IATR: 2024 PRESENTACIÓN de la Edición Critica de REDENTORES de Zeno Gandía por Vivian Auffant

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Rico, del Ateneo Puertorriqueño, del Instituto Alejandro Tapia y Rivera y del Instituto de Literatura Puertorriqueña.

Estudia mediante la investigación, la relación de las obras literarias e históricas respecto a las fuentes primarias incluyendo la correlación de conceptos históricos y estéticos de los siglos XIX y XX en Iberoamérica. Sus investigaciones y publicaciones corresponden a estudios del Siglo XIX principalmente con autores como: Eugenio María de Hostos, Manuel Zeno Gandía, Alejandro Tapia y Rivera, José Martí; en el Siglo XX: Ernesto Cardenal, Rubén Darío, Juan Bosch, Julia de Burgos, Clemente Soto Vélez, Pedro Albizu Campos, René Marqués, Pedro Juan Soto, Emilio Díaz Valcárcel, Josefina Freiría Vidal, Francisco Manrique Cabrera y temas sobre el pensamiento latinoamericano de Leopoldo Zea. Ha presentado conferencias en las Américas y Europa. Ha publicado sobre estas especialidades entre las cuales está: La Liga de Patriotas Puertorriqueños de Eugenio María de Hostos además de ensayos investigativos en diversas revistas con referencias en publicaciones cibernéticas.

Esta edición crítica de Redentores que presenta el Instituto Alejandro Tapia y Rivera, la Biblioteca Tarrasco Santa y el Instituto de Literatura Puertorriqueña, escrita con el ahínco insuperable de la pasión erudita de la distinguida académica y catedrática, Vivian Auffant Vázquez, supera por muchísimo las anteriores conocidas, así como abunda, en sus extensas páginas exegéticas, sobre numerosos temas que se pasaron y pasaron por alto, desde René Marqués, Francisco Manrique Cabrera, Cesáreo Rosa Nieves y el más reciente de Aníbal González, entre muchos otros; no sabemos si intencionalmente o víctimas de las traiciones del espacio foliar. En nuestro caso, eso no ha sido obstáculo. Redentores no merece menos. Es una de las más significativas novelas de nuestra literatura por su carácter, aunque tardío, fundacional.

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Zeno Gandía como Maestro Novelista fundacional, no se nos escapa como potencial dramaturgo. El drama de Redentores, en el secreto teatro intenso y voluptuoso retorciéndose entre sus páginas, debe algún día, –¡pronto!– ser representado en un escenario o en un filme. Preciosa misión que redundaría en un portentoso descubrimiento de nuestra verdadera esencia. Pero hasta que éste no se adapte a tales medios, nos queda la novela misma y la excelsa aportación de esta exégesis y edición crítica que Auffant Vázquez nos regala tras largas jornadas de erudición, entusiasmo y dedicación a una de las novelas que definen como ninguna otra, lo que hemos sido, lo que somos y hacia dónde nos encaminamos en nuestro batir de piernas cansadas bajo el yugo colonial.

