N°540-CHICLAYO, 06 DE FEBRERO DE 2015-LAMBAYEQUE-PERÚ REPORTAJE A NUESTRO PRIMER CAMPAMENTO 2015 EDITORIAL ¡SEMBRANDO AMOR EN NUESTRO PUEBLO! ¡Cuánto se puede hacer si existiera voluntad de hacerlo! ¡Cuánto amor se sembraría en nuestros pueblos, si existieran hombres y mujeres adultos, responsables y deseosos de hacerlo! ¡Cuántos odios y rencillas se dejarían de lado, si seguiríamos derramando amor, consuelo, paz, ternura, entre los niños y los jóvenes de nuestros pueblos! Estamos seguros que el mundo sería otro, en que nos ha tocado vivir. Al finalizar cada evento que vamos realizando, nos ponemos a reflexionar y meditar sobre la tarea concluida, y gracias a Dios, tenemos éste medio de comunicación para expresar nuestras experiencias y compartirlas con todos Ustedes; y la experiencia vivida en éste primer campamento del año, en donde han participado cuarenta y nueve hermanos entre niños, jóvenes y adultos; ha sido maravilloso. Maravilloso por la sencilla razón que, a pesar de las tremendas limitaciones económicas de todos los participantes, aún así se han hecho presentes, haciendo maravillas para estar y gozar de unos días inolvidables en las playas del distrito de Puerto Eten. Muchos no lo hicieron, no porque no quisieron, lamentablemente no pudieron estar presente por el maldito señor dinero que, a pesar de su costo de veinte nuevos soles, aún así se siguen limitándose de vivir una nueva aventura que les servirá para toda su vida. ¿Qué podemos hacer ante ello? Nada. Sólo limitarnos a seguir lamentándonos ante un cuadro que cada vez se retorna desesperante en nuestras familias de nuestro querido país. Por nuestra parte, y para éste campamento sin perjudicar su presupuesto, hemos atinado a recibir la mitad de la cuota, para algunos, y para otros, inclusive exonerarlos, dando como resultado, lo que siempre sucede con nuestra entrega y trabajo que, sacando cuentas luego de haber culminado el campamento, nos encontramos que aún existe un saldo favorable de cincuenta y ocho nuevos soles que lo hemos pasado a incrementar los fondos de la próxima campaña escolar 2015. Preguntando a algunos padres de familia el por qué no enviaban a sus niños al campamento, las respuestas ya nos imaginábamos, señor Orrego no nos alcanza el presupuesto para el campamento; otros, prefiero ahorrarlos para ver si van a Trujillo a que conozcan. Ésta es la realidad de los integrantes de nuestros grupos scouts, niños, jóvenes y aún dirigentes que tienen que pensarlo dos veces para participar de nuestras actividades, pero tenemos que seguir no podemos detenerlos. Es muy cierto que vamos a Trujillo y el presupuesto por cada participante es de ochenta nuevos soles que incluye pasajes de ida y vuelta, la alimentación y la movilidad para que conozcan a algunos lugares de interés mundial. ¿Qué es lo que estamos haciendo para que vayan nuestros niños? Sencillamente una rifa de una carpa. Si el dinero no puede salir del presupuesto familiar, muy bien puede salir de los amigos, de los familiares, de los vecinos, y en ese afán se encuentran ahora, desesperados por ir a Trujillo y vienen trabajando para ello. Creo que es una forma de enseñarles a trabajar sanamente, a que vean que el dinero no es fácil de conseguirla y tienen que ser consientes con sus padres que muchas veces, ellos, no pueden darles lo que piden, y para ello, el hijo tiene que apoyar a sus padres ofreciendo sus rifas, sus bingos o cualquier otra actividad que el grupo realiza. Fácil es trabajar con niños que todo lo tienen, basta que el hijo abra la boca y todo lo consigue. Me hace recordar, muchos años atrás, trabajaba con un grupo scout donde los niños lo tenían todo y en una reunión de PP.FF organizando un campamento, ofrecían palanas, movilidad, alimentos, carpas para que sus hijos no les faltaran nada. Allí me di cuenta que estaba demás en ese grupo y opté por trabajar con niños que necesitaran aprender a vivir, a vivir con sus limitaciones, con sus sufrimientos, con sus éxitos y fracasos, y creo que no me equivoqué. Ahora después de treinta años, trabajando con niños que de verdad necesitan éste programa, me siento reconfortado, satisfecho con la obra que venimos haciendo. Es por ello que, muchas veces, siempre habrán podido leer en Huerequeque que andamos pidiendo y pidiendo. Ahora ya saben el motivo, existe en nuestro mismo grupo la necesidad imperiosa de apoyar y ayudar a muchos niños y jóvenes que lo necesitan mucho y que son niños con unas cualidades y valores extraordinarios, que no podemos detenernos ni un instante. Aún tenemos fuerzas para cogerlos de la mano, y caminar juntos. EL DIRECTOR
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