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¿eS pOSIbLe CAMbIAr LA IgLeSIA? ¿CóMO LO hAreMOS?

POR LIZZIE SOTOLA

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Algunos líderes, en algún momento de sus vidas, se enCuentran ante una enCruCijada: Cambiar ellos para adeCuar su Comportamiento a la iglesia o Cambiar la iglesia para que CoinCida Con su Comportamiento relaCional Con sus jóvenes. algunos se deCiden por la segunda opCión y ConCluyen que la iglesia debe Cambiar. pero no todo es un Cambio epidérmiCo sino que la iglesia Como es un Cuerpo vivo y Como tal está Compuesta por seres vivos que Cambian en su Cultura, proCeder y forma de pensar.

«Veo una iglesia que debe estar pendiente de cubrir las necesidades que hoy presentan las nuevas generaciones. Tiene que ser una iglesia que esté a la altura de cubrir el desafío de ser una puerta abierta para que los que lleguen puedan confiar en ella. Venimos de un modelo de iglesia lejano de la gente. Cabe destacar que a la iglesia evangélica se la cataloga como cercana a las personas, pero con relación a los jóvenes y adolescentes, no lo estamos. Ellos están presentando una necesidad más profunda. Para ello tenemos que tener líderes empáticos que se mantengan preocupados y ocupados de las necesidades de los chicos, sin prejuicios. Que tengan oídos para escuchar y una actitud comprensiva a la hora de acompañarlos en sus dificultades. Si esto no sucede estamos perdidos. El mundo arrasa, porque hoy los jóvenes están necesitando más RELACIÓN que INSTITUCIÓN. Mi generación era una necesitada de Institución, entonces queríamos organización. Que nos sostuviera una infraestructura. Hoy las nuevas generaciones necesitan vínculos reales. No les preocupa si el templo es lindo, cómodo, si hay mucha o poca luz o si hay mucho sonido. Lo que más les preocupa es si van a ir a un lugar donde se les va a tener en cuenta, donde podrán establecer amistades, relaciones. Si el templo es lindo y la propuesta de la iglesia es espectacular pero carece de vínculos, los chicos entran por una puerta y se van por la otra.» opina Adrián Intrieri, Licenciado en Psicología con especialidad en adolescencia y profesor del Instituto Especialidades Juveniles.

Gimena Sánchez Arnau, Coordinadora de Líderes de Jóvenes para Hispanoamérica de Juventud para Cristo Internacional sugiere que “debemos cambiar del concepto de iglesia que funciona exclusivamente como institución al concepto de Iglesia como comunidad integral de personas santificadas que tienen depositada su fe en Cristo. Unidos por Cristo, mediante su salvación, conformamos su cuerpo: somos la Iglesia de Jesucristo, somos parte de una nueva realidad social, una nueva comunidad unida: sin exclusiones ni discriminaciones. El propósito de esta unidad es que los que no creen puedan hacerlo, llevándoles esperanza de salvación en Cristo Jesús”.

Para Juan Shimabukuro, diseñador de ésta revista, líder de jóvenes y hacedor de una iglesia emergente, “uno de los problemas mas importantes de la iglesia es que se ha olvidado de que nuestra ‘misión’ es llevar el mensaje del Evangelio contextualizando. Esto quiere decir que debemos adaptar las formas y formatos para que el Evangelio pueda ser entendido en la idiosincrasia, cultura y sociedad. Y no estamos hablando que debemos hacer esta contextualización para cuando vamos a un pueblo no alcanzado y debemos buscar el punto de conexión para llevar el mensaje; sino que cada generación tiene sus códigos y formas de comunicarse. Entonces constantemente debemos repensar la forma de hacer la iglesia. Desde el comienzo, la iglesia tuvo que descodificar el mensaje para poder alcanzar a otros. Pablo fue un entendido de las costumbres, ciencia y religión de su época, supo envolver el mensaje para poder ser digerido. Entendió que no podía predicar de la misma manera a un gentil y a un judío. El dijo ‘a todos me hice de todo, para que de todos modos salves alguno’ (1Co 9.22). Lutero tuvo que hacer lo propio, entendió que la gente no podía adaptarse a la forma que se estableció para escuchar la Palabra, sino que se debía llevar la Palabra de la manera que la gente entendiera.”

