EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°1317 CHICLAYO, 18 DE FEBRERO DE 2022-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
ALMA DEL ESCULTISMO… SUS CANCIONES La música se compone de muchos elementos indispensables, cada uno de ellos aporta a este tipo de arte que la diferencia entre una y otra obra y que permite que cada persona se identifique con una o varias de ellas. A algunas personas les encanta cantar y a otras quizás no tanto, pero lo que sí es cierto que en más de alguna vez nos hemos encontrado silbando o tarareando una canción, repasando en nuestra cabeza o en voz alta esa música que escuchamos y que nos gustó o que no podemos olvidarla jamás porque nos eleva el espíritu. Los que venimos saboreando los eternos ideales de Baden Powell, en esas riquísimas tierras del escultismo por varios años de nuestra existencia, y cuando hemos dado los primeros pasos ¿acaso no han sido las canciones scouts los que ayudaron a enamorarnos del escultismo? Sin duda alguna que muchos de mi época me darán la razón y abalaran esas primeras melodías de canciones que se entonaban al inicio, intermedio o al final de un curso scout como motivación o levantar el espíritu de todos los participantes, o esas canciones que entonábamos, alrededor, de esas primeras fogatas scouts. Muchas de esas canciones scouts quedaron impregnadas en nuestro corazón y que hasta hoy las recordamos y las cantamos con mucha nostalgia como, por ejemplo “Viejo Uniforme” que dice: “Viejo uniforme cuanto tiempo ha pasado, cuantos recuerdos haces tú revivir, cuantas canciones paso a paso he cantado, que no olvidaré…”, o esa canción “Oh que Feliz”, o aquella canción de la “Despedida” que hasta hoy la cantamos, o la cantábamos hasta antes de la pandemia y que la volveremos a cantar a partir del próximo sábado cinco de marzo, cuando volvamos a nuestras reuniones presenciales, al finalizar nuestra reunión semanal, que dice: “Porque perder las esperanzas de volver a ver, porque perder las esperanzas si hay tanto que ver. No es más que un hasta luego. No es más que un breve adiós. Muy pronto junto al fuego. Nos reunirá el Señor. Con nuestras manos enlazadas y en torno al calor, formemos ésta noche un circulo de amor…” Cuando tuve la feliz idea de ingresar al escultismo allá por los años de mil novecientos sesenta y ocho, sin imaginarme que atravesaría tantos años hasta llegar al actual, fueron las canciones: “Ging Gang Goolie”, “Oh Sari Maré”, “Oh qué Feliz”, “Buscar en la Manada”, “La Laguna Azul”, la canción de la “Despedida”, entre otras, las primeras canciones scouts que atravesaron mi corazón porque sentí que eran el alma de la institución juvenil a la cual me había involucrado. Luego vinieron otras bellas canciones que una a una iban grabándose en mi mente y corazón, que cuando había oportunidad de reunirnos en cualquier evento scout; alrededor de una fogata; con los amigos describiendo la belleza de una cumbre; acariciando a tu amada a lo lejos, es cuando las grandes pasiones y sentimientos afloran cantando nuestras bellas canciones. Si echamos la vista atrás y abrimos el baúl de los recuerdos de nuestra vida scout, seguramente que Usted y yo encontraremos preciosos momentos scouts que han estado acompañados de música, de lobatos, de muchachos scouts y rovers tocando la guitarra. Las canciones scouts son el alma del escultismo ¿O acaso sería lo mismo una caminata sin cantar? ¿O la fogata del campamento sin Anikuni? ¿Ustedes se imaginan el paso de un integrante de una rama scout sin canciones de despedidas entonadas entre llantos? Imposible ¿Verdad? Esas son las canciones scouts que hasta hoy nos dan vida. EL DIRECTOR