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Giovanni Tomasello, camino a El Dorado

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Ética y comida

Ética y comida

Alberto Arizmendi

pesar de su juventud, Giovanni Tomasello sabe que los tropiezos son parte del aprendizaje en el camino hacia el éxito. Italiano de origen, emigró a la República Dominicana, donde en menos de seis años ha desarrollado un proyecto que visualiza en el largo plazo como una corporación. Pieza importante de ello es El Dorado Cigar Factory, una de las marcas de puros más jóvenes en el país, con la que incursiona en los mercados nacional e internacional.

Sigue el ejemplo de su familia, que ha construido todo con tiempo, tenacidad y fuerza. “Soy de esos que no se rinden, que persiguen y de una u otra forma se reinventan cuando es necesario”, dice convencido. Sabe que en el Mundo del Tabaco le queda mucho por aprender, y por eso, más que hablar, escucha. “La humildad es uno de los valores necesarios para crecer”.

Considera que un cigarro no es sólo un conjunto de hojas de tabaco tratadas, enrolladas y prendidas, sino un estilo de vida: la respuesta a un ambiente sano, a la compañía, un licor, la música o una emoción. Apuesta por la diferencia, la innovación, pero respetando lo que haces, pues “si emprendo una tarea en la que no empeñe el alma, el corazón, significa que no es para mí”.

FAMILIA

La familia –por ambas ramas– proviene del sur de Italia, de Calabria y Sicilia, pero él nació en el norte, en una ciudad llamada Busto Arsizio, provincia de Varese, entre Milán y la región alpina. De origen humilde, su abuelo paterno era un buen maestro albañil, y el materno, ebanista, mientras que sus abuelas eran amas de casa.

Como en Italia se acostumbra dar al hijo el nombre del abuelo, en su caso no podría ser más que Giovanni, pues ambos se llamaban así. Su madre es Victoria Moscato, escritora, y su padre, Carmelo Eugenio Tomasello, un arquitecto destacado. Así que todo lo obtenido se fue construyendo con el tiempo, tenacidad y fuerza: “hemos hecho nuestra parte, pero quien tiene el mayor mérito es mi papá”.

De niño, Giovanni pasó mucho tiempo con sus abuelos. Recuerda sobre todo al materno, quien “tenía siempre un cigarro en la boca” y aparece así en una fotografía de la marca. De hecho, él intentó sembrar tabaco y experimentó con algunos procesos, pero este esfuerzo –más bien lúdico–, nunca lo pudo transformar en una actividad económica.

“Yo odiaba ese olor tremendo, porque en Italia lo más común es el tabaco Toscano sin curtir, del tipo Kentucky Fire Cured. Es con el que se hacen los puros de esa clásica forma cónica, que no tienen una capa lisa, sino una forma particular”, dice. Sin embargo, al fin niño, esto no impidió que pronto sintiera curiosidad. Y por ello hace esta analogía con Zeno Cosini, el personaje del escritor Italo Svevo, que narra:

“Mi padre dejaba por la casa puros de Virginia a medio fumar, en equilibrio, en el borde de las mesas y de los armarios. Yo pensaba que era ésa su manera de darlos por concluidos y creía saber también que nuestra vieja criada, Catina, los tiraba. A continuación me los fumaba, hasta que mi frente se cubría de un sudor frío y mi estómago se retorcía. No se dirá que, en mi infancia, careciera de energía”. (1)

Así fue más o menos el caso de Giovanni, pues el abuelo dejaba siempre cigarros tirados en el jardín, la casa, el garaje… “Entonces los quemaba de la parte de la boca, para limpiarlos, y luego los prendía y trataba de fumar. Aunque era inaguantable, había algo que me gustaba. Cuando tenía como 13 años, a veces le pedía ‘dame uno para probar’, pero me decía, ‘No, no, tu mamá…’ y al mismo tiempo, sin darme, me mostraba: ‘se trata esto, acuérdate, no lo respires’.”

MUDANZA

Sus padres prosperaron, y cuando Giovanni cumplió 14 años compraron un departamento en el centro de la ciudad de Legnano, situada a unos 30 ó 40 kilómetros de Milán. Cuenta que aún cuando este sitio no es tan grande, lo tiene todo y en términos urbanísticos es muy bonito: muchos espacios peatonales y verdes, con equilibrio entre las construcciones y la naturaleza.

En un conjunto habitacional, con tres condominios de cinco niveles, coincidió con siete u ocho jóvenes de su edad, con quienes formó un equipo de futbol y competían en torneos. Durante las vacaciones de verano eran completamente libres y el parque de enfrente, su territorio. “No teníamos preocupaciones. Vivíamos sin entender o querer entender cómo funciona el mundo real”.

