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Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 18.01.2014
Cuidado del cuerpo versus culto del cuerpo Pág 2
MANUEL RUEDA En la literatura dominicana
Manuel Rueda es, para mí, un autor poliédrico. Las distintas aristas que su vida artística despliega hacen merecedor de una estación aparte en el canon de la literatura dominicana. Página 5
Cincuenta sonetos
DE LEÓN DAVID León David, escritor, profesor, crítico y filósofo ha abordado el mundo del ensayo caracterizándose por reflexiones y argumentaciones de hondura sobre temas trascendentes tanto en el campo literario como en el filosófico. Página6
¡ALBERTO ULLOA!
HOMENAJE
Página8
Yanquis vigilaban
de cerca a los patriotas
Entre los múltiples patriotas perseguidos y humillados por los norteamericanos durante la ocupación de 1916 estuvieron Rafael César Tolentino, director de La Información, y Manuel Flores Cabrera, intelectual venezolano que hizo causa común con los dominicanos. Página7
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Sábado 18 de enero de 2014
Zona Areíto Areito
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Juan Bosch (Cuentista y ensayista dominicano) La palabra puede exponer la acción, pero no puede suplantarla. Miles de frases son incapaces de decir tanto como una acción
Leonardo Boff
Cuidado del cuerpo versus culto del cuerpo E ntender la existencia humana a partir de la teoría de la complejidad es enriquecedor. Somos seres complejos, vale decir, en los que se da la convergencia de un sinnúmero de factores, materiales, biológicos, energéticos, espirituales, terrenales y cósmicos. Poseemos una exterioridad con la cual nos hacemos presentes unos a otros y pertenecemos al universo de los cuerpos. Y tenemos una interioridad, habitada por vigorosas energías positivas y negativas que forman nuestra individualidad psíquica. Somos portadores de la dimensión de lo profundo por donde rondan las preguntas más significativas del sentido de nuestro paso por este mundo. Estas dimensiones conviven e interactúan permanentemente influenciándose unas a otras y moldean eso que llamamos el ser humano. Todo en nosotros tiene que ser cuidado, si no, perdemos el equilibrio de las fuerzas que nos construyen y nos deshumanizamos. Al abordar el tema del cuidado del cuerpo es menester oponerse conscientemente a los dualismos que la cultura persiste en mantener: por un lado el «cuerpo», desvinculado del espíritu y por otro el «espíritu» desmaterializado de su cuerpo. Y así perdemos la unidad de la vida humana. La propaganda comercial explota esta dualidad, presentando el cuerpo no como la totalidad de lo humano, sino parcializándolo, sus músculos, sus manos, sus pies, en fin, sus distintas partes. Las principales víctimas de esta fragmentación son las mujeres, pues la visión machista se refugió en el mundo mediático del marketing usando partes de la mujer, sus pechos, su sexo y otras partes, para seguir haciendo de la mujer un «objeto» de consumo de hombres machistas. Debemos oponernos firmemente a esta deformación cultural. También es importante rechazar el «culto al cuerpo» promovido por la infinidad de gimnasios y otras formas de trabajo sobre la dimensión física, como si el hombre/mujer-cuerpo fuese una máquina desposeída de espíritu que busca desarrollos musculares cada vez mayores. Con esto no queremos de ninguna manera desmerecer los distintos tipos de ejercicios de gimnasia al servicio de la salud y de una mayor integración cuerpo-mente, los masajes que renuevan el vigor del cuerpo y hacen fluir las energías vitales, en particular las disciplinas orientales como el yoga, que favorece tanto una postura meditativa de la vida, o el incentivo a una alimentación equilibrada, incluyendo también el ayuno, bien como ascesis voluntaria o como forma de armonizar mejor las energías vitales. El vestuario merece una consideración especial. No solo tiene una función utilitaria para protegernos de las intemperies.
También tiene que ver con el cuidado del cuerpo, pues el vestuario representa un lenguaje, una forma de revelarse en el teatro de la vida. Es importante cuidar de que el vestuario sea expresión de un modo de ser y que muestre el perfil humano y estético de la persona. Es especialmente significativo en la mujer pues ella tiene una relación más íntima con su propio cuerpo y con su apariencia. Nada más ridículo y demostrativo de anemia de espíritu que las bellezas construidas a base de botox y de cirugías plásticas innecesarias. Sobre este embellecimiento artificial hay montada toda una industria de cosméticos y de prácticas de adelgazamiento en clínicas y spas que difícilmente sirven a una dimensión más integradora del cuerpo. Esto no quiere decir que haya que invalidar los masajes y los cosméticos importantes para la piel y para el justo embellecimiento de las personas. Pero hay una belleza propia de cada edad, un encanto que nace del trabajo de la vida y del espíritu en la expresión corporal del ser humano. No hay photoshop que sustituya la ruda belleza del rostro de un trabajador tallado por la dureza de la vida, los rasgos faciales modelados por el sufrimiento. La lucha de tantas mujeres trabajadoras en el campo, en las ciudades y en las fábricas dejó en sus cuerpos otro tipo de belleza, frecuentemente con una expre-
sión de gran fuerza y energía. Hablan de la vida real y no de la vida artificial y construida. Por el contrario, las fotos trabajadas de los iconos de la belleza convencional, casi todos moldeados por tipos de belleza a la moda, mal disfrazan la artificialidad de la figura y la vanidad frívola que ahí se revela. Tales personas son víctimas de una cultura que no cultiva el cuidado propio de cada fase de la vida, con su belleza y luminosidad, y también con las marcas de una vida vivida que dejó estampada en el rostro y en el cuerpo las luchas, los sufrimientos, las superaciones. Tales marcas crean una belleza singular y una luminosidad específica, en vez de fijar a las personas en un tipo de perfil de un pasado ya vivido. Cuidamos positivamente del cuerpo regresando a la naturaleza y a la Tierra, de las cuales nos habíamos exiliado hace siglos, con una actitud de sinergia y de comunión con todas las cosas. Esto significa establecer una relación de biofilia, de amor y de sensibilización hacia los animales, las flores, las plantas, los climas, los paisajes y la Tierra. Cuando nos la muestran desde el espacio exterior –esas preciosas imágenes del globo terrestre trasmitidas por los telescopios o por las naves espaciales–, irrumpe en nosotros un sentido de reverencia, de respeto y de amor por nuestra Gran Madre, de cuyo útero venimos todos. Ella es pequeña, cosmológicamente ya envejecida, pero radiante y llena de vida. Tal vez el mayor desafío para el ser humano-cuerpo consiste en lograr un equilibrio entre la autoafirmación sin caer en la arrogancia y el menosprecio de los otros, y la integración en un todo mayor, la familia, la comunidad, el grupo de trabajo y la sociedad, sin dejarse masificar y caer en una adhesión acrítica. La búsqueda de este equilibrio no se resuelve de una vez por todas, debe de ser trabajada diariamente, pues se nos pide en cada momento. Hay que encontrar el balance adecuado entre las dos fuerzas que nos pueden desgarrar o integrar. El cuidado de nuestro estar-en-el-mundo incluye también nuestra dieta: lo que comemos y bebemos. Hacer del comer más que un acto de nutrición, un rito de celebración y de comunión con los otros comensales y con los frutos de la generosidad de la Tierra. Saber escoger los productos orgánicos o los menos quimicalizados. De ahí resulta una vida sana que asume el principio de precaución contra eventuales enfermedades que nos pueden sobrevenir por el ambiente degradado. De esta manera el ser humano-cuerpo deja transparentar su armonía interior y exterior, como miembro de la gran comunidad de vida.
LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado
1867
NACIÓ EL 18 DE ENERO. Rubén Darío, seudónimo de Félix Rubén García Sarmiento, poeta nicaragüense, considerado como la figura más representativa del modernismo en lengua española. Es el poeta con más influencia en la poesía
hispánica del siglo XX.
1936
FALLECIÓ EL 18 DE ENERO. Joseph Rudyard Kipling, novelista y poeta inglés, premio Nobel en 1907. Algunas de sus obras más populares son “El libro de la selva”, “Kim de la India” o “El hombre que pudo ser reinar”.
1925
NACIÓ EL 20 DE ENERO. Ernesto Cardenal, sacerdote católico, poeta y político nicaragüense.
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1932
NACIÓ EL 20 DE ENERO. Heberto Padilla, poeta , periodista y activista cubano.
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1911
NACIÓ EL 18 DE ENERO. José Mª Arguedas, escritor peruano. Es autor de la obra “Todas las sangres”, novela de gran consistencia narrativa, que muestra toda la variedad de tipos humanos que conforman el Perú.
1809
NACIÓ EL 19 DE ENERO. Edgar Allan Poe, escritor norteamericano, maestro de la novela gótica y los cuentos de terror.
1950
MURIÓ EL 21 DE ENERO. George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair, escritor británico. Sus dos novelas más populares y críticas son “Rebelión en la granja“, y “1984”
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Literatura
Sábado 18 de enero de 2014
De Pulitzer a Pulitzer
Pastoral Americana y La breve y maravillosa vida de Óscar Wao (Última parte)
LUIS R. SANTOS
El punto de vista del narrador La elección del narrador que contará la historia es un paso fundamental a la hora de darse a la tarea de escribir una novela. Es, al igual que los personajes y las anécdotas, una invención, un producto bien terminado de la imaginación del escritor. La novela de Junot Díaz está contada por varios narradores en primera persona, y así sabemos que estos son personajes que conocen en detalle lo que cuentan, ya sea porque intervinieron en los hechos narrados o porque tuvieron conocimiento de ellos por vía de sus protagonistas. Pero en el desarrollo de la trama de la novela, en varias ocasiones, tenemos la impresión de que estamos ante un narrador omnisciente. Me permito poner un breve ejemplo: “En esos días vivía en Baní. No el Baní frenético del día de hoy, mantenido por un suministro inagotable de doyos que se han apropiado de la mayor parte de Boston, Providence, New Hampshire. Era el Baní de épocas pasadas, hermoso y respetuoso. Una ciudad famosa por su resistencia a todo lo que fuera negro y sin embargo fue allí donde residió el personaje más prieto de nuestra historia”. (Págs. 93-94). Aquí el narrador está contando la vida de Beli, la madre de Óscar Wao, quien termina en Baní en casa de una parienta llamada La Inca, después de pasar muchos sinsabores, después de pagar parte del karma que le tocaba por ser miembro de una familia afectada por el fukú que le cayó por haber contrariado a Trujillo. En esta novela de Junot Díaz aparece el narrador decimonónico, que hace saber que el lector tiene en sus manos una historia que alguien le está contando. En su libro La novela dominicana 1980-2009, perfil de su desarrollo, Avelino Stanley, al referirse al punto de vista del narrador en esta novela, nos dice: con alguna frecuencia aparece la presencia del omnisciente señalando sin inmutarse a “nuestro héroe”, nuestra historia, nuestro personaje, apenas te conocimos, niña. Esto es hacer uso de una manifestación muy propia de la novela decimonónica. (Págs 270-271). Aquí también nos encontramos con el caso de los narradores que mudan de espacio, que están contando en primera persona y de manera inesperada pasan al omnisciente y a veces hasta a un narrador colectivo. En Pastoral Americana ocurre un tanto, pero en el sentido de la muda espacial del narrador. En principio sabemos que quien cuenta la historia fue un contemporáneo del
protagonista, que le conoció muy de cerca y se instala en el yo, la primera persona del singular. Sin embargo, al avanzar la novela prácticamente desaparece el narrador en primera persona para instalarse en la omniscencia.
ta que encontré la mosca metida en el pastel de ciruela, difícil de identificar pues su color la camuflaba con la de la ciruela. Entonces me sentí aliviado y comprobé que la obra perfecta no existe.
A manera de epílogo Llevando el barco a puerto seguro Siempre he considerado que poner punto final a cualquier texto narrativo es una de las tareas más difíciles del oficio. Muchas son las buenas obras que al final se desinflan, colapsan como un bebedor inexperto que se ha dado veinte disparos de tequila. Siempre recuerdo una novela que sufre de este mal y la pongo como ejemplo: La casa del sano placer, de Alicia Yañez Cosío. Y en la novela de Junot Díaz al final uno siente que el escritor estaba atascado, enchivado en un pantano de indefinición. Casi veinte páginas antes de terminar la novela uno siente este atasco. Y se tiene la impresión de que da vueltas encima de un tiovivo, y de que va a marearse. Es que Junot Díaz, como nato contador de historias que es, quiere aclararlo todo, no dejar nada sin desvelar. Y esto en la novela no siempre es posible ni mucho menos conveniente. Hay destinos que no necesitan ser puestos al desnudo, hay situaciones que es mejor dejarlas resueltas solo en la cabeza del autor y nunca ser reveladas al lector. En el caso de Pastoral Americana, al narrador no le importa que nadie sepa en detalle el destino de los personajes. Hay muchas situaciones que permanecen en una densa neblina, que llenan de incertidumbre y de preguntas al lector. Al narrador no le interesa aclarar las situaciones aún no resueltas y al contrario, intuyo, lo que busca es dejar en el lector la sensación de lo inacabado, de lo que no tiene resolución. Pero la gran novela que es Pastoral Americana tiene, a mi entender, una parte que le cuelga como apéndice indeseable. Me refiero a un tedioso e inoportuno interrogatorio que le hace Lou Levov, el padre del Sueco, a Dawn, la esposa de su hijo. Estamos hablando de un interrogatorio que va desde la página 473 hasta la 484. Y que no viene al caso a esa altura de la trama, pues, se trata del interrogatorio que había sometido el padre del Sueco a su futura nuera al momento en que planeaban casarse. Y eso había ocurrido muchos años atrás. Y este recurso, pienso, no aporta nada al texto, y solo viene a reiterar lo autoritario y celoso de sus tradiciones que era el patriarca de la familia. Cuando leía esta novela me asombraba de su perfección, has-
La breve y maravillosa vida de Óscar Wao es una novela que nos cuenta una saga familiar marcada por una maldición. Esta maldición que el autor llama fukú termina aniquilando a cada uno de los miembros de la familia y solo se salvan Lola y su hija. Es una obra que nos enseña que la mayoría de los seres humanos está condenada a sufrir los rigores de un destino contra el cual no puede luchar. En el caso de Óscar Wao su tragedia es mucho más patética porque el designio en su contra no se cumple por razones políticas o por un ataque artero de la vida, como es el caso de su madre, que cae fulminada por un cáncer, sino que su destino trágico se cumple en busca del amor, se consuma por su necesidad de conocer eso que llaman amor. Y parte de su desgracia tiene que ver con un capricho de la naturaleza, pues, la belleza física es un accidente, no es don, es un valor que los seres humanos siempre han colocado por encima de la esencia misma del ser. Pero como son las cosas: estoy casi seguro de que nadie sufrió la tragedia de Óscar Wao, y casi nadie pudo haberla sufrido porque el autor de esta novela supo encontrar un tono, una voz, un estilo para hacernos digerir su historia valiéndose del humor, negro y no tan negro, de la ironía, de giros lingüísticos apropiados, y a pesar de que La breve y maravillosa vida de Óscar Wao no es en realidad una obra monumental, sí está adornada con atributos literarios que la han convertido en una novela muy bien valorada por los doctores de la literatura, premiada en varios países y leída por millones de lectores. Estas son razones poderosas para que permanezca por un tiempo razonable en el ámbito privilegiado de las obras notables. En cuanto a Pastoral Americana, esta novela nos lleva a presenciar el derrumbe de un mito: el mito de la familia tradicional al mejor estilo americano y con ella a toda una sociedad porque en la novela la parte representa al todo. Pastoral Americana es una novela que nos muestra las paradojas que enfrentan los seres humanos. Nos enseña que nadie está por encima del bien y del mal. Nos enseña que somos vulnerables a pesar de la voluntad de parecer y creernos fuertes e indestructibles.
