). Como el arte corre entres sus venas, antes de armar la estructura de su obra, Alanna asomó la mirada al escenario y pudo ver la diferencia entre el canon tradicional y el contemporáneo. ¿El resultado? En Marassá y la nada hay una narradora multiperspectivista. En vez del tradicional omnisciente, entregó la potestad de contar la historia a los personajes. Echó a un lado la linealidad y fragmentó la historia a tales niveles que el primer capítulo está vinculado al final del drama narrado. Los capítulos, de poca extensión como suele suceder con el uso del canon contemporáneo, están desarrollados con gran intensidad. El dominio de las destrezas narratológicas de Alanna se percibe por la seguridad con que ajusta cada pieza en el rompecabezas que es la historia contada. Leída la novela queda una enigmática sensación metafísica de la vida. Una esencia fantasmagórica en la cual discurren dos muertes y una vida. Dos hermanas (Laura y Mara) suicidadas, una en París y otra en San-

to Domingo. Les sobrevive Moira, una prima íntima, intimísima. Ella debe cumplir con unos deseos particulares surgidos en torno a Manuela Ricart de Portes, madre de Laura y Mara, y tía de Moira. Moira, encubierta en la voz narradora, mueve cielo y tierra para localizar los restos mortales de Manuela, fallecida en Haití, según se supone. Hacia allá parte Moira para tratar de encontrarla. Para lograr su fin solo cuenta con una foto de Manuela y con el poder espiritual, legado de la tatarabuela por su fe infinita en la Iglesia Africana Metodista Episcopal. En Puerto Príncipe un olor a sándalo llevó a Moira directamente ante Casandra, quien debía ayudarla auxiliada de su fuerza espiritual. Desde el inicio mismo de Marassá y la nada el escenario de la obra está en Haití. En las 750 novelas referidas hay un amplio espectro temático. Pero en la mayoría los autores se han autocensurado con el tratamiento del tema sobre Haití. Es como si le temieran. Los autores dominicanos que miran el tema haitiano lo hacen de asomo y muchas veces con la visión tradicional de los sectores dominantes. Dice Elissa L. Lister, (El conflicto hatiano-dominicano en la literatura caribeña, C3 Ediciones, Petion Ville, 2013.) que en Over (1939), al igual que en El masacre se pasa a pie (1973), “Los trabajadores haitianos… aparecen despersonalizados y como un elemento más del paisaje”. (Pág. 176). Además de Marrero Aristy y Prestol Castillo, pocas novelas dominicanas han abordado el tema. Podemos citar algunas: Rafael Pérez Guerra en Antoine, Un haitiano más (1992), Diego D’Alcalá, en La frontera (1994), Félix Darío Mendoza en La Hispaniola, el reino del zombi (1999), Manuel Matos Moquete en La avalancha (2006), Carlos Agramonte en El sacerdote inglés (2008), y Juan Carlos

Mieses en El día de todos (2009). Félix Darío Mendoza es de los pocos autores que trata el vudú sin distanciamiento. Alanna Lockward, en cambio, cohabita con el tema del vudú sin temores, sin complejos, con plena naturalidad. Respeta esa forma de fe como lo que es, una religión. La valentía de asumir esa visión merece el reconocimiento. Lo hace consciente de que existe un vudú dominicano que es anterior al de Haití, porque llegó al lado este de la isla traído por los primeros esclavos africanos. Desde su cosmovisión, las incursiones de Moira a Haití muestran el universo haitiano desde lo mágico y desde su realidad social. Marassá y la nada tiene escenarios en París, en Nueva York, en Guadalajara (México) y en La Habana. Pero la obra se desarrolla fundamentalmente en Santo Domingo y en Haití. Se siente una gran fuerza espiritual en el mundo que Alanna Lockward recrea. Hay un proceder de lo gemelo y su particular fuerza anímica. Está en Laura y Mara. Se ve en la Virgen de la Altagracia, venerada por los dominicanos en Higüey y por los haitianos en Delmas. En el título mismo de Marassá y la nada, los marassá son espíritus gemelos de la mitología vudú. Los marassá son la única fuerza que tiene una doble emisión de energía. Es la duplicación milagrosa en dos partes de una misma esencia. En la intertextualidad de la novela de Alanna esa energía alienta la convivencia entre dos pueblos que cohabitan una misma isla. Ese suelo como ancestro común hace gemelo a los dos países. Ambos tienen de ese pasado a los taínos, portadores de una particular fuerza cósmica y comparten también la leyenda de los Atlantes. En el rompecabezas que Alanna Lockward armó se enarbola la visión de convivencia pacífica en la isla. Tiene a los gemelos con esa energía como metáfora que hermana a sus habitantes. Nadie podrá arrancarle ese espíritu de marassá. Ni siquiera podrán lograrlo los que enhiestan la bandera desnacionalizadora contra toda una legión de nativos cuyo único pecado ha sido trabajar sin descanso por un futuro que ahora les quieren negar. Un día, de ese lastre de las sinrazones, solo quedará, como dice Marassá y la nada en su final, “el olor de los fantasmas”. Tendrá que venir una vida donde no gobierne la ambición; la traerán los nuevos habitantes de la isla que un día seremos. Mientras tanto, los lectores tienen en Marassá y la nada una novela de excelentes esencias literarias. Una obra de prosa singular, con un drama conmovedor y una visión de convivencia fraterna entre sendos canales de una energía que existe para vencer tanta maldad en ciertos seres humanos.