En el mejor departamento de su edificio, que era como un penthouse, sin serlo, vivía Francesco Coco, jugador del Inter de Milán –a la postre seleccionado italiano– con su novia, la modelo brasileña Fernanda Lessa, y luego con la actriz Manuela Arcuri. “Imagínate cuando al futbolista le faltaba mantequilla, la sal o el aceite”:

– Giovanni, disculpa, ¿tienes sal? – ¡Francesco! Si quieres, también tenemos espagueti...

“Eran mujeres bellísimas –continúa–. Por ejemplo, cuando a Manuela la veíamos entrar con él, todo el mundo se paraba. Pero a pesar de su fama ella era una persona sencilla y amable, que iba al bar a tomar un capuchino”, cuenta.

EL VUELO

También fue por ese tiempo, cuando asistía a la escuela media –equivalente a secundaria– que viajó con sus compañeros durante el verano. Fueron a la isla de Malta y resultó una experiencia importante, pues el piloto abrió la cabina y les permitió tomarse fotografías. Giovanni pensó que eso era lo mejor del mundo: viajar, estar rodeado de mujeres bonitas y además ganar mucho dinero.

Así que a los 16 años comenzó a tomar clases en una escuela de aviación en la ciudad de Lugano, Suiza. Todavía lleva en la cartera los detalles de su primer vuelo en solitario: “Recuerdo que mientras hacía una maniobra, volteé a mi derecha y por vez primera vi el asiento vacío. Pensé que estaba empezando a hacer lo debido y quería que esa fuera mi vida”.

Al final obtuvo su Licencia de Piloto Privado, como uno de los alumnos más jóvenes en la historia de esa escuela. Aunque pensar que algo se termina es relativo. Primero, porque en muchas áreas nunca se deja de aprender, y después, porque dar el salto hacia la aviación comercial implicaba circunstancias fuera de su control.

Explica, por ejemplo, que en esa industria las aerolíneas importantes tienen sus propias escuelas y así reclutan a los pilotos. En su caso, el futuro conducía hacia Darwin Airlines, que era parte de Swiss Air. Pero la árabe Etihad Airways adquirió la mitad de esa empresa, pintó los aviones y le llamó Etihad Regional.

Giovanni buscó trabajo y entre otras propuestas estuvo la de Garuda Indonesia, que le exigía mudarse a Yakarta para atender vuelos locales, “a cambio de una taza de café”. Así que reintentó con Etihad, donde le pidieron obtener la licencia específica para los aviones Saab 2000, que le implicaba pagar miles de euros.

“Si esa compañía te bota o fracasa, tu única posibilidad es ir a otra que tenga el mismo equipo –firma–, y la única europea que lo usaba era Carpatair, de Rumania. Entonces me dije: ‘estoy comprando una cosa que cuesta 25 mil euros y no sirve para si algo sale mal. No firmé el contrato. Prefiero nada, antes de algo insatisfactorio”. La aviación comercial no resultó lo que imaginaba desde niño.

TORRE DE CONTROL

Cuando decidió no ser piloto, su antiguo instructor –que era controlador de tráfico aéreo–, le alentó para que buscara entrar a Skyguide, una empresa suiza considerada entre las más eficientes del mundo en la especialidad, ya que maneja el área-radar más popular del mundo. Al encontrarse en el centro de Europa, infinidad de vuelos internacionales transitan obligatoriamente por ese espacio.

Tenía un bachillerato como Perito Aeronáutico y alguna experiencia como piloto, así como la edad y otras cualidades deseables. Ese año se presentaron 500 aspirantes para cubrir cinco lugares disponibles y la empresa no brinda segundas oportunidades, pues el trabajo es tan estresante, que estadísticamente sólo 3 ó 4 por ciento de la población resulta apta. Las pruebas son extenuantes y exigen alta concentración.

Tras una primera selección quedaron 50 personas, incluido Giovanni, quien después pasó la prueba de control de vuelos y llegó a la etapa final, junto con cinco alemanes. Había una plaza precisamente en Lugano,

donde aprendió a volar, así que tras el control médico visitó la torre de control. Sólo faltaba una entrevista, pero como se requería dos aspirantes la cita se fue postergando. Le llamaron ocho meses después.

El día convenido la otra persona no se presentó: la mesa estaba puesta. La entrevista no fue técnica ni de conocimientos generales, sino más bien una conversación que condujo el Psicólogo. Giovanni esperaba una respuesta en dos o tres días, como en las ocasiones anteriores, pero no hubo tal. Al cabo de un mes le mandaron un e-mail para informarle que no cumplía con los requisitos: “Le deseamos lo mejor”, y fin.

