IATR:BIBLIOTECA DRAMÁTICA PUERTORRIQUEÑA S.XIX: 1884 EL TIRANO DE SÍ MISMO de CARLOS PEÑARANDA

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- EL • TIRANO DE Si MISMO. DRAMA .


EL 'rIRANO DE SI ·MISMO. DRAMA HISTORTCCJ EN T.l¡tES ACT()S Y EN ""ERSO,

ORIGINAL DE

Kayaguez 15 Enero 1881.

Mayaguez 16 Noviembre 1882._

' TIP. ColOBOliL, :lllayasuez, Marina. 1884.


PERSONAS._ OLIMPI.A CAMPANA. TEODORA, su doncella.. EL DUQUE DE ALBA, Gobernador de Flándes. ANTONIO MOOR. ,ERNANDO DE TOLEDO, hijo natural del duque. EL CAPITÁN JUAN DE VARGAS. DON DIEGO NUÑEZ, enviado de\ Felipe II. ENRIQUE DE BREDERODE, Señor de ,1 iánen. EL CONDE DE HESSE. ARTOIS, noble flamenco. UN CONJURADO.

Da:1n.as9 solda.dos, conjurados, vei.-­ d1.1a-o, esbiri·os del Tribunal .

La acción <le los tres actos, en Bruselas . FINES .DE 1568 . •


ACTO PRIMERO. Salón del Palacio de A.lba, iluminado como· para una fiesta, pero . con alguna severidad: al foro y más alt.a, con escalinata. en el

centro, galería practicable, que se supone comunica por la

derecha con los salones. de baile, y por la izquierda con la es­ calera de ingreso al Palacio. Sillones de �lto respaldar' y espejos cuadrilongos. Al levantar�e el telón, deben aparecer, entrando en escena, BRE·· DERODE, HESSE Y ARTOIS.

Las indicaciones están tomadas del lado del espectador.

. ESCENA PRIMERA. BREDERODE, HESSE, ARTOIS.

BREµ. ART. HES.

ART. "BRED. ART.

RRED.

Y ¡vendrán! Así lÓ espero. ¡Y ellaf ¿Quién lo duda! Baste : de.ciros que en su propósito mostra�a empeño. ,. • ( Signijicatt"vo.) ¡ Harto gra:nde! ¡Lo decisY. __ . Yo sólo digo . que ·há tiempo ronda su calle

• don Fernando, y que esta noche aquí deben encontrarse.

HES. BRED.

¡Sospechais? ... Nada sospecho: ,


-6-

'

afirmo. Sé que él, amante la obsequia, Hesse, y ella, Olitnpia, como mujer, será frágil. Que don Fernando la adora ART. lo sé también: sin cuidarse del sigilo, lo hizo público en Goude-Wieg la otra tarde. Más dijo: que ay del osado que, por suerte ó por m·ás hábil, intente de sus deseos la victoria disputarle. Achaques. son de sus años y amor' de las mocedade·s: más ella, estad b�en seguro, no piensa en esosafanes; .. aconsejó que viniéramos.... ·•No será consejo en balde. Por co1nplacerla he venido. BREO. y yo. HES. ( Mirando alreded-Or.) Los prin1eros. ART. Nadie BRED. • nuestra exactitud ·iguala. Cierto. HES ART. No os pese., BRED. tCreeis fácil que logref .... ART. Pienso, á lo ménos, que .. si asistiendo á este baile, no se desorienta el de Alba, yá puede el diablo llevarle. BREO. ¡ Lo su yol'se llevaría! HES. Pues ella espera.... J ART. -i. ¡Es un ángel! • No há dos años que las tocas vistió de viuda, y eso. hace que -á vengar su noble esposo se consagra. ,HES. ¡ Pobre Jaime, tan· noble, tan caballero!


7-• ART.

HES.

BRED. HES. BRED.

1-1 ES.11

ART.

BRED.

Fueron sus prc:ndas en balde, Hesse; y por cierto que nunca anitnó un odio tan grande ni unos ojos más hermosos, ni un rostro n1ás adorable. ¡Odio, Artois! ¡Si el que en mis venas (Con 1'0t aorda.) �corre, inflamando mi sangre, pudiera en dorada copa dar al duque!. . :r Oí anunciarse que fatigado el de Alba de lucha, que yá lo abate., pidió relevo. ¡Así fuera por bien del reino y da Flándes! . ¡Callad! ¡Pues qué! ¿tendreis miedoT ( Con rt,CO_n¡ Miedo yo del hombre infame, cer,wada ira.) rudo azote de mi patria y mónstruo de iniquidades! No, Brederode; pero temo que la luz, el eco, el aire, puedan delatar un grito, un gesto airado, una frase, y esta venganza .de todos . torpemente malograrse:' • Razón teneis. Yo, de Olimpia dando por buenos los planes, vine aquí, mas por doquiera _voces oigo amenazantes contra el de Alba, y ven mis ojos espeso vapor de sangre. Celebra nuestra derrota, y nosotros, miserables, á presenciarla venimos ó débiles 6 cobardes. Los buenos huyen, al seno de Alen1ania á refug_iarse .... ¡Los buenos decist No; todo�,


-8-

HES. ART. BRED. HES.

ART.

BRED. HE"s. ART.

de amor patrio en santo alarde, en las orillas del Gette sucumbir süpieron, ·ántes que doblar al vil tirano la ·rodílla y humillarse! ¡Oh dolor! ¡Gloria á sus non1bres! ¡Sí, y vergüenza perd�rable' a las manos que estuvieron ociosas en aquel trance! . a,Pensais que inútiles sean! l Con creciente ard-0r.] N � ta�, Brederode, que aun· hay ojos que ardientes devoran ·10s edictos imperiales; brazos que opriman la lanza con vigor en los combates, y odio al moderno Granvela, odio á muerte, odio salvaje que, cual volean contenido,· _ tal vez de improviso estalle. Cierto, oid: poco há, en Amberes . ví el patíbulo elevarse:· un tal Cristobal Fabricio, luterano, aquella. tarde quemado en él ser debía, vivo, para n1ás barbarie; • mas propúsose la plebe irnpedi rlo á todo trance, y viendo el verdugo, que iba su víctima yá á escaparle, .... ¡Qué hizo? (Con ansiedad.) ¡ El pueblo!. . [ Con espetanza.] ·[ Con pena. j . ¡A puñalaclas remató el verdugo al n1ártir! [Brederode y Hesse se

Mas .. pueblo que pi�rde el mi.edo.. apartan con disgusto.]

HES.

¡� o pensais �cual yof. . ¡Cobardes! ¡ Abandonaron la víctima, Artois: pueblo que tal hac�. •


BREI> .• HES.

BREO. HES.

.

ni nuestro tesfuerzo merece ni tiene en las vénas sangre! ¡Veremos! Sí; pero en tanto [ Con ar� y olw. elsttio en,� gime, en servidumbre Flándes, ifanoo ,e encuentra. J aumentanse 1 os tn. butos, . y, de orgullo en loco· alarde, con nuestros mismos despojos y el bronce de los combates, se eleva una estátua en vida el tirano abominable: de la más alta nobleza siega vidas á millares, cual mónstruo que no se sacia, el0 _Tribunal de la sa1tgre: • d el héroe de Gravelines y de Horn _los tristes manes, á voces piden venganza, ¡ay! que no sabemos darles: espíase la conciencia que es de Dios y es inviolable, y crece el número, y crece de víctimas, y el desastre; y ese aborto del infierno, ''más,,, sie1npre clama insaciable, ¡hiena inmunda que· hoza alegre los montones de cadáveres! I ) ero manana ! .. Por r1sto ... ¡Señat. ¡ Libertad y •Flandes! _ ( OO'n mtuaiasmo ,ao

e• '

con�. •

( El capitán Vargas, que en este momento di� apar«er u­

gundo término dra. como para aproxi.·marse al grupo, oye ltu

BREO HES. BREO". ART.

últimas palabras y se aleja. ¡Silencio, Hesse! (O<m recelo:) ¿Tendreis miedo? . ¡Vive Dios, pronto os vengásteis! Alguien se acercaba. __ _ Y ¿quién.?. . . . ( Sombrío.) ¡Bah, si es Moor! (Tranquilizánooae.)


- 10-

¡Moort

BRED. HES.

¡Qué n1e place!

ESCENA 11. DieHOS, MOOR ¡ Hesse!. _ . _

MOOR HES.

¡Hola, Moor!

Bien léjos se os suponía. Lo estuve; mas yá hace un día Que de Alemania volví. ¡Honor al hábil pintor gloria de Utrech!

MooR HES.

¡ Desvarío!

MOOR

-ART. MOOR BRED. MOOK ART.

Si lo que hay en mí no és n1ío,

¡cómo lo será el honor? Y ¿á qué fuístef Fuí_ á pintar un retrato. De. __ . Concluyo: del Príncipe. ¡Como tuyo será! ¡Me vas á adular? ¡ Adulación! Si intentára alguien hacerlo, no miento, muy por debajo su inte1�to de la realidad quedára . . La imágen dulce y hermosa de In(!S Vande, lo asegura. ¡Qué color y qué frescura! . ¡Qué semejanza asombrosa! Pues más lo prueba, en verdad, •

t

.

MOOR

HES.

ART.

. (Se saludan cariñosammte.)

¿Qué, tú aquí!

ART. BRED.

(Por el foro.)

'

�de Leonor N esse el retrato: ¿cómo hiciste, en breve rato, prod_igio talT

lt


- 11 -

MoOR

HES. MOOR HES. MooR

Escuchad. Murió Leonor, en la flor de juventud tierna y pura, no falta quien asegura que por desdenes de amor. Su buen padre, . , muerta, al verla, poseer su imagen penso y á mi pincel recurrió, pues ª rté á conocerla. En tra Ece bien inhumano me pu , y remiso anduve; mas p�na del caso tuve y· del dolor del anciano. ¿ Có1no, con mano tranquila, SQrprender de modo cierto, bajo aquel párpado muerto la luz de aquella pupila? ¡ Imposible! ¿ De qué suerte, yá con pena ó sin agravios, animar aquell<•s • 1ábios inmóviles por la muerte? Empecé: junto á mi estaba el noble anciano gimiendo; pero, de improviso, viendo cómo el lienzo se animaba, grito de triunfo lanzó ante la figura bella, 1ne abrazo' y e1 amando.... '' es e11a..' " con su llanto me inundó . . Copié imágen fugitiva... ¡ Sí, mas con verdad tan cierta, que lograron verla, 1nuerta, aun más hermosa que viva!¡ E xagerais! ¡Vive Dios! ¡ Que pincel que así fulgura copie la torva figura • del de Alba! El odio habla en vos,


12 -

ART. •. BRED.

Mooa

rlesse: que es. el duque prudente y cortés y caball_ero. Pienso que estás lisonjero. • Si; tanto como valiente (Irónico.) y humano.• ¡ Por Dios, ·quedára medrado el duqu��- á mi ver, si por vuestro. p�recer la historia lo retratára! aunque vuestro enojo afronte, tengo en su. ardor fé segura�. ¡ Ah, sí! Brissac lo asegura y la guerra del Piamonte. Es cuestión de parecer [ Disin�ulando y procu�·ando cambiar de conversación.] y le place enaltecerlo: adetnas1 l\'Ioor, al hacerlo, cumple un honroso deb�r. Es su protector y amigo. Dices bien; pero no es sólo un deber: \_yo nunca inmolo ' . . la verdad en cuanto digo. De Viánen, dejad quo os ruegue-� le juzgueis con más cordura... ¡ No hay elevación ó altura á que el huracan no llegue! I .Je calumnian: torpe insidia­ no de vos- de otros quizás .. ¡ y· la calumnia no es más que una forma de la envidia! Su hijo... ¡ Del opuesto bando sólo él ... • ¡Qué bizarría! Flándes no se quejarí� si gobernase .Fernando! De conversación n1u<lemos. (ligera pausa.) ¡Qué, Moor, intra�quilo estás! Taciturno estais. ( Con indiferencia.) Quizás. 7

\

BRED. ART.

MooR

;

BRED. ART.

H.ES.

Moon

ART. HES. MOOR


I

13 BREO. ART. BRED.

MooR ART.

MooR·

¡Vuestro pesar no sabremos? Es cosa rara. ¡Tú triste! Decidnos qué... No os asombre. ¡ Pues qué, el artista, no es hombret ¿Caso de an1or! (Despius de un momento.)

Bicn,dijiste. • .Amor es: amor eterno, avasallador, ardic_nte...

¡ Me alzó al cielo, y de repente me despeñó en el infierno!

[Empi,ezan á c,-uza1· por el foro algunos con�:i-

dados, iú izquierda á derecha.] BRED.­

MooR 1-lES.

MooR

ART. M OR ART.

MooR

,nesdeñosaf

No la infamo.· ¿De alta ·estirpeJ' ¡Qué sé yo! ' ¡Áspera, intratablé!.. No,

/no hablé nunca á la que amó. ¿Estás-loco!

Más valiera...

MooR

mas tengo el juicio cabal. ¡La vísteis, y?... .� ¡ Por mi· mal!

MOOR

• De esta manera-.

HES. ART.

¿Cómo fué.' Del sol al último rayo iba meditando yo, y ante mis plantas surgió, como las flores, en Mayo. Y, por Dios, que quien la viera creyese, á tantt? esplendor, -que era la primera flor que daba la primavera. Yo, que en su rara beldad á .un s�eño hallé semejanza, ,

.

pense que era m1 esperanza convertida en realidad.


14 -

-

á ofenderla quéme, • Y • acerc ó un menguado• • tambien se ¡ Q é hic iérais vos u ?

·A c

HES. MOO R

hice

¡N o

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y Brederode. )

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o

l Mi secre o t é! Ella está all , í rto h a y dud a no, ,

! re plan su r Y qu sa be n. . . ¡ s

lo dudo . )

e

11 1.

el c or azó n qu

he

brazo de Don Fer­

)

de M o r y yé coraz ón de roca.). (Al oido dose . n y loca!) Id. inút l ) i

e

lias ¿ có m o

• la

yá !

T Era. . ..

¡Q uié n

P sió (¡ a (Bu ena suert

¡Imp r

man � ,acat la upada.)

decid

,

v m a ente al ve la.)

Es ella (¡ !

(Hooiffldo ade­

.

cruzando el foro, del

1oledo. )

dl

Nunca

fu er a .

a

( Olimpia aparece

(V

¡

ESCENA

R

taimado .. .

tinieblas

s

¡era hermosa

..,..

MOO

la en vísteis !

la

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H ES. oo

al

dcf e nde 1 a .

o

y sumirlo

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M

Yo

y : E o s C o a audaz st i le dí a g l o ura e as l infama.•. u erm s a h í q no v yá la dama . e o í p r ros tro volví. ndo m c u a i Va a en nieblas m espíritu , i g cruz o r la ta l f uera , p que , rá un cie o most la luz g ra

BRED. MOO

r

e

/ pe o s1; r

yo .. .