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Sábado 15 de febrero de 2014

CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do

Santiago, la cuna de los Espaillat

Encuentros

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Por Julio González

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a quinta hija del matrimonio de Francisco Antonio Espaillat Virol y Petronila Velilla Sánchez fue 5-Antonia Abad Espaillat Velilla, nacida el 17 de enero de 1787 en Santiago. Casó con su primo Ramón Del Monte Aponte el 21 de julio de 1811 también en Santiago. Este era al momento del matrimonio capitán de las Milicias de la plaza de Santo Domingo. Procrearon dos hijos, pero Antonia Abad murió joven, antes de 1819. Su esposo viudo e hijos emigraron a Cuba. Ramón del Monte Aponte vivió en Matanzas, Cuba, con por lo menos uno de sus hijos, Evaristo Del Monte Espaillat. Posteriormente nació 6-Margarita Espaillat Velilla el 29 de octubre de 1788 en Santiago. Murió joven. El siguiente vástago lo fue 7-Juan Cirilo Espaillat Velilla, nacido el 21 de noviembre de 1791 en Santiago. Murió de dos años el 1 de octubre de 1793 en la misma ciudad. Luego nació 8-José María Espaillat Velilla el 25 de marzo de 1792. Falleció en Santiago el 1 de diciembre de 1793. 9-Juan José Espaillat Velilla fue el noveno vástago del matrimonio de Francisco Antonio Espaillat Virol y Petronila Velilla Sánchez. Nació el 8 de abril de 1794 en Santiago. Casó con María Magdalena Rodríguez de Rojas, hija de Domingo Antonio Rodríguez y Juana de Rojas Valerio. María Magdalena era prima hermana del prócer Benigno Filomeno de Rojas (1811-1865). Este matrimonio procreó tres hijos: (1) Juan Francisco Espaillat Rodríguez, nacido en 1814 en Santiago y fallecido en la misma ciudad el 9 de enero de 1888, quien casó el 22 de noviembre de 1848 en Santiago con su prima María Virginia Espaillat Lecanda (1819-1914), hija de Santiago Espaillat Velilla y Josefa María Lecanda Sánchez sin dejar descendencia; (2) Eloisa Espaillat Quiñones, quien nació el 21 de noviembre de1818 en Santiago y falleció el 4 de abril de 1919 en la misma ciudad, casando con su primo hermano Ulises Francisco Espaillat Quiñones (1823-1878) y cuya descendencia la trataremos en otra entrega; y (3) José María Espaillat Rodríguez (1826-1889), quien no casó, pero sí dejó varios hijos reconocidos. De este último descienden: el abogado y magistrado judicial José Leopoldo Espaillat Espaillat, la doctora ginecóloga y destacada luchadora antitrujillista Asela Morell Pérez, los hermanos Radhamés (n. 1916) y Renato Hungría Morell (n. 1919), altos oficiales del Ejército Nacional e historiadores; José Joaquín Hungría Morell, educador, geógrafo e historiador, el economista José Joaquín Hungría Cucurullo (n. 1948), el galeno Juan José Batlle Morell (1908-1975), el médico oftalmólogo Oscar Rafael Batlle Morell (1916-2003), el médico anestesista Víctor Manuel Batlle Morell (1922-1985), el empresario radial José Rafael Rojas Morell (1919-1988), el sicólogo Oscar Eduardo Hungría Cucurullo (n. 1950), el galeno Juan José Batlle Álvarez (n. 1941), el ingeniero Cristian Nicolás Batlle Álvarez (n. 1942), el abogado Rafael Francisco Bonnelly Batlle (n. 1933), el exjuez de la Junta Central Electoral Juan Sully Bonnelly Batlle (n. 1935), el músico y pianista Pedro Rodolfo Batlle Jorge (n. 1959), el médico y genealogista José Ramón Rojas Genao (n. 1957), el economista Jorge Alfredo Víctor Rojas (n. 1946), el compositor, músico y cantante Víctor José Víctor Rojas (Víctor Víctor) (n. 1948), el galeno José Eugenio Batlle Garrido (n. 1966), el odontólogo Juan Ernesto Batlle Garrido (n. 1972), la doctora en medicina María Victoria Pizano Batlle (n. 1962), la licenciada en pedagogía Aída Consuelo Hernández Bonnelly (n. 1955) y el periodista Rafael Ramón Bonnelly Ricart (n. 1961), entre muchos otros.

Instituto Dominicano de Genealogía

MU-KIEN ADRIANA SANG

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Diálogo de saberes. La complementariedad de los conocimientos, 6 Dedicado a mi médico de cabecera: Antonio J. Castillo V. El conocimiento es una aventura incierta que conlleva en sí misma y permanentemente el riesgo de ilusión y de error Todo conocimiento opera mediante la selección de datos significativos y rechazo de datos no significativos: separa (distingue o desarticula) y une (asocia, identifica); jerarquiza (lo principal, lo secundario) y centraliza (en función de un núcleo de nociones maestras). Estas operaciones, que utilizan la lógica, son de hecho comandadas por principios "supralógicos" de organización del pensamiento o paradigmas, principios ocultos que gobiernan nuestra visión de las cosas y del mundo sin que tengamos conciencia de ello. El juego no sólo es aprendizaje de tal o cual técnica, de tal o cual aptitud, de tal o cual saber-hacer. El juego es un aprendizaje de la naturaleza misma de la vida que está en juego con el azar, con el alea. El pensamiento no es sólo conocimiento / detección de las constancias, regularidades, "leyes", presentes y en acción en la naturaleza. Es también estrategia, y como toda estrategia no sólo debe utilizar al máximo su conocimiento del orden, sino también afrontar la incertidumbre, el alea, es decir, las zonas de indeterminación y de impredictibilidad que encuentra en lo real. Hay que aprender a enfrentar la incertidumbre puesto que vivimos una época cambiante donde los valores son ambivalentes, donde todo está ligado. Es por eso que la educación del futuro debe volver sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento.

