Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 8.02.2014
Diógenes Céspedes escribe sobre León David Pág 5
¡Gran retrospectiva de
ROSA TAVÁREZ! “Mis recuerdos imborrables”
DE MOLINA MORILLO En “Mis recuerdos imborrables”, Rafael Molina Morillo ha tejido, como buen maestro de tapices, la alfombra mágica de su vida, con la salvedad de que en el Caribe las maravillas están llenas de realidades. Página 3
Pág 8
Francis Caamaño,
Ernest Hemingway…
su última salida del país
¿Por quién siguen doblando las campanas?
El presidente Héctor García Godoy les mandó el carro presidencial para que los trasladaran al hotel El Embajador donde helicópteros norteamericanos los transportarían al aeropuerto de Punta Caucedo. Página 6
Este monumento de hombre, macizo en sus ideas y en su cuerpo, ha significado un puente de humanidad entre Estados Unidos y Europa, que todavía hoy nos ilumina en el diálogo necesario entre América y el Viejo Continente. Página 7
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José Ortega y Gasset (Filósofo y ensayista español) El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama.
Por: Carlos Francisco Elías
Cuando el cacique jlguerra, moctezuma y cfe viajaron a la utopía
E
ra un viaje a la utopía. Los deseos de Voltaire volaban en nuestros pensamientos, pero en aquella tierra rojiza, brillante como luna amarilla, habíamos llegado a lo absoluto de la belleza y la tristeza, casi al mismo tiempo. Febrero tenía rostro de trópico de Capricornio, apenas era 1991 y una sinfonía de sauces llorones marcaba, al ritmo del viento, claves de una música vegetal sublime y codiciada, era Asunción, llena de lapachos en flor, una larga avenida serpenteada, laberinto de un pueblo maravilloso, herido en el alma por los siglos. Allí no habían cielos, cada llamarada en el escenario de la tarde rememoraba alguna planicie estelar, rojo planeta cansado, dispuesto a despertar de nuevo. La borrasca se acostaba en el horizonte, el telón gris esperaba la escritura metilena de centellas con voces de metales azulados y repentinos. Paraguay estaba lleno de luces y Asunción, delicada y húmeda, se despertaba, porque sabía que ya habíamos llegado. Juan Luis Guerra estaba allí y deseaba visitar a los indios Maká, aquellos que a raíz de la guerra del Chaco (1932), que enfrentó a Paraguay y Bolivia por una salida hacia el Atlántico por el río Paraguay, habían perdido su tino y asiento natural. Guerra inútil, lastimera, porque ya Paraguay había tenido en 1870 la famosa guerra de la triple alianza, auspiciada y alentada por Inglaterra, embaucadora de sus otros hermanos del sur.
Entre leyendas y danzas, entre negativas del Cacique a ver a Juan Luis, el llamado Karaí Guasu (Gran señor), porque estaba durmiendo una vieja resaca de sueños y nubes, mantos de utopías negadas por la historia y por la vida, a pesar de todo: allí estábamos a golpe de alegría y respeto por aquellos Maká, que se mantenían lejos del mundanal ruido y que no sabían quien era Juan Luis Guerra, alguien le dijo que era otro Cacique, entonces su negativa fue mayor, dijo que no se levantaría, que tenía que avisarle con tiempo y acto seguido envío a un emisario, a tomarse la foto con Juan Luis Guerra. Eran los tiempos de utopía cuando el Cacique JLGuerra, CFE y Moctezuma mediaban para que las colonias guaraníes tuvieran mejor vida, ritos y danzas, mientras niños inocentes nos miraban, en aquel sol ardiendo de trópico de Capricornio encendido. Evoco a don Augusto Roa Bastos, genio de las letras universales y guaraníes, que nos enseñó el amor a la humanidad, que nos explicó el valor de la vida trascendente y del conocimiento, para trascender esta maldita historia de farsantes maculados y sepultarlo en el oscuro jardín de la mayor
(Ay ese colonialismo inglés, anclado en el Atlántico sur, desde el siglo 18) Guerra de territorios quemados, fragmentos de cuerpos y armas enterrados bajo tierra, mezclada con el rictus del miedo y el dolor. Los Makás perdieron sus territorios a raíz de aquella guerra y no tenían posibilidad de cazar ni de trabajar la agricultura y hubo que trasladarlos a la comunidad que visitamos: Mariano Roque Alonso, situada en las fuera de la gran Asunción… La muerte de los territorios originarios entre los ríos Confuso y Montelindo, afluentes nobles del río Paraguay, era un hecho. Aquella tarde, la aldea llena de colores y collares fue tomada por un grupo de dominicanos que habían llegado de muy lejos, significado de Caribe según la vieja lengua guaraní…
gloria, donde la humanidad toda, danza desnuda en la inocencia de un telar dulce y algodonado. Aquel pasado latía y latía, estábamos entre ellos, sabiendo que la vida era más que lo que ellos alcanzaban a vivir. Que una sonrisa de corazón, no les curaba la ignominia de sus vidas. Lo recuerdo, fue en febrero, Asunción estaba nublada y contenta, porque sus lapachos estaban encendidos, eran avenidas largas como serpientes sedientas y misteriosas, centellas y sinfonías, truenos y lienzos metilenos, lo recuerdo. Canciones métricas en lengua de nanas, pidiendo lluvia blanca para la noche larga, tornado violeta vestido de silbo, justo cuando un monumento de humo, hablaba de los dioses idos, con sed de cariño ciego. Fue un tiempo hermoso, os lo juro: porque aún miro la vida entre aquellos arbustos que convertidos en quintetos, tocan la música del viento y sus lamentos, allá en la tierra de la utopía, cuando el cacique JLGuerra, CFE y Moctezuma eran amigos, centro de fuego y luz: buscaban paz para los Maká, fue un segundo de dicha e ilusión. (CFE)
LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado
1828
NACIÓ EL 8 DE FEBRERO. JULIO VERNE, novelista francés de libros de aventuras. Considerado junto a H. G. Wells uno de los padres de la ciencia-ficción. Es el segundo autor más traducido de todos los tiempos, después de Agatha Christie. Se cuentan entre sus obras títulos como “La vuelta al mundo en 80 días“, “Viaje al centro de la Tierra”, “20.000 leguas de viaje submarino”, “De la Tierra a la Luna”, “Cinco semanas en globo”, “Los hijos del capitán Grant“ ….
1955
NACIÓ EL 8 DE FEBRERO. John Grisham, novelista estadounidense, conocido por sus thrillers judiciales. Su novela “El Informe Pelícano”, fue la novela más vendida de su década. También ha escrito otros grandes best seller como “La tapadera “,” El cliente “,” Legítima defensa “o” Tiempo de matar “. Casi todas sus obras han sido llevadas al cine.
