HUGO MUテ前Z GRIS TRABAJOS SELECCIONADOS 1 2007/2015 LPGC // BCN
1 CV 02
2 Topografía doméstica 05
3 Reencuentros 17
4 Paisaje Centrifugado 27
5 Textos 37
1 Currículum Vitae 1992 - 2015 Formación académica Experiencia laboral Idiomas Habilidades Publicaciones
HUGO MUÑOZ GRIS hugomgris@gmail.com 18 septiembre 1989 [LPGC] Alfonso Chiscano Diaz 20, p1, 1ºC || [BCN] Liuva 56, 1-1 tel. 660391544 // NIF 44729725S
Educación primaria, secundaria y bachillerato tecnológico bilingüe || Colegio Arenas Inicio de los estudios de arquitectura (plan 2001) || ETSA ULPGC Participante en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo || Las Palmas de Gran Canaria Curso de Autodesk 3DS MAX || XYZ Las Palmas de Gran Canaria Participante en taller “Paisaje urbano y espacio basura” || ETSA ULPGC Participante en el taller “Ciudades creativas” || IED 2011 ERASMUS || Universitá di Roma La Sapienza 2014 Fin de los estudios de Arquitectura con sobresaliente en PFC || ETSA ULPGC
1992 - 2007 2007 2009 2010
http://issuu.com/hugomgris/docs/injertidades_-_hugo_mu__oz_gris_-_p
2014-2015 Primer curso de Máster en Tecnología en Arquitectura || ETSAB UPC Primer curso de Japonés (N5) || EOI Barcelona Drassanes Fundador y redactor en Feliz Arquitectura 2013 en “Open Amstetten” Masterplan (Europan Austria 2014) 2014 Estudio Jose Luis Rodríguez Arquitecto || Arquitecto en prácticas (rehabilitación y restauración) 2015 www.felizarquitectura.wordpress.com ||
BLAU Studio || Colaborador
Materno || Español
|| Inglés Italiano A1 || Portugués N5|| Japonés C1
B1||
Autodesk AUTOCAD; Adobe PHOTOSHOP; Microsoft Office; Google Sketchup; || Nivel Alto Autodesk 3DS MAX; CYPECAD; RHINOCEROS 3D; Adobe Illustrator || Nivel Medio Autodesk REVIT; Graphisoft ARCHICAD || Nivel Bajo
ISBN 978-84-616-2314-3 || La
Matula: Ladereando ISBN 978-84-616-2314-3 || IN-OUT; V. Mirallave, F. Pescador, J. Taira ISBN 978-84-695-9111-6 || Paisaje y residuo urbano
1.02
Carnet de conducir|| B Guitarrista y escritor || Lo intento
2 Topografía doméstica Partiendo de una intención inicial en torno al diseño de la casa ideal para un topógrafo, este ejercicio propone profundizar en la forma de compartimentar el espacio interior de una vivienda sin la utilización de divisiones verticales. Para ello, se propone el dibujo de una topografía que haga discurrir los distintos ámbitos de la casa a diferentes alturas, tallando el espacio vacío que enciarran sus muros. De esta manera, aunque visualmente los espacios sean identificables (como, por ejemplo, el estar-comedor-cocina) al mismo tiempo sean identificables las subdivisiones del mismo. La pieza acoge 4 usos principales: una vivienda unifamiliar en dos pisos, un apartamento para una pareja en dos pisos, un estudio-taller y un garaje. Todos ellos distribuidos en torno a un patio que organiza el volúmen y la forma, pues los interiores se quiebran y mueven para buscar la luz y las vistas del jardín. Para poder explicar bien la relación volumétrica entre los espacios, intricada e irregular, topográfica, se recurre a la realización de una tomografía. Esta irregularidad se ve arrastrada a las fachadas, que se dibujan de forma que no se perciba ni la escala del interior ni sus subdivisiones desde el exterior
planta baja
planta primera
5
1 2
2.05
planta segunda
planta cubierta
5
1 2
2.06
TomografĂa
2.07
+
}
Sección A-A’
5
1 2
2.08
+
}
Sección B-B’
5
1 2
2.09
}
Sección C-C’
5
1 2
2.10
+
} Sección D-D’
5
1 2
2.11
} Sección E-E’
5
1 2
2.12
Alzado F-F’
5
1 2
2.13
Alzado G-G’
5
1 2
2.14
3 Reencuentros Este es un ejercicio sobre relaciones. Relaciones entre los habitantes de un edificio de vivienda colectiva y el entorno inmediato, las calles adyacentes, el barrio (Risco de San Nicolás, Las Palmas de Gran Canaria), sus trazas, sus historias, su pendiente, su forma de moverse, de escalarse a sí mismos. Relaciones entre los sí de esos mismos habitantes, el diseño de espacios semiprivados (o semipúblicos), el aprovechamiento del vacío, el cruce de miradas, las conversaciones en la escalera, las fiestas de cumpleaños, las cervezas y las cenas de verano. Y, cómo no, relaciones dentro de la propia casa. Explotar los objetos canónicos y encontrar espacios en su lugar. Ventanas que se convierten en poyos de cocina, en encimera de salón, en mesa de estudio, en camas, en cabeceros, en mesas de noche, en lavamanos. Rincones y recovecos a través de tres escalas diferentes en los que compartir historias.
Planta baja
3.17
Planta baja
3.18
Planta segunda
3.19
Planta cubierta
3.20
Sección A-A’
3.21
Sección B-B’
3.22
Alzado C-C’
3.23
Alzado D-D’
3.24
4 Paisaje centrifugado Experimentar con diversas estrategias frente a los también diversos condicionantes (nunca incovenientes) del emplazamiento y ver qué resultado se obtiene. Ese es el punto de partida aquí, ahondar en el proceso y disfrutar del resultado. Este conjunto-residencia de estudiantes en ladera se enfrenta a una pronunciada pendiente. Intenta estar cómodo. Y una vez encuentra esa postura ideal, se dedica a mirar. Hay, sin embargo, tantas cosas que mirar en este rico emplazamiento rural que es necesario mirar al mismo tiempo a todos lados y, simultáneamente, procurar tener los mecanismos par fijar la mirada en cada uno de los hitos naturales identificables. Se fija un punto central, un elemento distribuidor que relacione el espacio de entrada de todos los módulos habitables y a partir de aquí se le permite retorcerse, investigar, ser curioso, buscar la luz y el paisaje. 360º de libertad.