Edgar Morin

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stas reflexiones del gran Edgar Morin, el hombre que rompió paradigmas, nos ofrecen la clave sobre la necesidad de ampliar nuestros horizontes para profundizar en el conocimiento. La capacidad de aprender se sustenta, sin duda alguna, en nuestra actitud para desaprender y reaprender. Si no asumimos esta actitud, los saberes adquiridos se convierten en dogmas, en verdades absolutas. Así no avanzará nunca la ciencia. El tercer libro de la trilogía existencial me lo regaló mi querido amigo Rafael Ovalles, el subdirector de Prensa del Palacio, pero sobre todo, hermano de aventuras, de sueños y locuras. Hemos trabajado juntos, hemos caminado juntos, y gracias a él y a su insistencia, inicié la hermosa travesía de escribir monólogos teatrales, como fue el maravilloso fruto y proceso creativo de “Yo Soy Minerva”. En estos largos días de encierro, fue a verme, y en medio del diálogo, comencé a hablarle de mis últimas lecturas. Comencé a hablarle del libro “Código de Curación” y “Clean”. De inmediato empezó a leer, y nadie pudo pararlo más, un libro que recién había terminado que se llama “La Enzima Prodigiosa”, escrito por Hiromi Shinya, médico especialista en cirugía colonoscópica y pionero y creador de la cirugía colonoscópica no invasiva. Me interesó. Le pedí que me regalara uno. Mi petición fue complacida. Recibí un ejemplar al otro día. Lo devoré enseguida. El libro sigue la tónica de los dos anteriores. Parte del principio, como los dos libros anteriores, que la solución a nuestros problemas de salud está en nuestro propio cuerpo. Afirman sin temor que “tu cuerpo es el único sistema curativo que puede restablecer tu equilibrio cuando te ataca una enfermedad. La medicina puede ayudar a tu cuerpo en caso de emergencia y la cirugía puede ser necesaria en determinadas circunstancias, pero solamente tu cuerpo tiene la capacidad de curarse” (p.17). Basándose en su práctica médica, el doctor Shinya afirma que una persona con buenas características gastrointestinales está mental y físicamente sana. Por tanto, afirma, que mantener buenas características en el estómago y los intestinos está directamente relacionado con la salud en general. Partiendo de esa premisa, plantea que la clave para una vida larga y saludable se resume en una sola palabra: enzima. Y muchos de nosotros se preguntarán, ¿Y qué es una enzima? Para responder a la pregunta el doctor afirma que es un término genérico para una proteína catalizadora que se forma

dentro de las células de los seres vivos, ya sea planta o animal. Las enzimas, sigue afirmando el autor, forman parte de todas las actividades necesarias para mantener la vida, así como se produce en la síntesis, la descomposición, el transporte, la desintoxicación y el abastecimiento de energía. Es más, concluye, los seres vivos no seríamos capaces de mantener la vida sin las enzimas. Sigue explicando en el interesante libro, que se producen más de 5 mil tipos de enzimas vitales en los alimentos que consumimos todos los días. ¿Y por qué existen tantos? Sencillamente, afirma, porque obedecen a que cada una tiene una característica especial y una función específica. Por ejemplo, dice, que la enzima llamada amilasa, que se encuentra en la saliva, reacciona solamente a los carbohidratos. Ahora bien, precisa, si no llevamos un estilo de vida saludable, las enzimas no podrán ayudarnos. Si una persona consume mucho alcohol, va a necesitar una cantidad anormal de enzimas particulares para descomponerlo en el hígado, provocando carencia de las enzimas que se necesitan para una buena digestión. Propone el Dr. Shinya 7 secretos de oro para la buena salud. Veamos: 1. Una buena dieta que debe centrarse en un 90% en alimentos vegetales (50% de granos integrales como arroz, trigo, cebada, pan y leguminosas; 30% de vegetales verdes y amarillos, así como raíces que incluyen la papa y las zanahorias, y el resto de frutas, semillas y nueces. 2. Buena agua. Sostiene que el agua es esencial para la salud, pero debe ser “agua buena”, como agua mineral o agua dura que contiene calcio y magnesio. Aconseja beber más de 10 vasos de agua al día, e incluso beber agua al despertarse en las mañanas. 3. Buena digestión y eliminación. Es necesario proteger el sistema digestivo y asegurarse de limpiarlo regularmente. 4. Ejercicios diarios para fortalecer el organismo, pero de forma moderada. 5. Descanso adecuado. Se impone dormir de 6 a 8 horas. 6. Respiración profunda y meditación. 7. Alegría y amor: “la alegría y el amor aumentará el factor enzimático de tu cuerpo en ocasiones de forma maravillosa. Tómate el tiempo todos los días para tener una actitud agradecida. Ríe, canta y baila. Vive apasionadamente y comprométete con tu vida, con tu trabajo y con tus seres queridos: hazlo con todo tu corazón.” (Pp. 205 y 206). Como ven, en estos tres libros, especialmente los últimos dos, hay muchas similitudes, que se resumen en uno: necesitamos vivir una vida de mayor calidad con hábitos alimenticios saludables que nos permitan responder a los embates de esta sociedad que nos golpea, incluso en nuestras propias entrañas.