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/Por Julio González
UNA ESPAILLAT A VENEZUELA (2 de 2)
Encuentros
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- Marcos Aurelio Rojas Espaillat, nació en 1832 en Caracas. Destacado escritor didáctico. De profesión médico. Falleció en Caracas a la edad de 35 años. - María Dolores Rojas Espaillat, nació el 3 de enero de 1834 en Caracas. Contrajo matrimonio también en Caracas el 1 de febrero de 1854 con Enrique Lord Boulton Schimmel (1829-1891), natural de La Guaira, Venezuela. Procrearon ocho hijos: Enrique Lord (1855-1921); Alfredo Guillermo (1857-1892), quien casó el 3 de enero de 1881 con la francesa Teresa Dalla Costa; Ana Gertrudis (1859-1896), quien casó con Gustavo Vollmer el 14 de abril de 1877; María Dolores (1861-1869); Emilia Francisca (n. 1864), quien casó el 20 de abril de 1895 con Juan José Dallas Costa; Sofía (n. 1867), quien casó con Gustavo Sanabria el 11 de mayo de 1889; Juan (n. 1870), quien casó en primeras nupcias el 22 de febrero de 1896 con María Corina Olavarría y luego en 1903 con la parisina Catalina Pietri; y María Dolores Boulton Rojas (1874-1883). Los hijos de este ramal Boulton-Rojas dejaron a su vez una extensa descendencia en Venezuela. María Dolores Rojas Espaillat falleció el 25 de marzo de 1920 en Caracas. - Carlos Eduardo Rojas Espaillat, nació en 1834 en Caracas. Doctor en Medicina y Cirugía. Visitó la República Dominicana en 1866, liquidando durante su estancia, en unión de otros parientes, el pequeño patrimonio dejado por su fallecido tío paterno el prócer Benigno Filomeno de Rojas, quien murió el 30 de octubre de 1865. Casó con Dolores Hernández en Caracas. Carlos Eduardo falleció en Caracas el 16 de julio de 1919. - Jorge Rojas Espaillat, nació en 1837 en Caracas. Falleció a los 5 años el 27 de mayo de 1842 en Caracas. - Felicia Rojas Espaillat, quien casó el 28 de diciembre de 1850 en la Catedral de Caracas con Antonio José Carranza Goicochea. Procrearon seis hijos, todos nacidos en Caracas: Sofía (n. el 22 de noviembre de 1865), quien casó con su primo hermano Leopoldo Rojas Quintero; Concepción; María Dolores (f. el 27 de agosto de 1916); Teófilo (f. el 25 de febrero de 1886); Antonio (f. el 31 de marzo de 1893) y Guillermo Tell Carranza Rojas (f. el 23 de marzo de 1936), quien siguió la carrera militar llegando al grado de general. - Julia Amalia Rojas Espaillat, contrajo nupcias en la Catedral de Caracas el 3 de julio de 1851 con el ciudadano español Julián Bróquez de Paz Gil, hijo de Francisco Bróquez de Paz y María Felipa Gil y Cera. El novio era entonces secretario de la legación española en Caracas. - Milcíades Rojas Espaillat, quien casó el 24 de julio de 1872 en la Catedral de Caracas con la colombiana Dorila Antommarchi García, nacida en Cúcuta, hija del doctor José María Antommarchi, natural de Córcega, y Victoria García natural de Cúcuta. El doctor Antommarchi fue médico del emperador Napoleón Bonaparte cuando este se encontraba desterrado en la isla de Santa Elena. Milcíades Rojas Espaillat murió a los dos años de haberse casado en 1874. - Servio Tulio Rojas Espaillat, quien murió párvulo el 20 de mayo de 1840 en Caracas. Aun cuando el apellido Espaillat se perdió en la generación nacida en Venezuela, los descendientes de los Rojas-Quintero, Boulton-Rojas y Carranza-Rojas lo cuentan entre sus patronímicos ascendentes. Los Espaillat dominicanos tienen pues una cantidad considerable de primos en la tierra de Simón Bolívar, lo que de seguro desconocen.
Instituto Dominicano de Genealogía
Diálogo de saberes La complementariedad de los conocimientos, 2 Dedicado a mi médico de cabecera: Antonio J. Castillo V.
COPLAS... De paz y de piedad era la ciencia perfecta, en profunda soledad entendida vía recta era cosa tan secreta que me quedé balbuciendo toda ciencia trascendiendo. Estaba tan embebido tan absorto y ajenado que se quedó mi sentido de todo sentir privado y el espíritu dotado de un entender no entendiendo toda ciencia trascendiendo.
