EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1270-CHICLAYO, 3 DE SETIEMBRE DE 2021-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
INSIGNIA DE MADERA SCOUT En el escultismo mundial existe una serie de oportunidades que le ofrece a una persona que ingresa desde muy pequeño o cuando lo es adulto. Cuando ingresa desde muy pequeño, a la edad de los seis años, ingresa a un programa propio de su edad, la Manada, donde se encontrará con niños de su propia edad y juntos avanzan como una familia feliz. Ese mundo, de un Lobato o Lobezna, es maravilloso donde encontrará, en su Akela, jefe de la Manada, amor, cariño, ternura de hermano mayor que le enseñará a aprender las cosas con responsabilidad y a defenderse por sí mismo, con valores para su vida futura. A los once años de edad, luego de haber caminado firme y seguro en su Manada busca otras aventuras en su grupo scout, dejando la Manada para luego formar parte de una Tropa Scout que, junto con niños y adolescentes, hasta los quince años de edad, caminan con otros retos para su vida, en especial, al aire libre acampando y disfrutando de las bondades que le brinda la madre naturaleza hasta que, nuevamente, el escultismo le ofrece otro programa a partir de los quince años de edad para trabajar en equipos y proyectarse a la comunidad como en el caso de la Unidad de los Caminantes y luego en la Unidad de los Rovers, hasta los dieciocho o veinte años. A esta edad ya puede desempeñarse como dirigente scout y enseñar, a los menores de su grupo scout, todo lo que recibió desde cuando ingresó. En el caso de los adultos scouts que se desempeñan como formadores y guías de los pequeños, no solamente se trata de ser adulto para asumir el cargo de dirigente scout, sino que es necesario conocer la filosofía del escultismo y adiestrarse para tener presente los lineamientos básicos del escultismo y tener las herramientas necesarias para poder guiar y formar, correctamente, a la niñez y juventud que tendrá entre sus manos. Para ello existe un sin número de cursos scouts que le servirá de base para su trabajo con los niños y jóvenes en cada una de las Unidades con que cuenta un grupo scout. Recuerdo, como si fuera ayer, cuando ingresé al escultismo en 1968, empírico en la materia, que me encontré con mi primer adiestrador, John Aba, voluntario scout británico que me inició en mi adiestramiento, junto con otros jóvenes entre hombres y mujeres lambayecanos dispuestos a emprender nuevos rumbos, dándonos las primeras pinceladas sobre escultismo que nos ayudó a iniciar el trabajo con los niños scouts lambayecanos, luego vinieron los cursos oficiales de adiestramiento a nivel nacional, Inicial, Pre Certificado, Preliminar, Curso de Campismo y finalmente el Curso Avanzado para obtener la preciada Insignia de Madera que nos permitía estar capacitados para dirigir una Unidad Scout. Para 1972, junto con otros dirigentes scout lambayecanos, recibíamos de manos de Michael Hudson y el recordado Padre Juan Tomis Stack, nuestras codiciadas Insignias de Maderas que era un gran compromiso con el escultismo peruano. Luego seguí avanzando con mi adiestramiento, recibiendo el Curso Adiestrando al Equipo Nacional e Internacional (TTT) para obtener la Tercera Cuenta, y finalmente el Curso Internacional para obtener la Cuarta Cuenta que hasta hoy, nos permite seguir adiestrando a hermanos Scouters para que puedan dirigir su Unidad. Nos da mucha pena que muchos que han recibido la I.M. hoy lo tengan guardados bajo cuatro candados, cuando el objetivo era comprometerse a sacarle lustre trabajando por el futuro de las nuevas generaciones y dejar este mundo en mejores condiciones en que lo encontraron. EL DIRECTOR