PRESENTACIÓN de "REDENTORES", por el Dr. MARIO O. AYALA SANTIAGO

MANUEL ZENO GANDÍA S

Edición crítica y estudio preliminar

VIVIAN AUFFANT VÁZQUEZ

VIVIAN AUFFANT VÁZQUEZ- Profesora, investigadora, ensayista y escritora obtuvo el grado de Doctora en Filosofía y Letras en Temple University de Filadelfia, Pensilvania con la especialidad en Literatura Colonial Latinoamericana. Como reflejo de su preparación académica ha mantenido la relación de historia-literatura a través de sus estudios. Es catedrática de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, ha dictado cursos de lengua y literatura en la Facultad de Estudios Generales, Humanidades y Ciencias Sociales. Obtuvo un Certificado Profesional en Bioética del Recinto de Ciencias Médicas en conjunto con el Instituto Hostosiano de Bioética. Ha sido directora del Departamento de Español en la Facultad de Estudios Generales, Recinto de Río Piedras; Directora del Instituto de Estudios Hostosianos, Recinto de Río Piedras y miembro de la Junta de la Cátedra de Honor Eugenio María de Hostos. Ha publicado libros que han sido premiados en el ámbito nacional e internacional. Dirige el Centro Hostosiano del Ateneo Puertorriqueño. Colabora en la Cátedra Internacional de la UNESCO José Martí mediante conferencias, artículos y estudios. Es la Coordinadora del Círculo de Estudios José Martí del Sistema de la Universidad de Puerto Rico. Es miembro de: la Asociación Puertorriqueña de Historiadores, la Liga Hostosiana Capítulo de Puerto Rico, la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios, la Cátedra Internacional José Martí, del Consejo Mundial del Proyecto José Martí UNESCO, de ArchiRed, la Red de Archivos de Puerto

Manuel Zeno Gandía. Redentores… Edición crítica y estudio preliminar de Vivian Auffant

Mario O. Ayala Santiago

Es un placer retante hacer una presentación de un libro proscrito. No se sorprendan por mis palabras, porque, aunque la palabra proscrito suene fuerte, es la realidad histórica y crítica de esta novela. Si bien Manuel Zeno Gandía es reconocido como uno de los mejores escritores de nuestra nación, su obra ha sido clasificada y encajonada dentro de la estética naturalista Esto fue parte de una tendencia histórica en los estudios literarios que se concentró en establecer las correspondencias de las obras americanas con las grandes estéticas europeas occidentales. Esta perspectiva es fascinante, si es llevada con la rigurosidad de los estudios comparatistas, pero de igual forma puede ser limitante y propia de ciertas ideologías presas de la subordinación. El carácter novel y luego proscrito del texto responde a ciertos datos. Primeramente, la novela se publica por entregas de 18 capítulos, a través de la prensa periódica a partir del 17 de enero de 1925 en el periódico El Imparcial La primera edición completa aparece en 1960 cuando los escritores Francisco Manrique Cabrera, René Marqués y Eliezer Curet decidieron publicarla y circularla desde El Club del libro. De otra parte, hace unos años la editorial de la UPR, con su serie clásicos no tan clásicos, ha hecho una publicación de esta. Lo cual nos conduce al por qué de esta presentación y esta nueva edición.

Esta es la novela menos conocida y trabajada de Zeno por su evidente carácter político expuesto desde el título. Aunque parte de la crítica literaria tradicional ha expuesto que la novela no tiene la calidad estética de obras anteriores; no es cierto que esta no tenga valía en términos estético-comparativos; sobre todo, como parte de la historia de la literatura puertorriqueña y como documento histórico. No queremos restar méritos estéticos a la obra, sino puntualizar que es una obra literaria plena y coherente que implica el cierre de un universo novelesco, de uno de los

escritores con la visión más amplia y crítica de la realidad de Puerto Rico. El estudio preliminar de Vivian Auffant: Redentores… de Manuel Zeno Gandía: realidad sin engaño sirve como elemento de aclaración y contra peso a los elementos de la crítica antes mencionados, pues el mismo se concentra en destacar las ideas del autor respecto a la escritura de su momento y fijar el pensamiento de la época en cuanto a la literatura, contenido y contexto, como parte de la organización narrativa que incluye además de los recursos estéticos, los simbolismos, la filosofía, la historia y la política.