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1881
FALLECIÓ EL 9 DE FEBRERO. Fyodor Dostoyevsky, escritor ruso, autor de obras como “Crimen y castigo “, “Los hermanos Karamazov”, “Humillados y ofendidos”, “El idiota” o “El jugador”.
1890
NACIÓ EL 10 DE FEBRERO. Boris Pasternak, poeta y escritor ruso, premio Nobel en 1958 y autor de la popularísima obra “Doctor Zhivago”. _
1898
NACIÓ EL 10 DE FEBRERO. BERTHOLT BRECHT, escritor y dramaturgo alemán del compositor, “Madre Coraje y sus hijos“, es una pieza teatral fundamental en el teatro.
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“MIS RECUERDOS IMBORRABLES”DE
MOLINA MORILLO LA CRÓNICA DE UNA VIDA
MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN
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Mis recuerdos imborrables”, de Rafael Molina Morillo, es un relato de la memoria que toca la historia contemporánea, la crónica y la intrahistoria del país. No es la autobiografía un género muy cultivado por estos lares. Apenas podemos contar con un manojo de libros similares que han gozado de la estima de los lectores y casi ninguna, de los estudiosos de la literatura. Vienen a mi mente varias, como “Autobiografía” del doctor H. Pieter, y la más importante del siglo veinte, “Memorias de un cortesano de la ‘Era de Trujillo’” de Joaquín Balaguer, que fue leída con avidez en procura de romper el huerto sellado de sus reticencias políticas. Otros libros que también versan sobre la vida bajo la dictadura, y que muestran las vicisitudes de un personaje en tiempos difíciles, son: “Una Gestapo en América” de Jimenes-Grullón, las memorias de Tulio H. Arvelo, sobre su estancia en el exilio, o la del ingeniero Orlando Aza del Castillo y Rafael Alburquerque Zayas-Bazán. Todos estos libros (otros que no cito para no agotar la paciencia del lector), tienen lo que llamó Unamuno la intrahistoria, que es la historia que no cuentan los historiadores; es el relato que no conforma la historia oficial, o la historia como monumento. También, al decir del principal estudioso del género, Philippe Lejeune, existe en este discurso un pacto biográfico en el cual es importante la relación de la obra con el lector. En “Mis recuerdos imborrables”, Rafael Molina Morillo ha tejido, como buen maestro de tapices, la alfombra mágica de su vida; con la salvedad de que en el Caribe las maravillas están llenas de realidades. Tal como lo postuló Carpentier: en nuestro mundo americano se configura una relación entre lo real y lo maravilloso. Esta autobiografía contiene la historia de una familia (yo diría que de dos, pues están la que él mismo formó y aquella de la que proviene el autor-protagonista). Los valores familiares de esta última designan al hombre emprendedor, educado, luchador, justo, honrado, vertical, que intenta siempre alejarse del partidarismo personalista. Comprometido con las causas ciudadanas, perteneció a Unión Cívica, cuando era un movimiento ciudadano, y renunció cuando devino en partido político. Se pronunció en contra del golpe de Estado de 1963, estuvo a favor de la democracia en 1978 y resistió a la represión balaguerista en la etapa de los Doce años. De la primera familia, narra lo difícil que era la movilidad social en los años del trujillato, lo embarazoso que resultaba aspirar a tener una estabilidad que le permitiera educar a sus hijos y gozar de cierta estabilidad económica. Las distintas mudanzas de la familia de La Vega a Santo Domingo, muestran ese trajinar. Lo mismo ocurre en “Navarijo”, de Moscoso Puello, una novela que toca el discurso autobiográfico. Esta obra y la de Molina Morillo muestran que, independientemente de ciertos atisbos de modernización (1880-1905, 1955), los dominicanos han sufrido históricamente de un cierto inmovilismo social. El segundo valor familiar se encuentra en la formación de una familia estable, cuyo relato y su fuerte están unidos por una entrega que no se ve hoy día y que constituían las aspiraciones tradicionales de la clase pequeñoburguesa que no habían sido, todavía, diezmadas por la competencia y el consumismo. Pero lo más interesante de este libro es ser la crónica de una vida en el mundo periodístico. La transición del periodismo cuya sintaxis imponía la Dictadura a los intentos de un periodismo democrático, inspirado en ideas liberales que la dominicanidad prácticamente había olvidado. El relato muestra al periodista emprendedor, al amigo, al conciliador, al hombre discreto, al diplomático que sabe sortear las arremetidas de la vida, y que no deja de sufrir las arbitrariedades de “los poderosos”, como las del censor Anselmo Paulino, durante su más importante asignación internacional, hasta ser despedido de su trabajo en el Palacio. La verticalidad de Molina Morillo se presenta con su determinación de condenar el
golpe de Estado de 1963 y su consiguiente renuncia a la dirección de “El Caribe”, y con el desarrollo de la recién fundada revista “¡Ahora!”, como un medio de opinión completamente independiente. Este semanario, de una importancia suprema en la historia social, política y cultural del país, realizó la proeza de ser uno de los pocos medios independientes bajo el régimen de los Doce años de Joaquín Balaguer. El que quiera conocer esta historia, debe leer este libro. La figura del autobiografiado se endurece en el momento de la destrucción del edificio por elementos cercanos a las tropas de intervención. Entonces Molina Morillo logra el apoyo de periodistas, como Freddy Gatón Arce, que le motivan y ayudan a fundar “El Nacional de ¡Ahora!”. Los eventos históricos narrados, esa relación entre hechos y tiempo, permiten que el lector encuentre los fragmentos de una historia escondida que conforma nuestra intrahistoria contemporánea. Pero, al igual que las mejores novelas, el personaje no puede estar confeccionado de una sola pieza, ni debe pasar la vida en estado de felicidad. En la autobiografía, para que estas sean interesantes, debe ocurrir lo mismo. Molina Morillo vive la aventura de su espíritu emprendedor: varias revistas y un periódico que no logran ganar la carrera a las grandes empresas periodísticas de entonces. Germán Emilio Ornes le aconseja que recoja velas, pero el hombre soñador insiste en volar en la alfombra mágica. Los golpes vienen del mercado, del cambio tecnológico en el mundo de la impresión. Otros muy fuertes son el asesinato de Orlando Martínez y la huelga de periodistas. Entonces se tensa la relación entre empresa
y libertad de prensa; entre una pequeña burguesía que veía el mundo con sentido utópico y un periodista que tenía que atarse también a la tierra y ser empresario. La vida de Molina Morillo es una gesta. No será del todo necesario para muchos leer sus memorias para darse cuenta, y saber que, frente a todas las sombras que pudieran lanzarles sus contemporáneos, motivadas por diversas coyunturas, la historia lo iba a absolver. Todo buen personaje tiene alturas y caídas y Molina Morillo cuenta las suyas con verticalidad, como un periodista que, atado a la verdad, no tiene ningún otro pendón que arriar. La biografía es vida, vida en el tiempo. El cronista es el que lleva el tiempo; en esta obra, el autor ha sabido narrar el tiempo de su vida, y también el tiempo de la desgracia dominicana. La segunda renuncia de Molina Morillo fue su negativa a silenciar el golpe de Estado y la tercera, a dejar que un medio, como el que dirigía, torciera su línea informativa y editorial para favorecer a un candidato político. Whitman escribió una vez: “Quien toque este libro, toca a un hombre”; creo que quien lea esta autobiografía, tocará una vida. Y es esta una vida que, vivida profundamente, despliega la ejemplaridad que, con el tiempo, se levanta y busca el reconocimiento que solo los agradecidos podrán aquilatar. Ha tenido mucha suerte Molina Morillo, más que una empresa, nos ha regalado un ejemplo. “Beatus ille”, decía Horacio, y dichosos nosotros. Que sea leído “Mis recuerdos imborrables” como una de las crónicas más interesantes y ejemplarizadores de nuestra aciaga intrahistoria, que es, también, Historia contemporánea.