Los restantes hijos de José María de Rojas Ramos y María de los Dolores Espaillat Velilla fueron:
MU-KIEN ADRIANA SANG
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El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece cuanto sabía primero mucho bajo le parece y su ciencia tanto crece que se queda no sabiendo, toda ciencia trascendiendo. Cuanto más alto se sube tanto menos se entendía que es la tenebrosa nube que a la noche esclarecía por eso quien la sabía queda siempre no sabiendo, toda ciencia trascendiendo. Este saber no sabiendo es de tan alto poder que los sabios arguyendo
E
sta serie de artículos será, sin duda alguna, un viaje hacia lo desconocido. Mientras busco informaciones para escribir, recordé algunos episodios de mi niñez. Nuestra abuela paterna, que llegó al país siendo anciana y vivió varias décadas, nunca aprendió a hablar español. Su habitación era una especie de santuario. La pócima mágica era “La Flecha”, producto que mi padre acabó por importarla. El olor concentrado de este ungüento casi sobrenatural, que servía para todo, impregnaba la casa. Mi abuela también utilizaba, ahora lo sé, la digitopuntura. Ante cualquier dolencia de alguno de sus nietos, presionaba un lugar mágico, muchos años después comprendí que presionaba en los puntos energéticos claves, y que la presión ejercida permitía que se liberara la energía concentrada. Para el dolor de estómago nos daba unas horribles píldoras negras (después supe que eran hechas de algas), que tomábamos obligados con cara de asco. En nuestro viaje familiar a China en el año 2002, fuimos a visitar un centro de medicina tradicional. Cada uno de nosotros fue analizado físicamente a través del iris. En mi caso, fue sorprendente la precisión de su diagnóstico. Me quedé maravillada. Entendí la riqueza de la medicina tradicional china, que se desarrolla en un universo mágico en el que se conjuga la homeopatía, la acupuntura y el conocimiento del cuerpo humano. La medicina alternativa y complementaria (MAC) se ha expandido tanto que la Organización Mundial de la Salud decidió ofrecernos una clasificación, veamos:
PRINCIPALES SISTEMAS EN LA MEDICINA ALTERNATIVA Y COMPLEMENTARIA SEGÚN LA OMS TRADICIONAL TERAPIAS 1. Tradicional China 2. Medicina Ayurvédica 3. Medicina UNANI 4. Medicina Indígena Las medicinas y terapias tradicionales son un conocimiento que existió mucho antes del desarrollo y la difusión de la medicina occidental. Reflejan la cultura de un país, su historia y sus creencias. Terapias con medicación o Plantas medicinales o Materiales minerales o Materiales animales o Régimen alimentario y nutrición NO TRADICIONALES 1. Homeopatía 2. Quiropráctica Terapias sin medicación o Acupuntura o Terapias naturales o Terapias corporomentales o Meditación o Ejercicios tradicionales: Qi gongo, tai chi y yoga Tomado de: Medicina Ayurveda de la doctora Mariela Alderete, Jornadas Multidisciplinarias del Hospital Piñero, noviembre 2004.
La curiosidad me llevó a conocer un poco la medicina ayurvédica, nativa de la India. El texto de la doctora Alderete, corto e instructivo, me dio la clave. Al leer su trabajo me convencí que los tres libros recibidos durante la Navidad tienen mucho de la medicina alternativa. Los propios autores así lo reconocen. Los principios de la medicina ayurvédica están implícitos en estas miles de páginas. Ayurveda significa, dice la doctora Alderete, literalmente la “ciencia de la vida”. Está compuesta de dos vocablos. AYUS que represen-
jamás le pueden vencer que no llega su saber a no entender entendiendo toda ciencia trascendiendo… Y si lo queréis oír consiste esta suma ciencia en un subido sentir de la divinal esencia es obra de su clemencia hacer quedar no entendiendo toda ciencia trascendiendo.
San Juan de la Cruz (1542-1591), religioso y reformista carmelitano, teólogo y poeta místico español
ta a los ciclos vitales: el cuerpo, la mente y los sentidos. Y VEDA que es el conocimiento del mundo y, sobre todo, cómo funcionan sus componentes. La medicina ayurvédica integra el cuerpo y la mente, por lo que se orienta básicamente al restablecimiento del equilibrio corporal a través de las técnicas panchakarma o terapia de desintoxicación. Esta medicina se desarrolló en la India, y en la actualidad se imparte como un elemento más del currículo de medicina en las universidades hindúes. La doctora Alderete afirma que los postulados principales de esta medicina son 5, a saber: 1. Existe una equivalencia entre el universo, llamado también “macrocosmo”, y el ser humano, denominado “microcosmos”. 2. Toda experiencia positiva o negativa a nivel corporal tiene efectos sobre la mente, y viceversa. 3. Cada ser humano es único, por eso también es único el tratamiento que necesita. 4. La mejor medicina es la que cura al paciente. 5. Todo alimento es remedio, y, a su vez, cada remedio es alimento. La ayurveda también habla de la teoría de los cinco elementos. Sostiene que todo está compuesto de cinco elementos, que son los siguientes: aire, éter, fuego, agua y tierra. Estos elementos representan a su vez los cinco estados de la materia o energía. El ser humano es un microcosmo, por lo tanto estos cinco elementos existen en cada individuo. Según esta filosofía y corriente médica tradicional, el ser humano está compuesto de tres cuerpos: el físico, el mental y el espiritual. Para que la salud funcione es necesario el funcionamiento armónico de todas las partes de esta importantísima trinidad. Cita la doctora Alderete un principio ayurvédico: El ser humano sano es aquel en el cual la bio-energía, los humores y el metabolismo están en equilibrio, la excreción de los desechos corporales es regular y los sentidos, la mente y el alma están en calma. Parte también de varios tipos corporales o doshas, que son: kapha, pitta y vata. Cada tipo es detectado en el individuo tanto por sus condiciones físicas como mentales y emocionales. Considera que en un cuerpo saludable, los doshas trabajan en forma conjunta a fin de producir tejidos fuertes y sanos, capacidad de digestión, asimilación y eliminación. ¿Cuándo se produce la enfermedad, el desequilibrio? cuando la persona está sometida a estrés frecuente, tiene una dieta inadecuada, suprime los deseos naturales, o cuando realiza acciones inapropiadas o cuando recibe cargas emocionales negativas frecuentes. La solución, afirma, es conocer el tipo de dosha del que formamos parte para adecuar la alimentación y hacer ejercicios, masajes y meditación. Como veremos en los artículos siguientes, la sociedad de hoy nos lleva al despeñadero. Poseemos muchas cosas, pero nos enfermamos, tomamos medicinas que a su vez intoxican nuestro cuerpo, y somos presas de un círculo maligno del que a veces nos sentimos incapaces de salir. La creciente corriente de acercar los dos saberes es una evidencia de que ninguno de los dos mundos por sí solos son capaces de resolver los graves problemas vitales que tienen los seres humanos. La apertura a nuevas explicaciones nos ayudará sin duda alguna en nuestro periplo por la vida, un periplo cargado de satisfacciones, problemas, ansiedades y dilemas. Seguimos con el tema. Hasta la próxima.
MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN
Literatura
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Sábado 18 de enero de 2014
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MANUEL RUEDA
EN LA LITERATURA DOMINICANA
P
erfilar un canon de la poesía dominicana es problemático en la medida en que el hacer poético desborda los apartados estancos y las valoraciones pueden ser muy diversas. Hay en la poesía dominicana una gran cantidad de autores cuyas obras, por distintas razones, han sido más difundidas que otras. Para los estudiosos de la literatura, el canon no es una lista inmóvil y las apreciaciones tienen que tener en cuenta a los estudiosos, pero también el fervor —como diría Borges— que una obra causa en sus lectores. Manuel Rueda es uno de los principales creadores dominicanos. Y su figura no se limita al encasillamiento como poeta. Doy una gran lucha al estimar que la grandeza de un escritor no está simplemente en el dominio de un género, sino en los resultados que tiene en las distintas formas de escritura que se propone. Rueda es, para mí, un autor poliédrico. Las distintas aristas que su vida artística despliega hacen merecedor de una estación aparte en el canon de la literatura dominicana. Mi primer conocimiento sobre la obra de Rueda no tiene que ser con la poesía, sino con el teatro. Es en este género, y con “La trinitaria blanca” (1957), que Rueda se eleva ante mi mirada como interesado en la literatura dominicana. En el drama su aporte es fundamental. Llegó a planear una poética del teatro popular desde la perspectiva dominicana, teniendo en cuenta sus estudios folclóricos, como en “El Rey Clinejas” (1979). Su arte dramático, que conforma las obras: “La tía Beatriz hace un milagro”, “Vacaciones en el cielo” y “Entre alambradas” ha sido antologado por L. Howard Quachenbush, en “Antología del teatro dominicano contemporáneo” (2004), tomo II. Su obra “Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca” (1996) ganó el Premio Tirso de Molina, en España. Manuel Rueda perfila ese nuevo teatro que uniría lo universal a lo popular dominicano y entronca su propuesta en “Los pasos” de Lope de Rueda, en el Cervantes de “Los entremeses”, en el “Don Juan” de Zorrilla y en “El Perlimplín” de García Lorca. Todo esto muestra que su paso por el arte de la representación es parte de una reflexión de la tradición, como debe plateárselo todo artista que respete su oficio. Otra arista de la obra de Rueda se encuentra en el ensayo literario, de lo que se ha publicado un tomo, por la Fundación Corripio. Pero que han sido difundidos en el medio periodístico, como la desaparecida revista “Isla Abierta” de este matutino. En este género tiene Rueda una visión clásica, profunda, de la poesía y de la literatura dominicana. Las coordenadas de la poesía, que muy bien ayudaron a orientar una visión entre tradición y ruptura, entre las formas clásicas y la experimentación, se encuentran los juicios atinados, sintéticos, que hiciera sobre los poetas dominicanos y que calzan su selección en “Dos siglos de literatura dominicana” (1996) (“Antología mayor de la literatura dominicana”) en colaboración con José Alcántara Almánzar. Pero además, Rueda tiene una importante contribución al estudio de los clásicos dominicanos, colección de importancia cardinal en el estudio de la literatura de Santo Domingo, de la que fuera impulsor, director y editor. Estas actividades le colocaron, a partir de los años ochenta y por más de veinticinco años, en el centro de la literatura dominicana, dejando un respetado grupo de seguidores. Sin embargo, su poesía quedó un poco a la sombra de otros grandes líricos dominicanos cuando el canon abrió paso al esteticismo sobre la poesía comprometida. Sus obras poéticas “La criatura terrestre” (1962), “Por los mares de la dama”, (1976), “Con el tambor de las islas”. Pluralemas” (1975), “Las edades del viento” (1979), “Congregación del cuerpo único” (1989) y “Las metamorfosis de Makandal” (1998), donde culmina con un entronque caribeñista, muestran el itinerario de excelente poeta. Rueda, en Makandal, obra en que mejor trabaja la lírica del mestizaje racial en el Caribe, queda a la altura de “Yelidá”, de Tomás Hernández Franco. Pero no es solo en estos campos en que se puede apreciar la obra de este autor. En la
narrativa breve, que venía trabajando desde principios de los sesenta, y que culmina en su obra “Papeles de Sara y otros relatos”(1985). Muestra en esta obra su dominio del arte de narrar; así como la construcción de personajes y situaciones; es sobresaliente su nouvelle “Laura en sábado” donde se destaca la representación de la ciudad y sus entornos. Sobre “Papeles de Sara” ha escrito Alcántara Almánzar que “revela elocuentemente la pasión por el arte de narrar, la veteranía de un maestro que conoce muchos trucos y que, sin embargo, los ha desechado todos en beneficio de la autenticidad”. (“La aventura interior”, 65) En ese mismo campo, es necesario hablar de su novela “Bienvenida y la noche” (1995), Premio Anual de Novela, en la que Manuel Rueda narra el matrimonio de Trujillo con Bienvenida Ricardo en Montecristi. Creo que es una de las mejores novelas escritas en el siglo XX dominicano; con una trama creíble, con personajes, como Bienvenida, Trujillo y el niño, que se quedan en la memoria de los lectores. No está de más hablar de su prosa límpida, galante, que muestra a un narrador dueño de un lenguaje sin afectación que va más allá del uso que muchos escritores hacen actualmente. Otro aspecto de la obra de Rueda, y donde se destacó de forma principalísima, fue como pianista, compositor y concertista. No soy el llamado a escribir sobre este aspecto, pero puedo remitir a Arístides Incháustegui en “Por amor al arte, notas sobre música, compositores e intérpretes dominicanos” (1995) quien enlista sus obras: “Misa quisqueyana”, “Navidad, luz del mundo”; “Padre nuestro”, entre otras, valora su actividad co-
mo concertista e informa sobre sus logros en el mundo musical. La crítica literaria ha ponderado muy positivamente la poesía de Rueda. Por ejemplo, José Alcántara Almánzar en “Estudios de poesía dominicana” (1979) señaló: “hay también un grupo, no menos conocido internacionalmente, cuya obra —que posee excelentes cualidades— apunta en distinta dirección. Manuel Rueda (1921), perteneciente a este último grupo, es de esos intelectuales completos, sobresalientes, de una obra profundamente conceptual y erudita enraizada en lo popular, que no ha sido difundida en el país con la amplitud que ella reclama, a pesar de poseer una indiscutible esencia dominicana, y de haberse constituido su autor en el intelectual de referencia obligatoria en esta década”. (313). Mientras que Bruno Rosario Candelier, en “La creación mitopoética, símbolos y arquetipos en la lírica dominicana” (1989), dice que “La aventura poética alcanza en Manuel Rueda el más alto nivel en la poesía vanguardista de la República Dominicana, y la creación literaria tiene en este prominente escritor a un representante de singular valía.” (209). La pregunta que nos hacemos es, ¿por qué el canon ha relegado a este importante intelectual y poeta? ¿Por qué sus obras –poco estudiadas académicamente-- no aparecen en las librerías y el conocimiento de ella es fragmentado? Creo, sin lugar a dudas, que esto se debe a que nuestro canon literario, a partir del sesenta, ha privilegiado al poeta político, al poeta portavoz del pueblo, y ha relegado a escritores, como Rueda, cuyos valores son estrictamente literarios.