Planta cubiertas
4.27
Planta 0’00
4.28
Planta -1’50
4.29
Planta -4’80
4.30
Planta -7’30
4.31
Sección A-A’
4.32
Sección B-B’
4.33
Alzado C-C’
4.34
5 Textos seleccionados Ensayos, propuestas de investigaci贸n y relatos
Arquitectura Observada [Ensayo sobre el Tiempo,la observaci贸n y la Arquitectura] Seminario PFC: Vibraciones, Contexto y Complejidad. ETSA ULPGC Borrador // Investigaci贸n en curso
5.37
Prefacio Hacer un estudio en torno a un concepto tan abierto y abstracto como el de Tiempo es una tarea extraña. Mucho se ha escrito sobre él desde innumerables ópticas, desde la metafísica hasta la matemática, pasando por la historiográfica o, como en este caso, por la arquitectónica. Esta última disciplina exige, no obstante, sentar ciertas bases previas al desarrollo de las ideas y teorías, pues la arquitectura sigue unas pautas que en cierto modo se le pueden considerar como propias El aspecto principal de todos estos a tener en cuenta, es que pese a que esta es una investigación eminentemente enfocada a la práctica, es también una reflexión acerca de la importancia teórica del tiempo en arquitectura. Ello implica que el estudio del Tiempo se llevará acabo según una doble motivación: por un lado la exploración personal y reflexiva sobre qué es la arquitectura, así como de una primera incursión en el complejo concepto del tiempo, y por otro lado la consecución de la aplicación de las teorías desarrolladas en una serie de proyectos (o un proyecto formado de varias partes concretas). Además, la reflexión circulará muchas veces alrededor de cómo el arquitecto, llamado aquí observador (flâneur), transita, analiza y propone en un ámbito espacio-temporal. Dicho de otra manera, parte del ensayo está dedicado a la percepción espaciotemporal, la relación entre espacio y observador y, en definitiva, a desentramar los procesos de la percepción en general. Este último término requiere de la fijación de un importante matiz: no es esta una investigación científico-matemática sobre el Tiempo, pues no dispongo de la formación ni de los medios que le son propios. Se trata, en definitiva, de una reflexión arquitectónica y con alguna que otra pretensión filosófica sobre cómo se puede entender el Tiempo en Arquitectura. La investigación girará siempre sin perder su centro, el Tiempo, derivando hacia una reflexión sobre las estructuras en la arquitectura, cómo estas se pueden ejecutar teniendo en cuenta la (o las) dimensión temporal, su adaptabilidad, versatilidad y su importante papel en el desarrollo práctico del Tiempo Arquitectónico. (*Esto es un borrador de una investigación en curso, que podrá verse modificada en mayor o menor medida a lo largo de su desarrollo.)
5.38
1. La dimensión escondida Tiempo Natural Heidegger habla del "tiempo en la cotidianidad"1 para definir lo que se podría fijar como Tiempo Natural. Este se fija a través de la concepción que se tiene de él y del uso que al final, de una manera quizá inconsciente, se le da (o al que se le reduce). Habla también de la "aprehensión y medición de la naturaleza siguiendo un sistema de relaciones espaciotemporales" . El Tiempo Natural es la forma en que se pueden medir los acontecimientos en la vida, su órden y su jerarquía, es el marco en el que ocurren todas las cosas. De las varias dimensiones que componen nuestra percepción práctica (alejándonos obviamen te de las teóricas diez dimensiones del universo), se podría decir que las tres dimensiones espaciales comunes a la aprehensión del entorno son el contenido de una foto enmarcada por la cuarta dimensión temporal. Esto ya lo dijo Aristóteles en su Física IV, dándole un claro matiz de cambiadora a la cuarta dimensión. El tiempo Natural es, por tanto, el cambio entre dos puntos estáticos de las dimensiones que le son previas. Haciendo un paralelismo, el Tiempo Arquitectónico será entonces, primera y superficialmente, el cambio entre dos percepciones fijas del espacio tridimensional en el que la disciplina acostumbra a moverse. Este paralelismo choca, no obstante, con el reloj heideggeriano en la necesaria homogeneidad inherente al tiempo cotidiano.
Homogeneidad La fijación de intervalos arbitrarios para el entendimiento del Tiempo Natural viene en su caso acompañada de la necesaria homogeneidad del mismo. Ya sea atendiendo a sus orígenes más primitivos, como los ciclos diurnos y nocturnos, o a una concepción más cotidiana, el reloj heideggeriano funciona en base a la posibilidad de jerarquizar un punto relativo del Tiempo con un elemento intrínseco al observador. Una fijación respectiva en torno a la posición exacta en esa cuarta dimensión que valora algunos acontecimientos como más tempranos y otros como más tardíos. Esto se puede hacer porque las divisiones arbitrarias que se dan en el Tiempo Natural hacen que se fije con exactitud el período exacto a través del cual se valora esa cualidad de los acontecimientos, en la línea temporal, en relación al Ahora. Es, en esencia, un modelo lineal, direccional. Si se representa primeramente el tiempo como un movimiento lineal en un solo sentido, llámese por ejemplo hacia adelante, situando en este modelo al observador fuera del tiempo, este es percibido como absoluto, constante e invariable, en cuanto nos es externo. 2
Fig.1.1 acontecimiento 1
acontecimiento 2
acontecimiento 3
Según este modelo, el valor impostado a los acontecimientos adquiere significación en cuanto existe un acontecimiento previo que le es temprano , a partir del cual se instaura como más tardío. La aparición constante de elementos más tardíos dará valores nuevos a cuán tempranos son los acontecimientos previos. Este modelo se corresponde con una de las formas de entender el Tiempo Natural que es común al observador general: el modelo Causa-Efecto. No solo supone una linearidad de valoraciones que saltan de la más temprana a la más tardía, sino que las ordena, encadenadas y subordinadas unas a otras. Se podría, partiendo de este método, explicar o entender un acontecimiento (un Efecto) recurriendo a aquellos que le son previos, osea a sus Causas.
1
HEIDEGGER, Martin. El concepto de tiempo.
2
Fig. 1.1
5.39
Ahora bien, al representar el segundo sentido de la dirección del tiempo, el observador se convierte en el punto relativo en torno al cual se percibe el tiempo. Al considerar este doble crecimiento del tiempo, o esta dicotomía crecimiento-decrecimiento, los acontecimientos ya no solo se autoreferencian entre ellos, sino que el observador los fija a partir de sí mismo.3 Fig.1.2 hacia atrás
OBSERVADOR
acont. 1
acont. 2
acont. 3
acont. A
acont. B
acont. C
hacia adelante
En este segundo modelo, el observador relativiza los acontecimientos según su posición en la línea. Aquí, los acontecimientos [1, 2 , 3] son anteriores, decrecen o crecen hacia atrás, se hacen cada vez más tempranos, mientras que los acontecimientos [A, B, C] son posteriores, crecen hacia adelante,se hacen cada vez más tardíos. Sin embargo, lo que la consideración de un doble sentido provoca es que este nuevo relativismo temporal en torno al observador ocurra como evolución de aquel que ocurría en el modelo de un solo sentido. Esto se entiende teniendo en cuenta dos cosas: -El acontecimiento 1 es, relativo al observador, temprano, en cuanto que el acontecimiento B es tardío. -Los acontecimientos 3, 2 y 1 son, respectivamente y en orden, cada vez más tempranos entre ellos. Los aconteci mientos A, B y C son, por su lado, cada vez más tardíos entre ellos. En síntesis, aunque esta segunda forma de jerarquizar los acontecimientos exista de esta manera, ahora el valor que adquieren es siempre en relación al observador. Los acontecimientos numerados son más tempranos entre ellos en cuanto también son más tempranos respecto al observador, mientras que los acontecimientos con letras son más tardíos entre ellos en cuanto también son más tardíos respecto al observador.
