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Prefacio

La prevención y la lucha contra la trata de personas han estado en el centro de las acciones de la Oficina Internacional de los Derechos del Niño (IBCR o la Oficina) durante casi 20 años. Todo comenzó en Canadá, en 2004, fortaleciendo las competencias de las y los actores comunitarios de Quebec que trabajan con la niñez víctimas de la trata, y luego apoyando a la industria de viajes canadiense para prevenir la explotación sexual de la niñez en el turismo internacional.

En 2015, a medida que el fenómeno cobró impulso a nivel internacional, la Oficina, con sus conocimientos y experiencia, se comprometió con Costa Rica a continuar y desarrollar su trabajo para combatir la trata de personas y des niñas, niños y adolescentes, antes de expandir su acción a Honduras en 2019. Después de siete años de acción en la región, se ha avanzado en el fortalecimiento de los sistemas de protección contra la trata de personas en ambos países.

La lucha eficaz contra la trata de personas requiere una fuerte coordinación nacional, pero también una coordinación regional: la trata es un fenómeno que a menudo cruza las fronteras de un país. Esta doble dimensión siempre se ha tenido en cuenta en la labor de la Oficina: en primer lugar, garantizando fuertes vínculos regionales, incluso apoyando el posicionamiento de los órganos de coordinación nacionales e internacionales y permitiéndoles actuar con mayor eficacia. En segundo lugar, ayudando a mejorar las competencias y prácticas profesionales de las y los participantes del sistema de protección (ya sean socios estatales o de la sociedad civil) y centrándose en la coordinación. Por último, la Oficina ha prestado especial atención a la inte - gración de la perspectiva de la víctima de la trata, la rehabilitación de su discurso y la reducción del riesgo de victimización secundaria (para más información al respecto, véase la página 29). Los resultados de estos enfoques constituyen el núcleo de esta publicación.

Como la trata de personas es un fenómeno profundamente arraigado en América central, es difícil demostrar una mejora efectiva de la situación a corto plazo. Sin embargo, los primeros elementos de seguimiento en los dos países priorizados permiten señalar el comienzo de un cambio de magnitud. Por ejemplo, ha habido un aumento en la presentación de informes en las áreas de trabajo del proyecto, una señal alentadora de una mejor identificación de los casos de trata por parte de las poblaciones. Esta evolución se ve fomentada, por la labor de la Oficina y sus asociados y asociadas, y sienta las bases para un cambio sistémico. Hoy, tanto en Costa Rica como en Honduras, las y los participantes del sistema de protección contra la trata de personas están en mejores condiciones de identificar, denunciar, prevenir y apoyar los casos de trata, al tiempo que coordinan mejor sus acciones.

Con el fin de garantizar que estos cambios en las prácticas y percepciones sean generalizados y sostenidos, la Oficina ha fomentado la innovación y el desarrollo de competencias, yendo más allá de la sensibilización, y ha trabajado para consolidar la confianza, a veces tenue, entre la sociedad civil y los diferentes participantes estatales. Al final de estos proyectos en Centroamérica, la Oficina cree firmemente en la sostenibilidad de las transformaciones logradas, particularmente a través de la movilización de quienes se han comprometido junto a ella para favorecer el desarrollo de las sociedades costarricenses y hondureñas en beneficio de sus poblaciones más vulnerables. La Oficina les agradece esta valiosa confianza mutua.

En consonancia con estos resultados alentadores, la Oficina sigue movilizada para apoyar a Costa Rica y Honduras en la lucha contra todas las formas de explotación de las niñas y los niños, en particular aumentando la participación y el fortalecimiento necesarios de las organizaciones de la sociedad civil y las y los diferentes agentes comunitarios, fortaleciendo las asociaciones locales y regionales y colocando más a la niñez en el centro de las decisiones y transformaciones deseadas.

Martin Causin Director General de

la

Oficina

Internacional de los Derechos del Niño (IBCR) Théophane Nikyèma Presidente de la Junta Directiva de la Oficina Internacional de los Derechos del Niño (IBCR)

Oficina del Procurador Adjunto contra la Trata de Personas de Costa Rica

En Costa Rica, la mayoría de las víctimas de la trata que se han identificado son niñas sometidas a explotación sexual. En 2021, la Defensoría Adjunta para el Combate a la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes recibió 40 denuncias y procesó nueve casos, lo que resultó en dos condenas. Sin embargo, estas cifras no revelan la magnitud del problema en el país por diversas razones, incluida la limitada capacidad de las y los funcionarios para identificar, investigar y enjuiciar los casos de trata de personas.

