EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1203-CHICLAYO, 15 DE ENERO DE 2021-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL ¡CUANDO EL AMIGO NOS DEJA, ÉSTAS SON LAS RESPUESTAS! “Por una información desde Chiclayo, del amigo César Orrego Calderón, publicada en esta red social, me entero con profunda tristeza del deceso de mi amigo y paisano, Francisco Pezo Panduro, quien no pudo superar una grave dolencia que tenía, y dejó de existir. Voy a hacer una breve reseña de su persona, a quien yo, sin tener amistad con él, admiraba desde mi adolescencia, en mis años de colegial, por una razón…en esas épocas ya comenzaba a germinar en mi persona el deseo de ser algo en el medio de comunicación que imperaba entonces, la radio. Mi anhelo, mi sueño, mi deseo escondido era ser locutor, quería expresarme para que la gente me escuche, quería formar parte de ese grupo privilegiado de personas que tenían esa actividad, muy respetada, muy bien vista por entonces, a diferencia de hoy que, salvo excepciones, esa actividad pasa desapercibida para el resto de la gente…así que, en mi viejo radio receptor a energía eléctrica (todavía no se inventaba el transistor), le ponía un pequeño cable como antena, y escuchaba con mucho interés, más que interés con ansias emisoras de la localidad (Iquitos), en la onda larga, como se le llamaba entonces, y admiraba a esos locutores, sobre todo de radio “Loreto”, y pensaba que ojalá algún día pudiera llegar a ser como ellos…sin pensar que el destino me tenía preparado justamente tener esa chamba tan anhelada, y contar con la amistad y el respeto de esos locutores admirados…a través de la onda corta sintonizaba emisoras de Lima y otros países, especialmente de Argentina, Chile, también la BBC de Londres, la voz de la OEA, la desaparecida WRULl, que transmitía en castellano desde Nueva York bueno, en Iquitos funcionaba una emisora católica llamada radio “Mariana”, y dentro de sus baluartes había un señor que se identificaba como Francisco Pezo Panduro, a quien también le escuchaba y admiraba, no porque yo sea muy religioso, sino porque los temas que trataba me gustaban… y Pezo Panduro sabia como tratar esos temas…también en esos momentos nacía en mi esa predisposición a la crítica…pasó el tiempo, conseguí lo que más anhelaba en la vida, ser locutor, y esa actividad me llevó hasta Lima, donde me desempeñe en dos emisoras noticiosas: las radios “reloj” y “noticias”, que es donde también ya comenzó a invadirme el gusanillo del periodismo…esa misma actividad me llevó a Chiclayo, donde encontré oportunidades increíbles, que hoy agradezco a Dios y a esa tierra, a la que amo como a mi natal Iquitos…dentro de esas oportunidades, llegué a trabajar en el diario “La Industria”, convocado por mi inolvidable amigo Christian Díaz Castañeda (QEPD)…ya en ese periódico fui haciendo cosas que a mí me gustaban como el de cubrir informaciones, y como un plus tenía la sección de espectáculos, muy leída por los seguidores del periódico que era todo Chiclayo y otros lugares…entre esos trabajos extras, además de los espectáculos tenía una página enterita dedicada a las instituciones…y fue en esa tarea, que me llamó la atención ese gran trabajo apostólico que desarrollaba la parroquia “San Juan María Vianney”, dirigida en forma excelente por ese admirado sacerdote, realmente un santo que fue el padre Juan Edmundo Tomis Stack, que desde su natal Boston (EE.UU.) se fue a Chiclayo…no soy papa ´para beatificar a nadie, pero que carajo, para mí y muchísimas personas, Tomis fue un santo y comencé a apoyar constantemente a la parroquia y, claro, conseguí la gran amistad del padre Tomis, como lo llamaban todos su feligreses…de pronto, un día, el padre Tomis me dijo que me iba a presentar a una persona que era un baluarte dentro de su parroquia, porque lo apoyaba mucho…y me presentó a esta persona…cuando escuche su nombre Francisco Pezo Panduro, se me vino encima todo el peso de una historia que yo admiraba mucho, y, claro, le pregunté si él era el que yo escuchaba en radio “Mariana” de Iquitos…afirmativo. De allí comenzó una larga amistad con Pancho. Un día, me dijo: “Carlos Humberto, el padre Tomis quiere invitarte a almorzar” …acepté la invitación en la casa donde vivía Juan Tomis, que no era precisamente la parroquia. Llegué, el padre almorzó con nosotros (fuimos solamente tres) y después se despidió, diciéndole a Pezo Panduro, atiéndele…eso de “atiéndele” lo comprendí más tarde, porque Pancho comenzó a ponerse cervezas…sabía que a mí me gustaban las chelitas, sobre todo bien heladitas…y comenzó la charla, ahí le conté lo mucho que lo admiraba a través de la radio, y que me parecía un sueño que en esos momentos tuviéramos una amistad muy buena y, claro, la amistad se fortaleció más, y duró hasta que me ausenté de la capital de la amistad. Esa es la historia que tengo de Francisco Pezo Panduro…por eso, la noticia de su fallecimiento me duele tan profundamente. Pancho y el padre Tomis, fueron baluartes y propulsores del escultismo en Chiclayo, una actividad que debe intensificarse en todas partes, para formar y conducir a los niños y jóvenes por el camino de la corrección. Descansa en Paz, Amigo Francisco Pezo Panduro. (Carlos Humberto López Malaverry)