Causa - Efecto Llegados a este punto, el Tiempo Arquitectónico, aún por paralelismo, se puede definir como el cambio entre dos percepciones fijas del espacio tridimensional en el que se mueve el observador. Dichas percepciones le son intrínsecas y son relativas a él mismo, y conviven con las percepciones que le son intrínsecas y relativas a tantos observadores existan en el mismo momento. Surgen también en este punto algunas preguntas inevitables: ¿Somos los observadores factores de Causa o de Efecto? ¿Se pueden clasificar algunos de los observadores como Causa y otros como Efecto? ¿Cómo se diferencian unos de otros? ¿Cómo se diferencian unos respecto a otros? Hay que tener en mente que la relación Causa-Efecto definida es producto y productora de un modelo lineal, característica propia del Tiempo Natural, por lo que las respuestas a estas preguntas surgen con relativa facilidad si se dan dentro del ámbito del Tiempo Natural. Para hallar las respuestas correspondientes al Tiempo Arquitectónico habrá que esperar a materializar los modelos que le son propios
3
Fig. 1.2
5.40
En cuanto al Tiempo Natural, al colocarnos como observadores en un punto concreto de esa línea de doble sentido, la diferenciación ente Causa y Efecto se resuelve adoptando ambas consideraciones. Esto significa que fijando ese punto arbitrario en la línea, el observador se considerará como Efecto de los acontecimientos que le son previos (más tempranos - numerados en la Fig.02-) y Causa de los acontecimientos que le son posteriores (más tardíos - letras en la Fig.02-). Esto ocurre porque el Tiempo Natural es al mismo tiempo común a todos y único para cada uno. Cada observador del Tiempo Natural tiene su propia línea, única y personal, ligada a sí mismo, influenciada por su percepción. Estas líneas no interaccionan con las otras líneas de otros observadores puesto que son únicas e internas, pero son comunes en cuanto a que todo el mundo posee su propia línea. Esta falta de interacción es una de las principales diferencias entre los flâneur4 del Tiempo Arquitectónico, que sí se modifican unos a otros.
Ahora El punto en el que se introduce el observador en la línea es lo que se llama comúnmente el ahora. En el Tiempo Natural, el ahora no es más que ese paso de la inconsciencia a la conciencia de la percepción del tiempo. Es el punto de transición entre Causas y Efectos, siempre desde la referenciación de los acontecimientos respecto al observador. OBSERVADOR
Fig.1.3 hacia atrás
acont. 1
acont. 2
causas
acont. 3
acont. A
AHORA
acont. B
acont. C
hacia adelante
efectos
Este ahora es pues, un punto arbitrario de la línea fijado por el observador a partir del cual se referencian los acontecimientos siguiendo una referenciación también arbitraria derivada de la homogeneidad (reloj heideggeriano). Es igualmente intrínseco a cada observador, exclusivo y común.
A partir de este punto en el texto, los observadores dentro del Tiempo Natural conservarán su nombre mientras que aquellos que se muevan en el Tiempo Arquitectónica serán llamados flâneur, a fin de poder diferenciarlos con claridad. 4
5.41
Transversalidad Una vez expresada la linealidad del Tiempo Natural, se podría construir un modelo de la percepción del mismo a partir de la consideración de una dirección transversal a la línea de acontecimientos. Ello implica que el ahora no está compuesto por un punto concreto de esa linealidad, sino una direccionalidad de la percepción espacial transversal al fluir de la dimensión temporal. Durante esa consideración transversal del espacio, el tiempo toma un carácter de estáticidad relativa. Es una lectura fijada y concretada en un punto de entrada a la línea temporal, que en el Tiempo Natural está constituida por la percepción única de quién relativiza la linealidad. OBSERVADOR
Fig.1.4 hacia atrás
acont. 1
acont. 2
causas
acont. 3
acont. A
acont. B
AHORA
acont. C
hacia adelante
efectos
Esta estaticidad relativa se presenta como un movimiento del tiempo que ocurre en una dirección perpendicular al crecimiento lineal. Frente al fluir de la línea temporal que va desde el hacia atrás al hacia adelante, el ahora transversal no se mueve. Sin embargo, en cuanto al relativismo entre acontecimientos, existen implícitos una serie de crecimientos y movimientos del tiempo relativos a ese ahora transversal. Aunque para el funcionamiento del Tiempo Natural baste con considerar el ahora como un punto, la transversalidad hace posible que en el Tiempo Arquitectónico, como se explicará más adelante, existan diversos ahoras simultáneos y paralelos situados en diferentes puntos de la linealidad temporal, que ya no pertenecerá a los flâneurs, sino al espacio en el que estos se mueven. Es este, pues, un concepto vital para el entendimiento del Tiempo Arquitectónico.
Presente El presente del Tiempo Natural aparece como resultado de la transversalidad. Normalmente se divide el Tiempo Natural en pasado, presente y futuro para denominar los distintos ámbitos de su linealidad. Según el modelo desarrollado, se podría precisar las definiciones de cada uno de estos términos. -El pasado son los acontecimientos-causa, aquellos que decrecen respecto al ahora transversal. Son cada vez más tempranos respecto al observador y respecto a sí mismos y van convirtiéndose respectivamente en efectos relativos en referencia a los acontecimientos que se les van considerando progresivamente más tempranos, aunque siempre serán causa respecto al ahora transversal.
5.42
-El futuro son los acontecimientos-efecto, aquellos que crecen respecto al ahora transversal. Siguen las mismas leyes que el pasado pero en sentido inverso: son cada vez más tardíos respecto al observador y respecto a sí mismos y van convirtiéndose respectivamente en causas relativas en referencia a los acontecimientos que se les van considerando progresivamente más tardíos, aunque siempre serán efecto respecto al ahora transversal. -El presente es la posición del observador, el punto respecto a cual se referencian tanto los acontecimientos como sus crecimientos. Es el ahora transversal . Es el punto clave del movimiento entre la percepción espacial de las causas y la de los efectos. No es, por contra de lo que se suele considerar, un concepto puramente estático. Es causa y efecto al mismo tiempo. Crece de manera independiente y perpendicular a la línea del Tiempo Natural. Es a partir de él que surgen pasado y futuro. -Es el movimiento relativo entre las dimensiones que le preceden, como ya se dijo anteriormente. Fluye como consecuencia de todas sus causas pasadas y crea nuevos efectos futuros constantemente. -En el Tiempo natural, el presente es único, inherente al ser, interiozado e interiorizador, es el territorio del observador y de su actividad. Es donde el espacio se muestra y se experimenta, donde se desarrolla y donde se aprehende. Es el único flujo controlable en cuanto a que el observador es su origen. -En el Tiempo Arquitectónico, la definición de presente evolucionará de varias maneras, como se verá más adelante
Geometría del Tiempo Natural El Tiempo Natural puede ser representado de una forma plana, compuesta por dos direcciones que se cruzan, la relativa a la linealidad pasado-futuro y la relativa al presente transversal. Esto deviene del hecho de que el Tiempo Natural sea relativo a cada uno y a su relación con el espacio. La arquitectura y el espacio arquitectónico, tanto su análisis como propuesta y , sobretodo, el acto de habitarla, es la actividad que permitirá la evolución del observador en flâneur, será la encargada de hacer posible la interacción entre el Tiempo Natural de cada ser en el espacio. El Tiempo Arquitectónico adquirirá, por tanto, nuevas consideraciones geométricas mucho más complejas, que serán desentrañadas poco a poco una vez ha quedado definido el Tiempo Natural. Esquema final del Tiempo Natural
Fig.1.5 causa relativa hacia atrás
acont. 1
causa relativa
acont. 2
efecto relativo
PASADO
causas
OBSERVADOR
acont. 3 efecto relativo
efecto relativo
acont. A
acont. B
causa relativa
AHORA
efecto relativo
acont. C causa relativa
efectos
PRESENTE
5.43
hacia adelante
FUTURO
2. Genealogía del observador "Así, el amante de la vida universal penetra en la multitud como un inmenso cúmulo de energía eléctrica. O podríamos verle como un espejo tan grande como la propia multitud, un caleidoscopio dotado de conciencia, que en cada uno de sus movimientos reproduce la multiplicidad de la vida, la gracia intermitente de todos los fragmentos de la vida." -Charles Baudelaire5
