CAPITULO 1 INTRODUCCIÓN Este documento presenta parte de los resultados obtenidos en la primera etapa del trabajo que realiza Hábitat para la Humanidad Argentina (HPHA) en la región del Gran Chaco Argentino, especialmente en el oeste de las provincias de Formosa y Chaco. Es un diagnóstico de las particularidades habitacionales y sociales de estas zonas, realizado en territorio por un equipo interdisciplinario de profesionales. En el mes de septiembre de año 2015, gracias a la convocatoria de Samsung Argentina y con financiamiento de Samsung Internacional, a través de su programa Nanum Village, HPHA se suma al trabajo que un equipo de organizaciones viene realizando en la región con el objeto de potenciar el desarrollo integral de las poblaciones con menor capacidad de acceso a redes de producción, comunicación y servicios. La incorporación de HPHA a esta alianza busca aportar a la mejora de las condiciones de vivienda, priorizando el desarrollo humano, la salud y la integración de las comunidades. Como compromiso de esta alianza, Hábitat para la Humanidad Argentina realizará en una primer etapa, tres proyectos en la región del Gran Chaco. Estos son una propuesta de diseño técnico que permita construir techos captadores de agua de lluvia en hábitats rurales del impenetrable chaqueño; el mejoramiento de cincuenta viviendas rurales aisladas y la construcción o rehabilitación de un centro educativo comunitario en alguna de las localidades en las que el equipo Nanum Village se encuentra trabajando. Todos estos proyectos deberán concretarse en base a una metodología participativa, con una visión amplia y replicable, que permita encontrar soluciones social y económicamente sustentables. Los tres componentes de esta alianza se integran en el objetivo común de contribuir y potenciar el mejoramiento del hábitat de comunidades en proceso de cambio y adaptación a nuevos contextos de uso del espacio y el territorio. En este marco, el diagnóstico se propone como una herramienta que ayude a comprender las particularidades de la región donde se comenzará a trabajar, brindando el soporte contextual y técnico que permita definir las características específicas de cada una de las acciones a realizar en el territorio y facilitando el cumplimiento de las metas propuestas. Con este objetivo se describe y analiza algunos aspectos generales del Gran Chaco Argentino, profundizando en las condiciones particulares de las localidades donde HPHA evalúa trabajar en esta etapa. . En el capítulo 2, se describen las características geográficas, ambientales, culturales y sociales de la región, con el fin de contar con información que permita definir criterios sobre cuestiones diversas que incluyen tanto decisiones respecto de prioridades, tipologías de diseño y materiales más adecuados, como cuestiones logísticas y operativas relacionadas con costos, tiempos de traslado, sistemas de comunicación, etc. El capitulo 3, profundiza en la cuestión del hábitat doméstico, formas de construcción y patrones de asentamiento en este territorio. Este trabajo se realizó partir de relevamientos directos en los departamentos de Gral. Güemes (Chaco) y Ramón Lista (Formosa) incorporando observaciones respecto de recursos humanos y materiales disponibles, significados simbólicos y culturales de la vivienda y procesos de transformación en los que se encuentran tanto las comunidades aborígenes como criollas. Este capítulo incluye también una breve recopilación de antecedentes de diseño y construcción de vivienda social en esta región.
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Los capítulos 4 y 5 describen en mayor profundidad las características del Departamento de General Güemes, al oeste de la Provincia del Chaco y del Departamento de Ramón Lista, al oeste de la Provincia de Formosa, ya que allí será donde se estará trabajando específicamente para el desarrollo de este proyecto. Finalmente en el capítulo 6, se presentan conclusiones generales y recomendaciones respecto de las características de diseño y construcción más aptas para su desarrollo en esta región, aplicables a los tres componentes de este proyecto, haciendo énfasis en la sostenibilidad de las propuestas en distintas escalas. Los contenidos de este informe reflejan el resultado de dos visitas realizadas por el equipo técnico de HPHA a los departamentos de General Güemes, en Chaco y Ramón Lista, en Formosa durante los meses de octubre y noviembre del 2015. A estas visitas se suman a las experiencias previas de los profesionales a cargo del trabajo, la recopilación de antecedentes y el aporte de entrevistas formales e informales realizadas a distintos actores claves en la región, especialmente la Fundación Gran Chaco y ACDI. La publicación de este documento tiene como objetivo compartir y difundir los resultados de este proceso y se propone también como una herramienta para facilitar el intercambio de saberes tanto con las comunidades locales, como con las distintas organizaciones que trabajan en estos territorios.
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CAPITULO 2 El Gran Chaco Argentino 2.1. Geografía y clima El Gran Chaco es la ecorregión boscosa más extensa del continente Americano, después del Amazonas. Sus 1.066.000 km2 ocupan territorios en cuatro países: Argentina (62.19%), Paraguay (25.43%), Bolivia (11.61%) y Brasil (0.77%). Por su variedad en gradientes de temperatura, humedad y tipos de suelo, esta región se divide en cuatro subregiones: el Chaco Húmedo y Subhúmedo, el Chaco Semiárido, el Chaco Árido y el Chaco Serrano. Hábitat para la Humanidad Argentina trabajará en la subregión denominada semi árida, que comprende parte de Bolivia, la porción Occidental de Paraguay y en Argentina la mitad occidental de las provincias de Formosa y Chaco, la oriental de Salta, casi todo Santiago del Estero y el norte, noreste y centro de Córdoba. Es una vasta planicie de bosques adaptados a la sequía que van perdiendo porte y especies a medida que llegan al sur, planicie interrumpida ocasionalmente por cursos de agua y por serranías.
Mapa 1. Subregiones del Chaco Americano. (Fuente Atlas del Gran Chaco Americano, GTZ)
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El clima de esta subregión se caracteriza por sus altas temperaturas durante la primavera y el verano, con valores medios máximos de entre 34 ºC y 37 ºC, con picos extremos por encima de los 44ºC. Durante el resto del año (entre mayo y septiembre) el clima suele ser agradable (18 ºC a 25 ºC) con noches frescas (5 ºC a 12 ºC), aunque también en este periodo puede registrarse mucho calor o irrupciones de aire frío con temperaturas nocturnas ligeramente por debajo de 0 ºC. Los vientos predominantes soplan desde los cuadrantes Norte y Sur. Particularmente el viento norte, se caracteriza por sus altas temperaturas, polvo y tierra. El otro factor climático característico de esta región es la sequía prolongada entre los meses de abril a noviembre. Las lluvias se producen casi exclusivamente durante el verano, en algunos casos con tormentas eléctricas intensas. Si bien es notable la variabilidad de las precipitaciones de un año a otro, con años más húmedos y otros de sequías prolongadas, los promedios anuales de lluvias varían de 400 mm a 600 mm. El mes más lluvioso es enero y el más seco julio.
Imagen 1. Area rural entorno al Rio Pilcomayo, Formosa.
Imagen 2. Palmar próximo a Nueva Pompeya, Chaco.
Estos territorios se ubican sobre el trópico de Capricornio, entre la latitud 22 y 25 Sur. En este contexto con altos niveles de radiación solar, poca nubosidad, baja humedad relativa del aire y fuertes vientos secos, se dificulta la permanencia y disponibilidad de cuerpos de agua superficial. Los ríos presentan altas tasas de arrastre de sedimentos, y en épocas de lluvia colmatan sus cauces generando grandes extensiones de inundaciones cíclicas, principalmente en el caso del Rio Pilcomayo. Por las características del suelo arcilloso y con poco declive, es frecuente la formación de esteros y bañados en las zonas costeras.
2.2. Vegetación y fauna El Chaco semiárido presenta una gran biodiversidad. Entre sus ambientes predominantes se encuentran los pastizales y sabanas secas, los montes, bañados y ríos; que se traducen en una alta variedad de especies animales y vegetales, y lo convierten en un área clave para la conservación de flora y fauna. Desde hace más de un siglo, esta región se ha visto sometida a un uso extractivo y no planificado de sus recursos naturales, provocando una fuerte degradación y pérdida de patrimonio natural. A las actividades tradicionales de ganadería extensiva y extracción forestal, se suman en los últimos años el avance no planificado de la agricultura a
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gran escala, la explotación de hidrocarburos y las grandes obras de infraestructura, que ponen en riesgo la preservación y recuperación de las condiciones del ambiente. Entre las especies vegetales que se encuentran en el Gran Chaco semi árido, se destaca el quebracho colorado, árbol de madera dura típico de esta región, cuya presencia a disminuido notoriamente a causa de la tala indiscriminada. Otras especies características son el quebracho blanco, el palo santo, el guayaibí, el algarrobo, el lapacho, el yuchán, el chañar, el vinal, el urunday y el itín. También es frecuente encontrar comunidades de palmeras o palmas aisladas en el bosque (especies yatay, pindó y caranday). El bioma del monte chaqueño es el de un bosque subtropical, con vegetación de hojas pequeñas o transformadas en espinas adaptada a condiciones de sequía y abundancia de cactus, arbustos, fachinales, enredaderas, claveles del aire y varias especies de orquídeas. La fauna chaqueña es variadísima. En sus bosques, pastizales y esteros pueden encontrarse animales seriamente amenazados como el yaguareté, el tatú carreta, y el oso hormiguero. También se encuentran el puma, la corzuela o guazuncho, el pecarí, el tapir o anta, el aguará guazú (canido parecido al lobo), el loro hablador, el carpintero negro, la charata, el águila coronada, el halcón blanco, el carancho, el yacaré negro, la tortuga de tierra y el caimán overo. Hay además coatíes, culebras, víboras, yacarés y una gran variedad de aves.
2.3. El Agua y el suelo El agua y el suelo representan recursos de incuestionable importancia, por lo que han sido y son objeto de estudio en multitud de disciplinas y, con frecuencia, suelen aparecer unidos bajo un mismo nombre, suelo-agua. En las regiones semiáridas, se caracteriza por su elevada heterogeneidad, con complejas interacciones tanto internas como en la interface con otros compartimentos ambientales, y donde los procesos tienen lugar en escalas de tiempo bastante lentas, salvo en ocasiones puntuales, donde las precipitaciones aceleran los acontecimientos. Los suelos de la región pueden presentar profundidades muy variables, con diferentes texturas, composición y capacidad de retención de agua. De esta manera, cada ámbito de la región debe ser abordado teniendo en cuenta sus características específicas. El agua se establece como el ordenador de los distintos sistemas de ocupación del territorio. Desde los desplazamientos seminómades wichi - asociados a la movilidad de los ríos - hasta los asentamientos sedentarios criollos - asociados a los cuerpos de agua superficiales - diversas estrategias se resignifican actualizándose a las dinámicas económicas y sociales del semiárido chaqueño. “Con el avance de los fortines y la colonización del espacio en primer término, y con la efectivización del control territorial por parte de los estados-nación más tarde, las poblaciones indígenas dejan de usufructuar los recursos localizados en una gran cantidad de lugares del monte y los ríos. Esto marca el inicio de una nueva forma de habitar, ocupar y relacionarse con el territorio. Luego, con el comienzo de las migraciones estacionales a los ingenios, desde fines del siglo XIX hasta la década del sesenta, se iría originando otra manera de apropiación espacial” (Bratisevic 2011). Actualmente, las comunidades tanto aborígenes como criollas, se encuentran vinculadas en mayor o menor medida a núcleos urbanos desde donde buscan acceder a diversas prestaciones de servicios, incluyendo el acceso al agua.
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Imágenes 3, 4 y 5. Lote 8 (Formosa). Tanque de reserva elevado para la distribución de agua urbana y camiones cisterna para su distribución rural. Tanque de reserva elevado para la recepción del agua abastecida por el municipio y tanque cisterna para recolección de agua de lluvia.
En los centros urbanos, para el abastecimiento de agua potable se utilizan sistemas de bombeo en base al uso de combustibles fósiles para su posterior almacenamiento en tanques elevados. Desde allí es distribuida mediante redes de suministro domiciliario a las viviendas urbanas y próximas a los núcleos urbanos. La población dispersa se abastece mediante camiones cisterna que dependen del municipio local. Este método además de la evidente deficiencia en el elevado consumo de combustibles y raciones de abastecimiento limitadas, puede ser utilizado como mecanismo de captación política y favoritismos, que comprometan el acceso justo y equitativo de los pobladores al recurso. La mayoría de las viviendas rurales dispone también de sistemas para la recolección de agua de lluvia, que a través de canaletas se almacena en tanques, tachos o cisternas. Se observa una diversidad de soluciones, desde mecanismos domésticos simples hasta sistemas de mayor escala, incorporados de manera formal a planes de vivienda y escuelas construidas por el gobierno provincial y nacional. La posibilidad de cosechar lluvia en techos resulta una forma eficaz de almacenar importantes cantidades de agua. El volumen potencial de agua a recolectar puede estimarse a partir del siguiente cálculo, que se grafica a continuación aplicado a un techo de 100 m2: 100m² (superficie techo) x 0.5m (promedio precipitación anual región semiárida) x 0.9 (coeficiente de captación) = 45.000 litros. Si bien el periodo de precipitaciones se limita a los meses de verano, el agua de lluvia es muy apreciada por su calidad y buen sabor. Donde se manifiestan mayores riesgos para la salud es en los sistemas de almacenamiento, ya que en algunos casos los tanques no cuentan con tapas que eviten la presencia insectos. Además la extracción por balde puede provocar el ingreso de basura o excrementos de animales.
Imágenes 6 y 7. Sistemas de captación doméstica y cisterna a cielo abierto, potencial atractora de agentes patógenos
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Algunas viviendas han realizados perforaciones, pero esta tarea puede ser compleja y requerir varias pruebas hasta encontrar agua de calidad y apta para el consumo humano, además la napa puede agotarse rápidamente. Personal técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Ingeniero Juárez) explica que la primera napa es la que colecta el agua de lluvia y rápidamente se evapora o es salada, por lo que debe llegarse a profundidades mayores para encontrar la segunda o tercer napa de agua. Otra estrategia implementada en esta región son los sistemas de captación superficial. La misma puede consistir en una simple represa que funciona a modo de reservorio, o realizando tajamares de mayor complejidad. Los primeros ejemplos de sistemas de captación superficial fueron importados por los colonos del Chaco Paraguayo, a partir de experiencias similares realizadas en Australia. Hacia 1970 se comienzan a realizar en la región las primeras grandes estructuras para captación de agua superficial, con el uso de maquinarias de campo y viales. Actualmente existe gran número de empresas que prestan servicios de esta índole: El sistema consta de un área de captación desde donde se conduce el agua de lluvia por escurrimiento hacia un estanque (denominado Tajamar Pulmón). Desde allí es bombeada a un segundo estanque elevado (denominado Reservorio) donde se almacena a varios metros por encima del terreno circundante, con el objeto de obtener presión natural para el riego de la superficie de cultivo. El sistema tiene un 65% de eficiencia promedio considerando las pérdidas por escurrimiento y por evaporación. Estos indicadores varían según el tratamiento que se le de los suelos y la sombras y reparos del sitio para mejorar su eficiencia. Para el caso más desfavorable, en una región con 500mm de precipitación anual, se podría almacenar un volumen de 2.5 toneladas por cada hectárea de captación: 10.000m² (superficie hectárea) x 0.5 m (promedio precipitación anual región semiárida) x 0.65 (65 % eficiencia promedio de captación) = 3.250 m3 3.250 m3 – 813m3 (25 % evaporación) = 2.437 m3 2.437 m3 x 1.000 l (cantidad de litros x m3)= 2.437.000 l
Imagen 8. Imagen aérea y esquema de funcionamiento de un Tajamar. El punto crítico de este sistema, se relaciona con la deforestación de una gran superficie de bosque nativo.
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2.4. Enfermedad de Chagas-Mazza La enfermedad de Chagas Mazza o “mal de Chagas” es un mal parasitario, generalmente crónico. El reservorio natural del parásito se encuentra en animales como ratas, murciélagos, perros y gatos. Su principal transmisor (vector) en Argentina es la vinchuca (Triatoma infestans) también llamada chinche o chinche negra. La enfermedad está difundida por todo el país, no tiene cura ni existe vacuna preventiva, y se estima que en Argentina hay entre 1 millón y medio y 3 millones de personas infectadas. La enfermedad de Chagas puede causar severas complicaciones, ya que produce serias afecciones cardíacas y en algunos casos gastrointestinales. Si bien el porcentaje de mortalidad es bajo (entre un 1% al 5%), sí es un factor importante en los casos de mortalidad infantil, y de muerte cardíaca. El Gran Chaco semirarido es zona de riesgo, ya que la vinchuca habita en las áreas rurales de clima cálido y seco. Por el número de enfermos y la amplitud del área que abarca, por la gravedad de las alteraciones cardíacas y de otros tipos que ocasiona y por su carácter endémico, la enfermedad de Chagas es uno de los principales problemas de la salud pública en la región chaqueña. Conforme al estudio realizado por Sotelo y otros (UNNE, 2004), en base a muestras de suero correspondientes a 112 individuos de la etnia Toba, 199 Wichis y 58 Pilagás (los dos primeros grupos residentes en la provincia de Chaco y el tercero en la provincia de Formosa), la prevalencia general de infección para la población estudiada resultó de 55,83%. En la población aborigen formoseña, la prevalencia fue de 48,28%. En los aborígenes del Chaco fue de 57,23%. El espacio de vivienda es especialmente importante para la prevención del contagio de esta enfermedad. La vinchuca busca vivir junto al hombre y animales domésticos para tener cerca su fuente de alimento. Para eso, anidan en las casas con paredes sin revoque, techos de paja expuesta y en lugares próximos al domicilio, como gallineros, corrales y depósitos. Durante el día, estas chinches evitan la luz y suelen esconderse en agujeros de paredes o techos, entre objetos amontonados sobre el suelo o colgados, debajo de colchones o camas y en los lugares donde duermen los animales domésticos. Por este motivo, la enfermedad se relaciona directamente con las condiciones constructivas y de mantenimiento de las viviendas, y puede observarse una correlación entre el porcentaje de hogares con presencia de vinchuca y el porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Pero no consideramos correcto asociar al vector de la enfermedad de Chagas con las construcciones de barro, ya que existe una falsa e injustificada idea orientada a pensar que "la vinchuca prefiere las casas de adobe o paja". Este concepto no tiene fundamento y así lo avalan diferentes investigaciones y estudios científicos en distintos países de la región, luego de décadas de estudio en la temática (Rotondaro, 1999). La vinchuca habita en lugares oscuros, huecos y oquedades. De manera tal que puede haber insectos infestados en grietas y huecos de paredes, cimientos o encuentros entre el muro y la cubierta de construcciones realizada con ladrillo común cocido, ladrillo hueco, bloques de hormigón, hormigón armado, con techos de chapa o de tejas, madera, o cualquier otro sistema industrializado. Es decir, la vinchuca no tiene preferencia por ningún material ni sistema constructivo en particular, sino que busca un hábitat donde haya oscuridad y calor, en tanto insecto hematófago nocturno. Para impedir la presencia de vectores de contagio, el diseño y construcción de viviendas y su entorno debe minimizar el riesgo de anidamiento y refugio de insectos, evitando grietas, fisuras, huecos que puedan producirse por cambios de temperatura, humedad o movimiento estructural. Una de las soluciones ya probadas con éxito en distintos países es la de revocar y pintar paredes y cielorrasos con mezclas con cal, además de acompañar estas
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medidas con estrategias educativas y de concientización que han permitido ir controlando y vigilando la infestación en Latinoamérica.
2.5. El recurso forestal El severo proceso de degradación de los recursos naturales y la biodiversidad en el Gran Chaco Americano, se debe fundamentalmente al cambio de uso de la tierra y la deforestación. El avance de la frontera agrícola sobre zonas forestales, es la causa de mayor impacto sobre su paisaje y la mayor amenaza para la conservación de la región en la actualidad. “La explotación forestal se practicó históricamente como una extracción minera y no como el aprovechamiento sustentable de un recurso renovable. Esto llevó a que las especies más buscadas vieran diezmadas sus poblaciones y que llegaran muchas veces al límite de la extinción comercial, que difiere de la extinción biológica porque en ella la especie está presente, pero no en diámetros ni en volúmenes comercializables” (Brown, Martínez Ortiz, Acerbi, Corcuera 2006). La cría extensiva de ganado contribuye fuertemente en la degradación del bosque. Como la actividad se basa principalmente en forrajes naturales, los animales se internan en los bosques durante las estaciones secas para ingerir los frutos de las leguminosas, como el algarrobo, y ramonean brotes tiernos de árboles y arbustos, dificultando su regeneración. Las gramíneas, que cubrían algunas áreas, han sido reemplazadas por arbustos espinosos, como la tusca, el chañar y el vinal, a causa del intenso pastoreo del ganado. El quebracho es la especie más amenazada por la acción del pastoreo, habiéndose perdido casi el 85 % de su población. La deforestación ha facilitado los procesos de desertificación y el arrastre de sedimentos por escurrimiento superficial de lluvias hacia los ríos, los cuales aceleran su capacidad de colmatación impactando sobre el delicado equilibrio de sus zonas de inundación (bañados, esteros, etc.).