El mismo consta de 127 páginas nutridas no solamente de análisis, sino de fotografías que sirven para la contextualización visual del discurso, junto a una bibliografía específica. Está dividido en 10 partes contando la introducción y en cada una de ellas se demuestra, con una gran erudición y análisis interpretativo, las correlaciones históricas con el trabajo estético efectuado por el autor en el texto. Auffant, no desperdicia o descarta ningún elemento extratextual vinculante del contexto histórico en que se produce la obra para demostrar la amplitud de la visión crítica de Zeno Gandía al respecto de los primeros años luego de la invasión norteamericana y el efecto en la sociedad civil de la nación puertorriqueña. Incluso me atrevo a afirmar que muchos juicios de la crítica tradicional al texto se esgrimieron sin ponderar y analizar la gran cantidad de datos que hoy nos brinda la autora desde su trabajo investigativo Puedo afirmar que, en muchas ocasiones, esos juicios han descansado en el análisis meramente estético-técnico especializado, no así el silencio. De otra parte, entre los muchos atributos del estudio llama la atención la parte de la religión. En la misma se aclara la complejidad histórica del elemento religioso como parte del proceso de colonización del imperio norteamericano y realidad humana dado que la religión o espiritualidad, aun desde la cuestionable institucionalidad, es inherente al ser humano. El hecho de que la isla fuera dividida entre las iglesias protestantes norteamericanas es un dato corroborado que provocó

grandes cambios siempre a favor del invasor, que, no obstante, implicó un enfrentamiento en el ámbito de las instituciones religiosas, no solo a nivel local, sino político, económico y filosófico. El dato que ofrece la autora de las negociaciones pre invasión del Obispo Luis Chapelle en París junto a las decisiones inmediatas post invasión, trae a la luz la mencionada complejidad: La iglesia católica de Puerto Rico quedó bajo la jurisdicción de Roma sacándola de la jurisdicción episcopal estadounidense; se dispuso que el delegado Apostólico fuera el mismo de Cuba separando a P.R.momentáneamente- de la prefectura diplomática de Washington. Se ubicó la iglesia puertorriqueña dentro de la órbita de iglesias latinoamericanas como resultado de la petición en 1899 en el Concilio Plenario Latinoamericano. Estos datos históricos a partir del trabajo estético de Zeno están relacionados con el personaje de Monseñor, Maledón y otros personajes, tanto a nivel eclesial como técnico-narrativos y filosóficos. Sin embargo, desde una perspectiva marxista ortodoxa, podrían ser considerados una inconsistencia ideológica del autor real; cuando realmente es uno de los elementos más importantes de la plasmación del conflicto histórico y humano en términos de una visión de mundo en la novela. El conflicto es de tal envergadura que sirve no solo de eslabón a la narrativa, a la caracterización de Aureo del Sol y otros personajes, sino a la plasmación del verdadero protagonista del texto, el Congreso de los Estados Unidos y sus poderes plenipotenciarios sobre la nación puertorriqueña, elemento que rige hasta nuestros días.

La edición a la que accedemos hoy junto al estudio de la Dra. Auffant rompe el manto de silencio político que se ha ejercido sobre la obra. Sin embargo, ese silencio es elocuente y mínimamente inquietante. El hecho de los pocos estudios junto a las pocas ediciones antes mencionadas implica otra complejidad histórica, tal vez más hiriente a la que enfrentó Manuel Zeno Gandía en su momento histórico, pues expone una visión conciliadora de la realidad colonial desde la academia y grupos de intelectuales. Todos conocemos que es casi imposible alcanzar la

total objetividad, mucho menos en la literatura y el arte. Sin embargo, cuando los discursos académicos e intelectuales sirven a otros fines más allá de la rigurosidad crítica entramos a uno de los elementos constitutivos del canon como fuerza reguladora, articuladora del ámbito cultural y la opinión pública.

En la literatura puertorriqueña existen muchos silencios, algunos por falta de investigaciones y otros, por las imposiciones del canon del siglo XX. Es de todos conocidos la influencia que ejerció Antonio S. Pedreira, como uno de los intelectuales más importantes de nuestra literatura. Por lo que, sus juicios, evaluaciones, teorías y argumentos se tomaron como palabra sagrada, mítica y muchas veces incuestionables. Fueron parte de la articulación de un discurso sobre la cultura puertorriqueña y más aún de la opinión pública, en la medida que el Departamento de Instrucción Pública los avaló como aparato del estado colonial, en la gestación y gestión del Estado Libre Asociado bajo la gobernación de Luis Muñoz Marín. Este hecho no es responsabilidad total de Pedreira. Sin embargo, la mayoría de sus argumentos sobre la interpretación de la realidad y la cultura que articularon un discurso conciliatorio con la nueva realidad colonial, bajo la sombrilla o macro narrativa de la identidad puertorriqueña sí lo son.