Reciprocidad Definir los conceptos de Tiempo y el de Observador conduce irremediablemente a plantearse cómo este afecta a la percepción de ese Tiempo y cómo se ve a la misma vez afectado por aquel. Es un discurso que puede considerarse en cierta medida como recíproco, pues según va adquiriendo complejidad, Tiempo y Observador son conceptos que se alimentan el uno del otro y la diferenciación de ambos términos ocurre de manera simultánea. Ya que el Tiempo Arquitectónico se desarrolla a partir de la noción del Tiempo Natural, parece lógico que el flâneur del Tiempo Arquitectónico surja a partir del observador Natural , también a modo de diferenciación. El observador Natural se mueve según el funcionamiento y las reglas de la dimensión temporal que habita. La evolución o diferenciación del observador en flâneur traerá consigo una variación igual en el funcionamiento de la dimensión temporal que le es propia. Paseante moderno El término flâneur , de origen francés, se puede concretar en una figura de explorador urbano. De él se extiende la actividad de la flânerie , el acto de explorar las calles, el entramado urbano, sin tener en mente un fin concreto más allá que ese puro acto de explorar de forma espontánea, estando siempre el explorador abierto a cualquier acontecimiento que pueda salirle al paso. El flâneur surge de la poesía de Charles Baudelaire6 como una figura artística inherente a la ciudad moderna, un apasionado del vagabundeo visual sin rumbo definido, situado al mismo tiempo en el centro del mundo y externo a él. El mundo entero es su casa. Es, más tarde, Walter Benjamin quien a partir de estas consideraciones incorpora la figura del flâneur a la actividad arquitectónica y urbana. En el seno de estas disciplinas, Benjamin define el flâneur como un personaje del acto arquitectónico que está inmerso en las características de un diseño particular que sólo se pueden experimentar a través del movimiento, del paseo. Esto, en otro orden, implica que el flâneur es un interviniente puramente temporal: no puede existir de manera estática. Por otro lado, el escenario arquitectónico es, en contraste, inmóvil. Se podría decir que incluso el escenario arquitectónico no es en sí mismo espacial. Si nos situamos en un punto cualquiera de ese escenario y ejercemos un improvisado papel de observador estático, la percepción espacial del entorno se vería impedida en gran medida por la imposibilidad del movimiento. Las dimensiones vienen entonces definidas por la dimensión que le es inmediatamente superior. El espacio es espacial en cuanto es manejado por el tiempo y su movimiento.
5,6
The Painter of Modern Life. New York: Da Capo Press. [1964]
5.44
Charles Augustin Sainte-Beuve recogió en el Grand Dictionnaire Universel que la flânerie era lo más opuesto a no hacer nada. Sin embargo, la clave de la actividad reside en que para llevarla a cabo, hay que precisamente poner en práctica esa nada. Es la simple aprehensión, recurrir al tiempo para entender el espacio. El flâneur benjaminiano, o moderno, es, en última instancia, un producto de la actividad proyectual, un objetivo al que llegar mediante la arquitectura. Es un actor temporal en un escenario urbano y arquitectónico buscando, sin rumbo, experiencias espontáneas. Es, por encima de todo, un observador analítico. La evolución observador natural - flâneur reside, sobre otras cosas, en que el flâneur es consciente de su transversalidad. El observador natural, pese a ser un agente temporal igualmente transversal, desconoce esta cualidad en la práctica de su aprehensión espaciotemporal. El flâneur, por su parte, conoce el lugar que ocupa en la línea temporal, pues le ha sido asignado en cuanto es producto de la actividad proyectual. Emancipación de la línea Si el flâneur es conscientemente transversal a la linealidad del tiempo pero ocupa un lugar que le ha sido asignado, la conclusión que a primera vista es más evidente es que el factor que permite la evolución de observador natural a flâneur es la liberación de esa linealidad. Esto es que la línea de tiempo respecto a la cual el flâneur es transversal ya no le pertenece, no le es inherente e intrínseca. Benjamin, al definir a ese observador moderno, extrajo la línea temporal de cada uno de ellos y las aunó en una linealidad común, que ya no era interior a los observadores sino que era propia del lugar. Esta es la base para el entendimiento del Tiempo Arquitectónico. Sin embargo, no hay que perder de vista que el Tiempo Arquitectónico no sustituye al Tiempo Natural, sino que convive con él. La linealidad natural se nutre de la linealidad arquitectónica, pues aquella se ve modificada paralelamente a esta, en cuanto que esta es resultado de la interacción de aquellas. El ámbito en el que esto es posible es lo que se denomina espacio arquitectónico. Ahoras Pónganse como ejemplo dos flâneur en un mismo ambiente. El lugar para el ejemplo será el mismo para el cual más tarde se pondrán en práctica estas ideas: un paseo marítimo. El paseo está compuesto de una serie de espacios libres a los que sirve y de los que se sirve, encadenados. La flânerie de uno de ellos se centra en uno sólo de esos espacios, el cual explora con minuciosidad. La correspondiente al otro flâneur consiste en un paseo por todos y cada uno de esos espacios, someramente, uno tras otro, hasta llegar a aquel en el que el primer flâneur ha centrado su atención. - La concepción espacial que tendrán ambos flâneur del espacio que comparten en la línea temporal variará considerablemente, en cuanto uno de ellos tendrá una visión más pormenorizada, aislada y detallada del lugar, un todo independiente. El otro tendrá una visión más global, con una particularidad menor, una parte de un todo mayor. -El espacio que comparten sirve a las dos percepciones al mismo tiempo: es tanto un escenario único e aislado, con las lógicas, normas y cualidades propias de esa consideración, como un rincón de un escenario mucho mayor, con las mismas características mencionadas pero aplicadas a esa escala. -Conviven en la línea de tiempo dos ahoras diferenciados, uno por cada flâneur, lo cual implica la aparición de un presente, llámese presente arquitectónico, que ya no está compuesto por un ahora transversal único, puntual, sino que se expande para que por ese punto pasen todos los ahora transversales correspondientes a cuantos flâneur convivan en un mismo espacio arquitectónico.
5.45
AHORAS AT1 AT2 AT3 AT(n)
Fig. 2.1
Linealidad liberada inherente al espacio arquitectónico
Linealidad liberada inherente al espacio arquitectónico F1
F2
F3 F(n)
FLÂNEURS El Espacio de Interacción Desde el punto de vista del flâneur moderno, el espacio arquitectónico puede verse como el ámbito de interacción entre las percepciones de todos y cada uno de sus intervinientes. La atención de la actividad del arquitecto no debería estar entonces dirigida únicamente a las cualidades del espacio en sí mismo sino a la atención de las interacciones que en él ocurren, o las que permite, provoca, facilita o impide. ¿Puede un espacio ser varios espacios y único al mismo tiempo? En otras palabras, el espacio arquitectónico deberá servir tanto al ahora transversal correspondiente al primer flâneur del ejemplo anterior (a su totalidad aislada) como al ahora transversal del segundo flâneur del ejemplo (a su parte de una lógica general). Y de esta manera, el espacio de interacción se verá formado por sus posibilidades, concepto que se puede entender desde una óptica analítica o desde una intención propositiva. El flâneur moderno, por su parte, no podría en sí mismo poner en práctica esa atención a la posibilidad desde la propuesta, pues como ya se ha expuesto, es un agente analítico. Es en este punto en el que el arquitecto contemporáneo debe actuar para ocupar su lugar en la evolución del observador. Para fijar las bases de esta evolución es necesario colocar con exactitud al flâneur moderno en el esquema del tiempo arquitectónico para, después, poder hacer lo propio con su siguiente generación. Tercera generación Si se considera el Observador Natural como el punto originario de esta genealogía del observador y su diferenciación en flâneur como una segunda generación de la misma, para poder comprender y manejar el Tiempo Arquitectónico es necesaria una tercera generación.
