N°630-CHICLAYO, 04 DE SETIEMBRE DE 2015-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL ¡PRIMAVERA Y JUVENTUD! Como un sueño increíble, nos encontramos iniciando la estación más mágica del año: la primavera. Y no sólo eso, también es una fecha oportuna para festejar la amistad y la juventud. La analogía no puede ser mejor: la naturaleza renace mostrando su armonía y la juventud, llena de energía, proyecta el mejor momento en la vida de un ser humano para realizar todo con optimismo y esperanza. También se ve a la primavera como la estación más enamoradiza del año. El amor y la amistad son dos palabras que siempre se tienen presentes en los discursos ofrecidos por los colegios y demás instituciones los 23 de setiembre. Lo cierto es que no son apreciaciones subjetivas sino más bien están ligadas con la aparición del calor y el embellecimiento de la naturaleza, dos factores que propician la mayor relación entre las personas. ¿Quién alguna vez no ha aprovechado la primavera para salir de la ciudad al campo? Es rico salir de paseo aunque sea un domingo de primavera para gozar de las flores y las mariposas, de los pajaritos que cantan más temprano, del sol que calienta pero no quema, o para entregar nuestro amor a alguien toda la vida. Digamos que hoy el Perú es un país joven que pasa por una etapa de transición, con serios problemas pero, también, con la mejor de sus primaveras. Todos sabemos que estamos en un momento de muchas dificultades en el crecimiento económico y que además nuestra identidad nacional se está consolidando poco a poco. Los peruanos demostramos que el mundo puede ser nuestro si queremos, veamos el lado optimista de las situaciones y esto nos hará “eternos seres primaverales”, idealistas y luchadores. Sigamos dándole por el lado amigable a todo lo que se nos presente y vamos a tener dentro de muy poco una nación sólida como las piedras en las que se forjó el gran imperio de los Incas. Nuestros jóvenes son la mayor fuerza, el mayor ejercito poderoso que tenemos, pero tenemos que confiar y apostar en ellos. Que éste mes primaveral sea el motivo y el inicio de pensar en los jóvenes, de hacer de ellos hombres y mujeres protagonistas directos de los nuevos desafíos que busca nuestro país, de no hacerlo, se corre el riesgo de tener una juventud paralítica, inestable, y lo peor, una juventud sumergida en graves problemas sociales. Los políticos y los gobernantes tienen un serio reto en éste mes primaveral. Y hablando de nuestra primavera y juventud, no por nada tenemos al norte del país la ciudad de la eterna primavera: Trujillo y a su costadito nuestra querida ciudad de Chiclayo, la capital de la amistad. Son dos pruebas más de la riqueza cultural, natural y espiritual que Dios le ha entregado a esta gran nación, nación que sólo falta que nuestros gobernantes se decidan por cuidar, educar, formar y apostar por el tesoro más hermoso que tienen entre sus manos, nuestros jóvenes. Sólo así, nuestro querido Perú será grande y poderoso, donde las diferencias sociales se acorten cada día más y más, y que todos seamos hermanos como su Creador lo quiso y nos ama eternamente. Que éste mes primaveral dedicada a la juventud, a la amistad y al amor, sea motivo de una seria reflexión de qué estamos celebrando, a qué aspiramos y hacia quién tienen que ir nuestras miradas. Creo que ha llegado el momento clave para que de una vez por todas, nos demos cuenta de la gran fuerza y dinamismo que tienen nuestros jóvenes que sólo quieren que los escuchemos y les brindemos toda la atención que ellos merecen, para asumir los grandes retos de la vida.
EL DIRECTOR