Insatisfecho, buscó al directivo de Skyguide a cargo. Por teléfono, le respondió que de acuerdo con la valoración del Psicólogo tenía una motivación demasiado alta para trabajar. “Mostré demasiadas ganas… Es claro que no la razón verdadera no la sabré nunca –lamenta–. Fue el momento más difícil de mi vida, en el nivel profesional”

DOMINICANA

Pero sin importar los tropiezos, prefiere pensar que El fracaso no es el contrario del éxito, sino una parte del éxito; frase que han recreado –palabras más, palabras menos–, personas como Arianna Huffington, fundadora de The Huffington Post. (2) O la del Dalai Lama: “Cuando pierdes, no pierdes la lección”. (3)

Así que tras lo vivido, Giovanni trabajó en algunos complejos turísticos, fue DJ, hizo animación y colaboró en una productora de películas donde se encontró con “algunos descerebrados” a quienes les gustaba reproducir objetos que aparecieron en películas y series de televisión. Ellos hicieron una réplica del DeLorean de Volver al Futuro y dos de KITT, El Auto Increíble.

Al conocer sobre temas de sonido, en el caso de KITT ayudó al ingeniero con el sistema de audio. “El coche tenía como 700 interacciones vocales extraídas del programa original, tú le decías una cosa y te respondía; era algo único en Italia”.

Cuenta diferentes anécdotas de lo sucedido cuando exhibían los autos o paseaban en ellos. Pero lo importante es que así conoció a quien lo trajo años más tarde a la República Dominicana, el comprador de una de las réplicas, quien lo presentó con don Fernando, el dueño del complejo turístico Isla El Dorado y sus tres hijos: Luigi, Renzo y Máximo, que hoy son como sus hermanos.

Voló desde Italia el 29 de noviembre de 2016. Era una decisión tomada. Lo dejó todo y a todos… su padre, preocupado; su madre, feliz. El primer año estaba solo y no hablaba español, lo que en ocasiones era un problema grande. Pero aprovechó que en el complejo turístico se alquilaban el restaurante y la piscina, y los tomó. Resultado de su trabajo, pronto le ofrecieron hacerse cargo del hotel.

Reconoce que hubo momentos difíciles, pero las cosas fueron mejorando, de tal suerte que trajo a su madre y a una parte de la familia para que le ayudaran. Ahora es miembro de una compañía fundada recientemente, LOG-6T Italian Solution & Investments, dedicada a la construcción, inversiones y exportaciones.

LOS CIGARROS

En Italia, ya en su etapa adulta, convivió con personas que fumaban. Tenía amigos que volvían de Cuba con cigarros de verdad y los fumaba con agrado. Todavía no le gustan particularmente de los toscanos, y de inicio se sorprendió por la cultura del tabaco que existe en Dominicana, donde los puros tienen costos accesibles y alto consumo.

Luego, desde la perspectiva de negocio, valoró lo que el tabaco representa: “imagínate, este país exporta mil 300 millones de dólares anuales… De ese tamaño es el mercado”. Así que como a los socios de su empresa también les gusta fumar, pensó en incursionar en el negocio.

Sus primeros intentos fallaron. Hubo una serie de colaboraciones “trágicas” porque compró tabaco directamente y tenía a unos boncheros que ocuparon una parte del hotel para trabajar, “pero como no sabía, no tenía mucho conocimiento del producto dominicano especialmente, era fácil que me tomaran por el pelo”.

Hasta que por casualidad, siguiendo el rastro de distintas personas, encontró al master blender Martín Cornelio. “Yo sabía que teníamos que dejarnos llevar por alguien que supiera más que nosotros –reconoce–, y con Cornelio no se falla. Tiene una forma de trabajar muy distinta a otros que he conocido y eso es positivo. Se puso a nuestra disposición y me dio prácticamente todos los conocimientos que ahora tengo”.

Así surgió El Dorado Cigar Factory, que en 2021 lanzó al mercado su línea Constellation, con cuatro cigarros que toman nombre de una constelación: Andrómeda, Orión, Fénix y Pegaso. Cada uno tiene sus características organolépticas y cada persona puede elegir, de acuerdo con su paladar.

Andrómeda, el más suave, es un toro de 6 pulgadas, cepo 52 y capa Connecticut, casi dorada; Orión, un corona de 5.5 pulgadas, cepo 44, de capa Corojo Dominicano y mezcla de cinco tabacos diferentes cosechados en el país; Fénix –llamado Ave de Fuego por su fortaleza y carácter complejo–, es un toro box pressed de 6 pulgadas, cepo 52 y capa Habano 2000, y Pegaso, un producto de punta al ser su puro técnicamente más avanzado, es un torpedo de 6 pulgadas, cepo 52, con capa Negro San Andrés de México.

