EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1107-CHICLAYO, 21 DE FEBRERO DE 2020-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
NATALICIO DE BADEN POWELL Quienes pertenecen a la historia son aquellos que descansan sobre el pedestal de su obra. Baden Powell se alza sobre un pedestal que en el tiempo se acrecienta: los millones de hombres que adiestró y sigue adiestrando para la humanidad. A los ciento sesenta y tres años del nacimiento del fundador del Movimiento Scout, Baden Powell, que nació un veintidós de febrero y que mañana lo recordaremos con mucha nostalgia y cariño, ya no podemos hablar de una pedagogía moderna, sin tener que mencionar al educador Baden Powell. Así lo entendieron Hovre y Bovet de Francia, Larroyo de México, Luzuriaga en Argentina y otros. Para la obra de Baden Powell es preciso crear un capitulo aparte en las pedagogías, el capitulo de la Escuela Integral, porque el escultismo es una escuela activa de la personalidad, con centros de interés, con bases psicológicas y con proyección sociológica. Los que hemos seguido paso a paso a través de más de medio siglo firmes y leales en el escultismo, estamos convencidos del valor educativo del Movimiento Scout. Muy pocas instituciones en el mundo ofrecen tanto en cuanto a propósitos educativos y no sé si alguna pudiera esgrimir algo comparable a su activo y holístico método. En efecto, contribuir a la educación de los jóvenes para que participen en la construcción de un mundo mejor donde las personas se desarrollen plenamente y jueguen un papel constructivo en la sociedad, es una misión valerosa, amplia, difícil… necesaria, que sólo el escultismo se impone como fin único y último. Para ello, desde la educación no formal, transforma al joven en el principal agente de su propio desarrollo, proponiéndole un sistema de valores para su vida, basado en principios espirituales, sociales y personales que se expresan en la Promesa y Ley Scout. ¿Pero, cómo surgió ésta genial obra de Baden Powell? Fue en Inglaterra cuando Sir Arthur Pearson, poderoso editor de libros y diarios, quien, preocupado por los millones de jóvenes sin destino, que había en Inglaterra de aquella época, le planteó el desafío a Baden Powell: “Usted tiene espléndidas ideas sobre los jóvenes y ha escrito muy lindas palabras, pero ni ideas ni palabras han resuelto jamás nada. Le faltan los hechos. Reúna un grupo de jóvenes y trate de poner en práctica su método. Si los resultados son buenos difundiremos sus ideas y experiencias a escala nacional”. Baden Powell aceptó el reto planteado por Pearson y decidió llevar a la práctica su idea. En el mes de junio de 1907, preparó y envió unas largar cartas de invitación a antiguos compañeros de armas y a otros padres de familia que tenían hijos de 11 y 12 años de edad. En estas cartas decía: “Me propongo realizar un campamento con 18 chicos seleccionados para aprender exploración durante una semana en las vacaciones de agosto. El sitio elegido para su realización ha sido la Isla de Brownsea, Poole”. Las invitaciones para ir a campamento con el famoso Teniente General Robert Stephenson Smith Baden Powell fueron aceptadas con entusiasmo. El número de plazas para el campamento se tuvieron que ampliar por el interés de muchos chicos. El 29 de julio de 1907, Baden Powell y su asistente recibieron a los primeros participantes en el puerto de Poole, desde donde embarcaron en una lancha rumbo a la Isla. La tarde del 31 de julio, todos los participantes estaban listos en la isla de Brownsea para el día siguiente iniciar el campamento que muy pronto daría origen al Movimiento juvenil más grande y exitoso del mundo. Las cuatro históricas Patrullas que acamparon fueron: los Lobos, Toros, Chorlitos y Cuervos. Así nació esta genial obra de Robert Stephenson Smith Baden Powell, quien es ya un inmortal. EL DIRECTOR