Vale la pena ser fiel Tanzania | 4 de Mayo
Prisca
Presión
MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN AFRICANA CENTRO -- ORIENTAL
[Pídale a una adolescente o a una joven que presente este informe en primera persona]
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V
ivo en Tanzania, soy estudiante, y doy lo mejor de mí para obtener buenas calificaciones. En la primaria, a los maestros no les importa mucho que no asista a algunas actividades que se planifican para los sábados, pero cuando llega la hora de los importantes exámenes nacionales, la cosa cambia. El promedio que uno obtiene en esos exámenes determina su futuro. Si uno sale bien, puede ser admitido en una de las mejores escuelas secundarias y más adelante en la universidad. Las escuelas también se ven afectadas por el resultado que los alumnos obtienen en estos exámenes. Las escuelas son clasificadas según el desempeño que sus alumnos muestren en los exámenes. Por ello, a los alumnos se les imparten clases los sábados, una manera de prepararlos para los exámenes nacionales.
Por todas partes hay mucha presión. Pero, para los adventistas, la presión es mayor. En mi escuela, de más de cuatrocientos alumnos, solo habíamos diez adventistas, pero, lamentablemente, algunos de ellos decidieron asistir a las clases de los sábados, haciéndonos más difícil el problema a aquellos que nos negábamos a asistir. La subdirectora de la escuela era adventista. Ella era una maestra dedicada y respetada, que apoyaba a los alumnos adventistas cuando estos no asistían a las actividades de los sábados; pero, un día, el director anunció que ningún alumno debía faltar a las clases de los sábados. Nosotros sabíamos que sus palabras estaban dirigidas específicamente a los alumnos adventistas. Ya no había oportunidad de pedirle a él ni a nadie que aceptara nuestra excusa. Nuestra amiga la subdirectora ya no podría interceder por nosotros. —No quiero escuchar a nadie pedirme que le dé el día libre —dijo el director. Luego, me miró directamente a los ojos para decir: —Prisca, espero que vengas. Acto seguido, salió del salón. Yo me quedé pasmada. Sabía que el director iba a estar pendiente de mí al día siguiente, y que si no iba habría problemas. Pero yo estaba determinada a ser fiel a mis convicciones. Cuando mis amigos me preguntaron cómo haría con las clases especiales que comenzarían al día siguiente, les respondí que estaría en la iglesia adorando a Dios.
Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com
Cápsula informativa Tanzania está ubicada en el corazón de Africa oriental. Más de 437 mil adventistas viven en Tanzania, un país con 46 millones de habitantes. Esto representa un adventista por cada 105 personas. Mwanza es la segunda ciudad más grande de Tanzania, con una población de cerca de 2 millones de habitantes. En la región, sin embargo, viven unos 8 millones de personas y casi 134 mil adventistas, lo que representa un adventista por cada 60 personas.
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Esa noche hablé con mis padres sobre al anuncio del director. Me preocupaba el hecho de que si no iba a esas clases preparatorias saliera mal en los exámenes finales nacionales. Mi papá me recordó que Dios nunca ha sido derrotado, y que Dios resolvería el problema. Entonces, papá oró y le pidió a Dios que me ayudara a permanecer fuerte en la fe, lo que me hizo sentir mucho mejor. La mañana del sábado fui a la iglesia, pero se me hizo difícil mantener la mente distraída de lo que estaba ocurriendo en la escuela. El domingo llamé a algunos de mis compañeros para averiguar qué había ocurrido, pero no pude comunicarme con ninguno, así que me preparé para ir a la escuela el lunes, como de costumbre. El lunes por la mañana, antes de llegar a la escuela, una de mis compañeras corrió a saludarme. —Prisca, ¡tú debes tener poderes mágicos! — me dijo, mientras yo la miraba confundida—. El sábado temprano vinimos a la escuela, como nos pidió el director que hiciéramos, ¡pero el director tuvo una emergencia familiar y tuvo que cancelar la clase! —Lamento escuchar que el director haya tenido una emergencia —le dije—, ¡Y yo no tengo poderes mágicos! Mi familia y yo oramos para que Dios me ayudara a permanecer fiel a él y a confiar en que él resolvería la situación. Dios escucha nuestras oraciones y se hace cargo de ellas. Mi amiga, quien jamás se había interesado en Dios cuando había hablado con ella, se quedó pensativa. Entonces, me dijo: —¿Qué puedo hacer para tener una fe como la tuya? —La fe se obtiene al compartir tiempo con Dios y conociéndolo —le dije—. Lee la Palabra de Dios y habla con él. Mi amiga me pidió que orara con ella, y más
Parte de la ofrenda del decimotercer sábado de este trimestre ayudará a completar un muy necesitado hospital con el que se espera poder alcanzar a muchas más almas para Cristo.
tarde aceptó mi invitación a acompañarme a la iglesia. Ella continuó asistiendo a la iglesia y aprendiendo cómo desarrollar una relación con Cristo. Un año después, aceptó a Jesús como su Salvador y pidió ser bautizada. Estoy muy feliz de haber mantenido mi compromiso de guardar el sábado, ante cualquier circunstancia.
Maneras de testificar Nuestras ofrendas misioneras ayudarán a preparar a más jóvenes para mantenerse fieles a sus convicciones. Las escuelas adventistas educan a los jóvenes para el liderazgo y para llevar a otros a Jesús. Este trimestre, parte de la ofrenda del decimotercer sabado ayudará a completar la construcción del hospital de Mwanza, en Tanzania, una ciudad grande ubicada en la costa sur del lago Victoria. Gracias por su generosidad, la cual ayudará a que más personas puedan conocer de Jesús.
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