mu-kiensang@hotmail.com mu-kiensang@pucmm.edu.do @MuKienAdriana


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“DUARTE MELANCÓLICO”

O EL PATRICIO COMO PRETEXTO

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uando algunos meses atrás Odalís Pérez me reveló, en uno de nuestros frecuentes encuentros, que ya tenía listo para su pronta publicación un libro sobre Duarte, reaccioné algo sorprendido. “¿Un libro sobre Duarte?, Odalís”. Lo primero que me vino a la cabeza fue un libro de historia, una biografía. “¿Un ensayo biográfico? ¿Una nueva monografía sobre el patricio?”, pensé para mis adentros. Lo miré fijo, asombrado, interrogativo. Él pareció leerme. Sonriendo, me calmó: “Espérate, Fidel, no es lo que piensas. No es otro libro sobre Duarte. Ni otro libro histórico ni biográfico. Ni siquiera un ensayo. Es un texto, sin más, un texto poético, experimental”. Pocos días después de ese encuentro me entregó el manuscrito de la obra para que lo leyera y le diera mi opinión sincera, y luego me hizo llegar su versión digital. Lo leí de una sentada. Esa es precisamente una de sus cualidades principales: el libro no es extenso y se deja leer de un tirón; además, se lee con placer y fruición. Después de darle mi opinión sincera, me pidió dos cosas a las que no pude negarme: que le escribiera unas pocas líneas para la contraportada y que se lo presentara en público. Hay varias cosas que me llaman la atención sobremanera de este nuevo libro de Odalís Pérez. En primer lugar, su título, sobrio y llano, poético y teatral, memorable (recordable para el público, lo que le garantiza cierto éxito editorial). En segundo lugar, su portada, innovadora y sugestiva, neoplasticista, que omite la imagen de Duarte, con el título del libro y el nombre del autor encerrados entre los cuadros-barrotes en la reproducción del célebre cuadro de Piet Mondrian “Composición II en rojo, azul y amarillo”, de 1930. En tercer lugar, su contenido, su estrategia discursiva, su propuesta de lectura y escritura.

“Duarte melancólico” es un texto de ruptura en varias direcciones. Es a la vez poesía y drama, performance. Hay una reflexión sobre el sujeto a partir de lo que guarda la memoria. Hay una apertura al problema del ser y del existir desde la amarga experiencia histórica y personal. El lirismo alterna con la épica y la coralidad trágica. El texto está escrito no sólo para ser leído en solitario, sino sobre todo para ser dicho y escuchado, para ser recitado en público o en privado. Sin la oralidad, sin el oído atento, sin la recitación, su textualidad se vuelve inoperante.

FIDEL MUNNIGH

“Duarte Melancólico” es un texto polifónico, para la simulación, el engaño y el cinismo. abierto, híbrido que evoca el drama personal e histórico del existente que una vez se llamó Juan Pablo Duarte y Díez (1813-1876). Escrito como si fuera un texto a ser representado en escena, problematiza la figura histórica del Patricio frente a su tiempo y a nuestro tiempo. Valiéndose de diversos recursos poéticos y dramáticos, “Duarte melancólico” retoma el mito del Padre de la Patria para promover una reflexión crítica sobre el pasado-presente insular. Texto performático, por la escena imaginaria desfilan los personajes históricos con su destino individual a cuestas y se pronuncian los otros personajes, no oficiales, las voces anónimas y acalladas de la historia que aún pugnan por ser escuchadas. El mito Duarte da lugar a la visión del héroe solitario, del fundador ausente, del deportado, víctima de las políticas de la historia. El Duarte de Pérez es el Duarte traicionado, vejado, lanzado al exilio, al viaje sin retorno por sus contemporáneos, pero también el Duarte de nuestros días, vaciado y viciado, desfundado y desfondado, convertido en negocio, en moda pasajera por los poderes institucionales y fácticos. Ese Duarte nuestro de cada día, negado y olvidado, que es oscura primavera, obstáculo presente y pretexto permanente. Nada complaciente con la manipulación del mito Duarte, el texto de Pérez es desmitificador, irreverente, protestatario. Lo dice y lo grita: Duarte es hoy mero pretexto

Descreído, el final, que es huella y paso, vaticina su nuevo destierro. En realidad, para Pérez, Duarte es también un pretexto, pero en otro sentido. Cree que hay que ir más allá del Duarte mítico, más allá del mito y la leyenda, más allá del paradigma. Duarte no necesita hoy más homenajes. No necesita más gloria de la que goza, ni más tributos a su memoria, ni más culto y veneración, ni más reconocimiento. Necesita actitudes. En la Patria (o lo que queda de ella) degradada y envilecida por los usos y abusos del Poder, Duarte demanda acciones, conductas, gestos dotados de sentido. Reclama ser profundamente interiorizado en la conciencia individual y colectiva; reclama integridad, honestidad, pulcritud en el manejo de la cosa pública y decoro en las vidas privadas. Más reconocido que conocido, más citado y recitado que emulado, Duarte ha sido y seguirá siendo el dominicano por antonomasia, el más homenajeado, el más mencionado y respetado, y, sin embargo, también el menos seguido y el más vapuleado y asqueroseado y puteado con cada vileza y abyección nuestras. Hoy se nos antoja una figura del pasado que sólo mencionamos para fiestas patrias y que el Poder manipula a su antojo. El Duarte de efemérides y escuela primaria, ese Duarte tarea-para-sacar-buena-nota, que sentimos lejos y ajeno al presente pues parece haber dejado de hablarnos, es un Duarte petrificado. Pero él anhela