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do
Santiago, la cuna de los Espaillat
Encuentros
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Por Julio González (3 de 6)
2- Gertrudis Espaillat Velilla fue la segunda hija del matrimonio de Francisco Antonio Espaillat Virol y Petronila Velilla Sánchez. Nació esta el 16 de noviembre de 1782 en Santiago. Casó con Domingo Antonio Cid. Gertrudis enviudó muy joven. Sólo procrearon una hija, Francisca, la cual falleció en Caracas, Venezuela, y no dejó descendencia.
3- Manuel Espaillat Velilla fue el tercer vástago de Francisco Antonio Espaillat Virol y Petronila Velilla Sánchez. Nació el 2 de febrero de 1784 en Santiago. Murió joven y sin descendencia.
4- Santiago Espaillat Velilla fue el cuarto hijo del matrimonio de Francisco Antonio Espaillat Virol y Petronila Velilla Sánchez, quien nació el 1 de marzo de 1785 en Santiago. Ejerció la medicina y fue el fundador en 1837 de una botica que luego se convirtió en la actual Farmacia Normal de Santiago de los Caballeros. Fue presidente del Tribunal de Justicia Mayor de Santiago, senador por su provincia natal y posteriormente electo presidente de la República el 6 de julio de 1849, cargo que declinó aduciendo razones de salud y avanzada edad. Santiago Espaillat Velilla casó con su prima Josefa María Lecanda Sánchez Firpo (n. 1786), con quien procreó a Alejandro Espaillat Lecanda, comerciante, quien falleció el 1907 en Mao, Valverde, a la edad de 96 años; Manuel María Espaillat Lecanda, fallecido a la edad de 54 años en 1869 después de haber sido médico del Hospital Militar, asistiendo a las causas independentistas y restauradoras; Rafael Ventura Espaillat Lecanda (1816-1888), quien también participó en la guerra restauradora y además fuera presidente del Consejo de Guerra del gobierno restaurador; Filomena Espaillat Lecanda (1825-1912), quien murió soltera y sin descendencia; María Virginia Espaillat Lecanda, fallecida en 1914 a los 95 años de edad; Francisco Javier Espaillat Lecanda y María Jacoba Espaillat Lecanda, quien casó con su primo José María Espaillat Álvarez, pero que murió joven y sin descendencia. De este ramal originado por el matrimonio Espaillat Velilla y Lecanda Sánchez descienden: el comerciante Santiago Espaillat Pérez (1847-1928), tronco de los Espaillat maeños; Santiago Guzmán Espaillat (1877-1912), ciudadano de grandes dotes patrióticas y civilistas; el boticario y ciudadano ejemplar Emilio Espaillat Quiñones (1842-1925), tronco de los Espaillat veganos; el diplomático Herminio Malagón Espaillat, el también diplomático Agustín Malagón Espaillat (1880-1955), el sicólogo Julio Antonio Espaillat Ortiz, el comerciante y munícipe santiagués Tabaré Antonio Espaillat Guzmán (1920-2011), el primer exiliado de la dictadura de Trujillo, Francisco Emilio Espaillat de la Mota (1876-1950); el tecnólogo médico Héctor Antonio Read Espaillat (1932-2003), el dentista Pablo Espaillat Galán (n. 1954), la arquitecto Nora Francis Rivas Espaillat (n. 1954), el abogado José René Malagón Morel, el químico azucarero Julio Alipio Espaillat Hernández (n. 1941), el ingeniero geólogo Julio Ernesto Espaillat Lamarche (n. 1957), la musicóloga Aída María Espaillat Franco (n. 1943), el arquitecto Edgardo Antonio (Gai) Vega Malagón (n. 1924), el economista Virgilio Manuel Malagón Álvarez (n. 1945), el ingeniero y exsecretario de Obras Públicas Pedro Francisco Delgado Malagón (n. 1924), el ajedrecista exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano Alberto Ambrocio Delgado Malagón (n. 1952) y el arquitecto e investigador submarino Mario Tomás Delgado Malagón (n. 1960), entre muchos otros. Instituto Dominicano de Genealogía
MU-KIEN ADRIANA SANG
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Diálogo de saberes La complementariedad de los conocimientos, 5 Dedicado a mi médico de cabecera: Antonio J. Castillo V.