2.5.1 Ley de Bosques y ordenamiento territorial
La Ley Nº 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, más conocida como “Ley de Bosques”, fue promulgada el 28 de noviembre de 2007 por el Congreso Nacional. Esta ley establece normas y también recursos económicos para el manejo sostenible de los bosques nativos, entendiendo por “Bosque Nativo” a los montes que tienen árboles propios de cada zona, incluidos aquellos que se formaron naturalmente luego de un desmonte o las áreas que se reforestaron voluntariamente con especies nativas. La ley no se aplica a reforestaciones de pino o eucalipto pues son árboles foráneos. Al decir “bosques”, la ley valora también a los ecosistemas que ellos ayudan a mantener (suelo, clima, flora y fauna, entre otros) y tiene en cuenta los beneficios que brindan tanto para la naturaleza, como para las personas que cohabitan con ellos para la defensa de las identidades culturales de campesinos y pueblos originarios. Los Objetivos de la Ley son: • Promover la conservación de los Bosques Nativos a través de un Ordenamiento Territorial, que regule la expansión de la frontera agropecuaria y cualquier otro cambio de uso del suelo. • Implementar medidas para controlar la disminución de la superficie de bosques nativos. • Mejorar y mantener los procesos ecológicos y culturales en los bosques nativos que beneficien a la sociedad. • Establece que los bosques nativos se deben conservar, aunque aún no haya técnicas que demuestren sus beneficios o los daños de su desmonte (principios precautorio y preventivo)
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• Fomentar actividades que enriquezcan, conserven, restauren, mejoren y manejen de forma sostenible los bosques nativos. Los encargados de aplicar esta Ley son, a nivel nacional, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y a nivel local, cada Gobierno Provincial (en general las responsabilidades se delegan en las direcciones de Bosques o Medioambiente). Ahora bien, para poder aplicar la Ley de Bosques se obliga a las provincias a que realicen un ordenamiento territorial que permita identificar y categorizar en su geografía el estado de los bosques nativos. Las categorías Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos son tres: Categoría 1 (rojo): Son sectores de muy alto valor de conservación ambiental que no deben transformarse con desmontes u otras actividades, por el valor ambiental, biológico, por la protección que realizan sobre las aguas, por la importancia para la existencia cultural de las comunidades indígenas, etc. Categoría 2 (amarillo): Son sectores de mediano valor de conservación ambiental, que pueden estar degradados pero que a juicio del Estado y con la implementación de actividades de restauración pueden tener un valor alto de conservación. Estos sectores que pueden ser usados para aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica. Sólo se pueden realizar algunas actividades. Categoría 3 (verde): sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad aunque dentro de los criterios establecidos por la ley. En estos sectores se podrá desmontar. El proceso de relevamiento es complejo y polémico ya que no se cuenta con sistemas cartográficos adecuados ni con tecnología acorde al mapeo de dimensiones tan extensas y específicas. La ley también propone y promueve que para dicho ordenamiento se apele a la participación de comunidades indígenas, asociaciones y organizaciones territoriales. En Formosa se promulga en el año 2010 la Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos Ley 1552./10, arribando al siguiente relevamiento zonificado:
Mapa 2. Ordenamiento territorial de bosques nativos en provincia de Formosa.(Fuente: Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación forestal, Dirección de Bosques, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Presidencia de la Nación. 2013)
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En el caso del Chaco, en septiembre de 2009 la Legislatura provincial sancionó por ley el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos de la provincia del Chaco, según los términos de la Ley nacional Nº 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos. El Ordenamiento establece: 501.958 hectáreas en la Categoría I – Rojo (áreas protegidas, no se permite desmonte ni aprovechamiento forestal y silvopastoril), 3.066.780 hectáreas en la Categoría II – Amarillo (aprovechamiento forestal y silvopastoril sustentable) y 1.531.575 hectáreas en la Categoría III – Verde (permite su desmonte parcial para el desarrollo agropecuario). A partir de dicha ley, la autorización de desmontes en la provincia queda reducida a las zonas con Categoría III - Verde, previa aprobación de un estudio de impacto ambiental y la realización de una audiencia pública. Este es el mapa que determina las áreas protegidas:
Mapa 3. Ordenamiento territorial de bosques nativos en provincia de Chaco.(Fuente: .(Fuente: Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación forestal, Dirección de Bosques, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Presidencia de la Nación. 2013)
2.6. Población y ocupación del territorio La disponibilidad de agua es la que determina la ubicación de los asentamientos humanos en esta región, ya que es el recurso decisivo para el desarrollo y la organización de la actividad ganadera, y por su escasez ha determinado tradicionalmente un patrón disperso de población en territorio.
2.6.1 Los criollos La ocupación de estas tierras por criollos se inició a fines del siglo XIX y principios del XX, con grupos procedentes de Salta que se instalaron en las tierras ribereñas de los ríos Bermejo y Bermejito. Sus asentamientos adoptaron un patrón puntual y disperso en el espacio chaqueño, por cuanto su ubicación en el monte se llevó a cabo en función de la presencia de aguadas, constituyendo "puestos", en los que la cría de ganado mayor (vacas) y menor (cabras, ovejas y cerdos) era, y es aún hoy, la actividad económica fundamental. La ganadería que practican las familias criollas se realiza a "campo abierto", sin alambrados que impidan su desplazamiento y las aguadas permanentes constituyen los lugares de reunión de los animales, principalmente en la Página | 17
época de sequía cuando se han agotado las aguadas temporarias distribuidas en el interior del monte. El ganado vacuno, de tipo criollo, tiene gran capacidad de adaptación y resistencia a las condiciones ambientales de la zona. La cría de caprinos se combina con la de bovinos, superponiéndose ambas en el mismo territorio. En general, existe una división a nivel del grupo familiar para la atención de las actividades inherentes al cuidado de los animales: el hombre se encarga principalmente del ganado vacuno y la mujer y los niños del ganado menor. Las tareas de obtención de leña y el abastecimiento de agua para la casa suelen ser compartidas. Como ocurre en la mayoría de los sistemas campesinos, la mujer es la que más aporta en productos de autoconsumo o venta para la familia. Los criollos de las zonas con mejores pasturas y mayor disponibilidad de agua suelen tener un promedio de 40-60 vacas en un rodeo de 80 a 140 cabezas y hasta 80 cabras; en las zonas más degradadas, tienen de 100 a 200 cabras y no más de 25 a 40 vacas en rodeos de menos de 100 cabezas. Casi todas las familias crían de 3 a 5 cerdas madres sueltas en el monte, alimentándose de lo que consiguen y sin cuidados de manejo sanitario. En invierno se suele faenar algún animal adulto para la fabricación de embutidos, principalmente chorizos, que se venden o se almacenan para consumo familiar. Diversos cambios de tipo ambientales, sociales y productivos, afectan a su forma tradicional de subsistencia, lo que los lleva a la búsqueda de oportunidades que puedan mejorar su capacidad productiva y su calidad de vida, comercializando animales, produciendo ladrillos para la venta, etc.
2.6.2 Los wichí El concepto de territorio para las comunidades wichí comprende la totalidad del hábitat que ocupan o utilizan de alguna u otra forma, e incluye sus recursos naturales: el monte, los ríos, el suelo, el espacio aéreo y los espacios que históricamente han ocupado. El territorio es la fuente principal de sostén económico, cohesión social y cultural. Los wichi son por tradición, cazadores de animales pequeños, recolectores de frutos silvestres y pescadores de río. Entre ellos, la agricultura es una práctica aún incipiente. La unidad social y económica mínima es “la banda exogámica”, una familia extendida que comprende a los abuelos, los padres, los hijos y los nietos, abarcando por lo menos, cuatro generaciones. La banda que responde a un mismo cacique, de acuerdo con grupos vecinos a través de un sistema de alianzas matrimoniales, explota el territorio dentro del cual migran según variaciones hidrológicas y meteorológicas. El semi-nomadismo es por lo tanto una forma de adaptarse al ambiente, que puede garantizar un mejor acceso a los recursos naturales y no naturales (por ejemplo el trabajo) aún en la actualidad. La intervención del Estado y las inversiones realizadas en infraestructuras, han favorecido el proceso de sedentarización. Sin embargo, hoy en día sigue existiendo un sistema migratorio interno bastante complejo. El nomadismo se ha transformado en una costumbre más individual y familiar que social, ya que dentro de la sedentarización de la comunidad, el individuo y la familia conservan un tipo de independencia que les permite mantener esta costumbre ancestral. El vínculo con el “hombre blanco” generó profundos cambios en la configuración de las sociedades aborígenes y el poblamiento del territorio. Estos cambios están vinculados a: -Formas de asentamiento, dado que abandonaron los espacios estacionales y empezaron a vivir en núcleos poblacionales, relacionados con la presencia de misioneros y la enseñanza del español y oficios como agricultura, carpintería y cuidado de animales, entre otros;
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-Modos de subsistencia, por cuanto además de sus fuentes tradicionales de recursos provenientes de la recolección, la caza y la pesca, comienzan a incorporarse nuevas actividades como cosechas en los ingenios azucareros de Salta y Jujuy; recolección del algodón en Chaco; trabajos temporales en la construcción de infraestructura y la explotación maderera y del tanino; actividades sujetas a los ciclos económicos y a los lugares de asentamiento de cada grupo; -Cambios en el consumo y alimentación, dado que el pago en dinero -o en mercadería - producto de estas nuevas actividades, introdujo nuevos alimentos como la yerba mate, la harina, los condimentos y el azúcar a su dieta, lo que implicó el paulatino abandono de los alimentos del bosque; -Formas de organización social, por cuanto se refuerza la figura del cacique para la toma periódica de decisiones, generando una nueva forma de liderazgo, organización y gestión de los recursos ante la necesidad de un representante de coordinación colectiva para las negociaciones con los blancos. En este contexto de cambio, y a pesar de las múltiples presiones, los wichi conservan su lengua, algunas prácticas de manejo del bosque nativo y ciertos rasgos de su antigua estructura de parentesco. Su economía de subsistencia en base a actividades tradicionales de caza, pesca y recolección de recursos que provee el monte tiene fuertes limitaciones y no alcanza para sustentar las necesidades alimenticias de las familias. No se han afianzado aún actividades productivas sustitutivas o complementarias de las mismas, a lo que se suma, la disminución de la demanda de mano de obra para la cosecha debido a la mecanización. Los wichi que desarrollan alguna actividad económica son mayoritariamente empleados públicos en el área de servicios, salud y educación. Entre estas comunidades existen pocas experiencias de emprendimientos productivos, para las cuales necesitan apoyo en el área de organización, como por ejemplo, la artesanía que es la actividad que aparece claramente como la ocupación más difundida entre la población. La producción artesanal se basa en la elaboración de tejidos de chaguar, (una bromeliácea que crece espontánea en el sotobosque chaqueño) y de lana de oveja. La mujer es quien se dedica a esta actividad y también a las tareas domésticas (cuidado de los niños, preparación de la comida, búsqueda de la leña, del agua) y a las actividades productivas tradicionales (recolección de los frutos silvestres y artesanías). La creación de asociaciones comunitarias para recibir títulos de tierras y la implementación de nuevas estrategias para la subsistencia en medio de condiciones adversas, es un proceso en curso que genera diversas situaciones entre los grupos wichi del Gran Chaco. Los modos de vida, el manejo de recursos, el acceso a bienes y las formas de habitar entre los wichi, se encuentra actualmente en un proceso de cambio entre elementos “antiguos” y elementos “recientes” entrelazados en función de la organización, la política y las condiciones ecológicas de cada uno de los grupos en cada localidad.
2.6.3 Qom del Dpto. de Bermejo En Formosa existen alrededor de 110 comunidades indígenas de las cuales 32 son Toba Qom y se ubican fundamentalmente en la zona Centro y Este de la provincia. Sin embargo, localizamos en el departamento Bermejo, a la comunidad del Cacique “Sombrero Negro”, ubicada a 50km de Ingeniero Juárez. Este grupo llegó a esa zona habitada por los wichí hace muchos años, acompañando a una misión religiosa. Los qomle’ec, (toba-pilagá) son integrantes de la familia lingüística guaycurú. Se reconocen a sí mismos como tobas pero se diferencian de los tobas del este, precisamente en su lenguaje que está muy ligado al pilagá. Estas comunidades comparten un mismo
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dialecto y tienen entre ellas relaciones socio-culturales y de parentesco, que permiten integrarlas en una única población y a su vez diferenciarlas de otros grupos étnicos . Los habitantes que integran esta población no conviven todos en un mismo agregado, sino que se distribuyen en cinco comunidades rurales, ubicadas a corta distancia entre ellas (entre 3 y 17km aproximadamente) sobre la margen derecha del río Pilcomayo. Estas comunidades son Vaca Perdida, La Rinconada, Tres Yuchanes, Pozo Ramón y El Churcal. La movilidad hídrica del Bañado La Estrella, la reubicación de algunos grupos, el retiro de la misión anglicana y el trabajo en el ingenio San Martín del Tabacal, hicieron que comenzara una nueva etapa en la vida de la población Toba. En la década del 80 las cosechas de algodón y porotos constituyeron, para muchos, un medio de subsistencia. Otros debieron migrar con el fin de trabajar como cosecheros golondrina en la provincia de Salta. En algunos casos las migraciones estacionales alternaron con las definitivas a las zonas urbanas, en donde viven del trabajo ocasional. Algunas personas obtuvieron trabajos en los municipios y otros se desempeñan como enfermeros y maestros bilingües. En 1989, conformaron la Asociación de Comunidades Aborígenes de Sombrero Negro, que en ese tiempo reunía a 7 comunidades, obteniendo el título comunitario de 35 mil hectáreas de tierra. Hoy asocian a 30 comunidades, representadas jurídicamente por un Consejo Directivo formado por dos miembros por cada comunidad integrante (el número no es fijo y se adecua a las dinámicas organizativas propias). Actualmente el Consejo está formado por cincuenta miembros, siendo la población total alrededor de tres mil personas. De estas comunidades ninguna vive en el Departamento Ramón Lista, la más cercana es Vaca Perdida que se encuentra a 37 km de Quebracho y a 65km de al norte de Ingeniero Juárez (Departamento Matacos). La comunidad más grande es “La Rinconada”, 10 km más allá de Vaca Perdida en el Departamento Bermejo. Los Toba realizan actividades agrícolas y cría de animales en pequeña escala. Los hombres también trabajan en ladrilleras, hornos de carbón y en la venta de leña. Las mujeres colectan chaguar, semillas, plantas o cortezas para teñir. Tanto hombres como mujeres fabrican artesanías en madera, barro, hojas de palmera, totora y junco.
2.7. Arraigo de las poblaciones de la zona Las poblaciones indígenas tanto wichí como tobas están en un proceso cada vez más profundo de arraigo. En este proceso intervienen varios factores, pero el principal está asociado a la propiedad y titulación de sus tierras. A esto se suma la obtención de planes de asistencia social y el otorgamiento de puestos de trabajo en el estado municipal y provincial. Si bien, conservan una relación muy estrecha con el monte ya sea por prácticas culturales o de subsistencia, la creciente inversión en infraestructura como el tendido eléctrico, casas otorgadas a través de planes de vivienda y, las perforaciones de agua (elemento central por su escasez en la zona) hacen que la sedentarización sea un hecho irreversible. En el caso de la población criolla, la sedentarización se relaciona más con su cultura y prácticas cotidianas. Si bien la cría de ganado implica el pastoreo libre por amplias extensiones, sus viviendas están establecidas y cada vez más delimitadas por los procesos de titulación de tierras que llevan adelante los estados provinciales. Se agrega a esto la incorporación de nueva infraestructura en la zona, así como también la presencia de establecimientos escolares a donde asisten los niños de estas familias.
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2.8. El Hábitat rural y los residuos Tradicionalmente en estas regiones, los desechos o subproductos de las distintas actividades humanas se incorporaban a los ciclos naturales del monte, los pastizales y el rio. En ese contexto la generación de materiales descartables o basura no representaba un problema, básicamente porque el concepto de “residuo” resultaba ajeno. Durante las últimas décadas, se incorporan a los modos de vida y de consumo de estas poblaciones nuevos materiales y productos (principalmente alimentos y bebidas) que se ofrecen en contenedores plásticos no retornables, no biodegradables y sin valor económico de recambio. Se introduce así también una nueva problemática en grupos sociales sin experiencia ni tradición en la planificación, administración y gestión de residuos domiciliarios.
Imagen 9. Basura entorno a tajamar en Lote 8, Formosa
Imagen 10. Basura entorno a vivienda de Familia Leiva, próximo a los Pocitos, Formosa
Por estos motivos, las botellas y bolsas plásticas se esparcen en torno a las viviendas, a los costados de los caminos y en el mejor de los casos se acumulan en pozos o basurales a cielo abierto que el viento esparce por el monte. La población local comienza a aceptar la presencia de residuos como parte del paisaje, sin que se hayan realizado aun evaluaciones sobre el impacto que este proceso tiene sobre la salud humana, la propagación de enfermedades, la flora y la fauna local y la calidad de estos ambientes poco antropizados y con alto valor en biodiversidad.
2.9. El transporte y traslado de personas en la región La movilidad, es decir la posibilidad de desplazamiento geográfico, expresa de una forma particular la distribución de recursos en el territorio. En una región caracterizada por la carencia de infraestructuras que faciliten el desplazamiento, como ser caminos pavimentados y servicios de transporte público, la movilidad espacial de la población queda fuertemente expuesta a dos condicionantes: el climático y el económico. En primer lugar, el condicionante climático. Las lluvias impiden por completo la circulación en los caminos de tierra, y las altas temperaturas restringen los desplazamientos en las horas de mayor calor. También deben mencionarse las dificultades y molestias que surgen al movilizarse en una naturaleza cuasi virgen (mosquitos, vientos de tierra, animales en los caminos).
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En segundo lugar, el condicionante de capital. La posibilidad de desplazamiento queda limitada a los recursos que pueda disponer el individuo o la unidad doméstica, recursos materiales (vehículos), recursos económicos (dinero), o recursos sociales (contactos). Indirectamente, también incide en la mayor o menor posibilidad de desplazamiento la oferta de bienes y servicios relacionados, como la venta de combustible y la existencia de mecánicos y repuestos. De modo tal que, en estos territorios, la movilidad de las personas queda sujeta a los recursos individuales poseídos para resolver los diferentes aspectos de esta cuestión. Así, la mayor o menor autonomía (o, como contrapartida, dependencia) para el desplazamiento geográfico manifiesta el grado de capitales poseídos por los sujetos, y la posición social que ocupan en el territorio. El grado de movilidad determina el área de circulación posible. El grueso de la población se moviliza a pie, en un área que abarca los centros poblados, el monte y las fuentes de agua (ríos, lagunas). En menor medida (aunque cada vez más) los pobladores poseen ciclomotores, lo que les permite recorrer muchos kilómetros en poco tiempo, aunque en distancias limitadas (unos 40km). Y los menos poseen autos o camionetas (generalmente los empleados públicos del lugar –maestros, médicos, policías- y los grandes productores), lo que les permite trasladarse, llevar gente y carga, sin restricciones de distancia. El desarrollo de proyectos en esta región, deberá tener particularmente en cuenta esta variable, que limita y condiciona la accesibilidad al territorio y también la presencia de familias a encuentros informativos o de trabajo.
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CAPITULO 3 La unidad doméstica El presente capítulo propone el estudio de la forma y función de las unidades domésticas rurales del Gran Chaco Central (Chaco y Formosa). Para ello se abordan diversos aspectos de un territorio complejo y dinámico, que se configura a partir de las “relaciones sociales promovidas por las clases en permanente conflicto, en un escenario de disputa por los modelos de desarrollo y de sociedad” (Fernándes 2010). Para el relevamiento de unidades domésticas, se visitaron distintos parajes rurales aledaños a los centros urbanos de Nueva Pompeya (Chaco) e Ing. Juárez (Formosa), entre los que destacamos Nueva Población, Bajo Hondo, La Represa, Quebracho, Lote 8 y María Cristina.
Mapa 4. Ubicación de los parajes rurales relevados durante el trabajo de campo (Fuente: redibujo de mapa en “En el Gran Chaco: antropologías e historias” Gordillo 2006).
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3.1. Unidad domestica wichí En el Chaco semiarido, la estacionalidad de las lluvias en el verano determina la colmatación de sus ríos (principalmente el Pilcomayo) generando grandes extensiones de bañados, esteros y aguadas, ordenadores de los desplazamientos wichís. “Hasta principios del siglo XX, la organización de las sociedades tradicionales de los pueblos matacos se constituían como una serie de unidades incluidas las unas en las otras. Familias agrupadas con otras semejantes, a las que se consideraban emparentadas de algún modo, convivían desplazándose en forma regular y cíclica sobre un territorio que consideraban como propio. En cierto modo, la casa tradicional de una familia mataca era precisamente su territorio. La totalidad del ambiente que utilizaban y por el que circulaban a lo largo del ciclo anual, era en definitiva un gran espacio habitable por el que se desplazaban siguiendo un patrón de estancias relacionadas a los puntos de provisión” (Aguilar-Braunstein-Gondar-Seghesso 2000). Esquema 01. Croquis de los asentamientos wichi a partir de la movilidad de una familia extensa durante el ciclo anual.
Los wichís de la cuenca media del río Pilcomayo, conocían a sus refugios bajo el nombre de wicilahep: la vivienda sombra. Sus moradas tenían como objetivo buscar confort en la sombra y su agrupación en aldeas temporales permitía el traslado en busca de aguadas, y el desplazamiento de conjuntos familiares sustentados por una economía móvil basada en la pesca, la cacería y la recolección.
Imagen 11. Aldea Maká (fotografía de JehanVellard 1932).
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Desde principios del siglo XX, la restricción de sus territorios modificó el libre acceso a estos recursos, alterando las espacialidades organizadoras de sus circulaciones. Los wicilahep dejaron de levantarse y la liviandad de sus materiales fue reemplazada por construcciones estáticas arraigadas al suelo, con las cuales supieron asociar su habitar a una nueva condición sedentaria. Adoptando el barro como sistema constructivo de eficiencia térmica y soporte estructural en su combinación con la madera, aspectos de su cosmovisión mantienen vigencia en sus formas de relación con el entorno, el aprovechamiento de los suministros del bosque y la concepción de los espacios, llevando el ámbito de lo doméstico a trascender los límites de la edificación.
Esquema 02. Esquemas de las unidades domesticas wichis: del wicilahep seminómade al rancho sedentario.
Imagen 12. El rancho. Unidad domestica wichi en la actualidad.
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3.2. Unidad doméstica criolla Desde su llegada a mediados del siglo XIX, los primeros colonos apostaron a una estrategia de ocupación de las tierras próximas a los cuerpos de agua, para dar lugar a un patrón de asentamientos sedentarios dispersos en el territorio. Desde entonces se persiguen diversas estrategias, relacionadas con el acceso y disponibilidad de agua, que podríamos enumerar según el siguiente orden cronológico: • Movilidad estacional del ganado: este sistema presenta en muchos casos la utilización de un puesto en las tierras bajas inundables (bañados) usado para el pastoreo durante las épocas de sequía, y un segundo puesto sobre las tierras más altas (bordo o monte) utilizado durante las épocas de lluvia. • Presencia de estanques y aguadas naturales: ya que el asentamiento de las familias criollas suele estar asociado a la disponibilidad de algún cuerpo de agua superficial dentro del ámbito de su territorio productivo. • Construcción de sistemas de captación superficial: técnica importada por los menonitas hacia fines del siglo XIX, consiste en la creación de tajamares o estanques para la captación y almacenamiento del agua por escurrimiento superficial durante el periodo de lluvias estivales, según se explicó en más detalle en el capítulo 2. • Realización de perforaciones: como mencionamos anteriormente, el carácter heterogéneo de los suelos requiere según el lugar distintas estrategias más o menos complejas. En función de la ubicación de las napas se utilizan sistemas de bombeo mecánicos , eólicos o solares. • Sistemas de captación por techos: este sistema de menor escala, se presenta como complemento para el almacenamiento de agua de lluvia destinado principalmente al consumo doméstico. • Provisión de agua de red: en el territorio se encuentran en ejecución los dos primeros acueductos para el abastecimiento de agua potable: el proyecto INOT NOYIJ (Chaco), y el Acueducto de Desarrollo Formoseño (Formosa).
