Santiago de Chile, 19 de febrero de 2018.- Prot. S.P. 016 / 2018.- A todos los Colaboradores de la Provincia en sus propias Sedes Presente. Queridos Colaboradores: Comienzo este mensaje expresando una acción de gracias a Dios por una persona concreta: San Juan de Dios; y por el valor fundamental de nuestra filosofía: l a hospitalidad. La Orden Hospitalaria, presente en nuestra Provincia Sudamericana Meridional "San Juan de Avila", desea en el siglo XXI, continuar siendo fiel al espíritu y legado de Hospitalidad recibido de nuestro Fundador. Hace pocos días concluyó la celebración del capítulo regional realizado en Colombia. Este encuentro tuvo como finalidad evaluar las acciones realizadas entre los años 2014-2017; tomar decisiones fundamentales para el futuro de la Orden en Latinoamérica y el Caribe; y además, fue el tiempo para elegir a los hermanos que se ocuparán de animar la vida de las comunidades religiosas, y la gestión de los centros en la región. Durante este período de dos años, los Hermanos de la provincia me confiaron ejercer el servicio de Superior Provincial. Son colaboradores: Cada uno de ustedes, por diferentes caminos comenzó a ser parte de la institución, motivado seguramente por la intención del desarrollo de sus cualidades, de su profesión; y seguramente con la finalidad de prestar un servicio a quien sufre. Muchos, además del trabajo cotidiano, tienen la responsabilidad de la familia o de personas que tienen a su cuidado, con las cuales, seguro comparten alegrías, pero también, en ocasiones tristezas y dificultades; y junto a todas esas experiencias eligen cada día llegar al centro hospitalario para asistir y colaborar con personas que sufren. Quiero agradecer la entrega generosa que hacen diariamente, porque para estar presentes en el mundo de dolor, a la base de cada intención, me animo a afirmar, existe una genuina vocación de servicio. En esa motivación se manifiesta la presencia de Dios, aunque a veces, no lo visualicemos del todo. Poco a poco, a través de los espacios de inducción, en la celebración de la fiesta de San Juan de Dios y en diversas actividades, ustedes fueron conociendo a la Orden Hospitalaria. Hoy nos encontramos en un momento histórico en el cual todos tenemos que profundizar en este conocimiento y en el sentido de pertenencia a nuestra Orden. Todos ustedes son
muy valiosos, son parte fundamental, junto a mis hermanos religiosos, de la familia hospitalaria; por ello quiero dedicarles las siguientes palabras. En nuestra organización "la presencia de voluntarios, trabajadores, bienhechores y otras personas que se vinculan de algún modo a nuestra institución reciben el nombre de colaboradores" (EG n° 21). ¡Ustedes son colaboradores!; colaboradores, que al ser parte de nuestras obras apostólicas aceptan poner al servicio de los que sufren sus valores profesionales, sus dones y capacidades desde la filosofía de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Por eso quiero recordar que la tarea de asistencia, gestión, comunicación y toda acción que realizamos nunca es neutra, ella debe orientarse desde los principios y valores que fundamentan nuestra razón de ser como institución de la Iglesia Católica. Para nosotros tener presente la referencia esencial a la Iglesia es fundamental. "Esta característica nos compromete de un modo singular, a observar y defender los principios evangélicos, la doctrina social de la Iglesia y las normas referentes a los derechos humanos" (EG n° 49). Me permito recordar el primer principio de nuestra filosofía que continuamente deberemos aplicar en nuestros planes y tareas cotidianas: Afirmamos que el centro de interés es la persona asistida (EG n° 50) Procurar conservar y hacer crecer este principio en el encuentro con cada persona y de modo particular con la persona que sufre junto al desarrollo de calidad en las acciones técnicas, es expresión concreta de fidelidad a la misión heredada de San Juan de Dios. En esto consiste, en gran parte, hacer nuestro trabajo bien hecho. Nuestro Fundador, percibió en la acogida cordial a toda persona y de modo particular a los enfermos la clave para hacer presente la misión encomendada por Dios. Entendió que esa obra exigía la participación de muchos, además, armonizar la técnica y la humanización. En la historia de la Orden el trabajo en equipo es una modalidad necesaria, el cual quiero seguir impulsando en todos nosotros haciendo memoria de un principio de nuestros Estatutos Generales: "Promovemos una asistencia integral, basada en el trabajo en equipo y en el adecuado equilibrio entre la técnica y la humanización en las relaciones terapéuticas" (EG n° 50) Todos nosotros, hermanos y colaboradores somos parte de la Orden, somos la familia hospitalaria. Estamos transitando un cambio de época que nos exige conservar y hacer crecer la hospitalidad en este siglo. Para esto es necesario proyectar el futuro desde el presente, teniendo en cuenta todo lo positivo del pasado heredado; y proyectar el futuro desde la reflexión y la actualización constante para hacer concretos nuestros principios y valores. Para esto, considero necesario, seguir promoviendo la Escuela de Hospitalidad y todos los espacios de estudio, jornadas científicas, encuentros de reflexión y capacitación.
A quienes se les confía el servicio de la gerencia y diversas direcciones, les pido que fomenten y establezcan tiempos bien planificados para la formación con el fin de profundizar en temas técnicos, y también en contenidos referidos a nuestra filosofía y espiritualidad, la apertura al diálogo entre nosotros, la comunicación asertiva, la búsqueda constante de consensos y la promoción de la concordia. Consolidar estas notas nos permitirá conservar y acrecentar en cada casa no solo un centro asistencial, sino un centro de la Orden Hospitalaria. Quiero finalizar estas palabras enviándoles un abrazo fraterno, y les pido que hagan extensivo este saludo a todos sus familiares y seres queridos. Le confío a La Virgen María y San Juan de Dios el servicio que cada uno de ustedes realiza diariamente en nuestros centros hospitalarios. Fraternalmente,
Hno. Erik Castillo Superior Provincial