EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1233-CHICLAYO, 30 DE ABRIL DE 2021-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡HUELLA IMBORRABLE! Los años van pasando sin misericordia, y para muchos expertos en la materia, nos encontramos en el momento más peligroso de la historia de la humanidad. El cambio climático, la crisis económica mundial y los estragos endemoniados de la cruel pandemia han hecho que el llamado reloj del apocalipsis esté más cerca que nunca del temido momento. La huella humana en el planeta es hoy tan extensa como variada: tenemos un virus que viene arrasando vidas humanas, sin misericordia; torrenciales lluvias en nuestra serranía con irremediables pérdidas materiales a doquier; se vienen destruyendo rápidamente los glaciares en el Ártico; desaparecen mares y lagos, entre otros peligros planetarios. La renacida amenaza nuclear, el cambio climático y la cruel pandemia que viene amenazando a la humanidad, han hecho que el llamado reloj del apocalipsis, ese que según un comité de expertos científicos y premios nobeles nos indican cuan próximos estamos de una catástrofe final que solo nos queda estar preparados. Lo paradójico de todo esto es que es la propia humanidad la que viene empujando las manecillas de ese reloj, conduciendo al Planeta a unas condiciones en las cuales una de las formas de vida que no serán posibles es la humana. Pero la historia de nuestro planeta, atormentado por las actividades de nuestra especie, comienza mucho antes de los desastres nucleares de Fukushima o Chernóbil, mucho antes de la constatación de que estábamos acentuando el agujero de ozono o alterando el clima del planeta. Lo que sí tenemos que estar todos de acuerdo es que, en medio de toda esta tormenta plena de incertidumbre planetaria, la bella huella humana que nos legara Lord Baden Powell en mil novecientos siete y salvar a la humanidad, fue su programa juvenil el Movimiento Scout. Este es, sin duda alguna, la obra maravillosa juvenil que se viene extendiendo en el mundo entero a través del tiempo y espacio. Éste pequeño rincón del mundo, la región de Lambayeque-Perú, no podía ser la excepción, y gracias a los recordados amigos Padre JUAN TOMIS STACK y al Señor FRANCISCO PEZO PANDURO, en mil novecientos sesenta y ocho, fueron los que plantaron la primera semilla del escultismo en la parroquia San Juan María Vianney, y lo propio hacían el Padre Javier Aniz Barasoain y Fray Julio Madueño Vendrell en la parroquia San Pedro de la ciudad evocadora de Lambayeque-Perú. Que las almas benditas de los amigos: Juan Tomis Stack, Francisco Pezo Panduro y Javier Aniz Barasoain que se encuentran junto con el Creador, segurísimo haciendo escultismo con todos aquellos hombres y mujeres que también partieron de entre nosotros y que, en ésta tierra, nos dejaron su amistad, su cariño, entusiasmo, trabajando en el escultismo lambayecano, junto con Fray Julio Madueño Vendrell que aún se encuentra entre nosotros, sigan regando y cuidando esa semilla del escultismo que lo sembraron hace cincuenta y tres años atrás, con mucho amor y cariño, sin presagiar que sus huellas, aún sigan dándonos reconfortantes frutos, gracias a todos esos niños y niñas del ayer que vivieron y gozaron de todas esas aventuras scouts, en cada uno de sus grupos scouts que tuvieron la dicha y el orgullo de pertenecer guiados por un voluntariado de hombres y mujeres adultos que hoy, esos niños y niñas del ayer, son buenos ciudadanos que caminan por el mundo poniendo en práctica todo lo que pudieron asimilar, siendo niños, en especial, su Promesa y Ley Scout para dejar éste mundo en mejores condiciones en que lo encontraron para las próximas generaciones. EL DIRECTOR