EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°897-CHICLAYO, 12 ENERO DE 2018-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
CAMINANDO POR UN NUEVO AÑO ¡Pasó la Navidad!, ¡Pasaron las fiestas del Año Nuevo! Y venimos caminando presurosos, pensativos, tristes… algunos, y otros alegres, optimistas con deseos de cumplir sus metas, en el presente año. Estos primeros pasos que vamos dando en el amanecer de éste nuevo año, nos permita a todos los que hemos nacido en esta tierra próspera, tierra de grandes hombres y mujeres que marcaron historia a su paso, dejando su valentía, su sangre, su vida, su fe…seguir sus ejemplos valerosos. Recordemos que el Perú ha sido bendecido por el Señor dándonos hombres y mujeres santos, y allí tenemos a la primera santa americana, SANTA ROSA DE LIMA que nació en Lima, el 30 de abril de 1586. Sus padres fueron Gaspar de Flores y María de Oliva. Fue bautizada con el nombre de Isabel, pero comúnmente la llamaban Rosa. En 1597 Santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima, la confirmó en Quives, Canta. Rosa se caracterizó por su humildad, sencillez, obediencia, caridad y paciencia. Muy joven descubrió su vocación a la vida religiosa y tomó como modelo de vida a Santa Catalina de Siena. Luego de un problema financiero que tuvo su padre, la familia de Rosa atravesó por una fuerte crisis económica por lo que la santa se dedicó a coser y trabajar en la huerta. De igual forma tenemos a SAN MARTÍN DE PORRES que nació en Lima en 1579. Fue el hijo natural del caballero español Juan de Porres y de la india panameña libre Ana Velásquez. El santa mulato fue bautizado en la iglesia de San Sebastián, en la misma pila y por mismo párroco que había bautizado a Santa Rosa de Lima. Martín vivió con su madre, aprendió el oficio de barbero y adquirió conocimientos de medicina, mediante el trato con su cirujano. Desde niño dio muestras de su profundo amor por Dios. Al mismo tiempo su amor al prójimo lo condujo a ayudar a todos, aún en las tareas más humildes. A los 15 años ingresó como donado al convento de Santo Domingo en Lima y en 1603 hizo la profesión como hermano lego. BEATA SOR ANA DE LOS ÁNGELES MONTEAGUDO que nació en Arequipa el 26 de julio de 1602, era hija del español Sebastián Monteagudo de la Jara y de la arequipeña Francisco Ponce de León. Muy pequeña ingresó en el monasterio de Santa Catalina. Un tiempo después regresó a su hogar por decisión de sus padres quienes querían que se casara aunque Ana sólo deseaba hacerse religiosa. En 1618 inició el noviciado y añadió a su nombre el apelativo “de los Ángeles”. Desde ese momento vivió con entusiasmo el ideal de Domingo de Guzmán y Catalina de Siena. E 1647 fue nombrada Maestra de novicias y Priora. Dese su nuevo cargo se dedicó a la reforma del monasterio. Dos rosas y un clavel, tres ejemplos vivos que nos enriquecen nuestra vida espiritual. Así como ellos, también tenemos un sin número de héroes peruanos que entregaron su vida por defender los intereses de todos los peruanos, tales como: Alfonso Ugarte, Miguel Grau Seminario, Remigio Elías Aguirre, Abelardo Quiñones Gonzáles, Francisco Bolognesi, Pedro Ruíz Gallo, Andrés Avelino Cáceres, Micaela Batidas, entre muchos otros. Y una gran lista de hombres y mujeres anónimos que solo Dios lo sabe y los buenos peruanos, lo recuerdan siempre, por su valentía y entrega al país. Que sigamos caminando éste nuevo año con fe y esperanza, y preocupándonos siempre por los más débiles y humildes del país que, lamentablemente, son la gran mayoría. EL DIRECTOR