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MUNDO MeDIOS

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eL CAMbIO COMO DISCIpLINA

en la última gira de generación líderes (info en www.generacionlideres.com) tuve el privilegio de compartir cara a cara con miles de líderes de Jóvenes de más de veinte países, el siguiente principio: el cambio debe ser una disciplina en la vida de los líderes.

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por lucas leys

Los mejores líderes de la historia y las principales mentes del planeta no son personas que solamente produjeron “un” cambio o lo anhelaron, sino que siempre han sido personas que han hecho del cambio un amigo personal. El cambio en la experiencia del líder no puede reducirse a un grito de rebeldía juvenil o a un sueño. No hay manera de permanecer creciendo sin cambiar por cuanto el cambio debe ser una disciplina en la experiencia de todo discípulo de Cristo que quiere permanecer siendo trasformado por medio de la renovación de su entendimiento (Romanos 12:2).

DeL DeSeO A LA eXperIeNCIA

Si lo analizamos con practicidad, lo que nos moviliza del deseo a la experiencia es justamente el cambio. No hay manera de producir un resultado diferente haciendo siempre lo mismo, así que si anhelamos algo distinto, es necesario hacer algo distinto y por eso la iglesia no solo debe cambiar sino que debe aprender a cambiar.

En muchos círculos religiosos resistir al cambio ha estado justificado y hasta espiritualizado como un amor al orden, a los linderos antiguos y a la sana doctrina; cuando en realidad en muchos casos la falta de cambio ha sido sinónimo de complacencia, falta de discernimiento y mediocridad espiritual.

Para dejar de desear algo y llegar a experimentarlo es necesario cambiar. Si anhelamos provocar las puertas del hades y seguir multiplicando el número y la calidad de creyentes en Cristo en Hispanoamérica, es necesario cambiar. No es necesario cambiar porque lo que hicimos esté mal, sino que es necesario cambiar porque nosotros debemos continuar creciendo conforme a la estatura de Cristo (Efesios 4:13) y lo que sí nos sirvió ayer no necesariamente nos sirve hoy. Nuestro mensaje sin dudas no cambia; pero ante nuestros ojos cambia el lenguaje, los códigos de comunicación, los valores, los sentidos y contrasentidos de la cultura y hasta nuestros problemas y percepciones de la realidad.

no hay Manera de perManecer creciendo sin caMbiar

LA MeJOr OrACIóN

Seguramente conoces la escena relatada en Lucas capítulo 18. Jesús describe a un fariseo y un publicano que estaban orando. A primera vista la gran diferencia entre la oración de uno y otro es que el fariseo está lleno de soberbia y en cambio el publicano de humildad. Pero si prestas atención te vas a dar cuenta de algo más. El fariseo estaba conforme con lo que hacía y lo que sabía, mientras que el publicano era plenamente consciente de su necesidad de cambio.

Desde que entendí este concepto que constantemente me mantengo alerta para proteger esa actitud del publicano dentro de mi corazón y también en mi mente. No quiero conformarme con lo que ya sé, ya hice, ya dije y ya experimenté. Si va a haber un cambio en la iglesia tengo que cambiar yo. Quiero algo nuevo, quiero algo mejor y puedo sentir paz ante esta ambición porque busco respuesta en la fuente inagotable de la vida, aquel que desea seguir trasformando a cada uno de nosotros y por ende su Iglesia, que no es otra cosa que eso… nosotros. Nosotros, su Iglesia que debe aprender que el cambio debe ser una disciplina que mantenemos como el árbol que crece hasta que muere.

Lucas Leys es el director internacional de Especialidades Juveniles y uno de los oradores y escritores más influyentes entre la juventud hispana hoy. www.lucasleys.com

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