E
n aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Del Evangelio según san Mateo 25, 14-30 ¡Qué hermosa y significativa es esa parábola! Cada uno de nosotros ha recibido un talento, pero debemos aprender a utilizarlo, pues de no hacerlo, de nada serviría. Durante mi largo encierro, de prisión “preventiva domiciliaria”, tuve la oportunidad no sólo de escribir, sino también de leer. Algunos de mis seres queridos, preocupados por mi situación, buscaron alternativas e ideas nuevas. Mi hija Arancha me regaló el libro “El Método Clean” escrito por Alejandro Junger, cardiólogo de profesión, quien después de mucho tiempo consultando pacientes cardíacos concluyó que estas enfermedades podrían evitarse con la prevención. Propone un programa revolucionario de salud para regenerar y curar el cuerpo humano en 21 días. El autor parte de un hecho innegable: la humanidad, desde siempre, ha reconocido la existencia de elementos tóxicos que causan disfunciones y enfermedades. “Estas toxinas tienen la capacidad de irritarnos, causarnos estrés, y en última instancia, hacer que nuestro organismo sufra de múltiples maneras y en todos los sentidos: desde el ámbito aparentemente abstracto del pensamiento y la emoción, hasta el de los materiales químicos generados como subproductos residuales de la vida diaria de nuestras células…” (p. 11) Junger sostiene que la intoxicación se ha convertido en una tragedia de la civilización occidental. Estamos intoxicados de químicos que están por todas partes: en las comidas enlatadas, la comida-basura rápida, en la ropa que usamos, y, en los medicamentos que ingerimos que nos alivian de los síntomas, pero que no atacan la causa de la enfermedad. Su propuesta parte de tres principios fundamentales: 1. Las toxinas y el estrés crean obstáculos para el funcionamiento del cuerpo. 2. Los hábitos alimenticios y los estilos de vida de la modernidad son los principales contaminantes del organismo humano, y, sobre todo, no proporcionan los nutrientes necesarios para su mejor funcionamiento. 3. Se hace necesario que se eliminen los obstáculos a fin de dotar al cuerpo de los nutrientes que le faltan para que recupere sus funciones y vuelva a tener la energía ne-
cesaria. La propuesta del Dr. Junger es el método Clean. Esta propuesta tiene como fin la desintoxicación a través de tres etapas, cada una de una semana. La primera etapa demuestra cuán intoxicados vivimos con las costumbres modernas de la alimentación. Advierte que será duro, difícil, pues el que inicia el proceso tendrá una eterna sensación de hambre y ansiedad, dos sensaciones normales producto del proceso. La segunda semana, que sería también la segunda etapa, continúa con el proceso general de limpieza. La tercera semana sigue la misma tónica. Afirma el autor que haber llegado a esa etapa se inicia el renacimiento: “Serás capaz de experimentar la vitalidad, la claridad y el optimismo que realmente deberías sentir de acuerdo con tu verdadera edad física, y no sólo con la edad cronológica…Su tez se vuelve firme, tersa y radiante. Sus ojos, más blancos y brillantes. Logran dormir profundamente y consiguen una mayor energía durante todo el día…enfermedades…crónicas …suelen disminuir e incluso desaparecer. A medida que experimentas la capacidad del cuerpo para restablecer el orden por sí mismo, dejarás de ver como una condena a cadena perpetua ciertas afecciones que se estaban apoderando de ti…” (p. 20). Para desintoxicar el organismo propone un cambio radical en la alimentación. Esto así, porque a través de los alimentos y los procesos relacionados con la digestión se consume una gran parte de las reservas energéticas del organismo. Esta situación se vuelve intolerable con la modernidad. La costumbre moderna es comer frecuentemente a lo largo de todo el día, por lo tanto la necesidad de energía es constante y no se detiene jamás. De tanta ingesta diaria, no nos queda energía para otras cosas. Este círculo vicioso debe detenerse. Se impone un proceso acelerado y radical de desintoxicación, y luego acompañarlo de una dieta sana. El autor aconseja la desintoxicación de tres semanas. Una vez “agotado el proceso”, recomienda: Comer alimentos más alcalinos que ácidos. Bajar los alimentos que producen mucosidad: los lácteos, los azúcares, trigo y arroz blanco. Consumir más productos ecológicos: carnes libres de hormonas. Consumir alimentos frescos Consumir el 51% de alimentos crudos, tales como: verduras, semillas, nueces, aceites sin procesar. Comer fibras en abundancia para ayudar el tracto intestinal . Evitar productos lácteos y el alcohol. La buena alimentación debe de estar acompañada de un programa permanente de: ejercicios, meditación, de sueños reparadores, mantenimiento de la sangre y el entorno interior alcalinos, para lo cual recomiendan la medición periódica del PH en la saliva. En definitiva, Clean es una propuesta de desintoxicación que será el primer paso para ayudarnos a establecer metas reales y factibles a nivel de salud. El libro es más complejo que este apretado resumen. Presenta elementos muy interesantes sobre los alimentos y sus nutrientes, y además sobre los efectos de consumir o estar expuestos a metales que en exceso serían muy dañinos para la salud. Como pueden ver, todos estos trabajos nos invitan a llevar una vida más sana, tranquila y placentera. Una vida más controlada, sin las prisas que impone esta sociedad envuelta en el caos, y el deseo de tener. ¿Qué piensan? mu-kiensang@hotmail.com mu-kiensang@pucmm.edu.do @MuKienAdriana
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Las ponencias de Masa Crítica: Primer Seminario Internacional de la Crítica Literaria en la RD
DIÓGENES CÉSPEDES/ DCESPEDES@CLARO.NET.DO
S
in mostrar los resultados de su encuesta (sondeo al cual le hubiesen ayudado mucho las firmas encuestadoras capitaleñas Gallup, Penn y Schoen-Berland, etc.) León David sostiene que “el oficio de la crítica en nuestro país” y “en el resto del mundo” no es visto por “el común lector con ojos benevolentes” (Masa crítica, p.129). Con esta premisa falsa, porque no ha realizado ninguna encuesta, construye el armazón de su ponencia y coge de conejillo a un lector inexistente que no ha sido consultado. Pero démosle la razón a León David, puesto que él quiere tenerla. Aunque mil millones de lectores y diez mil premios Nobel opinen en contra de los críticos literarios, esto no probaría absolutamente nada. Serían simples opiniones, a las cuales tienen derecho como escritores y el público lector también al no ser ambos especialistas en el oficio. León David juzga y condena como portavoz de sí mismo, de los demás escritores y de los lectores desconocidos: “Mala prensa ha tenido en nuestro lar nativo como en foráneas latitudes la malhadada crítica.” (Ibíd.) Es bocina de un cliché literario trimilenario que solo tiene validez entre los miembros del partido del signo, a saber, que todo el que se dedica a la crítica es porque carece de capacidad para producir obras artísticas de calidad: “Todavía en los tiempos que corren cuantos a dicha profesión se dedican adolecen de la fama de ser, amén de especialistas grises y opacos prosadores, sujetos resentidos, biliosos, cuya consuetudinaria envidia al talento ajeno los hace poco de fiar.” (pp. 129-30). León David y los miembros del partido del signo no asumen la responsabilidad de decir los nombres de los críticos resentidos, biliosos, malos prosadores, envidiosos y de poco fiar. A este tipo de discurso se le conoce como generalización que no designa a nadie en particular. El discurso que no designa al adversario carece de especificidad y delata a quien lo emite como irresponsable y temeroso. La palabra es para decir la verdad, no para encubrirla, ordena Martí. Pero los miembros del partido del signo no practican esa enseñanza. Prefieren la abstracción. León David gusta citar y usar como argumentos de autoridad lo dicho en contra de la crítica literaria por once escritores de ficción: Cervantes, Francis Bacon, Molière, Samuel Johnson, Robert Burns, Coleridge, Oliver Wendell Holmes, Julio Goncourt, Mark Twain y Rilke. A estos caballeros, agrega una dama: María Teresa Babín, boricua (p. 137). Muy bien escogidas las citas, pero si interrogamos a esos genios y les preguntamos: ¿cuál es su teoría del lenguaje, del poema, del ritmo, del sujeto, de la historia, del Estado, de la traducción, de la literatura, qué responderían? Esa pregunta se la formula la poética a todo discurso informativo-ideológico o de ficción. Los escritores de ficción, exceptuando a escasísimos genios que han sabido navegar tanto en la escritura como en la crítica –Baudelaire, Mallarmé, Pound, para poner tres ejemplos– son, que Dios guarde, analfabetos en materia de teoría del ritmo, del lenguaje y del poema, materias con las cuales trabajan para producir sus obras. Son analfabetos porque ni la teoría ni la crítica literaria son su campo de actividad específico. Cuando opinan sobre lenguaje, poema, ritmo, Estado, historia, traducción, lo hacen con los clichés que aprendieron en la escuela, en la universidad o en los libros: opinan como opina la doxa. No es su culpa. La capacidad creativa que despliegan en las obras artísticas que nos legaron no es garantía de nada cuando opinan sobre lenguaje, ritmo, traducción, historia, Estado, poema. No son expertos en antimetafísica del signo. El discurso de León David reproduce al infinito estos efectos, al igual que los demás textos informativos de sus colegas del partido del signo. En punto a ficción, si poetas, son contadores de historias en el poema; si