(Id. dándole la ,nano . )

,

n -


'

15 -

¡yo muero de amor� aquí! • ¿VaciloT. . ¡Nó... le hablaré! ¡Corazón, sube á mi boca! Que tiene el pecho de roca... ¡No importa!.. ¡J..,9 ablandaré! ¡El duque!.. ( Ve acercarse al duque, y 8erdira/oro dra�)

ESCENA IV. EL DUQUE, SEGUIDO DE JUAN DE VARGAS.

DUQUE VAR. DUQUE

VAR. DUQUE. VAR.

DUQUE VAR.

DUQUE VAR. DUQUE VAR. DUQUE

[ler. término dra.) •

Observa si escuchan.

¡Nadie! {lkspues de cerciorarse tk que után BOlol.) ¡Al fin! aquí podemos hablar: que es negocio grave adivino por tu aspecto. Yá te escucho. No os engaña vuestra sospecha. Habla. Ten go ( Oonmi,tmo.) de una traición, vasta y sorda, el hilo yá. ¡ Por el cielo! ¿Quiénes sónT ¡Brava pregunta! Los de siempre: estos flamencos con el corazón de trapo y la cabeza de hierro. ¡Sus nombres! En cuanto á nombres, he de guardar el silencio. ¡Dí sus nombres! (Coni,nperio.) ¡Qué! ¡Tan corta. confianza yá os merezco? ¡ Por Cristo! ¡Que si otro alguno se aferrase en tal silencio, te juro que, por mi nombre,


-16VAR..

DUQUE

VA.R.

DUQUE VAR.

'DUQUE

había de guard�rlo eterno! ¡Si '"quereis que yo le. guarde!. .. ¡Juan! ( Con severidad.) Decidlo; y os prometo que sabré darme la muerte sólo por obedeceros. Lo sé.· (Más afable.) Viles cortesanos

hallareis, señor, á ci�ntos; pero Vargas no hay·más que uno humilde y fiel como un perro.

Basta, Juan. Tú sólo sabes .comprenderme, en este infecto

nido de intrigas bastardas y de traidores.

Muv � cierto.

'

¡Juro que los vencereis DUQUE VAR . •

DUQUE VAR.

ó pierdo el no1nbre que tengo! Bien: habla. (Impaciente.)

Mañana mismo (Bajando la ooz.) no sé dónde, mas saberlo os juro, aunque se me escondan en- un· rincón del infierno, tienen misteriosa junta est<>S nobl�s turbulentos.

¡Miserables! Sé que·en ella algunos de los dispersos de Luis de N assau. los mismos . que resistir no supieron

·frente á frente y cara al sol ...la embestida de los nuestros, • en las sombras de la noche y en las tinieblas del mied9, vencernos quieren ahora á traición y en el • silencio. '' Libertad y Flándes,"_.grito DUQUE

es y seña.

1

¡Error funesto!


17VAR.

DUQUE

VAR.

DUQUE VAR.

DttQUE

VAR.

DUQUE VAR. DUQUE

Mas ántes que dén con ámbas, vereis cómo todos ellos habrán de klar lspn la muerte que dispongais á sus yerros. ¡ Herejes son! ¡Luteranos y traidores y flamencos, que estas palabras lo mismo son, y lo mismo aborrezco! Ya los escasos leales con el de Aremberg murieron, y algunos, que me rodean, como dudosos contemplo. Si; os rodean: los traidores aquí están ... ¡Un signo vuestro y todos caen en mis manos en este instante! No. (Despues tk dudar.) Pienso . lo mismo, que así mañana será el golpe más certero. ¡Oh, yá el plazo se me antoja largo, interminable, eterno! ¡Ah, gozad por esta noche, (Di,rigiffllU>lavistaal/oro) acariciad dulces sueños, que en los bra�os de la muerte será el despertar horrendo! Mas ten cuenta, Juan, que alguno se evada . No: os lo prometo. Y ¡cuál de ellos por ventura rompió mis redes .de acero! ¡Ni uno! ( Con imperi-0.) Ni • uno. [ Con seguridad y aplomQ] Bien: mañana . . . , av1sa1s en primer termino al Tribunal; yo, en persona he de acompañarte. Quiero que me enardezcan.sus mismas

.


. 18 _:_ palabra� y conocerlos, VAR. DUQUE VAR. DUQUE VAR.' DUQUP. VAR. DUQUE VAR. DUQUE VAR.

Y, despues ... Yé\.

(¡Oh Dios, más sangre, más sangre aún... Mas... ¡qué es esto!) [.Domincin-

. cwe.]

¿Oiste? Muy bien. • Averigua con diligencia, con celo, y mañana...

¡Si, entendido. Ciento dos, mejor que ciento! (¡Qué hombre!) Sitio, pues, y hora. Los sabreis, señor, á- un tiempo. [¡Si tiene el pecho de mármol!] [¡Si tiene el alma de hierro!]

Tu lealtad y tus servicios tendrán r�con1pensa . . ¡ En eso [ Con rudeza.] no pienso yo, por 1ni nombre! • .Sino en que mi brazo, en ello, al rey y á vas sirve bien

y á "la religión primero. DUQUE'

Y aun si necesario fuese ...

Alguien se acerca ... Silencio.

ESCENA V. DICHOS, DoN FERNANDO.· VAR. DUQUE

D. FER.

.,

¡Vuestro hijo!.. [Oonciertodisgusto:l' [Oonftialdad.] Don Fernando, - ·,, ¡me buscaisf • •

El· 1nensajero · del rey, ·que há tanto esperábais, acaba en este momentó de. llegar: en vuestras manos entregar quiere unos pli�os.

>


-19-

DUQUE

Antes·pudo saludarme, porque es grande amigo nuestro, y aguarda sólo licencia para entrar. t . ¡Oh, ya lo espero! í Hace seña á Juan, que se retira y vacdve con

:QonDiego.J

[¡Del reyl ¡Si me concediese ·la vénia que tanto anhelo para volver á Castilla! Aqµí está. Voy á saberlo.]

ESCENA VI. DICHOS, DpN DIEGO, VARGAS.

DUQUE

D. DIE.

DUQUE

D. DIE. DUQUE

D. DIE. DUQUE

¡Sois v'os! (Adaantándose á rttcibirlo.) Por gracia del rey, de quien traigo encargo expreso de sal u daros, y en mano propia daros estos pliegos. [Los mwega] A la vez, duque,· gozoso esta ocasión aprovecho para saludar al hombre gloria de España y su tiempo, espejo de capitanes y de cristiandad ejemplo. Gracias al rey, cuya vida propicio no� guarde el cielo, y á vos tambien, por las frases que hondamente os agradezco. Me honrais. Perdonad ahora... Vuestra impaciencia comprendo. (Pausa. Nuñez, don Femarulo y Vargas for­ man grugo: el duque .fiuura l«,- para sí.)

"Vuestra carta, por la muestra , , harta: conoc1, con razon


-.20-

• (Hablad-O.)

D. DIE. DUQUE

D. DIE. DUQUE

D. DIE. • DUQUE D. DIE. D. :FER.

,

que era, en verdad, vuestra carta agradable como vuestra. Decísme que van vencidos los de Orange: así lo espero. Son hombres, para un guerrero como vos, poco ternidos. Su última rota sabré con gusto, y tal la preveo� Tocante á vuestro deseo, ' (Mostrando disgusto.) en la ocasión, proveeré. Cuidad que al pueblo no ofenda el castigo que hais de dar; mas no os dejeis ablandar en cuanto ávidas y hacienda. Sea inexorable la ley y haga el Tribuna_! su oficio: importa al mejor servicio de la religión.-El rey." (Ligerapausa.) '--(A DonDiego.) La voluntad soberana se cumplirá.-¡Cuándo os vais? \ Si órden.eri contra rio dais, debo ausentarme mañana.. Os ruego Jo demoreis. Al mandato me acomodo. Sois muv cortés. De ese modo buenas nuevas llevareis, Y aunque· la fiesta que doy '·¡-: avisa un triunfo, no incierto, otro espero, y es por cierto � n1ayor que el motivo de hoy. Inexorable·' la , ley. pronto ejercerá su oficio, ·cual lo reclama el servicio de mi Dios y de mi rey. ¡Acaso conspiradores, luteranos? __ . . Sí, don Diego . ¡Pues bien, el hierro y el fú�go! (Acentúese.) ¡Cómo se llaman Y ( Con interés y velumencia.)


-21 -

DUQUE

D. DIE.-

DUQUE

D. DIE.

DUQUE

D. DIE.

D. FER. DUQUE D. FER. DUQUE

D. DIE.

DUQUE

D. DIE. DUQUE

(Fria ysecamenÜ!.)

Traidores. Y olvidad que habeis oido. Dispensad, N uñez, mi afan, ( Cambiando ck tono'\ ) y decidme cómo van las cosas del reino. Han ido bien y mal, en casi iguales .. partes; que así, dividida, vá corriendo nuestra vida, mitad bienes, {llitad males. Se dice que los moriscos. _ ... Pretextando, pór su mal, la pragmática real, allá en los ásperos riscos de las Alpujarras, quieren resistir. Gente es menguada. Mas sin freno y desbordada. Ellos talan, roban, hieren, su propia hacienda destruyen con ardor inusitado, y, delante de un soldado, cual tímidos ciervos, huyen. ¡ Pobre gente! ¡Os causan pena! (&vero.) Yo, señor. . . . (Turbado.) ¡ Es singular! ¡Nunca os he visto abrazar una ca1Jsa, que sea buen�! Seguid, don Diego. La ley rota; olvidado el honor, don Fernando de Valor quiere proclamarse rey. U sos les prohibieron, que protestas eran, no usos. Sólo acusaban abusos y tibieza en nuestra fé. Razón teneis; y baldón

·'


. surja

>

fuera haberlos tolerado, por alta razón de Estado si no hubiere otra razón.

¡Ah! ¡Cómo pasan, don Diego, hombres y acciones gloriosas y en pos de edades dichosas luto y pena vienen luego! Si: ¿dónde está el esplendor que aun conserva la memoria,

y alumbró, absorto, la gloria del invicto Emperador? ¿Dónde la inquieta osadía que puso entre tanta hazaña, tan alto el honor de España | en Cerignola y Pavía? Nuestros padres dieron leyes ' á la Europa, que aun se humilla, y llevaron á Castilla prisioneros á sus reyes; ¡y de tanta gloria en pos

'

soñaron, fuertes, sin mengua,

sólo una patria, una lengua, un rey sólo y sólo un Dios!

- Para nosotros se ocultan

aquellos astros instables, y moriscos miserable

nos escarnecen é insultan.

D. DIE. DUQUE

¡Ah, yá no inquietanal mundo nuestros ambiciosos planes! ¿Es que faltan capitanes 4 don Felipe segundo!

Mas... perdonad: descansar...

D. DIE. DUuQqueE VAR. DUuQqueE D. DIE.

(Con arrogancia.)

¿No

Juan, alójale. (Conrespeto.)

vos debeis -

lo retardo.

Os aguardo.

(4 don Fernando.) [Vos, quedáos.] Merced me haceis. as.) (Saluda, y se retira, 22 término dra., seguido de Varg $


23]—

ESCENA VII. EL DUQUE, Duque

Don FERNANDO.

¡Bien, mancebo! ¡Vive Dios! ¿Medios no habrá que os contengan, y esos ímpetus prevengan

que tan mal sientan en vos? D. FER.

DuQque

D.

FER.

¡De quien sois.os olvidais! ¡Ay no os pese! ¡Padre mío, cuál es el delito mío - Que tan severo os mostrais? ¿Qué hice yo? j Pregunta y pena que no alcanzo á comprender: siempre os place defender gente ó religión agena. * Vuestras voces siempre imploran - por algo en que nada os vá. ¡Mi corazón siempre está

con los que sufren y lloran! Los moriscos, á mi ver,

DUQUE

[Con firmeza.]

víctimas son de atropellos. ¡Id, pues, y llorad con ellos como una débil mujer! ¡Id: y atropellos más grandes hay que más cerca lloreis! ¡Id, pues, y consolareis

vuestros amigos de' Flándes! ¡Vive el cielo, don Fernando, que me contiene quien

Soy,

pero mirándoos éstoy D. FER. DUQUE D. FER.

- de vos y de mí dudando! ¡De mi lealtad? [Con energía. (Como asustado.)

¡No, no á fé!

Yá demostré á dónde alcanza. ¡Dénme un caballo, una lanza, y otra vez la probaré!


24 —

¿No combatí á vuestro lado

dando al peligro la cara? ¡Oh, si el valor os faltára no fuérais mi hijo! (¡Menguado yo, por mi crímen maldito! ¡Oh expiación dura y cruel! ¡Las sombras que miro en él,

sombras son de mi delito!) Préndas os adornan tales,

que aun os quiero; mas cuidad no se agote mi bondad

para con vos”

Si en iguales

partes piedad y tesón

demuestro á cuantos me miren,

¿qué importará que me inspiren

los débiles compasión? ¿Este impulso quién sofoca! Cualquiera que no sea vos.

¡Constreñidlo, y, vive Dios,

que no asome á vuestra boca!

ESCENA VIIL DICHOS, JUAN DE VARGAS VAR.

(Foro dra.)

Señor....

(¡Su lealtad, funesta

D. Fer.

ha dé ser!)

|

VAR.

Duque

(¡Sé sitio y hora!)

.

-

[41 oido del Duque.]

(¡Albricias!) Fernando, ahora acompañadme á la fiesta. [ Vanse foro derecha. la unos momentos.]

La escena permanece s0-


-;- 25 -· ESCENA IX. (OLIMPIA, que sal,epor el segunoo tirmino derecl&a,. ,e di­

rige al pritMT término de la �quierda, mirando á todo, la­ dos como ümerosa de que la ligan. ÜLIMP.

¡Oh, si fuese un espia! Paso tras paso ha seguido los mios ... ¡Temores vanos! ¡Por qué tenaces asi me acosant ¡Me inspira miedo verme aquí sola! ¡Tiemblo!.. Sí, que estos murC?S terror me imponen ... _ ¡ Vago presentimiento noto esta noche! Mas no; que en ellos - traición no cabe. ¡Ahuyenta sombras, e1lma cobarde! Al duque nunca he visto, • ni él me conoce, ni estos sitios me vieron nunca hasta hoy. ¡Seno oprin1ido, libre .vive yrespira, espera, venganza mía! U na sola venganza . pi�nsan que sigo... Mas no salgas del pecho,. secreto mío! ¡ Los mismos que hora � mi empre� halagan, tal vez enfónces me despreciáran!.. ¡ Ah, pasós: si es el hombre que aquí• me observa!. ..