Esquema 03. Croquis de los asentamientos criollos sedentarios próximos a fuentes de agua
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Las diversas estrategias de acceso a las fuentes de agua, han determinado históricamente el principal motor de asiento para las comunidades del chaco. Los actuales proyectos para el desarrollo proponen en su lugar, la implementación de infraestructuras en distintas escalas. Ante territorios amplios era posible ir en busca de las aguadas. Hoy, con superficies limitadas (regulación de la propiedad de la tierra, avance de la frontera agrícola, privatizaciones fiscales, etc.) es necesario acercar el recurso mediante mecanismos de provisión. Estos modelos contribuyen con los procesos de sedentarización con los cuales aborígenes y criollos negocian los modelos del desarrollo entre la subordinación y la resistencia.
Imagen 13. Atardecer sobre una de las aguadas que constituyen el asentamiento en el Chaco Central.
3.3. Aspectos espaciales La falta de agua para el uso cotidiano, las altas temperaturas características de la región (que llegan a superar los 45˚ en verano), la fuerte radiación solar y la sequedad del ambiente entre otros aspectos, motivaron la búsqueda de complejas estrategias constructivas para mitigar estas adversidades climáticas mediante sistemas pasivos de confort térmico basados en la generación de reparos y ventilaciones cruzadas. Como se mencionó, los wichís conocían a sus refugios como Wicilahep: la vivienda sombra. Y la actual casa vernácula criolla no escapa a este principio, pudiendo describirse como un semicubierto para la generación de sombra y la circulación del aire, en donde sólo ciertos espacios son cerrados en función de su uso.
Dibujo 01. Imagen de una unidad domestica mínima: tres cerramientos fijos y un cerramiento móvil en relación con el semicubierto y el espacio para el fogón.
Bajo un mismo techo, los ambientes de uso común suelen ser abiertos y delimitados con cerramientos móviles en relación a la incidencia de los vientos del norte y sur (troncos a pique de palma, tablones de madera, ramadas, chapas, telas, plásticos, cortinas, etc). El ámbito de la cocina puede formar parte de este espacio continuo, o como en la mayoría de los casos, conformar un semicubierto independiente en donde el fogón cumple un rol protagónico. Sólo los espacios para dormir acostumbran ser cerrados, cumpliendo una función principal de guardado y protección para el ingreso de animales, ya que las camas pueden estar ubicadas bajo los semicubiertos en contacto con la ventilación natural.
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Ya sean espacios bajo un mismo techo o techos independientes para usos complementarios, la presencia de este plano de contención solar marca el soporte de la casa y su punto de partida. En función de satisfacer la necesidad vital de sombra, las unidades domésticas se construyen por etapas según las posibilidades de cada grupo familiar. Puede decirse que una casa se materializa pensando de arriba hacia abajo: primero se colocan los horcones (columnas), varas (vigas) y largueros (cabreadas), la fajina o enramada (encofrado perdido) y la capa de barro de la cubierta. Los sistemas mejorados poseen una barrera de vapor (planchas de cartón) y aislación hidrófuga de polietileno (nylon) ubicados por debajo de la torta de barro. Recién una vez terminado el techo, se construyen en fases posteriores las paredes y cerramientos verticales.
Esquema 04. Esquemas de la construcción por etapas de las unidades domesticas del Chaco (Fuente: imágenes extraídas de “Sistema domiciliario Paracayú” Rotondaro, Peralta 2009).
Imágenes 14 y 15. Etapas constructivas de la unidad domestica vernácula en el Chaco: primero se construye el techo para asegurar el confort de la sombra, luego se levantan cerramientos en función de las necesidades del grupo familiar.
3.4. Aspectos materiales Como se mencionó en capítulos anteriores, las regiones semiáridas se caracterizan por la heterogeneidad de sus suelos, los cuales presentan zonas en donde el recurso del agua se presenta en cantidades de considerable variación. Esta disponibilidad podría traducirse en las técnicas y usos materiales, observándose el empleo preponderante de sistemas constructivos húmedos (tierra, ladrillo cocido) en las regiones que presenta cuerpos de agua superficiales; y sistemas constructivos secos (maderas) en las regiones de difícil accesibilidad a este recurso.
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Imagen 16. Ejemplo significativo de una casa con sistemas constructivos secos (madera de palma). Quebracho (Formosa).
Imagen 17. Ejemplo significativo de una casa con sistemas constructivos húmedos (quincha). María Cristina (Formosa).
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En los capítulos V y VI, se verá cómo las unidades domésticas rurales varían sus sistemas constructivos preponderantes en función del recurso suelo-agua y de su accesibilidad a los núcleos urbanos de abastecimiento.
3.5. Formas de ocupación del monte La forma de ocupación del monte más difundida es la del peladar: se limpia el terreno de árboles y cobertura vegetal, dejándose el suelo al descubierto. De esta manera es posible una mayor protección de la acción de insectos, reptiles y animales. Al mismo tiempo, se entiende a esta estrategia como un método de confort térmico, ya que por las noches el terreno desprovisto de vegetación libera con mayor rapidez el calor acumulado durante el día. Los pueblos aborígenes, al momento de acampar en lugares próximos a los puntos de aprovisionamiento de agua en los periodos de migración estival, procedían a limpiar el terreno marcando los límites del asentamiento temporal. Actualmente, el peladar se usa como demarcación de la unidad doméstica, pudiendo presentar la misma en ocasiones un cercado con maderas del monte para impedir el paso de animales.
Esquema 05. Esquema del peladar en el monte y la ampliación de la unidad doméstica en función de las dinámicas familiares. Fuente: elaboración propia.
3.6. Técnicas constructivas y materialidad En la región prevalece un tipo constructivo dominante: la estructura independiente de horcones. Como se mostró en puntos anteriores, la etapabilidad en la construcción se asocia a las condiciones climáticas del Chaco persiguiendo el objetivo elemental de satisfacer la principal necesidad del espacio doméstico: la sombra. Una vez cubierto este aspecto de confort se procede a cerrar ciertos espacios para la configuración de los distintos ambientes, prevaleciendo dos usos principales: el espacio cerrado para dormir y guardarse del exterior, y el espacio semicubierto donde transcurre la mayor parte de la vida familiar. En cuanto a estos cerramientos, los mismos pueden representarse con elementos móviles como lonas, telas o chapas; o con elementos estáticos como muros construidos con distintos materiales. A continuación se grafican distintos sistemas constructivos tradicionales presentes en esta región:
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3.6.1 Sistema constructivo estructural vernáculo
Dibujo 02 . Sistema constructivo vernáculo tradicional. (Fuente: redibujo a partir de imagen extraída de “Restauración de arquitectura de tierra” Graciela María Viñualles).
1- Horcón: columnas con troncos de Palo Santo (Itín o Carandá) o Quebracho Colorado. 2- Varas: viga o tirante con maderas de Quebraco Blanco o Sechapera. 3- Largueros: cabriadas con madera de Quebracho Blanco o Palo Bobo (Aliso). 4- Fajina: encofrado perdido o cielorraso con ramadas de Simbol, Suncho o Yahapé. 5- Torta de barro
3.6.2 Techos de torta de barro El sistema tradicional vernáculo puede ser mejorado con aislaciones y encofrados de caña atada con alambre, brindando una superficie de cielorraso más homogénea que favorece su limpieza impidiendo el anidamiento de insectos.
Dibujo 03. Esquema posible de armado de un techo con torta de barro: A y B. Aleros; C. Capa de caña atada con alambre; D y E. Capa de cartones para barrera de vapor y de plástico para aislación hidrófuga; F. Primera capa de barro; G. Segunda capa de barro, de “desgaste” (Fuente: “Patologías y propuestas en la cubierta de barro” Jorge Tomasi)
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Imagen 18. Imagen de techo mejorado con encofrado perdido o cielorraso de ramas homogéneas que impiden el anidamiento de insectos. También presenta las aislaciones previamente mencionadas y cenefa lateral para impedir el desgaste de la torta de barro con la acción de las lluvias.
Imágenes 19 y 20. Ramas utilizadas para la confección de encofrados perdidos o cielorrasos homogéneos. También se utilizan cañas de totora disponibles en aguadas, lagunas y estanques.
3.6.3 Cerramientos de Quincha
Tabla 01. Fuente: “Arquitecturas de tierra en Iberoamérica” (Viñualles, MartinsNeves, Flores, Ríos 1994)
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Imagen 21. Cerramientos de quincha en María Cristina (Formosa).
3.6.4 Cerramientos de Palo a pique
Tabla 02. Fuente: “Arquitecturas de tierra en Iberoamérica” (Viñualles, MartinsNeves, Flores, Ríos 1994)
Imagen 22. Cerramientos palo a pique (María Cristina,Formosa).
Imagen 23. Detalle de casa construida con técnica de palo a Pique.
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3.6.5 Cerramientos de bloque de adobe
Dibujo 04 (Fuente: “Restauración de arquitectura de tierra” Graciela María Viñualles).
Imagen 24. Ejemplo de casa construida con bloques de adobe. El material es utilizado como cerramiento independiente de la estructura realizada con horcones, puede observarse que suelen producirse grietas en el encuentro entre horcón y muro de bloques..
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3.6.6 Cerramientos de madera
Imagen 25. Casa construida con sistema de maderas de palma.
Imagen 26. Casa construida con cerramientos de tablones de madera.
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3.7. Patologías constructivas Las principales patologías constructivas de los sistemas constructivos tradicionales en esta región se relacionan con en el desgaste de las paredes de tierra por la acción del agua. Este inconveniente puede solucionarse aumentando el largo de los aleros para proteger el muro de la acción de la lluvia y construyendo sobre cimientos de ladrillo para protegerlos con el mismo fin.
Imagen 27. Ejemplo de muro de adobe en contacto con el suelo. Se observa como el agua de lluvia “lava” la pared desgastándola.
Imagen 28. Ejemplo de una pared de quincha desgastada por la acción del agua y la falta de mantenimiento.
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Imagen 29. Imagen de un techo curvado por la sobrecarga de la torta de barro. Esta patología se solucionaría reduciendo el espesor de la torta, la distancia entre largueros y asegurándose la utilización de maderas secas.
Otra patología observada es el vencimiento de las cabreadas de Palo Santo (Aliso) por la acción del sobrepeso del agua en las tortas de barro. Si bien los horcones se ubican a distancias prudentemente cortas (no suelen superar los dos metros), en muchos casos las cabreadas no resisten el peso de la torta de barro humedecida por la lluvia. Para ello se recomienda separarlas a distancia no mayores a los 0,50 m tomados desde el eje, y construir tortas más finas que no superen los 0,10 m de espesor. Se deben utilizar a su vez maderas secas.
3.8. Comportamiento físico de los materiales naturales Los sistemas naturales brindan dos cualidades fundamentales que los diferencian de los materiales industriales: • Tierra: Posee inercia térmica capaz de absorber las fuertes radiaciones del sol durante el día, cediéndola al interior del espacio domestico cuando las temperaturas externas bajan por la noche. A su vez, tiene la propiedad de absorber y expulsar humedad regulando la temperatura y confort interno de los espacios domésticos. En climas secos de amplitud térmica, surge como uno de los materiales más eficientes a la hora de lograr confort térmico.
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Tabla 03. Los cuadros ilustran el efecto del barro en el balance de la humedad interior de una casa (fuente: “Manual de construcción en tierra” Gernot Minke)
• Madera: La madera es higroscópica, actuando como regulador de la humedad en espacios interiores. A la vez, su estructura interna compuesta por infinidad de micro-conductos le permite actuar como filtro del aire ambiental que circula por los mismos, depurándose. Una vez talado y secado un árbol, los conductos por donde circula la savia quedan vacíos. De ahí que la madera tenga una ‘gran superficie interior’. Esto le permite comportarse como un material de baja conductividad, por lo que es un buen aislante térmico, evitando pérdidas bruscas de calor, y creando por lo tanto espacios confortables.
3.9. Saberes y capacidades locales Como se ha observado, la heterogeneidad del suelo-agua chaqueño brinda diversos escenarios que deben ser abordados específicamente y a partir de los cuales puede inferirse que en gran medida los saberes y capacidades constructivas se relacionan con dos distintos factores. Por un lado, la cercanía a núcleos urbanos reduce los costos de traslados y fletes haciendo más accesible y difundido el uso de materiales industriales como la chapa, y semiindustriales como el ladrillo cocido. La apropiación de estos materiales es tal, que muchos pobladores fabrican sus propios ladrillos en hornos caseros construidos dentro de sus predios. Este material ha reemplazado las técnicas constructivas de la tierra cruda (adobes, quincha, palo a pique, etc), pasando a convertirse en parte de su paisaje. Se observan técnicas mixtas, en las cuales se combina el uso de ladrillos cocidos con estructura independiente de horcones, o casos en donde los muros son ejecutados directamente como elemento portante.
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Imagen 30. Casa rural próxima al núcleo urbano de Nueva Pompeya. Nueva Población (Chaco).
Por otro lado, en las zonas más alejadas a los núcleos urbanos, el elevado costo de fletes y traslados favorece entre otros factores- la conservación y difusión de diversas técnicas vernáculas. Se podría estimar que las mismas varían en relación a los recursos naturales disponibles, principalmente el agua. En las zonas donde este recurso es escaso, se observa la preponderancia de sistemas constructivos secos en base al uso de la madera. Se destaca la técnica de palo a pique (con o sin junta de barro) con maderas de palma o aliso, y la técnica de entablonado, con maderas de quebracho principalmente. A partir de diversos proyectos para el manejo sustentable del bosque, muchas familias han logrado acceder a motosierras las cuales se adosan a tableadoras para lograr terminaciones de alta calidad. El INTA brinda cursos para el mantenimiento y uso seguro de estos sistemas. A su vez, se observan talleres con máquinas eléctricas móviles que pueden ser transportadas monte adentro para realizar trabajos en sitio, contando con la energía de pequeños equipos electrógenos.
Imagen 31. Taller de carpintería en Quebracho. Pueden verse maquinas portátiles capaces de ser trasladadas monte adentro.
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En las zonas donde el recurso agua es más abundante, se observa la preponderancia de sistemas constructivos húmedos en base al uso de tierra. Las tradicionales técnicas de quincha y palo a pique están siendo desplazadas por el uso de bloques de adobe. Estos sistemas se combinan con estructuras independientes de maderas (horcones de Palo Santo o Quebracho), con lo cual la pared cumple la función de cerramiento. Esto permite que los bloques de adobe se realicen rápidamente sin mayores recaudos. Para ello, los pobladores se desplazan a las riberas de aguadas, estanques naturales o tajamares en donde utilizan la tierra húmeda de sus costas sin mayores agregados. En los casos en que el adobe será revocado, la mezcla se prepara con guano dejándose reposar varios días para su fermentación y luego se agregan fibras para mejorar su estructura.
Imagen 32. Fabricando bloques de adobe en Lote 8.
3.10. La unidad doméstica en el marco de los planes para el desarrollo 3.10.1 El impacto de los planes para el desarrollo de vivienda en la región. En el aspecto funcional del grupo familiar, “la casa” se encuentra fuertemente ligada a la vida en el monte. La ganadería es la principal actividad productiva del criollo y la mayor parte del día transcurre en la preocupación de que el ganado disponga de agua y alimento. Con una carga de un vacuno cada 20 hectáreas, los territorios de pastoreo necesarios son extendidos y muchas veces el ganado es movido a regiones extra prediales en busca de las pasturas del bañado y otras zonas inundables de uso común. De esta manera, el aspecto y diseño de las unidades domésticas suele sintetizarse a los fines esencialmente funcionales y prácticos de esta forma de vida: un techo para la sombra, reparo de los vientos, guardado, espacio para cocinar. Su forma y función no suele coincidir con las lógicas de los planes desarrollistas tradicionales, ya que cumplen con pocos de los requisitos establecidos por las estadísticas oficiales de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). “Este índice es un poco tramposo en el sentido que no es el método más adecuado para medir la pobreza en un área fuertemente rural, porque las NBI se miden sobre las bases y características de la vivienda […] la vivienda en el área rural tiene una serie de déficit de infraestructura que no necesariamente suponen precariedad de las condiciones de vida (Carpio 2005)”.
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Tabla 04. Indicadores a partir de los cuales el INDEC mide las Necesidades Básicas Insatisfechas. Diseñados a partir de lógicas urbanas, muchos de ellos no coinciden con las realidades de los ámbitos rurales del Chaco.
“Según el INDEC, los hogares con NBI son aquellos que presentan al menos una de las siguientes condiciones de privación: hacinamiento: hogares con más de tres personas por cuarto; vivienda: hogares que habitan una vivienda de tipo inconveniente; condiciones sanitarias: hogares que no tienen retrete; asistencia escolar: hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años) que no asiste a la escuela; capacidad de subsistencia: hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado, cuyo jefe no hubiese completado el tercer grado de escolaridad primaria. En el ámbito rural del Chaco Central los hogares generalmente cuentan con las primeras tres privaciones, y éstas no necesariamente deberían entenderse como condición suficiente de pobreza estructural. En cuanto a la población indígena, la vivienda tradicional no tiene retrete en su interior, consta de una o dos habitaciones que funcionan como dormitorio y se construye con materiales naturales, características que se contradicen con la vivienda típica urbana y occidental en la que se basa el indicador” (Braticevic2009).
Imágenes 33 y 34. Comparación de una casa vernácula del Chaco con las unidades industriales propuestas por los Planes de Vivienda.
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“Al momento de diseñar las mediciones estadísticas, los criterios que suelen utilizar son eminentemente urbanos, por lo que la complejidad del ámbito rural no llega a ser alcanzada en su especificidad mediante estos instrumentos. Por otra parte, las estadísticas responden a convenciones internacionales con el propósito de efectuar comparaciones entre países. En este sentido, los parámetros se corresponden a especificaciones relacionadas con la modernidad, no tomándose en cuenta aquello que está por fuera (como por ejemplo, las prácticas en el medio rural en general, y de las economías domésticas indígenas en particular” (Braticevic 2009). Las propuestas para el desarrollo sostienen que las viviendas vernáculas de la región, denominadas “ranchos”, son un foco potencial de contagio y proliferación del mal de Chagas, y lejos de presentar variantes para el mejoramiento de estas unidades domesticas rescatando su valor como construcciones adecuadas a los recursos disponibles, los planes de erradicación de ranchos ( como el caso de la Provincia de Santiago del Estero) promueven la demolición sistemática de estas estructuras para reemplazarlas por edificaciones industriales disociadas de pertenencia con su ámbito de ejecución. A su vez, un gran número de proyectos no han logrado consolidarse con la identificación de las comunidades rurales sobre las cuales intervienen. En estos planes, las unidades terminan siendo utilizadas -en el mejor de los casoscomo depósitos, o simplemente desarmadas para la reutilización y comercialización de sus partes. Estas estrategias surgen como formas de resistencia, apropiación y resignificación de modelos ajenos y de su adaptación a las necesidades locales. Durante este trabajo de diagnostico fue posible recopilar múltiples testimonios de viviendas sociales que no logran ser apropiadas por sus usuarios, especialmente en el caso de las comunidades aborígenes.
3.10.2 Antecedentes de proyectos para el desarrollo en la región La configuración del territorio chaqueño se encuentra históricamente signada por las tensiones generadas entre las economías domésticas de reproducción social campesinas, y las “modalidades de producción, consumo, organización y usufructo territorial que tipifican al capital agrario” (Belli, Slavutsky, Trinchero 2004). De esta manera, el avance de las fronteras agrícolas como parte de los procesos de expansión del capital encuentra en los territorios sociales de frontera “una historia de despojos y apropiaciones que no es otra que la sucesión de las formas de valorización y transferencia de valor que el capital y el estado realizan en el proceso expansivo de la territorialidad” (Trinchero, Belli, Slavutsky 2004). Una compleja red de actores civiles y políticos pujan en la gestación de diversos modelos entre los cuales las mismas comunidades aborígenes se fraccionan y separan en sus procesos de interacción con los proyectos del desarrollo. Dentro de este complejo escenario, a fines de la década del 90 se implementa en esta región el plan para el Desarrollo Integral de Ramón Lista (DIRLI). Financiado con fondos de la Comunidad Europea (64%) y el Poder Ejecutivo Nacional (36%). El proyecto es ejecutado por técnicos europeos pertenecientes al campo de las Ongs, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas, el Ministerio de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). Se elige para su implementación el departamento de Ramón Lista (Formosa), por reportar los mayores niveles de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Si bien el plan se estructuró a partir de la lógica de los proyectos de desarrollo rural integrado (autoconstrucción de viviendas, aprovisionamiento hídrico, reforestación, educación, salud, agropecuario, micro-emprendimientos y crédito, artesanías, y por último, apicultura), la construcción de viviendas supuso la principal demanda de la población local no en su condición de necesidad concreta, sino como una estrategia de acceso a trabajo rentado.
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La extrapolación de técnicas constructivas foráneas (máquina para adobes estabilizados con cemento) y la desestimación de los saberes locales dieron como resultado serias patologías constructivas en las viviendas. “Trajeron una máquina con la cual se elaboran bloques que eran luego utilizados en la construcción de casas. La ventaja que tenía esta técnica era que los bloques se podían hacer directamente en el lugar […] Lamentablemente, intentaron extrapolar una técnica y pretendieron aplicarla en otro lugar sin tener en cuenta la composición mineralógica de la tierra […] luego de iniciada la construcción de bloques con la misma técnica en Ramón Lista, éstos se convirtieron en un charco de barro con la primera lluvia” (Carpio 2005).
Imágenes 35 y 36. Patologías constructivas en las viviendas ejecutadas por el proyecto DIRLI.
Otro proyecto destacado en la región fue el “Programa de Vivienda y Mejoramiento Ambiental para Comunidades Aborígenes Juan Perón”. El programa es ejecutado a partir de un convenio firmado por Subsecretaría de Vivienda de La Nación y el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), contando con diversas obras de mejoramiento de vivienda, provisión de agua, equipamiento comunitario, etc.
