EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1085-CHICLAYO, 06 DE DICIEMBRE DE 2019-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡ÚLTIMO MES DEL AÑO 2019! Alegría para los millones de niños en el mundo entero que llega su regalo, su juguete, su encanto de niño. Muchas cartas seguramente que comenzarán a escribir a Papá Noel, en su inocencia, como muchos de nosotros también lo hemos hecho, en su oportunidad, pidiéndole el regalo de nuestra preferencia. De repente a muchos les llegó o les llegará, y ha, muchos otros, de repente han tenido que esperar o esperarán muchos años más. Eso depende o ha dependido de la economía de cada uno de nuestros hogares. Pero lo cierto es que llegó diciembre último mes del año y mes de la Navidad. Tristeza y preocupación para los adultos, en especial, para nuestros hermanos que han caminado y trajinado mucho en su vida, y ven con mucha nostalgia, un año más que se les va. Tristeza para los hombres de negocio que tendrán que hacer sus balances de fin de año. Angustia y desesperación para los padres de familia que recibirán las múltiples cartas que harán sus hijos a Papa Noel, y harán malabares para resolverles sus deseos. Alegría y tristeza para los miles de niños y jóvenes que culminan su año escolar. Dolor y angustia de muchas familias humildes que tienen a sus seres queridos enfermos en cama y hasta desahuciados, al ver que, otro año más de les va, sin saber cómo aliviar sus dolencias y sufrimientos. Encrucijada de miles de jóvenes que terminarán su educación secundaria, en el presente año, y no podrán seguir con sus sueños de ser, algún día, profesionales o un buen técnico, orgullo para ellos y de sus padres por falta de recursos económicos. Algarabía para los políticos que iniciarán su campaña por una curul en el Congreso de la República, engañando a los incautos votantes con una migaja de pan. Mes tormentoso. Mes movido y lleno de un sin número de eventos y actividades que todo el mundo anda con una desesperación única, pensando en los regalos, en el pavo, en la cena de navidad. Mes que se ha convertido en un tiempo netamente comercial, donde todos los centros comerciales, hacen su agosto. Ese es, en definitiva, el ambiente en que nos movemos hoy en día. ¿Ese es, en realidad, el ambiente en que nos tenemos que mover Usted y yo, en este último mes del año? ¿No es acaso un mes en que tenemos que hacer un stop en nuestras vidas para pensar y reflexionar sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer a lo largo de todo este año? Antes de pensar en los regalos fabulosos para nuestros hijos, en esa cena navideña ostentosa, pensemos en esos niños que no tendrán un juguete en esta Navidad. En esas familias que no cenarán en esta Navidad. En esos miles de enfermos postrados en su lecho de dolor en esta Navidad, y alrededor de ellos, sus familiares que miran, no a un Pesebre de Belén, sino a un cuadro desgarrador de su ser querido. Podrá entonces ¿Cambiar el sentido comercial de este mes, por algo más profundo y sublime y que tenga sentido para nuestras vidas, como es la Navidad? ¡No somos nadie para cambiar el rumbo de sus vidas! ¡No queremos asemejarnos a esos hombres y mujeres que sí viven su fe cristiana, y aún menos a esos hombres y mujeres que llegaron a la santidad! Somos conscientes que nos encontramos muy lejos de ellos, pero queremos cambiar el rumbo de nuestra vida y ayudar a usted, si lo permite, a reflexionar y pensar cómo nos estamos preparando para una nueva llegada de Jesús. “Ven Señor y no tardes”. Es este un tiempo para hacer con especial finura un examen de nuestra conciencia y de mejorar nuestra pureza interior para recibir a Dios en esta Navidad. Nos encontramos en el Adviento o tiempo de preparación para celebrar la Navidad. Adviento que se inició el primer domingo de este mes y culmina el domingo 22 que, además, se encuentra en el comienzo del Año Litúrgico católico. ¿Acaso no vale la pena enrumbarnos en nuevos caminos para nuestras vidas? Usted y solo usted, tiene el derecho de hacerlo o no hacerlo. EL DIRECTOR