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AREÍTO
Sábado 18 de enero de 2014
Aporte
HOY
“Cincuenta sonetos para amansar la muerte”
de León David L
OFELIA BERRIDO
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eón David, escritor, profesor, crítico y filósofo ha abordado el mundo del ensayo caracterizándose por reflexiones y argumentaciones de hondura sobre temas transcendentes tanto en el campo literario como en el filosófico. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que es uno de los más connotados ensayistas con que cuenta el país y uno de los críticos e intelectuales más sólidos. Por muchos años venimos disfrutando y aprendiendo de los aportes que realiza a través de sus trabajos. Su pensamiento de doble filo tiende a tocar todo lo importante para una mente lógica y un corazón ardiente. Conozco la amplia cultura filosófica y literaria de este autor y la admiración que siente por los griegos, los líricos del Siglo de Oro, los poetas malditos (Rimbaud, Baudelaire, Verlaine, Mallarme…), por maravillosos poetas dominicanos como Mieses Burgos y por la cultura y arte oriental y distingo su unicidad como escritor con su estilo peculiar, su descarnada mirada frente a lo oscuro y su amor por lo puro y lo primigenio. Pero hoy les hablaré de León el poeta y de su obra “Cincuenta sonetos para amansar la muerte”. Ante su título me sometí a la verdad del poder que tiene la poesía de amansar la muerte y, desde ese momento, procedí a efectuar una de las lecturas más cautivantes que he realizado. He de confesar que el tema de la muerte siempre me ha seducido por ser la única certeza, accesible desde el raciocinio, con que cuenta el ser humano. Todos hemos constatado que hemos de morir: no hay escape. Muchos poetas han tratado el tema: el dominicano José Enrique García nos canta “La sangre se seca en la carne antes de tiempo/ las palabras en las bocas se ahogan/ naufraga el pensamiento en la oscura hora de la muerte/sucumbe el pasado/ la vida desplómase/ sólo entera queda el agua detrás del rostro como única presencia de lo que fue presencia.”; el irlandés William Butler Yeats nos asegura en sus versos que… “Ni temor ni esperanza dan auxilio/al animal que muere/un hombre aguarda su final con temor y esperanza/muchas veces murió/muchas veces resucitó/un hombre en su esplendor/al dar con asesinos/se toma con desdén/el cambio del aliento/Sabe de muerte hasta los huesos/El hombre creó la muerte.” Gabriela Mistral la chilena del mundo en “Sonetos de la muerte” llora al amado: “Del nicho helado en que los hombres te pusieron/ te bajaré a la tierra humilde y soleada/Que he de dormirme en ella los hombres no supieron/y que hemos de soñar sobre la misma almohada...”. Jorge Luis Borges el cardinal escritor argentino en su poema “Los enigmas” nos canta: “¡Que errante laberinto/Qué blancura/Ciega de resplandor será mi suerte/Cuando me entregue el fin de esta aventura/La curiosa experiencia de la muerte?/Quiero beber su cristalino Olvido/Ser para siempre/ pero no haber sido.” La muerte, a través de la historia, ha provocado a todos los grandes poetas y León David sobre el tema se plantea una separación entre lo de fuera y lo de adentro, es decir, nos presenta un mundo externo y de dolor “engendro de impiedad, feroz arpía” y un mundo interno puro y eterno donde “gorjeará melodioso el corazón”, pero a medida que avanza el poemario, y a través de imágenes y símbolos, ambos mundos se consolidan. Entonces, hay un giro hacia la interdependencia cuando el poeta pide al otro que al buscarlo lo busque en sí mismo y desde ahí en la naturaleza. Muestra de este hecho es el verso “vuelve los ojos hacia ti y verás el verde bosque y el dorado trigo”. Lo de afuera no es más que una perspectiva del observador, una visión imaginaria; una expresión de la interpretación de unos sentidos matizados por el bagaje de experiencias que cada quien carga al accionar en el mundo y que termina matizando e influyendo su mirada. En este mundo ordinario de la materia cada quien tiene su propia forma de ver el mundo, y por ende, la humanidad vive un tiempo y espacio imaginario o de sueños donde no hay la posibilidad de
que frente a un hecho exista una sola verdad. Cada quien ve las cosas a su manera. La filosofía oriental es bien conocida y entendida por el autor, quien ha escrito obras con temas orientales, la interdependencia es parte de esta filosofía. No hay nada que exista por sí mismo, no hay nada cuya existencia no dependa de algo anterior a ella. Todo es interdependiente. Es el “shuniata” o vacío donde nada tiene existencia propia o independiente. Se trata de la vacuidad oriental o como diría el “Sutra de la Perfección de la Sabiduría” en sus versos: “la forma es vacío, el vacío es forma, la forma no difiere del vacío, el vacío no difiere de la forma…”. Con todo, el autor del poemario nos explica la muerte a través de la filosofía oculta que se expresa más que nada en la naturaleza misma, el autor logra que a medida que penetramos en sus poemas perdamos el miedo a la muerte certera. Indudablemente, este gran poeta logra, a través de sus versos, amansar la muerte… “Mas allá de esta piel y esta pupila Donde el mundo parece que se agota Algo espera por ti grande y profundo El astro misterioso que titila El agua inescrutable que borbota Y la esquiva verdad que arropa al mundo.”[i] Jorge Cadavid en su ensayo sobre poesía y mística sufí nos cuenta que hace cerca de mil años un poeta sufí decía del sufismo que era un sabor, porque su objeto y su fin podrían definirse como una sabiduría directa de verdades trascendentes, más comparable con las experiencias de los sentidos que con el conocimiento que procede de la mente. “Antes de que el mundo existiera, viña, ra-
cimo o uva, nuestra alma estaba embriagada de vino inmortal.” Ibn al-Farid Y así, nuestro León David acude a estas experiencias de observar, amansar, oler y saborear: acciones que logran despertar al lector a un conocimiento imposible de percibir a través de la razón, pero sí a través de los sentidos. “Cultivo en esa estancia el preterido Arte de conservar el rubio ocaso Y de amansar los soplos del invierno; Arte feliz que trae lo que se ha ido Al fragante universo de este vaso En que se escande el vino de lo eterno.” En uno de los últimos poemas de versos henchidos de “ánima y ánimo”, como diría el poeta y académico Ros Zanet, el poeta cierra el telón después de un largo camino donde descubre que la realidad de la existencia solo puede ser percibida y entendida por el corazón. León David, poeta fundamental de nuestro país, ha buscado y parece que ha encontrado su identidad y su destino… “Por no tener, ni estas pupilas tengo Y es ilusión la carne que tremola; Soy apenas la cresta de la ola Nostálgica del mar de donde vengo. Roca y salitre de un agobio luengo Bajo el caníbal sol que el alma asola; Arena tibia de una playa sola Que en mi pecho acaricio y entretengo. Ese que llamo mundo no está fuera Como la mente opaca y engañosa Propone al obsequiarnos su visión… La esquiva realidad es la quimera De una sombra inasible y presurosa A la que sólo atrapa el corazón.”