-26¿Se aleja! No, me engaño, baja, se acerca... ¡Ah! Si; es espía, ( Con alegria.) mas de otra clase ... ¡Derecho al alma vá su espionaje!

ESCENA X. OLIMPIA, MOOR.:

Moon

ÜLIMP.

MooR

ÜLIMP.

MooR .t

ÜLIMP.

MooR 0LIMP.

?dooR

ÜLIMP. MOOR

Perdonad, señora...

¿Quién!.. [.Aparentando no haberle wsto.] ¡Mi salvador! No os asombre.. ¿Y aquí me seguís tambienT No lo ext�añeis en un hombre que vá siguiendo_ su bien. Y, sin duda, lo he encontrado ... (Movimient.o de sorpresa en Olimpia.) Vuestra exclamación demuestra que no me habeis· olvidado. Y ¡cómo olvidar la diestra que me defcndióf . Sagrad.o deber en ello cumplí. Yo lo cumplo agradecida, que es deber hacerlo así en mujer que es bien nacida, y yo, señor, tal nací. · ¡Ah! ¡Por fin os vuelvo á ver! ¡Me buscábaisf [ Confingi,da sorpresa.] Como, incierto, el que se llega á perder de noche en triste desierto, la luz del amanecer. ¿ Lo sospechábaist


ÜLIMP. MOOR ÜLIMP. MOOR ÜLIMP. MOOR

, No.

[Oon pena.] • ¡Ah!

¡Adivinarlo?

Camina así la mente .... Quizá. • ¡Muy mal á entenderme·_vá coraz6n _,que, no adivina! Escuchid: no es vano alarde .. de nimia pasión, señora, lo que en mis pupilas arde. El Sabl6n fué el sitio; y hora _ la caída de la tarde. 1 U_n a dama, y, de ella en pos, un menguado que la acosa, pásaban, y, vive Dios, no ví n1ujer tan hermosa ... hasta que os he visto á vos. Audaz púdola insultar el hombre que la seguía, y otro, que acertó á pasar, tan miserable osadía no quiso impune dejar. Castigó con justo ardor, pero á la dama agraviada no vió yá, y, en su dolor, aprendió que una mirada puede encender un amor: . Amor, nunca revelado, amor, ¡ay! no compartido, amor quo no_se ha in_spirado tal vez, �orno se ha sentido, é inmenso, d,esesperado. Fuego que el silencio acalla, y, aunque sus chispas·amaguen, se domina y se avasalla.._. mas cuando, en incendio, estalla, yá no hay manos que lo apaguen.· Amor por una mujer


-28tal vez dura, acaso ingrata, , que nunca se vu.elve á ver... amor que salva ó que mata, de Dios ó de Lucifer. Si al fin verla volviera; si del fuego el resplandor mostrarle, • ansioso, pudiera. .. Delante de tanto amor aquella dama, ¡qué hiciera! Escuchad: no es vano alarde . de indiferencia, que hoguera mayor en sus venas arde.. Vos sab�is el sitio; y era la caida de. la tarde. Innoble pásión inflama. tal vez á un aventurero por altiva y noble dama: s'íguel� en paso lijero y, ante su desden, la infama. Por allí acierta á pasar un hombre de pecho honrado, y, aquel acto al presenciar, se enardece, y al menguado no quiere impune dejar. Lo castiga; pero ella, . al notar tumulto aleve, huye el sitio y la querella, porque no intente la pleb{. dejar en su nompre huel a. Agradeció el hecho aquel:, no supo que era buscada. con ansiedad tan cruel, y, á gratitud obligada, no se ólvid6 más de él.· Esta es la sencillá historia de la dama defendida. de quien conservais memoria; mas ella que ha muerto en vida para el placer y la gloria,

a

ÜLIMP.


-29dijérale, con dolor, si lo hallase, por ventura, que es olvidarla lpejor... porque es fatal su hermosura . y es imposible su amor. [Ligera pa118a.] ¡Imposible! MooR • Aciaga suerte • ÜLIMP. asi lo quiere. MooR [Con desaliento.] ¡"Otro dueño! ... ¡Ninguno! [ Vivamente.] ÜLIMP. ¡Ah! MOOR ( Con mal repri,:n,úla akgna.) • ,. [¡Trance más fuerte!] ÜLIMP. Mas ... ¡renunciar á este sueño! MOOR ¡Oh, no!_ ¡Primero la muerte! Mas ¡quién sois que así sentis? ÜLIMP. Soy ... Antonio Moor. [Con indiferencia] MOOR -¡Ah! • ÜLIMP. ( Con sorpresa y agrado.) Ahora Moon licencia os pido,. señora, para dejaros. ÜLIMP. ¿PartísT. .. ( Con pena.) MooR Muy léjos del bien que adora . . , . m1 corazon: es preciso ...• ¡ La muerte el paso me cierra!.. No me quejo. ¡Dios lo quiso! ¡Otros muer�n en la tierra, mas yo entreví el paraiso! .. ÜLIMP. No.. quedad... [ Con voz y ademan indecisos.] MOOR ¡Quién sois, por Dios!. . Olirripia C�mpana... .[Con pena.] . . ÜLIMP. MooR . ( Con al,egría y sorpresa.) ¡ Ah! .. ÜLI1'11P. ¡Historia de dolor arrastro en pos!.. ¡ V•1v1ºd'•.•• (Coneozobra.� MooR ¡Por quién? (Con ansia.) ¡Por la gloria! ÜLIMP. (Con entUMSmo.) MooR ¡Yo quiero vivir por vos!


-30ÜLIMP.

Moon

ÜLIMP.

Moon ÜLIMP.

MÓOR .

ÜLIMP.

MooR

ÜLI�IP.

Moon ÜLIMP.

Mooa ÜLIMP.

r

¡lmposible! No há, por cierto, dos años que Hoto el nombre ... de "difunto esposo .... Advierto que es dolor... Mas, ¡ved á un. hombre que siente envidia de un muerto! ¿ Y esa la c;ausa1 ¿No es buena! ¡ Aun no cesé de llorarlo! Bien está. ¡Amor que me llena, ella no sabe -la pena que es sentirlo y no inspirarlo! Amor que os turba la caln1a, podeis trocar en ventura. V os . . . . ( Con incertidutnbre.) Con la amistad más pura. ¡No en ·vano os dier�n la palma del talento y la hermosura! Discreta sois en verdad, mas no aplacais mi dol�r .. � . ¡ Resignarse á la amistad quien diera por vuestro amor la gloria y la eternidadJ ¡Oh! ¡Mct apenaisf ¡Tal decís! ¡ Bendiga el cielo esa pena! ¡Sois causa y no lo sentís? ¡No; de júbilo me llena porque!. ... • ¡Adios!

(Temiendo haber ido �do 'lé-jos, y dispo-

niéndose á marchar. )

Mooa ÜLIMP.

MooR ÜLIMP.

¡ Pues qué! ¡Partísf.. Moor, el deber me lo impone: otra, más feliz, amor que tanto v�le, corone. ¡Otra!.. y eila 1o supone! ¡Ah, no insulteis mi dolor! (¡Oh,_ le amaré? .. ) Moor, la suerte


quiso desde que nací darme destino bien fuerte, ·y siempre ví junto ·á mí _el infortunio y la muerte. ¡No puedo amarosl MooR ¡Sombría ' , • • d ec1s1on .. __ . ÜLI�IP. . "\ Aunque quisiera.... . Moon . • ¡Segui\:l! ( Con naci,ente esperanza.) Adios.: (¡Qué decía!)· ÜLIMP. ( Se dispone á marchar.) ¡Ah, O limpia! ..• ( Con desesperacwn.)

¡Si amar pudiera, quien sabe si os amaría!

ESCENA XI. DICHOS, DON FERNANDO, por la <krecha 2� tirmino. .Aparece en los numimto, u salir Olimpia. Esta se detieM. ÜLIMP. D. FRR.

MooR

D. FER.

¡Ah!

.. ¡ Bien por Dios!"' (&conociéndol.o.) ¡ Don ¡. ernando! ¿Y sois vos la dama aquella cuyo recato impedía

MQOR ÜLillP.

de amor admitir finezasf ¡�ois vos·la noble viuda que, á una voz, Flándes celebra, como ejemplo en quien reside la majestad de la pena; sois vosT. . .. iY bienf . ¿Qué intentais? .-:..t ¡Con qué derecho me increpa hombre á quien jamás he dado ni la ocasi6n de una idea que ahora rechazo de nuevo


-32D. F·ER. MO-OB D. ,FER.

MooR

D. FER.

MooR

ÜLIMP.

D. FER. MOOB

D. FER. ÜLIMP. MOOR

D. FER.

MooR

porque es indigno de ella! ¡Oh, me ins.ultais! , ¡Vos!.. - Señora, ¿me desprecias?.. ¡Bieri! ¡Por fuerza!. grande ha de ser el amor que sentís, y á tanto os lleva! ¡Preguntais con qué derecho! .. No lo sé. Mas, ¡con cualquiera! ¡Ved dó �stamos! Pues me odiais, será mi pasión funesta, si no venturoso amor, amor que mata y se venga! ¡Probemos! [Indicándole la salida.] ' ¡No! (Interponiéndose.) ¡A defenderle. vais?

¡Fuera i_nútil defensa, que para un mal caballero, me sobro! '. ¡Tened la lengua, miserable, y concluyamos! ¡Piedad! ¡Por rní!.. (A Moor.)

¡ 01•1mp1a.u • ' ¡

sea !

[A la salida aguardadme.] ¿Tan poco valor os resta que no sabeis resistir las súplicas de las hembras? ¡Vive Dios! (Desnudatuw la espada.)

(Don Fernando, al ir tambien á desnudar ,u espada, se contiene ante la llegada del duq_1U, á quien �iguen Vargas y algunos convidados, entre elU>S Á rtois.


--33ESCENA XII.

.

DICHOS, EL DUQUE, V ARGAS t ARTOIS,. " CONVIDADOS. •

DtrQUE

¡Quién alborota?.. ¡Moor, sois vosf ¿Así olvidais el sitio en que os encontraisT MOOR ¡Ved, duque, �i espada rota! ella Ós ofendió\primero, aunque mi. intento lo huyó ... ¡Pague su culpa: yo no debo ceñir este acero! Lo arrojo, aunque no me infa·ma haberlo aquí desnudado ... ¡Que siempre es acero honrado el que defiende á una dama! DQQUE ¡Don Fern�ndo! (En t<nw de reconvención) D. F'ER. (Humillado.) ¡Oh! [¡Que asi os venza DUQUE cualquie� pasión que sentís! .j ¡ Miradlo! ¡Vos delinquís y ye siento la vergüenza! ¿De reprimirog no hay trazaY] Moor: error que os acalora. [ DeteniendiJ con un ademan á Moor, que intenta hablar.] ¡ Insultar á una señora no lo hizo nunea mi raza·! \ Ordenes aguardareis, don Fernando·. En cuanto á vos, • Moor, igualando á los dos, hácia Vilvorde partireis. f Figura hablar con Va,·gas brevemente.] J De ira son locos extremos. (

(.A 1,os convidaoos, que figuran hablar entre sí:

el duq_ue se adtlanta y ofre,ce el brazo á Olim­ pia, que ha <kbido permanecer hasta ahora en

actztud confusa, y de modo que los circtffl8tan­ tes no le vi.eran el rostro: al acercarse el duque,


-34lo vuelve rápidamente: el grupo que ahora se <kshaee ha dibuÍo estar formad1J de la manera siguient.e: Olimpia y Moor á la izqda., d<m Fer­ nando á ladra., �l duq_ue en el centro.)

DUQUE

[¡Oh!] Si mi �razo aceptais... (Exclamación de asom�ro al verla. Estúdiese,)

ÜLIMP.

[¡Yo tiemblo!] Duque, me honrais. •

[ La primera frase con repugnancia.]

( Se .,alejan del b1'azo por el centro: los convida­

aos 'les abren camino: algunos los siguen: otros deben permanecer en �cena.)

D. FER. MOOR

¡Nos veremos! ¡Nos veremos!

[ Con ira y tono amenazador, estrechándose

fuerteme;nte la mano.)

TELON LENTO.


ACTO SEGUNDO·. . . . Patio claustral de un monasterio en las afueras de Bruselas. Por la izquierda y el foro, galería, abierta en arcos ojivitles, sustentados por anchas columnas. Sobre la parte de ga­ lerí� del fondo, azotéa, por encima de la cual han de ver­ se las copas de los árboles cercanos del edificio, y el cielo. En la parte baja, también del fondo, una puerta de comuni­ -0aC1.ión con el; campo, de la que será practicable uno de los postigos. •. ..._ . En el centro del patio, una cruz de mármol. Todo en estado de abandono y ruina. A la derecha, el templo� de arquitectura severa, con puerta de en­ trada, á que se asciende por ancha gradería de piedra; y más allá, en el lienzo del muro, un crucifijo, alumbrado por una luz colgada.

ESC-ENA PRIMERA. , OLIMPIA Y TEODORA, cubiertas convew, entran p or la puerta <klforo, que cierra cuidadosamente • • la segunda. ÜLIMP. TEOD.

ÜLIMP.

¡Ah, llegamos! ¡Estás cierta de que no siguió? Segura. Al dejar léjos nosotras los muros de Santa Gúdul�, nos perdió de vista. � ¡El cielo te oiga, Teo�orá.... ¡Qué angustia, (Mirando al-

rededor.)


TEOD.

ÜLIMP.

TEOD.

qué opresión e1 seno invade en la soledad augusta de este claustro! Las ruinas, ¡con qué lengua triste y muda hablan en este recinto, de paz un tiempo, hoy de lucha, al que en borrascas del mundo perdió ilusión y venturas\ ¡Paréceme que aquí llego como á mi esperanza última, cual náufrago mi�erable á desierta roca abrupta que el mar conmueve, y socavan tiempo y mar con sus injurias! ¡Bien vuestro aspecto se aviene con mi soledad adusta, ruinas, porque mi alma está cual vos! ¡Por qué turban vuestros juveniles años tales tristezas? Me abruman tantos recuerdos, Teodora; con tan exígua fortuna he nacido, que pudiera asegurarte, sin dudas, que la venganza y la 1n uerte envenenaron-las puras impresiones . de mi. infancia, , o que mecieron m1 cuna. ¡Ah, tú no sabes, Teodora, lo que es sufrir, ni la angustia dé nacer, templada el alma para el amor, la ternura; soñar un cielo de• glorias, ¡ay! y al lanzarse en 8u busca, ver que amor y gloria y todo á nuestros piés se derrumba. Joven sois, rica y hermosa,


-37-

ÜILMP.

de elevada y noble alcurnia ... Renunciad á vuestros planes que nada bueno os auguran ... : Abrid á otro amor el pecho .. . (Enfionode reconvencwnperomuy ¿Qué die.es!

turbada.)