5.46
3. Un modelo de posibilidad Acuñación Para materializar la idea de Tiempo Arquitectónico es necesario, una vez desarrollados los puntos anteriores y la explicación recíproca de tiempo y observaddor, fijar la manera en la que se va a abarcar el proceso. ¿Puede un espacio ser varios espacios y único al mismo tiempo? Como el objetivo es recurrir a ese Tiempo Arquitectónico de una manera práctica, el concepto de acercamiento será aquel relativo al propio espacio arquitectónico y, por tanto, al tiempo que lo gobierna. De esta manera, la tercera generación tendrá una primera toma de contacto con el lugar, del que deriva un impacto directo entre el observador, el espacio y las percepciones que relacionan el uno con el otro. A partir de ese impacto se inicia un proceso de análisis del lugar, previo al proceso de propuesta. Este acercamiento se hace, pues, desde esa doble consideración de la percepción: Análisis y propuesta son dos caras de una misma moneda. Esta formulación del acercamiento se debe a que aquellos son dos procesos inseparables. El recorrido análitico del espacio arquitectónico se hace siempre, sea consciente o insconscientemente, con una intención propositiva ulterior. La intervención propositiva en el mismo espacio arquitectónico se hace a raíz de la observación análitica previa del mismo. Si, como se ha expuesto, el acercamiento al espacio arquitectónico tiene dos caras inseparables y este a su vez es comprensible desde el marco del Tiempo Arquitectónico, el propio Tiempo deberá poderse entender, por relación, desde las dos consideraciones mencionadas. Análisis de la posibilidad Existe un proceso de análisis comúnmente aplicado que se basa en precepciones básicamente estáticas. Si se fija el proceso acudiendo a sus factores más simples e intrínsecos, se podría definir el análisis como un mecanismo compuesto de tres partes ya mencionadas: Observador, espacio y las percepciones que los relacionan. El problema reside en el hecho de que ese proceso establecido es marcademente unidireccional, y es originario de la posición que el flâneur moderno (segunda generación) ocupa en el esquema temporal arquitectónico; es, en definitiva, un análisis más enfocado a su objetivo que a su procedimiento. Si la genealogía del observador tiende al dinamismo de la percepción, al movimiento del espacio en el marco del tiempo, los resultados de este análisis estático no pueden ser jamás el producto de esa tercera generación. Es este, pues, un análisis anclado al pasado generacional del observador. Cuando el observador comienza a aprehender el espacio y a tejer su red de percepciones, el propio objeto de su visión (el espacio en sí mismo) se verá progresivamente modificado por esas mismas percepciones. La experiencia de la percepción puede venir modificada por multitud de factores que se deslinden del momento exacto en que tenga lugar la aprehensión (flânerie), y que muy difícilmente serán comunes para más de un observador. -Las condiciones climáticas del momento, la intensidad de la luz, la condicion física del observador, el lapso temporal durante el cual se haga la observación, la cantidad de observadores coetáneos, la concentración, el ámbito en el que acote su exploración (todo o parte del todo), etc, son todos condicionantes de la percepción.
5.47
Conforme esa red de percepciones vaya adquiriendo mayor entidad, el espacio arquitectónico irá armándose de matices que modificarán, a su vez, al observador. Una doble evolución que modifica tanto "cómo el observador percibe el espacio" como "cómo el observador se percibe a sí mismo dentro de ese espacio". Estas son posibilidades impuestas al proceso de análisis. Ocurren inconscientemente y son, generalmente, ignoradas. Si el observador se considera a sí mismo como único, de primera generación, excluyendo la interacción con otros observadores, propia de la segunda generación, todos estas variantes resultan meramente anecdóticas, pues su interés reside en el contraste con las de los demás observadores. Para dar el paso definitivo para superar el mencionado análisis estático, se puede recurrir a un segundo tipo de posibilidad: las posibilidades propuestas, que definirán el método de la posibilidad.
La posibilidad como mecanismo Si el Presente Natural es la experimentación y aprehensión del espacio, el movimiento de este en el tiempo, el Presente Arquitectónico parece lógico que sea, al menos por correlación, la experimentación y aprehensión del espacio arquitectónico. Este Presente Arquitectónico se muestra, como ya se ha dicho, cargado de condicionantes a la percepción en forma de matices ignorados. En el momento del impacto entre observador y espacio, el presente es una gran unidad compleja, enmarañada, que sólo muestra una de sus múltiples caras. Ello se debe a que el observador, en su flânerie, explorará el ámbito de su análisis a partir de esas condiciones mencionadas, lo cual a su vez repercutirá en la representación parcial de ese presente. En el camino se quedarán las demás posibilidades del espacio, las demás ramificaciones de la percepción. Fig. 3.1
Siendo el observador, la percepción podría representarse como una constante ramificación gobernada por sus posibilidades, de momento impuestas, que conducen el análisis hasta cualquiera de las posibles representaciones parciales del Presente Arquitectónico. Generalmente, en un único ejercicio de análisis se tiende a sustraer la posibilidad del proceso, como ya se ha explicado, llegando a un resultado que es erróneamente considerado como común, en cierta medida objetivo y absoluto; estos son, en el fondo, resultados anodinos, sistématicos (en el mal sentido del término), mecanismos automáticos para una estandarización del entendimiento del espacio arquitectónico. Son, en definitiva, vestigios del pasado del observador. El Presente Arquitectónico, en este punto, puede considerarse como el conjunto de todos los movimientos, transformaciones y variaciones posibles del espacio arquitectónico, o lo que es lo mismo, como la suma de todos los . La interacción entre el observador y el espacio arquitectónico parte de esta suma, de este todo formado por sus ramas. Los condicionantes harán que el camino (en el esquema ejemplificado como el recorrido sea uno u otro.
5.48
El esquema 3.1 explica cómo se puede entender en este punto el Tiempo Arquitectónico, pero desde el punto de vista práctico, habría que tener en consideración la bidireccionalidad de la percepción en el intercambio entre observador y espacio.
Fig. 3.2
Fig. 3.3
Considerando el análisis de un solo observador y que son las posibilidades impuestas las que desarrollan la ramificación, desde un punto de vista estricto ese observador sólo puede conocer la existencia de las posibilidades directas que el proceso ha dejado atrás (fig 3.2), y es a través de la noción tanto de las posibilidades activas como de las inactivas que el observador podrá indetificar con mayor exactitud qué lugar ocupaba desde el principio. - Esto es, por ejemplo, si la flânerie toma lugar durante el día, el flâneur puede afirmar, por contraposición, que existe una posibilidad opuesta (realizarla de noche) que no formará parte de su análisis, pero que es propia de ese espacio arquitectónico que pretende explorar.
