EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N° 1021-CHICLAYO, 19 DE ABRIL DE 2019-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
SEMANA SANTA En estos últimos tiempos, lamentablemente nuestro querido país, viene viviendo en un mundo sacudido por grandes movimientos violentos de tipo social, político, en busca de mejores condiciones de vida de muchas regiones del país, amén de la oleada de huelgas y paros que se anuncian y que va a empeorar, aún más, nuestra precaria situación económica de la mayoría de nuestros compatriotas. La pregunta es ¿qué está sucediendo en el país? Estamos viviendo la Semana Santa, ojalá que nos haya servido para reflexionar, analizar, pensar, en cómo vamos caminando en el lugar que nos ha tocado vivir a cada uno de nosotros, como padres de familia, como hijos, como autoridades, líderes, políticos, gobernantes, congresistas, jueces y fiscales. Hoy Viernes Santo es un día especial para todos los que nos sentimos católicos, Hijos de Dios. La muerte de Jesucristo, de ese Hombre que muere en una cruz y da su vida por todos nosotros, es el fiel reflejo de su inmenso amor que nos tuvo, que nos tiene y nos seguirá teniendo a cada uno de sus hijos, sin embargo, da la sensación, que más lo estamos crucificando con nuestros malos actos, odios y venganzas. ¿No será acaso que cada vez nos estamos apartando más del Rey de Reyes? Se inició la Semana Santa con la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén, entre cánticos, ramos y coreando al Rey de Reyes, luego de permanecer orando y rezando durante cuarenta días y cuarenta noches en el Huerto de los Olivos por toda la humanidad, por ti y por mí, porque Jesús se preparaba para su pasión, muerte y resurrección, resurrección gloriosa que sucedió al tercer día, el Domingo de Pascua de Resurrección y que lo viviremos éste domingo 21, día grande para todos los que creemos en el Señor. Me pregunto ¿qué hubiera pasado si Jesús no hubiera resucitado como lo venía anunciando? Hubiera sido todo una farsa, un engaño para sus seguidores, sin embargo, resucitó y venció a la muerte, vive entre nosotros para gloria y misericordia de su Padre, y para los miles y millones de seguidores en el mundo entero. Lo que hemos vivido cada día en ésta Semana Santa, no ha sido un cuento, una historia, una fábula, ha sido vivir día a día lo que vivió, sufrió y lloró Jesús en la tierra, como hombre, como hijo de María, su Madre, quien la vio morir clavado en una cruz hasta derramar la última gota de sangre que, ninguna madre ha visto morir así a su hijo, sin embargo, la Santísima Virgen María lo hizo, lo acompañó, lo sepultó y lo vio resucitar a su hijo amado, dándonos ejemplo del verdadero amor de una Madre para con su hijo y para todos sus hijos que lo queremos, lo amamos y lo añoramos porque siempre está con nosotros en cada instante de nuestras vidas. El Lunes Santo María untaba los pies con perfume a Jesús y Judas lo recrimina. El Martes Santo Jesús anunciaba la traición de uno de los doce de sus discípulos y la negación de Pedro. Miércoles Santo Jesús confirmaba la traición de Judas Iscariote. Jueves Santo Jesús instituyó la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Hoy Viernes Santo es la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo. Mañana Sábado Santo esperaremos en la Vigilia Pascual la resurrección del Señor, y el Domingo de Pascua Jesús volverá a triunfar sobre la muerte. Jesucristo resucitará. ¡Aleluya, aleluya! Resucitemos también nosotros de nuestro retardo, de nuestros egoísmos, de nuestras ambiciones personales, de nuestros deseos y apetitos de poder, seamos más humanos, más solidarios, más peruanos, el país no puede seguir dividido con revanchismos descontrolados que a nada nos conduce. Venganzas políticas no, por favor. ¿Qué ejemplo estamos dejando a las nuevas generaciones? Esto es lo que nos preocupa los que venimos trabajando, de una u otra manera, con esos futuros de la patria. Dejémosles un país digno y viable. ¡Que sea ésta Semana Santa la partida de un Nuevo Perú! EL DIRECTOR