EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1069-CHICLAYO, 11 DE OCTUBRE DE 2019-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡PRUDENCIA CON EL PAÍS! ¿Quién no recuerda que cuando éramos pequeños las primeras palabras que aprendimos fueron de nuestra Madre? Y cuando poco a poco íbamos creciendo y tratando de dar esos pasos firmes, era siempre la Madre que nos recomendaba: “Hijo, pórtate bien; hijo, saluda a las personas mayores; no cojas las cosas de los demás; sé sencillo, humilde, prudente y servicial con las personas que necesitan de ti. Eran los primeros brotes y sabias enseñanzas que venían del hogar, de la familia, de la Madre, valores que, hasta hoy, usted y yo, lo podemos recordar con mucha pasión y cariño. Pues las primeras buenas enseñanzas venían de la casa, no fueron de la escuela, del colegio, aunque en tiempos de nuestra chiquititud, hemos tenido la suerte de que muchos de nuestros maestros y maestras, de esos buenos tiempos que no volverán, complementaban lo que habíamos aprendido o aconsejado en nuestros hogares, que usted seguramente lo recordará, y eso que, muchos de nuestros maestros y maestras, no habían pisado una universidad o centro superior, su labor de maestro era con vocación, como para quitarse el sombrero. Hoy los tiempos han cambiado exageradamente que nos da mucho miedo lo que pasará en el futuro. Hogares destruidos; hijos abandonados a su suerte; muchas escuelas y colegios dando la sensación de que fueran aldeas infantiles que llegan sólo para ser cuidados por sus profesores, sin mística, sin vocación de servicio, sin prepararlos para la vida que es lo fundamental para el futuro de nuestros niños y niñas. Por eso vemos que, sus resultados en educación a nivel nacional son alarmantes comparándolo con otros países vecino. Esa Madre abnegada de ayer preocupada por sus hijos enseñándoles los primeros modales y valores de vida, o esos maestros y maestras que sin ser profesiones se entregaban con una increíble vocación de servicio a los más pequeños de nuestras comunidades, en esas buenas épocas pasadas, lamentablemente, ha quedado en el olvido, en el recuerdo, y las consecuencias hoy en día, son preocupantes. A este triste panorama se suma lo que viene ocurriendo en las más altas esferas políticas del país, nunca antes visto, que no podemos ser indiferentes a ésta triste realidad, porque nos encontramos inmersos caminando junto con la niñez y juventud peruana, desde hace más de medio siglo, inculcándoles esos valores eternos de la humanidad año tras año, y que al ver nuestros niños y jóvenes lo que viene ocurriendo con los Poderes del Estado, no es sino, un gravísimo y mal ejemplo para todo éste ejército de futuros ciudadanos de nuestro país. Ya les dieron la mala imagen, ya les dieron el mal ejemplo de poder, odio, resentimiento, orgullo, la pregunta es ¿Qué pensarán nuestros niños y jóvenes hoy? Segurísimo ser, mañana más tarde, igual que ellos, ser político y cometer los mismos errores. El espectáculo no queda allí. El circo de media caña recién ha empezado y tienen para rato. Lo cierto es que el país se ha dividido, y esto es lo más grave. Las dos facciones se dicen de todo sin importarles lo que dicen o lo que hacen. Sin embargo, la triste imagen del país, sigue recorriendo por todo el mundo. Nuevamente la pregunta ¿Quiénes son los que más sufren con este nuevo número del circo? ¿Acaso no son los más pobres y los desfavorecidos quienes más sufren las consecuencias de esta crisis? La verdad que Dios nos tenga confesados y que el Señor de los Milagros que viene recorriendo las calles de Lima, los ampare y los perdone. No estamos a favor ni en contra de lo ocurrido con el Congreso, lo único que nos anima con éste humilde comentario, es reflexionar sobre lo que viene ocurriendo con esta crisis. Nuestros pueblos necesitan de sus políticos para hacerlos desarrollar. Nuestros niños y jóvenes necesitan buenos ejemplos de sus políticos para salir adelante, por eso con justicia reclaman tener prudencia con lo que se viene haciendo con el país. EL DIRECTOR