seguir viviendo en las mentes y los corazones de los ciudadanos de este siglo. No es, pues, homenaje lo que amerita: lo que urge es restituirlo como auténtico referente moral y ético de la nación dominicana. ¿Qué pasó con Duarte? ¿Qué nos dice Duarte hoy? ¿Qué tiene que decir a las nuevas generaciones de dominicanos? ¿Cómo habla a nuestras vidas y conciencias, a los que vivimos y morimos en el siglo veintiuno?

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Me monté en la guagua de Fornerín Nunca supe si era novela o memoria, no importa

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DENIS MOTA ÁLVAREZ

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ubo un tiempo, en que la guagua de Pedrito Ozuna era el único medio de transporte que comunicaba al villorrio de San Rafael del Yuma con la pequeña ciudad de Higüey; sin embargo, los lazos familiares, espirituales y emocionales, las unían dada por esa migración inicial de los apellidos más sonoros del Salvaléon altagraciano hacia Yuma: Castillo, Valdez, Aristy, Cedano, Cedeño y Núñez, en los cimientos fundaciones de aquella grey pueblerina a finales del siglo XVIII, por una comisión de ciudadanos higüeyanos y comunitarios procedentes de Hato Mayor y El Seibo, que también se asentaron para siempre allí, legando los apellidos Mota, Perozo, Del Rosario y Zorrilla. En tiempos coloniales, Yuma probablemente fuera parte importante de la sede del cacicazgo de Higüey, si se toma en cuenta que en lo que hoy es el paraje El Atajadizo*, extremo nordeste de Boca del Yuma, los investigadores del Museo del Hombre Dominicano encontraron el cementerio, areíto y campo de pelota más importantes de las Antillas. En 1502, Juan Ponce de León, natural de Santervás de Campos, un municipio de la provincia de Valladolid, España, colaboró con el gobernador de la isla, Nicolás de Ovando, y frenó la rebelión del cacicazgo de Higüey. Por dicha participación, fue recompensado con el cargo de gobernador de la recién creada provincia de Higüey. En ese cargo, alquilaba indios para buscar oro, y los que no, trabajaban en los abundantes cultivos de yuca. Ponce de León se hizo rico gracias al cultivo de la yuca. Debido a esta prosperidad, Ponce construyó una villa en Higüey (San Rafael del Yuma) que llamó Salva León y mandó a traer a su esposa y a sus hijos. En su estancia, escuchó las historias de las riquezas existentes en Borinquén. A partir de ese momento, concentró todos sus empeños en poder acudir a ese sitio, siéndole concedido el permiso necesario. Dio órdenes de plantar yuca en el caso de que las misiones de exploración en busca de oro fueran fracasando. Desde su casa Solariega y fortaleza militar, el 12 de agosto de 1508, Ponce de León parte de Yuma a explorar Boriquen y se dirigió a la bahía de Boca del Yuma, que también contaba con otro fuerte militar levantado por él, y los indígenas bajo su mando le proveyeron los abastos alimenticios y acondicionaron el puerto para acoger los bergantines que hicieron la ruta para el descubrimiento y colonización de Borinquen. En el 1513 emprendió viaje hacia el sur de lo que hoy es Estados Unidos, a colonizar a la Florida, donde continuó su incansable andanza detrás de la fuente de la eterna juventud. Lo primero que despertó en mí “Tú siempre crees que viene una guagua” fueron esos recuerdos históricos fundacionales, porque Higüey y Yuma han estado hermanados por los fervores altagracianos y por los desamores políticos, expresados en la distribución arbitraria de la jerarquía de los poderes, y porque los yumeros se quejan de que los recursos y las obras del Estado se quedan en el municipio cabecera, pero aún así entienden que forman parte fundamental de una de las más importantes provincias del país. La obra entreteje un entramado que se retroalimenta en el baúl de los recuerdos del autor, que él define, en una suerte de develación de intimidad del proceso de construcción literaria, señalando de entrada que “El mundo que nos vio crecer (…) acuchilla los sueños”. Ahora bien, entre otras claves, lo que me permite inclinarme a creer que la guagua está llegando cargada de recuerdos es la confesión de que “Éramos cardúmenes, bandadas de pequeños instantes que se juntaban, crecían, forjábamos la memoria, tejíamos la historia, desde el barrio, la ciudad (…)”, página 9. En la guagua cabe toda la vida de Carlos, el jefe de la pequeña pandilla, El Poeta, El Cojo,

Doctor Miguel Angel Fornerín, profesor universitario, ensayista y novelista.