novelistas o cuentistas, a más de ser contadores de historias, son productores de nostalgia o su equivalente, la muerte; o son imitadores de sentimientos y emociones propias o ajenas, con los cuales confunden la escritura. Pero los miembros del partido del signo, en particular los de nuestra cultura-sociedad, gozan y se enorgullecen con afirmar y reafirmar que la literatura, y sobre todo la poesía, es un reflejo de nuestros sentimientos y emociones. De ahí el resentimiento en contra de los críticos que, no por gusto, les recuerdan a cada paso, porque les va la vida, que el poema, la novela, el cuento, el drama, no tienen por funcionamiento el contar historias, reproducir emociones propias o ajenas, sino que se trata de una actividad mucho más seria y política: la transformación de las ideologías, en primer lugar las literarias, que uno encuentra en la sociedad que le tocó vivir. La gloria a que aspiran, como lo declara León David en su reciente artículo titulado “Por qué escribo así” es un revelador del oficio de poeta concebido con fines espurios que escapan al modesto funcionamiento de la escritura. Pasar a la posteridad universal, ser reconocido, buscar el poder, nada de eso es finalidad orientada de la política del sintaxero, sustantivo con el que se reconoce a todo escritor de calidad. El concepto de crítica a que aspiran los miembros del partido del signo es la elogiosa, la que condena al adversario y guarda silencio ante la obra sin valor que el poder político o el prestigio social del autor desean hacer pasar por buena, cuando es un fraude. A León David y los miembros del partido del signo les gustan los críticos como “Federico García Godoy, Pedro Henríquez Ureña y sus hermanos Max y Camila, Manuel Valldeperes, Joaquín Balaguer, Rafael Díaz Niese, Héctor Incháustegui Cabral.” (p. 136). Grupo heteróclito de comentaristas literarios mezclados con dos críticos estilísticos verdaderos. Esos hombres y mujeres cumplieron a cabalidad la idea que León David tiene acerca de la crítica: “la exégesis”. Variante de la estilística hermenéutica y “ahondamiento en las esencias”, algo inexistente; “el conato de
trasladar al universo convencional de la palabra”, he ahí su teoría pre-saussureana del lenguaje y el signo; la impudicia del yo: “los sacudimientos que la creación estudiada desencadena en el fuero íntimo”; o esta metáfora del mismo párrafo: “describir pormenorizadamente lo que en los hontanares del alma dicha obra hace experimentar”. Y este primado del contenido: “es menester que el crítico la sitúe geográfica y cronológicamente o, en otras palabras, nos guíe y aclare su sentido; y por si esto fuera poco, debe también atreverse a asumir el papel de juez y dictaminar, por comparación con otras creaciones semejantes, cuál es el grado de excelencia a que ha podido elevarse el escritor o artista.” (p. 136). Los críticos no les hemos hecho daño a los señores poetas y escritores. Solo interrogamos a sus textos, no a sus autores, si tienen valor artístico. Los miembros dominicanos del partido del signo deberían escuchar y estudiar el ritmo vocálico en [i] acentuada e inacentuada y a veces en [ó] de “El guardia del Arsenal”. El yo del texto cuenta una historia, al ser ideología. Pero la lección de ese merengue es una pedagogía de cómo se construye el ritmo en la cultura popular y cómo el crítico capta y analiza esas letras sencillas.
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Viaje por la historia
HOY
ÁNGELA PEÑA/ A.PENA@HOY.COM.DO
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Francis Caamaño, su última salida del país NAPOLEÓN MARTE
C
uando Caamaño se ausentó del país el 22 de enero de 1966 estaba angustiado, presionado, sentía que no debía irse aunque su salida fue resultado de una negociación. En las fotos de la rueda de prensa que ofreció en Londres, donde le designaron agregado militar, se aprecia esa tristeza. “Su sueño era regresar a su país” y retornó, pero siete años después, el dos de febrero de 1973 al frente de una guerrilla. Vino de la forma en que lo anunció hace 48 años cuando abandonó Santo Domingo: “Me voy, y si tengo que volver lo haré con las botas puestas, todavía no sabemos lo que puede suceder en República Dominicana”. Salió de la casa que ocupaba en la Félix Mariano Lluberes 12, de Gascue, desde que asaltaron la suya en la Pedro Livio Cedeño, del ensanche La Fe, durante la Guerra de Abril de 1965. Todo era revuelo la noche anterior. Los niños recuerdan el movimiento de baúles, “mucha gente entrando y saliendo y la expectativa como de que algo iba a pasar”, según Pedro Dipp Caamaño, entonces de cinco años, que iría en el vuelo. Los adultos cuentan que cargó con su ametralladora AR-15 y después que partió hacia Cuba su esposa se la llevó en el interior de dos guitarras valencianas y los cargadores dentro de los biberones de Paola, la hija menor. El Oldsmobile 98, de lujo, lo vendió a Alberto Jana Tactuck y los muebles se los dejó a Héctor Aristy. Su última gestión al marcharse ovacionado como el más grande revolucionario dominicano fue lograr que a los militares constitucionalistas les pagaran seis meses de sueldos atrasados. Él no aceptó un centavo. Del viaje de Caamaño y de su estancia en Londres hablan seis de las siete personas que le acompañaron porque Alejandro Deñó Suero (Chibú), su tío, que era de su escolta, falleció. Los demás son María Paula Acevedo (Chichita) su esposa; Fellita Caamaño Grullón, su prima junto a sus dos hijos Cynthia y Pedro Dipp Caamaño y Francis Alexander y Alberto Caamaño Acevedo, los dos hijos que entonces tenía la pareja. Paola nació en Londres. Su viuda y Fellita también revelan situaciones del desembarco por Playa Caracoles. De la última salida del héroe conversa además su hermana Milagros quien junto a su madre Eneroliza Deñó lo vio ese 22 de enero. Habían ido a vivir en New Jersey y Francis las llamó el 21 para que se encontraran en el aeropuerto John F. Kennedy. “Cientos de dominicanos lo esperaban pero en mi mente yo solo quería reunirme con mi hermano. No olvidaré el abrazo que nos dimos y apenas pude contener las lágrimas. Nunca imaginé que esa sería la ultima vez que lo besaría y abrazaría”. Mamá, agrega, “estaba llena de alegría, siempre positiva. Abrazó y besó a su adorado hijo y él inmensamente cariñoso con su madre, se fundieron en un apretado abrazo… Nos despedimos y jamás lo volvimos a ver…”. De esa histórica y postrer partida y de su vida en Londres es poco lo que se ha escrito. Ellos cuentan de los estados de ánimo del líder, añoranzas, visitas, contactos, formas de comunicarse con personas que todavía hoy no saben quiénes eran pero a las que entregaban notas bien encubiertas, y las negativas de Caamaño a participar en actos de otras embajadas. “Aquí nadie es diplomático, aquí todos somos exiliados”, dijo a su consorte y a su prima frustrándoles el entusiasmo que les había causado una posible visita al Palacio de Buckingham. Las señoras debieron conformarse con la recepción que organizó el 27 de febrero de 1966 para dominicanos residentes en Londres entre los que estaban José Joaquín Puello, José González Cano, Raquel Cuello, Rodríguez Mansfield, Pum y Víctor Cabral y Leo Cordero que a veces aligeraba con su guitarra la nostalgia del glorioso coronel. También encargó Caamaño una misa en Westminter para conmemorar el primer aniversario de la revuelta de abril con una intención especial por Rafael Fernández Do-
De pie, desde la izquierda, Milagros Caamaño Deñó, Cynthia y Pedro Dipp Caamaño, Fellita Caamaño Grullón. Sentada, María Paula Acevedo viuda Caamaño.