El resto de ramas y extensiones del esquema son, para ese mismo observador, meras suposiciones (fig 3.3); existen solo en el pensamiento y en la proyección mental que hace del espacio, de sí mismo y de sí mismo en el espacio. Ahora bien, si se comienza a considerar paulatinamente la existencia de varios observadores coetáneos y de varios procesos de exploración por cada uno de ellos (el mismo observador decide explorar tanto de día como de noche), aparecen respectivamente diversas combinaciones de ramas Fig. 3.4
El esquema anterior (fig 3.4) muestra diversos ejemplos de variaciones de esa esquematización de la ramificación de la percepción. Como el espacio arquitectónico se ha definido como un espacio de interacción (emancipación de la línea) entre los observadores, será a través de ese incercambio que el observador inicial, aquel de la figura 3.2, podrá llegar a visualizar de forma completa la figura 3.1.
5.49
La conclusión es que el esquema de la percepción inicial y el Presente Arquitectónico solo pueden entenderse en su totalidad a través de la interacción entre observadores. O, dicho de otra forma, es idealmente inalcanzable y/o impracticable. En este punto se debe asumir que, debido a la infinita cantidad de posibilidades que pueden ramificar la percepción, el análisis del espacio arquitectónico que un observador haga debe partir de la premisa de que tendrá un carácter parcial. Si se hace desde la interacción entre varios observadores, será un análisis más rico, pero los límites prácticos hacen necesario acotar este esquema de ramas. Por otro lado, al entender de esta manera las relaciones observador-espacio y el papel de la percepción, se puede reformular el esquema a partir de aquellas posibilidades propuestas mencionadas con anterioridad. Esto hará que el Tiempo Arquitectónico pase a ser perfectamente practicable. La tercera generación de observadores deberá ser consciente del funcionamiento del Presente Arquitectónico, factor que la diferencia claramente de la segunda generación, y en consecuencia, adaptará sus métodos y su exploración a esas lógicas. La posibilidad como método Extraer la lógica del Presente Arquitectónico y el papel de la posibilidad en ella permite controlar el proceso para poder convertirla de mecanismo en método. Para poder explicar el método es preciso volver al punto inicial, a aquel primer impacto entre observador y espacio. Con la reciprocidad observador-espacio en mente, de la que derivaba la dicotomía análisis-propuesta que hace que el mencionado observador analice el espacio con una intención proyectual que lo dirija y con la noción de Presente Arquitectónico que ya se ha explicado, se puede definir el estado -la forma en que se manifiesta- de ese Presente Arquitectónico en el momento del primer impacto: -El Presente Arquitectónico en el momento del impacto, llámese [P1], es el conjunto de todos los presentes posibles. Es, en su funcionamiento, un todo que engloba todas sus partes, pero no es una suma de esas partes, en cuanto sus partes son infinitas. Equivale a todas las realidades del lugar, a todas las posibles percepciones del espacio unidas y enmarañadas. -El observador comienza su análisis inmerso en este presente, que deberá descomponer para poderlo comprender desde las posibilidades que previamente haya decidido que quiere estudiar. Estas posibilidades son las que se han denominado como propuestas (en contraposición a las impuestas), y son elegidas a partir de los factores que interesen al observador y a su enfoque propositivo ulterior. -A partir de ahí, el observador explorará el espacio arquitectónico con cada una de esas posibilidades seleccionadas en mente para producir diversos documentos fruto de las percepciones enfocadas a cada variable escogida. Como ejemplo de variables (posibilidades), entre cualquiera imaginable por el observador, podrían tomarse la velocidad, la variación de cota, los cambios en la marea, las actividades, el movimiento de las zonas de sombra, etc. -Además, también intervienen como presentes las distinas consideraciones del espacio que se hagan en relación a los ahoras de la flânerie: un fragmento del espacio pormenorizado, un recorrido general, la conexión entre varios espacios, etc.
El objetivo del análisis será, para el observador, modificar la forma en que ese Presente Arquitectónico se manifiesta en torno a su percepción o, dicho de otra manera, precisar y elegir qué lugar ocupa como observador en ese Presente Arquitectónico, que, una vez finalizado el proceso, será el conjunto de Presentes derivados de las variables impostadas por si mismo, unidas rearmadas en [P2]
5.50
Ingeniería Inversa El Presente Arquitectónico se manifiesta al observador como un todo complejo e inmanejable. Al explorarlo desde la consideración de las posibilidades propuestas, lo que hace es descomponerlo en percepciones del espacio arquitectónico regido por el presente arquitectónico. Estas, como ya se dijo, estan implicitas desde un principio en [P1], pero no es hasta que se extraen y se exploran que se pueden documentar . El proceso es análogo a realizar una ingeniería inversa del presente, desarmarlo en partes más simples para después poder volver a montarlo a partir del conocimiento de sus partes. La diferencia principal entre [P1] y [P2] será, por tanto, que mientras [P1] se manifestaba como un todo resultado de sus partes pero ajeno a estas, [P2] se manifiesta a partir de la consideración de las sus partes correspondientes a las posibilidades propuestas. El proceso de rearmado será la síntesis del análisis, como se verá más tarde en la aplicación práctica del método en el proyecto desarrollado. Esquema del Tiempo Arquitectónico-Análitico Fig. 3.5
P’A P’B P’C
P1
P2
P’D P’E 1
3 2
(1): Aplicación del método; elección de variables; exploración enfocada. (2): Ingeniería inversa del presente (3): Síntesis
La posibilidad como propuesta Aunque no existe una transición clara y concisa entre análisis y propuesta puesto que son procesos que nunca se pierden de vista durante todo el avance del proyecto, para cuando el observador comienza a proponer deliberadamente, se halla inmerso en [P2] El objetivo final del proyecto, las modificaciones del espacio que se realicen, las nuevas lógicas impostadas, el nuevo escenario, se colocarán en un punto posterior del esquema del tiempo, en cuanto provienen, primero, de la realidad (el conjunto [P1]) y , segundo, se realizan una vez el observador -proyectista- está inmerso en sus percepciones (el conjunto [P2]). A ese fin, ese punto final del proceso, se le llamará [P3].
5.51
El objetivo final del proyecto, las modificaciones del espacio que se realicen, las nuevas lógicas impostadas, el nuevo escenario, se colocarán en un punto posterior del esquema del tiempo, en cuanto provienen, primero, de la realidad (el conjunto [P1]) y , segundo, se realizan una vez el observador -proyectista- está inmerso en sus percepciones (el conjunto [P2]). A ese fin, ese punto final del proceso, se le llamará [P3]. ] -[P3] es equivalente a [P1]. Son, en esencia, la misma realidad. Lo mismo ocurre con [P2]. La diferencia entre ellos es el papel o la posición que el observador ocupa en cada uno de ellos. -En [P1], el observador está en un punto exterior al funcionamiento del tiempo, con el cual impacta. -En [P2], el observador se sitúa como el punto de referencia para el entendimiento del tiempo arquitectónico,entendido como la fluctuación las percepciones del espacio arquitectónico. -En [P3], el observador se sitúa como un agente modificador del presente (no sólo de las percepciones) y de las perecepciones de los demás observadores. La conexión entre [P2] y [P3], en el esquema del Tiempo Arquitectónico (propositivo), será en cierta forma similar a la que existe entre [P1] y [P2], con algunos matices diferenciadores. En base al montaje de ese presente arquitectónico rearmado [P2] se desarrollarán las modificaciones a los presentes que incluirá [P3]. Estas modificaciones serán las lógicas, las estrategias, las ideas de proyecto sobre las que se fundará la propuesta. Dichas modificaciones responderán, a su vez, a los diferentes ahoras del espacio arquitectónico,puesto que se podrán impostar desde diferentes consideraciones del espacio (todo aislado, parte de un todo, etc) -Por ejemplo, una de las plazas de ese paseo marítimo y sus edificos anexos, englobarán diferentes presentes para los que deberá pensarse el proyecto, como: los interiores de los edificios, la relación de estos con la plaza inmediata, el papel de la plaza en el conjunto de todos los espacios públicos del proyecto, su relación con el paseo,... Esquema del Tiempo Arquitectónico-Análitico
Fig. 3.6 P’’A P’’B P’’C
P2
P3
P’’D P’’E 3
1 2 (1): Inicio del proceso de propuesta inmerso en P2 (2): Modificaciones, lógicas, estrategias sobre las que se asentará el proyecto (3): Materialización del proyecto
5.52
Localización de los observadores (Esquema de la genealogía). Fig. 3.7 Flâneur CONTEMPORÁNEO (3ª gen)
Observador NATURAL (1ª gen)
Flâneur MODERNO (2ª gen)
P’A
P’’A
P’B
P’’B
P’C
P1
P’’C
P2
P’’E
P’E
3
1
3
1
P3
P’’D
P’D
2
2
*Hasta aquí la propuesta de investigación. Hay que tener presente que esto se trata de un borrador, una suerte de intención de indagar en los temas presentados siguiendo más una brújula que un mapa.