Viaje por la historia
AREÍTO
Sábado 18 de enero de 2014
Yanquis vigilaban de cerca a los patriotas
Francisco Peynado
E
ÁNGELA PEÑA/ A.PENA@.COM.DO
HOY
Rafael César Tolentino
ntre los múltiples patriotas perseguidos y humillados por los norteamericanos durante la ocupación de 1916 estuvieron Rafael César Tolentino, director de La Información, y Manuel Flores Cabrera, reconocido intelectual venezolano que hizo causa común con los nacionalistas dominicanos. Al reputado periodista de Santiago le llamaron agitador, cobarde, marrullero, mentiroso persistente, la mano derecha de Eugenio Kunhardt, “líder laboral y principal antinorteamericano del nordeste”. En un reporte titulado “Caso de Rafael Tolentino, de Santiago, editor de La Información”, se destaca que el escritor era violentamente antiamericano y que su periódico también lo había sido siempre y por tanto lo perseguían en la capital y el Cibao. R. P. Williams, “Jefe del Personal”, recomendó que fuera vigilado estrechamente por la Oficina de Inteligencia. De Flores Cabrera investigaron sus antecedentes más lejanos. Exiliado venezolano, 46 años, vino al país en 1911 forzado después de un tiempo en prisión por haber publicado artículos contra Juan V. Gómez, en su periódico “Sancho Panza”. Agrega que después de su arribo a Santo Domingo era editorialista del Listín Diario, donde comenzó a publicar opiniones contra el Gobierno Militar desde que se produjo la intervención y que tras tres años en ese periódico comenzó por su propia cuenta en Renacimiento, revista de su propiedad. Le critican disertaciones antiyanquis en el Casino de la Juventud, “uno de los más selectos centros sociales de la República”, a sugerencia de Haim López Penha, “cuñado de Arturo Pellerano Alfau, quien es presidente del Casino”. En 1918, agrega, llegó a ser el “manager” de Las Noticias y en 1919 estuvo en diferentes comités contra los intrusos. Flores Cabrera fue sometido a la corte prebostal por delito de prensa después de que se le exigiera una fianza. Otros patriotas a los que acechan y detractan con ataques fuera de control, casi infamantes, son Luis Cintrón, José Ramón López, Luis Felipe Vidal, en amplios informes con sus datos personales. Persecuciones tenaces, espionaje, seguimiento, era lo que tenían montado a Francisco Peynado. Un reporte detalla: “Una reunión política se celebró en la casa de Francisco Peynado en la carretera del Oeste. La vivienda estaba llena de los principales políticos del pueblo: Ramón O. Lovatón, Moisés García Mella, Jacinto de Castro, Luis M. Hernández, Félix M. Mejía, Américo Lugo, Armando Pérez Perdomo, Ricardo Pérez Alfonseca, Luis C. del Castillo, Alberto Font Bernard, Luis E. Billini, Andrés Pérez, Agustín Aristy, Dr. Fiallo Cabral y el expresidente José Bordas Valdez”, al que en estos expedientes citan en decenas de situaciones. Señala que eran alrededor de 40 los participantes y que el objetivo era tomar acción sobre una correspondencia enviada por Francisco Henríquez y Carvajal. El documento está firmado por H. M. Butler, de la Oficina de Inteligencia. Ofrecen pormenores, además, de otro encuentro en casa de Rafael Amiama, en la calle Cambronal. “Este es el hombre, dicen, que sirvió de intérprete a los comisionados de la Cámara del Trabajo McAndrew y Bra-
Ramón Otilio Lovatón
dy”. Se trataba de dejar formada, informaban, la Asociación de Trabajadores Patrióticos y de esta entidad narran más de una junta. José Casado, Tadeo Martínez, propietario del hotel Cibao; Arístides Rojas, fueron electos en la directiva de esta agrupación que asesoraba el que los yanquis denominaban “Boxer Group”, “liderado por Enrique Aguiar y Luis C. del Castillo”. Al igual que los de los directivos de esta institución aparecen nombres tan poco reconocidos como el de José Pérez Rodríguez, exgobernador de San Pedro de Macorís y ex comandante de armas de esta capital quien, para los interventores, quería “restaurar la República por la fuerza de las armas”. Anotaban: “Goza de un gran prestigio y simpatía. Es considerado valiente y decidido, un líder de masas. La gente lo escucha con atención y aplaude sus pronunciamientos antinorteamericanos”. Y añaden: “Lleva un tiempo diciendo que la independencia de la República puede ser obtenida a través de la Revolución proporcionando para ello 20 o 30 mil machetes”. LA CRUELDAD. Aunque estos informes son del espionaje más increíble, no escapan las críticas a las torturas que los arbitrarios marines aplicaban a pobre gente de barrios y campos y a opositores urbanos. Cayo Báez, cuya foto con el torso desnudo, quemado, tuvo gran difusión, no fue el único ejemplo de crueldad, pese a ser el más publicitado. En mesas de bares infiltradas por espías de los oficiales se denunciaban los terribles suplicios a que sometieron a dos prisioneros del poblado de La Victoria por violar una orden ejecutiva, alegaban. Otros se referían al encarcelamiento de Julio Arzeno, director del vocero local “Procivilismo”, arrestado por disposición prebostal por atacar la intromisión impuesta. Liberado después de ser condenado a trabajos duros y de pagar 400 pesos, se destacaban sus manos callosas por el esfuerzo. Compañeros de lucha saludaban su libertad: “¡Mucho tacto, don Julio, aunque manténgase aferrado al ideal!”. La salutación está integrada a los reportes secretos. Pero el más conmovedor, por horrendo, era el que impresionaba a los activos comensales de algún restaurante que con una pieza en la mano declaraban: “En San Francisco de Macorís hay un americano que es un terror. Aquí hay una foto de un dominicano que fue marcado en la barriga con hierro candente por los americanos, como si hubiese sido una vaca”. La foto, explica el informe de seguridad, es de un hombre de color, como de 30 años, con el pecho desnudo y en el abdomen se ven las diversas cicatrices”. Está en “Lo que escucho en los cafés”. El dolor, sin embargo, no amedrentó a los patriotas como tampoco el sentirse perseguidos. José Ramón López, otro al que dedican varios reportes, seguía su labor contra el invasor publicando artículos como “El dedo en la llaga”, “En defensa de un derecho”, “Explicable insistencia”, que ellos recibían traducidos. Y seguían luchando, aunque enemigos de la patria como Julián Valdeperes atacara a la Unión Nacionalista y defendiera a los marines y pese a que Juan Tomás Mejía, como si hubiese sido un yanqui, enfrentara despectivamente a Rafael Damirón o quisiera convertir en hazmerreír a don Emiliano Tejera y a Fabio Fiallo, esgrimiendo contra ellos pasados comportamientos. A Estos dos los
José Bordas Valdez
Luis Felipe Vidal
Manuel Flores Cabrera
Cayo Báez
norteamericanos los llamaban “amigos nuestros”. Mientras tanto los interventores conocían hasta los montos de las colectas para la causa, las firmas contra ellos recabadas, los sueldos que percibían los patriotas y en qué los gastaban, al tiempo que continuaban su cadena de torturas y encarcelamientos. El pueblo quería verlos salir. Por eso se escribió en uno de los reportes que como consecuencia de un telegrama recibido por don Emiliano Tejera, presidente de la Unión Nacional, y firmado por Francisco Henríquez y Carvajal, reinaba gran regocijo en toda la ciudad, adjuntando dicha comunicación. “El entusiasmo fue más grande”, indica el expediente, cuando al enterarse del telegrama el gentío ansioso de libertad gritó: “¡Concho Primo está a las puertas de San Carlos!”.
