EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1147-CHICLAYO, 10 DE JULIO DE 2020-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡SEGUIREMOS VIVIENDO! Reflexionando sobre todo lo que está pasando en estos momentos con la angustiada coronavirus que cada vez nos está poniendo los pelos de punta (a los que aún podemos llevarlos) sin saber hasta cuándo soportarlo, me hago la pregunta clásica que en algún momento Usted y yo nos hemos hecho, pero que hoy recobra mayor vigencia, ¿Qué es la vida? Entre muchas respuestas encuentro que, la vida es un delicado equilibrio entre tomar buenas decisiones y evitar peligros. Es confiar en nuestros sentimientos, enfrentar retos, encontrar felicidad, valorar los recuerdos y aprender del pasado. Es algo tan corto que si la echas a perder se acaba más rápido. Es una aventura: vívela, siente, ama, ríe, llora, gana, pierde, tropieza, pero siempre levántate y sigue. Es una cámara de tortura, de la cual sólo saldremos muertos. Es saber aguantar el paraguas cuando llueve. Éstas y mil respuestas encontramos, pero mejor lo dejamos allí para no seguir traumándonos. Cada uno busque sus propias respuestas. Para muchos compatriotas nuestros, daría la sensación que la vida no les importara nada. ¿No les basta ver los más de diez mil peruanos que se han ido, hasta el momento, de entre nosotros, a consecuencia de ésta horrible enfermedad, la pandemia, de la peor manera y sin que sus familiares los pudieran despedir? Desde antes de levantarse la cuarentena y ahora peor que ya se levantó, vemos la desesperación de hombres y mujeres que salen a las calles despavoridos sin tener en cuenta las importantes medidas de seguridad para evitar el contagio del coronavirus y no tener que seguir lamentándonos por los seres queridos que se marchan, de entre nosotros, solos y sin despedidas de sus familiares que vivieron los mejores momentos de sus vidas, viéndolos crecer y que al final, ni siquiera los pueden ver ni mortajar. Por nuestra parte, hemos tomado la decisión de seguir viviendo, de seguir en cuarentena, de seguir encuartelado, durante este mes de la peruanidad, no porque no queramos morir, sino porque creo que llegará su momento cuando el Señor lo desee y no cuando el coronavirus lo quiere, además porque me quiero y porque quiero a las personas que me rodean: mi familia; los amigos que he cultivado a lo largo y ancho de todos estos años de mi vida, y de los cuales aprendí mucho de ellos; los niños y jóvenes que conforman el EMBLEMÁTICO GRUPO SCOUT CHICLAYO 38 “JUAN TOMIS STACK” que nos están esperando, en esas fiestas sabatinas porque saben que, en ellas, existe amor, cariño, alegría, diversión, hermandad y consuelo de seguir viviendo y aprendiendo cómo dejar éste mundo en mejores condiciones en que lo hemos encontrado, a través de los diferentes proyectos de servicio comunal que venimos realizando, y porque, además, me encuentro, con mucho orgullo, en el grupo de los jóvenes mayores de setenta años. La decisión no ha sido fácil, nos ha costado mucho tomarla, pero aquí estamos como aquellos buenos y valientes scouts que ponen en práctica ese artículo de la Ley Scout que dice: “El Scout sonríe y canta en sus dificultades”. Para estas Fiestas Patrias, con los Dirigentes Scouts del GRUPO CHICLAYO 38 “JUAN TOMIS STACK”, hacíamos planes para reunirnos presencialmente el veintiocho de julio y cantar a todo pulmón nuestro Himno Nacional del Perú, como signo de liberación por todo lo que nos está pasando, sin embargo, estos planes quedaron para el recuerdo y no se podrá hasta que las condiciones se puedan dar, para no poner en riesgo la salud de los más pequeños de nuestra familia 38. No me imagino cómo será a los ciento treinta y ocho días cuando salga de mi cautiverio, después del treintaiuno del presente mes. Debe ser una liberación maravillosa al volver a recorrer las calles de mi querido Chiclayo, seguramente con miedo, temor y cuidándonos, sin duda, pero libres y vivos aún. EL DIRECTOR