La finca adquirida A B C . A Ñ O T R I G É S I M O T E R C E R O . S E V I L L A DOMINGO a6 D E D C B R E . D E 1937. P Á G I N A zs. Nos basta por el momento—y tal ha .sido nuestro objeto—consignar el rasgo de des- prendimiento ejemplar que acaba de reali- zar el general Queipo de Llano. Añadiríamos que son tan feraces y tan productivas las tierras adquiridas, que es suficiente una parcela de pequeñas dimen- ; siones para dar de vivir holgadamente a una familia.