TEOD.

Que, aunque viuda, (y F.n esto no habeis de ser la primera ni la última,] otro amor puede brindaros vida nueva y dicha suma, si os resolveis, tarde ó pronto, á celebrar nuevas nupcias. Ahí teneis á don Fernando... ¡Es muy galan!

ÜLIMP.

[que á su pesar oía con agraikJ á Teod,ora, al escuc'har el nombre de don Fernando.]

TEOD. ÜLIMP.

TEOD. ÜLIMP.

TEOD.

ÜLIMP.

¡Qué pronuncias! iQuiénL. ¿An1ar ro? .. ¡Si no quiero! ¡Si es imposible! ¡Bien! [Avergonzada.] Juntas 1 • nuestra niñez correr vimos... T"eodora... 1,n1e amasY ¡Qué duda! ¡l'ales frases, de tus lábios no vuelvan á salir nunca! ¡Que si os amo! Oesde el día [ Va oscureciendo] que nos reunió mi fortuna, nada amé sobre la tierra una más que . . á vos: y despues, memoria que vos ama1s: á aquel noble anciano, cuyas caricias mil y, desvelos suplieron, por suerte justa, las de un padre para vos ... Y si madre hubiérais ... ¡Nunca sonó su nombfe en mi oido con tanta pena y angustia


-38.-

.TEOD.

..

ÜLIMP., TEOD. ÜLIMP. TEOD. ÜLIMP.

. . como ahora! ¡Ah, qué dijiste! ¡ Madre, que desde la altura ves mi constancia y firmeza, mi sacrificio ... ah!. ¡Sin duda · presenciarás la venganza cuya aspiración me inunda! ¡ J\,1adre mia!. ._¿Y has creído [ A Teodoral que yo pudiese, perjura, olvidar?. No: para ello fuerza será que sucumba. ·CJ.h:naos: yo siento, señora, h�beros dado, importuna, motivo de sufrimiento; mas mi afecto me disculpa. Porque os amo como á hermana; p.:>rque ' á mí vuestra ventura . me ,.es tan· grata, cual la m1a ... ' ma�... �stas dudas ¡que d'1go... sobre el éxito me asaltan ... El Tribunal sigue, busca sus.. víctimas... ( Con terror y misterio.) ¡Qu"izas temes?.. • No por mí: por vos. • Tu angustia <lebes cal rµ ar. ¡Si aquí alguno ent1e,r nos vió!.. ¡Cómo abul_ta el terror lo rnás pequeño! ¿No saben que aquí la tumba yace de· mi esposo? ¿Ignoran que suelo venir algunas veces á orar, lamentando su muerte y- mi desventuraT Ademas, que de este �itio nada se sospecha: escudan. su soledad y silencio nuestra suspirada junta. Campo y- soledad en torno,


y el Senna, con aguas túrbias, por dos lados le rodea o corriendo en madre profunda. ..

Fundado por la familia de mi esposo, ha yá centurias, y circulando entre el vulgo sobre el monasterio, oscuras consejas, desde la noche

de horror y trágica angustia en que el templo fué escenario de sorda y sangrienta lucha, nadie á estos tristes contornos

se acerca...

Y más lo asegura

la gente de Artois y de Hesse, brava, silenciosa y mucha, que á estas horas yá vigila á distancia y en la bruma.

Al anciano que del templo

las luces piadosás cuida, alejé... Mas... ¡Oyes? TEOD.

: ¡Ruido cual de aceros que se cruzan! [ Pausa.]

OLIMP. TEO.

OLIMP.

¿Llamaron!

D. FER. TEOD. OLIMP. TEOD. OLIMP.

(Suena un golpe en la puerta.)

-

|

¡Sí!

[Con terror]

[¿ Y quién!.. ¡No es hora!..] [SueSi es alguien que amparo busca... 24 otro golpe.] Vé quiénes...

TEOD. D. Fer. OLIMP.

[Oyese ruido de espadas ajo Eat |

¡Quién?..

desecha el miedo...

"[ Yendo á la puerta. ]

¡Yo!

(Desde fuera.) ¡Esa voz!

¡Abra!

¡Apura! A

¡Ah, él aquí!.. ¿Qué hacer?.. ¡Abre!

[ Indecisa. |

¡Detente!

[Como tomando una resolución.

Teodora

abre

y permanece en 2% término: don Fernando entra con la espada desnuda y visibles muestras de haber sostenido una lucha.]


ESCENA DICHAS,

II.

Don FERNANDO. Gú

D. FeErk. TEOD. OLIMP. D. FER.

¡Qué! ¡No abriérais nunca! ¡Jesus!

(41 verlo.)

¿Sois vos? (Sorprendido.)

¡Ah,

señora...

¡Bendito el lance fatal que me guia, bien ó mal,

á vuestras plantas ahora! OLIMP. D. FER.

¿Herido estais? No, áfé mia.

¡Torpes fueron, vive Dios!

*

¡Porque me curáseis vos,

de estarlo me alegraría! OLIMP. D. FER.

Mas, ¿cómo vos?..

Fácilmente

os lo diré: no menguada sé si era, ó gente honrada; pero, par Dios, brava gente.

Yo, siguiéndoos, me perdí; maldije mi desventura, y marchando á la ventura envuelto en sombras me ví. Cerrarme el paso quisieron, abrirme el.paso intenté; juraron ellos, juré...

acometí, resistieron... La fortuna, por lo visto, que aun no quiere abandonarme, logró esta noche salvarme,

porque eran tres, vive Cristo. Y huyeron, tal vez no yerro, porque así les convendría,

que el cansancio

me rendía

y eran tres brazos de hierro.

Seguí, pues, con planta incierta, temiendo nueva emboscada y sin más guia que mi espada,

(41 entrar.)


cuando dí con esa puerta... Y el peligro fué crisol; no mienten, pues, al decir que siempre torna á lucir OLIMP.

tras las tormentas, el sol. Sois tan galante en verdad,

que ni al riesgo haceis reparos, y siento no poder daros D. FER. OLIMP, D. FER.

más larga hospitalidad. ¿Me arrojais? No...

Cuando llego junto al bien que el alma adora,

¿así me ordenais, señora, que me aleje y quede ciego? ¡Ah, no! Yo, si he de vivir nécesito, á un tiempo, amar, aire pará respirar, sol, que

ardiente

vea lucir;

cielo, que alumbren estrellas,

gloria por nadie soñada, como la queá esa mirada dá irradiaciones tan bellas... Juzgad, pues soy girasol, mi pena si os dejo aquí,

cuando vos sois para mí gloria y cielo y aire y sol.

OLIMP.

Veros logro:.. ¿Es que quizá os duele favorecerme? Si sólo quisísteis verme, lo habeis conseguido yá. Que no está bien, don Fernando, si en en algo estimais mi fama, insistir.

Vil

D. Fer.

OLIMP.

| Una dama es quien lo está suplicando.

D. FER.

¡Oid!

OLIMP.

:

(Suplicante.) ¿Qué teneis que decirme


que logre borrar ahora lo que anoche?.. Y bien, señora:

¿me condenais sin oirme? Yo me alejaré, mas quiero de mi conducta pasada sincerarme, y si os agrada

mi lealtad, perdón espero. OLIMP.

Hablad, mas sed breve.

D. FER.

(Con trasporte.)

OLIMP.

D. FER.

OLIMP.

«

"D. FER. OLIMP.

|

¡Os amo!

¿Así atenuais vuestra culpa? Todo el amor lo disculpa. Pues vuestra oferta reclamo: alejaos yá. ¡Qué cruel!

"Nueva falta en vos se junta.

D. FER.

Pues bien: sólo una pregunta .. ¿habeis venido por él? |

OLIMP. D. FER.

¿Por quién!

(Con dignidad.)

.

¡Ah, por ese hombre

- que á envidiar acaso Jlego: no me forceis, os lo ruego, á que pronuncie su nombre!

Mi amor, con hondos agravios, á recordarlo me obliga,

y ántes de que yo lo diga me está quemando los lábios. ¡Y bien!

)

Que es extraño, sí. ¡Vos en tal sitio, á tal hora!. Ademas,

.

Vilvorde, señora,

no está muy léjos de aquí. ¿Qué osais pensar? Perdonad,

Olimpia: en el pecho mío ruje, con rumor sombrío de celos la tempestad: Con él no usais de altivez...

¡Le amais!..

(Movimientoen Olimpia

3


OLIMP.

(Serena.):

Me inferís' últraje.

13

¡Las hembras de mi linaje aman tan sólo una vez!

En ese templo, miradlo, duerme en la tumba mi amor... ¡Si no entendeis mi dolor, á lo ménos repetadlo!

D. FER.

Yo

lo respeto y lo admiro,

- y hasta ese desden que mata, por ser de vos, bella ingrata,

- lo amo, enmudezco y suspiro.

E

Mas decid; si amor me ciega, que es cruel, á no dudar,

mujer que puede brindar

D. Fer.

(¿Será alejarlo crueldad?...

Sus pasos peligro tienen. ... . Dd Pero si vienen... ¡si vienen!, » -(Con terror.)

Esa sencilla piedad aún más de vos me enamora.

TEOD.

¡Basta: alejáos, don Fernando! ¿Vos lo deseais? ¡Lo mando! ¡Que se hace tarde, señora!

D.

Mi existencia envenenais.

OLIMP. D. Fer, ULIMP. FER.

;

(Acercándose.)

OLIMP.

No

D. Fern.

¡Bien: me alejo! Una palabra, y os dejo... (Volviendo.) ¡Decidme que no le amais! (¡Ah, se aproxima la hora!.. ¿qué hacer?).. [ Con impaciencia.] [Observándola.] (¡Qué inquietud!. . ¡me engaña!)

OLIMP.

D. FER. OLIMP, D, FER. OLIMP.:+

es mi culpa.

(¡Si hallan aquí gente extraña!) ¿No me contestais, señora?

(¡Sí: que se aleje!)

D. FeR.

no me alejaré.) OLIMP.

(Secamente.)

(Esforzándose.)

¡Idos!. ...

(Resolviéndose.) De aquí

¡No le amo!

A

OLIMP.

felicidad y la niega.


e mdo y reti-

¡Ah, feliz me llamo! [S

rándose.)

(Pero, ¿qué es esto, ay de mí! ¡Mentira! ¡Si nada siento, si esto es delirio, ilusión!... ¡Y el rebelde corazón

me está diciendo que miento!]

ESCENA III. OLIMPIA, TEODORA. ¿Se aleja? (Desde el proscenio.) [41 foro.] Sí: le disculpa [Volviendo.] su amor...[¡Qué duda! ¡estoy yerta!. ¡Dios mio, que no se vierta

.

sangre inútil por mi culpa!)

¿Oyes algo? |

[Con inquietud]

No. (¡Me abisma

su valor!]

|

¿Has escuchado? (Prestan atención.)

[Con angustia.]

Nada se oye: se ha salvado.... [¡Tengo miedo de mí mismal!]

-

ESCENATIV.

DICHAS, ARTOIS, ¡Ah!

:

por el foro.

(Antes de reconocer á Artois.)

Olimpia...

|

Vos?

(Tranquila.)

. Si: perdonad, amiga, ] si mi presencia acaso... Noos asombre.

La oscuridad... el sitio... la fatiga

de la pasada noche. ... |

Por minombre


OLIMP.

que lo siento, señora, y todavía siento más veros en el riesgo grave que arrostramos aquí. (Olimpia hace seña á Teodora, que entra en el templo.) - No, Artois; á fé mia que el temor de mi sexo vencer sabe mi entera voluntad.

¿Mejor no fuera

ART.

que os alejáseis vos? ¡Ah! si afanosa os lo repite aquí mi voz sincera, es que al veros, Olimpia, tan hermosa, tan dulce cual la imágen del deseo,

gozo siento y temor á un tiempo mismo, y tiemblo, sí... ¡Paréceme que veo

tranquila flor al borde de un abismo! OLIMP.: ART.

|

¿Temeis?.. A Todo por vos... Oid, señora, lo-que anoche ocurrió: mi fiel, mi anciano

escudero Norberto, que la hora de mi vuelta esperaba, á airada mano ha debido morir... ¿Sabeis quién puede ser el vil matador?..

Yo lo adivino;

OLIMP.

el duque manda: á la obediencia cede su brazo ejecutor, el asesino, Vargas en fin, cuya crueldad provoca mi más hondo rencor... (Agitada.) : ¿Y habrá logrado?..

ART.

¡El cobarde asesino, de su boca

.

sólo una maldición habrá escuchado! Mas, alejáos, Olimpia. Está sediento el Tribunal del duque, de matanzas... ¡qué digo, tribunal!.. ¡El instrumento, el instrumento vil de sus venganzas!

Si por azar de la inconstante suerte

OLIMP.

nuestros planes -el de Alba descubriera; si á buscarnos viniese aquí la muerte... ¡Ah, vos, Olimpia!.. [Con entusiasmo.] ¡Y bien! ¡Yo la primeral única yá no soy. Tales razones


hallan calor en degradados séres... ¡Mirad que os toca hacer á los varones donde dan el ejemplo las mujeres! ¡Flándes sea libre! El dogma luterano

debe serlo tambien... ¿Acaso importa, si ha de alcanzarse un bien tan soberano, el suplicio, la muerte?.. ¡Se soporta!

Yo débil, yo mujer, los sufriría orgullosa y altiva, sin quejarme, y pues esto hago yo... ART.

]

OLIMP.

Yo moriría tal vez desesperado sin vengarme!

¡Ah, de venganza hablais?.. (Con tono reconcentrado y conteniéndose. )

ART.

|

Hace un momento

de don Fernando conseguirla pude que ví ante mí rendido y sin aliento. OLIMP.

¿Con vos luchó?

Con tres: y si no acude mi prudencia, no su alta valentía,

sucumbe sin dudar... mas me ha inspirado, la causa ignoro, ardiente simpatía Su vida respeté. Si: fué acertado

OLIMP.

no derramar su sangre... ise vá acercando, '

ART.

Mas la hora (Suena un toque de campana á lo léjos.)

Artois.

Dejaros siento, mas debo vigilar, y hoy

es, señora,

mi misión, que me aleja y lo lamento. OLIMP.

Animo, pues. Yo allí, con fé expiatoria pediré á Dios mitigue sus agravios

|

y dé á la empresa vencimiento y gloria. ART.

Id, Olimpia. Segura es la victoria que á Dios impetran tan hermosos lábios. (Artois dá la mano á Olimpia para ascender al templo, y la saluda para retirarse. En este momento

entra

cautelosa

y

rápidamente don Fernando, que se colocará detras de una de las columnas de la izgda. Artois se retira por el foro.


ESCENA DON D. Fer.

47 —

V.

FERNANDO.