3.10.3 Algunos ejemplos de planes de vivienda en la región Los planes de vivienda social no escapan al orden presentado. A lo largo del trabajo de campo, se ha podido podido verificar a través de distintas entrevistas y observaciones de casos específicos, la resistencia de muchos pobladores hacia modelos de vivienda que no contemplan las formas de usar el espacio, sus materialidades, confort térmico y diversas variantes que las conducen hacia su abandono, desmantelamiento, etc. Pero a la vez, hemos podido rescatar ciertas experiencias positivas representadas por la apropiación y testimonio de sus usuarios. El común denominador entre ellas es la incorporación de una galería, no solo como un espacio semicubierto de uso más de la vivienda, sino como también un elemento integrador. Las imagenes inferiores ilustran una casa diseñada por el Instituto para la Vivienda de Chaco, ubicada en la proximidad de Fuerte Esperanza (Chaco). Por medio de grandes portones, un mismo espacio que integra el estar, comedor y la cocina se abre hacia el exterior en continuidad con la galería. Esta capacidad permeable de configurar los espacios ampliando sus dimensiones y significados, le aporta a esta vivienda un dinamismo funcional que la aproxima al uso de los ámbitos semicubiertos característicos de la región.
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Imágenes 37 y 38 La apertura del portón permite la integración del estar, comedor y cocina con la galería y el exterior.
Si bien la vivienda cuenta con un espacio en la galería para el fogón, se prefiere mantener el uso del semicubierto independiente destinado para el encuentro y el fuego. Como vimos en capítulos anteriores, la vivienda vernácula se construye en etapas comenzando por este espacio abierto. Luego estos ambientes se van cerrando en función de las necesidades de la familia (dormir, guardar, etc).
Imagen 39. La imagen ilustra la vigencia del fogón como un espacio autónomo e independiente.
Otro ejemplo relevado en nuestro recorrido, es una casa diseñada nuevamente por el Instituto para la Vivienda de Chaco, ubicada en esta oportunidad dentro del área urbana del pueblo de Fuerte Esperanza (Chaco). En ella, un espacio central abierto a modo de galería funciona a su vez como estar, comedor y cocina. El baño y lavadero se encuentran en el exterior de la vivienda. La propuesta reproduce las formas de construcción vernácula en la región en un espacio acotado, donde las áreas abiertas podrán ser apropiadas en función de las dinámicas de sus habitantes. De esta manera, la familia participa en la configuración de la vivienda decidiendo su uso.
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Imagen 40. La imagen muestra un espacio central abierto e indefinido, capaz de ser apropiado como galería, estar y comedor. Los habitantes de esta casa participan en la configuración de la vivienda en función de sus necesidades.
En el paraje El Quebracho, por iniciativa del Profesor Juan Carlos Lavaque, ex director de la escuela de frontera N° 5, Capitán Pagé y actual director de Desarrollo Rural Territorial de la Provincia de Formosa se construyó un prototipo experimental de vivienda rural familiar en un predio de 3 hectáreas que se llamó "Campo Experimental y Productivo”. En este espacio próximo a la escuela, se ensayaba la plantación de especies forestales nativas, apicultura, y otros emprendimientos rurales productivos para su difusión en la zona y en los pueblos contiguos.
Imagen 41. Prototipo vivienda rural en el Quebracho. Los dormitorios se conectan a partir de un espacio semicubierto continuo que contiene ambientes para circular, estar, comer, cocinar, etc.
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El diseño de esta vivienda, construida con pisos y paredes de ladrillos cocidos, techos de chapas y cielo raso en madera de machimbre y fibra de vidrio como aislante térmico para las altas temperaturas del verano, se pensó como un modelo adaptado al clima y condiciones de vida locales, que luego se replicaría en al menos 10 viviendas con aporte del estado provincial. La casa presenta otra de las características fundamentales en las espacialidades vernáculas de la región, donde espacios cerrados destinados principalmente a dormitorios, conviven con espacios abiertos destinados al encuentro, la circulación y la cocina. Estos ámbitos pueden estar disgregados y atomizados en módulos independientes, o contenidos bajo un mismo techo como ilustra esta propuesta. En la Provincia de Formosa, se construyen dos tipologías rurales que merecen mencionarse las denominadas viviendas PAIPPA (nombre con que se popularizaron los prototipos VR2 y VR3, que significa "Programa de Ayuda Integral para los Pequeños Productores Agropecuarios"), a cargo del Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (PAIPPA) y las viviendas “Modalidad Aborigen” a cargo del Instituto de Vivienda provincial. Las viviendas PAIPPA se construyen en las chacras de los productores rurales, y constan dos dormitorios, cocina, lavadero, baño con ducha, y aljibe con bomba manual para elevar el agua a un tanque de distribución. El diseño de estas viviendas, que ha ido perfeccionándose a través de los años, propone ambientes amplios, ventilación cruzada, pérgola en el ingreso, cámara de aire ventilada entre la cubierta y el cielorraso y brinda la posibilidad de crecimiento por agregación de nuevos espacios. El Programa “Vivienda Aborigen”, se desarrolla especialmente en localidades del interior de la provincia y está destinado a población de etnias originarias. Entrega de manera gratuita, viviendas de dos o tres dormitorios, que a diferencia de los Planes de Erradicación de Ranchos llevados a cabo en la Provincia de Santiago del Estero, se suman al marco de las construcciones existentes pasando a formar parte del paisaje doméstico de la familia extensa.
Imágenes 42 y 43 Viviendas modalidad aborigen en lote 8, Formosa.
El diseño fue modificándose e incorporando costumbres y requerimientos de los propios usuarios y observaciones del personal del IPV trabajando en las obras. Actualmente se construyen en ladrillo común, con muros exteriores de 30 cm de espesor y terminación a la vista, el techo es de chapa galvanizada sobre estructura metálica, con canaletas pluviales de chapa doblada. Cada tipología tiene una superficie cubierta de 57,19 m2 y una superficie semicubierta de 21,81m2. Página | 46
Plano 1. Vivienda modalidad Aborigen, dentro del Programa Federal de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de Pueblos Originarios. (Fuente: Licitación de Viviendas para el Chorro, IPV 2015).
Como puede verse en el plano anterior, la vivienda cuenta con un espacio cubierto destinado a Estar - ComedorCocina donde se ubica una mesada con bacha, previendo espacios para incorporar heladera y cocina. El acceso es a través de una puerta doble (de 1,40 mts de ancho) desde una galería semicubierta de aproximadamente 19 m2. En este prototipo, el fogón a leña se ubica dentro de la galería. El núcleo sanitario está compuesto de inodoro a la turca y ducha, más un piletón de lavar y se ubica a unos 6 metros de la casa, por pedido de los propios usuarios. Los revestimientos son de pisos cerámicos, revoques interiores y exteriores y veredas de cemento alisado. Todos los espacios interiores tienen cielorrasos suspendidos en madera machiembrada y aislación térmica de 5 cm en lana de vidrio. Las carpinterías son de madera de lapacho o similar, con persianas de tablillas tipo veneciana, sin vidrio. Cuentan con instalación sanitaria de agua fría, sistema de desagüe cloacal (pozo absorbente) e instalación eléctrica embutida completa. En los lugares donde no existe provisión de agua potable, las viviendas incluyen una cisterna de 5000 litros, construida con paredes de ladrillo y base de hormigón armado y tapa metálica. Otra de las experiencias relevantes en la región, son los proyectos de vivienda llevados a cabo por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en los últimos años. En ellos se destaca una estrategia de intervención compuesta de tres fases o etapas: 1. Diagnóstico y organización comunitaria: A través de la presencia en el territorio se desarrollan acciones de diagnóstico participativo tendientes a dar cuenta de la situación social de las comunidades. Se explican a través de la visión de la propia población, las problemáticas y necesidades comunitarias, a la vez que se apunta a descubrir y fortalecer la trama de actores comunitarios que conforman la red local. 2. Proceso de construcción social del hábitat: Página | 47
A partir de las necesidades y problemáticas identificadas se ponen en marcha distintas líneas de intervención social tendientes a la producción social del hábitat, la promoción, protección y restitución de derechos sociales y al fortalecimiento de los actores de la economía social. 3. Consolidación del proceso de organización comunitaria: A través de estrategias participativas se apunta a consolidar el proceso de intervención social realizado en clave de garantizar la sustentabilidad de dicho proceso. Se apunta a fortalecer a los referentes y a la comunidad en relación a la construcción de herramientas que permitan abordar nuevos desafíos en el mediano y largo plazo.
Imágenes 44 y 45. Diagnóstico y Organización Comunitaria: escenas de alguna de las acciones implementadas por el Ministerio de Desarrollo Social a partir de la creación de cooperativas de productores de ladrillos para la ejecución de las obras, y la búsqueda de diseños que involucren la participación comunitaria.
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CAPITULO 4 Departamento de General Güemes, Provincia de Chaco 4.1. Ubicación Misión Nueva Pompeya es un municipio ubicado en el Departamento de General Güemes (Noroeste de la provincia de Chaco), cercano a los límites de las provincias de Salta y Formosa, sobre la margen derecha del río Bermejito, antiguo cauce del río Bermejo.
Mapa 5. Ubicación del Departamento de General Güemes, Chaco
4.2. Accesibilidad A la localidad de Misión Nueva Pompeya se accede desde la ciudad de Resistencia, capital de la Provincia de Chaco, recorriendo 280 km hasta la ciudad de Castelli (por la ruta nacional RN 16 hasta Sáenz Peña, luego la ruta nacional RN 95 hasta Tres Isletas, y finalmente la ruta provincial RP 9 hasta Castelli). Desde allí se continúan 30 km. por la misma RP 9 pavimentada hasta Miraflores. A partir de esta localidad deben recorrerse los siguientes 120 km por camino es de tierra hasta Misión Nueva Pompeya. En total, el trayecto de 430 km requiere de aproximadamente entre 7 y 8 horas de viaje en automóvil. Hay servicios de combis desde Castelli a Nueva Pompeya.
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Mapa 6. Recorrido entre Resistencia y Nueva Pompeya, Chaco (Fuente: elaboracion propia sobre mapa Google)
4.3. Geografía Nueva Pompeya se ubica en el margen del denominado Ambiente Teuco-Bermejito, que se caracteriza por la presencia de un acuífero freático dulce apto para todo uso, por debajo del cual existen acuíferos confinados salados con aptitud restringida y a mayor profundidad -hasta los 120 m- aguas de mala calidad. El espacio entre el Teuco y el Bermejito es conocido como “interfluvio”. Las aguas de los ríos Teuco y Bermejo, tienen alto contenido de sedimentos; y presentan a lo largo de su recorrido una salinidad que aumenta gradualmente hacia la desembocadura, siendo este incremento más pronunciado cuando el caudal del río disminuye. La calidad de sus aguas es variable, dado que en ciertos períodos contiene hierro y manganeso. La carencia de importantes desniveles de terreno y su característica de suelo arcilloso, hacen que el escurrimiento natural de las aguas (de los períodos de excesos entre los meses de noviembre y marzo) sea dificultoso con la consiguiente formación de esteros y bañados, o lagunas -como las llama la población- que, en época de lluvias, abarcan grandes extensiones. En cuanto a los suelos, la mayor parte con limitaciones por salinidad, sodicidad y anegabilidad tiene uso predominantemente ganadero (vacuno y caprino) o marginal para agricultura. La ganadería es de pastoreo, principalmente en el bosque y monte (sistema silvopastoril: modelo de explotación consistente en la eliminación del sotobosque e implantación de pasturas exóticas (“gattonpanic”) entre los árboles, para alimentación del ganado). Como ya se mencionó, la deforestación es el principal problema ecológico que enfrenta el monte.
4.4. Traza urbana Nueva Pompeya presenta una urbanización en damero con vías circulatorias de tierra, aunque las principales se encuentran pavimentadas; el uso del suelo es predominantemente residencial. Cuenta con la presencia de organismos estatales y entidades sociales: Municipalidad, Comisaría, Juzgado Multifueros, Registro Civil, Hospital, Página | 50
Centro Integral de Fortalecimiento Familiar (CIFF) del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, Oficina de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, Instituto de Colonización, Oficina de PAMI, Oficina de INSSEP, SECHEEP, SAMEEP, CEDEPRO (Centro de Desarrollo Productivo) del Ministerio de la Producción de Chaco, establecimientos educativos, restaurante, hoteles sencillos, y comercios minoristas (quioscos, almacenes, carnicerías). En el ámbito religioso, se destaca la presencia de la Congregación Marista, tutora de la Escuela Intercultural Bilingüe - UEP N° 52 “Cacique Francisco Supaz”, y la Congregación de Misioneras de María Inmaculada, a cargo del Centro Integral de Fortalecimiento Familiar (CIFF). El edificio de la ex- Misión de Nueva Pompeya fue declarado Patrimonio Histórico Nacional en 1985.
Imagen 46 .Imagen satelital de la localidad de Nueva Pompeya (Fuente Google Earth)
4.5. La propiedad de la tierra La titularidad de las tierras en la zona de Nueva Pompeya corresponde a tres tipos de grupos sociales distintos: a) Comunidades Indígenas: dueñas de casi el 50% del territorio, ya que en el año 1992 lograron la adjudicación de 20.000 hectáreas de tierras que conforman la Reserva de “Misión Nueva Pompeya”, colindante con la localidad de Nueva Pompeya; y también poseen tierras las comunidades de Sauzal, de Nueva Población y de Wichí el Pintado, y aproximadamente 308.000 hectáreas de la denominada “Reserva Grande”. b) Pequeños productores campesinos criollos: son dueños de aproximadamente el 40% de las tierras. c) Empresarios “extra-zona” que se han instalado en el territorio: estos representan solo un 10% de la superficie de la zona. Si bien por la cantidad de tierra que ocupan son pequeños, por los niveles de inversión y de productividad son muy importantes, simbólica y políticamente.
4.6. Situación legal de las tierras indígenas Conforme a los Decretos Provinciales 480/91 y 1732/96, se creó la Reserva Grande para el Pueblo Wichí y los demás pueblos indígenas de la provincia del Chaco. Tales instrumentos normativos establecen “Resérvase la superficie comprendida entre los límites NORTE: Río Bermejito; SUR: camino que une Fuerte Esperanza en el Chaco, con la provincia de Salta; OESTE: malla catastral Nº 14; ESTE: ruta provincial Nº 61; de la cual 100.000 hectáreas serán a favor del Pueblo Wichí...”. Pese a que estos decretos establecen claramente que este extenso territorio está reservado para los tres pueblos indígenas que habitan el Chaco (wichí, qom y moquoit), en los últimos Página | 51
años se ha producido el constante y creciente asentamiento de personas no indígenas, tanto en la zona urbana como en la zona rural. Los decretos obligan al estado de la provincia del Chaco a realizar un relevamiento topográfico y poblacional con el fin de determinar el real estado de ocupación del territorio indígena y en el supuesto de existir ocupaciones de pobladores no indígenas, determinar su relocalización, a efectos de poder entregar a los pueblos indígenas del Chaco, la titulación del territorio correspondiente. Actualmente está en marcha el proceso de mediación con los pobladores criollos ocupantes de tierras dentro de los límites de dicha reserva indígena.
4.7. Parque Nacional El Impenetrable. Se trata de un área de 130 mil hectáreas ubicada entre los ríos Bermejo y Bermejito, vinculada por su cercanía con la localidad de Nueva Pompeya. Creado en octubre de 2014 por el Congreso Nacional, sus aproximadamente 130.000 has no sólo tiene valor por el buen estado de conservación de su flora y fauna sino que, además, cuenta con el suficiente potencial como para convertirse en un importante atractivo turístico, dadas sus especiales características. Es el hábitat natural de especies emblemáticas de la zona como el oso hormiguero, tapir, pecarí, tatú carreta y yaguareté, además de una enorme variedad de aves. Se trata de un área de gran relevancia para la conservación, que permitirá investigar y resguardar el mayor remanente natural del bosque chaqueño.
Mapa 7 Ubicación del Parque Nacional El Impenetrable
En el límite sudoeste del Parque Nacional El Impenetrable se encuentra el Paraje Nueva Población, a 17 km de distancia de Nueva Pompeya. Desde allí se puede acceder a actividades turísticas y recreativas incipientes que se llevan a cabo por un grupo de jóvenes criollos y wichí. Este grupo cuenta con apoyo público y privado y han sido formados por el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia y el Ministerio de Trabajo de la Nación en Turismo Social y Gestión Territorial. En este proceso han logrado diseñar un circuito eco turístico, cuentan con relevamientos del territorio y tienen además, un profundo conocimiento del medio ambiente local. Los jóvenes acompañan a turistas en paseos por la zona ofreciendo servicio de comidas y espacio para alojamiento en carpa sobre catres y se encuentran también organizando un espacio para acampe sobre el rio Bermejito. Todo el trabajo vinculado al turismo en la zona se coordina desde el Centro Social y Cultural de Nueva Población.
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Imagen 47 Carpa para recepción de turistas a orillas del Rio Bermejito (donación de Asociación OrFaCam)
Imagen 48. Interior de la carpa para alojamiento de visitantes y turistas a orillas del Rio Bermejito
4.8. Agua La falta de agua es en esta zona un problema crítico, según datos relevados por el Departamento de Güemes es una de las zonas más afectadas por las deficiencias de infraestructura sanitaria básica de la Provincia del Chaco, debido al crecimiento poblacional y edilicio registrado en las últimas décadas sin el acompañamiento de las obras de infraestructura. En Misión Nueva Pompeya la fuente de provisión de agua es el río Bermejito (situado a sólo mil metros del casco céntrico), desde allí se bombea a un reservorio próximo y consecuentemente al establecimiento potabilizador, en el centro de la ciudad. La planta de tratamiento es de tipo convencional con sedimentadores de alta tasa y filtros de manto simple de arena, cisterna y tanque elevado. Sin embargo, las instalaciones no son eficaces para disminuir el grado de salinidad que posee el agua del río Bermejito, lo que incide directamente en la calidad final. La producción de esta planta es de 25 m³/h, el servicio es continuo y la cobertura es del 90% de la población urbana (ya que algunos barrios dentro del tejido urbano que aún no tiene agua de red). Por el contrario, en la denominada área peri urbana de Nueva Pompeya (asentamientos de hasta 6 km. del centro de la traza) existen solamente algunos puntos de toma de agua dependientes de la red de la trama urbana. Aproximadamente el 80 % de las familias wichí del Municipio de Nueva Pompeya están alojadas en la propiedad comunitaria circundante al pueblo (“las 20 mil hectáreas”), donde sólo dos parajes dentro cuentan con canillas públicas, como extensión de la red urbana de Pompeya. Dentro de esta propiedad comunitaria entre un 30 y 40 % de familias asentadas cuentan con aljibes y techos recolectores de agua de lluvia. Otras familias tienen aljibes pero no tiene techos recolectores, y aproximadamente la mitad carece de ellos. La capacidad de los aljibes y de los techos recolectores no es suficiente para asegurar la provisión de agua de lluvia durante todo el año. Existen servicios de transporte de agua por parte del municipio y SAMEEP (Servicio de Agua y Mantenimiento Empresa del Estado Provincial), pero no alcanzan para abastecer la demanda, especialmente en los periodos de sequía. Asimismo, muchos de los habitantes prefieren “acarrear” agua de las lagunas contaminadas, debido al sabor salado que presenta el agua potabilizada que distribuye SAMEEP.
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En líneas generales el acceso a agua potable de las poblaciones rurales en el departamento de General Güemes, puede sintetizarse de la siguiente manera: • Agua de lluvia: es el agua más preciada, por su mejor calidad. Las familias tratan de almacenar la mayor cantidad posible, pero la mayoría de las viviendas de los parajes poseen techos de tierra que no resultan adecuados para la recolección de agua de lluvia. Las viviendas de los barrios más urbanos cuentan con techos de chapa acanalada pero no siempre estos incluyen canaletas lo cual pone límite a la capacidad de almacenamiento. Otro factor importante es la falta de contenedores adecuados: los aljibes no son suficientes y pocas familias cuentan con tachos de plástico de mayor capacidad. • Agua de represas/lagunas: la mayoría de los parajes se constituyeron alrededor de algún reservorio natural de agua. Hoy la calidad no es la misma debido a la mayor concentración de animales, principal causa de la contaminación. El agua de las represas es utilizada por la población como también por los animales, de manera indistinta. Por lo general, es un recurso muy preciado y considerado de buena calidad. • Agua de aljibes: Casi todas las viviendas incluyen algún tipo de aljibe, tanque o cisterna como sistema de almacenamiento de agua. Estos aljibes suelen ser cargados por camiones cisterna, con agua que suministra la planta potabilizadora de Nueva Pompeya. Este sistema de acceso a agua presenta varios inconvenientes: el sistema de distribución es insuficiente, y no se logra cargar con regularidad la totalidad de los aljibes existentes. Cuando el agua provista por el camión cisterna se acaba (las familias entrevistadas coinciden que el agua del aljibe suele durar una semana por mes) se ven obligados a utilizar agua de represas o lagunas. En los periodos críticos de sequia, la situación puede ser aún más grave; provocando que muchas familias de los parajes prefieran abandonar sus casas y hospedarse con algún familiar en los barrios urbanos. La falta de acceso a agua aumenta la concentración de la población urbana. Según nos informan referentes locales, solo el 25 % de las familias rurales tienen agua suficiente durante todo el año, porque la obtienen del río o bien de lagunas naturales permanentes. El 75% restante expresa tener graves problemas para garantizar su aprovisionamiento. Otro problema que se registra es el mal estado de los aljibes disponibles y la falta de mantenimiento. El modelo generalizado de cisterna con tapa, atenta contra la higiene del agua. Las tapas suelen romperse rápidamente o son apoyadas en el piso al momento de extraer agua, lo cual hace que el reservorio sea fuente de contaminación debido a la tierra, a los excrementos de los animales y a los juegos de los niños. Las gallinas, cerdos, cabras u otros animales suelen acercarse al área entorno a la cisterna en busca de charcos de agua, y esto contribuye a la falta de higiene del lugar. El uso de baldes o tachos también puede provocar el mismo problema de contaminación. Además de estos problemas de falta de mantenimiento y cuidado de los aljibes, las mujeres observan que el agua de la red es muy salada y con altos contenidos de cloro. Por este motivo, diferencian entre agua salada (de la red) y agua dulce, de las lagunas, y esta última es más preciada.
4.9. Características sociales 4.9.1 Población. El municipio de Nueva Pompeya tiene una población de 4.194 personas (Censo 2010), con una composición uniforme de hombres y mujeres.
