N°611-CHICLAYO, 17 DE JULIO DE 2015-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL ¡EL SEÑOR DINERO! La universidad de la vida nos enseña muchas cosas. Ser felices o ser infelices; ser buenos o ser malos; ser hombres de éxito o ser hombres mediocres; ser buenos profesionales o ser profesionales del montón; ser líderes o ser caudillos; ser hombres agradecidos o ser hombres ingratos, egoístas, soberbios; a caminar bajo normas y reglas morales o a caminar a espaldas de ellas. La universidad de la vida nos enseña, y cada quien tomará su propio destino. Lamentablemente para el éxito o el fracaso de cada ser humano en ésta tierra, se necesita al “señor dinero” de lo contrario, los ideales, los sueños, las aspiraciones y esperanzas que tiene toda persona, se ven desvanecidas por falta del “señor dinero”, y esto es la pura realidad, espero no equivocarme. Recuerdo muy bien que, cuando culminaba mis estudios de primaria en mi tierra de Santa Cruz (Cajamarca), el Padre Juan Tomis ya se encontraba en mi tierra y quería que vaya al Seminario Menor de San Carlos y San Marcelo de la ciudad de Trujillo, porque veía en mí que tenía vocación sacerdotal. Conversa con mis padres y ellos no tenían el “señor dinero” para mandarme a Trujillo. Ese año me quedé y empiezo a estudiar mi secundaria en mi tierra natal, ese año empecé hacer una lista de mis familiares que me apoyarían, económicamente, a pagar mis estudios en Trujillo, a partir del siguiente año; cosa que lo logré, y al segundo año, el Padre Juan Tomis, junto con otro tres amigos, nos llevaba al Seminario Menor de Trujillo. La pregunta es ¿Qué hubiera pasado de éste humilde servidor sino conseguía el apoyo económico para ir al Seminario? Estoy recontra seguro que Huerequeque no hubiera existido y mi forma de vida hubiera sido diferente de lo que es hasta el día de hoy. Luego de cuatro años y culminar mi secundaria en el Seminario de Trujillo y como pertenecía a la Diócesis de Chiclayo, el Señor Obispo me trae a Chiclayo a estudiar filosofía en la Academia Santo Toribio de Mogrovejo, y en 1968, aparece nuevamente el Padre Juan Tomis a solicitar jóvenes para que conozcan un nuevo programa juvenil, en esa oportunidad me presento e ingreso a los scouts. Dando nuestros primeros pininos, en la institución de nuestros recuerdos, llego a conocer al amigo de todos los tiempos, al Señor Francisco Pezo Panduro, brazo derecho del Padre Juan Tomis, y escucho que teníamos que hacer actividades económicas para realizar el primer evento nacional scout en Chiclayo, la VII Asamblea Nacional Scout en 1974 y manos a la obra nos pusimos a trabajar, luego vendría otro y otro evento nacional y las actividades económicas seguían y seguían. Otra vez el “señor dinero”, y claro, sin dinero no se podía hacer lo que se hizo en esos buenos años que hoy, quedaron en el olvido. Hoy que nos encontramos en la etapa final de nuestra vida, aún seguimos pensando en nuestros proyectos sociales que nos hacen feliz y hacemos felices a los demás, pero, lamentablemente, pensando en el “señor dinero” que, sin ello, no se puede hacer nada. Gracias a Dios que en todos éstos años, hemos tenido siempre el apoyo de buenos amigos que comprenden y siguen comprendiéndonos que, lo que estamos haciendo, vale la pena el apoyarnos, vale la pena extendernos la mano y hacer que nuestro trabajo sea blando y agradable realizarlo, como el que nos hemos propuesto hoy a acondicionar un inmueble que nos han prestado para preparar a hombres y mujeres que sigan la obra que hemos iniciado en estas tierras chiclayanas, el Centro de Formación Scout del Norte del País, para ello ya contamos con un fondo apreciado de S/2,144.10 Nuevos Soles, gracias al cariño y desprendimiento de los amigos que creen y confían en nuestra honestidad, y esperamos que otros amigos hagan lo mismo que, de granito en granito iremos haciendo grandes cosas. Nunca es tarde cuando uno quiere desprenderse de lo poco que tiene, al final, nuestro corazón queda satisfecho. Te esperamos. EL DIRECTOR