N°640-CHICLAYO, 25 DE SETIEMBRE DE 2015-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL ¿UN AÑO MENOS…O… UN AÑO MÁS?
Todo ser humano en éste mundo terrenal tiene un principio que llega por obra y gracia del Padre Celestial, y por supuesto, por el inmenso amor de sus padres que lo procrearon y lo vieron nacer, crecer y desarrollarse, pero jamás podemos saber el día de nuestra partida, sólo el mismo que nos dio la vida y nos dio la posibilidad de ser alguien en éste mundo. El suscrito, como todo ser viviente de ésta tierra, también tiene una partida de nacimiento, una fecha de inicio, un punto de partida que, gracias al cuidado y amor de mis padres, en los primeros años de mi vida, he podido crecer y aprender de ellos las primeras letras en el calor familiar. Conforme iban pasando los años, crecía con la ayuda de mis buenos profesores y amigos que me enseñaron a conocer la vida, en todas sus facetas hasta hoy, en que me encuentro imbuido en una tarea que no creí que iba a durar demasiado tiempo. Justo el diecinueve del presente mes, era el día de mi descanso, era el día de la familia, era el día de los amigos, pero, todo esto se tuvo que dejar por algo más importante de mi vida, mi compromiso con la niñez y juventud lambayecana y por el compromiso de entregar, justo en éste mes mágico de la primavera y juventud, un ambiente para ellos, un ambiente que estoy seguro, lo necesitan, lo piden y lo reclaman a gritos, porque ellos quieren ser los nuevos actores del desarrollo de sus pueblos, bien preparados. Pero ¿de donde me nace este afán de dejarlo todo, en un día tan importante? Precisamente en la institución de mis recuerdos desde hace cuarenta y siete años atrás, gracias a las enseñanzas, ejemplos, trabajo, entrega, de hombres y mujeres que hicieron de mi vida, un verdadero peón de los retos y responsabilidades más hermosas de la vida, el trabajo, la entrega, por los demás. Primero lo primero. Estamos abocados en arreglar un ambiente que nos han prestado y como tal, es nuestra primera prioridad ante cualquier otro acontecimiento personal, y aprovecharlo lo máximo antes que nuestro entusiasmo y fuerzas decaigan. Esa fecha importante de mi vida me toco iniciar colocando un techo de esteras que servirá de sombra para recibir a las autoridades que, me supongo, se harán presente en el día de su inauguración, de no ser así, servirá de sombra para iniciar con las diferentes charlas y cursos que recibirán todos los miembros de nuestra Asociación Peruana de Scouts de Baden Powell que irán pasando los fines de semana y prepararlos para la vida. Ese sábado, por la mañana, y domingo, todo el día, fueron cruciales para mí para avanzar porque el tiempo nos apremia. El sábado por la tarde tuve que dejar el trabajo para estar en la reunión semanal del Grupo Scout Chiclayo 38, y pensando que iba a pasar desapercibo, todos formaban cola para felicitarme y cada uno con su paquete para compartir y celebrar el cumpleaños, hasta torta incluida. En ese momento me sentía el hombre más feliz de mi vida, y por supuesto las llamadas telefónicas no cesaban de sonar. Como el sábado y domingo me encontraba súper atareado con la obra, no tuve tiempo de abrir éste aparato, y cuando el lunes, muy temprano llego a la oficina, y al abrir mi computadora, me encuentro con extraordinarios mensajes de saludo, y no sólo eso, algo más extraordinario, con apoyo económico para continuar con la obra que hemos emprendido y que quiero compartirlo con todos ustedes, que demuestra que no estoy sólo en éste mundo y que existen amigos que hacen que nuestro trabajo sea llevadero, sea dócil, sea placentero. Y la pregunta ¿un año menos o un año más? Usted tiene la respuesta. EL DIRECTOR