En este sentido, la Defensoría Adjunta contra la Trata de Personas valora la valiosa contribución realizada por el IBCR en términos de fortalecimiento de las competencias de las y los diferentes profesionales responsables de la atención y protección de niñas, niños y adolescentes víctimas del delito de trata de personas, así como aquellas personas cuyo trabajo es enjuiciar el delito o impartir justicia para que las y los delincuentes sean procesados adecuadamente.

La capacitación continua es esencial, y el apoyo y las herramientas desarrolladas durante la implementación del proyecto son logros que se mantendrán. El proyecto contribuyó a la elaboración de un mapa de la situación de la trata de personas, que puso de relieve las necesidades de capacitación. En este sentido, hemos contribuido a satisfacer las necesidades de las escuelas y unidades de capacitación a través de cursos de capacitación y procedimientos operativos que han establecido vías para la atención de las víctimas. Estas herramientas refuerzan el trabajo de las y los funcionarios en diversas áreas donde las víctimas, incluidas las niñas, niños y adolescentes, son tratados dentro de un marco legal.

La Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas considera que los aportes de los cursos y herramientas desarrollados por el proyecto han tenido un impacto positivo, son sostenibles y se han mantenido incluso después de la finalización del proyecto. Además, estos dispositivos se seguirán utilizando, debido a su relevancia y calidad. En este sentido, las acciones llevadas a cabo son útiles para las y los responsables de hacer cumplir las leyes nacionales e internacionales para la protección de la niñez, pero también para aquellas y aquellos que necesitan desarrollar estrategias para garantizar el respeto del interés superior de las y los niños en los procesos judiciales, para que puedan disfrutar plenamente de sus derechos y una vida digna.

Fiscalía Adjunta contra la trata de personas Costa Rica

Escuela de la Magistratura Francisco Salomón Jiménez Castro de Honduras

La tarea institucional de la Escuela Judicial de Honduras es capacitar a las y los funcionarios del sector justicia del país, permitiéndoles desarrollar competencias que contribuyan a la mejora continua de la administración de justicia.

El proyecto de la Oficina Internacional de los Derechos del Niño para fortalecer a las y los actores del cambio en la lucha contra la trata de personas ha contribuido a mejoras significativas para la sociedad hondureña, en particular para el marco institucional involucrado en la lucha contra la trata de personas y la protección de los derechos de la niña y del niño. Si bien, el presente informe es una síntesis exhaustiva de toda la información, las actividades y otros detalles pertinentes; no refleja plenamente el enfoque holístico beneficioso del proyecto sobre el fortalecimiento de la prevención, la protección y el enjuiciamiento de los delitos de trata de mujeres y niñas en el país.

Las acciones efectivas, multifacéticas y estratégicas llevadas a cabo por el IBCR en Honduras en el marco de este proyecto resultan cada día en nuevas vidas salvadas y en la plena protección de la libertad e integridad de la población nacional, especialmente de las mujeres y niñas que pueden verse afectadas por este flagelo con tentáculos internacionales. Estas acciones consisten principalmente en la capacitación de quienes actúan en este campo interinstitucional para el cuidado de las personas, la capacitación práctica en estos temas y la sanción penal adecuada en cada Estado de derecho.

Este ejemplo vivo y precioso de colaboración efectiva entre naciones y entidades de diferentes países frente a un fenómeno globalizado que es perjudicial para los seres humanos es digno de emulación. Por lo tanto, es apropiado otorgar un merecido reconocimiento a las organizaciones que se posicionan como pioneras, comprometidas y proactivas en la lucha contra la trata de personas, y que también han encarnado un liderazgo internacional positivo, como es el caso del IBCR y Asuntos Mundiales Canadá.

El esfuerzo que se ha materializado en proyectos integrales que involucran una variedad de actividades conjuntas y coordinadas entre los gobiernos del mundo, sus instituciones públicas y privadas, así como diferentes entidades nacionales e internacionales, constituye hoy un paradigma efectivo en la lucha contra problemas tan complejos, generalizados y atroces como la trata de seres humanos. Esto confirma que el camino seguido por el IBCR en Honduras es el correcto, y promoverá su expansión en esta y otras áreas, en beneficio de la humanidad.

En este contexto particular, la Academia Judicial de Honduras saluda la relación y el esfuerzo conjunto con el IBCR en el marco del Proyecto de Empoderamiento que ha sido exitoso.

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