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Varones Mujeres Total
2078 2116 4194
Tabla 5 . Población del Municipio de Nueva Pompeya por sexo (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp)
El Censo diferencia los espacios según constituyan agrupamientos en localidades y el tamaño de dichas localidades. Se considera como localidad urbana a los asentamientos de más de 2.000 habitantes, como rural agrupado a las de menos de 2.000 habitantes y se categoriza como población rural disperso a la que habita de manera aislada. El municipio de Nueva Pompeya está conformado por un ejido urbano (la localidad Misión Nueva Pompeya) y un área rural dispersa. La población en cada uno esos dos espacios tiene una distribución por sexos equivalente, con una leve preeminencia de mujeres en el ámbito urbano y de hombres en el ámbito rural. También se ve una distribución similar entre la población urbana y rural. Urbano Varones Mujeres Total
Rural disperso 1095 983 1164 952 (54%) 2259 (46%) 1935
4194
Tabla 6 . Población del Municipio de Nueva Pompeya por tipo de localidad (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.)
Si se compara la distribución poblacional del censo 2010 con la del censo 2001, y como se grafica en los cuadros que siguen, se observa un claro proceso de migración urbana y despoblamiento rural. Según se registra en el año 2001, el aglomerado de Nueva Pompeya no alcanzaba los 2.000 habitantes, por lo que se consideraba “población rural agrupada”. Se advierte que, en el período 2001-2010, la población total del municipio aumentó en un 10%, pero la población de la localidad (ejido urbano) de Nueva Pompeya creció el 27%, en detrimento de la población rural del municipio, que disminuyó el 4%. Población total 2001
Población total 2010
Variación población total
3789
4194
405 (10,7%)
Tabla 7 . Población del Municipio de Nueva Pompeya Censos 2001 y 2010. (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 y 2010, procesado con Redatam +Sp.)
Población agrupada Año 2001
Año 2010
1772
2259
Variación población agrupada 487 (27%)
Población dispersa Año 2001
Año 2010
Variación población dispersa
2017
1935
-82 (-4%)
Tabla 8 . Población del Municipio de Nueva Pompeya según agrupamiento, Censos 2001 y 2010. (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 y 2010, procesado con Redatam +Sp.
Eso llevó a que, actualmente, la población urbana supere en proporción a la población rural.
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Año 2001 Población agrupada 1772 47% 3789
Población dispersa 2017 53%
Año 2010 Población agrupada 2259 54% 4194
Población dispersa 1935 46%
Tabla 9 . Población del Municipio de Nueva Pompeya por tipo de localización(Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 y 2010, procesado con Redatam +Sp.)
En cuanto a la proporción de aborígenes (wichí) en la población total de Nueva Pompeya, el Censo 2010 aún no brinda esa información, pero sí lo hace el Censo 2001. En aquel momento de la población total del municipio, el 39% se declaraba “perteneciente o descendiente de pueblo indígena”. La distribución por sexos se mantiene equilibrada, como puede observarse en el Cuadro que se incluye a continuación.
Sexo Varón Mujer Total N.S.A.1 Población total
Perteneciente o descendiente de pueblo indígena SI NO 738 1185 694 1060 (39%) 1432 (61%) 2245
3677 112 3789
Tabla 10 . Población perteneciente o descendiente de pueblos indígenas por sexo en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
El contraste entre wichís y criollos resalta en la residencia urbana o rural. Mientras el 73% de los aborígenes vive en áreas rurales, el 58% de los criollos lo hace en el ejido urbano de Nueva Pompeya.
Área urbana o rural Rural agrupada menos de 2000 personas Rural dispersa Total N.S.A. Población total
Perteneciente o descendiente de pueblo indígena SI NO (27%) 385 (73%) 1047 1432
(58%) 1297 (42%) 948 2245
3677 112 3789
Tabla 11 . Población perteneciente o descendiente de pueblos indígenas en el Municipio de Nueva Pompeya según localización (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
Sin embargo, dada la mayor cantidad absoluta de pobladores criollos en todo el municipio (urbano más rural), se observa que la población en áreas rurales está proporcionalmente equilibrada entre criollos -52%- e indígenas -48%-, no así en el ejido urbano.
1N.S.A.: No Se Aplican. Se denomina casos N.S.A. a aquellos cuya información no tiene valores válidos para la/s variable/s presentada/s en el resultado.
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Perteneciente o descendiente de pueblo indígena SI NO Total N.S.A. Población total
Área urbana o rural Rural agrupada menos de 2000 personas (23%) 385 (77%) 1297 1682 112 3789
Rural dispersa (52%) 1047 (48%) 948 1995
3677
Tabla 12 .Población total según localización rural o urbana y perteneciente al pueblo indígena en el Municipio de Nueva Pompeya Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.
Si bien habrá que esperar los resultados del Censo 2010 en la variable “perteneciente a pueblo indígena”, es razonable suponer que estas proporciones entre población criolla y población aborigen no han variado significativamente, y que el proceso de migración de las áreas rurales al ejido urbano incidió por igual en ambos grupos sociales.
4.10. Vivienda En el municipio de Nueva Pompeya, el 65% de la población habita viviendas tipo A como tipo B)2. Pero si consideramos en forma separada el ejido urbano y el área rural, la distribución es notoriamente desigual. En la localidad de Nueva Pompeya, el 82% de los habitantes reside en casas, y el resto en ranchos y casillas, en marcado contraste con la zona rural, donde el 54% de las personas vive en ranchos y casillas. Tipo de vivienda particular Casa Rancho Casilla Total
Área Urbano - Rural Población urbana (82%) 1829 (9%) 200 (9%) 206 2235
Población rural dispersa (46%) 894 (48%) 921 (6%) 120 1935
Total (65%) 2723 (27%) 1121 (8%) 326 4170
Tabla 13 . Cantidad de población por tipo de vivienda urbana y rural en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
El número de viviendas en el municipio confirma esa distribución desigual, con predominancia de casas en el ejido urbano y coexistencia pareja de ranchos y casas en zona rural.
2La variable “tipo de vivienda particular” tiene las siguientes categorías: • Casa tipo A: vivienda con salida directa al exterior (sus habitantes no pasan por pasillos o corredoresde uso común) construida originalmente para que habiten personas. Generalmente tieneparedes de ladrillo, piedra, bloque u hormigón. No tiene condiciones deficitarias. • Casa tipo B: casa que presenta al menos una de las siguientes condiciones deficitarias: tiene pisode tierra o ladrillo suelto u otro material (no tiene piso de cerámica, baldosa, mosaico, mármol,madera, alfombra, cemento o ladrillo fijo); o no tiene provisión de agua por cañería dentro de lavivienda, o no dispone de inodoro con descarga de agua. • Rancho: vivienda con salida directa al exterior (sus habitantes no pasan por pasillos o corredoresde uso común) construida originalmente para que habiten personas. Generalmente tiene paredesde adobe, piso de tierra y techo de chapa o paja. Se considera propia de áreas rurales. • Casilla: vivienda con salida directa al exterior, construida originalmente para que habiten personas(sus habitantes no pasan por pasillos o corredores de uso común). Habitualmente está construidacon materiales de baja calidad o de desecho y se considera propia de áreas urbanas.
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Área Urbano - Rural Viviendas urbanas (86%) 654 (7%) 56 (7%) 51 761
Tipo de vivienda particular Casa Rancho Casilla Total
Viviendas rurales dispersas (46%) 161 (50%) 177 (4%) 13 351
Total (73%) 815 (21%) 233 (6%) 64 1112
Tabla 14 .Cantidad y tipo de vivienda urbana y rural en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
La comparación entre cantidad de viviendas y cantidad de personas que vive en esas viviendas, muestra que la ocupación de las viviendas rurales duplica la ocupación de las viviendas urbanas y también que cuanto más deficiente es el tipo de vivienda, mayor es el nivel de hacinamiento, como puede observarse en los cuadros que se incluyen a continuación. Tipo de vivienda particular Casa Rancho Casilla Total
URBANA
RURAL DISPERSA
Vivienda
Población
654 56 51 761
1829 200 206 2235
Personas por vivienda 2,8 3,6 4,0 2,9
Vivienda
Población
Personas por vivienda
161 177 13 351
894 921 120 1935
5,2 9,2 5,5
5,6
Tabla 15 .Cantidad y tipo de vivienda urbana y rural en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
Los datos sobre ocupación de las viviendas se confirman al analizar los datos sobre hacinamiento.3 Tipo de vivienda particular Casa
Rancho
Casilla
Hacinamiento Hasta 1.99 personas por cuarto 2.00 - 3.00 personas por cuarto Más de 3.00 personas por cuarto Total Hasta 1.99 personas por cuarto 2.00 - 3.00 personas por cuarto Más de 3.00 personas por cuarto Total Hasta 1.99 personas por cuarto 2.00 - 3.00 personas por cuarto Más de 3.00 personas por cuarto Total
Área Urbano-Rural Urbano (67%) 347 (26%) 135 (7%) 35 517 (30%) 16 (42%) 22 (28%) 15 53 (64%) 37 (24%) 14 (12%) 7 58
Rural disperso (35%) (43%) (22%) 248 (40%) (39%) (21%) 268 (19%) (23%) (58%) 26
87 106 55 107 105 56 5 6 15
Tabla 16 .Hacinamiento poblacional según tipo de vivienda y localización en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.) 3 Hacinamiento: representa el cociente entre la cantidad total de personas del hogar y la cantidad total de habitacioneso piezas de las que dispone el mismo. Hacinamiento crítico: corresponde a los hogares que presentan más de tres personas por cuarto.
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Por último, como es de esperar, los materiales de las viviendas muestran las diferencias de hábitat entre las casas y los ranchos. El material utilizado para el techo en los ranchos, tanto en zona rural como urbana, es predominantemente la palma o barro; en las casas, se usa casi exclusivamente la chapa metálica en zona urbana, y otras variantes en zona rural. Area Urbano-Rural Urbano
Rural disperso
Material predominante de la cubierta exterior del techo Chapa de metal (sin cubierta) Caña, palma, tabla o paja con o sin barro Otros Total Chapa de metal (sin cubierta) Caña, palma, tabla o paja con o sin barro Otros Total
Tipo de vivienda particular Casa Rancho (96%) 496 (1%) 7 (1%) 3 (59%) 31 (3%) 18 (40%) 15 517 53 (67%) 165 (26%) 69 (12%) 30 (52%) 138 (21%) 53 (22%) 61 248 268
Casilla (93%) 54 (2%) 1 (5%) 3 58 (46%) 12 (19%) 5 (35%) 9 26
Tabla17 .Material utilizado para techos según tipo de vivienda urbana y rural en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
En las casas del ejido urbano, el agua utilizada para consumo humano proviene casi totalmente de la red pública, pero en los ranchos ubicados en la traza urbana el agua de red llega sólo a la mitad de estas unidades. En la zona rural la red pública de agua prácticamente no tiene alcance; los moradores en ranchos se aprovisionan principalmente de agua de lluvia o lagunas, y los que viven en casas lo hacen fundamentalmente de agua de pozo. Área UrbanoRural
Urbano
Rural disperso
Procedencia del agua para beber y cocinar Red pública Pozo Transporte por cisterna Agua de lluvia, río, arroyo Total Red pública Pozo Transporte por cisterna Agua de lluvia, río, arroyo Total
Tipo de vivienda particular Casa (96%) 96 (1%) 5 1 (4%) 18 517 (13%)32 (39%) 97 (25%)61 (23%) 58 248
Rancho (55%)29 (13%) 7 0 (32%) 17 53 (4%) 10 (22%) 60 (19%) 52 (55%) 146 268
Casilla (100%) 58 0 0 0 58 (15%) 4 (20%) 5 (15%) 4 (50%) 13 26
Tabla 18 .Acceso a agua según tipo de vivienda urbana y rural en el Municipio de Nueva Pompeya (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
4.11. Actividades Productivas de los criollos Las actividades productivas, que en la zona son predominantemente ganaderas, se ven condicionadas por las características de los suelos, en su mayor parte con limitaciones por salinidad, sodicidad y anegabilidad. Predomina la ganadería bovina, seguida de la caprina, ambas caracterizadas por la falta de demarcaciones y alambrados, lo que atenta contra la conservación del bosque chaqueño al alterar su composición típica (disminución del estrato Página | 59
herbáceo, aumento del estrato leñoso, consumo de renovales de quebracho). Además, el ganado compite por el mismo alimento que consumen los herbívoros de la fauna autóctona y afecta la estructura y textura de los suelos por el pisoteo. Como ya se mencionó en capítulos anteriores, en toda la zona se está acentuando un proceso de desertización por sobrepastoreo (especialmente de ganado caprino). Los sistemas productivos tradicionales ganadero y forestal están siendo reemplazados, paulatinamente, por sistemas silvopastoriles con implantación de pasturas subtropicales de alto rendimiento e incipiente avance en la infraestructura de provisión de agua para la actividad pecuaria. Otra actividad productiva criolla en la zona, además de la ganadería bovina y caprina; es la explotación forestal especialmente de algarrobo blanco y negro, quebracho colorado, blanco y otras maderas duras. Existe también una incipiente actividad apícola. Como se describió en mayor detalle en el punto 4.7 de este capítulo, en la zona de Nueva Pompeya, se están comenzando a desarrollar actividades relacionadas con el eco-turismo, tanto por iniciativas privadas (Asociación OrFaCam, a cargo del campamento a orillas del río Bermejito, entrada del Parque Nacional El Impenetrable) y públicas (Red Argentina de Turismo Comunitario, ofrece jornadas de intercambio cultural con la comunidad wichí de Nueva Pompeya). En la zona del interfluvio, se inició años atrás, un proceso de producción hortícola y de sementera baja (batata, zapallos, sandía, etc.) de importancia en el autoconsumo familiar y comercialización de excedentes, pero sin continuidad a la fecha.
4.12. Actividades económicas de las comunidades indígenas El hecho de que la mayor parte de las tierras fuera propiedad fiscal favoreció la subsistencia de los grupos indígenas como cazadores, pescadores y recolectores de frutos en el monte. No obstante, a medida que el Estado y las empresas capitalistas se apropiaban de los territorios chaqueños, sobreviene el deterioro de sus modos tradicionales de vida. De ser un pueblo nómade con una economía basada en la caza, la pesca y la recolección, que admitía el desplazamiento en circuitos cíclicos, debieron adaptarse al sedentarismo construyendo sus viviendas en las cercanías de los poblados, con el objetivo de obtener trabajos temporales de subsistencia. Este ha sido el origen de una profunda transformación social y cultural, aún en marcha. Sin embargo, los wichís continúan conservando algunas prácticas de manejo del bosque nativo, practican la recolección de frutos y miel del monte, cazan y pescan; tallan la madera del palo santo, tejen con fibras de chaguar y hacen alfarería; y utilizan productos del monte para curaciones naturales. La recolección del fruto del algarrobo, tarea eminentemente femenina, constituye un recurso alimentario sumamente importante. En este marco, su economía tiene fuertes limitaciones ya que los espacios de bosque nativo han sido notablemente disminuidos por la explotación maderera, agrícola y ganadera. Además, la demanda de mano de obra para las jornadas de cosecha ha disminuido radicalmente debido a la mecanización de las tareas agrícolas. En las escuelas de modalidad aborigen, se han abierto para ellos tres salidas laborales: maestros aborígenes, enfermeros y auxiliares contables. Pero aún son muy pocos los que han tenido a su alcance este tipo de capacitación. Para el pueblo wichí, las fuentes de recursos han quedado restringidas a los trabajos temporales en obrajes madereros o cosechas temporarias; empleos públicos (maestros, enfermeros o cargos en municipalidades); fabricación de ladrillos, venta de artesanía (alfarería y tejidos) y ayudas sociales del Estado.
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4.13. Asociación de productores criollos en Nueva Pompeya Dado los objetivos de este informe de diagnostico, se considera de importancia analizar las características principales y el rol de la población nucleada en torno a la Mesa Local de Organizaciones Campesinas, grupo al que estarán destinadas gran parte de las cisternas para recolección de agua de lluvia en el Municipio de Nueva Pompeya, y para quienes se diseñará el sistema de techos para recolección de agua de lluvia. La Mesa Local de Organizaciones Campesinas se constituyó a comienzos del año 2008, por entonces con las organizaciones de base Promonte y ACUPCI, a las que eventualmente se sumaba la Asociación Amigos de Güemes. En su conformación tuvo un rol activo el acompañamiento técnico que se brindaba desde el PSA (Programa Social Agropecuario, luego reemplazado por la actual Subsecretaría de la Agricultura Familiar de la Nación). El objetivo de la conformación de esta Mesa, fue generar una instancia donde los productores pudieran discutir los problemas como sector, plantear estrategias para superar situaciones problemáticas, y facilitar la articulación con otros actores del sector público y privado. En sus inicios la Mesa representaba a un grupo estimado de 50 familias, y durante los dos primeros años se reunían tres veces al año. A partir del año 2010 comienzan a incorporarse nuevos socios a las organizaciones de bases y se fueron constituyendo nuevos grupo de trabajos, por lo que se fue ampliando la base de representatividad, como también el trabajo interrelacionado con otros actores. Actualmente, está constituida formalmente por las siguientes Asociaciones con personería jurídica: Asociación Civil Unión De Productores Criollos del Impenetrable (ACUPCI); Asociación Civil de Productores Promonte; Asociación Comunitaria Amigos de Güemes; Consorcio de Servicios Rurales N° 72 “El Quebracho”; Asociación Unión de Productores “El Guardamonte”. El conjunto de organizaciones representa a 158 familias campesinas que participan en sus organizaciones de bases correspondientes con el estatus de socios activo, aunque la participación total se eleva a aproximadamente 200 núcleos familiares. La Mesa de Organizaciones se destaca actualmente por el alto nivel de participación y cohesión, generado –entre otros factores- por la mejora en los ingresos de los miembros, la adquisición de medios de movilidad, la participación de varios de los referentes en espacios organizativos y de capacitación a nivel provincial, organizados por la Federación de Pequeños Productores del Chaco y la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, y más reciente la formación de los Consorcios de Servicios Rurales.
4.13.1 Características de las familias criollas que integran la Mesa Local de Organizaciones Campesinas Según señala Horacio Córdoba (Lic. en Trabajo Social que trabaja en Nueva Pompeya y fue entrevistado por el equipo de diagnóstico) del total de las 200 familias que participan en las Asociaciones, un 60% son familias de hasta cuatro integrantes, y en el restante 40% predominan las familias con 6/7 integrantes. Los jefes de familias se caracterizan por tener un bajo nivel de escolarización (por lo general solo han cursado hasta 3er grado de la escuela primaria). En cambio, la franja de adolescentes/jóvenes de entre 13 a 20 años en su totalidad cursó la primaria completa. En cuanto a la situación habitacional, un 50 % de las familias tiene viviendas tipo rancho, un 30% viviendas combinadas (es decir que una parte es de material -ladrillo, chapa- y otra de barro, paja, palo y piso de tierra), y el restante 20% de las viviendas están construidas totalmente de material (techo de chapa, paredes de ladrillo, piso de cemento). La mayoría de las viviendas son de escasas dimensiones y no cuentan con el número de piezas en función a la cantidad de integrantes, dando lugar situaciones de hacinamiento. Otro de los problemas es la ausencia de instalaciones sanitarias que aseguren higiene y salubridad. Página | 61
La ganadería bajo monte es la actividad económica principal, en el marco de una producción diversificada: crían bovinos, caprinos, porcinos, aves. Son los menos los que realizan agricultura, con resultados muy marginales. Unas pocas familias hacen apicultura; entre todas las familias se contabilizan 50 cajones, y su producción se destina para consumo familiar. Se destaca como significativo el volumen de producción caprina. En su momento, esta actividad fue fuertemente incentivada desde el Estado provincial, y muchas familias en la actualidad tienen rebaños que van de 30 hasta más de 250 animales, superando ampliamente lo necesario para el autoconsumo anual, realidad que se presenta como problemática ya que la producción caprina tiene mayor dificultad para ser comercializada. La falta de comercialización de la producción caprina afecta otros aspectos, uno es el medio ambiente, y otro el quehacer de las mujeres, dado que son ellas quienes principalmente dedican muchas horas diarias a esta actividad, sin obtener resultados que favorezcan su calidad de vida. Gran parte de la producción (caprina, porcina, ovina y aves) se destina para consumo familiar; lo contrario sucede con la producción bovina, que se destina casi exclusivamente para comercialización, aunque se observa que la venta anual de las familias es muy baja: el promedio de animales vendidos por año es 4/6, y solo casos muy particulares superan estas cifras. Se comercializa en el ámbito local, a un precio muy marginal y atado a las demandas del mercado. Desde el 2008 hasta la fecha, los ingresos de las familias campesinas han mejorado notoriamente a partir de ser titulares de distintos beneficios sociales como pensiones asistenciales, Asignación Universal por Hijo (AUH), y -en menor medida- jubilaciones bajo el sistema de moratoria. Antes del alcance generalizado de los recursos mencionados, los ingresos de las familias se limitaban a la escasa comercialización de sus productos, y a changas que podían realizar esporádicamente. En la actualidad, el total de familias percibe algún tipo de beneficio social, lo cual da un ingreso familiar mensual de aproximadamente $3000, a lo que debe sumarse los ingresos por ventas de productos y por actividades laborales. Los campesinos actuales son hijos y nietos de criollos migrantes, principalmente de la provincia de Salta. El motivo de esa migración era encontrar tierra para establecerse con sus familias y producir, cuando fueron desplazados por terratenientes ganaderos que concentraban grandes extensiones de tierra, las más aptas, y con ellas los recursos necesarios para la producción, básicamente el agua. Esta situación provocó que a fines del Siglo XIX, se desplazaran hacia el monte chaqueño, conviviendo desde entonces en el mismo territorio con la comunidad wichí, convivencia caracterizada desde sus inicios por la conflictividad y la complementariedad simultáneamente. Actualmente, la mayoría de los productores de las organizaciones tienen un vínculo jurídico precario con su tierra, como un acta de ocupación, un permiso de simple ocupante, o incluso una constancia de solicitud. Si bien estos documentos constituyen un elemento probatorio de sus derechos posesorios, no les garantiza la protección jurídica necesaria. En el mejor de los casos cuentan con adjudicación en venta, la cual por lo general, se realiza sobre una superficie que va desde las 80 has. hasta un máximo de 250 hectáreas. Por ejemplo, los socios de la organización Amigos de Güemes tienen la documentación según estipula la Ley Provincial de Tierras, es decir cuentan con una adjudicación en venta, pero en la práctica, tienen graves problemas por la escasa cantidad de hectáreas adjudicadas, lo que repercute en la degradación medioambiental, tanto del bosque como del suelo. Vale destacar que las recomendaciones técnicas para esta región consideran que como mínimo, se requieren 10 hectáreas de campo por cabeza de bovino, con lo cual muchos de los actuales pequeños productores, en caso de cerrar/alambrar sus predios, tornarían inviable su sistema productivo. Respecto de la pertinencia y conocimiento de sistemas constructivos y materiales, es importante mencionar que muchos pobladores rurales tienen conocimiento en la fabricación de ladrillos, material muy utilizado en las construcciones de sus viviendas y en algunos casos venden esta producción a otros pobladores. El costo de mil Página | 62
ladrillos es de 1000/1500 pesos. La madera es otro material utilizado localmente. Hay distintas especies disponibles en el monte, tanto de maderas duras (palo santo, algarrobo) como blandas (palma). Los pobladores saben trabajarla, la mayoría cuenta con herramientas y motosierras, provistas por distintos proyectos de manejo de bosque.