Caamaño con su madre y su hermana Milagros en el aeropuerto John F. Kennedy.
En rueda de prensa, el día de su partida.
mínguez, caído en esa contienda. Les acompañaron Héctor Lachapelle, Manuel Ramón Montes Arache, Emilio Ludovino Fernández, Píndaro Peña, Yege Arismendi, Pedro Holguín, Pedro Guerra Ubrí y otros. Entre Fellita y Francis existía una admirable compenetración. Se trataban como hermanos. Estuvieron juntos en la calle Sánchez al inicio de la guerra y luego en Gascue. El esposo de Fellita, piloto, estaba en el bando contrario a los constitucionalistas y temiendo represalias, Francis comentó a su esposa: “No puedo dejar a Fellita”. Ella aceptó con la condición de que le permitiera llevarse a sus niños. Otra petición complacida al dirigente fue que la nombraran auxiliar del
consulado dominicano en Londres. EL VIAJE. El presidente Héctor García Godoy les mandó el carro presidencial para que los trasladaran al hotel El Embajador donde helicópteros norteamericanos los transportarían al aeropuerto de Punta Caucedo. Para los mayores todo era angustiante. Caamaño pidió a su mujer: “Chichi, ni una sola lágrima” aunque los ojos de él estaban completamente rojos. Para los pequeños era una diversión. Los deslumbraban tantos helicópteros “de cerca” y luego los aviones. Devoraron dulces y bocadillos en la terminal y en sus mentes reinaba la idea de que iban a un paseo. Los pormenores de ese 22 de enero están presentes en la memoria de todos. La habilidad del general Riki, mediador especial de la ONU, las llamadas de Héctor Aristy y de García Godoy, la prensa extranjera y local por toda la casa, civiles y militares que defendieron la soberanía despidiendo a su comandante. Inició la rueda de prensa final en su Patria pidiendo que tuvieran confianza en él. Un señor lo abrazó y solo pudo decir “Francis, Francis, Francis” y el llanto paralizó su voz. Por el malecón, relata María Paula, era impresionante la cantidad de personas que iban delante, detrás y a los lados del vehículo. “Francis vio a un joven en un motor que le voceaba: ¡coronel!, ¡coronel! La camisa le flotaba y se veía un revólver. Francis ordenó al chofer amainar la marcha y gritó al muchacho: ¡éntrate la camisa, se te ve el arma! ¡Cuídate que te van a matar!”. En El Embajador un soldado invasor solicitó tomarse una foto con él y aunque en principio le contestó duramente, lo complació y murmuró a “Chichita”: “Este infeliz es víctima de los norteamericanos”. En Puerto Rico lo vitoreaba la multitud que entonó el Himno Nacional y él respondió con un saludo militar. Al bajar del avión le esperaban más reporteros y allí ofreció otra conferencia de prensa que se extendió retrasando el vuelo hacia New York donde aguardaba mayor cantidad de simpatizantes y él quiso estar con ellos pero trataron de prohibírselo. Se rebeló con voz alterada: “¡Ustedes no pueden impedir que yo baje a saludar a mi pueblo! ¡Conozco las leyes internacionales! ¡Yo rompo ese cristal y me tiro!”. “Cuando vine a reaccionar”, exclama Chichita, “ya estaba abrazando a los dominicanos que lo aclamaban”. Entonces inicia el destierro hacia Londres, otro capítulo breve, pero determinante, en la inquieta vida del líder máximo de la revolución de 1965.
DELIA BLANCO
De señar a señal
AREÍTO
Sábado 8 de febrero de 2014
HOY
Ernest Hemingway… ¿Por quién siguen doblando las campanas?