La Mujer, La Brugalita, la celestina Filomena, El Diputado, que con el tiempo llegaría a Senador y hasta aspirante a Presidente de la República, interactuando todos en un espacio trepidante entre incertidumbres, quehaceres y escepticismo de un único tiempo posible y polivalente, donde los personajes políticos del gobierno, militares, derecha e izquierda, de los 12 años de la dictadura autocrática de Joaquín Balaguer, postulan un accionar de enfrentamientos que hacen imposible el olvido fuera y dentro del escenario ficticio de la memoria del autor y la obra. En los veintitrés capítulos que dan cuerpo a Tú siempre crees que viene la guagua, Fornerín narra la adolescencia de los personajes principales, la operación de la “célula” juvenil, y se desplaza en el plano geográfico provincial, con un análisis social, económico, político y cultural, donde pone de manifiesto la presencia poderosa del Diputado, amablemente mesiánico, dueño de todo, repartidor de dádivas y clientelista. Por el otro lado, están los muchachos soñadores de los cambios y las transformaciones socio-políticas, económicas y culturales de la patria chica y del país, y planean sus acciones político-militares, con Carlos como guía, mentor y mártir de la causa. Aquella bandada de jóvenes hace las primeras incursiones y lances amorosos-sexuales en el burdel de La Monja, donde entre otros personajes estaba Juliette que habría de entrar “…con esa cara de ángel extraviado en el infierno, tal como la tenía la tarde en que Guarrón Duluc entró con ella del brazo en el burdel”, personaje con aire garciamar-

quezco. Si es novela o memoria no importa, lo que sí importa es un “no me olvide” dirigido a las sociedades higüeyana y nacional sobre los terribles 12 años de los gobiernos balagueristas, donde los verdugos aparecen con nombres propios y los hechos y acontecimientos se reseñan de forma vívidas y en un lenguaje que enaltece en formalidades y registros estéticos al conjunto del texto. El capítulo quince es una declaración de principio y de sueños donde Carlos, en una carta-testamento, se despide del poeta con un manifiesto político, que hace historia sobre la historia: “El hombre es histórico, sin la razón histórica no hay vida vital verdadera”. Es un texto cargado de verdades, de una plasticidad estética, ética y moral trascendente y el poeta presta, al amigo que se marcha a la muerte, sus inspiradas palabras, anunciándole que la lluvia caerá sobre el poeta y no lo mojará; no sin antes reprenderlo diciéndole que verás la vida venir y con ella la muerte; pero censurándolo si cae, a cambio de bienes materiales, en la mano y el reconocimiento del Príncipe, que puede ser el amable Diputado. Me marché una mañana en la guagua de Pedrito Ozuna, moreno regordete, de vientre pronunciado, dientes coronados en oro, de un vozarrón autoritario, y me instalé en una habitación, donde doña Guinga y un guardia pintor apodado Mata’ecoco, en la calle Cambronal, detrás del antiguo Obispado de la iglesia San Dionisio, y siempre estoy creyendo que aquella guagua Chevrolet viene a buscarme, con Miguel Ángel Fornerín de “pícher”, y eso me pone la carne de gallina, porque de aquellos recuerdos solo queda la guagua que tú siempre crees que viene. (*)Boletín No.7, 1976, Museo del Hombre Dominicano


Viaje por la historia

AREÍTO

Sábado 15 de febrero de 2014

HOY

En Londres, Francis solo pensaba enCuba

Francis Caamaño con su esposa e hijos en rueda de prensa a su llegada Londres (Francis, chichita y niños)

Dedicatoria a doña “Nonín”

La viuda Caamaño con el rosario que le obsequió Paulo VI y la mantilla que llevó ese día

POR ÁNGELA PEÑA/ A.PENA@.COM.DO

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ara cualquiera que no fuera del círculo íntimo de Francis Caamaño, el líder de abril llevaba una vida feliz y normal como agregado militar en Londres, pero esto era solo apariencia. Internamente se sentía amargado. Reaccionó con furia un día que pensando que se alegraría su prima Fellita lo esperó con el Himno de la Revolución. Mandó a quitarlo bastante exasperado, quizá por la emoción o la nostalgia que le producían sus notas. En otra ocasión consumió casi de un sorbo una botella de alcohol probablemente para ahogar la desventura que aguijoneaba sus sentimientos, y en un momento diferente ordenó insultar a un posible espía que se anunció en el consulado con un “hablamos desde Cuba”. “¡Dígale que no, que no tienen ningún derecho a llamarme, que son unos atrevidos!”. Cuando Fellita, quien le había anunciado la llamada, llegó a la casa la tildó de ingenua. “Eso no es de Cuba, son los norteamericanos para investigar”, advirtió. En las dos residencias que habitó en aquella nación estaba prohibido hablar de política pues agentes de la CIA lo vigilaban. Cuando debía tratar asuntos de esa índole invitaba a un restaurante. El hogar estaba reservado para correr carritos con los niños, hacerles bromas con los alimentos y romper el protocolo en la mesa donde el almuerzo era un ritual. A veces echaban carreras en el parque aunque un día castigó con una correa a los varones, boca abajo y los glúteos al descubierto, porque molestaron a los participantes en una recepción vecina, que se quejaron a la policía. La mente de Francisco Alberto Caamaño Deñó estaba en Cuba. Por eso se molestó cuando su padre, convaleciente de un infarto le visitó dos veces a solicitud de Juan Bosch para convencerlo de que aceptara la candidatura a la presidencia de República Dominicana, como lo proclamaba el pueblo. No hablaba inglés pese a que lo dominaba a la perfección por sus estudios en Estados Unidos. “Sentía dolor, rabia, pensando que a él lo formaron los americanos y luego invadieron su país”, asevera María Paula Ace-