4. 14. La realización de cisternas para almacenamiento de agua de lluvia En el marco del Proyecto de Infraestructura Hídrica para el Desarrollo de las Provincias de Norte Grande, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, se encuentra en construcción un acueducto que abastecerá de agua potable a las comunidades de Wichí, Misión Nueva Pompeya, Fuerte Esperanza y el Sauzal. Las obras comprenden la captación de agua del río Bermejo, su conducción por cañerías, su tratamiento, almacenamiento y distribución. Cañerías enterradas (de de 500mm de diámetro) transportarán el agua hasta Wichí (distante 7,8 km) y luego hasta Nueva Pompeya, cubriendo una distancia de 28 km más. La potabilización se realizará en una Planta Convencional en Wichí y otra en Nueva Pompeya, con capacidad de producción también para Fuerte Esperanza. Se construirá una reserva de agua potable en Nueva Pompeya y en una segunda etapa, el transporte de agua potabilizada hasta Fuerte Esperanza, cubriendo una distancia de 49 km. Para la población rural dispersa, donde no llega la red domiciliaria de agua potable planificada, el proyecto prevé la construcción de 750 aljibes/cisternas familiares tipo ASA, que permitirán el almacenamiento de agua de lluvia y también el almacenamiento de agua que pudiera ser provista por camiones cisternas. La sigla ASA de este modelo de cisterna corresponde a “Articulación Semi Arido”, y replica una experiencia brasilera para la zona árida del país. (Más información en http://www.asabrasil.org.br/ ) La construcción estará-a cargo de las empresas contratistas que realizan el Acueducto. Del total de las 750 cisternas proyectadas, 350 se harán en el municipio de Nueva Pompeya y 400 en el municipio de Fuerte Esperanza. La Fundación Gran Chaco está a cargo de la gestión de las construcciones de los aljibes del municipio de Nueva Pompeya, en tanto la Municipalidad de Fuerte Esperanza gestiona la construcción de los 400 aljibes en su jurisdicción. Los aljibes de Nueva Pompeya se distribuirán de la siguiente manera:240 para productores organizados en la Mesa Local de Organizaciones Campesinas, 50 para pobladores criollos en situación de vulnerabilidad –no miembros de organizaciones-, y 60 para pobladores indígenas –a definir por el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Chaco. Si bien, algunos aspectos de este proyecto están aún en discusión al momento de las visitas realizadas por el equipo de HPHA, se prevé además la instalación de canillas comunitarias para comunidades aborígenes.
4.14.1 Las cisternas de placas La incorporación de este modelo de cisternas fue propuesta por los equipos técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), quienes desarrollaron tareas de capacitación como aporte a la promoción de tecnologías apropiadas para la región, con participación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y las instituciones ASA y AVINA. En la página de INTA puede obtenerse el manual que explica los pasos a seguir para la construcción de este modelo de cisterna. (Ver http://inta.gob.ar/documentos/paso-a-paso.-construccion-de-tecnologias-apropiadas.-cisterna-de-placas). Las cisternas tipo ASA son cilíndricas, semienterradas y tienen una capacidad de 16.000 litros de agua. Se realizan con vigas y placas cementicias premoldeadas in situ. Como primer paso para su construcción, la familia destinataria de la misma debe realizar el pozo donde se instalará la cisterna. Este pozo debe tener 5 metros de diámetro y 1,2 metros de profundidad. También es su responsabilidad dejar abierto y despejado el camino de entrada hacia el lugar donde se construirá la cisterna, para que pueda entrar Página | 63
el camión con materiales. La Fundación Gran Chaco, a cargo de la tarea de instalación de las cisternas, organiza las cuadrillas de construcción que están formadas por un oficial albañil (que cobra $2000 por cisterna construida), un medio oficial ($1500) y un ayudante ($1000). Además el beneficiario de la cisterna debe aportar un ayudante más que usualmente es el dueño de casa o un familiar directo. Los trabajos de construcción demoran aproximadamente tres días, y en este periodo la familia debe también proveer 6 litros de nafta para el generador que hace funcionar la mezcladora de cemento, 800 /1000 litros de agua para realizar la mezcla, y el almuerzo del equipo durante los tres días de trabajo.
Imagen 49. Pozo terminado para la instalación de una cisterna ASA en Nueva Pompeya
Imagen 50. Placas premoldeadas listas para su colocación como techo de la cisterna
Los materiales necesarios para cada cisterna son: 4m3 de arena , 1 m3 de piedra, 22 bolsas de cemento, 4k de hidrófugo, 20 k de alambre, 7 barras de hierro del 8, 7 barras del 6 (el costo de estos insumos es de $10.000 aproximadamente). Estos materiales los compra y provee la empresa contratista del acueducto, que los acopia en su obrador en Nueva Pompeya. El costo final de cada cisterna es (a valores de octubre 2015) y según informa Fundación Gran Chaco se distribuye de la siguiente manera: -$10.000 de materiales, que los aporta la empresa contratista del acueducto -$4.500 de mano de obra, que los aporta el Ministerio de Desarrollo Social de Chaco -lo aportado por la familia beneficiaria (en mano de obra, comida y materiales). Es importante mencionar que el proceso de construcción por etapas promueve el compromiso de las familias beneficiarias, ya que a ellas les corresponde la realización de las tareas iniciales, que permiten la efectiva construcción de la cisterna: la apertura del camino, cavar el pozo, conseguir el agua y la comida. La cisterna afianza la ubicación de la vivienda familiar, ya que implica una elección estratégica sobre el lugar que eligen para vivir (más próximos al camino, cerca de una aguada, contiguo a parientes, etc.). Algunas familias aprovechan la realización de la cisterna para mudarse a otra parte del terreno. No se observa un criterio único ni planificación específica para la ubicación de la cisterna dentro del predio.
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Imagen 51. Colocación de las placas y vigas de cierre en una cisterna ASA en Nueva Pompeya
Imagen 52. Cisterna terminada en localidad próxima a Nueva Pompeya
Se prevé que el agua de la cisterna será exclusivamente para consumo humano, aunque no tiene planificado un sistema de filtro. Se proyecta incorporar una bomba manual para extracción del agua y evitar el balde (que como ya se mencionó puede contaminar el agua).
4.14. 2 Los techos Todos los beneficiarios de las cisternas son conscientes de la necesidad de contar con este techo como elemento indispensable para el funcionamiento del sistema de recolección y en todos los casos, las familias visitadas planifican la realización de un techo nuevo, independiente de las estructuras ya construidas. Ninguna familia propuso cambiar el techo de la vivienda o espacios semicubiertos existentes. En general, estos nuevos techos se ven como una posible nueva ampliación de los espacios habitables a la sombra y se proponen a continuación o próximos a las construcciones existentes. Los techos asociados a la instalación de cisternas, tendrán 40 metros cuadrados. Con estas dimensiones se cubre la superficie requerida para cosechar los 16.000 litros de agua de lluvia que puede acumularse en la cisterna, considerando que el promedio de precipitaciones anuales estimado es de 400/500 mm. En las construcciones existentes y siempre que el techo lo permite, los pobladores implementan estrategias para recolectar agua de lluvia. Se ven sistemas caseros, realizados con chapas lisas dobladas, o palmas ahuecadas, a modo de canaletas.
4.15. Modos de habitar y uso del espacio Como ya se mencionó en el Capitulo 3, donde se describen los patrones generales de uso del suelo y de conformación de los espacios de uso cotidiano, en la región del Impenetrable chaqueño los techos representan el elemento más importante y significativo en la construcción de una vivienda: son el espacio de sombra y protección, y según la disponibilidad de materiales y tecnologías se materializan con barro o chapa. El piso circundante a la vivienda es de tierra, ya que el terreno se desmonta formando un “peladar” como señal de limpieza y de control del espacio, ya que así se impide la llegada de alimañas y animales. Los núcleos cerrados se destinan al guardado y en algunos casos a dormir. El área de cocina se encuentra separada, con un fogón cubierto Página | 65
o descubierto que puede estar ubicado sobre el piso o elevado. El espacio de la letrina, se ubica en un sector más alejado y próximo al monte. Las viviendas vernáculas en esta zona se construyen con una estructura basada en cuatro elementos: el horcón (la columna) realizado en palo santo o itin (carandá)y la vara (viga) en quebracho blanco o sacha pera, que apoya sobre el horcón y sostiene el techo. Los largueros (tirantes) son de quebracho blanco y para la construcción de la fajina (encofrado perdido o cielorraso) utilizan ramadas de simbol o yahape. Sobre el encofrado perdido o fajina, en la mayoría de los casos se coloca un plástico como aislación hidrófuga, y encima de él la torta de barro. Las carpinterías de puertas y ventanas las suelen comprar, no tienen vidrio ni tela mosquitera. El equipo de diagnostico visitó distintos parajes próximos a Misión Nueva Pompeya, donde la relativamente fácil accesibilidad a un núcleo urbano de envergadura, hace del consumo de materiales industrializados (chapa, ladrillo) la principal opción constructiva. El uso difundido del ladrillo cocido lo torna un material de bajo costo (1,50 $ la unidad), observándose en muchos casos su preparación artesanal domestica en hornos a leña. Al ladrillo cocido se lo emplea en su condición portante como muro de 15cm de espesor, o ejecutado de canto en el caso de su uso como cerramiento de las estructuras independientes de horcones. Si bien ambos espesores son ineficientes en el aspecto térmico, se observan diversas técnicas de ventilación en las cuales los muros se presentan como cerramientos abiertos capaces de configurar el espacio pero a la vez permitir la ventilación cruzada.
Imagen 53. Utilización del ladrillo de canto como cerramiento en estructuras independientes de horcones.
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Imagenes 54 y 55. Sistemas de cerramientos ventilados.
Una situación similar pudo observarse en Nueva Población, paraje rural con población dispersa próximo al rio Bermejito y al acceso al Parque Nacional El Impenetrable, donde la cercanía a un núcleo urbano resulta en el consecuente predominio de materiales de construcción industriales. Esta zona posee además cuerpos de agua superficiales y varias experiencias de pozos para la extracción de agua con motobombas, la mayoría poco exitosas debidas de los altos niveles de sal en las napas freáticas. Pero esta disponibilidad ha permitido el uso extensivo de sistemas húmedos (bloques de adobe, barro, etc.) como ya se describió en el capítulo 3 de este informe. En el paraje Bajo Hondo, ubicado a 40 Km de Nueva Pompeya, se observa un uso difundido de técnica mixta de horcones con cerramientos de ladrillo. A su vez, su situación más alejada permite apreciar algunos ejemplos de bloque de adobe, el cual en su carácter de producción seriada ha desplazado a las técnicas vernáculas de la quincha.
Imagen 56. Imagen de casa con técnica mixta de horcones y ladrillo cocido. Por delante se observa una futura ampliación con uso exclusivo de ladrillo portante. La familia posee un estanque natural de agua próximo a la residencia, y fabrican sus propios ladrillos cocidos en horno.
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A continuación se incluyen planos e imágenes de distintos espacios domésticos relevados durante la visita del equipo de diagnostico, en los que ya se ha realizado el pozo para la instalación de la cisterna ASA. En ellos pueden observarse algunas características comunes, muchas de las cuales ya han sido señaladas en este informe: •
• • • • •
Las construcciones se insertan sobre un terreno despejado de vegetación o peladar. Los arboles si bien son un elemento valorado para lograr protección de vientos, se encuentran relativamente alejados y no se utilizan como protección solar. Los módulos de habitación cerrados siempre cuentan con un espacio semi cubierto tipo galería en alguno de sus lados, generalmente con orientación hacia el norte. Cuando existen varias construcciones que conforman un espacio exterior de uso, se prioriza también la orientación norte. Todas las unidades visitadas cuentan con algún techo de chapa y sistema, aunque sea precario, de recolección de agua de lluvia. La ubicación de la cisterna no responde a criterios uniformes, ni se planifica con anterioridad como se integrará el nuevo techo y espacio de habitación que este techo genere dentro del conjunto. En todos los casos, se considera la ubicación de los espacios en relación con la calle o el lugar de acceso. Las unidades tienen un frente (mas público) y un fondo (de uso privado) donde se ubica en general el fogón, el colgado de ropa, y más alejada, la letrina.
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En la imagen superior, puede observarse el espacio doméstico donde vive Paula Frías, en Bajo Hondo. En este pequeño espacio habita una familia de entre 6 y 7 personas, incluyendo hijos y nietos. La galería (número 1 en el plano) tiene incorporado un sistema de cortinas en lona que cierran el espacio y lo protegen del sol y el viento norte.
Este segundo ejemplo de unidad doméstica, corresponde a la vivienda en la que habita la familia de Ruben Soreira. Aquí el pozo para la instalación de la cisterna se realizó atrás del espacio exterior común, y podría contactarse con el volumen donde se ubica el horno de ladrillo (espacio 2). Como sistema constructivo se observa el uso de horcones con bloque de adobe revocado con tierra, solamente el techo del volumen 3, está realizado en chapa para permitir la recolección de agua de lluvia.
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Este ultimo ejemplo, muestra la unidad domestica en la que habita el Sr. Mansilla en el paraje la Botella, nombre dado al lugar porque Mansilla almacena agua de lluvia en gran cantidad de botellas plasticas. En este caso la unidad se organiza con dos semicubiertos y un pequeño espacio cerrado, que se utiliza principalmente para el guardado de objetos. Como se ve en la imagen central, el techo del espacio número 2, está realizado en chapa, y con una canaleta precaria, logra un sistema precario para la recoleccion de agua de lluvia en baldes.
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CAPITULO 5 Departamento de Ramón Lista, Provincia de Formosa 5.1. Ubicación Ramón Lista es un departamento ubicado en el extremo noroeste de la provincia de Formosa, Argentina. Tiene una superficie de 3.800 km² y limita al norte con la república de Paraguay, al este con el departamento de Bermejo, al sur con el departamento de Matacos, y al oeste con la provincia de Salta. La ciudad cabecera del departamento es Gral. Mosconi, más conocida por sus pobladores como El Chorro.
5.2. Accesibilidad: Al Departamento de Ramón Lista se accede desde Formosa capital por la ruta 81 hasta la ciudad más cercana, Ingeniero Juárez, en el Departamento de Matacos. La ruta 81 es un camino pavimentado de mucha circulación, pues une a la provincia de Formosa con la de Salta. Por tal motivo, hay transporte colectivo terrestre que permite arribar a la ciudad de Ing. Juárez como por ejemplo la empresa Godoy y la empresa de combis el Dorado. Ing Juarez es la ciudad cabecera del Dpto Matacos y la ciudad base desde donde se parte para el desarrollo del presente diagnóstico que centra su observación en las localidades de El Quebracho, Lote 8 y María Cristina (las tres poblaciones del Dpto de Ramón Lista), según puede observarse en el mapa que se incluye a continuación.
Mapa 7 . Provincia de Formosa y accesibilidad al Departamento de Ramón Lista (Fuente: http://eap10quebrachoformosa.blogspot.com.ar/
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El acceso a El Quebracho, Maria Cristina y Lote 8 no es posible en transporte público, por lo que para trasladarse es necesario el alquiler de auto o camioneta. Si fuese necesario, es posible alquilar camionetas a particulares o instituciones que trabajan en la zona . Por tratarse de una ciudad cabecera, a la vera de la ruta 81, Ingeniero Juarez cuenta con hoteles (al menos 3), cajero automático y varios lugares para comer y abastecerse. Funcionan todos los servicios, aunque Internet es intermitente en los hospedajes. En relación a los objetivos de relevamiento de este informe se informó de la existencia de 4 corralones de materiales que cuentan con chapas, ladrillos y material de construcción, así como también un zinguero.
Mapa 8. Ubicación de localidades y parajes en Departamento de Ramón Lista (Fuente: elaboración propia en base a imagen Google maps)
El estado de los caminos es precario. En temporada seca las vías de acceso son polvorientas y de tierra, además en algunos tramos se vuelve bastante complejo transitar en vehículos comunes, ya que hay mucha piedra, zonas de arena y pozos. En temporada de lluvia el acceso resulta ser muy difícil, inclusive en el camino hacia El Quebracho, hay carteles e que advierten y prohíben circular la ruta en días lluviosos.
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5.2.1 Acceso a El Quebracho Distancia a Ing. Juárez: 76 km por camino de tierra. Duración del viaje: Una hora y media aprox. (Por ruta provincial Nro 39) Departamento: Ramón Lista. Cabecera del Departamento: El Chorro Población: 415 habitantes. (253 de etnia Wichí) Latitud: -23.3333 Longitud: -61.8833
Mapa 9. Recorrido entre Ingeniero Juarez y El Quebracho (Fuente: elaboración propia en base a imagen Google maps)
En Quebracho hay un almacén y un comedor de un miembro de la Asociación de Productores AQPEPROA. Hay un carpintero, que dispone de herramientas básicas También ladrilleros, autoconstructores y gente que sabe manejar motosierras y maderas. Este paraje tiene mucha vinculación con Ing. Juárez. Sus habitantes van y vienen en moto a la ciudad en busca de provisiones alimenticias, garrafas y otros enseres. No hay señal para comunicarse por teléfonos celulares. El modo de comunicación entre los pobladores rurales es por radio, y avisos que llegan a los puestos.
5.2.2 Acceso a Lote 8 y María Cristina Distancia de Ing. Juárez a El Chorro: 167 km por camino de tierra. Duración del viaje: Aproximadamente 3 horas hasta el Chorro. Luego desde allí hasta Lote 8 y María Cristina se demoran aprox. 45 minutos también por camino de tierra. Departamento: Ramón Lista. Población: Lote 8: 458/ Ma. Cristina: 523 personas. Mayoritariamente de la etnia wichí.
Mapa 10. Recorrido entre Ingeniero Juárez Lote 8 y María Cristina (Fuente: elaboración propia en base a imagen Google maps)
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Hay centros Nanum en ambos parajes, además de escuelas, almacenes y CIC (Centro de Integración Comunitaria) donde es posible alojarse de manera informal. Aquí tampoco existe señal para comunicación por teléfonos celulares, pero pueden utilizarse los servicios de internet que proveen los centros Nanum. El Chorro cuenta con hoteles, banco, bares y lugares de comidas.
5.3. Acceso al Agua Como medida implementada desde el estado provincial existe un camión que provee a las comunidades de agua desde la zona de El Potrillo. Cada 15 días acerca agua a quienes viven en la zona de El Quebracho. INTA ha hecho perforaciones, recargas de napas de los acuíferos. Hicieron 5 cisternas en la zona de La Junta financiadas por la petrolera Madalena Energy de Gran Tierra Energy (empresa canadiense) las hicieron con el modelo brasilero pre moldeado. El costo de cada una de ellas fue de $6000 y tienen capacidad para 16 mil litros. Se hizo con las personas de la zona que sin saber albañilería rápidamente se capacitaron y las construyeron. En esta iniciativa no se adaptaron los techos. En el INTA hay un programa nacional de Agua y hay un módulo desarrollado para el abastecimiento doméstico. Las napas que sirven en la zona de Quebracho están entre 15 a 40 metros. En Lote 8 y María Cristina hay agua en las primeras napas por influencia del río Pilcomayo.
5.4. Características demográficas de Ramón Lista El departamento Ramón Lista tiene una población de 13.754 personas (Censo 2010). Varones Mujeres Total
7017 6737 13754
Tabla 19 .Población total del Departamento de Ramón Lista por sexo. (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.)
En cuanto a la distribución política, el departamento de Ramón Lista incluye un Municipio (El Chorro-Gral. Mosconi) y una Junta Vecinal (El Potrillo); las demás localidades relevantes (El Quebracho, Lote 8 y María Cristina) no tienen la población suficiente como para contar con gobierno local.
5.4.1 Población agrupada y población dispersa. Como ya se señalo al describir la población del Departamento de Güemes, en el Chaco, el censo diferencia los espacios según constituyan agrupamientos en localidades y el tamaño de dichas localidades. Se considera como localidad urbana a los asentamientos de más de 2.000 habitantes, como rural agrupado a las de menos de 2.000 habitantes y se categoriza como población rural disperso a la que habita de manera aislada. El departamento Ramón Lista cuenta con cinco agrupamientos urbanos relevantes: El Chorro (también llamado Gral. Mosconi), El Potrillo, El Quebracho, María Cristina y Lote 8. El resto de la población se considera rural dispersa. La distribución en estas cinco localidades es la siguiente:
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El Chorro-Mosconi El Potrillo El Quebracho Lote 8 María Cristina Total Localidades Área rural dispersa TOTALES
Población 1902 3371 415 454 523 6665 7089 13.754
Viviendas 509 739 73 81 111 1513 1492 3005
Personas por vivienda 3,7 4,6 5,7 5,6 4,7 4,4 4,8 4,6
Tabla 20 .Población total del Departamento de Ramón Lista por cantidad de población, viviendas y personas por viviendas. (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.)
El Censo 2010 brinda información sobre la distribución poblacional en las zonas rurales del departamento Ramón Lista, por fracciones censales, lo cual permite diferenciar la población que vive en los agrupamientos urbanos de la que vive en áreas rurales. Así, se divide al departamento en 5 grandes fracciones censales, cada una de las cuales contiene una localidad relevante. El mapa siguiente contiene la información desagregada en fracciones censales, a modo descriptivo de la distribución demográfica del departamento.
Imagen57… Fracciones censales en el Departamento de Ramon Lista. (Fuente: elaboracion propia en base a imagen google y datos censo 2010)
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Puede observarse que en el departamento Ramón Lista hay una distribución equilibrada entre población agrupada (48,5%) y población rural dispersa (51,5%).