5.53
Proyecto Feliz Arquitectura
Feliz Arquitectura es un blog de arquitectura que surge a partir de la curiosidad común de 7 amigos alumnos de la ETSA ULPGC por el desarrollo de las ideas en arquitectura. Fijándose un ritmo de una entrada por día, el objetivo es crear una base de datos de ideas en torno a las cuales poder reflexionar, tanto como apoyo práctico para otros alumnos en el desarrollo de sus asignaturas, como para investigar sobre las ideas en sí y el proceso de proyecto. Puede visitarse en www.felizarquitectura.wordpress.com
5.55
Arquitectura de un bolsillo Un bolsillo es bolsillo porque, a fin de cuentas, bolsillea. Piénsese primero, entonces, en ese concepto: bolsillear. Dígase de bolsillear que es el acto de ser bolsillo, lo cual plantea la pregunta inmediata y comprensible de qué se dice de bolsillo, si de bolsillear se dice que es ser bolsillo, pues no parece caber duda sobre que ser bolsillo es bolsillear y que para que el objeto a crear bolsillee necesitará por tanto cosas que bolsillear. Tómense en los primeros proyectos, los más sencillos, artículos cotidianos, que darán lugar a un bolsillo de tipo igualmente cotidiano. Como ejemplos del día a día, que no diurnos, se pueden utilizar: llaves, resguardos de compra, dinero suelto o atado, aparejos de telefonista, direcciones, recordatorios, servilletas, música, caramelos o chicles, navajas suizas de suiza, navajas suizas de algún otro lugar, navajas sin patria, etc. No se preocupe ni se exceda, pues no es corriente que tantos y tan variados objetos coincidan a la vez en un mismo bolsillo. Dimensiónese para no más de tres de los artículos mencionados (o cualquiera que se le haya ocurrido) en condiciones normales, cuatro en horas puntas, que aunque no se sabe cuáles lo son en lo de bolsillear, si se sabe que en ellas la tolerancia a los espacios pequeños y apretados aumenta. Otros objetos no tan cotidianos servirán para construir más tipos de bolsillo: bolsillos secretos, bolsillos íntimos, bolsillos importantes, bolsillos protectores y bolsillos de tipo papelera, entre otros. En ocasiones en los bolsillos se depositan seres queridos, pero entonces se les llama marsupios, siendo lo suyo marsupiar, no bolsillear. Para proyectos más avanzados y complejos, habrá que tener en cuenta otros factores más allá de las características de lo bolsilleado, como el soporte en el que el bolsillo va a bolsillear, que derivará en bolsillos de chaqueta, de pantalón, de bolso o de estuche de guitarra, o el tamaño del bolsillo, que no contempla más que el clásico triunvirato de grande, mediano y pequeño. De entre todo lo bolsilleable será necesaria una especial atención a la mano , sin importar en estas fases de la operación la alineación de la misma. Piénsese en esa mano como en el cliente: hágasele preguntas, analícesele, atúrdasele con otros proyectos ya realizados, a ser posible exitosos, y cuanto más exitosos, mejor. Invítese a la mano a tomar café si se tornase preciso. Negóciese con ella todos y cada uno de los aspectos del bolsillo, pues será la mano la única que lo utilice. Será ella quien viva su oscuridad, quien roce sus paredes o quien a veces descanse o duerma en su concavidad. Será el bolsillo la cama donde la mano pueda acostarse en tiempos de incertidumbre, nervios o largas esperas, bajo acoso de lágrimas, ansias y/o suspiros. Será una despensa, un taller, un consultorio, un escritorio o una carpintería dependiendo de quien se encuentre al otro lado del brazo. Será estufa en invierno. Será además, compañero indispensable para cualquier viaje. En definitiva, antes de empezar, téngase en cuenta que un bolsillo, mientras es bolsillo, lo primero que bolsillea es la mano, y lo segundo, todo lo demás.
5.56
Arquitectura de la aspiración De milenio en milenio, poco a poco como se dicen los geólogos, los sucesivos estratos de tierra sepultan la roca que en su descenso al centro de la tierra se imagina ser pizarra o esquisto o serpentina y que la pongan en una encimera de cocina de diseño, en el tejado de una casa de gente bien considerada o en el suelo de una acera de una ciudad más o menos importante hasta que un día vuelve a asomar por la piel de de una cantera. Mientras lo llevan al taller en un camión alquilado para la ocasión, el mármol sueña con ser un sabio universal junto a su frase más famosa, un gran general que enseña la espada al enemigo sobre un caballo musculoso que se alza sobre los cuartos traseros o Moisés o Hércules o un Julio César cincelado por alguien de renombre. A la estatua del querubín que escupe agua por el pito le gustaría ser una jovencita voluptuosa y derramarla delicadamente con un cántaro, o ser un gran pez que termina en un chorrito en parábola calculada o al menos escupirla por la boca y que la quiten de la esquina de esas dos calles con nombres de árboles frutales en un pueblo de mala muerte y la lleven la plaza mayor de una ciudad que salga en los mapas, a la mansión de un embajador en oriente o una ruta turística parisina, pero estalla una guerra en el país y llueven bombas. Los trozos grises quieren olvidar la muerte, los gritos, el fuego, y que los usen para fines nobles y pacíficos y sociales y los pinten de colores y los reciclen en edificios de vivienda protegida, de centro para jóvenes, de sede de ONG o en algún memorial que recuerde más a su causa que a su arquitecto, aunque se van poniendo cada vez más negros mientras la empresa que ha ganado el concurso para la reconstrucción del pueblo los barre de un lado para otro y los mete en los contenedores industriales y oxidados de un barco que zarpará en un par de días. El cenicero madeinchina se conforma con que lo utilicen con un Montecristo, o un Lucky Strike, o un Marlboro, o da igual la marca mientras no lo abandonen en un bingo, en un after o en algo como un tanatorio mientras todos tienen los ojos rojos y se dan palmadas en la espalda y se dicen que siempre se van los mejores o que vaya mala suerte que justo en ese momento y en ese lugar, pero como le toca el operario más torpe de la fábrica, no pasa el control de calidad y lo envían a la nave número nueve. El llavero cutre y mal pintado que cuelga en el puesto de un paquistaní emigrado que intenta ganarse la vida como puede mientras las mafias le extorsionan y le roban y abusan de él sólo quiere que lo compren pronto y en realidad eso estaría bien pero en el fondo lo que desea es que se abra la tierra y rodar por esa grieta para que de milenio en milenio sucesivos estratos de tierra lo sepulten mientras al mundo le fríen un huevo.