La foto que Francis Caamaño dedicó a su madre.

vedo viuda Caamaño (Chichita). “¡Yo quiero morir pisando playas norteamericanas, con mi R-15 y un contingente de latinoamericanos para que los yanquis se den cuenta de lo que es una bota invasora humillando a un país!”, repetía. Quizá sus ratos de mayor alegría en Londres eran cuando escribía a los líderes constitucionalistas, hablaba por teléfono con Jottin Cury, Hugo Tolentino, el presidente García Godoy o consumía páginas de libros, sobre todo de política. “Allá sufrió alguna transformación intelectual, leía mucho y se reunía en París con gente muy progresista”, atestiguan su prima y su viuda. Le animaron bastante las visitas que recibió de Antonio Guzmán, doña Reneé su esposa, y su hija Sonia, Héctor Aristy, Jorge Gerardo Marte Hernández, Frank Salcedo, Fernando Pimentel, César Olmos, Marianela Báez Benzo, José Francisco Peña Gómez, Cristian Martínez, Euclides Gutiérrez y estudiantes dominicanos residentes en Londres. El periodista Tad Szulc sostuvo con él prolongadas entrevistas. Un evento memorable en su vida en Londres fue el triunfo obtenido en una competencia de tiro en la que se enfrentó a un sargento de la guardia inglesa que era el mejor de su país en esa disciplina. “Pasó unos días tenso, preparándose, pero cuando ganó vino como un niño”, cuentan. También le fue grato ofrecer una conferencia sobre los sucesos de 1965 en República Dominicana a estudiantes de la Universidad de Oxford, quienes le agradecieron entregándole una placa; así como las semanas que pasó en Roma junto a Chichita, adonde viajaron para entrevistarse con el Papa Paulo VI junto a Emilio Ludovino Fernández y Yege Arismendi. Le aconsejaron que el encuentro le ayudaría a despejar “el olor a comunista que le había dejado la guerra”. El Sumo Pontífice se encerró a solas con él más de 20 minutos y luego Caamaño contaría que el Santo Padre no permitió que se inclinara a besar su anillo. “¡No, coronel, si hubiesen 100 hombres como usted en América, qué diferente fuera todo!”. Le obsequió una moneda, que él envió luego a su padre, y a la esposa un rosario. En las afueras de la

sede papal el coronel compró rosarios que regaló a amigas y familiares, entre ellas Fellita, Galolo de Cabral y Chechelo Pérez Bernal de Rodríguez Mansfield. La viuda aún conserva el presente y la mantilla negra que usó en la ocasión. CUBA. Es probable que aparte de María Paula Acevedo solo Rosita Segovia García, su secretaria mexicana, supiera de los contactos de Caamaño con cubanos o quizá la asistente los ignoraba porque este escribía y preparaba sus mensajes secretos en la casa. “Sabía que sostenía conversaciones con el embajador de Cuba en Londres, apellido López. Tenían una contraseña”, refiere María Paula. Francis guardaba en su habitación montañas de cajetillas de cigarrillos a las que sacaba la pajilla, introducía notas y volvía a poner el tabaco, entonces utilizaba emisarios para entregarlas. Hablaba en claves con algunas personas, entre ellas una empleada de la embajada cubana, y en una ocasión mandó a Chichita a dejar en un lugar cuatro paquetes. Una persona que la observaba desde lejos los recogió cuando ella se alejó. Fellita decidió regresar a Santo Domingo el seis de noviembre de 1966. “Prima, yo nunca te hubiera pedido que te fueras pero me estás quitando una gran responsabilidad”, le dijo. Francis y su esposa habían acordado que ella iría a residir a España y él la visitaría quincenalmente pero llegó un día en que se despidieron en Madrid. “Él se fue con Lara Matos que lo llevó al aeropuerto. Me abrazó, me juró amor eterno y salió para Londres a preparar viaje para visitar a Lachapelle en Holanda. El día que mataron al Che Guevara lo llamé y no estaba. Pasaron unos días hasta que me llamaron una noche para decirme que había desaparecido”. Ella quedó consternada. “¿Cómo? ¡No puede ser!”. Supo después que de la casa de Lachapelle su amado Francis se dirigió a un restaurante del que salió disfrazado de cura en octubre de 1967. Se fue a La Habana y allí se llamó “Román”. Chichita fue bautizada “Ángela Soto” y a los niños se les protegió la identidad en la Escuela Vocacional Los Camilitos. La vida de los Caamaño Acevedo continuaría en Cuba.

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AREÍTO

Sábado 15 de febrero de 2014

Arte contemporáneo

HOY

MAGDIEL W. TOLEDO “CRÓNICAS URBANAS”

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niciando su calendario de exposiciones del 2014, desde la noche del pasado jueves 6 de febrero, el Museo de las Casas Reales y el Ministerio de Cultura dejaron abierta la exposición pictórica titulada: “Crónicas Urbanas”, del joven artista cubano Magdiel Wilfredo Toledo. Durante el emotivo acto de apertura, encabezado por la doctora Ana Yee de Cury e Iván Miura, directora ejecutiva y subdirector, respectivamente, del Museo de las Casas Reales, así como por el crítico de arte Abil Peralta Agüero, director de la Unidad Técnica de Cultura de la Cámara de Diputados, el reconocido galerista Ranier Sebelén agradeció la amplia receptividad y el cálido entusiasmo suscitados por esta importante exhibición de la obra de Magdiel Toledo en Santo Domingo.

