Huerequeque 658

N°658-CHICLAYO, 20 DE NOVIEMBRE DE 2015-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL “EXISTÍA UN IMÁN” El paso de nuestra vida por éste mundo, está llena de gratos recuerdos de una serie de acontecimientos y hechos que hemos realizado o que hemos dejado de realizar y que, cada uno de ellos, marcaron huella en nuestro largo caminar, en ésta villa del Señor. Cada uno de esos acontecimientos, hoy lo vivimos añorando y saboreando con los buenos amigos que nos acompañaron, nos siguen acompañando y nos seguirán acompañando en nuestras diferentes campañas solidarias que venimos realizando a favor de nuestros hermanos que, por diferentes circunstancias de la vida, se encuentran en condiciones diferentes en las que nosostros vivimos. A raíz de la edición de Huerequeque N° 657 en la que lo habíamos dedicado agradecer a todas las personas, hombres y mujeres, que entregaron su vida a la institución de nuestros recuerdos y que aún viven entre nosotros pero que ya no se encuentran de lleno en esas eternas andanzas de las actividades que realizaba el escultismo lambayecano, en esos buenos tiempos de gloria en la región Lambayeque, nos visitó el amigo Eusebio Flores Valdera ex jefe de grupo de nuestro glorioso Grupo Scout Chiclayo 38 “Juan Tomis Stack” con el propósito de cancelar sus cartones de bingo que le había dejado en su casa, de la campaña navideña que estamos realizando y que va llegando a su final. Apropósito, la visita sirvió para charlar y recordar viejos tiempos por su paso por su Grupo Scout 38 y la fuerza y entrega que le ponía en esas épocas al grupo y surgió la pregunta ¿Por qué en ese tiempo sí había entrega, cariño, tiempo, preocupación por el grupo y ahora no? Luego de un pequeño silencio, el amigo Flores Valdera me responde. “Amigo César, esos tiempos eran diferentes, además existía un imán y ese imán eran nuestros hijos, ellos eran los que nos tenían ligados, unidos al grupo, ya sea en las reuniones semanales del grupo, los campamentos, las campañas de proyección social, los paseos, las actividades económicas, entre otras muchas que nuestro grupo scout realizaba y estaba en constante movimiento y mis hijos gozaban de ello, hasta que crecieron y el imán se gastó, y ahora lo seguimos apoyando pero de una manera indirecta”. Linda reflexión para sacar resultados concretos del por qué de tanta fuga de los padres de familia y de los mismos dirigentes scouts en el movimiento, y más en concreto, en la institución de nuestros recuerdos, porque la relación que hemos publicado en Huerequeque 657, agradeciendo a todos los que dieron sus buenos talentos y que aún viven pero que ya no se encuentran en la institución, son varios centenares de hombres y mujeres y que, en la relación publicada, anteriormente, nos hemos quedado cortos. Ya conocemos una causa, gracias al amigo Eusebio Flores Valdera, pero estoy seguro que existirán otros motivos que nos gustaría ir investigando poco a poco. Pero también es cierto que han sido pocos los que han perseverado con los eternos principios del fundador y siguen leales a ellos a pesar de las múltiples circunstancias de la vida, unos teniendo hijos en el movimiento y otros que, sin tenerlos, siguen eternamente convencidos que, dedicarse a la formación de la niñez y juventud, es la mejor herencia y satisfacción que uno puede dar a éstas indefensas criaturas del Señor y que es la mayor alegría que uno puede dar en éste mundo. Para los que aún quedamos, sólo puedo decirles que sigamos sembrando amor y bondad sin pensar en los resultados. Si no logramos el bien que esperamos, o no nos dan las gracias por el bien que venimos haciendo, no nos indispongamos. ¡Sigamos ayudando y sigamos nuestro camino recto y seguro! Arrojemos al suelo las semillas, y dejémoslas crecer y fructificar según los terrenos en que caigan. Mientras tanto, sigamos sembrando bondad y amor por dondequiera que pasemos. EL DIRECTOR

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