¡Ah! ¡Por fin! [41 entrar.] ¿Y quién será?..

[41 salir Artois.)

¿Qué misterio me rodea!..

/

. ¡Huye, dolorosa idea!..

Mas, yo los ví, y allí está

ella... ¡Qué hermosa! He sentido

el vértigo en mi cabeza... ¡Quién sabe si su belleza

es la del ángel caido!

No: ¿los más puros fulgores

|

no miré en sus ojos mismos?.. ¡Ah! ¡Pero cuántos abismos están cubiertos de flores! Mas no: su impaciencia al verme... (Coordinando los que á mis plantas surgieron sus ideas.) y, como espectros, huyeron casi al rendirme y vencerme...

(Con terror.)

¡Ah... sí... qué luz!.. ¡Pero nó! No es posible... ¡no lo quiero!

AMí está... por ella muero,

'

la amo... ¿Cómo dudo yo! ¿Por qué este amor me ha inspirado que es muerte ó felicidad? ¡Ojos mios, si, pagad culpa de haberla mirado!

Allí está... Con labio pío al cielo ablandar procura. ...

Tal vez un nombre murmura, -

pero no es el nombre mío.... Luz de ténue vaguedad la hace aparecer más bella. ... ¡Todo con ella: sin ella, ni cielo ni eternidad! Sollozando

una oración

se inclina en panteón umbrio,


en el mármol, ménos frío que su propio corazón.

¡Ah, cómo á juntar se atreve, de la creación en sonrojos, tan dulce fuego en los ojos y en el seno tanta nieve?

¡Peregrina aparición, ángel, demonio ó mujer que algo me dice has de ser mi vida ó mi perdición, por qué en duro cautiverio tienes sin piedad mi alma?.... ¿Qué oigo!.. ¡Voces?.. ¡Calma!.. ¡calma! ¡Se desvanece el misterio!..... [Vuelve á colocarse detrás de la columna que abandonó.)

| |

ESCENA Don

ART.

FERNANDO,

ARTOIS,

VI. CONJURADO.

Yá sabeis: al que ande incierto no le dejareis entrar....

y sise obstina en pasar. ...

[ Colocándolo junto al postigo, que queda abierto.]

CoONJ. ART.

¡Tengo espada! ¡No habla un muerto! -

[Se retira de. nuevo. |

| (Pausa larga.)

ESCENA VII. Doy FERNANDO, CONJURADO, HESSE, EL DUQUE, | y á poco los demas conjurados, entre ellos BREDERODE, irán entrando sucesivamente.

HEs. -CONJ.

que

[Con tono misterioso.]

¡Libertad y Flándes! ¡Bien!

[Lo mismo.]


pe ¿Dónde DUQUE

vais?

E

[A1 duque que intenta penetrar. ¡Dentro!

CONJ.

¡La seña;

DUQUE

si nó, atrás! | ¡Flándes y... infierno! (Con voz de trueno)

¡Dejad libre el paso!

[Entra.)

[Van entrando los demás, que figuran dar la seña préviamente, y se sitúan todos alrededor de la crug del centro del

patio: el duque algo á la izquierda. | HES.

.

BRED.

[Despues de un intervalo. ] Esperan oir todos una palabra que conocen. ¿Hesse? Por fuerza sois Brederóde. Vedlo:

el mismo.

[Se descubre, asi como Hesse: algunos hacen lo mismo ; otros

deben permanecer encubiertos.] HEs.

BRED.

Hablad, pues: el tiempo apremia.

Nobles patricios, varones

que ansiais la comun empresa:

flamencos; si algúno siente que su corazón flaquéa, puede alejarse: aquí sólo hacen falta almas enteras.

Nadie uso hará de los nombres de los que la espalda vuelvan. ... -(Pausa.)

¿Os hallais todos dispuestos á combatir? Topos BRED.

¡Sí! ¡Bien: sea!

Flándes de sus propios. hijos

tal vez duda y se avergiienza. ¿Sabeis por qué? Pues oidme. Desde la nefanda fecha en que el César Cárlos quinto marchó á nación extrangera y, el fanatismo alentando, obtuvo del Papa en mengua

:


50 —

el Indice expurgatorio que formó acaso por fuerza

de Lovaina el sábio claustro,

es esclava la conciencia.

Pisó el segundo Felipe

el solio con dura huella,

y lo que su invicto padre dejó en tórmentosas

nieblas,

hoy se deshace en los rayos

que exterminarnos intentan. Flamencos, leales flamencos, yá confesarlo es nobleza... .. ¡Somos esclavos de esclavos

.

y aun nuestras almas son siervas!

¿Ois? ¡Esclavos! No podemos serlo más... El ave anhela

«volar, sacude el plumaje

y libre el espacio huella... Nuestro pensamiento, forma

no puede hallar en la lengua,

?

porque sufrimos, flamencos,

¡oh vil oprobio! ¡oh vergúenza!

una esclavitud más grande,

¡la esclavitud de la idea! (Sensaciónen los conjurados)

¡No más!

HEs. OTROS

BRED.

.

¡No!

¡Bien esa ira vuestro valor me demuestra!

Los Montigni, Hesse y Vánden

aun me escuchan y rodean....

¡Aun Flándes ser libre puede pues tales nombres le restan! En vano intenta Felipe contrarestar la Protesta,

que sigue triunfal camino cual sol que deshace nieblas: Cunde en la extensa Alemania, * vá á Francia, vuela á Inglaterra,

y en la católica España

Y


mo A toma cuerpo: dama egregia selló en la rica Sevilla

con la muerte su firmeza: ¡gloria inmortal á la mártir doña Isabel de Baena!

|

Mas no terminé, flamencos. El tirano que nos veja; (El duque

prime.)

hace

un

movimiento

: | que instantáneamente re-

el que á sí mismo en Amberes se erije estátua soberbia; el traidor que á los mejores hasta su Consejo eleva y, como á Horn y Egmont prende y fé y honor atropella: el que la impensada rota

de Luis de Nassau celebra: el que fija los edictos

que imponen duras creencias y en fuego las acrisola de las víctimas que acecha,

sin compreder ¡miserable! que la perseguida idea, milagrosa como el fénix, renace entre las hogueras:

sáb

el mónstruo que nos concita y á la rebelión nos fuerza, no puede vivir... ¡Juradlo! ¡Muera el duque de Alba! TODOS. D.

:

FER.

Hes.

¡Muera!! — (Aproximándose y acariciando la empuñadurade su espada, cuyo movimiento pasa desapercibido por los demás.

(¡Oh!]..

¡Morirá!.. Frente á trente,

y en noble y leal contienda.

Oid, os ruego.

En Saint Omer

se agrupan crécidas fuerzas: Iprés y Amberes secundan

el movimiento,

y Amsterdam

sólo aguarda nuestro aviso

;


para aclamar la pelea.

¡Sea pronto! Calma, de Viánen,

y escuchad á la prudencia * que por mi labio os avisa:

Todas las provincias nuestras con ansia la lucha aguardan, desde el Escalda al Mosela;

mas no todas pueden hoy secundar nuestra alta empresa:

empobrecidas algunas, quebrantadas por las guerras, acaso fuera prudente esperar que todas ellas dar logren al movimiento nacional, cohesión y fuerza.

No opino cual vos. ¿Alguny participa de esta idea? (Silencio.)

Ninguno: la paz no quieren, aman, como yo, la guerra.

¿Lo veis?

| ¿A quién aclamamos

por nuestro jefe? A. cualquiera. “¡No necesitan de jefe |

las causas como la nuestra: la justicia se abre paso, Dios es su jefe y su enseña!

Mandad vos.

Pensad, señores,

si es superior á mis fuerzas el cargo, aunque el corazón ni me falta ni se amengua. ¿Aclamais á Brederode!? ¡Sí

(Con entusiasmo.)

Me honrais con tal empresa. ¡Yo la victoria os prometo ó mi muerte! Oid.

Esfuerza


-—».. dar un grito que la unión entre todos establezca. BRED.

¡Por la CONFESIÓN DE AUGSBURGO pedido

y el COMPROMISO DE BREDA! 1) urais? Topos

¡Sí!

[Todos

la AE )

desnudan las espadas á escepción

del duque y died Fernando. En estos momentos de desórden, Vargas con otro soldado penetra, figura que

la “seña, .y

arrojándose sobre el conjurado que custodia la puerta, le tapa la boca con un pañuelo y lo arrastra fuera Mucha rapidez. h

BRE)».

violentamente.

[ Reparando en la inmovilidad del duque.]

Mas, ¿quién sois vos? que no jurais? ¿No os agrada la resolución tomada? Pues decidlo.

-¡Si, por Dios!..

(Con 00d terrible, pero

Persona de calidad y madurez pareceis. Hablad: si razón teneis, se os

oirá.

ee

|

coso p

|

(Todos prestan su asentimiento.)

Pues escuchad: [Sereno y frio.] reed que al duque no espanta lid á que obligado. cede...

¿El aniquilaros puede

con sólo mover su:planta!

Le apellidais con:afan mónstruo y traidor, tal oí... ¿Qué son los que, estando aquí, hato á su palacio van?

Es ardid, y si no es bueno "el duque lo hace adoptar... ¿qué habrá de extraño en juntar dolo al dolo y cieno al cieno?.. Tal vez con medios villanos

nuestro gran designio tuerza, . que siempre ha sido la fuerza la razón de los tiranos. Tal vez, tras nueva inquietud, -sea el triunfo de los que oprimen...

!

3.


== Mas, que prevalezca el crímen ¡qué le importa á la virtud! Un deber hay que cumplir moviendo al tirano guerra, y en dos palabras se encierra... ó vencer ó sucumbir. DUQUE HEs.

¡Caereis!

(Con ironía.) ¡Oh!

(Con ira.)

¡Nobleza enana!

DUQUE

¡En vano intentas luchar si no sabes igualar - la fiereza castellana! BRED.

HEs.

BRED.

¡Oh!

(Con

rabia. ,

¿Qué escucho?.. (Conteniéndose.)

Señor; bien

nos trata vuestra opinión.

¿No tenemos corazón? ¿No somos hombres tambien? ¿Sabeis?.. Duque

Que honor, fé, se acallan

aquí en todos, no os asombre, y, de patria bajo el nombre, viles pasiones estallan: (Movimiento de asombro y sorpresa en los "conjurados: Brederóde lo escucha con ansiedad, estrechando convulsivamente el puño de su espada.

que vuestros torpes clamores

sin razón al de Alba insultan... ¡que las sombras siempre ocultan. á cobardes y á traidores! BRED.

D. FER. BRED.

¡Teneos!

cal

[¡Mi padre!]

(Reconociéndolo en la voz.)

¿Quién nos injuria en tales modos?

¡Habeis ofendido á todos... ¡Descubríos!.. DUQUE HeEs. BRED.

DUQUE

¡Vedme bien!

¡Vendidos!

— [Descubriéndose.]

|

¡El duque! ¡SÍ!..


«+ SA

Nx

BRED.

[!Oh rabia;"y'fa'descubierto?]!.240

| - VARIOS DUQUE

¡Nos vendieron! ¡Traición! ¡Cierto!

a

¡Praición la que encuentro aquí! BRED.

¡Muera!

HEs.

|Rehaciéndose.]

¡oí!

Duque D. FER.

q

¡Turba menguada! [Desmudando el acero y colocándose á la izquierda, al lado

del duque. [

¡El que lo intente tocar, primero se ha de encontrar con la punta de mi espada! DUQqueE

¡Vos!.. ¡Apartad!.. ¡Hola!

(Con horror.)

ESCENA VIIL DICHOS: VARGAS, con número suficiente de soldados para desarmar á los conju-

rados.

Esbirros del Tribunal,

vestidos de negro. Algunos

traen hachas encendidas. A poco tiempo aparece en la puerta del templo.

OLIMPIA

BRED. Hes.

[Dese á esta escena, -. mucha rapidez.)

(Alser desarmado ) ¡Infame! ¡Cobardes!..

[Alba hace seña á Vargas p* que desarme á don Fernando.]

D. FER.

- ¡Yo! ¡Por mi honor!

DUQUE

E

¿Me osais suponer traidor? (41 duque.) ¿Y como quereis que os llame!..

¡Ah!,. (Viendo aparecer á Oliy mpi comprendiéndolo a todo.] OLIMP.

¡Cielos!

D. FEr. RED. VARG.

:

(Con terror.)

y (¡Menguada estrella! ¿Cómo salvarla!) | ¡Has vencido, mónstruo! E ¡Callad!

:

D. Fer. (¡Se ha perdido!) Duque — [¡Otra vez, ótra vez ella!]... BRED.

¡Gózate, infame, en tu obra [41 duque.]

:

-


que no acabarás tú mismo!

¡Para hundirte en el abismo

constancia en mi patria sobra! ¡Y aunque tus leyes se acaten, pronto en Flándes se coaligan mil lenguas que te maldigan y cien brazos que te maten! Duque

¡Te desprecio!

Var. OLIMP. BRED.

¡Esa amenaza!..

¡Dios mio! ¡Verguenza y lodo sobre tí!

D. Fer.

(Mas, ¿de qué modo?)...

VARC.

A. este hombre...

DUQUE

¡Una mordaza! [¡Perder mi dicha, mi gloria!) ¡Villano, imbécil demencia! ¡Ni se acalla la conciencia

D. FER. BRED.

ni se amordaza la historia!

(Con voz solemne] -

HeEs. OLIMP.

(¡Ella también, oh, tan bella!]..

D. FER.

(¡Desvarío!.. -¡Y es forzoso!)... ¡Padre mio, “piedad, piedad para ella!

-OLIMP. DUQUE OLIMP.

(¡Qué suplicio!)..

eS

a

¡No la quiero!

(Con suprema lucha. )

(Con ímpetu.)

[Irguiendo la. cabeza con altives.] [¡O h!)]...

George

yl á su. pesar. |

¡Fuera vana!

- ¡Yo la rehuso!

.(¡Imprudente!) ¡La defiendo! ¡Es inocente! -OLIMP.

¡Mentira! ¡Soy luteranal!

¡Te odio á tí, y odio á tu rey!

DUQUE VARC.

D. Fex.

DUQUE

[Grito.]

[41 duque.)

—[¡Infeliz!]

| ¡Tal desacato! ¡Prendedla! (4 los esbirros que se adelantan hácia Olimpia) ¡Atrás!

(Conteniéndolo.)

(Con voz terrible, tratando deinterponerse)

¡Insensato! ,e

¡Ya pertenece á la ley! TELON

RAPIDO.

l


ACTO

TERCERO.

Planta baja de las prisiones de Sablón. Al foro, puerta de salida,

y más allá, corredor como para cuerpo de guardia, á través del cual, cuando se abra aquella, ha de verse parte de la

plaza. A la derecha, otra puerta, que se supone de

tránsito

á la Sala de Justicia del Tribunal. A la izquierda, en segundo término, otra puerta, reservada; en el primero ventana alta,

con reja de hierro, por donde recibe luz la prisión. Todo de severo y sombrío aspecto.