E
rnest Hemingway, el más épico y lírico de los escritores estadounidenses de la primera mitad del siglo XX, es un autor que invita a leer y releer sus obras por el interés que siguen suscitando en cuanto a la reflexión sobre el compromiso del intelectual y del pensador libre frente a los acontecimientos políticos. Este monumento de hombre, macizo en sus ideas y en su cuerpo, ha significado un puente de humanidad entre Estados Unidos y Europa, que todavía hoy nos ilumina en el diálogo necesario entre América y el Viejo Continente. Si la belleza de París y la seducción de la sociedad francesa de los años 20 y 30 pusieron en evidencia este personaje seductor, viril, guapo y bohemio, gran aficionado a la gastronomía, al buen vino y a las artes, lo que manifestó haciendo de Montparnasse, el lugar emblemático de los intelectuales de “la generación perdida”, no es menos cierto que más allá de todos sus excesos con el alcohol y las mujeres, Hemingway fue un tremendo ciudadano del mundo, hombre libre y pensador, capaz de entrega y de compromiso. Este aspecto de su personalidad multifacética, atormentada y violenta, lo ha magnificado en su relación excepcional y profunda con España, con los pueblos de España que conoció a fondo en sus raíces más profundas, acertando siempre las diversas culturas de España, fuesen del norte, del sur, o del centro de Castila Extremadura. Porque en el fondo, Hemingway fue el primero en entender con cerebro y alma los matices de esa República Española, que aunque antifascista para todos, tomó ideologías y esperanzas diversas y múltiples para los comunistas, los anarcosindicalistas, los católicos liberales, y los pensadores libres, masones y ateos. La fuerza de Hemingway consistió en poner toda su energía vital en las causas de la libertad intelectual de temperamento “cowboy” y campechano, bello como un cedro, entregó toda su fuerza vital y existencial al amor por las luchas de Europa amenazada por el fascismo y la novela “Por quién doblan las campanas” nos pone en evidencia y en un relato de cuatro días llevado a quinientas páginas el enfrentamiento de las ideas opuestas por una España que quiso una República con pasión y coraje, con fuerza y fragilidad, con ilusión y dolor. Aspectos fundamentales que este autor de temple, y comprometido, logró realzar en una de las novelas más leídas del siglo XX. Por quién doblan las campanas, en inglés For Whom the Bell Tolls publicada en 1940, cuyo título procede de la “Meditación XVII” de Devotions Upon Emergent Occasions, obra perteneciente al poeta metafísico John Donne y que data de 1624: Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti. La trama se desarrolla en España durante la Guerra Civil Española, y se articula en torno a la historia de Robert Jordan, un profesor de español oriundo de Montana, que lucha como especialista en explosivos en el lado republicano. El general Golz le encarga la destrucción de un puente, vital para evitar la contraofensiva del bando Nacional durante la batalla de Segovia. Jordan llega a la zona, situada detrás de las líneas enemigas, guiado por un viejo, Anselmo. Allí, se encuentra con que el jefe de la banda que debe ayudarle a volar el puente, Pablo, es un borracho acobardado. Pero también conoce a María, una muchacha joven de la que enseguida se enamora, y a Pilar, la mujer de Pablo. Pilar es una mujer ruda y fea, pero valiente y de una gran voluntad; tiene una gran lealtad a la República y ayuda mucho a Jordan tanto en la misión del puente como en lo personal con María. En el sentido recóndito e intestino, Por quién doblan las campanas es una insinuación de la multiplicidad del ser que se hace desde el título del libro, si se quiere desde el mismo enunciado. El hombre hace parte de
Ernest Hemingway
un “ser colectivo” constituido por todos los hombres; inexorablemente cuando algo de la existencia desaparece es una parte que se desmorona del “ser único” que conforma la humanidad (la unión de todos los seres), que emana la existencia como una rúbrica social. De ahí las palabras de John Donne: La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad [...] Por quién doblan las campanas: doblan por ti. La muerte es uno de los temas principales de la novela. Cuando ordenan a Robert Jordan volar el puente, él sabe que no sobrevivirá. Pablo y El Sordo, líderes de las bandas de guerrilleros republicanos, también son capaces de ver ese inevitable destino. Prácticamente la totalidad de los personajes del libro reflexionan sobre sus propias muertes. La camaradería y el sacrificio ante la muerte abundan a lo largo de la novela. Robert Jordan, Anselmo y otros están listos para hacer todo lo que se espera de un buen hombre, es decir, el sacrificio de la misma vida. Los frecuentes abrazos entre camaradas refuerzan esa sensación de compañerismo cercano frente a la muerte. Un incidente respecto a la muerte de la familia del personaje de Joaquín sirve como perfecto ejemplo de ello: tras conocer la trágica noticia, los camaradas de Joaquín lo abrazan y consuelan diciéndole que ahora ellos serán su familia. Rodeando este amor confraternal entre camaradas se encuentra el amor por la tierra de España. El amor por un lugar, por unos sentidos, y por la vida misma, son representados mediante el suelo cubierto de agujas de pino que encontramos en el bosque —descrito al comienzo y, conmovedoramente, al final de la novela— cuando Robert Jordan yace moribundo sintiendo el latir de su corazón contra el suelo cubierto de agujas de pino. El suicidio es otro aspecto que surge siempre como alternativa al sufrimiento. Muchos de los personajes, incluido Robert Jordan, prefieren la muerte a la captura y están dis-
puestos a suicidarse, ser abatidos o matar para evitarlo. Conforme la historia concluye, Robert Jordan, herido e incapaz de viajar con sus compañeros, espera una emboscada final que acabe con su vida. Se prepara para el cruel desenlace que podría suponer el suicidio como medio de evitar la captura o la inevitable tortura para extraerle información, seguida de la muerte a manos del enemigo. Pese a todo, espera evitar el suicidio debido a que su padre, a quien él ve como a un cobarde, se suicidó. Robert Jordan comprende el suicidio pero no lo aprueba, y piensa que “hay que hallarse terriblemente replegado sobre uno mismo para hacer una cosa como esa”. La opinión de Robert Jordan sobre el suicidio podría ser usada para analizar el suicidio de Hemingway 21 años después. El padre de Hemingway también cometió suicidio y se trata de un tema recurrente en sus obras… Amerita otros capítulos, esta y otras obras de Ernest Hemingway, quien al presente tiene mucha vigencia y todavía se recurre a este “trotamundos” e inquieto personaje, que se establece por mucho tiempo en Cuba, donde se convierte en un mito. Por su estilo de vida, la pesca, su principal hobby y por convertirse en un habitué de bares famosos como La Bodeguita del Medio y el Florida en La Habana, donde tomaba sus famosos “mojitos”, que al presente continúan siendo lugares obligados por los turistas a dicha ciudad, y que como es natural, se explota en la oferta de esta, ya que las personas van por la curiosidad de observar las fotos de Hemingway, o de sentarse en la barra, en fin, que este escritor se mantiene en el imaginario por muchas razones… Y, hasta para escuchar un blue; la banda de rhythm and blues y rock pop, Bee Gees llegó al Top Five en Inglaterra en 1993 con su composición “For Whom the Bell Tolls” también inspirada en Hemingway, al igual que films, documentales, etc.
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HOY
AREÍTO
Sábado 8 de febrero de 2014
Arte contemporáneo
En el Museo de Arte Moderno
¡GRAN RETROSPECTIVA DE
ROSA TAVÁREZ!
Terra Nostra. Oleo sobre tela.
Detrás de la ventana. Óleo sobre tela.