5.4.2 Evolución de la relación población agrupada-población dispersa. Es posible advertir un marcado crecimiento de la población agrupada y el correlativo descenso de la población rural dispersa. En el período 2001-2010, la población total del departamento aumentó el 25,9%, pero al interior del departamento las poblaciones agrupadas crecieron el 83%, y las poblaciones dispersas disminuyeron (2,9%) Población agrupada Año 2001 Año 2010 3629 6665
Variación población agrupada 3036 (83,7%)
Población dispersa Año 2001 Año 2010 7299 7089
Variación población dispersa -210 (-2,9%)
Tabla 21 .Evolución de localización de la población total del Departamento de Ramón Lista (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 y 2010, procesado con Redatam +Sp.)
Eso llevó a que, actualmente, la población agrupada iguale en proporción a la población dispersa, mientras que en el año 2001 el contraste era marcado. En cuanto a la proporción de aborígenes (wichí) en la población total del departamento Ramón Lista, el Censo 2010 aún no brinda esa información, pero sí lo hace el Censo 2001. En 2001, de la población total del departamento, el 72% se declaraba “perteneciente o descendiente de pueblo indígena”. En 2001, la distribución aglomerado-disperso de indígenas y criollos mostraba que: a) la localidad El Chorro-Mosconi tiene una población equilibrada entre indígenas y criollos b) la localidad El Potrillo tiene predominancia indígena (77%) c) la población que vive en áreas rurales dispersas es mayoritariamente indígena (82%) Perteneciente o descendiente de pueblo indígena SI NO Total
El Chorro-Mosconi (44%) 504 (56%) 631 (100%) 1135
El Potrillo (77%) 1790 (23%) 526 (100%) 2316
Población dispersa (82%) 5289 (18%) 1135 (100%) 6424
Tabla 22 .Población aborigen del Departamento de Ramón Lista por localidad. (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, procesado con Redatam +Sp.)
Si bien habrá que esperar los resultados del Censo 2010 en la variable “perteneciente a pueblo indígena”, es razonable suponer que estas proporciones entre población criolla y población aborigen no han variado significativamente, y que el proceso de migración de las áreas rurales a los agrupamientos urbanos incidió por igual en ambos grupos sociales.
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5.4.3 Vivienda Respecto del tipo de vivienda en el departamento Ramón Lista, el 42% de la población vive en casas (tanto tipo A como tipo B)4 y el 49% en ranchos. Pero si consideramos en forma separada los agrupamientos urbanos y el área rural dispersa, la distribución es exactamente opuesta: en los pueblos, el 58% de la población vive en casas y el 26% en ranchos, mientras que en la zona rural las proporciones se invierten, duplicándose la población que vive en ranchos y disminuyendo a la mitad la que vive en casas. Tipo de vivienda particular Casa Rancho Casilla Total
Población agrupada (58%) 3266 (26%) 1473 (16%) 859 5598
Población dispersa (31%) 2420 (65%) 5168 (4%) 328 7916
Total (42%) 5686 (49%) 6641 (9%) 1187 13514
Tabla 23 .Población y tipo de vivienda en el Departamento de Ramón Lista- (Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.)
Profundizando más, puede decirse que si a la población agrupada la desagregamos en las tres localidades que el Censo 2010 permite obtener datos, se observa que sólo El Chorro-Mosconi tiene una alta proporción de habitantes viviendo en casas. La población de El Potrillo y El Quebracho que habitan casas (proporcionalmente) es sólo un poco mayor que la población rural dispersa. Además, el alto número de casillas en El Potrillo puede entenderse debido a su acelerada urbanización y la predominancia de población indígena. Tipo de vivienda particular Casa Rancho Casilla Total
Población agrupada El Chorro-Mosconi (85%) 1560 (14%) 272 (1%) 9 1841
El Potrillo (46%) 1540 (29%) 981 (25%) 850 3371
El Quebracho (43%) 166 (57%) 220 386
Población dispersa (31%) 2420 (65%) 5168 (4%) 328 7916
Total (42%) 5686 (49%) 6641 (9%) 1187 13514
Tabla 24 Tipo de vivienda y localizacion en el Departamento de Ramón Lista )Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.)
4La variable “tipo de vivienda particular” tiene las siguientes categorías: • Casa tipo A: vivienda con salida directa al exterior (sus habitantes no pasan por pasillos o corredoresde uso común) construida originalmente para que habiten personas. Generalmente tieneparedes de ladrillo, piedra, bloque u hormigón. No tiene condiciones deficitarias. • Casa tipo B: casa que presenta al menos una de las siguientes condiciones deficitarias: tiene pisode tierra o ladrillo suelto u otro material (no tiene piso de cerámica, baldosa, mosaico, mármol,madera, alfombra, cemento o ladrillo fijo); o no tiene provisión de agua por cañería dentro de lavivienda, o no dispone de inodoro con descarga de agua. • Rancho: vivienda con salida directa al exterior (sus habitantes no pasan por pasillos o corredoresde uso común) construida originalmente para que habiten personas. Generalmente tiene paredesde adobe, piso de tierra y techo de chapa o paja. Se considera propia de áreas rurales. • Casilla: vivienda con salida directa al exterior, construida originalmente para que habiten personas(sus habitantes no pasan por pasillos o corredores de uso común). Habitualmente está construidacon materiales de baja calidad o de desecho y se considera propia de áreas urbanas.
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Por otra parte, la comparación entre cantidad de viviendas y cantidad de personas que vive en esas viviendas, muestra que la ocupación de las viviendas rurales es levemente superior a la ocupación de las viviendas urbanas (excepto en las casillas), con una visible homogeneidad en torno a 5 habitantes por vivienda. Tipo de vivienda particular Casa Rancho Casilla Total
AGRUPADAS Viviendas Población 676 3266 320 1473 191 859 1187 5598
Personas por vivienda 4,9 4,6 4,7 4,7
DISPERSAS Viviendas Población 428 2420 1057 5168 79 328 1564 7916
Personas por vivienda 5,7 4,9 4,2 5,1
Tabla 25 .Cantidad de habitantes por tipo de vivienda en el Departamento de Ramón Lista Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.
En este caso, si el cálculo de personas por vivienda para “viviendas agrupadas”, lo separamos en las tres localidades, el resultado no tiene modificaciones importantes, lo cual da una idea de homogeneidad en la composición de los hogares, tanto urbanos como rurales. Por último, como es de esperar, los materiales de las viviendas muestran las diferencias de hábitat entre las casas y los ranchos. El material utilizado para el techo en los ranchos, tanto en zona rural como urbana, es predominantemente de palma o barro (aunque en El Potrillo el 40% de los ranchos cuenta con techo de chapas). En las casas, se usa casi exclusivamente la chapa de metal en zona urbana, y con predominancia también en zona rural. Área Urbano- Material predominante de la cubierta exterior Rural del techo Chapa de metal Viviendas Caña, palma, tabla o paja con o sin barro agrupadas Otros (urbano) Total Chapa de metal (sin cubierta) Viviendas Caña, palma, tabla o paja con o sin barro dispersas Otros (rural) Total
Tipo de vivienda particular Casa Rancho (93%) 625 (28%) 89 (4%) 26 (50%) 160 (3%) 25 (22%) 71 676 320 (72%) 308 (21%) 217 (14%) 60 (62%) 651 (14%) 60 (17%) 189 428 1057
Casilla (91%) 173 (6%) 11 (3%) 7 191 (71%) 56 (18%) 14 (11%) 9 79
Tabla 26 Tipo de vivienda y materiales predominantes en los techos en el Departamento de Ramón Lista Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.
En las casas de los pueblos, el agua utilizada para consumo humano proviene casi totalmente de la red pública, y también los ranchos ubicados en la traza urbana son alcanzados en gran medida por el agua de red (62%). En la zona rural la red pública de agua tiene poco alcance, siendo el transporte de agua por camiones cisterna la forma principal de abastecerse por parte de las familias.
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Área UrbanoProcedencia del agua para beber y cocinar Rural Red pública Pozo o perforación Urbano Transporte por cisterna Agua de lluvia, río, arroyo Total Red pública Pozo o perforación Rural Transporte por cisterna disperso Agua de lluvia, río, arroyo Total
Tipo de vivienda particular Casa Rancho (81%) 549 (62%) 198 (2%) 16 (7%) 23 (12%) 79 (19%) 62 (5%) 32 (12%) 37 676 320 (36%) 154 (29%) 303 (15%) 66 (13%) 33 (44%) 186 (45%) 477 (5%) 22 (14%) 144 428 1057
Casilla (87%) 166 0 (11%) 20 (2%) 5 191 (22%) 17 (6%) 5 (72%) 57 0 79
Tabla 27 .Tipo de vivienda y procedencia del agua potable en el Departamento de Ramón Lista Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, procesado con Redatam +Sp.
5.5. Características culturales y sociales El departamento de Ramón Lista tiene 13750 habitantes. El 75% de su población es indígena, en su mayoría Wichí, seguidos por Qom y Pilagás. En este contexto, la población criolla es minoritaria.
5.5.1 El Quebracho En El Quebracho viven 415 habitantes, 253 de ellos corresponden a la comunidad Wichí y el resto es de origen criollo. Considerando los porcentajes totales entre población criolla y wichí en el Departamento de Ramón Lista, puede decirse que en este paraje habita un porcentaje alto de población criolla. El paraje, ubicado a aproximadamente una hora y media de Ing. Juárez, se organiza a partir de un pequeño centro consolidado con loteo de calles y manzanas tradicionales. Al describir las características culturales y sociales de El Quebracho, este informe se concentra especialmente en la población criolla, y en la asociación de productores rurales que los nuclea. En el capítulo 2, se hizo referencia a las características generales de los pobladores criollos en esta región y en esta sección se hará referencia a cuestiones especificas que pudieron detectarse en el marco de la visita y entrevistas y que son de interés en el marco del proyecto que se propone realizar HPHA en el Departamento de Ramón Lista. Los productores ganaderos del El Quebracho están nucleados en la Asociación Civil el Quebracho de Pequeños Productores (AQPeProA ). Esta asociación sin fines de lucro tiene como objetivo la gestión de cuestiones relacionadas con la actividad productiva ganadera de los campesinos locales. Actualmente está conformada por 70 socios (cabeza de familia) y ha permitido grandes avances a sus afiliados. Es importante destacar que los productores rurales en esta región son numerosos, pero están muy dispersos en el territorio y no tienen sistemas sencillos de comunicación e intercambio. Del total de 350 productores rurales del oeste formoseño registrados en el SENASA, 70 son miembros de AQPeProA. La Asociación tiene una sede en el centro del pueblo sobre la ruta 39. Este espacio albergará un nuevo centro Nanum y actualmente es un pequeño edificio construido en ladrillo común a la vista, sin amoblamiento, con dos ventanas y techo de chapa.
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Imagen 58. Reunión de asociados con HPHA en la sede de AQPeProA en el Quebracho
Imagen 59. Interior de la sede durante la visita de HPHA
Los productores asociados en AQPeProA desarrollan un modelo que es inspirador para otras asociaciones de productores de la zona aun en formación o menos fuertes en lo organizativo. En este momento están acompañando a 4 asociaciones diferentes, una de ellas se encuentra en Ing. Juárez, y AQPeProA los asesora en el mejoramiento de pasturas, también colaboran con una asociación de mujeres en el uso la balanza. Se vinculan con el Ministerio de Producción de la Provincia, con INTA y mucho con Fundación Gran Chaco. El Fondo Fiduciario Provincial implementa el siguiente sistema de créditos con AQPeProA: *hasta 20 cabezas de ganado, chequeados por las actas de vacunación *se calcula el peso de cada animal, y el peso futuro que alcanzará a su venta *se otorga el monto del crédito en función de ese cálculo *la devolución se realiza descontando el monto a devolver cuando se realiza la venta *el dinero se utiliza para comprar alimentos a los animales y así evitar tener que venderlos por falta de pasturas (el rollo de pasto sale $350 y el flete $10.000; el flete lo paga el Ministerio de la Producción) La Asociación respalda y vela por el cumplimiento de las obligaciones de sus asociados. Según comenta su Presidente, cualquier persona puede ser socio. Actualmente, hay una familia wichí asociada, la primera de la zona que cría ganado.
Distribución en el territorio. Los puestos criollos: Los criollos de Quebracho viven en su gran mayoría en “puestos” dispersos unos de otros. En muchos casos, los productores de ganado poseen un puesto secundario en las tierras bajas (bañados) para su uso durante la temporada seca de pastoreo y un puesto principal a resguardo de las inundaciones en tierras más altas (bordo o monte) es utilizado en las épocas de lluvia. Las características constructivas de ambos difieren considerablemente, debido a que el primero es inundado durante las épocas de lluvia, convirtiéndose el segundo puesto en el asentamiento principal de la familia. En estos, se verifica un uso preponderante de sistemas constructivos secos en base a troncos de palma a pique para muros, troncos de palma acanalados para techos o tablones de madera de distintas especies arbustivas (quebracho, etc.). Como lo verificaron algunas entrevistas, el difícil acceso al agua en Página | 80
esta región dificulta el empleo de sistemas constructivos húmedos como la tierra (quincha, bloque de adobe, ladrillo cocido, etc.). Si bien en esta región escasean los cuerpos superficiales de agua, su proximidad al bañado motivo el asentamiento de criollos ganaderos para el aprovechamiento de sus pasturas.
Los productores criollos están en muy distinta situación de acuerdo a su cercanía/lejanía con el río y el bañado. Los que se ubican en la parte húmeda son los más “ricos” por el acceso al recurso del agua y los mejores pastos. Los que se encuentran en la parte seca sufren mucho la sequía, algunos tienen perforaciones de agua y otros no. Los que no, se proveen de agua mediante camiones que llegan de la zona de Potrillo y que abastecen de agua. Esta es la principal necesidad evidenciada y dicha a viva voz por los productores. Necesidad que se manifiesta en la posibilidad de contar con piletas/cisternas colectoras de agua ya sea para agua de lluvia como para agua que provee el camión. Los que viven en el bañado algunos tienen casas y otros no. Romualdo Palavecino, Presidente de la AQPeProA tiene sus tierras en el bañado y vive en un remolque pero tiene su casa en Ingeniero Juárez. En cada puesto viven varias familias que están emparentadas. Cuando un hijo se casa elige una parte de ese puesto y arma su casa.
Propiedad de la tierra: Es histórico el reclamo del pueblo wichí por la tenencia de tierras para poder mantener su forma de vida y culturas originarias. Desde la llegada de la democracia, en la Provincia de Formosa se ha desarrollado un lento, pero continuo y en ocasiones conflictivo, proceso de ordenamiento territorial, otorgando a los wichí la propiedad colectiva de la tierra bajo personería jurídica y con un representante legal por cada comunidad, que suele ser su cacique. Las tierras otorgadas en propiedad comunitaria tienen alrededor de 20 mil hectáreas. Los wichí son propietarios de las casas que el gobierno provincial les ha adjudicado, no así de sus tierras que revisten carácter colectivo. En el caso de la población criolla, se consideran propietarios en tanto son tenedores de la tierra. Muchas veces, el otorgamiento de tierras a comunidades indígenas se da con criollos habitando dentro de ese territorio. En esos casos, se negocia hasta llegar a acuerdos de convivencia entre ambas poblaciones, negociaciones que a veces son conflictivas y demoran tiempo. Puede obtenerse mayor información sobre este tema en Capitulo 2, en el que se vinculan aspectos del ordenamiento Territorial con la vigencia de la Ley de Bosques.
Sistema económico y comercial/ fuentes de ingresos: Las familias criollas de El Quebracho viven de la cría de animales: vacas, cabras y ovejas. Los mismos se alimentan casi con exclusividad de lo que el monte provee. En ocasiones se compra forraje, sobre todo en tiempos de sequía. También, gracias a integrarse como Asociación, han generado un sistema de pesaje de animales que les permite, utilizando una balanza móvil disponible para los socios, cotizar al animal por su peso sin tener que movilizarse del puesto. Actualmente están trabajando en la organización de remates de ganado en El Quebracho, esto abarata enormemente los costos, que se elevan por el traslado de sus animales. La asociación también ha dado capacitaciones vinculadas a la producción ganadera (Vacunación de animales, forraje, etc.). Han desarrollado un botiquín sanitario y tienen como práctica trabajar identificando los puestos y parajes que tienen más necesidades de acompañamiento, siempre buscando el fortalecimiento de la cadena productiva de las familias. También a 28 familias más necesitadas les han instalado, en alianza con Fundación Alimentaris unos pequeños paneles solares que les permiten tener electricidad durante la noche, cargar celulares y baterías. Es un modelo a prueba por un año y con posibilidad de extender a algo con mayor capacidad pero que ha cambiado sustancialmente la vida de las personas, sobre todo de mujeres y niños y todo lo vinculado a la escuela.
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Ciclos productivos anuales: Entre los meses de Diciembre a Marzo es el momento de venta de ganado. Trabajan colectivamente, como asociación, porque así consiguen mejores precios. De Agosto a Noviembre es la época seca, sin lluvias y sin pastura en los cuales tienen que aguantar la producción. Es en esta instancia que recurren a préstamos para no tener que vender animales con bajo peso. Acceden a créditos con el gobierno provincial, que les provee de fondos que permiten soportar en tiempos de sequía y también sostener el ganado durante el inverno hasta su venta en diciembre. En esa fecha, es cuando el precio de la vaca aumenta y su producción se hace más rentable. Los criollos viven al ritmo de sus animales y de los ciclos del agua en una zona donde es prioridad para la subsistencia.
Cosmovisión, religión y espiritualidad: En este grupo social, no parece tener un peso lo religioso. Ninguno de los entrevistados mencionó idas a la iglesia, pero si reuniones en puestos por festividades religiosas. No se casan, no festejan cumpleaños sino festividades asociadas al catolicismo.
Mujeres criollas: Las mujeres se dedican a la par de los hombres al cuidado de los animales y también a la elaboración de los alimentos y crianza de los hijos. Están en las reuniones de la Asociación pero miran todo desde la ventana, no entran, no hablan en público si no se pregunta directamente a ellas. Esperan que hable primero el hombre o simplemente callan. Cuando se habla con ellas lejos de la atención de sus maridos explican las cosas con fluidez. Están muy centradas en el cuidado de sus hijos, la escuela, la alimentación. Las casas para ellas, así como el baño no aparecen como un tema central sino se lo mencionan.
5.5.2 Lote 8 y María Cristina En esta zona la población es casi exclusivamente wichí. En Lote 8 se encuentra funcionando un centro Nanum, que se organiza como espacio de encuentro para las mujeres tejedoras, cursos de capacitación de distinto tipo, etc. Sobre la calle principal se emplaza la escuela primaria, la escuela secundaria, el centro de salud y también algunos almacenes/kioscos. El pueblo tiene perforación de agua que llega a las casas por medio de mangueras. En estos parajes, las viviendas se encuentran relativamente agrupadas. Poseen un pequeño centro consolidado con loteo de calles y manzanas. Pero igualmente, la mayor parte de su población se encuentra dispersa en el monte. Lote 8 y María Cristina se encuentran próximas al rio Pilcomayo, y dentro del área de influencia del bañado La Estrella. Un camino elevado sobre terraplén las protege de las crecidas del rio durante las lluvias estivales, e históricamente han sido afectadas por varias inundaciones. Por este motivo y principalmente luego de la gran inundación sufrida en el año 2007, el estado provincial ha intentado concentrar a las comunidades aborígenes en ciertas áreas, para poder también concentrar la ayuda y las obras de infraestructura. Eso hizo que se encuentren agrupadas 5 comunidades wichí en María Cristina: Santa Teresa, San Miguel (2), El Breal y Campo del Acha.
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Imagen 60 Escuela Secundaria en Lote (
Imagen 61. Centro Nanum en Lote 8
Cada comunidad aborigen tiene personería jurídica, de la cual el cacique es el representante legal, y reciben un subsidio del Estado formoseño. Si bien estas comunidades varían en cantidad de integrantes, puede considerarse que cada comunidad de tiene cerca de 300 familias. Los líderes que también son líderes religiosos se juntan a menudo para conversar y decidir cosas.
Sistema económico y comercial/ fuentes de ingresos: Como ya se mencionó en el capítulo 2, el pueblo wichí tiene tradicionalmente un buen manejo del monte y los pastizales. Utilizaban el fuego para cercar a los animales que cazaban y con ese método generaban una buena relación de control entre los árboles y el pastizal. Hoy en día eso se ha perdido, la mayoría de las personas ya no vive de los recursos del monte, poseen algunas gallinas, cerdos y a veces pequeños cultivos y tienen mucho contacto con el río de donde obtienen pescado para su consumo. El acceso a dinero se relaciona casi exclusivamente con planes sociales: Las mujeres cobran Asignación Universal por Hijo y muchos hombres acceden a pensiones por discapacidad, por ejemplo por Chagas. Algunos de ellos son MEMA (Maestros Especiales Modalidad Aborigen), otros son delegados del ICA (Instituto de Comunidades Aborígenes) y reciben un sueldo como funcionarios del estado provincial.
Crédito y manejo de dinero: Entre los wichí el manejo de dinero tiene características particulares. No tienen la práctica del ahorro, a la que se contrapone su generosidad y ética igualitaria. Al tomar un compromiso monetario, algunos informantes indican que son buenos pagadores, tienen cultura de pago pero lo central es que aquello por lo que pagan sea de su interés, señalando como ejemplo la compra de una motocicleta en cuotas, muchos de ellos se han sumado a este tipo de planes, y pagan puntualmente.
Mujeres wichí: A las mujeres wichi no les gusta hablar español y lleva un tiempo lograr que se acerquen y se comuniquen con personas desconocidas. En la vida cotidiana, ellas son las responsables del cuidado del entorno doméstico y lo que ocurre en sus casas les preocupa. Si bien es cierto que los varones son los que hablan, ellos no toman decisiones sin consultar a sus mujeres.
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Cosmovisión, religión y espiritualidad: El sistema de creencias y cosmovisión wichí es de gran complejidad, valores y colores. No es objeto de este diagnóstico profundizar en este aspecto, solo decir que están estrechamente vinculados a los ciclos de la naturaleza y que tienen una profunda moralidad anclada en la vida comunitaria. En su mayor parte, son miembros de la iglesia anglicana y muchos de sus líderes son pastores ordenados.