Está amaneciendo.

ESCENA

PRIMERA.

Don FERNANDO y ARTOIS, que entran recatándose por la puerta reservada.

D. Fer. ART.

— Nadie... Entrad....

-

escena mucha animación

(Dese á esta

y rapidez.)

¡En mala hora tanto ese hombre

ha resistido,

y la noche hemos perdido

de nuestro plan protectora. Mas yá veis que cedió luego de amistad y fé en los nombres; no lo vencieran cien hombres,

y lo ha vencido mi ruego.

Jamás al culpable abierta, pero sí á espionaje y dolo, mi padre y Vargas tan sólo hacen uso de esa puerta.

Y esta llave, que en la oscura


soledad abre salida misteriosa y no sabida, la evasión nos asegura. [ Registrándolo todo con la mirada. ]

ART D. Fer.

¿Y ella?

ART

¡Si Lodoño os ha burlado!

¡No lo sé, ay de mí!

(Con desaliento.)

No en verdad: no me ha engañado... Estoy seguro... ¡Es aquí!

ART.

Mal nuestra empresa comienza, don Fernando.

D. Fer.

Hay que afrontar!a. ¡No ha de haber, para salvarla, imposible que no venza!

ART

Salvarla, cual vos, deseo.

D. Fer.

Me asalta duda cobarde...

ART.

¿Habremos llegado tarde!.. Tarde aún no, pero yo creo que es aquí nuestra presencia

_-—

y, Fer.

inexcusable osadía... El Zribural todavía

no habrá dictado sentencia. D.

Fer.

Tal vez la dicta ahora mismo

por complacencias serviles... ¡Mal conoceis á esos viles sicarios del fanatismo! —*

Dura, inflexible es la ley, ciego el jurado y parcial

.

y preside el Tribunal * el enviado del rey. ¿Aun no adivinais la suerte

que un proceso sin testigos dispone á vuestros amigos? ART. D. Fer.

¡Me aterra oiros!..

ART.

¡La muerte; despues, la hoguera! ¡Ah, me espanta!

D. Fer.

(Señalando al foro.)

Allí, horrible, silencioso,

desde há poco, el afrentoso patíbulo se levanta. . .


MP

¡En él Olimpia tambien!.. ¡Ah, qué decís? ¡La primera sucumbirá! Nuestra fuera la culpa.

(Con resolución.)

Sí: decís bien. Nuestra, si, en dudas traidoras,

no rompemos las tinieblas de esa justicia, que en nieblas se esconde, y sentencia en horas.

Por eso en el riesgo quedo

poniendo mi causa en Dios. De que os perdais tambien vos, sin salvarla, tengo miedo. No; venid:

esa ira fiera

yá es demencia, no valor. Idos, si abrigais temor...

¡Dejadme aquí, que yo muera! Y me suponeis capaz.!.. ¡La vida os debo! ¡Y lo olvida!

ta as E ú . : e po == á . sl e > PERE pS

Yo'os lo juro por mi honor: por el recuerdo querido -

Er

¡O salvarla ó sucumbir!

sm ES

¡Sí, sil ¡Juremos salvarla!

a

primero que abandonarla!

Md

que teneis gigante el alma, y bien puesto el corazón! ¡Juremos ámbos morir

:

vé mi enardecida calma

PA

Ved que es difícil empresa. ¡Para más grandes nací! ¡Sí: bien en esa expresión

Ss

estamos los dos en paz. Idos, pues. ¡Ah! No por mí; por vos, del riesgo me pesa.

com

Cual yo á vos. Vida por vida,


009

de una esposa que he perdido... ¡Yo... por ella, y por mi amor!

D. Fer.

¡Venid, venid á mis brazos!.. Mas.., silencio... Nada se oye...

ART.

ART.

Estos lazos '

un momento

desatemos...

Mirad... yá el alba claréa. ¡Brota, salvadora idea! |[Golpeándose la frente.] ¡Ah!

ART. D. FER.

¿habeis oido?... (Escuchando con ansiedad.)

Algun ruido - que yo imaginé...

D. FER.

D. FER

(Se abrazan.)

[Con efusión.]

Pronto: el plan concertamos.

Si; corred, corred: buscad caballos hijos del viento,

y en Boisfort, tomando aliento, junto á la fuente esperad.

En tanto yo aguardo aquí que vuelva la que es mi vida...

Tengo espada... allí hay salida... [Señalando á la Nada, pues, temais por mí.

tezquierda.]

De aquí á una hora, si acierto, en Boisfort nos hallareis:

si no voy, jurar podeis que, ó Dios no quiso ó yo he Muerto. Tomad - ART.

la llave.

(Como meditando.)

Yo ahora,

con gente de confianza, prepararé sin tardanza apariencia salvadora... D. FER. ART.

D. FER. ART.

¿Qué intentais? Mirad si yerro, mas vuestra prudencia invoco. - Todo Bruselas, á poco, de Olimpia verá el entierro * [Acentúese.]

¡Ah, entiendo!

y

Quizá esto esquiva la persecución, que es cierta... ¡Para todo Flándes, muerta,

|


HE

y, para nosotros, viva! ¡Id, volad! Sí, sí por Dios. ¿Dentro un hora?.. | En la fontana central de Boisfort!.. ¿Mañana?..

¡En Maestricht libres los dos!

— [Vase izquierda.]

A

ESCENA Il. DON

FERNANDO.

¡Qué corta ha sido la noche...

pero no... cuán larga ha sido! ¡En cada instante, parece

que se desarrollaun siglo! ¡Noche de horror y zozobra, óyeme, yo te maldigo!! ¡Cómo tarda!..

Mas, no es cierto...

¡Sí hace un momento se ha ido Artois de aquí!.. Sin embargo, yá há tiempo se fué... Y yo sigo turbado, como si fuese por inaccesibles riscos caminando, en las tinieblas,

y entre dos hondos abismos. ¡Deber!.. ¡amor!.. ¿dónde avanzo?.. ¡Ah, lo ignoro!.. ¡Y qué!.. ¿Vacilo!..

¡Cómo tarda Olimpia!.. Aquella (Como recordando) puerta. ...si,si.... el pasadizo al Tribunal...

¡Oh, cerrada!

¡Y el tiempo corre sombrío,

lento, inalterable! ¡Y esa

puerta no se abre!..

[ Empujándola.]

)

¡Ah, por Cristo,

que me parece, al mirarla

inmóvil siempre y lo mismo, por lo misteriosa y muda, el dintel del infinito!

!


A

¿Ella?.. ¡Husión!.. ¡No se abre! (Acercándose á ella con tono desesperado.)

¡No se abre!.. ¡Qué... he sentido!.. ¡Maldición!!

(41 ver al duque, que aparece en ella.)

A

ESCENA III. Don FERNANDO,

¿A

Duque ¿Por qué

EL DUQUE.

dónde vais?

inclinais la cabeza!

- ¿Os turba acaso mi vista,

os estorba mi presencia, ó es que soportar no puede tal vez la propia vergiienza?_ D.

FER.

Duque

¡La vergienza!.. No.. de qué sonrojarme!

(Lrónico.)

¡no tengo

¡Sea!

Mas resolvedme estas dudas:

decidme... ¿de qué manera habeis entrado hasta aqui, don Fernando, por qué puerta? con qué intento?.. ¡Ah, como vos habeis penetrado en esta

vedada prisión, tan sólo asaltadores penetran! Algo

robar intentábais...

¡Oh, sin duda!..

(Movimiento de ira en

¡Cuán agena.

vuestra cándida locura de que os iba á pedir cuenta!

QQ

D. FER.

Pues bien, si: no la rehuyo,

que no inclinan mi cabeza rubor ni culpa. . la abruma desesperación inmensa. ¿Ignorais por dónde he entrado? ¡Miradlo: por esa puerta!.. ¿Quereis conocer mi intento?..

¡Es honrada y noble idea!.. hy

don Fernando.


3

¿A qué negarlo?.. Oid:

Yá es hora...

amo á Olimpia...

D., FEr.

¿Y ella? (Sin poder contenerse) ¡No lo sé!.. La amo y me basta... que este amor es mi existencia.

DUuQueE

¡Seguid!

DUQUE

D,

FER.

(Con ira creciente.)

A salvarla vengo. ¡Y es tan firme, tan resuelta

mi voluntad, que — lo juro— de aquí no salgo sin ella! DUQUE

¡Pues ved cómo!..

¡Ira del cielo!..

¡Y á tan miserable empresa

llamais intención honrada!

¡Honra, cómo te interpretan!

El Zribunal sólo es árbitro de su suerte. D. FER.

¿Quién tal piensa!

¡El Tribal ¿Qué poderes obtuvo nadie en la tierra para castigar delitos

D.

¡Acaso!

Fer.

DUQUE D. FEr.

DUQUE

Mas Dios perdona...

|

¡Y condena! Yo á ese Tribunal inícuo le disputaré su presa. ¿Qué oigo!.. ¡Hablad con más respeto ó sellad la indigna lengua!

¿Qué sueño ó delirio infame, qué alucinación funesta

t.

hace que mi sangre propia de tal modo se envilezca! ¡Idos! ' D, FER.

¡Perdón, padre mio!

(Suplicante)

Sé que bajo la fiereza del soldado, en vuestro pecho sitio la piedad encuentra...

Si; perdonadla...

] A 1 Ñ

¡Os lo pido

V ha

AN

1

k

E

id

AA

DUQUE

que á Dios, y no al mundo, afectan? ' ¡Y al mundo tambien!


por la memoria de aquella - que os amó, y á la que debo vida que tanto me cuesta! ¡Oh, es terrible!.. Yá mi mente, aterrada, finje verla

en el cadalso infamante que un pueblo imbécil rodea... Miradla, suelto el cabello, pálida, sí; pero bella,

cómo los húmedos ojos al cielo implacable eleva... - Vaá morir!.. yá se arrodilla... un golpe... cáe su cabeza...

¡Callad... callad!..

[Conmovido á su pesar.] ¡Apiadaos! ' :

¡No, no más!..

! Y el tiempo vuela... (Con esperanza)

¡Va á morir!.. ¡Y qué! ¿Es posible que la inocencia perezca, quie su juventud se tronche que se extinga su belleza, y que vos lo consintais,

porque se infama á su secta, porque al mismo Dios adora en una forma diversa!.. ¡Oh! (¡Satanás, eres tú quien me habla así por su lengua!) ¡Ah, os conmoveis, padre mio? Por esa ignorada puerta fácil la evasión se ofrece... Allá en la arboleda espesa,

que forma Boisfort, caballos que al viento enojan, me esperan. En tanto, prudente amigo sigiloso entierro apresta, (El duque sigue la narración con interés creciente.)

que á la población enseñe la imágen de Olimpia muerta... Tribunal, nobleza y vulgo


descansarán en la idea de que en la fuga halló muerte... ¡Padre, una palabra vuestra

y á esconder irá mañana patria, orígen y nobleza, historia de luto y llanto y nombre á lejanas tierras!

Duque

¡La amo!

(Con energía)

¿Y osais proponerme!.. ¿Y oigo en calma tal bajeza - y la escucho á un hijo mio que es de mi raza vergiienza!

[Estúdiese.]

¡Yo de una fuga culpable

ser el cómplice!.. ¡Qué mengua! ¡Mentira, no sois mi hijo! ¡Salid! | D.

FER.

DUQUE

:

padre!

¡Por la vez postrera,

(Con voz terrible.)

Debeisá cse nombre que tolere vuestra ofensa,

y las palabras olvide que aquí vertió vuestra lengua. ¡Basta!

D. FER.

|Señalándole la puerta del foro.]

¿Y os llamásteis padre!

(En el colm del furor o .)

Nombre tán dulce no os sienta... >

DuQque

¡Para merecerlo, habríais de imitar las mismas fieras! ¡Oh rabia! ¡Enfora maldita os dí la torpe existencia, y que sois hijo de culpa

bien vuestro instinto revela!

¡Oh, sí! ¡Añadid el

insulto

á vuestra crueldad tremenda...

¡Hijo de falta! Si... todos,

hacen cual vos, me desprecian...

Duque

y el rubor es sólo mío, mas la falta nó... ¡esa es vuestra! ¡Yo os maldigo!.. ¡Hola!

(Grito.)

—— A ———

D. FER.


A ESCENA DICHOS, y

DUQUE _D. FER.

dos

IV.

VARGAS,

soldados,

por el foro.

(A Vargas.) ¡Prendedlo! ¡Ay de aquél que á mí se atreva! [ Desnuda la espada: todos retroceden.]

y

¡Vos sólo, por ser quien sois, disponeis de mi existencia! [A una seña del duguc se aproximan nuevamente Vargas los soldados, que retroceden al decir atrás D. Fernando.]

Y. |

¡Atrás! DUQUE

Entregad la espada. (Adelantándose.) ¡En nombre del rey! [41 ver que vacila.] [Don Fernando entrega la espada

al duque, y desnuda

puñal para herirse, cuyo mocimiento detiene

Vargas

batándole con rapidez el arma.]

¡

D. Fer.

(¡Qué afrenta!) ¡Oh, soltadmc, miserable!..

DUQueE

Llevadle de mi presencia. [ Vargas y su gente salen con don Fernando por el foro.)

ESCENA V. EL DUQUE. Duque

|

'

¡Aun el caliz no apuré que me ofrece ruin destino! Mas no retrocederé...

¡Mujer fatal!.. ¡Ah! ¿por qué

|

y h

y

se interpuso en mi camino?.. ¿Por qué este afan sientoen mí

que mi razón atropella?

¿Por qué le he tratado así si como él sintió sentí?..

¿Por qué, oh Dios, por qué es tan bella! (Cual sileoyeran) ¡Ah!.. Nadie me oyó... ¡Fatales

'

el

arre-


sombras, haceis á su muerte

ó á mi muerte funerales? ¡Yo te juzgaba más fuerte, corazón, cuán poco vales!

Si .. sí... que se salve presto, que este noble impulso venza, que huya este sitio funesto... Mas, qué!.. ¿yo dije?.. ¡QuéVésto! ¡Traición, vergúenza, vergiienza!.. Ni ¿quién dice que la ame?.. ¡Obcecación,

desvarío!..

¿Que otro Dios y patria aclame?.. ¡No! ¡Nunca!.. ¡Acción tan infame no cabe en el pecho mio! ¡Mas, la salvo... y de ella dueño!.. Pero yo sueño en verdad

ó de engañarme es empeño... ¡que hallar la felicidad es siempre mentira ó sueño!

¿El Tribunal inclemente habrá yá?.. ¡Sospecha ingrata!

