Huerequeque Scout N°1168

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EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1168-CHICLAYO, 18 DE SEPTIEMBRE DE 2020-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL

LOS “JIPIS” Y LOS SCOUTS Escasamente dos años habían pasado del inicio del escultismo lambayecano de 1968 a 1970, y los cuatro grupos scouts que existían, hasta ese momento, daba la sensación que en el departamento de Lambayeque funcionaba un ejército de grupos scouts, por su dinamismo y verdadero espíritu scout. Nos referimos a los grupos scouts 32 y 48, fundado por el recordado Padre Juan Tomis, en su flamante Parroquia Vianney, ubicado en el majestuoso barrio de Satélite del distrito de Chiclayo; el grupo 62 de la ciudad evocadora de Lambayeque, fundado por el Padre Javier Aniz y Fray Julio Madueño, y el grupo 113 de Pucalá que ya venía funcionando, años atrás, por el Prof. Alberto Vértiz y el amigo Rodrigo Barandiarán Noblecilla. En medio de ésta brutal pandemia, crisis política, sanitaria y económica, me puse a revisar mis archivos personales y encuentro una serie de artículos periodísticos dedicados al escultismo, escritos por destacados hombres de prensa, entre ellos al recordado PERIODISTA MANUEL VIDARTE SIERRA que, en el Diario “La Industria” de Chiclayo, tenía su columna PANORAMA y en el mes de marzo de 1970 escribe ESCULTISMO VS. HIPPIES, ésta y muchas otras los dedicó a los scouts con su brillante pluma, dejándonos para la eternidad preciosos recuerdos, que iré publicándolos para su conocimiento. Aquí su primera nota que a la letra dice: “Flaco favor le hago al prestigioso movimiento peruano del escultismo al parangonarlo con los “jipis” peruanos; pero con la finalidad de canalizar a las juventudes, especialmente de nuestro departamento, me permito sacar algunas conclusiones. Por ejemplo, de acuerdo a lo definido por el departamento de difusión de los Boys Scouts, estos son infantes y adolescentes que se preparan para ser verdaderos hombres útiles a su comunidad, a su familia y a la patria, ciertamente, un movimiento altruista y altamente preparado para ayudar al prójimo necesitado. Los “jipis” criollos son un grupo de muchachos inadaptados que remedan costumbres, sin tener en cuenta la filosofía de aquellos que se apostan en las rotondas de Greenwich Village de Nueva York; y que quieren implantarlo en nuestro país para dar rienda suelta a sus desviaciones sexuales y perderse en el alucinante mundo de las drogas. Los scouts son adolescentes que tienen preparación moral que tiene como filosofía poner el bien del prójimo por encima del suyo; ideales que deben impregnarse en todo joven como complemento de la educación de la Escuela o Colegio, dotándolo de una disciplina normalmente vigorosa de la cual cualquier padre se sentiría orgulloso. Los jipis son muchachos descarriados que se inician, en su afán de practicar nuevas emociones, en el circulo vicioso de la delincuencia. Generalmente, pertenecen a una pandilla de rebeldes ¿por qué? que se cobijan en grupos para realizar sus malas crianzas o vicios aprendidos como fruto de malas compañías o la influencia de películas perniciosas. El Boy Scout, es un adolescente consciente de sus deberes y respeto al derecho de los demás; su exceso de energía lo emplea en su preparación integral (físico-intelectual) para beneficio de la colectividad en la que se desenvuelve, como motor que impulsará a su Patria, verdadero pensamiento patriótico. Finalmente, el escultismo enseña al muchacho a tener iniciativa propia en la práctica diaria. Desarrolla el carácter y la responsabilidad porque a cada momento un Scout tiene que ser responsable. Más tarde en su vida adulta, tal sentido le es de valor inapreciable, su fuerza moral brilla en su vida misma y sus compatriotas”. Semanas después, Don Manuel Vidarte, presentaba, en vivo, por Canal 4 TV, a un jipi criollo y a un scout. EL DIRECTOR


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