Organización social: En las comunidades wichís, la tradición de agrupación y ayuda mutua por parentesco no los prepara para adaptarse a organizaciones cooperativas, y los productores criollos tienen más disposiciones para ese tipo de organizaciones que las familias extendidas wichís. Dentro de las comunidades wichí, las relaciones internas y los liderazgos son complicados, en el marco de una trama de parentescos compleja, con raíces históricas ligadas a las bandas y liderazgos tradicionales. Estas relaciones no son sencillas de comprender por el observador externo y van surgiendo luego, en el trabajo. Hoy en día a eso se suman las tensiones entre los caciques, los delegados del ICA (Instituto de Comunidades Aborígenes) que reciben un sueldo como funcionarios del estado provincial y también los líderes religiosos. Distintos informantes señalan que lleva tiempo acercarse a ellos, generar confianza. No sólo hay que hablar con el cacique sino que es necesario tener en cuenta a todo el grupo, ya que en general todos quieren involucrarse en los procesos y por esta razón la concreción de proyectos se torna más lenta.
5.6. Relaciones entre criollos y wichís Los vínculos entre criollos e indígenas son de tensión, de colaboración y también de mucha cercanía. AQPeProA señala que tienen muy buen vínculo con wichís y con tobas. Comparten una camioneta 4x4 con la comunidad toba, repartiéndose 3 días a la semana para cada grupo. Comparten los gastos y mantenimiento del vehículo. También la cría de ovejas y la producción de lana se vende/comparte con la comunidad toba que realiza artesanías que luego se comercializan vía Fundación Gran Chaco. Las vinculaciones son de diversa índole, inclusive afectiva: los criollos se casan con indígenas, algo que aparece como usual. En estos casos es la mujer indígena quien vive en el puesto de su marido. O inclusive el criollo puede llegar a ir a vivir a la comunidad wichí o toba. Pero, no hay casos en que una mujer criolla se aparte de su familia para ir a vivir con los “paisanos” (así denominan los criollos a los indígenas). El Estado, en tanto integrador social, aparece a través de sus instituciones que propician la convivencia en el espacio central de las escuelas. Los hijos de los criollos saben el idioma wichi y qom, juegan con y entre ellos. La convivencia es cada vez más usual y es incentivada por las distintas instituciones públicas con presencia en el territorio. Sin embargo, pervive la enemistad y recelo entre criollos e indígenas. Algunos de los entrevistados comentan que El Quebracho es una zona de armonía al respecto pero que ese equilibrio es frágil y cualquier incidente puede romperlo. Ha habido casos concretos hace solo un par de años atrás que demuestran esa fragilidad, que suele ceder ante el tema de la propiedad y uso de la tierra, particularmente cuando criollos se asientan en territorio de propiedad indígena y esta convivencia se vuelve conflictiva.
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En el año 2006 hubo un fuerte conflicto en la zona, luego de la muerte de un miembro de la comunidad de El Divisadero que fue encontrado muerto en el monte. Ocurrió que un grupo de aproximadamente 200 miembros de la comunidad wichi se dirigió con armas y palos a la casa de un poblador criollo, al que golpearon, mataron su ganado y quemaron su casa por considerarlo responsable de esa muerte. Además acusaron a la policía local y la médica del Quebracho de no ocuparse del tema como se debía. "Nosotros pensamos ahora que los criollos de ganadería sería lindo que se fueran de por acá. Porque todos los ganaderías están por acá cerca, en nuestras tierras", formula la petición Molina, vocero de la comunidad wichí, en su forma de hablar el castellano, y el cacique lo mira con gesto de aprobación. (Fuente http://argentina.indymedia.org/news/2006/03/386141.php) En el año 2014 el Caso Tejada, que involucro a la comunidad wichí de El Colorado intrusión de lugareños criollos en parte de su territorio sin permiso de la comunidad, la comisaria local no considera sus denuncias. Cuando el criollo conocido como Pila Tedin comenzó a alambrar, miembros de la comunidad wichís cortaron sus alambres y postes. Frente a la denuncia del criollo, la justicia local ordena un allanamiento y se iniciaron fuertes enfrentamientos con la policía, con varias personas heridas, donde es detenido Avelino Tejada, autoridad wichí y sus cuatro hermanos. El hecho desató numerosos conflictos, toma de comisarías, cortes de ruta y manifestaciones varias. (mas información en http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-253477-2014-08-21.html En este contexto de conflicto por la ocupación de tierras, algunos entrevistados señalan que de iniciarse un proyecto de mejoras de viviendas que incluya población criolla en esta zona, hay que ser muy cuidadosos y evitar trabajar con familias que se encuentren dentro de territorios que pertenezcan a comunidades aborígenes, ya que podrían generarse o potenciarse problemas preexistentes.
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CAPITULO 6 Conclusiones y recomendaciones 6.1. Conclusiones generales El presente informe de diagnóstico analiza gran parte de las dimensiones que intervienen en la configuración del hábitat en estas regiones del Gran Chaco Argentino: sus particularidades geográficas, las poblaciones y comunidades que allí conviven y sus diferencias culturales y sociales, teniendo en cuenta los objetivos que se persiguen, relacionados con desarrollar una intervención habitacional adecuada a las necesidades y características de la zona. Para ello, es imprescindible contemplar con igual jerarquía las técnicas constructivas y de diseño habitacional, tanto como las prácticas culturales y los imaginarios sociales acerca de las viviendas en las poblaciones criollas e indígenas. En primer lugar, y tomando como base los recorridos y visitas en la zona y la información obtenida en las entrevistas, se advierte una constante que no hay que soslayar: la vivienda no es una necesidad prioritaria entre las poblaciones criollas y wichí. Tanto las características climáticas y geográficas, como la estrecha relación de las personas con la naturaleza, dejan en segundo plano a “la casa” tal como puede entenderse en otros contextos. La vivienda es accesoria, se organiza como un espacio de sombra y confort térmico donde prevalecen los ámbitos abiertos, funcionales a un estilo de vida ligado a los animales, a un clima cálido severo y a la necesidad de vincularse con el monte, donde ciertos espacios se cierran en función de las dinámicas y las necesidades de cada familia. En una segunda instancia, surgen espacialidades y mecanismos funcionales que terminan por configurar un espacio doméstico de límites difusos, dinámicos y en constante proceso de actualización.
Dibujo 05. La casa como un espacio de sombra.
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Dibujo 06. La casa como un espacio de sombra dinámico y configurable, capaz de ser construido en etapas.
Por otra parte, las casas de ladrillo, las viviendas sociales que se construyen para la población wichí de la mano del Estado, de ninguna manera reemplazan a las casas realizadas con antiguas técnicas constructivas ni a los hábitos y espacios domésticos tradicionales. Conviven, se relacionan, se van lentamente asimilando y se incluyen dentro del conjunto de los espacios habitables.
Imagen 62. Vivienda de Plan Social incorporada al tejido de una unidad domestica wichi (María Cristina, Formosa).
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Tanto para los wichís como para los criollos, la vivienda de ladrillo y techo de chapa es un símbolo de estatus y de cierto ascenso social. Y hasta aquí llega su significación, pues no tiene la vivienda más valor que el de un espacio de resguardo y cobijo ante las inclemencias climáticas. La casa no es, un valor a considerar. No se invierte en ella, pues en el monte no existe el mercado de la vivienda. Las casas no se cotizan, no se compran ni se venden, por tanto no hay manera de que sus habitantes la vean como un valor o intenten mejorarla para agregarle cuantía. En cambio, sí es posible verificar que el desarrollo de iniciativas de construcción de viviendas sociales o de viviendas en general, actúa como dinamizador del mercado de trabajo. Las personas se entusiasman más con la posibilidad de generar ingresos gracias a un empleo dentro de un marco de construcción de viviendas que con la vivienda en sí. La evidente fragilidad del escenario económico de la zona, donde la actividad privada es prácticamente nula y los ingresos provienen del Estado, acentúa esta condición de empleabilidad asociada a proyectos de construcción de vivienda. Es importante destacar también que las construcciones realizadas en materiales industrializados impuestos desde contextos urbanos, son viables en su mayor medida solo desde el asistencialismo social, ya que sus costos no se condicen con los recursos de las economías campesinas de subsistencia. Al no contemplarse los saberes y prácticas locales vinculados a los recursos disponibles, las posibilidades de apropiación, mantenimiento y reproducción de estos sistemas son limitadas. Se marcan distancias que generan falsos anhelos, introduciéndose valores de apreciación económica y material que les son ajenos. Lejos de estos supuestos, la búsqueda de tecnologías apropiadas podría suponer soluciones que introduzcan mejorías afines a los valores vernáculos, permitiendo formas de apropiación y reproducciones efectivas por parte de la población local. Otra condición relevada que aparece como particularidad a considerar especialmente en esta región, son las distancias y las dificultades de accesibilidad. Los poblados de María Cristina y El Quebracho están lejanos, y se accede a ellos sólo en vehículos adecuados, debido a lo agreste de los caminos de piedra y arena. No hay transporte ni público ni privado que recorra esos caminos y distancias (3 horas para llegar hasta María Cristina y hora y media para llegar a El Quebracho). Esta situación no es menor a la hora de planificar y desarrollar un proyecto habitacional que movilice recursos, materiales y personas. La accesibilidad de por sí difícil, se complejiza al considerarse la época de lluvias y las crecidas del Río Pilcomayo, sobre todo en María Cristina. Si bien El Quebracho se encuentra relativamente más cercano, debe tenerse en cuenta que las familias criollas están dispersas en el monte, de acuerdo a las necesidades productivas de su actividad ganadera, y tal dispersión dificulta su identificación, comunicación y acceso, si se propone realizar mejoras en sus viviendas. Otro factor muy importante a considerar es el acceso al agua, recurso escaso en esta región, que mantiene su rol protagónico como motor para el desempeño de las comunidades del semiárido chaqueño. Antiguamente frente a territorios amplios, la movilidad en busca de agua se presentaba como articulador de las dinámicas sociales y económicas. Hoy, con territorios limitados, los mecanismos de captación y distribución surgen como el eje a partir del cual se articulan los principales objetivos para el desarrollo. Vale mencionar que muchas de las familias visitadas manifiestan que “el problema del agua” es su principal preocupación. En este contexto, para la implementación de cualquier proyecto habitacional, debe tenerse especialmente en cuenta que la escasez o disponibilidad del recurso condicionará muchas de las actividades a realizar, atendiendo que en época de sequía, el acceso a agua para uso doméstico y mantenimiento del ganado, resultará la principal problemática, acaparando la atención de las personas y definiendo sus prioridades. Un aspecto positivo para el desarrollo de un proyecto de mejoramiento habitacional, es el paulatino proceso de regularización territorial que se viene desarrollando en la zona y por el cual tanto los criollos como los wichí son Página | 88
propietarios de sus tierras. En modalidades diferentes, ya que los pueblos originarios poseen la propiedad colectiva sobre la tierra, en tanto que la familia criolla es dueña de su parcela individual. Esta situación que convive- no sin tensiones - colabora al mismo tiempo con el proceso de sedentarización de las comunidades y las familias, avizorando un futuro en donde todo lo que concierne al hábitat y el espacio de vivienda vaya surgiendo como problemática y como necesidad. Los procesos de cambio acelerado que vive la región se manifiestan en el desarrollo de infraestructura básica como red de agua (en María Cristina), electricidad y conectividad vía satélite para las comunicaciones (en Lote 8) y el nuevo acueducto en la región del impenetrable chaqueño. Tanto la mayor presencia de escuelas y hospitales públicos como la circulación de dinero resultado de las políticas sociales, han comenzado a cambiar la fisonomía del monte y las prácticas de sus habitantes sean criollos o wichí. Este proceso puede materializarse en algunos dichos de los entrevistados y en observaciones que denotan momentos de transición, donde conviven las viejas formas de habitar y de pensar el espacio doméstico junto a una incipiente percepción que muestra que el espacio para vivir es también un lugar de resguardo que debe contar con algunas mínimas comodidades y que debe garantizar ciertas condiciones de higiene. Otra dimensión relevante es la capacidad asociativa y organizativa, que en el caso de El Quebracho es su mayor fortaleza. La Asociación AQPeProa cuenta con sólidas prácticas para el trabajo conjunto, la toma de decisiones colectiva y el desarrollo de espacios de participación sostenidos. De igual forma, poseen experiencia en la implementación de proyectos, en el manejo de dinero y en el acceso al crédito y su posterior devolución. Todas capacidades que se vinculan a la dimensión productiva de la población criolla pero que podrían considerarse como una base de experiencias a transferir a otras iniciativas, entre ellas la habitacional. Por su parte, los wichí también están muy bien organizados, responden a la autoridad de un líder y desarrollan desde siempre prácticas participativas e igualitarias en sus comunidades.
6.2. Recomendaciones de diseño y constructivas Teniendo en cuenta los tres ejes de intervención sobre los que trabajará HPHA en esta región en base a los cuales se articula este diagnóstico, y como recomendación a partir de las observaciones presentadas en los distintos capítulos de este informe, se señalan a continuación distintas cuestiones que se considera deberían incorporarse según la escala y alcance de cada intervención, tanto en la propuesta de diseño para techos colectores de agua de lluvia, como en la propuesta de mejoras en vivienda y en la construcción de un nuevo Centro Nanum. Estas recomendaciones se resumen a continuación: 1. Promover diseños y tecnologías que incorporen y destaquen las visiones y realidades locales. En el marco de un proceso participativo amplio, se considera de gran importancia trabajar en la búsqueda de ideas y soluciones que respondan a las prioridades, deseos y necesidades reales de la población para quien estarán destinados. En todos los grupos sociales y para tipologías de edificios muy diversos, sucede que las respuestas de diseño responden más un ideario externo y uniforme con repertorios y modelos que no le son propios, sino que surgen a partir de imágenes generalizadas por los medios masivos de comunicación de una cultura dominante. Esta situación se amplía también a los profesionales a cargo del diseño y construcción de edificios, lo que complejiza aun más la posibilidad de encontrar y valorar respuestas propias y adecuadas.
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Dentro de este contexto general, es relevante profundizar en preguntas como:“¿cuál es mi vivienda ideal?” o “¿Cómo me gustaría fuera el centro comunitario?”, ya que la búsqueda de respuestas debería hacer hincapié en el reconocimiento de las necesidades y prioridades reales tanto en el uso y distribución de espacios, como en la elección de materiales o la localización de edificios. Este es un trabajo complejo, que requiere entender la fuerte influencia que imaginarios de modos de vida urbanos o suburbanos residenciales, asociados a un mayor estatus o prestigio social y económico tiene sobre la población, y llevan a considerar como prioritarios y necesarios aspectos de la vivienda que no se relacionan con los modos de vida, clima y culturas locales. Es importante reconocer esta influencia en la toma de decisiones, especialmente si repercute en las condiciones de salud, confort o economía de sus habitantes en un contexto rural aislado. Vale destacar que algunos de los proyectos de vivienda social presentados en el capítulo 3, muestran que a pesar de esta fuerte influencia externa, la comunidad wichí a podido manifestar sus diferencias respecto de los modelos tradicionales de vivienda social, pidiendo se incorporen por ejemplo, puertas de mayores dimensiones, fogón al exterior y otros detalles particulares. Este tipo de reconocimiento debería ser potenciado, registrado y ampliado. 2. Priorizar diseños que permitan la construcción en etapas y con crecimiento futuro. La etapabilidad es característica en la construcción de las casas del chaco semiárido: Se empieza construyendo un techo que garantice condiciones mínimas de confort y sombra, y en posteriores etapas se irán realizando cerramientos y ampliaciones en función de las necesidades y posibilidades de la familia que habita ese espacio doméstico. Considerar y responder a esta evolución favorece la flexibilidad, la adecuación y en definitiva la real apropiación de los usuarios con el proyecto.
Dibujo 07. Etapas de crecimiento y posibilidades de configuración de una unidad domestica bajo una cubierta de 55m².
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3. Diseñar espacios exteriores y edificios con criterios bioclimáticos adaptados a condiciones rurales en una región cálida y seca Si como ya se mencionó reiteradamente en este informe, la vivienda en esta región es fundamentalmente un techo para soportar la incidencia del sol, y protegerse de los vientos secos y calientes, el clima será un factor fundamental a tener en cuenta en el diseño de espacios para uso doméstico.
Dibujo 8. Criterios bioclimáticos para espacios domésticos en climas cálidos y secos.
Las estrategias de diseño bioclimático esenciales en este contexto son la protección solar, tanto para generar espacios exteriores o semi exteriores en sombra, como para proteger de la radiación directa muros y aberturas. El aislamiento térmico, especialmente de las superficies de techos y muros al oeste. La inercia térmica, que se logra utilizando muros de gran espesor realizados en materiales pesados que amortiguan el paso del calor,y la protección de los vientos secos y con polvo de orientación norte y sur, especialmente en los espacios exteriores y semi exteriores. El enfriamiento evaporativo, también podría ser una estrategia a explorar, analizando la potencial disponibilidad de agua o vegetación para favorecerla. 4. Brindar respuestas a problemáticas relacionadas con la higiene y la sanidad en el uso del espacio doméstico, En este sentido es importante pensar propuestas de organización espacial especialmente en funciones relacionadas con la cocción, preparado y guardado de alimentos y agua, y con la zona de letrinas o baños. El espacio para preparado de alimentos debería contar con superficies de apoyo sencillas de limpiar, mesadas, estantes u otros espacios para guardado de enceres de cocina fuera del alcance de animales e insectos, próximo al fogón y a fuentes de agua. El espacio para el fogón, además de mantener su rol protagónico como punto de encuentro y socialización, debería estar correctamente pensado para garantizar su ventilación evitando los humos intra-domiciliarios causantes de distintas factores de intoxicación.
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El espacio de baño o letrina también debería ser estudiado en detalle, y en conjunto con los beneficiarios, especialmente las mujeres, buscando soluciones que favorezcan condiciones de higiene, ya sea utilizando sistemas secos o tradicionales. Considerar la incorporación de piletas para el lavado de manos y duchas con sistema de colectores solares para el invierno. Estas zonas destinadas a la higiene personal podrían estar separadas de las zonas de inodoros, y en ambos casos contar con pisos de material fácil de limpiar y bajo mantenimiento. 5. Incluir y favorecer el uso de materiales y técnicas de construcción locales. Utilizando los materiales del monte y los conocimientos de los actores sociales involucrados. La resignificación y validación de los sistemas vernáculos mediante tecnologías apropiadas, podría suponer un aporte para revertir la estigmatización que los materiales naturales sufren en comparación con los materiales industrializados 6. Promover tecnologías apropiadas para entornos rurales aislados en regiones cálidas y secas. Estas tecnologías deberían estar principalmente relacionadas con el manejo de agua, como por ejemplo la reutilización de las aguas grises, la captación de agua de lluvia, el uso de baños secos. También sería significativo el aprovechamiento de la energía solar con objetivos diversos como la cocción de alimentos, el calentamiento de agua o la generación de energía eléctrica. En este sentido se recomienda el intercambio con otras organizaciones locales, regionales o internacionales que cuentan con experiencia en este tipo de tecnologías en contextos similares. La correcta implementación de respuestas tecnológicas pertinentes y sustentables, aportaría a una notable mejora en la calidad de vida y confort de estas poblaciones, aproximando a la unidad doméstica a un “sistema de cosecha”: cosecha de energía (solar térmica y fotovoltaica), cosecha de agua (techos y tanque cisterna), cosecha de abono (corrales para animales y residuos orgánicos), cosecha de alimentos (invernaderos de sombra y huertas), etc.
Dibujo 09. La unidad domestica como soporte de tecnologías: 1- Energía solar / 2- Sistemas para el confort térmico / 3- Reutilización de residuos orgánicos para compost / 4- Cosecha de agua / 5- Huerta / 6- Reciclado / 7- Espacios para forestación / 8 – Invernaderos de sombra y galerías / 9- Cría de animales domésticos para alimentos y abono / 10- espacios para guardado de herramientas / Etc.
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7. Garantizar entornos domésticos que eviten la presencia de insectos transmisores de enfermedades. En el campo del control de enfermedades será fundamental proponer construcciones con terminaciones lisas, que impidan el anidamiento de la vinchuca, insecto vector de la enfermedad de Chagas Mazza, como también de arañas u otros insectos. Recordamos que estos animales pueden anidar en cualquier material que presente grietas o fisuras. Por este motivo, el proyecto supone una oportunidad, para promover y difundir mejoras en las técnicas de ejecución y terminación de muros, techos y cielorrasos y “reivindicar” los sistemas naturales que utilizan tierra o barro, superando la estigmatización que actualmente sufren, considerando que los materiales industriales no garantizan necesariamente una ventaja sobre los materiales naturales en términos de salud. 8. En el campo de la capacitación y el desarrollo económico, proponer diseños, materiales o sistemas constructivos que puedan replicarse. De esta manera, será posible generar nuevos micro emprendimientos productivos o comerciales. Ya sea para la fabricación de un elementos o componentes constructivos (por ejemplo un bloque aislante térmico, canaletas para la recolección de agua de lluvia, etc.), como para la puesta en práctica de nuevas tecnologías (sistemas de tratamiento o purificación de agua, generación de energía, etc. o de provisión de servicios (instaladores, carpinteros, techistas, etc.)
Dibujo10. Estrategias posibles de mejoramiento de unidades domésticas a partir de la incorporación de dispositivos tecnológicos: 1- Edificio existente y galería / 2- dispositivo tecnológico / 3- ampliación / 4- Tanque cisterna para captación de agua / 5- Prototipo de baños secos con espacios para el aseo / 6- Invernadero de sombra / 7- Huerta / 8- Espacios para guardado / 9- Sectores para forestación, etc.
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Se recomienda especialmente acompañar el desarrollo de estas propuestas con tareas pedagógicas y participativas que busquen la apropiación de este centro comunitario desde el inicio, teniendo en cuenta ambas poblaciones (criollos y wichí), evidenciando desde el comienzo la importancia del espacio que se conforma y su función (aprendizajes, posibilidades de inserción y desarrollo). Incorporar también una mirada intergeneracional y colocar a los jóvenes como actores clave en la transición socio cultural que viven estas comunidades en la actualidad y que puede verse reflejada en las decisiones que se tomen respecto de este nuevo centro comunitario. Para finalizar este capítulo y también este informe, quisiéramos destacar la importancia de los procesos participativos y de apropiación de este tipo de proyectos, con una cita de John F. Turner que resulta muy clara a propósito de esta cuestión: “Cuando los habitantes controlan las decisiones más importantes y son libres para poder contribuir en la proyección, en la construcción y en la dirección de sus casas, el proceso global y el ambiente que nacen de esta experiencia estimulan el bienestar individual y social. Cuando el pueblo ya no tiene control ni responsabilidad en las elecciones decisivas del proyecto, el ambiente residencial se convierte, en cambio en un obstáculo para la realización personal y en un peso para la economía”.
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