5.57
Arquitectura de un incendio Más o menos a la altura de un tercio de su recorrido los ocho vagones van emergiendo del arco oscuro que indica el principio o el fin de una estación, según se vaya o se venga. El tren es uno de esos modelos tan viejos que son antiguos, tapizado de grafiti por dentro y por fuera (dibujos, firmas y alguna frase recocida), con asientos peludos de esos azules con gusanitos de colores que tanto le gustan al polvo y que hubiesen sido de plástico gris de haber sido uno de esos modelos tan nuevos que son modernos. Este tren tiene las pegatinas arrancadas, los anuncios atrasados, más chicles que tornillos y el ochenta por ciento de los altavoces estropeados. No tiene aire acondicionado ni está bien ventilado porque la mayoría de ventanas hace mucho que se abrieron y se cerraron por última vez. Tampoco cuenta con un sistema informático que controle los asuntos habituales de una emergencia tipo, como la frenada, los automatismos de evacuación o alarmas que conecten con bomberos, policía, servicios sanitarios o cualquier interesado en esos casos. La empresa subsidiaria encargada de la revisión y del mantenimiento del metro debe mucho dinero y no está para atender las necesidades de los coches más viejos. Una vez todos los segmentos pasan al lado de la luz, el tren se detiene junto a la línea amarilla que avisa del final del andén y del principio de la vía, chirrido mediante. Fuera, una marea de aspirantes a pasajero forman un par de grupos a cada lado de cada puerta que a su vez forman un pasillo para que sus madres estén contentas porque dejan bajar antes de subir. Dentro, un pasajero graduado, liderando una compañía de al menos catorce desconocidos agolpados para salir en estampida, lleva levantando la palanca de apertura de la puerta desde que el veinte por ciento de los altavoces del convoy anunciaron el nombre de la próxima parada y sus correspondencias, en español y en inglés. Cuando las puertas comienzan a moverse los dos bandos se arremolinan, se empujan, se miran mal, se chistan y hacen lo normal a horas tan concurridas y olvidados quedan los consejos de seguridad de panfletos y carteles, el sentido común y la educación en general, liberando a la madre propia para hacer hueco a la ajena. En el pequeño grupo que tiene posiciones en el fondo del andén, segmento equivalente al primer vagón, hay un señor al que anoche le pasó algo importante pero que no viene al caso más que para saber que no durmió sus ocho horas acostumbradas, sino, calcula, unas cinco y pico, y que por ello, en resumidas cuentas, tiene sueño. Por ello, mientras capea el temporal de gentes, da un bostezo con fuerza. Forma un puño con la mano derecha para esconder el gesto, pero uno de los que bajan y dos de los que, como él, suben le ven y entre cuarenta décimas de segundo y dos enteros después, también bostezan. Una señora mayor que lleva sentada siete estaciones abre la boca a continuación, seguida de un muchacho trajeado que levantaba casualmente la vista del periódico, de dos niños pequeños que van al colegio y de la madre de estos. Es a la altura del padre de aquellos dos (y marido de esa última) cuando la progresión de la mueca se bifurca en dos frentes. Uno avanza por una pareja de ancianos de ojos vidriosos y otro rebota entre cuatro trabajadores de la misma oficina pero que no se conocen porque trabajan en plantas diferentes. Las dos ramas del bostezo continúan por el vagón hasta que llegan a un joven que escucha música con unos cascos que le tapan las orejas y le aíslan del ruido y que tararea una de sus canciones favoritas apoyado con el hombro en la puerta que separa el primer y el segundo vagón. Uno de los viajeros de ese segundo coche miraba aburrido por el vidrio de la puerta y cae al instante, contagiando a un total de nueve personas en todo el coche que a su vez forman hasta tres corrientes diferentes. Los vagones tres, cuatro y cinco caen rápidamente antes de que el tren llegue a la siguiente estación, donde la evocación de la cama vuelve a salir de los vagones llevándose por el camino un par de decenas de víctimas, sin importar ya si entran o salen del vehículo. El andén entero cae y antes de que el tren salga hacia la siguiente parada y bostecen varios niños, muchos adultos, la señora gorda del traje, el rumano del acordeón, el cuarentón que va a una entrevista de trabajo y una cantidad razonable de abuelos, aparecen nuevos focos al otro lado de la estación, el del sentido contrario y adiós a todos aquellos y a los guardias de seguridad y a las empleadas de limpieza y a los que están sentados viendo los monitores de las cámaras de seguridad y a la chica del mostrador y a los que bajan de la calle y a los que caminan por la acera y esto ya no hay quién lo pare.
5.58
Unidades de medida: Dindón (Del lat. dindonus) m. Unidad de Cálculo de Espera (U.C.E) utilizada para medir el tiempo que transcurre desde que en alguna puerta (o soportes similares y/o equivalentes) alguien llama al timbre de la misma hasta que otro alguien responde a dicha llamada. Suelen venir seguidos por un quién es, un qué quieres, un ya voy, un un momento, o etc. Si no hay nadie al otro lado de la puerta, no vienen seguidos por nada. La equivalencia de un dindón en a otras unidades de espera no es exacta y trae de cabeza a los expertos y calculistas de la Espera. Esto sucede porque la naturaleza del dindón surge a partir de condicionantes variables, tales como el estado de ánimo del que llama al timbre, su paciencia adquirida, la prisa relativa al momento, la relación existente (o en su caso inexistente) entre los participantes de cada lado de la puerta (o soportes similares y/o equivalentes) y lo moderno del timbre soporte. El estudio del dindón devuelve diferentes resultados según fluctúen los condicionantes listados. Algunos calculistas de la Espera hablan de dindones con valor que van desde dos a cinco suspiros, de uno a tres insultos, de uno a dos pataleos, de una a cuatro miradas al reloj, de simples fracciones de segundo a un par de minutos. También existen datos de dindones que duran algún que otro golpe manual a la puerta y de tipos especiales de dindones exponenciales. Esto es: Dindon ² = dindondindon // Bastante frecuente, indica cierta posibilidad de relación existente entre los participantes de cada lado de la puerta (o soportes similares y/o equivalentes. Dindon ³= dindondindondindon // Observado en casos de prisa Dindon 4= dindondindondindondindon // Observado en casos de mucha prisa o en casos en los que el participante que toca el timbre tiene ganas de molestar al participante que responde a la llamada. (Dindones de mayor valor exponencial indican progresivos aumentos de la prisa (persecución de asesino, destrucción del mundo tal y como se le conoce, ganas inevitables de hacer de vientre, etc) o de las ganas de tocar las narices.) D= [(Ea · Re) / (Ph²) ] · Fp · Fm Donde: (D) : Dindón (unidad variable) (Ea) : Estado de ánimo del que llama (en grados de enfado) (Fe) : Factor de relación existente (obtenido de tabla) (Pa) : Paciencia adquirida (en Paciencios) (Fp): Factor de prisa relativa (en segundos) (Fm) :Factor de modernidad del timbre (en años desde fabricación).
5.59
HUGO MUテ前Z GRIS RAW WORKS 2007/2015 HUGOMGRIS@GMAIL.COM LPGC // BCN