EDICIÓN GRATUITA A NIVEL LOCAL, NACIONAL E INTERNACIONAL N°970-CHICLAYO, 12 DE OCTUBRE DE 2018-LAMBAYEQUE-PERÚ EDITORIAL
¡EMOTIVO REENCUENTRO CON LOS AMIGOS SCOUTS! ¿Quién no ha tenido amigos en su chiquititud? Los amigos son únicos, pero nunca podremos olvidar a nuestro primer amigo que muchos de nosotros tenemos o tuvimos. Esos amigos que marcaron lo que hoy somos, dignos y vivos ejemplos de lo que ellos quisieron o quieren que seamos. Recordar a nuestros grandes y primeros amigos que fueron nuestros padres, es siempre gratificante para tenerlos presente en toda nuestra vida, ellos, como amigos, quisieron lo mejor para nosotros y nunca los defraudaremos. Para aquellos que han estado en el escultismo durante algunos años, especialmente, aquellos muchachos que iniciaron éste programa juvenil en mil novecientos sesenta y ocho, en la Parroquia San Juan María Vianne, ha sido más que un sistema de trabajo, que un juego o el adiestramiento del carácter; más, aún, que una Hermandad; ha sido para ellos un estilo de vida. Ese algo que ha penetrado en todo su ser y tiene que ver mucho con las reacciones en determinadas circunstancias de sus vidas. Todas sus vidas ha sido vista con ojos de Scout, porque en ella aprendieron a vivirla, a sentirla y a practicarla, en las diferentes instancias de sus vidas. La amistad que se cultivó en 1968 con todos y cada uno de los muchachos que iniciaban una nueva aventura para sus vidas, se fue acentuando cada vez que iban creciendo, hasta llegar el momento de su partida. El suscrito era, como es lógico, unos años mayor que ellos, era su Jefe de Tropa y como tal, sólo me quedaba verlos partir y ver a otros niños que ingresaban a la Tropa Scout, con el mismo entusiasmo e ilusión de encontrar nuevos estilos de vida. Cuando éstos primeros muchachos scouts que se iniciaron en 1968 en la Tropa Scout Chiclayo 32, y luego de permanecer algunos años en ella, partían, cada uno de ellos, en busca de nuevos destinos, quedaba en nuestra mente y corazón, un gratísimo recuerdo de esos bellos momentos de sus amistades, de sus ocurrencias, de sus bromas de niños que aún los podemos recordar, ahora que han pasado 50 años, años que no volverán. Sin embargo, éstos recuerdos y vivencias de hace cincuenta años atrás, se volvieron hacer realidad el viernes cinco del presente mes que, a escasos días de su convocatoria, con la finalidad de vernos las caras y hacer remembranzas de esos primeros momentos que iniciábamos con la primera Tropa Scout en 1968 y preparar el programa recordando esa primera entrega de nuestras credenciales que se realizó un Trece de Diciembre de Mil Novecientos Sesenta y Ocho, nos hemos reunido siete pioneros, en ésta primera reunión, ellos fueron: Arrunátegui Jiménez, Ismael; Farro Carvallo, Rafael; León Menéndez, Gustavo; Rubio Abanto, César; Segura Alcántara, Julio; Yarrow Mesones, Pepe y el suscrito como su Jefe de Tropa. Muchos otros, luego de haber confirmado su asistencia, se disculparon por dificultades surgidas a último momento. Conforme iban llegando a la cita, no apto para cardiacos, tratando de reconocerse unos a otros, que no era para menos luego de haber pasado cincuenta años, iban aflorando los recuerdos y aventuras vividas en esos preciosos años de la infancia que nunca volverán. Como era previsible se llegaron a algunos acuerdos, entre los asistentes, entre los más importantes figuran: declararnos en reunión permanente que se realizarían todos los viernes a las siete de la noche en la Oficina Scout de Baden Powell; la consigna de avisar a todos los que conformaron la primera Tropa Scout 32 en 1968 a las reuniones de los viernes; mandarnos a confeccionar el uniforme scout que se utilizó en 1968 para la ceremonia central y posiblemente el desfile en el parque principal de Chiclayo; editar una Revista Scout sobre éste acontecimiento y confeccionar unas medallas que serían entregadas en la Ceremonia Central del Jueves 13 de Diciembre del presente año que, por coincidencia, en el presente año, también cae jueves 13. El Padre Juan Tomis nos está ayudando. Éstos momentos que estamos viviendo hoy, son recuerdos que dejan mucha huella, mucha amistad, mucho calor humano que no se han perdido en el tiempo y espacio, al contrario, se vienen fortaleciendo más y más y nos hacen sentir que aún seguimos siendo útiles para las nuevas generaciones que tenemos entre manos y tenemos que seguir con ese mismo entusiasmo de esos primeros meses del año 1968 en que iniciábamos con esa Tropa Scout 32, hasta que el Señor Todo Poderoso lo decida así. EL DIRECTOR