Héctor Franco, Secretario General de ABUA (Asoc. Bíblica Universitaria Argentina) piensa que “la afirmación acerca de que la Iglesia debe cambiar, es algo que la tal vez la Iglesia como cuerpo todavía no se quiso enterar. Viene arrastrando por siglos este debate de si sí o si no. Personalmente creo que primero llegan los cambios y después la Iglesia ve como lo hace. No solo debemos ver lo que podemos aportar al cambio, sino debemos ser parte del cambio. Como miembros del cuerpo tenemos la obligación de ser parte del cambio y a ayudar a aquellos que se resisten, a sumarse. En concreto podemos aportar mirada sobre los tiempos, vivencias de los lugares donde cohabitamos con las demás personas que no asisten a una iglesia. Dar información de lo que está pasando afuera y por afuera de la Iglesia.”

Juan Shimabukuro aporta otro pensamiento importante. “Hagamos memoria de cuando conocimos la iglesia, fijate cuántas cosas han cambiado desde aquel entonces hasta aquí. Ahora bien, ¿cuánto cambiaste tú en tu forma de pensar, de ver las cosas? ¿Tu vida cuánto cambio? La sociedad ¿cuánto cambio? Recuerdo que en ese tiempo (cuando llegué a la iglesia) no había internet, no conocíamos el @, ni se nos ocurría el termino redes sociales. La sociedad cambió en poco tiempo, y sigue cambiando a medida que las nuevas tecnologías avanzan. La pregunta dura es ¿cuánto cambió la iglesia? ¿No seguimos haciendo el mismo culto? ¿El mismo formato? ¿La misma forma de predicar? Sí, seguramente las canciones cambiaron un poco. Cambiamos el retroproyector de filminas por el proyector de video. Fuera de eso ¿qué cambió en el formato? Ya no importa si el que tiene que recibir el mensaje lo entiende o no, si le agrada o no, si se aburre o no. Esta es la forma santa y no debe cambiar. Nos olvidamos de que el mensaje debe ser contextualizado. En otras palabras la iglesia se ha convertido en la organización rígida y en un sistema de rituales. Las personas pasaron a un segundo plano. Empujamos a la gente a que sirva a la organización y asi garantizamos que el sistema siga funcionando.”

lo concreto es que estaMos de acuerdo ¡la iglesia tal y coMo se presenta hoy debe caMbiar!

Esteban Obando, pastor y Director Nacional de EJ en Costa Rica asegura que el cambio es posible pero que no hay que perder de vista el propósito de que los líderes guían vidas a Jesús. “Debemos empujar más al estudio de la Palabra de Dios. Las metodologías son vacías sin un contenido bíblico. Debemos intentar erradicar la ignorancia bíblica de los jóvenes y de los líderes de esta generación. La preparación del líder es fundamental. No podemos invertir 80% del tiempo, recursos y energía en rompehielos. Deberíamos estar preparados para tomar a un grupo pequeño de jóvenes y discipularlos con Biblia en mano de una manera Cristocéntrica y con mucha frecuencia.”

Fernando Altare, Director Nacional de EJ en Argentina, baja a la tierra y agrega un ingrediente a tener en cuenta: “Debemos evitar el error que muchos de nuestros gobiernos cometen: pensar que todo lo anterior está mal y empezar todo de nuevo mostrando un complejo mesiánico incorrecto. La historia de la Iglesia hasta hoy nos deja muchas cosas positivas sobre las cuales construir. Creo que hay que cambiar hacia una iglesia que busca las mejores ‘estrategias’ y métodos como ‘medios’ para cumplir su verdadera misión y no como ‘fines’ ante los cuales caer esclavizada.”