Pero el alma lo presiente... ¡Ay, yo mismo armé, imprudente,

ese brazo que hoy me mata! ¡Qué! Si pasión tan impía me asaltase torpe y ruda,

con mis manos la ahogaría... ¡Antes, sí, me arrancaría el corazón!.. ¿Quién lo duda!

[Mirando

alrededor

como si alguien le oyese.]

Cúmplase, pues, el horror de suplicios tan atroces...

Mas ¿á qué niego el amor

que arde aquí, si lo está á voces

pregonando mi dolor?..

Mi pecho se ha extremecido á este despertar suave, cual árbol, yá envejecido, en donde fabrica un ave


dl

min A

AT

por última vez su nido. ¡Ah! Si ha de ver mi dolor que ella, cual culpable, muera, un recuerdo de este amor... una memoria siquiera... ¡Si!.. ¡Vargas! (Como asalt de una ado idea.) A

—Á

ESCENA

VI.

EL DUQUE, VARGAS, VAR.

Duque

Mandad,

DUQUE Var.

señor

Más cerca... ¿Moor?..

VAR. DUQUE VAR.

[oro.]

¡Pésia mí!

Orden vuestra está cumpliendo. Si aquí falta hiciese... Entiendo:

pronto lo tendreis aquí. Tú mismo, y guarda sigilo. ¿Nada más?..

Duque

Si: te han burlado...

¿quién hasta aquí

[Sorpresa en Vargas.] ha penetrado? [Recordando á don Fernando.]

VAr.

¡Nadie! ¡Ah!

DUQUE

Miéntras tú tranquilo allí yacías, entraba la traición por esa puerta y en la oscura sombra incierta

VAR.

Duque VAR

una fuga proyectaba. ¡Vuestro hijo! ¡Ah! Con razón odiais ese amor de luto que sólo puede dar fruto de infamia y de maldición.

[¡Oh!] ¡Calla!

Alguno quizás

pd:

volverá... DUQueE VAR. DUQUE

¡Quién sabe!

,

Sí.

Mas si alguien penetra aquí...


VAR.

¡No vuelve á salir jamás!

ESCENA EL DUQUE. DUQUE DD. DIE.

DUQUE D. DIE.

[Váse por el foro.]

VII

A Poco Don DIEGO, por la drcha.

(Al ménos podré)... ¡Don Diego! E Duque, complacido estais. ¿Hora?

Cuando dispongais -que se cumplan...

DUQUE

Bien: os ruego

que proceso de tal monta D. DIE.

examineis con prudencia. Está formado en conciencia; pero la justicia, pronta.

¡Oh, si, cual yo, hubiéseis visto con qué cínica osadía la turba comparecía retándonos, vive Cristo!

Alguno, cuya razón

el miedo ruin desvanece, como quien un don ofrece DUQUE D. Dix.

DUQUE

D. DIE.

nos ofreció su perdón, ¿Tal dijo? (Con asombro.) Con pena mir tal piedad... E

¿Por qué os apeno?

Réprobo, yo lo condeno; hombre, su grandeza admiro. Duque, castigo ejemplar han llegado á merecer,

y hasta esa débil mujer...

Duque -D.

Dir.

¿La hubísteis de sentenciar (Procurando dominar también á muerte!.. su emoción.] No á ella...

Algun juez, cumpadecido,

su sentencia há detenido...

¡Es esa hereje tán bélla!


se

Mas tranquilizáos: la ley

hará por igual su oficio. DuQueE D. DIE.

(¡Oh!)

Lo exigen el servicio de la religión, y el rey. Comprendo vuestra impaciencia,

pues querreis que el plazo acorte para que lleve á la córte noticia de la sentencia;

y por eso aquí he venido á aseguraros que luego

todo acabará. DUuQueE D. DIE.

Duque D. DIE.

Don

Diego,

[Contono amargamente iró-

¡qué bien me habeis comprendido! nico, que no deA anticiparos me atrevo de esa contumaz la suerte...

be conocer don Diego.)

¿Me adivinais yá!?.. ¡La muerte! (Estúdiese.) Vuestra indicación apruebo. Todo prevenido está y allí el patíbulo espera... Ella será la primera.. (Movimiento de sorpresa en el Duque.) Lo pidió, se otorgará si así lo hallais acertado.

DUQUE

¡Mucho, sí! ¡Vos no sabeis

e

el gran favor que me haceis! pr

D. DIE.

Un deber cumplo sagrado. . Y, con vuestra vénia, voy á impulsar...

Duque

[En este momento aparecerá Olimpia por la derecha, seguida

de dos guardianes: entra, á tiempo que se dirije don Diego hacia la misma puerta: ambos cruzan la mirada: él con re-

pugnancia; ella con sereno continente. Al retirarse don Diego, el duque hace ademan á los guardianes de que se alejen.]

D. DIE. DUQUE -D. Dirk.

(¡La culpable!) (Al verla.) [¡Aquí está! ¡Que yole hable!] (A! salir.) (¡Solemne día el de hoy!]


ESCENA

71—

VIII.

EL DUQUE, OLIMPIA. Duque OLIMP. Duque OLIMP. DUQueE

OLIMP.

(¡Ah, por fin al cielo plugo!) .

¡Vos!..

[ Extrañando que permanezca con ella]

¿Verme aquí os ha admirado? 151 este es vuestro sitio! ¡Al lado

de la víctima, el verdugo! El cielo sabe, señora, que sois injusta: y por mí... si en mi mano... ¿Y quién aquí lástima de vos implora! Vos me la inspirais. El vivo

DUQUE

dolor que siento, encendeis.

¿De mí lástima teneis?... ¡Pal vez no os falta motivo!.. Jamás la agena aflicción triunfó del deber austero en mi corazón de acero... OLIMP.

DUQUE OLIMP.

¿Y vos teneis corazón! ¡Ah! Sentir, creer, llorar

es de un pecho bien templado, y vos nunca habeis llorado y vos no podeis amar.

¡Corazón! Los que nacieron para el mal,

y al mal se atan...

los que oprimen, los que matan..: ¡esos, jamás lo tuvieron! DrQueE

¡Pensais que no sé sentir! Creeis que no sé llorar! ¡Decís que no puedo amar!.. ¿Y si yo?.. [¡Qué iba á decir!) Creereis, cuando así os respondo,

que en mí duerme todo afan!.. ¡No está apagado el volcan


72 —

porque el fuego esté más hondo! Y si la humana palabra |

tuviera... OLIMP.

DUQUE

El cielo os advierte.

¿Sabeis cuál será mi suerte

cuando esa puerta se abra? (Señalando á la drcha.) En vuestros lábios, señora, vuestra salvación teneis, y, pues salvaros podeis,

pronunciad... OLIMP. DUQUE OLIMP. DUQUE

¡Yo?

(Con extrañeza.)

Sí: ¡Aun es hora! ¿Qué decís?

[Con repugnancia. ]

Que medios hallo

y no indignos, á fé mia... Ved cuán noble es mi porfía pues con mi deber batallo.

Dignos serán sin dudar, que, pues yá me conoceis,

ni otros vos me propondreis ni yo los he de aceptar.

Mas tened, duque, presente, si meditais un agravio,

que no habló frase mi labio que no confirme y sustente.

No es, duque, vana arrrogancia: es deber. DUQUE OLIMP. DUQUE OLIMP.

|

¡Pero os inmolal

¡Ní quiero salvarme sola!

[¡Qué firmeza!] [¡Qué constancia!] Guardad vuestra compasión que ni pido ni merezco: ¡mi odio es tal, que hasta aborrezco

la palabra salvación! ¡En vos rencor tan profundo! ¡En una mujer tal saña!

Sabedlo, pues: ¡No odio á España, odio á Felipe segundo!


DUQUE

¿Qué decís!..

¡Odio indiscreto

que ante la muerte no cede!.. ¿Qué causa encenderlo puede?

¡Oh, callais!.. OLIMP.

Es mi secreto. Ni el martirio consiguiera que hablase...

Mas yo os ablande.

DUQUE OLIMP.

DUQUE

¡Sabed sólo que es tan grande

que vivirá aunque yo muera! ¡Oh amargo recuerdo! (Sollozando) Inunda (Pensativo.) yá el pecho piedad sensible: dejad que ese odio terrible entre lágrimas se funda. Yá en vos la ternura asoma,

que flor de pensil galano, aunque la aje dura mano, sólo puede dar aroma.

OLIMP.

Débil y dulce mujer, acaso entre lucha tanta el patíbulo os espanta... ¡Qué llegais á suponer! (Con dignidad.) No son, no, vanas creaciones

de ruin temor de mi suerte.

Duque, no existe la muerte para grandes corazones. La aguardo, meditad vos si vale ardor tan profundo... Dios, no jueces de este mundo, hará justicia á los dos.

Él contempla mi inocencia, condena

Duque

vuestro extravío,

luz mira en el pecho mío, sombras en vuestra conciencia. ¡Ah, en mal hora, en hora aciaga de la Iglesia el gran destino torció ese torpe agustino . que la ira celeste amaga!


t“. E

E

Sus heréticos clamores un dogma forjan artero,

y

que no es del Dios verdadero, del Dios de nuestros mayores. Tamaño error abjurad

y

que envuelve soberbia y dolo, mas nó la verdad.

|

OLIMP.

,

¿Vos sólo

sois dueño de la verdad? ¡Yo adoro su eterna luz!

¡Yo invoco los dulces nombres

|

Ae

del que murió por los hombres

I!

afrentado en una

cruz!

¡Del que no usó ni quería

|

para imponer su creencia en la universal conciencia,

ni fuerza ni tiranía! ¡Ved, pues, si son mis dolores á los suyos parecidos,

E

que él fué de los oprimidos,

no fué de los opresores! ¡Ah, Olimpia! Ese Dios ordena la obediencia al santo guía

y

PP

Duque |

que es su imágen... la herejía de la reforma condena.

¡Sí, creedme! Vuestro Dios o?

y

-—-

OLIMP.

sueño es de un cisma importuno:

vuestro Dios... ¿Hay más de uno? (El duque hace ¡Pues ese es el de los dos! — un signo negativo con la cabeza.)

(En este momento se abre la puerta de la derecha y aparecen en ella algunos soldados del "TRIBUNAL, que permanecen inmóviles esperando. Olimpia vacila un momento, el duque se adelanta hácia ella, que se rehace

y lo rechaza

con

un

ademan. Se dirije despues á la puerta con lento y firme paso, y al llegar se vuelve para decir con voz solemne los. si-

guientes versos.) Duque

OLIMP.

[¡Oh!]

(Con suprema angustia.)

¡Duque, ante él os emplazo

o


— 75. al final de esta partida.

¡Pensad que es corta la vida,

grande el crimen, breve el plazo! [Sale, y la puerta se cierra de nuevo: el duque permanecerá como anonadad..]

ESCENA EL seguido

DUQUE

DUQUE, de

IX.

Á Poco MOOR,

Vargas,

que

se

retira.

¡Patria, honor, virtud, creencia que me abrumais con el peso de un deber que exije y mata,

vedme aquí, vedme muriendo!

¡Deber, rectitud por fuera, amor y dudas por dentro; . apariencias engañosas, sombras,

verdades ó sueños,

decidme todos, decidme

MOOR Duque MOOR

DUQUE MOOR

si yá quedais satisfechos! Duque... ¡Quién?. ¿Vos?. ¿Qué buscais!. Venir me ordenásteis.

Cierto...

dispensad...

j

(Serenándose.)

Vos, si he turbado...

DuQueE MOOR

No.

DUQUE

Venid; mas, ántes, juradme

|

Vuestro mandato espero.

|

no revelar el secreto

que tal vez de mí es indigno

MOOR Duqub-

y causa mi llamamiento.

Lo juro.

cn

de

|

Oidme: ¿podríais

contemplando unos momentos

á quien os muestre, su rostro

trasladar despues al lienzo?

A

e


76

No es fácil, duque:

la imágen

burla despues el deseo

DUQUE

y en vano fijarla intenta el fugitivo recuerdo. Mas vos en otra ocasión mayor prodigio habzis hecho. Repetidlo. El alma mía

MOOR

hoy fuera está de su centro. Horas que en Vilvorde pasaron

para mí en triste silencio, el bien que yo más

amaba,

la única luz de mi cielo,

¡ay, nublaron para siempre, y á la vez que ella, yo he muerto! Si los pinceles mis manos

manejar quisieran, temo que una sola y dulce imágen fijarian sobre el lienzo. Porque ella inunda mi alma, ella rebosa en mi pecho, y, como

es sol, oscurece

lo demás con sus destellos. Duque

Moor

¡Ah, si estais de amor herido, si hay dolor en vuestro seno, brotará de los pinceles

de inspiración un portento! Mas...

Os lo ruego...

DUQUE

¡Mi vida

tomad en cambio!

El deseo

MOOR

que mostrais, me obliga, y basta DUQUE

para hacer por complaceros. Mas... ¿quién? . Aquí habeis de verla dentro

de breve

momento...

- Observadla...

Moor

DUQUE

Y ¡la conozco? Es... pero yá cerca siento


STE sus pisadas... no conviene... A solas con ella os dejo. Poco será. [Como distraido.] ¡Sí, daos prisa! (Con voz solemne) Mas... discrecióny silencio, (Vasedcha.)

ESCENA

X.

MOOR.

¿Quién será!.. Mas, ¿qué me importa! El tambien, como yo, lleva el alma de muerte herida... .

¡Infeliz! 1 Ah... cómo acerca el dolor á los humanos! ¿Quién será!.. ¡Rara insistencia! ¿Qué puede importarme á mí quién la infortunada sea! Puesto que Olimpia no existe,

nada me liga á la tierra - más que esta vida menguada que yá terminar quisiera. Ella no existe... ¡Imposible!.. ¿Qué mano insensible y fiera pudo ajar vida tan noble y apagar tanta belleza! ¡Y yo no muero!.. ¡Locura!.. ¡Mas yo ví su entierro, y era ella, escuché, quien yacía en aquel féretro muerta!.. * ¡Ay, amar, sentirse amado, poblarse de luz la tierra

y verse, de pronto, hundido

en muerte y duda y tinieblas!


ESCENA MOOR,

78

XI.

OLIMPIA,

por la derecha, presa de la mayor agitación y seguida de hombres del TRIBUNAL, que aguardan á que pase y cierran la puerta. OLIMP.

(¡Valor

MOOR

(Grito.)

Dios

OLIMP. MOOR OLIMP. Moor OLIMP.

mio!)

los 2

(Sin verlo.)

¡Ah!

¿Quién!..¡Moor!.. ¡Moor!..¿Es cierto?.. ¿Es ilusión, delirio ó sueño!., ¡Olimpia! ¡Si; miradme. ... yo soy! (¡Yo la lloraba!).. ¡Ah, mentira, no mata la alegría! ¡La alegría!.. Mirad en torno vuestro y contempladme á mí.

