EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1243-CHICLAYO, 4 DE JUNIO DE 2021-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡YO ME LLAMO PERÚ…! El próximo domingo seis del presente mes, una gran mayoría de compatriotas nuestros, en legítima defensa de nuestros derechos soberanos de elegir a nuestro principal gobernante de nuestro alicaído terruño que nos vio nacer, vivir y disfrutar de sus encantos, en plena mediocre democracia, pero al fin democracia, decidiremos el futuro del país, en especial, para todo ese ejército de niños, adolescentes y jóvenes que nos siguen. Para nosotros, los que ya hemos vivido y gozado cada una de las etapas de nuestra vida, felizmente con tranquilidad y aparente democracia, hemos podido cumplir, con responsabilidad y a cabalidad, cada una de las funciones que hemos asumido en nuestra vida, mal o bien, pero lo hemos cumplido y que, ahora que nos encontramos camino al más allá, nos vamos felices y contentos de haber contribuido en dejar éste mundo en mejores condiciones en que lo habíamos encontrado. A partir del veintiocho de julio del presente año, el Perú será otro, con el resultado del escrutinio del domingo seis del presente mes. Lamentablemente quedaron solo dos opciones políticas para ésta contienda electorera, entre el negro y el blanco, entre el bien y el mal, entre el hombre y la mujer, entre la derecha y la izquierda, no hay otro camino, y esto sí que nos preocupa, no para nosotros los que hemos vivido más de setenta años en el territorio patrio, nos preocupa nuestros hijos, nietos, aquellos que están recién abriendo los ojos y quieren descubrir lo que el Perú les ofrece para su futuro, lo que es su tierra que los ha visto nacer, lo que son sus autoridades que los gobiernan. No se trata de colocar un muro entre éstas dos opciones políticas y detener, en contra del reloj de la historia, éste incierto futuro del país a partir del seis del presente mes. Se trata de defender al Perú, sus instituciones públicas y privadas que le dan el sustento y la fuerza de ser país. Se trata de cuidar el futuro de la niñez y juventud peruana. Se trata de defender esa fuerza productiva de nuestra juventud, nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestra gastronomía que, a lo largo de sus doscientos años de su vida republicana, nos ha tocado defenderla de los miserables ataques del enemigo. El Perú se merece otro destino, otro futuro. Desde que era un niño he sido testigo de una infinidad de injusticias en mi Perú, de una serie de enconos, soberbias y resentimientos entre nosotros mismos. Siempre he pensado que, en algún momento de la historia de nuestro país, y era precisamente este Bicentenario, en que llegaríamos a un entendimiento, a una unión entre todos los peruanos, celebrándolo a lo grande en unión y fraternidad, pero esta ilusión ha sido imposible, al contrario, hoy vemos que el país se ha divido en dos, ni la pandemia que venimos sufriendo nos ha unido y limara nuestras esperanzas, nos integrara y creara una actitud de respeto entre los peruanos. Ha sido todo lo contrario, lo que hemos visto y sentido todos los peruanos ha sido una plaga de insultos, dando un mal ejemplo a nuestra juventud. Hemos escuchado hasta el cansancio, en esta contienda electorera, que el Perú necesita cambio, claro que lo necesita, pero con estos dos candidatos que tenemos a la vista, en esta segunda vuelta, ni modo, porque ninguno de los dos nos ofrece el cambio que necesitan nuestros jóvenes. ¿Qué tenemos que hacer ante este triste panorama? Solo Dios lo sabe. Estamos viviendo una cruel pandemia con consecuencias alarmantes, y ahora se viene otra pandemia peor, para seguir destrozando lo poco que nos queda como nuestra dignidad de peruanos. ¡Yo me llamo Perú…! EL DIRECTOR ,