EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°818-CHICLAYO, 07 DE ABRIL DE 2017-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
ENTRE TANTA DESGRACIA ¡VALE UNA SONRISA!
Empezamos otro mes en el presente año, abril, y las desgracias, los temores, las tormentas, las angustias y desesperaciones de todos los peruanos y peruanas que hemos sufrido, en carne propia, los estragos de éste terrible fenómeno natural del niño costero, a Dios gracias, va pasando lentamente. Tiene que ser así, no hay desgracia o mal que perdure para siempre. La historia de nuestros pueblos en estos menesteres, nos hace recordar grandes acontecimientos climatológicos que han ocurrido a lo largo y ancho de nuestro querido territorio. También en todo el continente americano y en otros continentes, con grandes pérdidas humanas que jamás se han podido subsanar, y con innumerables desastres materiales que, con el esfuerzo, la valentía y la solidaridad del ser humano, se ha podido salir adelante y se han reconstruido pueblos para poder seguir viviendo. Ejemplos de estos casos, en el mundo, tenemos una infinidad que, a pesar de ello, no aprendemos o no queremos aprender, y seguimos sintiendo el dolor, el sufrimiento y la angustia, que muchos hermanos nuestros han sentido con el reciente paso del fenómeno natural del niño costero. Ésta semana que da inicio al mes de abril del presente año, hemos visto con gran satisfacción y cariño, que muchos de nuestros niños iniciaron sus clases escolares con suma alegría, en el departamento de Lambayeque. Las Instituciones Educativas que se encuentran en buen estado, abrieron sus puertas para dar paso a la educación y el progreso de nuestros niños y adolescentes. Otras, en cambio, aún permanecen en reconstrucción, y esperamos, con ansias, que pronto hagan lo mismo, especialmente, en los Distritos más afectados por éste terrible fenómeno costero, tal es el caso de Chongoyape, Illimo, Pacora, Túcume, Jayanca, Motupe y Olmos. Por nuestra parte, esperamos con ansias que en el Distrito de Illimo, dónde se encuentran nuestros cuatrocientos paquetes de útiles escolares, guardado bajo llave en la Parroquia de Illimo por el Padre Luis Santa María Acosta, Párroco de la zona, y que lo habíamos preparado con mucho esmero y cariño, se inicien las clases escolares, en dicho lugar, para entregarles a todos esos niños que vienen pasando los peores momentos de sus vidas, sin saber qué está ocurriendo con el sufrimiento de sus padres que lo han perdido todo, luego de haber ocurrido la furia de la naturaleza, y hacerles sonreír con nuestros pequeños útiles escolares. Así como esperamos el momento preciso para entregar los pequeños útiles escolares a los niños de Illimo, éste último domingo que pasó, un grupo de voluntarios scouts de nuestro Grupo Scout Chiclayo 38 “Juan Tomis Stack”, decidimos ir al Distrito de Illimo y hacer pasar unos minutos de alegría a los niños que vienen sufriendo, junto a sus padres. Para poder realizar esta Buena Acción Dominical, hemos tenido que molestar a nuestro amigo y Ex Scout de nuestra Familia 38, Tomi Rojas Reyes, con su camioneta. Al indicarle que teníamos el deseo de ir, el domingo dos de abril a Illimo y hacer un programa recreativo con los niños y levantarles el ánimo, muy gustoso nos respondió, ¡Encantado César! Ocho de la mañana del domingo dos de abril del presente año, partíamos de nuestra Oficina Scout: Paquita Sempértegui Cotrina, María Alejandra Dávila Pasapera, Richard Palacios Zevallos, Pablo Lazo Acosta, Darwin Adrianzén Vela, Juan Soto Carrión, Francis Tarrillo Santa Cruz y el suscrito, rumbo a otra jornada de trabajo, los niños nos esperan y no podemos perder tiempo. Illimo, que se encuentra a cincuenta kilómetro de la ciudad de Chiclayo, era la zona designada, en ésta oportunidad. No llevábamos víveres, no llevábamos agua, abrigo u otros enseres que necesitan los damnificados, sólo llevábamos cuatro bolsas de golosinas que Mariana Flores Arrascue, como siempre identificándose con los que más sufren, nos había obsequiado para darles a los niños. Pero los ocho íbamos dispuestos a entregarles a los niños, todo lo que sabemos y tenemos: nuestros juegos, nuestras canciones, nuestras dinámicas, nuestro cariño, nuestro amor y nuestra alegría. Entre tanta desgracia, ¡Valió la pena regalar a los niños de Illimo, una sonrisa que estamos seguros les durará, para mucho tiempo! EL DIRECTOR