INSIGNIAS

El logotipo de la marca –en negro, amarillo y dorado– se inspira en la rosa de los vientos o rosa náutica, que señala los puntos cardinales y se usaba principalmente en navegación. Aunque en este caso simboliza el viaje de Italia a la República Dominicana, y por ello encierra en la parte superior el mapa de América, mientras que en la inferior, el de Europa. Un par de caballos, de pie sobre las patas traseras, flanquea el nombre de El Dorado Cigar Factory, como un recuerdo del abuelo, quien amaba a estos animales elegantes.

En el caso de las anillas, con una segunda anilla inferior unida a la principal que contiene el nombre del puro, su forma y estructura es la misma. Destacan los bordes y adornos en dorado, así como los dos tonos de su color distintivo: azul para Orión; verde en Andrómeda; el rojo fuego de Fénix, y blanco, como el caballo mitológico Pegaso.

Una corona superior conduce hacia la rosa de los vientos, centrada por tres medallas. La principal, con la inicial del nombre del puro, aunque en los casos de Pegaso lleva una “E”, y en el de Fénix, la “X”. A la izquierda, como blasón familiar, dos leones rampantes y al centro la espada, “una de las armas blancas más nobles, fuertes y antiguas, identificada como la palabra de Dios”; la familia es muy creyente. Al extremo opuesto, algunos elementos del escudo dominicano, con seis lanzas, la cruz, la Biblia abierta en el Evangelio de San Juan y la frase “Dios, Patria, Libertad”.

Durante el Dominican Cigar Fest, celebrado en junio pasado en Tamboril, Giovanni ofreció como innovación una caja llamada Cigar-Tasting, con ocho unidades; un par de cada una de las vitolas de la línea de Constellation, para que dos personas compartan el mismo puro. “Para nosotros el cigarro no es sólo una cantidad de hojas de tabaco tratadas, enrolladas y prendidas, sino un estilo de vida: la respuesta a un ambiente sano, la compañía, un licor, la música o una emoción”.

Sabe que El Dorado es una de las marcas más jóvenes de la República Dominicana, y por eso “durante el evento traté de darme a conocer como la persona que soy, que tiene mucho por aprender y que más que hablar, escucha. Al final, todo lo que nos digan sirve para seguir haciendo el trabajo. Tenemos calidad en nuestro producto y buenas ideas. La humildad es uno de los valores necesarios para crecer de forma sana”.

Pero al mismo tiempo, aborrece lo estandarizado: “Es mucho mejor que la gente llegue y te diga que tu puro es demasiado fuerte, demasiado así, demasiado eso, que la caja no le gusta porque es demasiado negra… Está bien, porque hicimos algo fuera del estándar. Eso no significa ser temerario, sino mantener una identidad. Si vamos siempre uno atrás del otro no hay innovación. Es claro que no puedo hacer cigarros con hoja de plátano. Se trata de introducir novedades respetando lo que haces”.

CAMINO DORADO

La empresa LOG-6T Italian Solution & Investments, con algunos socios italianos, compró una parte del complejo El Dorado, donde construirá un edificio de ocho niveles con 20 apartamentos: El Dorado Palace. Paralelamente se utilizará el espacio de una antigua discoteca para establecer un restaurante-bar y el Cigar Club, en cuyo jardín tendrá un área para fumadores.

El proyecto de la compañía, en el largo plazo, incluye la construcción de cuatro torres de tres niveles para el hotel, que permitirán sumar 12 habitaciones. Finalmente, sobre lo que en un principio será estacionamiento, se proyecta un edificio con cinco pisos y 40 habitaciones, conectadas a la piscina por un puente de cristal, estilo Hilton.

“Para entonces El Dorado Cigar será una realidad presente y una de las patas de esta gran mesa que quiero llamar desde ahora El Dorado Corporation. Pero el concepto es mantener una identidad, siempre con el nombre El Dorado como marca, porque el hotel, el complejo turístico, existe desde 1998”.

De acuerdo con Giovanni, sin falsa modestia, ha tenido una buena vida, pero le falta mucho por construir, echar raíces pro-

fesionales en forma definitiva para todos sus proyectos: “Me gustaría decir algún día que hice muchas cosas y todas ellas me dieron mucho más de lo que les invertí. Ahora estamos en ese punto. Tengo 35 años estoy luchando por afirmarme en un trabajo, tener un nombre…”.

CITAS

1. SVEVO, Italo. La Conciencia de Zeno. Ed. RBA Libros. Barcelona, España, 2014.

2. ELOLA, Joseba. A partir de una frase. Diario La Nación, julio 18 de 2010.

3. CASTILLERO, Óscar. 100 frases del Dalai Lama para comprender la vida, en: https:// psicologiaymente.com/reflexiones/frasesdalai-lama

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