“Crónicas Urbanas” está compuesta por 12

AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

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pinturas al óleo sobre tela en diferentes formatos. Se trata de la primera muestra individual en Santo Domingo de este joven artista cubano basado en la ciudad de Miami y cuya obra es representada en Puerto Rico por el Grupo Alejandro Alfonso, editor de la revista “Latin American Art”, mientras que en nuestro país su representación está a cargo de la Galería de Arte Sebelén. En primera instancia, tanto para los coleccionistas y especialistas del arte caribeño como para todos los amantes del arte en Santo Domingo, esta exposición nos posibilita un mayor acceso y un seguimiento más directo a la producción pictórica reciente de Magdiel W. Toledo. En estas pinturas, Magdiel Toledo nos deja ver bien claro que el auténtico creador no tiene más opción que la honestidad consigo mismo, con los elementos fundamentales del hecho plástico y con los retadores misterios del arte. En su gramática pictórica personal, construida mediante unos juegos inteligentes de líneas, volúmenes, transparencias y espacios cromáticos sólidamente definidos, se reafirma como virtuoso de la técnica, la forma y la composición. Pero su ética ante el rigor formal y la simetría sistemática, cifrada en la efectividad comunicativa de los contenidos objetivos, no hace más que “disparar” las posibilidades de la contemplación fruitiva y reflexiva ante unas imágenes tan divertidas, sarcásticas y socarronas como deliciosamente excitantes. Un “sabor”, un “aire” y una gracia conectados a las tradiciones de la sátira, el cómic y la fantasmagoría, traspasa la pintura de Magdiel Toledo. Pero su conexión con el médium pictórico es profundamente existencial y a la hora de la ejecución, Toledo se nos revela con personalidad única en la búsqueda imposible de una “perfección” estético-simbólica” que lo conduce a plasmar una crónica visual del espacio cotidiano contemporáneo, donde las remisiones alegóricas hacia personajes, tipologías y paisajes socioculturales “paradigmáticos” nos sitúan definitivamente al borde del absurdo y del asombro. La pintura de Magdiel W. Toledo nos revela una práctica creadora que no extravía la sensibilidad, el goce, ni la eticidad del oficio, pero mucho menos la disciplina, el rigor formal ni el soporte conceptual que sostiene su poética. ¿Y qué se puede agregar sobre la vertiginosa capacidad metafórica de su tierna y desquiciante picaresca? Definitivamente, estamos ante la perpetua ironía demoledora y el estallido de la risotada en un “fresco” y singular universo imaginario que se retroalimenta desde la reflexión; desde el maravilloso y fascinante proceso de trasmutación o polisíntesis multicultural que define el folclore de la posmodernidad: mitologías, simulacros, hipermímesis, teatralidad y “esquizia” colectivas que signan los rituales del caos cotidiano en los centros, suburbios, maquinarias y espacios mutantes de la posmetrópolis. Mitologías cotidianas y rituales domésticos del caos: exilio, amor y desamor; banalidad, consumismo e inocencia; intimidad, violencia y hedonismo; paranoia, desconfianza, nostalgia, sueño, ilusión y celebración de la fraternidad. Imaginario de lo real y lo no real. Realidades, irrealidades y ficciones que estallan en su policromía, deslumbrando la mirada del espectador como efectos estéticos poderosamente sugestivos.

A pesar del tiempo

American Dream

Abducidos

Penélope Mistake

La alfombra mágica

En el acto de apertura de la exposición de Magdiel Toledo en el MCR. De izquierda a derecha: Gerardo Bobadilla Malkún, Rolando Sebelén, Ranier Sebelén, Francisco Elías y Laura Ramos.

MAGDIEL TOLEDO

Magdiel Wilfredo Toledo Ortega (Matanzas, Cuba, 1971) es un talentoso creador cuyo interés por las artes plásticas se manifiesta desde su niñez. Realizó estudios formales de diseño industrial, pero su formación artística es fundamentalmente autodidacta. Sin embargo, hacia mediados de la década de 1990, emerge independiente con un

Efectos como territorios desbordados del “nonsense”. Territorios “carismáticos” y especulares de Magdiel Toledo, impregnados de cifras, sentidos, percepciones, aires, sa-

discurso plástico “sui generis”, exhibiendo con frecuencia en salones provinciales importantes y a nivel nacional en instituciones como la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y el Fondo de Bienes Culturales en La Habana. Desde entonces, su obra ha sido exhibida exitosamente en prestigiosas galerías, museos, ferias y subastas de arte en países como en Luxemburgo, Italia, Estados Unidos, Canadá, Barbados, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana, Argentina, México y España. Magdiel W. Toledo ha sido considerado por respetados historiadores, críticos y curadores del arte latinoamericano como un creador dotado de una imaginación y una sensibilidad excepcionales. Según la especialista cubana Nadia Chaviano Rodríguez, Magdiel Toledo es “una de las voces más auténticas de la pintura cubana contemporánea”. “Crónicas Urbanas” estará abierta durante todo el mes de febrero en el Museo de las Casas Reales. Calle Las Damas, Ciudad Colonial, Santo Domingo. Horario: Lunes-sábado, 8:30am-6:00pm. Y los domingos de 9:00am-1:00pm.

bores, sensaciones, reacciones, sonidos, pensamientos, ritmos, “caricias” y alucinaciones expresivas incesantes.


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