R
AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
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osa Tavárez, figura máxima del grabado y maestra superviviente de las artes plásticas y visuales dominicanas, está celebrando sus bodas de oro con el arte a través de su extraordinaria exposición retrospectiva titulada “Rosa Tavárez: “Territorios de la Pasión y la Memoria (1963- 2013)”, compuesta por 198 obras, incluyendo pinturas, grabados, dibujos e instalaciones, desplegadas con museografía esplendorosa y espectacular en los espacios de la segunda planta del Museo de Arte Moderno, permitiendo a los visitantes un recorrido abarcador de cinco décadas de intensa y fructífera trayectoria creadora. Tres secciones o etapas productivas fundamentales nutren el cuerpo expositivo de “Rosa Tavárez: Territorios de la Pasión y la Memoria”. La primera sección incluye 23 obras sobre tela y papel, ejecutadas entre 1963 y 1973: paisajes, retratos, desnudos, escenas y composiciones de impronta academicista, rigurosa formalidad estética y penetrante mensaje social. Una segunda sección funciona como eje medular de la muestra con 76 grabados de magistral ejecución y sorprendente potencial comunicativo, realizados en medios mixtos sobre papel. Estos grabados, ejecutados en las técnicas de punta seca, intaglio, xilografía, aguafuerte y colografía, han sido extractados de sus emblemáticas series “Las Américas”, “Los caudillos”, “Los ídolos”, “Los encuentros”, “Los ancestros” y “Los mitos”, realizadas entre las décadas de 1970 y 1990. La tercera sección, incluye más de 100 obras, entre pinturas y dibujos, realizadas entre las últimas tres décadas (1980 y 2013), etapa creativa en la que Rosa Tavárez accede a un asombroso y fructífero proceso de polisíntesis y revitalización del posexpresionismo figurativo, el expresionismo abstracto norteamericano, el informalismo europeo, la transvanguardia italiana y la geometría sensible latinoamericana. De este proceso, resultan las series “Enigmas”, “Geometría herida”, “Ecos del grito ecológico”, “Abstracciones figurativas”, “Cuerpos terrenales” y “Figuraciones geométricas”, pinturas de alucinante caudal metafórico, desde cuyas superficies se reactiva energético el discurso abstraccionista y en las cuales, sin embargo, jamás decae la presencia del signo identitario: el sujeto en su entorno sociocultural y ecológico, el sentido de la tierra, el paisaje social, lo real maravilloso, la magia consubstancial y el absurdo cotidiano del Caribe. Pionera en la enseñanza del grabado y en la introducción de la técnica gráfica de la colografía en la Escuela Nacional de Artes Visuales y en los principales centros de estudios artísticos superiores de la República Dominicana, su amplia cultura visual, su fértil imaginación, su profunda sensibilidad social, así como su disposición dialógica, siempre abierta, lúcida, fraterna y proactiva con sus maestros, compañeros, colegas y discípulos, hacen de Rosa Tavárez una personalidad excepcional, cuyo cristalino ejercicio creador y formador profetiza un torrente de remisiones efectivamente reveladoras en la historia contemporánea de las artes plásticas y visuales de América Latina y el Caribe.
Retrato de la pobreza. Óleo sobre masonite.
ROSA TAVÁREZ
La levedad de los cuerpos. Óleo sobre tela.
Ámbito territorial. Óleo sobre tela.
“El lenguaje plástico de mi arte está configurado por una pluralidad de símbolos, donde la memoria y la emoción juegan un papel determinante, de manera que crea un mundo donde están representados los argumentos estéticos de las creaciones pictóricas y el drama existencial que ha vivido la humanidad. A esto se agrega una catarsis que arrastra mi conciencia hacia los laberintos y misterios del arte”… (RT. 2012). Entre otros asuntos, problemáticas y cuestiones de trascendental importancia, esta visión retrospectiva de la obra y trayectoria creadoras de Rosa Tavárez en el Museo de Arte Moderno nos permitirá advertir los aportes trascendentales de la mujer en el proceso originario de la consciencia nacional a través de las artes plásticas y visuales…Hija, mujer, esposa, madre, artista de gran sensibilidad social y profundas convicciones humanísticas. Maestra del grabado y educadora por excelencia. Espiritualmente única, múltiple, multiplicada y polifacética. Alquimista de formas y espacios primordiales. Rosa Tavárez es una artista visionaria, invocadora de los destellos, sombras, ritmos, sagradas geometrías y mutaciones energéticas de la vida en el espacio-tiempo, sin extraviar jamás la reflexión sobre las trágicas contradicciones de la condición humana contemporánea. En Santo Domingo, durante las últimas cinco décadas, Rosa Tavárez ha tenido que ejercer esta implicante pluralidad de roles con una brillantez, una integridad, una eficacia y una vitalidad, ciertamente admirables. En este contexto, “despintado” estruc-
Nace en Santiago de los Caballeros, el 27 de abril de 1939. A los 12 años de edad inicia sus estudios artísticos con Yoryi Morel (1906-1979) en la Escuela de Bellas Artes de Santiago. En 1969, se gradúa como profesora de Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Artes Visuales, donde tiene como primeros maestros a Jaime Colson, Celeste Woss y Gil y Gilberto Hernández Ortega. Realiza estudios de grabado en la Art Students League de Nueva York (1971-79). Funda el “Grupo Reflejo”, junto a Freddy Javier, Clinton López y Antonio Rodríguez (1971). Con Jaime Colson y Ada Balcácer funda el Taller de Grabado de la Escuela Nacional de Bellas Artes (1973). Ha sido profesora en la Escuela de Bellas Artes de Santiago, Baní y San Francisco de Macorís, así como en la Escuela Nacional de Artes Visuales, institución que dirigió desde el 2000 hasta el 2004. Su labor docente también se desarrolla en prestigiosas instituciones como la Universidad APEC (1970-1977) y la Escuela de Diseño de Altos de Chavón (1983-1988). Entre sus reconocimientos, destacan: Medalla al Mérito de la Presidencia de la República y la Dirección General de Promoción de la Mujer (1994); Medalla al Mérito de la Presidencia de la República, por sus 35 años de labor docente (2005). Presidenta del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (2000-03). Reconocida por la Universidad Iberoamericana (2007) y la Cámara de Diputados de la República Dominicana (2009). Reconocida como Miembro de Mérito de la Fundación Carlos III en ocasión del Bicentenario de la Constitución del Tribunal Supremo España (1812-2012). Las obras de Rosa Tavárez forman parte de importantes colecciones, públicas y privadas de la República Dominicana, Cuba, Estados Unidos, Inglaterra, México, Puerto Rico, Nicaragua, Colombia, Venezuela y Brasil. “Territorios de la Pasión y la Memoria” sigue abierta al público en el MAM hasta mediados de febrero, de martes a domingo y en horario de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.
turalmente por las dilogías políticas, la mixtificación espiritual y la constante psicohistórica de la hipermímesis, así como en su fantasmático trayecto a través de los “Territorios de la Pasión y la Memoria”, Rosa Tavárez asume su práctica estética con maestría axiomática y estoicismo estremecedor al mismo tiempo que logra completar un productivo itinerario creador que revalida su auténtica condición de símbolo cultural…