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HOY
AREÍTO
Sábado 18 de enero de 2014
Arte contemporáneo
En la Galería Shanell
¡HOMENAJE A
ALBERTO ULLOA!
Menchu la loca. Mixta sobre tela.
Ayer, hoy y mañana. Mixta sobre tela.
La soledad. Mixta sobre tela.
C
AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
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omo uno de los puntos luminosos de la agenda cultural dominicana del 2013 habría que registrar la celebración del “Circuito de Galerías”, interesantísimo, variado y nutritivo programa de exposiciones que organiza la Asociación de Galerías de Arte, que brinda a los ciudadanos y visitantes la oportunidad de realizar un agradable recorrido por las galerías de arte, museos y centros culturales de Santo Domingo, disfrutando de las diversas ofertas culturales junto a los creadores, coleccionistas, galeristas y amantes del arte dominicano de la actualidad. En su quinta edición, el “Circuito de Galerías” fue dedicado al maestro Domingo Liz (1931-2013), también homenajeado en grande en el marco de la XXVII Bienal Nacional de Artes Visuales, celebrada en el Museo de Arte Moderno y la Galería Nacional de Bellas Artes desde mediados de agosto hasta finales de noviembre. Sin embargo, una propuesta definitivamente enriquecedora de la quinta edición del “Circuito de Galerías” ha sido el ciclo de exposiciones monográficas o especializadas, desarrollado por la Galería de Arte Shanell como merecido homenaje al maestro Alberto Ulloa (1949-2011). En efecto, con la muestra “Amor a los animales”, inaugurada el jueves 15 de agosto, Galería de Arte Shanell dio inicio a una intensa jornada de reconocimiento a la obra, trayectoria y personalidad artísticas de este exponente emblemático de la pintura dominicana. Hacia mediados de septiembre, fue presentada otra muestra importante, titulada "Gallos, el canto al nuevo día”. En octubre, una nueva exposición con obras de Ulloa fue titulada “Mis personajes” y en noviembre fueron sus “Paisaje y bodegones”. Asimismo, desde principios de diciembre, para finalizar el año y el “Circuito”, Galería Shanell ha presentado una exhibición rematadora que reúne obras de excelente calidad, correspondientes a distintas temáticas y etapas creativas de Ulloa, bajo el título de “La Reina”. En la muestra “Amor a los animales” destacaban obras axiales en la producción global de Ulloa, tales como las tituladas “Toro”, “Vaca” lechera”, “Gallo cibaeño”, “Gallo comparon”, “Animal de otro mundo”, “Rinoceronte blanco”, “La trucha” y “El pez” y en las cuales advertimos la profunda atención que de manera constante dedicaría Alberto Ulloa a los temas identitarios de nuestra fauna y medio ambiente al mismo tiempo que constituyen un testimonio elocuente y maravilloso de la pasión de nuestro gran artista por los animales. “Dentro de esta temática, el maestro Alberto Ulloa realizó obras de trascendental importancia para la historia de la pintura dominicana, debido a su particular estilo de conjugar los colores para darle a sus pinturas expresiones vivas con tal movimiento, sensibilidad y armonía que hace que podamos hasta sentirlas...En lo que tiene que ver con
Luis Felipe Cartagena
Alberto Ulloa
animales, el artista logró en sus propuestas plasmar al animal de forma vivaz, transmitiendo lo vivido en el instante en que quedaba inmortalizado en el lienzo”, sostiene el ingeniero Luis Felipe Cartagena, director de la Galería de Arte Shanell. Promotor entusiasta y comprometido a tiempo completo con la difusión del arte dominicano de la modernidad, al igual que su tío José Luis Cartagena y el reconocido galerista Ranier Sebelén, Luis Felipe es conocedor y admirador apasionado de la pintura de Alberto Ulloa, ubicándole como “uno de los más grandes y valiosos exponentes de las artes plásticas dominicanas… Sus pinturas están entre las más cotizadas de los autores dominicanos, tanto a nivel nacional como internacional... Y como a los grandes pintores comercialmente exitosos de la historia del arte, también a Ulloa han tratado de plagiarlo”… Por lo que recomienda adquirir sus obras de procedencia reconocida o en galerías de arte profesionales que puedan ga-
rantizar su originalidad y autenticidad. “La Reina” es una exposición sumamente significativa ya que está integrada por obras magistrales, documentadas en libros e importantes publicaciones sobre arte dominicano y del Caribe. Y al confrontar críticamente algunas de estas obras, facturadas con rigor y extraordinaria calidad estética por Ulloa, coincidimos plenamente con el respetado escritor y crítico de arte Cándido Gerón, quien en su libro titulado “Alberto Ulloa y el paraíso de las invenciones” nos advierte con lucidez: “El estilo de Ulloa se resiste a una mera representación, en el lienzo su obra transmite el lenguaje de las formas geométricas fundidas con el color mostrando la capacidad de invención del artista y por esto nos enseña una de las principales lecciones de Ulloa: el arte no funciona como reproducción de modelos, la libertad consiste en desprenderse de las herencias, de los modelos y del pasado que nos oprime con su presencia grandilocuente”… Por su parte, Luis Felipe Cartagena reafirma: “Siempre tendremos con nosotros su estallido de color en las formas atractivas de modelar las figuras; en la simetría de los elementos que componen sus obras y en la conjugación de los colores. Ulloa fue un gran maestro en el dominio del color, mediante cualquiera de las técnicas aplicadas. En sus obras se reflejan emociones, expresiones, formas o mensajes a través de sus trazos”... Y agrega que Alberto Ulloa siempre puso su corazón en cada pieza, y que esto puede comprobarse en las imágenes y títulos de sus obras seleccionadas para integrar el ciclo de exposiciones organizado por Galería Shanell a lo largo del 2013. Cartagena asegura que en esta rigurosa selección de las obras de Ulloa se ha podido apreciar nuevamente el amor y el talento que impregnó en el lienzo, y la calidad que, como siempre, lo distinguió de manera especial en la plástica dominicana contemporánea… “Analizando la historia del arte dominicano con relación a los artistas ya fallecidos, el tiempo definirá la dimensión de nuestro Alberto Ulloa. Yo pienso que el mejor pintor no es quien más caro vende, sino quien más crea y más capacidad tenga de transmitir su talento y lo que quiere expresar a través de sus trazos…Pintor, escultor, ceramista, dibujante y además escritor, son facetas con las que engalanó el arte y la cultura del país. Espero tener la oportunidad de ver que las instituciones culturales del país difundan lo que ha hecho este artista en sus 45 años de trabajo”. Incluyendo pinturas, esculturas, cerámicas, dibujos y libros, la exposición “La Reina” constituye una oportunidad para admirar y confrontar nuevamente, tanto el efectivo montaje museográfico como la desbordada imaginación y la extraordinaria capacidad creativa de Alberto Ulloa. La muestra permanece abierta de lunes a sábados en la sala de exposiciones de Galería de Arte Shanell de la Plaza Malecón Center en la avenida George Washington.