Jesucristo realizó un cambio muy profundo: salvarnos. Y para hacerlo realizó una nueva Alianza que reemplazó la antigua. Prestos a no perder de vista la identidad en el Señor, Gloria Vázquez, líder juvenil, escritora y cantante proveniente de México, afianzó los pilares del Evangelio. Los cambios son personales según la escritora que dijo que “debemos

tener más intimidad con Cristo para poder producir el fruto del Espíritu. En este mundo tan lleno de actividades, de tecnología, de cosas que nos han facilitado la vida, de los cambios tan importantes que hemos visto en la ciencia y que ha sido maravilloso por un lado, por el otro creo que nuestra relación con Dios ha sufrido porque, si bien la gente se está desconectando de tener relaciones interpersonales por sus aparatos electrónicos, cuánto más lo hace en su intimidad con Dios. Por eso es importante permanecer conectados con Dios, íntimamente pasando tiempo con el Señor y en Su palabra, pues nada sustituye esa relación. Si bien nos preciamos de no tener una religión sino una RELACION con el creador, esa relación tiene que ser desarrollada constantemente. Pensamos que ir a la iglesia una vez por semana es suficiente, ya cumplí con Dios y volvemos al rito de una religión, cuando la relación tiene que ser un diario convivir con el Señor. El cambio comienza en esa relación de intimidad con Él.”

Héctor Franco recordó que los cambios son necesarios pero que todo tiene que tener un límite. “El peligro que debemos evitar, como lo dice la Biblia, es que por cambiar, no cambiemos tanto que nos parezcamos demasiado a los que decimos necesitan conocer de Cristo. Creo que fue el problema de lo ecuménico que no tiene en cuenta las bases. Como lo decía el Tío Stott [Nota: John Stott era llamado así], no perder la centralidad de la Cruz. Eso es el límite o lo no negociable. Temenos que entender que el mensaje de Cristo es un mensaje integral, no un mensaje que está solo preocupado por el ‘alma’ que hay que llevar al cielo, sino por el ser humano en su totalidad, que necesita ser redimido, por lo cual el mensaje de el Reino que se ha acercado es para él, hoy, mañana y siempre. Es un mensaje que puede cambiar su realidad de hoy y su realidad eterna. Bajo la Cruz, hay lugar para todos. ‘al que viene a mí no lo hecho fuera’, por lo cual la Iglesia debe ser un reflejo de ese mensaje.

“Debemos aceptar a las personas y sus ideas, siempre y cuando no ofendan a Dios. Tolerar su manera de actuar, de ser, de vestir; pues somos un cuerpo pero no somos uniformados. Estamos en Cristo pero no somos personas uniformes. Cada quién puede servir a Cristo con sus talentos, sus virtudes, sus trasfondos. Existen diferentes formas y a veces esas formas nos dividen y no las toleramos. Al ver otras formas de hacer las cosas que no estamos acostumbrados a ver trae como resultado la envidia y comenzamos a actuar de forma intolerante con aquellos que son distintos a nosotros. Los rechazamos, los descalificamos, los frenamos, los detenemos a toda costa de hacer las cosas. No todos tienen que ser como yo dentro de la iglesia. Cada persona va a aportar quien es. Dios es un Dios que transforma. Es creativo y no nos quiere iguales. Nos acepta como somos y El solo nos ayuda a cambiar las cosas que han sido nocivas en nuestro andar, pero nos acepta como somos. Para haber cambio en la iglesia necesita haber libertad y transparencia.” subrayó Gloria Vázquez.

Frente a la pregunta de qué cosas cambiar Gimena Sánchez Arnau se animó a remarcar algunos conceptos que viene bien recordar. Ella los expresó así:

a. En una sociedad pluralista y relativista debemos rendir alabanza (obediencia) sólo al Dios único y verdadero: Jesús es El Señor.

b. Tener cuidado con las opiniones humanas: debemos estar firmes a la verdad, la Palabra de Dios, vivirla y proclamarla.

c. No vivir hacia dentro, sirviendo al Señor, dispuestos a ser una comunidad integral abierta para la comunidad más amplia.

d. Ser testimonio, hacia adentro y hacia afuera, así se evitará el estancamiento y la muerte inminente de la comunidad.

e. Debemos declararnos necesitados del poder del Espíritu Santo, en oración. Así evitaremos el querer generar el cambio en “nuestras fuerzas” dejando que el Espíritu Santo opere a través de la comunidad de fe (la iglesia).