El discurso de Pedreira tuvo y tiene muchos efectos, pero en el día de hoy nombraremos solo algunos de los más concernientes al texto en cuestión, lo que puede explicar en parte el silencio de la crítica. En primer lugar, la utilización de la metáfora de la gran familia puertorriqueña de parte de Pedreira, evade todo tipo de contradicción con la política colonial, tanto con España como con los E.U. Por lo cual, señala una clara ideología de grupo y clase al respecto de los intelectuales cercanos o participantes del proyecto universitario, junto al desarrollo del discurso conciliador. La aparente despolitización y la evasión de las contradicciones coloniales tiene como resultado un discurso cultural y político conciliatorio, que no tiene y ni puede tener eco en las obras

de Zeno Gandía. En segundo lugar, el establecimiento del jíbaro como ícono de la identidad puertorriqueña, una de las estructuras principales del canon, deriva, además de lo antes mencionado, en una visión parcial de un conflicto político-histórico que es más amplio y de carácter universal. Por tanto, la argumentación de Pedreira es parcializada y politizada en contra de la libertad política en su sentido más amplio y universal. Lo cual es una contradicción al respecto de la visión amplia de Zeno Gandía en todas sus novelas y en esta en particular. De otra parte, pero no menos importante, el discurso del canon establecido por Pedreira y otros, a partir de la década del 30, contaba con la experiencia de muchas de las contradicciones políticas señaladas por Zeno y la contundencia de la nueva realidad colonial, no como metáfora o discurso, sino como praxis real e histórica. Por lo cual, no es de extrañar que Manuel Zeno Gandía, hombre de acción e intelectual de primera línea, comprometido políticamente en contra del coloniaje; evolucionara de ser compañero de José Celso Barbosa como miembro de la Cámara de Delegados en 1902 hacia el Nacionalismo en la década del veinte. Lo que ofrece una explicación política adicional al silencio de parte de la crítica.

La novela no solo está fuera de los parámetros del canon Pedreriano y el discurso conciliatorio desarrollado después, sino que es la plasmación de las contradicciones políticas de la época y una de las primeras denuncias novelescas contra el coloniaje norteamericano. La multiplicidad de discursos en diversas voces desemboca en la articulación de una denuncia de ese coloniaje junto a la degradación humana resultante desde una perspectiva universal, plasmada desde lo local, que tiende vasos comunicantes con la estética del caudillismo y el dictador, pero que señala esencialmente la lucha por la justicia, la verdad y la libertad.

Por último, quiero mencionar que Vivian Auffant dedica su trabajo a una mujer muy especial, María Santa Santa, niña testigo de la invasión norteamericana y procesos posteriores, quien articuló sobre los hechos histórico: Redentores?, no, no lo fueron a lo que añado y no lo han

sido nunca, mucho menos con nosotros. Reconocemos las aportaciones de todos los que hicieron posible esta publicación, pues el nacimiento o renacimiento de un libro, sobre todo si ha sido proscrito, es un acto de amor y rebeldía. Agradecemos la diagramación y la portada que ofrece a los lectores un balance exquisito para la lectura, de sentido inequívoco, en estos momentos históricos en que la puesta en claro de nuestra condición colonial y nación intervenida parece un callejón sin salida. Gracias Vivian por confiar en mí para esta presentación; gracias a los compañeros que hacen posible esta edición y presentación, gracias a Zeno Gandía y a todos por su valor, pues el valor más permanente en el hombre es el valor.

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