MOOR

[ Comprendiendo algo.)

¡Qué!.,

¡Fugitiva

OLIMP.

sospecha cruza mi turbada frente y su soplo me hiela! ¡Ah, no es mentira! ¡Soy luterana, Moor!.. Odio á Felipe, la libertad de Flándes perseguía, y el Tribunal á muerte me condena...

MOOR

¡A muerte? ¡No será mientras yo viva! ¡Vos morir!.. ¡Vos, Olimpia!.. ¡Ah, no! ¡Primero, fuerzas buscando en mi tremenda ira, haré del universo, con mis manos,

OLIMP. MOOR

negro montón de escombros y ruinas! ¡No, huid, abandonadme!.. ¿Qué os escucho! ¡Abandonaros yo!.. ¿Sois vos, Olimpia, quien así dijo?.. ¡Oh corazón, creiste que tu pasión inmensa comprendían. ... no te comprenden... muere; pero ántes que destroce el dolor todas tus fibras!..

¡Ah del duque, sicarios de la muerte, venid, soy luterano!

OLIMP.

(Aterrada.)

(Grito desesperado.)

¡Oh! ¿No me libran


de la odiosa existencia?.. ¿No me oyen!.. OLIMP. MOOR OLIMP.

MOOR

OLIMP.

¡No vienen!..

¡Por piedad! ¡Hay otra víctima!

¡Sí os oyen!

¿Qué os importa!.. ¡Y lo pregunta! Cercana yá de mi última partida, yá al borde de la tumba, que se abre

para tragar mis sueños y desdichas,

MOooR

callar no quiero, y con desdén arrojo los mentidos disfraces de la vida! ¡Yo te amo! ¿Es verdad!.. ¡Pero, silencio... que no te oigan; ¡ah, la gente inícua cuyo aliento de muerte nos rodea,

OLIMP. MOOR

OLIMP. MOOR OLIMP.

tanta ventura á interrumpir vendría! ¡Sí, yo te adoro! ¡Mi soñada gloria!

¡No hay más felicidad! mi muerte aguardo...

¡Ah!.. yá tranquila

¿Y quién, quién arrancarte de mis amantes brazos lograría!.. Oyeme: un tiempo de feliz memoria, cuando la infancia y su candor terminan y con dedos de rosa los amores

MoOR

OLIMP.

abren la núbil, virginal pupila, y se pueblan de sueños los espacios y todo es luz, deseos y armonías, en mi alma de mujer y adolescente una imágen de gloria y de delicias se alzaba sin rival... ¡Y era tu imágen que mi seno de vírgen presentía! ¡Benditos esos lábios que derraman tal ventura en mi pecho! Escucha Olimpia... ¡Cuál resuena este nombre! ¡Otro más grato fundir dos almas puede!

| |

:

¡ |


— 80— Moor OLIMP.

¡Esposa mía! ¡Obtener ese nombre hubiera sido

gloria y corona de mi amarga vida!

¡Si, tu esposa ante Dios!

¡Ah! Yo frisaba

MOOR

en esa edad dichosa y fugitiva en que los sueños de ambición del hombre aun duermen en la noble fantasía: una ilusión de porvenir y gloria,

en forma de mujer, todas mis dichas, toda mi sed de triunfos y de honores, de inmenso amor mis ansias infinitas logró simbolizar, ¡y era tu imágen,

A

del ideal realización divina,

que así te ansió mi corazón de hombre y te soñó mi corazón de artista! ¡Ah, que tu amor que me engrandece y llena sueño parece, exaltación, mentira... ¡Sí me amas, repítelo...

esa frase

mil veces quiero de tu boca oirla! OLIMP. MOOR

¡Te amo, teamo!

OLIMP.

¿Por qué el destino nos alejó hasta ahora!.. Yo, muy niña, por voluntad del que á mi triste padre reemplazó cariñoso, vime unida al hombre que la muerte amenazaba... Creí poderle amar... ¡Yo no sabía que no se manda el corazón, si sueña,, y que es soñar del corazón la vida! Y no le amé... mas, respeté su nombre... Darle amor, ay!, no pude, que esta rica, inagotable fuente de ternura era tuya no más... ¡Olimpia mía!

MooR

(Con trasporte.)

¡Mi bien!

(Empiezan á oirse hácia el foro, rumores como de

gente que

se supone debe irse aglomerando en la plaza.)

¡Oh!

(Con suprema amargura.)

¿Escuchaste!.. ¡Esas voces me recuerdan


cines E

la sentencia fatal!.. Y el tiempo gira indiferente á nuestro bien supremo, y aguarda el pueblo la primera víctima, y se acerca la muerte, y yo la olvido pendiente de tu amor y de mi dicha...

¡Mira si es grande la pasión que siento que hasta se olvida de la muerte misma! ¡Ob, maldición! Yo lucharé... la muerte, el martirio cruel, no me intimidan...

¡Vengan si quieren! ¡Resistencia inútil! ¡Déjame perecer! ¡Mi amor, Olimpia!.. No: yo del duque el insensible pecho conmoveré, y á la piedad propicia será su alma esta vez... yo he de pedirle tu adorada existencia de rodillas...

OLIMP. Moor

Una víctima ménos, ¿qué le importa? Mas... ¡ah, qué luz! No, nó... (Con horror.) ¡Qué! No, delira

mi atormentada frente... ¡Si ese mónstruo te ama tambien! OLIMP. MOOR

¿Que me ama! Si, él ansía un recuerdo quizás, una memoria de este amor que tambien le tiraniza,

y quiso que, para él, eternizára OLIMP. MOOR

OLIMP. Moor OLIMP.

en el lienzo tu imágen peregrina. ¡Oh, al fin comprendo... y le desprecio y le ódio. Si, yo le ódio tambien desde este día... ¡Le ódio y le mataré!..

¡Que á tu venganza la suerte más que á mi venganza asista! ¡Oh venganza fatal! Si, pero grande... Oye cuán justa la venganza mía.

Era una tarde nebulosa y triste: Madrid la régia, la opulenta villa

(Mucho colorido y

rapidez á esta narración.)


cin BO

cri 4

en la plaza Mayor, por ver ansiosa un vil auto de fé, se precipita. El segundo Felipe lo presencia, jóven aún, mas con mirada fria que denuncia á su pueblo un alma seca ante el dolor impávida y tranquila. De improviso los reos aparecen entre la espesa multitud, que grita y alcanza á ver en sus turbados rostros

á dama de belleza peregrina. . Despues... ¡me ahoga la pena!, mi memoria sólo recuerda que en la roja pira una mujer, atada, en un madero, al dolor y al terror se retorcía... Un hombre,

desde un ángulo, escondido,

devorando sus lágrimas contínuas,

en alto me agitaba, siempre en alto... y la mujer que el fuego yá ceñía con sus hermosos y aflijidos ojos me enviaba doliente despedida...

¡Era mi madre! Viuda, jóven, sola, muerto mi padre, noble de Castilla, pagó en la hoguera su desdén honrado hácia un indigno amor... ¡Era judía!.. Y, oye; más tarde una mujer, mi mano cuidadosa observando,

á mi familia

éstas palabras dijo: “ aciaga suerte aguarda pronto á la inocente niña: como su madre morirá.”

Y á Flándes

me trajeron entónces... (Empiezan á oirse nuevos y fuertes rumores, que deben

momentáneamente mientras dura el pregón, despues y debilitándose poco á poco.)

cesar

acentuándose

¡Oh, maldita,

Moor

maldita multitud! OLIMP.

Cesan sus voces...

(Los dos escu-

¡Es que el terrible instante se aproxima! chan con la mayor zozobra.)


-

U 4 De

““ Esta es la solemne justicia que se manda ejecutar en nombre del rey, nuestro señor, en las personas de

MOOR

¡Onl..

OLIMP.

¿Escuchaste! . ¡Yá vienen!.. ¡Es la muerte!.. ¡Se cumplió la tremenda profecía! (Con terror.)

era» Y varios nobles, por el delitodealta traición y deherejía.”

(Con desesperación.)

¡Sálvame!

MooR

(Abrazándose á Moor.)

¡Oh!.. ¡Sí!

OLIMP.

:

(Con extravío.)

La muerte, de tu mano

¡cuán dulce fuera, Moor! ¡Si, libra, libra

á esta infeliz mujer de ese suplicio, de ese infame baldón que me horroriza!. ¡Líbrame pronto, y que me dé la muerte la misma mano que me dá la vida! MOOR

OLIMP. MOOoR OLIMP.

¡Ah, ni un arma!

(Viéndose desarmado.)

¿Me amas?

(Como en delirio.) ¡Si te amo! (¡Quédesesperación!) (Oyense nuevos murmullos.) ¿Oyes cuál grita la muchedumbre?..

MOOR

Son los funerales,

de la mujer para tu amor nacida... ¡Oh, qué vil impotencia! ¡De qué sirven

fé, juventud, valor!.. ¡Hora maldita, hora aciaga y terrible! - de este muro

¡Aquí, la muerte;

detrás, la luz, la vida,

la libertad, y, entre ámbas, un abismo hondo, invencible, aterrador!.. ¡Divina, divina libertad, númen sagrado,

si no existiera Dios, tú lo serias!

OLIMP. MOUOR

OLIMP.

— ¡Dios mío! ¿Dónde

está!..

. mi voz desesperada!..

¿Por qué no escucha

No prosigas, no blasfemes de Dios. Él lo dispone,

y el dolor engrandece y purifica...

Yá resignada estoy... yá morir puedo... ¡Dios que ves mi martirio y mi agonía, yo en tu divina Omnipotencia creo! Ven á mi, Moor...

tu voz me fortifica,

!


me embelesa tu amor... ¡Júrame ahora que mi memoría te será querida, que otra vez no amarás! MOOR

!Ah, yo lo juro, yo lo juro ante Dios! Mi dulce Olimpia!..

¡Sordo cielo, desplómate y sepulta tanto amor, y, á la vez, tanta desdicha!..

Mas... ¡qué!.. ¿nueva traición!.. (41 ver que se

abre la puerta de la izquierda.)

ESCENA

XII.

DICHOS, ARTOIS, OLIMP. Moor ART. OLIMP. ART.

| ¡Tú aquí?.. -

porla izada. ¡Artois!

¿Qué veo!.. (Viendo á Moor.) Decid... No hay tiempo: noble amiga, (Mucha rapidez.)

escuchad, y tú, Moor.

Por don Fernando

preparada la fuga, aquí debía esperaros .. ¡quién sabe su destino! Yo en Boisfort aguardaba, prevenida briosa pareja de corceles... todo aún la fuga pensada facilita... Me inquieta la tardanza... me resuelvo, llego aquí jadeante de fatiga, y entre estas sombras de prisión y muerte OLIMP. Moor ART. OLIMP.

traigo un destello de esperanza y vida. ¡Huid! ¡Sí

¡Huyamos! :

(Se precipitan hácia la

puerta y delante Artois. )

(Empujando la puerta) ¡Maldición!

¡cerrada!

¡Cúmplase, oh Dios, tu voluntad divina!


ESCENA

XIII.

DICHOS, EL DUQUE, lentamente por la derecha, y cruzado de brazos.

DUQUE

¡Miserables!

MOOR

(¡A mis manos ha de morir!)

DUQUE

¡Bien, señora,

os hallo, ÚLIMP.

de Si

cercada ahora

traidores y villanos! me venís á insultar...

debeis

del

duque,

aprended

y

aprended

intento

á

huir:

(Cambiando

á morir

de tono.)

e

perdonar!

¡Os perdono! (Amenazador.)

¡Y

yo!...

¡Por Dios! (Con profundo rencor y disponiéndose á castigar á Moor: éste hace un movimiento para lanzarse sobre el duque en los. instantes en que se abre la puerta del foro, y aparecen,

de-

Olimpia se dirigirá hácia el foro

pero

lante de todos, el verdugo, y detrás de este, Vargas con número suficiente de hombres de armas. Los murmullos de la muchedumbre, que se supone aglomerada en la plaza, deben percibirse con toda claridad y de una manera imponente. Á una seña del duque dos ó tres soldados se apoderan de Artois, y lo conducen por la puerta de la derecha: otros tantos hacen lo mismo con Moor, cuando lo indica el diálogo, pero de modo que salga de la escena al caer el telón. con paso

vacilante,

procurando aparecer firme y serena. Estúdiese este cuadro, cuyo efecto depende completamente del talento de los actores. La puerta del foro permanece abierta hasta la conclusión del acto.

ESCENA DICHOS,

MOOR ART.

¡Oh!..

XIV.

VERDUGO, VARGAS

Y SoLDADOS.

(Con suprema angustia) ¡Adios!.. (Al salir.)


(¡Cielo, fuerzas dame!) (A Olimpia.) ¡Hombre infame!

¡Lo quiso Dios!

nos

¡Él

á los dos!

juzgará

¡Moor!..

¡Olimpia! ¡Qué infinita pena al dejarte!.._ ¡Oh dolor! ¡Renacerá nuestra amor! (Con voz profética.) ¡Sí! (Con esperanza suprema.)

¡En el cielo! ¡Allí es la cita!

(Desde la puerta.)

[ Desaparece Olimpia, seguida del verdugo, Vargas y soldados, y un sordo murmullo

debe

anunciar

su llegada

á la

plaza.]

A

ESCENA

XV

EL DUQUE,

MOOR,

¡Oh!

y última. SOLDADOS.

[Pugnando por desagirse de los soldados.]

(¡Vuela,

instante tremendo!)

¡Mónstruo, iniquidad te sobra! ¡Calla! | ¡Contempla tu obra! ¡Imbécil, si estoy muriendo!

¡Ah, perdón...

salvadla!

[Con simulada energía]

¡Yo!

¡Aún es tiempo! [ Vacilante.]

( ¡Alma cobarde!)

¡Apresuraos!..

|

[ Suena una campanada, y se oye inmenso vocerío en la plaza.] [Vacila, dá un paso para salir, y se detiene anonadado al oir la campana. ] ,

¡Yá es tarde!!

:


MOOR

¡Si, es

tarde...

todo

acabó!

¡Azote de los humanos, mónstruo de horrible fiereza,

alma

sin fé y sin

grandeza,

oprobio de los tiranos; caiga el juicio de la historia

sobre

tí con

saña impía,

y el mundo se acuerde un día con horror de tu memioria!..

j :

E

¡Me vengas!.. ¡En negro abismo [41 verlo abrumado á ese amor hundirte plugo!.. de pena. ¡Piembla!.. ¡De tí eres verdugo... y tirano de tí mismo! [Los soldados lo arrastran por la derecha, de manera que diga, al salir, los últimos versos: la actitud en que debe perma-

necer el duque, se deja encomendada al actor.]

Telón

Fin

Rápido.

DEL

DRAMA.


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