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TRAbAjO EN EqUIPO

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METROPLEX

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CUANDO EL LíDER TIENE UN AñO LLENO DE PROPóSITOS…

el reloj está por marcar las doce de la Noche y el año está proNto a acabar. se escucha la cueNta regresiva y todos los momeNtos de alegría, logros y apreNdizaje obteNidos eN el año empiezaN a dibujar uNa soNrisa.

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POR PILAR SUÁREz RIAñO

Por otro lado, todo lo que faltó por hacer pasa instantáneamente la cuenta de cobro. Emociones encontradas para algunos, nostalgia para otros, expectativa de lo que vendrá para la mayoría y sobre todo la posibilidad de enfrentar nuevos retos y definir nuevos proyectos.

El inicio de año para muchos es el escenario perfecto para definir y trazar nuevos planes y metas; es la oportunidad de intentar cumplir un objetivo que el año anterior no se cumplió y es la oportunidad para poner a prueba la disciplina y la voluntad para el nuevo año que inicia. Tal vez los propósitos más frecuentes que has hecho o escuchado tienen que ver con cumplir con la dieta, ir al gimnasio, restaurar o fortalecer alguna relación, terminar un proyecto que se inició algún tiempo atrás y no se ha podido terminar, hacer el plan de lectura bíblica, cumplir la agenda definida para tu grupo de jóvenes, capacitar a tu equipo de líderes, decorar de una forma especial el salón de jóvenes, entre muchos otros. Seguramente ya está definido el plan de acción para desarrollar en el grupo de jóvenes de tu iglesia o ministerio en este nuevo año, y muy probablemente todo tu equipo de voluntarios ya está trabajando fuerte en cada uno de los puntos definidos… ¡Esto es genial!

Pero ATENCIÓN, no permitas que aquellas cosas que te propusiste a principio de año para HACER durante el 2012, te hagan olvidar quién debes SER. Más allá de lo que quieres y puedes hacer, debe estar la imperativa necesidad de trabajar en la persona que debes ser para Dios.

Lucas 10:38-42 nos muestra el ejemplo de dos mujeres: una preocupada por cumplir su listado de cosas por hacer y otra enfocada en lo que era absolutamente necesario.

Jesús fue recibido en la casa de una mujer llamada Marta. Ella estaba muy preocupada por todas las cosas que debía hacer: arreglar la casa, servir la mesa, atender bien a sus invitados, limpiar y organizar. También estaba allí María, la hermana de Marta, quien se sentó a los pies de Jesús a escuchar todo lo que él decía. Marta se sorprendió de ver que María no le ayudaba en ninguna de las tareas que había por HACER y le reclamó a Jesús por la actitud de su hermana. A lo que el Señor respondió: «Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.»

Este pasaje bíblico me ha inspirado y retado en el propósito realmente importante que como creyente, como hija de Dios, debo tener presente. Y sin importar la función que tengamos dentro del cuerpo de Cristo, aún para cada miembro del equipo de trabajo: podrás ser pastor de jóvenes, líder de alabanza, discipulador o maestro, anfitrión o asistente; no existe ningún plan de acción, tarea, rol, responsabilidad, actividad o propósito más importante que aquello que es necesario para cada hijo de Dios, aquello que hizo María y para lo cual fuimos creados cada uno de nosotros: contemplar y ser objeto del amor de Dios.

¿Los múltiples propósitos a ejecutar con tu equipo de trabajo te están distrayendo del propósito que es realmente importante?

Pilar Suárez Riaño actualmente ejerce su carrera profesional en una firma de consultoría en Desarrollo Organizacional en Colombia. Es líder de ViBo Youth, grupo de jóvenes de la Iglesia Vida Bogotá.

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