Los cambios que la sociedad vive no pueden estar ajenos a los cambios que la iglesia necesita experimentar. Sin lugar a dudas, lograr el equilibrio, para no perder la sensibilidad de atender a los adolescentes y jóvenes que llegan a nosotros buscando relacionarse entre ellos y con Dios, y seguir guiándolos a una vida con Cristo en el centro de su existir, es la clave para la Iglesia de hoy con miras al mañana.

Lizzie Sotola es Licenciada en Periodismo y en Comunicación Social. Fundó y dirige la agencia de difusión periodística Noti-Prensa. com y la agencia publicitaria Comunicación Latina. Lleva más de 15 años de labor como periodista acreditada en diversos medios de comunicación como también en ministerios reconocidos internacionalmente.

beLLA fLOr

por emmanuel espinosa

el título ‹‹Bella Flor›› suena como un poema pero no lo es. Bueno, al menos no es el tipo de poema que todos conocemos. ‹‹Bella flor›› es un lugar en Bogotá que visitamos hace poco al estar en la bella Colombia.

En las afueras de Bogotá, como en todas las grandes urbes de nuestra Latinoamérica viven personas desplazadas. Algunas familias hacen sus casas de plásticos o cartón y otros, según pueden, construyen con materiales. Todos los que hemos crecido en Latinoamérica hemos visto barrios similares al que describo.

Ha habido ocasiones que llegan a esos lugares personas cristianas con el deseo de “comenzar una iglesia” pero en ‹‹Bella Flor›› conocimos a dos personas que no fueron a comenzar una iglesia sino llegaron para ser la iglesia. Llegaron para ser las manos de Jesús. No llegaron para hacer una “obra social” sino para ser instrumentos de la obra eterna que Dios quiere hacer con la humanidad. No llegaron por lástima; llegaron con compasión.

Pues, ¿sabes? Tener lástima es una cosa. Tener compasión es otra. Lástima es un sentimiento que te da cuando ves alguna necesidad o injusticia y haces algo momentáneo. Todos lo hemos sentido al dar unas monedas a la ancianita que está pidiendo en el puente peatonal. Pero compasión es otra cosa:

Cuando Jesús bajó de la barca, vio la gran multitud de gente que se había reunido y les tuvo compasión, porque parecían ovejas sin pastor. Marcos 6.34 (TLA)

La palabra original de compasión se podría traducir como “dolor en tus entrañas” o, como dice Max Lucado, “es una patada en el estómago”. ¿Lo has sentido?

Mi esposa y yo conocemos a un pastor que nos dijo que los grupos de hogar de su iglesia se han puesto a dar de comer a indigentes de la calle después de cada reunión de hogar. Me dice que eso nunca fue parte de la estrategia, sino que “simplemente sucedió”. Compasión.

Hace no mucho tiempo descubrí que es más fácil pararme en una plataforma y hablar o cantar del amor de Dios. Me di cuenta que es más fácil preparar lecciones para enseñar a otros cómo vivir para Dios. Descubrí que yo era más dado a levantar mis manos al cielo en adoración, que a extenderlas hacia al frente para ayudar al prójimo.

Pero también me di cuenta que entre más me enamoraba de Jesús, más pienso en otros, pues es imposible enamorarnos de Jesús y no querer hacer algo por los que no le conocen.

Pero realmente no nos podemos mover sólo por sentirnos culpables al respecto, o por sentir lástima. Necesito Su compasión… A fin de cuentas la compasión es la herramienta apologética más poderosa que pueda existir.

‹‹Bella Flor›› es olor fragante a Dios. Es donde la adoración es más que manos levantadas, es en donde las manos de Dios se pueden ver en acción, amando. Ya no quiero esperar. Quiero encontrar el ‹‹Bella Flor›› en donde Dios me quiere. ¿Y tú?

…A fIN De CUeNTAS LA COMpASIóN eS LA herrAMIeNTA ApOLOgéTICA MáS pODerOSA QUe eXISTe.

Emmanuel Espinosa es esposo, papá, fundador de ReyVol Records y líder de la banda Rojo. Su pasión es ayudar que la gente se conecte con Dios y encuentren su propósito en la vida. Visita y envía comentarios a www.24SIETEweb.com Un recurso de EspecialidadesJuveniles® | 21

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