EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1065-CHICLAYO, 27 DE SETIEMBRE DE 2019-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL ¡LA TIERRA QUE ME VIO NACER, ESTÁ DE FIESTA!
Todos hemos venido a este mundo, gracias al amor de nuestros padres y en un lugar determinado de este planeta. Unos en el viejo mundo, otros en éste nuevo continente, América, que era apreciado desde tiempos remotos por sus encantos y riquezas por los del viejo continente, que no pararon de saquearlo, hasta que, nuestros mismos lugareños se dieron cuenta del abuso y atrocidades que hacían los fanáticos conquistadores, con lo nuestro y con todos nuestros antepasados. Suerte nuestra que muchos de nuestros pueblos americanos la defendieron y lucharon por lograr la paz y el destino libre de todas las naciones de nuestro entorno. Con el transcurrir de los siglos, los pueblos de américa buscaban sus propios destinos, y nuestro querido Perú, también lucho, indesmayablemente, por buscar su propia soberanía y territorio que, con el correr de los años, iba perdiendo territorio y territorio, hasta llegar a lo que ahora somos y que, toca a todos los peruanos defenderla con todo el sentimiento patrio. Dentro de este largo y hermoso Perú, se encuentra la región de Cajamarca y dentro de Cajamarca la Provincia de Santa Cruz de Succhabamba, tierra que me vio nacer. Succha, que significa carrizo y Bamba, pampa. Pampa de carrizos, sugestivo nombre que le pusieron los que lo fundaron gracias a esa cruz que encontraron en una pampa de carrizos. Dios nos hizo ese milagro para que fuera su hijo nuestro “SEÑOR DEL COSTADO” el Patrón del pueblo que me vio nacer y guiados siempre por nuestro “CANILLÓN EL SEÑOR DEL COSTADO” que con amor lo mentamos en los momentos difíciles de nuestras vidas y le pedimos clemencia por toda nuestra Provincia. Precisamente este Veinte Ocho de Setiembre es la FIESTA GRANDE Y CENTRAL DEL SEÑOR DEL COSTADO, donde estarán haciéndose presentes todos sus hijos que, por uno u otra razón, se apartaron de la tierra que los vio nacer, como el suscrito, para que, junto con los que aún permanecen fieles guardianes de nuestro querido pueblo de Santa Cruz, rendirle culto a nuestro Santo Patrón que nos mira con sus ojos de piedad y en su faz está el reflejo de la fe que le tenemos. Allí nos estará mostrando, una vez más, su candoroso costado, herido por nuestras culpas; allí está virtiendo la sangre de esa fuente de la vida el agua más cristiana de pureza consagrada para lavar esa mancha que pesa sobre nosotros. Previo a la Fiesta Grande y Central del Señor del Costado, se realiza su clásico novenario infaltable donde, cada noche de novena, es una fiesta en la casa del novenante de turno con bombos y platillos; las familias cruceñas se preparan para recibir a los invitados; las casas se adornan y se pintan para dar la bienvenida a todos los visitantes. En la víspera de la fiesta central a las seis de la mañana se realiza el albazo donde la banda toca una sugestiva diana y al unísono se escucha el tañir de las campanas y el traqueteo de los cohetes, a la una de la tarde se hace la reseña con campanas, banda y cohetes; y por la noche es la gran retreta que dura hasta las doce de la noche, momento que se queman los monumentales castillos que es clásico de la noche y finaliza la noche con la tradicional Fiesta Social Bailable 28 de setiembre, día central de la fiesta, a las seis de la mañana se realiza el albazo saludando a este día con todo el alborozo, a las diez de la mañana la Santa Misa y luego viene la procesión del “Señor del Costado” por las principales calles cruceñas, y la fiesta continúa por varios días con diferentes actividades sociales, deportivas, culturales, taurinas, recuerdos que jamás olvidaremos. Va esta nota con todo el sentimiento que me embarga, en este momento, a la tierra que me vio nacer que está de fiesta y que, el “CANILLÓN SEÑOR DEL COSTADO”, me perdone por mi ausencia. EL DIRECTOR